Lengua, identidad y dependencia

Sumario Poema de Tapa / Gonzalo Rojas

03 Lengua, identidad y dependencia: El poema de tapa de este número pertenece a Gonzalo Rojas. El poeta nació en el puerto
de Lebu, Chile, en 1917, hijo de una maestra y de un minero del carbón que murió joven
04 · Una vieja historia / por Josefina Racedo y Stella Cipriani
por las dolencias de su oficio y a quien Rojas dedicó el celebrado poema "Carbón", publi-
cado en 1964 en su libro Contra la muerte. Fue alfabetizador voluntario de obreros del sa-
07 · Lengua e identidad en América hispanoparlante
Recientes estadísticas señalan que las actividades culturales
litre y profesor de literatura en la Universidad de Concepción. En 1959 recibió una invita-
por Adolfo Colombres
ción oficial a China —que se repetiría en los años sesenta— y tuvo un diálogo de dos ho-

y artísticas de la Argentina –especialmente de Buenos Ai-

ras con Mao Tsetung en el que hablaron "más de literatura que de política", recordó. En

12 · Defensa de la palabra / por Teresa Parodi

1970 Salvador Allende lo nombra Consejero Cultural en aquél país, y en 1972 Encargado

res– superarían a las que se realizan en algunos centros cul-

de Negocios en Cuba, rango equivalente a embajador. Luego del golpe de Pinochet fue des-
pojado de sus cargos universitarios "por significar un peligro para el orden y la seguridad
14 · Mitos y verdades de las lenguas en el mundo

turales del mundo.

interna". Debió permanecer exiliado hasta 1980. Además de obtener en su país el Premio
por Isabel Requejo Nacional en 1992, ha recibido importantes reconocimientos internacionales, entre ellos el

El dato, de ser veraz, es reflejo de dos aspectos contradicto-

premio argentino José Hernández (1997) y el Premio Cervantes (España, 2003). Algunos
18 · Pedagogía y políticas de la lengua
de sus libros son La miseria del hombre (1948), Del relámpago (1981), Desocupado lec-

rios. Por lo general, los medios de comunicación exaltan lo

por Zulma Caballero
tor (1990), Antología de Aire (1994), Río turbio (1996). El poema que reproducimos inte-

Octubre Ocho más visible de este movimiento que se expresa en la mutli-

gra su libro Oscuro (1977):

22 · La escuela y los peligros de de-subjetivación

por Inés Cristina Rosbaco
plicidad de actividades vinculadas a las industrias culturales
26 Escuela, política y violencia y el turismo. Se minimiza que con la crisis no menguaron,
Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve

por el contrario, se incentivaron las necesidades de expresio-

por Diana Milstein
con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol

nes culturales y la capacidad creadora del pueblo y de sus ar-

para decirle nada, y víboras, y víboras,
29 ¿Somos todos burros?
víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo,

tistas e intelectuales.
por Guillermo Volkind
y el asma, y otra cosa,
y el asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma.

Las concepciones elitista o mercantilista, que niegan que la

32 La traducción: una constante toma de decisiones
por Jorge Hacker

cultura es producto de las realizaciones materiales y simbó-

Así que son las tres, o ya no son las tres,
ni es el ocho, ni octubre. Así que aquí termina
34 Grupo Espartaco. Singular mirada en los '60 sobre
licas de un pueblo y constituyen su identidad, promueven
la quebrada del Yuro, así que la Quebrada
obreros e indígenas / por Noemí Aira
del Mundo, y va a estallar. Así que va a estallar

políticas que conducen al debilitamiento de la cultura nacio-

la grande, y me balearon en octubre.
36 Entrevista al grupo de rock folclórico Arbolito

nal. Estas son parte del proyecto político y económico que

por Cristina Mateu y Alejandro Volkind
Así que daban cinco mil dólares por esto, o eran cincuenta mil,

profundiza la dependencia.
sangre mía, por esto que fuimos y que somos,
39 Marejadas
¡y todo lo que fuimos y somos! Cinco mil

En este mismo sentido el reciente debate y problemática sus-

por mis ojos, mis manos, cincuenta mil por todo,
40 Justino, violinisto de los valles del Tafí
con asma y todo. Y eso, roncos pulmones míos,

citado por la realización del III Congreso Internacional de la

por Víctor Delgado
que íbamos a cumplir los cuarenta cantando.

Lengua Española en Rosario, exige analizar sus aspectos

43 Libros
Cantando los fatídicos mosquitos de la muerte:

contradictorios. Sin duda, la realización de este congreso no

arriba, arriba, arriba los pobres, la conducta
46 10º Aniversario: Encuentro de Música y Cultura
de la línea de fuego, bienvenida la ráfaga

se puede desvincular, como sostiene Josefina Racedo, de la

popular
si otros vienen después. Vamos, vamos veloces,
48

"ofensiva económica y de dominio de las grandes potencias

vamos veloces a vengar al muerto.
La inseguridad de la desigualdad / por Diana Kordon,
Lucila Edelman, Darío Lagos y Daniel Kersner
y del bloque hegemónico de las clases dominantes de Argen-
Lo mío —¿qué es lo mío?—: esta rosa, esta América
50
con sus viejas espinas. Toda la madrugada

tina" , a la vez que exige considerar lo que significa la len-

Cutura popular y propuestas emergentes con el
me juzgan en inglés. ¿Qué es lo mío y lo mío
Argentinazo / por Cristina Mateu
sino lo tuyo, hermano? La cosa fue de golpe

gua, hablada y escrita, en la constitución identitaria de nues-

53
y al corazón. Aquí
Marejadas
tro pueblos, además de considerar los aspectos más acadé-
va a empezar el origen, y cómanse su miedo.
55

micos y específicos del tema.

Poesía
Así que me carnearon y después me amarraron.
A Vallegrande —a qué— ¡y en helicóptero!

En estas páginas, distintas miradas analizan la cuestión de la

Bueno es regar con sangre colorada el oxígeno

lengua desde su vínculo con la identidad y la dependencia.

aunque después me quemen y me corten las manos,
las dos manos.
—Dispara sin parar
mientras voy con Bolívar, pero vuelvo.

Lota, 1967

Dirección: Josefina Racedo, Jorge Brega, Derli Prada. Administración y Distribución: Gloria Rodríguez
Agrelo 3045,Capital Federal. Teléfono:

2004/2005. RPI en trámite. Las notas firma-

das son responsabilidad de sus autores; los
4931-6157. Año 11, Nº 23, verano

riamente coinciden con la opinión de los

conceptos expresados en ellas no necesa-

Consejo asesor: Luisa Calcumil, Adolfo Colombres, (correo electrónico: lamareaadm@yahoo.com.ar).

