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PLATÓN, El Banquete (I)

El objeto de este diálogo es el Amor. Platón prepara aquí al lector al para oír
la teoría que va a desenvolver en el discurso que cada uno de los invitados
debe pronunciar sobre el Amor. Procedamos a su análisis.
Personajes de “El Banquete”

Apolodoro, fue discípulo de Sócrates en los últimos años de la vida de éste.


Es el quien narra la reunión en casa de Agatón.

Fedro habla como un joven, pero joven cuyas pasiones se han purificado con
el estudio de la filosofía; Es además el “padre del tema” - 177d-

Pausanias, se presenta como hombre maduro, a quien la edad y la filosofía


han enseñado lo que no sabe la juventud; es un claro defensor de la
pederastia.

Erixímaco hijo de médico (Acúmeno) y médico, se plantea su diálogo con


aires científicos, analizando la naturaleza del todo al considerar un fenómeno
cualquiera, y en virtud de su profesión, goza de cierto prestigio y se permite
algunos consejos, como evitar el alcohol o remedios contra el hipo; Es él el
que sugiere el tema - 176 e- y quien dirige la conversación.

Aristófanes era un poeta cómico que oculta aquí bajo una forma festiva
pensamientos profundos; Algo conservador para la época (detractor de la
homosexualidad que tanto se practicaba), no es admirador de los muchachos
ni partidario del amor homosexual aunque al contrario de lo que se podría
pensar por su descripción, en el Banquete, no lo critica sino que parece
justificarla. Que Platón lo incluya como interlocutor en un diálogo amistoso
da pie a confusión puesto que fue uno de los responsables de la condena de
Sócrates.

Agatón se expresa como poeta, un poeta innovador y, según se nos muestra


en El Banquete -174ab, 213e-, era un hombre de gran belleza. Es en ese
momento el anfitrión del Banquete que celebra con el convite su victoria en
el certamen trágico ateniense.

Sócrates maestro de Platón y filósofo de renombre, aparece modesto en sus


diálogos y recurre a la sacerdotisa de Mantinea, Diotima, para adjudicar a
otra persona sus ideas. Se hace una alusión a la teoría de las Ideas. Bajo la
máscara de Sócrates habla, Platón.

Alcibíades era un personaje famoso y popular en Atenas, que andaba ya por


los treinta y tantos años, y su afecto por Sócrates era bien conocido. Poco
tiempo después una escandalosa y sacrílega orgía le costaría al hábil
estratego el destierro de Atenas. Pero cuando llega a la casa de Agatón está
en la cumbre de su fortuna.

Estructura del diálogo


1.- Prólogo: (172a-174a) Apolodoro cuenta a un lo que sabe del Banquete
gracias a Aristodemo, testigo presencial en el festín en casa de Agatón.
Apolodoro sitúa, además, cronológicamente el momento del Banquete. Junto
a sus interlocutores consigue hacer que el Banquete sea un relato de relatos,
dando una sensación de distanciamiento y al mismo tiempo de verosimilitud.
Apolodoro cuenta a éste lo sucedido en el simposium. El hecho de que sus
fuentes partan de Aristodemo, que acompañó sin invitación a Sócrates a la
celebración confiere aún más realismo a la narración.

2.- Introducción al Banquete. (174a-176e). Encuentro casual de Aristodemo


con Sócrates y su llegada sin ser invitado a casa de Agatón. Se caracteriza al
maestro al justificar que no entre junto a su discípulo por estar ensimismado.
Al entrar, una vez empezado el convite, se sienta a Sócrates junto a Agatón y
se le asigna, pues, el último lugar en tomar la palabra.

3.- Presentación del tema. (176e-178a). Pretexto para el desarrollo del


posterior diálogo. Decisión de moderarse en la bebida (resaca del día
anterior) y expulsión de la flautista, con lo que se confiere al diálogo un aire
más sobrio.

4.- Los seis discursos sobre el amor, elogios de Eros. Discursos de Fedro
(178a-180b), Pausanias (180c-185c), interludio (hipo de Aristófanes),
Erixímaco (186a-188e), Aristófanes (189a-193c), interludio, Agatón (194e-
197e), y Sócrates (201d-212b). Antes de su discurso Sócrates refuta, en breve
diálogo, a Agatón (198a-201c).

