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Quechua y Espanol
Quechua y Espanol
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
INTRODUCCIÓN
Es interés prioritario del presente artículo presentar, muy escuetamente, una de las
consecuencias producidas por este contacto de lenguas y culturas: la presencia de elementos
quechuas en el español coloquial.
Es necesario aclarar que cuando hablamos de «español en Lima», se trata sólo de un ideal,
pues ello niega que los términos hispanos impregnados de rasgos quechua no se usen también
en otras áreas del país, puntos del país. Mencionar una ciudad en particular (Lima) obedece
más a la necesidad de usar un constructo que refleje la idea abstracta de «hornogeneidad» de
la lengua, intentando con ello presentar un estudio más o menos sistemático, sin que con ello
estemos negando de plano la sistematicidad que se suele haber en los hechos de habla (dentro
de la realidad heterogénea de la lengua).
Es bastante difundida la idea que el contacto de lenguas y culturas trae consigo consecuencias
"intrínsecas" como la mutua influencia en las estructuras lingüísticas de los sistemas en
contacto; ello es demostrable en la gran mayoría de casos en que se ha dado el femómeno. En
esas condiciones se de da lo que muchos reconocen como préstamos mutuos más que de
«aportes» de una a la otra lengua; por supuesto que, estadísticamente, hablando, los llamados
préstarnos no son proporcionales de una a la otra lengua. No puede serlo porque una lengua,
estigmatizada desde el inicio, como el quechua no puede (y éste es el fenómeno que
eufemísticamente esconde el término «préstamo») influir en igual magnitud que lo hace el
español. Su situación de total desventaja desde los comienzos del contacto originó una
constante y sostenida castellanización en casi todas las áreas de nuestra patria.
Según la historia fueron los religiosos los más interesados en hacer notoria la «superioridad»
de una cultura sobre la otra para ello usaron mecanismos, la más de las veces crueles con el
fin de hacer desaparecer toda huella de culturas que no fuesen la de ellos; posiblemente los
guiaba la idea de que «sin cultura propia no hay lengua propia = seres no humanos».
La presencia del quechua en el español es un fenómeno que se ha dado «desde siempre»; las
más antiguas incorporaciones al diccionario del español presentan formas completas o muy
poco modificadas estructuralmente; algunas se fusionan formando híbridos, otras conservan su
morfología, pero adoptan significados distin-tos o han ampliado su campo semántico, algunas
son más usadas, otras menos, etc. Las interrogantes que debian ser absueltas eran a) ¿las
formas jato y palta, son de origen quechua?, b) ¿qué originó las formas actuales con que se
usan?, ¿hay visos de difusión y aceptación en otros niveles sociales, no necesariamente
juvenil?
METODOLOGÍA
Los datos analizados provienen de hablantes preferentemente jóvenes que oscilan entre los 12
y 30 años, con estudios de acuerdo al nivel que les corresponde (primarios y universitarios);
además de la edad la variable sexo es fundamental para especificar el uso de los términos
estudiados. Por ello los datos provienen también de hablantes mujeres de 12 a 30 años con
igual características de estudios que los hablantes varones.
A. Marque su respuesta con (sí) o (no). En una expresión como "tengo que
llegar temprano a mi jato"
B. Marque su respuesta con un aspa dentro de los paréntesis. ¿Con qué frecuencia usa la
palabra jato?
1. Siempre ( )
2. Sólo a veces ( )
El cuestionario para acopiar datos sobre la foririas y usos semánticos de pata (paltaear, cte.)
son similares al anterior.
HIPÓTESIS
Las primeras observaciones del material obtenido permitieron plantear las siguientes hipótesis:
1) Las palabras jato y palta son formas que tienen origen quechua.
2) Las palabras jato y palta se usan en el habla coloquial o subestándar preferentemente por
jóvenes, en la ciudad de Lima.
3) Las mencionadas formas léxicas conservan gran parte de su morfología, pero han ampliado
su campo semántico originales.
Marco teórico
El aporte de elementos lingüísticos de una lengua a otra es un proceso muy antiguo; piénsese,
por ejemplo, en el sánscrito y los elementos comunes que presenta con el latín y hasta con el
griego, Sin proyectamos a otras lenguas, piénsese en los aportes que ha recibido el español en
su formación a partir de un latín coloquial. Como dijimos al inicio es un proceso que no ha
concluido y no concluirá, prácticamente es un proceso intrínseco de las lenguas que se
encuentran en contacto con otras, quizás tanto como lo es su naturaleza variable.
En lo que respecta al aporte de las lenguas nativas de América -entre ellas el quechua- al
español en épocas tempranas, Alvar ( 1997:79) refiere que fue Antonio de Nebrija quien
primero dio cabida en su repertorio a voces de origen americano. En su, entonces famoso,
Vocabulario español latín ( Dictionarium ex hispaniensi in latinuni sermonen ), posiblemente en
1492, aparece la palabra canoa; desde enton-ces las incorporaciones oficiales han sido cada
vez mayores, Así lo hicieron humanistas como el judío converso Andrés Laguna (1450-1560),
el aragonés Juan Lorenzo Palmireno, el propio Covarrubias y otros. En la edición de 1770 de la
obra de Covarrubias se suprimieron muchos de los regionalismos registrados hasta entonces;
en lo que respecta a los arnericanismos las más frecuentes son las de Argentina (1364) y Chile
(1359), seguidos por los de uso general ( 1163), Colombia (946), Cuba (777) y Perú (687)...