®

Alberto Rex González, Néstor Groppa, Jorge Hacker, Colaboran en este número: Noemí Aira, Zulma
e-mail: revistalamarea@hotmail.com

Teresa Parodi, Ana Pampliega de Quiroga.
Secretaría de Redacción: Cristina Mateu, Víctor
Delgado.
Secciones: Jorge Carrizo, Diana Dowek, Diana Flax,
Gabriela Gresores, Diana Kordon.
Colaboradores: Ana Blayer, Ana Cabrera, Roberto Di
Giano, Nora Dottori, Luciano Pablo Grasso, Armando Sigler
editores.
Caballero, Lucila Edelman, Nora Kancepolski, Daniel
Kersner, Diana Kordon, Darío Lagos, Diana Milstein, Inés
Cristina Rosbaco, María Stella Taboada, Alejandro Volkind,
Guillermo Volkind.
Ilustración de tapa: Aída Carballo, fragmento de de
Autorretraro con autobiografía, aguafuerte.
Producción gráfica: www.acquatinta.com.ar

Relgis. Rosario: Stella Cipriani.

la marea 3
 Lengua, identidad y dependencia
Sumario Poema de Tapa / Gonzalo Rojas
03 Lengua, identidad y dependencia: El poema de tapa de este número pertenece a Gonzalo Rojas. El poeta nació en el puerto
de Lebu, Chile, en 1917, hijo de una maestra y de un minero del carbón que murió joven
por las dolencias de su oficio y a quien Rojas dedicó el celebrado poema "Carbón", publi-
cado en 1964 en su libro Contra la muerte. Fue alfabetizador voluntario de obreros del sa-
04 · Una vieja historia / por Josefina Racedo y Stella Cipriani
litre y profesor de literatura en la Universidad de Concepción. En 1959 recibió una invita-
07 · Lengua e identidad en América hispanoparlante ción oficial a China —que se repetiría en los años sesenta— y tuvo un diálogo de dos ho-
por Adolfo Colombres ras con Mao Tsetung en el que hablaron "más de literatura que de política", recordó. En
1970 Salvador Allende lo nombra Consejero Cultural en aquél país, y en 1972 Encargado Recientes estadísticas señalan que las actividades culturales
12 · Defensa de la palabra / por Teresa Parodi de Negocios en Cuba, rango equivalente a embajador. Luego del golpe de Pinochet fue des-
pojado de sus cargos universitarios "por significar un peligro para el orden y la seguridad y artísticas de la Argentina –especialmente de Buenos Ai-
14 · Mitos y verdades de las lenguas en el mundo interna". Debió permanecer exiliado hasta 1980. Además de obtener en su país el Premio
Nacional en 1992, ha recibido importantes reconocimientos internacionales, entre ellos el
res– superarían a las que se realizan en algunos centros cul-
turales del mundo.
por Isabel Requejo
premio argentino José Hernández (1997) y el Premio Cervantes (España, 2003). Algunos
de sus libros son La miseria del hombre (1948), Del relámpago (1981), Desocupado lec-
18 · Pedagogía y políticas de la lengua tor (1990), Antología de Aire (1994), Río turbio (1996). El poema que reproducimos inte- El dato, de ser veraz, es reflejo de dos aspectos contradicto-
rios. Por lo general, los medios de comunicación exaltan lo
por Zulma Caballero gra su libro Oscuro (1977):

Octubre Ocho más visible de este movimiento que se expresa en la mutli-

22 · La escuela y los peligros de de-subjetivación
por Inés Cristina Rosbaco

Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve

plicidad de actividades vinculadas a las industrias culturales
26 Escuela, política y violencia con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol y el turismo. Se minimiza que con la crisis no menguaron,
por el contrario, se incentivaron las necesidades de expresio-
por Diana Milstein para decirle nada, y víboras, y víboras,
víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo,
y el asma, y otra cosa,
nes culturales y la capacidad creadora del pueblo y de sus ar-
29 ¿Somos todos burros?
y el asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma.
tistas e intelectuales.
por Guillermo Volkind

Así que son las tres, o ya no son las tres,

Las concepciones elitista o mercantilista, que niegan que la
32 La traducción: una constante toma de decisiones
por Jorge Hacker ni es el ocho, ni octubre. Así que aquí termina
34 Grupo Espartaco. Singular mirada en los '60 sobre
la quebrada del Yuro, así que la Quebrada
del Mundo, y va a estallar. Así que va a estallar cultura es producto de las realizaciones materiales y simbó-
obreros e indígenas / por Noemí Aira la grande, y me balearon en octubre. licas de un pueblo y constituyen su identidad, promueven
36 Entrevista al grupo de rock folclórico Arbolito Así que daban cinco mil dólares por esto, o eran cincuenta mil, políticas que conducen al debilitamiento de la cultura nacio-
sangre mía, por esto que fuimos y que somos,
nal. Estas son parte del proyecto político y económico que
por Cristina Mateu y Alejandro Volkind
¡y todo lo que fuimos y somos! Cinco mil
39 Marejadas por mis ojos, mis manos, cincuenta mil por todo,
con asma y todo. Y eso, roncos pulmones míos,
profundiza la dependencia.
40 Justino, violinisto de los valles del Tafí que íbamos a cumplir los cuarenta cantando. En este mismo sentido el reciente debate y problemática sus-
citado por la realización del III Congreso Internacional de la
por Víctor Delgado
Cantando los fatídicos mosquitos de la muerte:
arriba, arriba, arriba los pobres, la conducta
Lengua Española en Rosario, exige analizar sus aspectos
43 Libros
de la línea de fuego, bienvenida la ráfaga
46 10º Aniversario: Encuentro de Música y Cultura si otros vienen después. Vamos, vamos veloces, contradictorios. Sin duda, la realización de este congreso no
se puede desvincular, como sostiene Josefina Racedo, de la
popular vamos veloces a vengar al muerto.
48
Lo mío —¿qué es lo mío?—: esta rosa, esta América
"ofensiva económica y de dominio de las grandes potencias
La inseguridad de la desigualdad / por Diana Kordon,
Lucila Edelman, Darío Lagos y Daniel Kersner con sus viejas espinas. Toda la madrugada
50 me juzgan en inglés. ¿Qué es lo mío y lo mío
sino lo tuyo, hermano? La cosa fue de golpe
y del bloque hegemónico de las clases dominantes de Argen-
tina" , a la vez que exige considerar lo que significa la len-
Cutura popular y propuestas emergentes con el
Argentinazo / por Cristina Mateu y al corazón. Aquí
va a empezar el origen, y cómanse su miedo.
gua, hablada y escrita, en la constitución identitaria de nues-
53
Marejadas
55 Así que me carnearon y después me amarraron.
A Vallegrande —a qué— ¡y en helicóptero!
tro pueblos, además de considerar los aspectos más acadé-
micos y específicos del tema.
Poesía
Bueno es regar con sangre colorada el oxígeno

En estas páginas, distintas miradas analizan la cuestión de la

aunque después me quemen y me corten las manos,
las dos manos.
—Dispara sin parar
mientras voy con Bolívar, pero vuelvo.
lengua desde su vínculo con la identidad y la dependencia.
Lota, 1967

Dirección: Josefina Racedo, Jorge Brega, Derli Prada. Administración y Distribución: Gloria Rodríguez
Agrelo 3045,Capital Federal. Teléfono:

2004/2005. RPI en trámite. Las notas firma-

das son responsabilidad de sus autores; los
4931-6157. Año 11, Nº 23, verano

riamente coinciden con la opinión de los

conceptos expresados en ellas no necesa-

Consejo asesor: Luisa Calcumil, Adolfo Colombres, (correo electrónico: lamareaadm@yahoo.com.ar).