5.- Llegada de Alcibíades (212c-215a) y discurso de éste -elogio de Sócrates-


(215a-223b). Su llegada, borracho, supone que Aristófanes no pueda
responder a Sócrates puesto que en su discurso se ha sentido aludido. De él
parte el último diálogo que no es otra cosa que un elogio al maestro justo
cuando la temática había llegado al más alto exponente con Sócrates y
haciendo de éste el ejemplo de la imagen misma de Eros atendiendo a todo lo
que se ha dicho previamente.

6.- Escena final (223 b-d).Terminado el elogio a Sócrates, éste debería en


sentido inverso hacerlo de Agatón. Nuevos juerguistas entran y el simposium
acaba. Algunos abandonan la casa, otros acaban dormidos y Sócrates intenta
convencer a Aristófanes y Agatón de que un dramaturgo debe saber por igual
componer tragedias y comedias. Finalmente Sócrates se marcha junto a su
discípulo, Aristodemo.

7.- Análisis de los diálogos

Fedro
Admite la divinidad de Eros, siendo para él la deidad más antigua, puesto q
nadie le menciona padre alguno. Pone en su inspiración la misma raíz de la
vergüenza o decencia y de la valentía con los ejemplos del amante y amado
en la guerra y sobre sus actos - 179 a ss.-. Como inspirado por Eros, el
amante es un ser más divino que el amado, pero los dioses aprecian más el
sacrificio del erómenos (amado) que el de eratés (amante), por carecer
precisamente de esa gracia divina. Se justifica así también su óptica
pederasta.

Pausanias
El Amor no camina sin Afrodita, es decir, que no se explica sin belleza;
primera indicación de este lazo estrecho, que se pondrá después en
evidencia, entre el Amor y lo Bello. Parte de los diversos cultos a Afrodita,
distingue entre un Eros celeste -q se vuelca sobre el entendimiento (admite
la pederastia misma si los muchachos ya se han iniciado en él), y que impulsa
a entregarse del todo por alcanzar la virtud, siendo esto totalmente bello- y
otro vulgar -puesto que se ama el cuerpo, algo perecedero, buscando además
un propósito sin importar si el modo es bello o no -. Su aportación consiste
en la afirmación de que si el amor (como toda acción) en sí es indiferente, no
lo es, en cambio, en su forma de ejecutarse. Deja asentado que el
enamoramiento del alma debe prevalecer sobre el del cuerpo y que la
servidumbre amorosa se justifica cuando se asume voluntariamente con
vistas a la virtud o alguna de sus partes, como la sabiduría, y el amante
cumple con su deber de iniciador pedagógico.

Erixímaco
Admite la dualidad del Eros (vulgar y celeste) de Pausanias, aunque como
médico dirá que de uno será el amor que radique en lo sano y el otro en lo
enfermo. Extiende el concepto de Eros a todos los seres y rigiendo las
relaciones entre los contrarios, refiriéndose a que éstos deben de ser capaz de
conseguir que los que son más enemigos se hagan amigos y se amen (los
elementos más enemigos son los más opuestos). El Eros que platea preside
también las artes y las ciencias - 186 e ss.- partiendo del principio de que de
la unión de contrarios en un punto establece la armonía. La armonía es el
acuerdo entre las cosas que difieren y ésta aporta prosperidad y salud a los
hombres y a los demás animales y plantas. Cuando el Eros es desmedido
surge el desorden y el caos -188 b-.

Aristófanes
Recurre a un mito para explicar la naturaleza del amor y de las diferentes
modalidades de la sexualidad, seguida de una moraleja - 193ab - que
contienen llamamiento a la piedad. Dice que en primer lugar eran tres los
sexos: masculino, femenino y un tercero común a los dos: el andrógino.
Estos hombres eran dobles: dos hombres unidos, dos mujeres unidas, un
hombre y una mujer unidos, de forma esférica y fuerte. Su raza se hizo
orgullosa y atrevida hasta el punto de intentar escalar el cielo. Para
castigarles y disminuir su fuerza, Zeus resolvió dividir estos seres dobles. Sin
embargo, en el amor que sienten el uno por el otro, han guardado el recuerdo
de su antiguo estado. El mito concluye con la amenaza de que si éstos
perseveraran en su altanería corren el peligro de ser cortados de nuevo en
dos mitades; si son piadosos, los dioses los recompensarán permitiéndoles
encontrar su mitad perdida.
Así pues, el amor no es sino su deseo de encontrarla y fundirse en un solo ser
con ella (192d-e). Se realiza en el plano individual, al ser una restitución de la
antigua naturaleza de cada uno aunque, rara vez se consigue y es sólo como
premio divino a la piedad de cada cual. Este discurso da legitimidad a todas
las formas de amor puesto que tienen un fundamento en la naturaleza del
individuo: doble-hombre, doble-mujer y el andrógino.
Es decir, el amor según Aristófanes existe y se realiza en función del
individuo y se satisface en la unión de los cuerpos, en la vida en común y
alcanzando su culminación en la muerte simultánea de la pareja, siendo
pues, perecedero - de ahí la crítica de Sócrates-. Es el Eros de “la media
naranja”.