Ignoramos si existe alguna investigación moderna que haya ratificado esta versión: pues,
habría que ver dentro de los de «uso general» y los reconocidos como de otras regiones,
cuántos eran realmente de procedencia peruana y dentro de ellos cuantos tenían origen
quechua. Nos parece que esta unica inquietud Puede estar sustentada en las relaciones que
existía entonces, entre el Virreinato del Perú. la Corona de España y los escritores oficiales de
la época. Recuérdese que el Perú (Lima) era enclave y ciudad central donde se acentuó el
poder español durante el Virreinato ¿Por qué tomar más elementos de otros lugares?.
En el recuento que hace Alvar Ezquerre ( 1997: 92) de las incorporaciones o simplemente
registros de «peruanismos» en las secuenciales ediciones del dicciona-rio oficial del español,
menciona el Diccionario de Peruanismos a Juan de Arona, seudónimo de Don Pedro Paz Soldán
y Unanue, de él dice que recoge términos de variada procedencia, pues, por un lado, «recoge
indigenismos que se usan al hablar castellano, términos que se emplean en el Perú con un
significado distinto al espa-ñol, algunos arcaísmos y dialectalismos españoles, y voces que
tienen algúnn cambio en su grafía» . También menciona en una línea los nombres de Rubén
Vargas Ugarte y el de Enrique Tovar. En épocas posteriores se publicaron trabajos que se
relacionan con la interinfluencia que mencionamos; entre ellos: Inés Pozzi - Escot y Rodolfo
Cerrón - Palomino. que se ocupan de las interinfluencias del quechua ayacuchano y huanca,
respectivamente. Entre los trabajos sobre peruanismos, en el último de Miguel Ángel Ugarte
Chamorro«Vocabulario de Peruanismos» (1997) el autor menciona el origen quechua de las
entradas. Consciente de que muchos de los términos que él considera «peruanismos» tienen
en su estructura y significado la presencia de lenguas amerindias, el autor menciona en la
«Advertencia» del libro, que la ciudad de Arequipa de donde recopiló gran cantidad de
entradas es una ciudad con notable raigambre española «aunque con innegable influencia de
las lenguas vernaculares, quechua y el aimara». En otra parte de esta sección anota que Lima
, capital del Perú, es una ciudad «donde afluyen constantemente los 'provincianos' de las
numerosas y varíadas regiones de todo el territorio nacional».
En esta primera entrega de nuestra investigación nos vamos a referir sólo a dos términos que
presentan gran productividad que identifican las hablas juveniles, pero que a partir de ello han
sido capaces de calar diversas esferas sociales hasta recalar en grupos sociales considerados
bajos, marginales o eufemísticamente hablando, más populares. Los términos son : «jato» y
«paltear».
Los mencionados términos, al igual que otros cuarenta y cinco fueron registrados el año 1998;
desde entonces, han sido observados comprobándose su uso frecuente en distintos lugares de
Lima. Muchos de ellos fueron comprobados con asistencia de estudiantes de la Escuela de
Lingüística de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, aplicando encuestas dentro de los
cursos de dialectología y sociolingüística.
CORPUS
Una pequeña muestra del corpus analizado durante la investigación fueron los siguientes:
A)
7. Después del baile se quedó jato «después del baile se quedó dormido»
Análisis lingüístico
Los mencionados términos son reconocidos por los usuarios varones con estudios
universitarios, como <<jerga juvenil», en un 85% como «argot» en un 10% y como «replana»
por adultos con estudios superiores, en un 5%. Dado el espacio con que contamos en este
artículo, nos abstendremos de resolver las diferencias y dar cuenta de las preferencias, sólo
enfatizamos que mediante una encuesta sociolingüística sobre actitudes, la mayoría de
usuarios defiende el uso del término dando muestra que no se siente menos que nadie por
hacerlo en otro plano de la investigación, los usuarios justifícan el uso de los términos en
cuestión aduciendo que son más prácticos: «es que con estas formas podemos decir varias
cosas sin buscar otras más complicadas» - refirió José, un joven estudiante de 20 años -. Esta
polisemia que reflejan los término no sólo abona a favor de la naturaleza económica de la
lengua, también es una muestra de la creatividad lingüística de todo hablante de una lengua
natural.
Evidencia quechua
Rafael Aguilar Páez (1970), en la adaptación de la obra de Antonio Ricardo (1586), registra los
siguientes vocablos:
4. qata 'techado',
5. qatana 'cobertor'
2. Ccatascan 'techo de casa" : huachip ccataskan rupacun ' el techo se quema (pág. 465)(2)
1. qata 'techado, ' cobija" , ' lo que sirve para cubrirse en la cama'
CONCLUSIÓN
El largo contacto de las lenguas quechua y castellano ha propiciado influencias de una a otra
en sus distintos niveles gramaticales, especialmente en el repertorio léxico. La situación del
quechua como lengua de menor prestigio ha obligado a los usuarios (inicialmente jóvenes) a
hibridar las palabras de modo que puedan ser entendidas como españolas y no quechuas. Un
cotejo simple como el realizado en el artículo pone en evidencia que muchas palabras de uso
bastante frecuente en el ámbito hispano tienen origen quechua.
Por razones de espacio no hacemos mayores comentarios de la palabra palta, como adelanto a
una entrega posterior, sólo diremos que en este caso también ha ocurrido un mínimo cambio
morfológico en su paso del quechua /palta-/ o pilta-/ 'aplastar, sobrecarga emocional' al
"castellano" palta, paltear, palteado y demás variantes formales y semánticos.
B)
«estoy incómodo,
3. Estoy palteado
confundido,descontrolado»
«amaneció aturdido,
10. Amaneció palteado después de la fiesta de anoche confundido después de la fiesta
de anoche»
BIBLIOGRAFÍA
- JIMÉNEZ RUIZ, Juan L. La problernática del cambio semántico en la lengua como sistema
de valores: aproximación epistemológica. En Estudios de Lingüística, Universidad de Alicante,
España. Año 1996-97.