®

Alberto Rex González, Néstor Groppa, Jorge Hacker, Colaboran en este número: Noemí Aira, Zulma
e-mail: revistalamarea@hotmail.com

Teresa Parodi, Ana Pampliega de Quiroga.
Secretaría de Redacción: Cristina Mateu, Víctor
Delgado.
Secciones: Jorge Carrizo, Diana Dowek, Diana Flax,
Gabriela Gresores, Diana Kordon.
Colaboradores: Ana Blayer, Ana Cabrera, Roberto Di
Giano, Nora Dottori, Luciano Pablo Grasso, Armando Sigler
editores.
Caballero, Lucila Edelman, Nora Kancepolski, Daniel
Kersner, Diana Kordon, Darío Lagos, Diana Milstein, Inés
Cristina Rosbaco, María Stella Taboada, Alejandro Volkind,
Guillermo Volkind.
Ilustración de tapa: Aída Carballo, fragmento de de
Autorretraro con autobiografía, aguafuerte.
Producción gráfica: www.acquatinta.com.ar

la marea 3
Relgis. Rosario: Stella Cipriani.
 Una viej a historia
Lengua, identidad y dependencia

Escribe Josefina Racedo

E
unión política entre los doce socios comuni- mica Europea y su pertenencia a ella con el
tarios. (…) Así por ejemplo, España está compromiso de ajustar el conjunto de su
l III Congreso Internacional de la Len- diferentes intereses de los monopolios y po- pozos en explotación y los explorados, más

gua Española que se realiza en Rosa-
rio se inserta políticamente dentro de
la estrategia diseñada por el estado español, a
partir de la década de los ochenta, de aprove-
apadrinando la cooperación con América economía a la par de los países más adelan-
tencias imperialistas que disputan la hege-
monía en el mismo y con el ALCA. Tironea-
latina a la hora de decidir cuáles son los in- tados, le confiere un grado de influencia en el dos por el ALCA, el mercado que empuja Es-
tereses comunes de la nueva Europa unida y orden de la política internacional… incom- tados Unidos, los gobiernos de la región con
las destilerías, más todo lo que la infamia li-
beral de Menem quiso.
La elección de nuestro país y más en par- de controlar lo que ha sido y es su capital his-
ticular de la ciudad de Rosario para la reali- tórico: los países que han sido sus colonias.

NO MÁS ESPEJITOS DE COLORES.

char los viejos lazos con las antiguas colonias la posibilidad de decidir el cómo y el cuándo parablemente superior (…) provista ahora de diferencias pero de acuerdo con su táctica zación el Congreso de la Lengua, no la pode-
para su nueva expansión imperialista, ofre- de una acción exterior común por mayoría un mayor predicamento en los foros interna- más general, forcejean sin enfrentarse direc- mos analizar sin tener en cuenta que una vez

que en el marasmo de las negociaciones téc- voz con autoridad efectiva en apoyo de los
ciéndose a la vez como cabecera de playa pa- cualificada (…) pero no sería justo ocultar cionales, están en condiciones de hacer oír su tamente con el coloso del Norte. Lula prefie- más la ofensiva cultural está vinculada a la

nicas ha aparecido una decidida voluntad intereses de la América latina. (…) Al fin y
ra el conjunto de la Unión Europea. Los "fes- re un MERCOSUR donde Brasil acuerde por ofensiva económica y de dominio de las Los comentarios del cónsul español en

política española: que la Europa unida no al cabo, los pueblos hispanoamericanos son
tejos" del quinto centenario de la Conquista su lado con el ALCA y lleve a los otros paí- grandes potencias y del bloque hegemónico Córdoba durante los actos del 12 de octubre

permanezca aislada de lo que ocurre y pue- –como España misma– europeos también,
fue el gran acontecimiento proyectado para ses de la región de arrastre. de las clases dominantes de Argentina. Así, de este año rayan con el racismo. Que en una

da suceder en el subcontinente americano.” ya que toda América, fantasías aparte, for-

estos fines. Los festejos fueron frustrados, Por su lado, Kirchner se posiciona desde hoy, el diario La Nación, del grupo Clarín, provincia argentina, el representante del es-

La cumbre de jefes de estado de Guada- ma en su conjunto un sector cualificado de

como es conocido, por la movilización masi- otro eje. Busca ventaja en el ALCA para mo- trae en su Suplemento Económico no sólo las tado español diga con total impunidad que

lajara, realizada en 1991, convocada en 1985 la misma civilización occidental.”

va de los pueblos de nuestra América,.
Así, el suplemento especial de los diarios
Clarín (Buenos Aires), El País (España) y
Excelsior (México) del 12 de octubre de 1991
traía –con la firma del director del diario es-
pañol, Joaquín Estefanía– estos párrafos que
transcribimos:
“No existe la distancia temporal suficien-
te para saber aún si la cumbre de Guadalaja-
ra significará un punto y aparte en la rela-
ción histórica entre España, ya implicada de
modo absoluto e irreversible en Europa, y
una América latina con la que, independien-
temente de la voluntad de los políticos y las
nopolios que, como Techint, sostienen a su
gobierno. Desde ya que todos los países del
durante la Tercera Conferencia Iberoameri- Pasaron doce años y las distintas líneas en MERCOSUR aspiran a mejores condiciones
cana de Comisiones Nacionales del Quinto disputa dentro del MERCOSUR, que había en las negociaciones con la CEE, ahora cons-
Centenario. Esta Conferencia sesionó por sido anunciado como forma de asociación y tituida por 15 países. Esta no descansa en su
primera vez en 1983 determinando que allí de integración en favor de los intereses nacio- afán de capturar nuestras economías regiona-
se iniciaba el período de 10 años de prepara- nales de los países de la región, expresan los les a su favor, librando una disputa feroz de
tivos de las celebracio- mercados con los EEUU y con otras poten-
nes del Quinto Cente- cias imperialistas como Rusia, China y Ja-
nario en América. Y, pón. El proyecto del estado español, la nueva
como lo expresaba conquista de un espacio vital dentro de la
Luis Yáñez en aquel economía europea –que como ya señalamos
Suplemento, “la con- viene desde los ’80– , se inscribe a su vez en
ferencia también se fue la disputa interimperialista dentro de la CCE.
explicaciones sobre “El boom de Rosario”
(titulo de tapa), por el alza en el precio inter-
nacional de la soja y el auge en general del
campo, sino que incluye un comentario sobre
el Congreso de la Lengua como parte del “re-
nacer cultural, social y hasta deportivo de la
ciudad”. Y como al pasar, en página 3 de di-
cho suplemento, el corresponsal en Santa Fe,
José Bordón, hablando del puerto de Rosario
como “eje del conglomerado exportador más
importante del país…, una región que expor-
ta el 85% del total de los aceites que se pro-
ducen en Argentina”, señala que el Grupo
hispano-argentino que encabeza Port de Ta-
de no haber llegado España estaríamos so-
metidos a alguna monarquía incaica, mapu-
che o siux es un índice del avance en estos
últimos meses de un interés extremo en re-
forzar los lazos de la dependencia cultural e
ideológica con España.
Lástima que el cónsul no recuerde que en
su país existe una reyecía que ejerce casi co-
mo único rol el de mediador de los intereses
económicos del nunca agotado del todo im-
perio español.
En este presente plagado de luchas de los
pueblos por librarse de las opresiones más
oprobiosas, hemos sido elegidos una vez