Agatón
Para él. El Amor es el más dichoso de los dioses; es de naturaleza divina.
porque es el más bello, y el más bello por que es el más joven, escapa siempre
a la ancianidad y es compañero de la juventud. Es el más tierno y el más
delicado, puesto que no escoge su estancia sino en el alma de los hombres,
que es después de los dioses lo más delicado y lo más tierno que existe. Es
también el más sutil, sin lo cual no podría, como lo hace, deslizarse por todas
partes, penetrar en todos los corazones y salir de ellos; y el más gracioso,
puesto que va siempre acompañado por la hermosura. El Amor es el mejor
de los dioses, como lo es el más justo, puesto que no ofende nunca ni nunca
es ofendido; es más moderado, puesto que la templanza consiste en dominar
los placeres, y no hay un placer mayor que el Amor; el más fuerte, porque ha
vencido al mismo Ares, al dios de la victoria; el más hábil, en fin porque a su
arbitrio crea a los poetas. Después de esta ingeniosa pintura de la naturaleza
del Amor, nos habla de sus beneficios -197c- como llenarnos de afinidad.

Sócrates
Previo a lo que es propiamente el discurso Sócrates hace una crítica global a
todos los discursos, puesto que un encomio debe ajustarse a la realidad de su
sujeto y no reducirse a la acumulación de epítetos. Pero la crítica se
trasforma en dialogo con Agatón donde Sócrates llega a la conclusión de que
el amor es deseo de algo de lo que se carece, y a la de que, si el amor es de las
cosas bellas (que a la vez son buenas) carece de las unas y de las otras. Resta
probar que no es un dios y es aquí, donde Platón expone sus opiniones por
boca de una mujer, la extranjera de Mantinea, antes de dejarlas expresar por
Sócrates.
El discurso que Diotima utiliza para instruir a Sócrates empieza con la
aclaración de porqué Eros no es ni bello ni bueno que previamente le ha
hecho a Agatón Sócrates. Sin embargo, no es ni feo ni malo, sino algo
intermedio. Es precisamente la afirmación de no ser bello y bueno lo que
demuestra que no es un Dios, pero, tampoco es mortal ¿qué es pues?...un
gran Demon, un ser intermedio entre lo mortal y lo divino.-203e-.Hace de
mediador entre dioses y hombres.
Una vez aclarado que Eros no es un Dios, se dilucida sus orígenes. Diotimia
en el mito de su nacimiento -203b, 204c- dice que es hijo de Penía (la
Pobreza) y Poros (el Recurso), por lo que Eros es por madre siempre pobre,
duro y flaco pero al acecho, valeroso, del conocimiento y fértil en recursos
gracias a su padre…situando en la base de esta unión la idea de que la
pobreza agudiza el ingenio para escapar de sus lacras. Por otra parte, al
volcarse en el saber y versar la sabiduría sobre las cosas bellas, Eros es un
amante del saber, un filósofo -204b-.
Expuesta la naturaleza del amor, se trata su función -204d, 207a-. Para
Diotimia, no es la de deparar la felicidad del individuo en cuanto a tal, sino la
de asegurar la perduración de la especie y del conocimiento. La belleza es el
signo exterior de la fecundidad en el cuerpo y en el espíritu (perduración de
la especie y conocimiento) y el deseo de poseerla no es sino el de procrear en
ella, El impulso erótico es una manifestación del deseo de inmortalidad. El
hombre se siente feliz en el cumplimiento de este fin.
A posteriori dentro del amor como deseo de inmortalidad -207a, 209e- hace
una diferenciación. La inmortalidad del hombre respecto del cuerpo se
produce por el nacimiento de los hijos, por la sucesión y sustitución de un ser
viejo por un ser joven, asegurando la transmisión de su nombre y de sus
bienes. Pero por cima de esta producción y de esta inmortalidad mediante el
cuerpo, hay las que tienen lugar según el espíritu. Estas son las propias del
hombre que ama la belleza del alma, que le ha seducido, los rasgos
inestimables de la virtud y del deber. De esta manera perpetúa la sabiduría,
cuyos gérmenes estaban en él, y se asegura una inmortalidad muy superior a
la primera.
Y por último, habla de la sublimación del amor que sigue esta escala:
atracción por los cuerpos hermosos enamoramiento de un solo cuerpo
enamoramiento de todos los cuerpos hermosos preferencia por la belleza de
las almas sobre lo corporal contemplación de la belleza existente en las
costumbres y en las leyes apreciación de la belleza en las costumbres y en las
leyes. Al final de este proceso se llega a la contemplación de la forma ideal de
belleza -212c, 216a-