poco en un instrumen-
naciones, hemos estado vinculados desde ha- transformando poco a Durante los ‘90, en medio de la gran rragona se hizo cargo de la estación en 2002 más para ser sometidos a los dictados de los

ce cinco siglos. La aclaración llegará posi-
blemente en las próximas reuniones de jefes
de Estado o de gobierno, que se celebrará
justamente en 1992. Año en el que, además
de celebrar el encuentro entre dos culturas y
dos mundos, concluirá el armazón esencial
de la Europa de Los Doce. (…) Estoy comen-
tando los esfuerzos sordos, nada publicita-
dos, que los negociadores españoles con la
Comunidad europea están haciendo para
to de apoyo a la inte-
ofensiva imperialista de la llamada globali-
zación, el gobierno de Menem benefició a to-
gración política regio- dos estos contendientes, en particular a los
nal”. (Las negritas son españoles, con su política de entrega y diver-
nuestras.) sificación de la dependencia. En la década
Cerrando ya las ci- menemista nuestra línea aérea de bandera fue
tas del suplemento prácticamente regalada a Iberia; la telefonía a
conmemorativo, Fran- dos empresas estatales europeas: Telecom
cisco Ayala decía en su (Estet France) y Telefónica (del Estado Espa-
artículo: “Este país ñol). El mejor negocio lo hizo Repsol al reci-
y tiene la concesión hasta 2032.
O sea que, en un mundo multipolar donde
a la única superpotencia, EEUU, le disputan
en todos los planos distintas potencias impe-
rialistas, no podemos tener una mirada inge-
nua hacia este Congreso donde se habla úni-
camente contra el peligro de la globalización
anglosajona. No debemos enredarnos simple-
mente en un debate sobre lengua o lenguas
que empañe el hecho de que hay muchos in-
que se disputan los mercados y el mundo.
No de otra cosa se trata esta nueva cruza-
da española que utiliza como fachada el III
Congreso Internacional en Rosario El idio-
ma español es uno más de los idiomas del
mundo. Sus variantes no son otra cosa que el
desarrollo de las relaciones recíprocas, dia-
lécticas entre sujetos y contexto social e his-
tórico. De un modo u otro estamos en ese
universo cultural, por eso no negamos ni

sentes a la hora de cerrar el acuerdo de

Stella Cipriani. Las danzarinas.
que América latina y sus intereses estén pre- nuestro ha adherido a bir YPF (la empresa estatal argentina que tentos imperialistas en disputa y que España despreciamos esta realidad. Ante la inminen-
la Comunidad Econó- nunca daba pérdidas económicas) con sus ha tenido y tiene desde mucho antes el deseo cia de un nuevo refuerzo por dominarnos,

4 la marea la marea 5
 Una viej a historia
Lengua, identidad y dependencia
Escribe Josefina Racedo
E
l III Congreso Internacional de la Len-
gua Española que se realiza en Rosa-
rio se inserta políticamente dentro de
la estrategia diseñada por el estado español, a
partir de la década de los ochenta, de aprove-
char los viejos lazos con las antiguas colonias
para su nueva expansión imperialista, ofre-
ciéndose a la vez como cabecera de playa pa-
ra el conjunto de la Unión Europea. Los "fes-
tejos" del quinto centenario de la Conquista
fue el gran acontecimiento proyectado para
estos fines. Los festejos fueron frustrados,
como es conocido, por la movilización masi-
va de los pueblos de nuestra América,.
Así, el suplemento especial de los diarios
Clarín (Buenos Aires), El País (España) y
Excelsior (México) del 12 de octubre de 1991
traía –con la firma del director del diario es-
pañol, Joaquín Estefanía– estos párrafos que
transcribimos:
“No existe la distancia temporal suficien-
te para saber aún si la cumbre de Guadalaja-
ra significará un punto y aparte en la rela-
ción histórica entre España, ya implicada de
modo absoluto e irreversible en Europa, y
una América latina con la que, independien-
temente de la voluntad de los políticos y las
naciones, hemos estado vinculados desde ha-
ce cinco siglos. La aclaración llegará posi-
blemente en las próximas reuniones de jefes
de Estado o de gobierno, que se celebrará
justamente en 1992. Año en el que, además
de celebrar el encuentro entre dos culturas y
dos mundos, concluirá el armazón esencial
de la Europa de Los Doce. (…) Estoy comen-
tando los esfuerzos sordos, nada publicita-
dos, que los negociadores españoles con la
Comunidad europea están haciendo para
que América latina y sus intereses estén pre-
sentes a la hora de cerrar el acuerdo de
4 la marea
unión política entre los doce socios comuni- mica Europea y su pertenencia a ella con el diferentes intereses de los monopolios y po- pozos en explotación y los explorados, más
tarios. (…) Así por ejemplo, España está compromiso de ajustar el conjunto de su tencias imperialistas que disputan la hege- las destilerías, más todo lo que la infamia li-
apadrinando la cooperación con América economía a la par de los países más adelan- monía en el mismo y con el ALCA. Tironea- beral de Menem quiso.
latina a la hora de decidir cuáles son los in- tados, le confiere un grado de influencia en el dos por el ALCA, el mercado que empuja Es- La elección de nuestro país y más en par- de controlar lo que ha sido y es su capital his-
tereses comunes de la nueva Europa unida y orden de la política internacional… incom- tados Unidos, los gobiernos de la región con ticular de la ciudad de Rosario para la reali- tórico: los países que han sido sus colonias.
la posibilidad de decidir el cómo y el cuándo parablemente superior (…) provista ahora de diferencias pero de acuerdo con su táctica zación el Congreso de la Lengua, no la pode-
de una acción exterior común por mayoría un mayor predicamento en los foros interna- más general, forcejean sin enfrentarse direc- mos analizar sin tener en cuenta que una vez NO MÁS ESPEJITOS DE COLORES.
cualificada (…) pero no sería justo ocultar cionales, están en condiciones de hacer oír su tamente con el coloso del Norte. Lula prefie- más la ofensiva cultural está vinculada a la
que en el marasmo de las negociaciones téc- voz con autoridad efectiva en apoyo de los re un MERCOSUR donde Brasil acuerde por ofensiva económica y de dominio de las Los comentarios del cónsul español en
nicas ha aparecido una decidida voluntad intereses de la América latina. (…) Al fin y su lado con el ALCA y lleve a los otros paí- grandes potencias y del bloque hegemónico Córdoba durante los actos del 12 de octubre
política española: que la Europa unida no al cabo, los pueblos hispanoamericanos son ses de la región de arrastre. de las clases dominantes de Argentina. Así, de este año rayan con el racismo. Que en una
permanezca aislada de lo que ocurre y pue- –como España misma– europeos también, Por su lado, Kirchner se posiciona desde hoy, el diario La Nación, del grupo Clarín, provincia argentina, el representante del es-
da suceder en el subcontinente americano.” ya que toda América, fantasías aparte, for- otro eje. Busca ventaja en el ALCA para mo- trae en su Suplemento Económico no sólo las tado español diga con total impunidad que
La cumbre de jefes de estado de Guada- ma en su conjunto un sector cualificado de nopolios que, como Techint, sostienen a su explicaciones sobre “El boom de Rosario” de no haber llegado España estaríamos so-
lajara, realizada en 1991, convocada en 1985 la misma civilización occidental.” gobierno. Desde ya que todos los países del (titulo de tapa), por el alza en el precio inter- metidos a alguna monarquía incaica, mapu-
durante la Tercera Conferencia Iberoameri- Pasaron doce años y las distintas líneas en MERCOSUR aspiran a mejores condiciones nacional de la soja y el auge en general del che o siux es un índice del avance en estos
cana de Comisiones Nacionales del Quinto disputa dentro del MERCOSUR, que había en las negociaciones con la CEE, ahora cons- campo, sino que incluye un comentario sobre últimos meses de un interés extremo en re-
Centenario. Esta Conferencia sesionó por sido anunciado como forma de asociación y tituida por 15 países. Esta no descansa en su el Congreso de la Lengua como parte del “re- forzar los lazos de la dependencia cultural e
primera vez en 1983 determinando que allí de integración en favor de los intereses nacio- afán de capturar nuestras economías regiona- nacer cultural, social y hasta deportivo de la ideológica con España.
se iniciaba el período de 10 años de prepara- nales de los países de la región, expresan los les a su favor, librando una disputa feroz de ciudad”. Y como al pasar, en página 3 de di- Lástima que el cónsul no recuerde que en
tivos de las celebracio- mercados con los EEUU y con otras poten- cho suplemento, el corresponsal en Santa Fe, su país existe una reyecía que ejerce casi co-
nes del Quinto Cente- cias imperialistas como Rusia, China y Ja- José Bordón, hablando del puerto de Rosario mo único rol el de mediador de los intereses
nario en América. Y, pón. El proyecto del estado español, la nueva como “eje del conglomerado exportador más económicos del nunca agotado del todo im-
como lo expresaba conquista de un espacio vital dentro de la importante del país…, una región que expor- perio español.
Luis Yáñez en aquel economía europea –que como ya señalamos ta el 85% del total de los aceites que se pro- En este presente plagado de luchas de los
Suplemento, “la con- viene desde los ’80– , se inscribe a su vez en ducen en Argentina”, señala que el Grupo pueblos por librarse de las opresiones más
ferencia también se fue la disputa interimperialista dentro de la CCE. hispano-argentino que encabeza Port de Ta- oprobiosas, hemos sido elegidos una vez
transformando poco a Durante los ‘90, en medio de la gran rragona se hizo cargo de la estación en 2002 más para ser sometidos a los dictados de los
poco en un instrumen- ofensiva imperialista de la llamada globali- y tiene la concesión hasta 2032. que se disputan los mercados y el mundo.
to de apoyo a la inte- zación, el gobierno de Menem benefició a to- O sea que, en un mundo multipolar donde No de otra cosa se trata esta nueva cruza-
gración política regio- dos estos contendientes, en particular a los a la única superpotencia, EEUU, le disputan da española que utiliza como fachada el III