Alcibíades
Con su elogio, en primer lugar, deja a salvo la responsabilidad de Sócrates en
lo referente a la conducta de Alcibíades que fue discípulo suyo; y por otro
lado deja constancia de que Sócrates no es solo el prototipo de filósofo, sino
también la imagen misma de Eros.. su fealdad externa y la belleza de su alma
ansiosa de conocimiento hacen de él un hombre inclasificable -221d-, seduce
con su palabra -215d-, y es en guerra, valeroso, fuerte, impasible al frío, y
propenso a la meditación…en sí reúne las cualidades de Poros y Penía.

8.- Conclusión

La teoría platónica del amor se expresa a través del mito de Eros. En esa
ascensión de lo sensible se configura una verdadera iniciación en la filosofía,
que es búsqueda de la belleza y del bien.
A través de los seis discursos se ofrece una panorámica del amor a partir de
las distintas figuras dialogantes. Sócrates hace su crítica a través de los cinco
primeros diálogos y en el suyo, Platón plasma lo que será su teoría, de la que
se saca los siguientes conceptos:
o El amor es conciencia de la necesidad, de la carencia (de índole paterna,
Poros, el recurso). El deseo no se despierta si no se percibe la carencia. -
o Se dirige hacia la belleza, que no es otra cosa que el anuncio y la aparición
del bien.
o El amor es ansia de inmortalidad, anhelo de vencer a la muerte. Por eso el
amor va acompañado siempre del deseo de engendrar tanto en el
conocimiento como en el cuerpo.
o Se distinguen tantos tipos de amor como tipos de belleza, comenzando por
la belleza sensible para terminar en la belleza de la sabiduría, que es la más
alta de todas, y cuyo amor, la filosofía, es pues el más noble.
o El poder del amor de elevar al amante hacia la belleza se contiene en la
imagen del amor como un Demon, es decir, como un ser intermediario entre
lo humano y lo divino (el ser pleno).
o Eros puede considerarse como el impulso de lo más elevado del hombre (su
relación con la perfección) hacia lo más elevado del ser, hacia el Bien.

· Inicio de la obra

Apolódoro es detenido mientras caminaba rumbo a Atenas por unos amigos,


los cuales están interesados en saber acerca de una reunión celebrada hace
algunos años en casa de Agatón. Los rumores, según le cuentan sus amigos,
dicen que la conversación esa noche giró en torno al tema del Amor y desean
saber los pormenores de dicha reunión. Éste se dispone a contarlo pero no
por experiencia propia sino porque Aristodemo, quien si estuvo presente en
dicha reunión, le comentó acerca de las conversaciones que se mantuvieron
esa noche. Apolódoro, para hacer más interesante el camino de regreso a
Atenas, comienza su relato.
El joven Aristodemo tiene un casual encuentro con Sócrates, quedando
sorprendido ya que lo ve muy elegante. Sócrates le comenta que se realizará
un banquete en casa de Agatón para festejar el premio que este último ha
ganado con su primera tragedia. Aristodemo decide finalmente concurrir al
banquete de Agatón a pesar de no haber sido invitado. Sócrates, sin
embargo, retrasa su presencia en la reunión porque se ha quedado
profundizando en sus pensamientos. Finalmente, Sócrates hace acto de
presencia a mitad de la comida.
Los invitados de Agatón deciden, entonces, beber moderadamente.
Erixímaco propone despedir a la flautista y plantear un tema para la velada,
ofreciéndose él mismo para elegirlo. Erixímaco comienza relatando que
según palabras de Fedro ningún poeta ha realizado hasta el momento un
discurso en honor a Eros, es decir, el Amor. Es por ello que propone que cada
uno de los presentes improvise un discurso en honor al tema, moción que es
aceptada por toda la mesa.