nal”. (Las negritas son españoles, con su política de entrega y diver- en todos los planos distintas potencias impe- Congreso Internacional en Rosario El idio-
nuestras.) sificación de la dependencia. En la década rialistas, no podemos tener una mirada inge- ma español es uno más de los idiomas del
Cerrando ya las ci- menemista nuestra línea aérea de bandera fue nua hacia este Congreso donde se habla úni- mundo. Sus variantes no son otra cosa que el
tas del suplemento prácticamente regalada a Iberia; la telefonía a camente contra el peligro de la globalización desarrollo de las relaciones recíprocas, dia-
conmemorativo, Fran- dos empresas estatales europeas: Telecom anglosajona. No debemos enredarnos simple- lécticas entre sujetos y contexto social e his-
cisco Ayala decía en su (Estet France) y Telefónica (del Estado Espa- mente en un debate sobre lengua o lenguas tórico. De un modo u otro estamos en ese
artículo: “Este país ñol). El mejor negocio lo hizo Repsol al reci- que empañe el hecho de que hay muchos in- universo cultural, por eso no negamos ni
nuestro ha adherido a bir YPF (la empresa estatal argentina que tentos imperialistas en disputa y que España despreciamos esta realidad. Ante la inminen-
la Comunidad Econó- nunca daba pérdidas económicas) con sus ha tenido y tiene desde mucho antes el deseo cia de un nuevo refuerzo por dominarnos,
Stella Cipriani. Las danzarinas.
la marea 5
 Una vieja historia
podemos pensar en qué
lengua hemos construi-
do en este periodo. Reivindicamos con ur-
gencia alcanzar una mirada critica sobre es-
tos 512 años de historia. A lo que no pode-
mos renunciar es a las lenguas previas.
El nuestro es otro árbol, no el de España.
Nuestro tronco se nutre de raíces milenarias,
vivas en América a pesar del oprobio y la ne-
gación.
En resistencia y lucha hemos ido buscan-
do construir un destino propio, independien-
te. No fueron otra cosa los levantamientos,
las puebladas y hoy las movilizaciones y la
El Congreso de la Lengua, intereses y perspectivas
El Congreso de la Lengua estuvo or-
ganizado y dirigido por la Real Academia
Española (RAE), organización que de-
pende del Estado español y cuya misión
es defender y custodiar la pureza de la
lengua “castellana”. La iniciativa nacional
para realizar el III Congreso Internacional
de la Lengua Española comenzó en octu-
bre del 2001 con De la Rúa. Durante su vi-
sita a España aceptó que Argentina fuera
sede del Congreso. El primero se había
realizado en Zacatecas, México (1997) y
el segundo en Valladolid, España (2001).
Participaron de este Congreso sólo 70
congresales e invitados designados por la
RAE, nadie pudo participar sin ser invita-
do. Unas 900 personas, entre los ellos un-
os 170 extranjeros— pudieron presenciar
las deliberaciones de los "expertos". Va-
rias personalidades del campo de las le-
tras fueron ignoradas en la lista inicial, lo
que suscitó todo tipo de reclamos e inci-
dentes institucionales.
Esta situación despertó interés y de-
bates en los ámbitos culturales y el públi-
co en general. Se discutía sobre los invi-
tados y sobre las ponencias a presentar.
Por otro lado, cientos de docentes pri-
marios, secundarios y universitarios, prin-
cipales trabajadores de la lengua y el ha-
bla, junto a estudiantes universitarios
(que solo obtuvieron apenas 250 becas
para participar), se suma a la mayoría de
graduados, profesionales e intelectuales
que no lograron acceder al Congreso. A
pesar de la pluralidad lingüística propues-
ta en el programa del Congreso, los pue-
blos originarios sólo estuvieron represen-
tados por especialistas hispano-parlan-
tes. Con lo cual intentaron controlar el de-
6 la marea
oposición a los engendros que en cada go-
bierno de turno se nos imponen para doblegar
nuestras luchas y proyectos como pueblo y
como país. Albergamos en nuestro territorio
13 lenguas vivas, además del español im-
puesto. Lo hemos enriquecido con esas len-
guas, en nuestro uso cotidiano.
Por eso afirmamos que detrás de este
Congreso está el intento de lograr un nuevo
sometimiento, el seguir conculcando nuestras
conciencias y experiencias en aras de replicar
el pensamiento y la ideología de las clases
dominantes en la vieja España. Porque allí
irán los docentes a sorber el saber de los pri-
bate. A todos estos sectores excluidos se
los condenó a efectuar “acciones parale-
las” por fuera de él.
El III Congreso de la Lengua (IIICL)
había sido parte de la política de Aznar,
cuando éste pierde las elecciones (tras el
atentado de Atocha) asume Rodríguez
Zapatero, representante de la socialde-
mocracia española. Al tiempo, la senado-
ra Cristina Kirchner asume la responsabi-
lidad de impulsar el evento ante el gobier-
no español. En Santa Fe la Vice Goberna-
dora María Eugenia Bielsa toma la tarea
de organizarlo. Se convoca a una mesa
con ministros y secretarios de Cultura de
la Municipalidad, Provincia, Nación, dele-
gados del Instituto Cervantes de España y
autoridades de las Letras de Argentina.
En ella se comprometen al armado de pá-
gina web, programa, difusión, lista de invi-
tados y el pedido de dinero a empresas,
entre ellas Repsol y Telefónica. A su vez,
difunden proyectos de obras públicas pa-
ra embellecer la ciudad de Rosario. (La
Capital, Rosario, 21 y 24 de abril de
2004).
Entre las empresas convocadas figu-
raron Aeropuertos Argentina 2000, Grupo
Telefónica, Grupo Telecom, Endesa, Gru-
po Santander, Telefé, Repsol YPF, Orga-
nización Techint, Sociedad Estatal de
Conmemoraciones Culturales, General
Motors, Freixenet, las Autopistas del Sol,
Oeste, Sur y La Plata, Mapfre, Prosegur,
Univías, Vial 3, Rutal al Sur y varias de-
pendencias del gobierno español. Se cal-
cula que el IIICL habría costado 1,3 millo-
nes de euros.
El IIICL partió de un principio falaz:
considerar la lengua “castellana” como
vilegiados que “discutirán” delante de ellos.
Lo que quieren los organizadores de esta
nueva oferta de espejitos es que nuestro país
tribute en una potencia que hoy tiene una gran
penetración de tipo imperialista en Argentina,
como lo expusimos más arriba.
Considero que no es secundario que domi-
nemos una lengua que se expande por el mun-
do. En sí el habla de los pueblos no tiene carác-
ter de clase, pero luchamos por afirmar dentro
de ella un contenido propio y no sólo por el en-
riquecimiento de la lengua dominante. I
Josefina Racedo es psicóloga social, Directora de la
Escuela de Psicología Social de Tucumán.
Escribe Stella Cipriani
“la” lengua de España y de la mal llamada
“Hispanoamérica”. Siendo que en España
subsisten otras lenguas vigorosas como
la vasca y la catalana; y en América, so-
brevivieron a la conquista y exterminio es-
pañol, el guaraní, quechua, aymará, ma-
puche, etc. Mientras que se hablan dialec-
tos en distintas regiones en toda América
por inmensas mayorías oprimidas y em-
pobrecidas que no acceden a la educa-
ción y a las que se les niega.
En nombre de defender el castellano
del avance de la lengua inglesa y de refor-
zar la unidad cultural y económica con los
países hispanoparlantes, el gobierno es-
pañol y el argentino consolidan acuerdos
económicos en la perspectiva del "boom"
del Puerto de Rosario, del que se favore-
ce un pequeño grupo mientras que el
25 % de los rosarinos están desemplea-
dos, que miles están por debajo del límite
de pobreza y cientos de expulsados del
campo se suman al cuadro de hambre y
miseria que prevalece. La ciudad de Ro-
sario se embelleció para el evento, inten-
tanto vanamente ocultar estas falencias
que persisten y se agravan. Mecanismo