· Discurso de Fedro

Fedro, quien ha sido citado por Erixímaco como quien le dio la idea de
hablar acerca de Eros, es el primero en tomar la palabra. Febro es un joven
estudioso de la filosofía, gracias a la cual ha podido purificar su mente y
espíritu.
Según Febro, el Amor es el dios más antiguo ya que no se le atribuye ni
madre ni padre. El amor es fuente para el espíritu humano de una
inspiración que lo lleva a guiar su vida hacia grandes valores como la virtud,
la felicidad y el honor. Estos mismos sentimientos dan sentido a que no haya
mayor vergüenza que reconocer una acción equívoca delante del ser amado,
ni mayor sufrimiento que ver sufrir al ser amado. Según sus propias
palabras, solo entre amantes se sabe morir uno por el otro. El amante está
inspirado por Eros, gozando de mayor divinidad que el amado. Sin embargo,
los dioses valoran más el sacrificio del amado que el del amante
precisamente por esa carencia de divinidad, admirándolo y
recompensándolo. Es por tanto el Amor aquel sentimiento capaz de hacer
dichoso al hombre tanto en la tierra como en el cielo, donde si se ha obrado
en pos del bien habrá recompensa.
En resumen, el discurso de Febro configura una suerte de elogio a Eros por
su condición de dios con mayor capacidad de ofrecer felicidad absoluta.

· Discurso de Pausanias
Apolodoro hace aclaración de que Aristodemo pasó por alto algunos
discursos entre el anterior y este para ir directamente al realizado por
Pausanias. Éste, a diferencia del anterior, no es un joven sino un hombre
maduro a quien la edad y la filosofía han enseñado aquello en lo que la
juventud no repara, aquí representada en Febro.
Pausanias decide al comenzar corregir el excesivo elogio que se ha hecho en
el anterior discurso. No existe un solo amor, sino dos, es por ello que hay que
tener cautela a la hora de alabarlo, por lo que se propone hacerlo de la
manera mas correcta posible. Existen dos Afroditas, una celeste y otra
popular. Existen dos enamoramientos, uno de alma y otro de cuerpo. No se
explica el Eros sin la belleza, y la relación entre ambas es aquello que intenta
poner en evidencia.
El Amor no puede ser guiado sin Afrodita, es decir, sin Belleza. Esta relación
entre el Amor y lo Bello que se pondrá después en evidencia con sus
diferentes maneras de entenderlo. Las acciones humanas no son bellas de
por si, pero pueden serlo si se realizan de manera digna. En cambio, si se
realizan de manera vulgar o popular, son consideradas bajezas. Lo mismo
sucede con el Amor.
El Amor popular procede de la Afrodita mas joven y por tanto obra a antojo
del momento, amando al cuerpo antes que al alma. Este amor nace de
intereses que aspiran simplemente a gozar sin importar los medios. Se
adopta de manera vil y ama a mujeres y jóvenes sin distinción, pretendiendo
solo la satisfacción carnal sin hacer caso a la belleza del amor reflejada en la
virtud del otro. Es un amor vergonzoso que se guía por medios brutos y
sensuales que son necesarios evitar. No repara en lo superfluo de su razón,
ya que amar al cuerpo joven es algo no perdurable en el tiempo y es por tanto
un Amor que no puede prosperar.
Pausanias no solo critica ampliamente esta manera de ver el Amor sino que
incluso opina que debería estar prohibido por la ley amar a los jóvenes y que
ellos pierdan el tiempo en relaciones tan inciertas, pues como esto les envicia
el alma no sabe que puede llegar a ser de ellos una vez crecidos, es decir, si se
volcarán hacia la virtud o hacia la maldad.
El Amor celeste, en cambio, procede de la Afrodita más antigua y ama con el
alma, ya que es esta el reflejo de la virtud. Este amor entiende otros valores
como la fortaleza, el conocimiento y el entendimiento, valores según el
relacionados al sexo masculino. Los que descubren y sienten este amor,
superior en virtudes, pueden amar al otro por el resto de su vida sin
necesidad de tener otro amante. Este es un amor digno de ser honrado y
deseado por todos. Su fin difiere ampliamente del buscado por el Amor
popular (gozar), aquí se habla de ser feliz haciendo feliz al otro, ser
mutuamente felices sirviendo al amante. Al ser mayores sus beneficios exige,
por tanto, mayores condiciones para lograrlo.
Volviendo al comienzo de su discurso y ahora interpretándolo, el Amor no es
ni hermoso ni feo: será hermoso si se ama guiado en pos de la honestidad y
la virtud y feo si se hace contra ello. No termina su discurso Pausanias sin
antes dedicarle de manera sincera estas palabras a Fedro.