con el que intentaron ocultar nuestra si-
tuación y avasallar, no sólo nuestro patri-
monio económico sino también, nuestra
identidad y nuestra cultura. I
Stella Cipriani es artista plástica, docente de Hu-
manidades y Artes de UNR e integrante de La Me-
sa de Debate (ver recuadro).
El viernes 3 de setiembre se presentó
la “Mesa Debate Rosario” en la facultad
de Humanidades y Artes de esa ciudad.
La “Mesa” está integrada por distintas ins-
tituciones culturales que cuestionan las
características del Congreso de la Len-
gua: “Nuestra posición crítica ante el III
Congreso Internacional de La Lengua Es-
pañola –dice su declaración–, cuyo eje
central de discusión será “Identidad Lin-
güística y Globalización”, nos llevó a con-
formar una mesa de discusión compuesta
por estudiantes universitarios, docentes,
profesionales, artistas, periodistas, inte-
lectuales y trabajadores de la cultura que
nos proponemos abrir el debate alrededor
de las siguientes consideraciones:
1) La contradicción entre la lengua co-
mo creación histórica, social y simbólica
de los hombres en su proceso de unión,
organización y lucha para relacionarse
con la naturaleza y satisfacer sus necesi-
dades materiales y espirituales.
2) En el caso particular del idioma es-
pañol, poner en debate su utilización para
la opresión de los pueblos originarios du-
rante la Conquista y su actual utilización.
3) Confrontar con la idea de “homoge-
neización de las culturas por la globaliza-
ción anglo-yanqui” como única potencia
globalizadora.
4) Lengua y habla. Lengua “culta”. La
lengua “oficial” y lengua “estándar”. Su
contradicción con las variedades “no es-
tándar”.
5) Discutir sobre la “identidad lingüísti-
ca”, teniendo en cuenta que los pueblos
de América Latina han producido sus va-
riedades del lenguaje.
6) Discutir sobre la defensa y el desa-
rrollo de la cultura nacional y popular. Su
enfrentamiento a la cultura dominante.
7) Abrir debate y reflexionar acerca de
las relaciones dialécticas que existen en-
tre las lenguas, valoraciones hegemóni-
cas y variedades dominantes y domina-
das y los procesos de dependencia socio-
política, económica y cultural.
8) Discutir acerca de si es posible con-
quistar una autoría de la palabra-pensa-
miento propia, al margen de procesos de
liberación políticos y culturales.
M e s a D e b a t e Ro s a r i o
Entendemos que lo principal pasa por
defender la pluralidad lingüística de Amé-
rica Latina y particularmente de la Argen-
tina y el reconocimiento de dicha plurali-
dad, el derecho indeclinable de los pue-
blos originarios a la utilización y difusión
de las lenguas originarias. Asimismo, tam-
bién reconocemos que la lengua castella-
na nos permite entendernos entre todos
los pueblos de América latina para debatir
nuestra problemática en una misma len-
gua.
Consideramos que la llamada “globali-
zación” no es más que una plataforma
ideológica con que se legaliza el ya viejo
derecho a la ingerencia a las antiguas po-
tencias. Ha sido caracterizada como una
ideología de la desideologización, que lleva
al abandono del ser social y de las grandes
causas por la que los hombres lucharon
siempre. Por esta vía se vacían las tradicio-
nes culturales, la identidad y la historia”.
La “Mesa” se presentó ese mismo 3 de
setiembre en el Consejo de Profesionales
un panel en el que intervinieron Zulma Ca-
de Ciencias Económicas de Rosario con
ballero, doctora en Filosofía y Ciencias de
la Educación y directora de la Carrera del
Profesorado en Psicología de la UNR (un
fragmento de su ponencia “Lengua oficial
y lengua dominada: nuevos y viejos 're-
querimientos' en los procesos históricos
edición de LA MAREA) y María Isabel Re-
latinoamericanos” es publicado en esta
quejo, doctora en Letras por la UN de Tu-
cumán, directora de la sección Lingüística
Social, Procesos Comunicacionales y
Educación del instituto Cerpacu de la mis-
ma UNT y docente del área Comunicación
del Instituto Superior de Psicología social
de Tucumán. Su ponencia fue: “Lengua
social. Identidad lingüística y autorías de
la palabra-pensamiento”.
En la misma sala, el 24 de setiembre,
la “Mesa” organizó el seminario “Identi-
dad, lengua y nuevas conquistas imperia-
la Lengua”, en el que intervinieron Josefi-
les - Una mirada crítica al III Congreso de
na Racedo, directora de LA MAREA, y la li-
Inés Cristina Rosbaco, cuya ponencia
cenciada en Ciencias de la Educación
publicamos resumida en este número.
Entre el 4 y 5 de noviembre el Centro
de Estudiantes de Humanidades y Artes,
en el marco de la Mesa de Debate y la Fe-
ria del Libro que realizan regularmente,
organizaron paneles en el que estuvieron
invitados: Cristina Mateu, Héctor Rougier,
Diana Dowek y Eduardo Azcuy Ameghino.
Convocan para el 17 de noviembre, a las
11 horas en Laprida y Mendoza (Rosario),
a una manifestación en la que se “devuel-
van” los espejitos al Rey de España, o se
envién los espejitos pintados o con leyen-
das al Consulado Español como repudio a
esta ofensiva cultural.
Adhieren a la Mesa Debate Rosario:
Centro de Estudiantes de Humanidades y
Artes, Grupo Independiente de la Escuela
de Letras, Grupo Estudiantes “Arte de la
Calle”, “Bicho en el Ojo”, Corriente del
Sur, Movimiento de Defensa Activa de la
Cultura Nacional, Cátedra Literatura Ibe-
roamericana I (Escuela de Letras UNR),
Alaletra, Pampillón, Agrupación Ex presos
Políticos, Instituto Rosarino de Estudios
Sociales IRDES, Asociación de Investiga-
dores en Lengua Quechua de Tucumán,
Centro de Investigaciones Lingüísticas
“Ricardo Nardi” de Córdoba, Pueblos Ori-
ginarios en Lucha, Instituto CERPACU
(Fac. de Filosofía y Letras de la UNT) y
Cátedra de Lingüística II (Lic. en Letras )
de la UNT. MST, ALDE, CEPA, Agrupación
J. W. Cooke, AMSAFE, Escuela de Antro-
pología UNR, Cátedra de Escultura I (Es-
cuela de Artes UNR), Centro de Estudian-
tes de Medicina, Sec. Gral de la FUR y
Sec. Gral de la FUA, Mesa federal Agraria
RA, CCC Aborigen, Unión Campesina,
Revista LA MAREA. I
Correo: mesadebaterosario@hotmail.com
la marea 7
 Una vieja historia
podemos pensar en qué
lengua hemos construi-
do en este periodo. Reivindicamos con ur-
gencia alcanzar una mirada critica sobre es-
tos 512 años de historia. A lo que no pode-
mos renunciar es a las lenguas previas.
El nuestro es otro árbol, no el de España.
Nuestro tronco se nutre de raíces milenarias,
vivas en América a pesar del oprobio y la ne-
gación.
En resistencia y lucha hemos ido buscan-
do construir un destino propio, independien-
te. No fueron otra cosa los levantamientos,
las puebladas y hoy las movilizaciones y la
El Congreso de la Lengua, intereses y perspectivas
El Congreso de la Lengua estuvo or-
ganizado y dirigido por la Real Academia
Española (RAE), organización que de-
pende del Estado español y cuya misión
es defender y custodiar la pureza de la
lengua “castellana”. La iniciativa nacional
para realizar el III Congreso Internacional
de la Lengua Española comenzó en octu-
bre del 2001 con De la Rúa. Durante su vi-
sita a España aceptó que Argentina fuera
sede del Congreso. El primero se había
realizado en Zacatecas, México (1997) y
el segundo en Valladolid, España (2001).
Participaron de este Congreso sólo 70
congresales e invitados designados por la
RAE, nadie pudo participar sin ser invita-
do. Unas 900 personas, entre los ellos un-
os 170 extranjeros— pudieron presenciar
las deliberaciones de los "expertos". Va-
rias personalidades del campo de las le-
tras fueron ignoradas en la lista inicial, lo
que suscitó todo tipo de reclamos e inci-
dentes institucionales.