· Discurso de Erixímaco

Si bien Pausanias había cedido la palabra a Aristófanes, este no puede


comenzar a hablar debido a un ataque de hipo. Es por ello que pide a
Erixímaco que hable en lugar suyo o bien lo cure de su hipo, ya que como se
ha señalado, Erixímaco es médico. Éste le responde que hará ambas cosas: le
da una serie de consejos sobre como pararlo pero mientras lo logra hablará
en su lugar.
Erixímaco toma como punto de referencia en su discurso a la medicina, ya
que el mismo la define como la ciencia del amor en los cuerpos con relación a
la replexión y a la evacuación. Señala que en su opinión Pausanias realizó un
buen discurso pero que no lo terminó de la manera correcta, por lo que
intentará completarlo haciendo honor a su arte, la medicina.
Concuerda con Pausanias en la distinción entre dos tipos de Amor pero
opina que no sólo reside en el alma sino también en todos los seres, ya sean
cuerpos de animales o productos de la tierra.
La relación que existe entre el Amor y la medicina está en la esencia: la salud
del cuerpo proviene de la armonía, y está en la labor del médico lograrla
cuando está enferma y cuidarla para que se mantenga.
El Amor es un poder universal, un poder que se alcanza sólo cuando está
aplicado al bien y la justicia, logrando felicidad y paz. Esta fuerza está
representada en la relación que existe entre lo opuesto: sano y enfermo, frío
y caliente, húmedo y seco, etc.; logrando así la armonía justa. De la misma
manera lo compara con la música, donde la combinación de sonidos
diferentes y de ritmos logran esta armonía. Cita mismos ejemplos también
en el campo de la poesía y la adivinación.
Llevando el Eros a su campo universal también lo cita como aquel que rige
las estaciones del año, aquel que logra la armonía no solo entre los hombres,
también en animales, dioses y plantas trayendo prosperidad. Es por ello que
el mal uso del Amor destruye esta armonía sobreviniendo el desorden y la
enfermedad.
Al estar al fin libre de su hipo Aristófanes, Erixímaco finaliza sus
comentarios adhiriendo que cede la palabra omitiendo, aun, varios elogios al
Amor.

· Discurso de Aristófanes
Aristófanes señala que hablará de un modo diferente a como lo han hecho
anteriormente Pausanias y Erixímaco. Si bien Aristófanes es una suerte de
cómico, oculta bajo su alegría varios pensamientos profundos.
Cree que los hombres han ignorado la gran fuerza que desprende el Amor, ya
que si realmente la conociesen hubieran elevado Templos y Altares para
rendirle numerosos sacrificios. Es un dios que cura los males que impiden
lograr la felicidad plena significando esto numerosos beneficios al hombre.
Para explicar la naturaleza del hombre y su sexualidad, hace ahora alusión a
un mito que explica las razones de su existencia.
Aristófanes comenta la existencia en el pasado de unos seres que carecían de
diferenciación sexual ya que eran hombre y mujer a la vez: los Andróginos,
del griego Andros (Hombre) y Gino (Mujer). Estos seres eran casi perfectos,
fuertes y audaces, por lo que plantearon la posibilidad de ascender al cielo y
retar a los dioses. Es por ello que los dioses decidieron castigarlos por su
insolencia, pero no eliminarlos ya que si así lo hacían acabarían también el
culto y los sacrificios que les realizaban. Es por ello que Júpiter decide
separarlos en dos mitades y de esa manera limitar la potencia de esta raza.
Tras cortarlos en dos, Apolo los curó dándoles la forma actual que tienen
ambos sexos. Cada uno no es entonces otra cosa que la mitad perfecta del ser
humano.
Este es el origen de la raza de los varones y de las mujeres. En cada uno de
ellos, sin embargo, permaneció el recuerdo del estado de perfección
originario. Y es por eso que, aun hoy, hombres y mujeres buscan
inconscientemente reintegrarse en ese estado perfecto mediante la unión en
el acto sexual. El Amor es, entonces, el deseo de los hombres en encontrar
esa mitad perdida y fundirse con ella.
Es por ello que todas las formas del Amor son verdaderas ya que tienen
fundamento en la naturaleza del ser humano. Es por ello que el hombre
también busca la unión con lo semejante. Aristófanes afirma que el amor de
un hombre a una mujer es inferior y el de un hombre hacia otro hombre
superior y verdadero. Sea como fuere, en sus palabras, hombres y mujeres
seremos felices si encontramos nuestra mitad perdida y logramos la
perfección de nuestra naturaleza primitiva.
Aristófanes así explica dos misterios : el origen del impulso erótico y la
naturaleza del estado de perfección. De esta manera concluye, recibiendo el
elogio de Sócrates por su discurso y mostrándose este temeroso de no poder
hablar con la misma certeza con que este lo ha hecho.

· Discurso de Agatón

Agatón, desde su punto de vista de poeta, califica al Eros como el dios más
feliz, hermoso y mejor. Si bien coincide con Fedro en muchos puntos,
comenta que en su opinión Eros no es más antiguo que Júpiter y Saturno. Es
mas, afirma que es el mas joven de los dioses ya que está mas allá del paso
del tiempo y por ello escapa a la vejez. Agrega además que es una esencia
sutil y delicada que lleva al placer supremo. Es un poeta que inspira a los
hombres, fuente de dulzura, amabilidad, bondad y delicadeza, por lo que
señala lo perjudicial que es para los hombres no gozar de sus beneficios.
Una vez finalizado su discurso, la mesa entera aplaude a Agatón y lo felicita,
señalando Sócrates que este ha hecho un comentario admirable sobre Eros.

· Discurso de Sócrates

Sócrates, sintiendo que no es capaz de alzar palabras alusivas a Eros con la


misma grandeza con que lo han hecho sus compañeros, decide desearles
buenas noches y retirarse sin realizar su discurso. Dice, sin embargo, que
puede realizar un discurso “a su modo”, realizando comentarios diversos que
no traspasarán los límites de la verdad.
Común a su forma de enseñar, Sócrates adoptará una condición de alumno
en lugar de maestro y se presentará como un ignorante que pregunta lo que
no sabe, para luego replicar y así lograr su cometido.
Comienza interrogando a Agatón. Pregunta si en realidad el Amor es el amor
de algo o si no lo es de nada. Tras varias conversaciones se confirma que el
amor debe ser amor de algo, pero de algo que nos falta. Por lo tanto es el
deseo de poseer aquello que no se tiene. Si esto que se ha dicho es correcto, y
si se afirma que el Amor ama a la belleza, entonces carece de la misma y por
lo tanto se ha dicho anteriormente una contradicción: el Amor no es bello.
Sócrates parece haber quedado conforme al no encontrar réplica a sus
afirmaciones de parte de Agatón y ahora si comenzará a hablar del amor
según una conversación que mantuvo con Diotima, una mujer de Matinea.
Según Diotima, Eros es un ser intermedio, entre lo bello y lo feo, entre lo
bueno y lo malo. Se plantea como un ser que es al mismo tiempo mortal e
inmortal. Es entonces un demonio, un ser intermedio que separa a los
hombres y los dioses, y que actúa de intérprete entre ambos. Es, por tanto,
aquello que aproxima la relación entre humanos y dioses manteniendo la
armonía entre ambos. Es decir que el hombre, gracias al Amor, llega hasta
los dioses.
El mito de la creación del Amor nace en un festín celebrado por el
nacimiento de Afrodita. Poros, la Abundancia, se encuentra embriagado en
néctar y decide salir a descansar. Es así como lo encuentra Penía, que
impulsada por su pobreza, decide tener un hijo de Poros. Es así como se
transforman en los padres de Eros, y este en compañero de Afrodita ya que
ama a la belleza y ella es hermosa. De sus padres recibe su herencia: por
parte de su madre es pobre, desarreglado, miserable y flaco, siempre en
extrema necesidad; por parte de su padre es fuerte, emprendedor, hábil y
afortunado. Ya que sus padres provienen de dos naturalezas diferentes, no es
mortal ni tampoco inmortal. Por ello en el mismo día esta floreciente y lleno
de vida, pero llega a extinguirse con el tiempo para llegar a revivir en el
futuro. Todo lo que tiene lo pierde, por lo que nunca será ni rico ni pobre.
Eros ama la sabiduría ya que es bella y buena por naturaleza, pero no es
capaz de poseerla por su naturaleza intermedia. Es decir, vaga entre la
ignorancia y la sabiduría.
Amar es querer poseer lo que no se tiene, como se ha dicho mas arriba. El
amante desea poseer lo que es bello. Esto se debe a la estrecha relación que
existe entre lo bello y lo bueno. La explicación de esas ganas de poseerlo está
en que se concibe que de esa manera uno sea feliz. Por lo tanto amar es
querer poseer el bien, el cual siginfica felicidad. El Amor no consiste en
completar las deficiencias de cada uno (buscando la unión con la otra mitad)
porque esto supone la búsqueda de uno mismo. El objeto del amor, entonces,
es el deseo de la producción de la belleza.
El deseo sexual es una manera de inmortalidad por medio de la fecundación
de un nuevo ser colaborando así con la existencia de la especie y de su
conocimiento. La belleza de esta acción llena al hombre de felicidad ya que
ha cumplido con el fin primordial. El amor entonces aparece como una
fuerza que garantiza la perpetuación de todos los seres vivos.
El Amor se eleva de grado en grado hasta su fin supremo. El hombre poseído
por el Amor se encanta primeramente en un cuerpo bello, y después en todos
los cuerpos bellos. Luego en las almas bellas y de todo lo que en ellas es bello,
sean sentimientos y acciones. Estas acciones son muestras de su inteligencia,
sintiéndose atraído por las ciencias, cuya belleza le inspira pensamientos e
ideas que afloran en la filosofía. Entre todas las ciencias, hay una que cautiva
su alma: la ciencia misma de lo Bello, cuyo conocimiento es la perfección del
amor. Esta belleza que tanto se desea y es tan difícil de conseguir es
simplemente la belleza en sí, eterna, divina, real y sencilla, en la que
encontrará todas las demás. Así se llega a la contemplación de la forma ideal
de la Belleza y al fin de este proceso.
Finaliza Sócrates señalando la importancia de rendir culto al Amor y
celebrarlo en todo momento posible. Toda la mesa elogia sus palabras y su
relato

· Discurso de Alcibíades

Aristófanes se disponía a realizarle algunas objeciones a Sócrates cuando


fuertes golpes sobre la puerta llaman la atención del grupo. Se hace presente
Alcibíades, que reconoce estar borracho y pide se le haga un lugar en la
mesa. Aceptada su petición, se sienta para luego tener una discusión con
Sócrates a razón de celos ya que según reconocen, han tenido una relación
amorosa. Alcibíades tranquiliza a Sócrates coronándolo con cintas y
posteriormente se proclama el rey de la fiesta, pidiendo bebida abundante
para todos hasta bien hayan tomado lo suficiente como para estar en su
mismo estado.
Una vez al tanto del tema de la reunión, y reconociéndose en desventaja para
hablar del Amor por su estado alcohólico, decide realizar entonces un elogio
a Sócrates. Lo compara con el sátiro Marsias, quien encantaba a los hombres
con su melodía. El mismo efecto, afirma, tienen las palabras de Sócrates en
quienes lo escuchan. El mismo como su discípulo reconoce que sus palabras
le hacen palpitar el corazón con violencia emocionándolo hasta las lágrimas.
Tras una serie de comentarios, afirma que Sócrates es el modelo de filósofo y
para él, imagen de la belleza y el Amor. Es por tanto, el único amante digno
de poseerlo

· El Final de la Reunión

Sócrates y Agatón se unen al descubrir que Alcibíades habría querido con su


discurso usarlos a su antojo. En esto, una tropa alegre entra en casa de
Agatón causando desorden. Estos toman lugar en la mesa y comienzan a
beber en exceso. Erixímaco y Fedro abandonan la casa. Aristófanes cae
dormido y despierta a mitad de un discurso de Sócrates sobre la poesía.
Nuevamente cae dormido junto a Agatón. Sócrates, como ya era de día,
abandona la casa junto a Aristodemo para seguir con sus ocupaciones
habituales hasta la noche.

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