Esta situación despertó interés y de-
bates en los ámbitos culturales y el públi-
co en general. Se discutía sobre los invi-
tados y sobre las ponencias a presentar.
Por otro lado, cientos de docentes pri-
marios, secundarios y universitarios, prin-
cipales trabajadores de la lengua y el ha-
bla, junto a estudiantes universitarios
(que solo obtuvieron apenas 250 becas
para participar), se suma a la mayoría de
graduados, profesionales e intelectuales
que no lograron acceder al Congreso. A
pesar de la pluralidad lingüística propues-
ta en el programa del Congreso, los pue-
blos originarios sólo estuvieron represen-
tados por especialistas hispano-parlan-
tes. Con lo cual intentaron controlar el de-
6 la marea
oposición a los engendros que en cada go-
bierno de turno se nos imponen para doblegar
nuestras luchas y proyectos como pueblo y
como país. Albergamos en nuestro territorio
13 lenguas vivas, además del español im-
puesto. Lo hemos enriquecido con esas len-
guas, en nuestro uso cotidiano.
Por eso afirmamos que detrás de este
Congreso está el intento de lograr un nuevo
sometimiento, el seguir conculcando nuestras
conciencias y experiencias en aras de replicar
el pensamiento y la ideología de las clases
dominantes en la vieja España. Porque allí
irán los docentes a sorber el saber de los pri-
bate. A todos estos sectores excluidos se
los condenó a efectuar “acciones parale-
las” por fuera de él.
El III Congreso de la Lengua (IIICL)
había sido parte de la política de Aznar,
cuando éste pierde las elecciones (tras el
atentado de Atocha) asume Rodríguez
Zapatero, representante de la socialde-
mocracia española. Al tiempo, la senado-
ra Cristina Kirchner asume la responsabi-
lidad de impulsar el evento ante el gobier-
no español. En Santa Fe la Vice Goberna-
dora María Eugenia Bielsa toma la tarea
de organizarlo. Se convoca a una mesa
con ministros y secretarios de Cultura de
la Municipalidad, Provincia, Nación, dele-
gados del Instituto Cervantes de España y
autoridades de las Letras de Argentina.
En ella se comprometen al armado de pá-
gina web, programa, difusión, lista de invi-
tados y el pedido de dinero a empresas,
entre ellas Repsol y Telefónica. A su vez,
difunden proyectos de obras públicas pa-
ra embellecer la ciudad de Rosario. (La
Capital, Rosario, 21 y 24 de abril de
2004).
Entre las empresas convocadas figu-
raron Aeropuertos Argentina 2000, Grupo
Telefónica, Grupo Telecom, Endesa, Gru-
po Santander, Telefé, Repsol YPF, Orga-
nización Techint, Sociedad Estatal de
Conmemoraciones Culturales, General
Motors, Freixenet, las Autopistas del Sol,
Oeste, Sur y La Plata, Mapfre, Prosegur,
Univías, Vial 3, Rutal al Sur y varias de-
pendencias del gobierno español. Se cal-
cula que el IIICL habría costado 1,3 millo-
nes de euros.
El IIICL partió de un principio falaz:
considerar la lengua “castellana” como
vilegiados que “discutirán” delante de ellos.
Lo que quieren los organizadores de esta
nueva oferta de espejitos es que nuestro país
tribute en una potencia que hoy tiene una gran
penetración de tipo imperialista en Argentina,
como lo expusimos más arriba.
Considero que no es secundario que domi-
nemos una lengua que se expande por el mun-
do. En sí el habla de los pueblos no tiene carác-
ter de clase, pero luchamos por afirmar dentro
de ella un contenido propio y no sólo por el en-
riquecimiento de la lengua dominante. I
Josefina Racedo es psicóloga social, Directora de la
Escuela de Psicología Social de Tucumán.
Escribe Stella Cipriani
“la” lengua de España y de la mal llamada
“Hispanoamérica”. Siendo que en España
subsisten otras lenguas vigorosas como
la vasca y la catalana; y en América, so-
brevivieron a la conquista y exterminio es-
pañol, el guaraní, quechua, aymará, ma-
puche, etc. Mientras que se hablan dialec-
tos en distintas regiones en toda América
por inmensas mayorías oprimidas y em-
pobrecidas que no acceden a la educa-
ción y a las que se les niega.
En nombre de defender el castellano
del avance de la lengua inglesa y de refor-
zar la unidad cultural y económica con los
países hispanoparlantes, el gobierno es-
pañol y el argentino consolidan acuerdos
económicos en la perspectiva del "boom"
del Puerto de Rosario, del que se favore-
ce un pequeño grupo mientras que el
25 % de los rosarinos están desemplea-
dos, que miles están por debajo del límite
de pobreza y cientos de expulsados del
campo se suman al cuadro de hambre y
miseria que prevalece. La ciudad de Ro-
sario se embelleció para el evento, inten-
tanto vanamente ocultar estas falencias
que persisten y se agravan. Mecanismo
con el que intentaron ocultar nuestra si-
tuación y avasallar, no sólo nuestro patri-
monio económico sino también, nuestra
identidad y nuestra cultura. I
Stella Cipriani es artista plástica, docente de Hu-
manidades y Artes de UNR e integrante de La Me-
sa de Debate (ver recuadro).
El viernes 3 de setiembre se presentó
la “Mesa Debate Rosario” en la facultad
de Humanidades y Artes de esa ciudad.
La “Mesa” está integrada por distintas ins-
tituciones culturales que cuestionan las
características del Congreso de la Len-
gua: “Nuestra posición crítica ante el III
Congreso Internacional de La Lengua Es-
pañola –dice su declaración–, cuyo eje
central de discusión será “Identidad Lin-
güística y Globalización”, nos llevó a con-
formar una mesa de discusión compuesta
por estudiantes universitarios, docentes,
profesionales, artistas, periodistas, inte-
lectuales y trabajadores de la cultura que
nos proponemos abrir el debate alrededor
de las siguientes consideraciones:
1) La contradicción entre la lengua co-
mo creación histórica, social y simbólica
de los hombres en su proceso de unión,
organización y lucha para relacionarse
con la naturaleza y satisfacer sus necesi-
dades materiales y espirituales.
2) En el caso particular del idioma es-
pañol, poner en debate su utilización para
la opresión de los pueblos originarios du-
rante la Conquista y su actual utilización.
3) Confrontar con la idea de “homoge-
neización de las culturas por la globaliza-
ción anglo-yanqui” como única potencia
globalizadora.
4) Lengua y habla. Lengua “culta”. La
lengua “oficial” y lengua “estándar”. Su
contradicción con las variedades “no es-
tándar”.
5) Discutir sobre la “identidad lingüísti-
ca”, teniendo en cuenta que los pueblos
de América Latina han producido sus va-
riedades del lenguaje.
6) Discutir sobre la defensa y el desa-
rrollo de la cultura nacional y popular. Su
enfrentamiento a la cultura dominante.
7) Abrir debate y reflexionar acerca de
las relaciones dialécticas que existen en-
tre las lenguas, valoraciones hegemóni-
cas y variedades dominantes y domina-
das y los procesos de dependencia socio-
política, económica y cultural.
8) Discutir acerca de si es posible con-
quistar una autoría de la palabra-pensa-
miento propia, al margen de procesos de
liberación políticos y culturales.
M e s a D e b a t e Ro s a r i o
Entendemos que lo principal pasa por
defender la pluralidad lingüística de Amé-
rica Latina y particularmente de la Argen-
tina y el reconocimiento de dicha plurali-
dad, el derecho indeclinable de los pue-
blos originarios a la utilización y difusión
de las lenguas originarias. Asimismo, tam-
bién reconocemos que la lengua castella-
na nos permite entendernos entre todos
los pueblos de América latina para debatir
nuestra problemática en una misma len-
gua.
Consideramos que la llamada “globali-
zación” no es más que una plataforma
ideológica con que se legaliza el ya viejo
derecho a la ingerencia a las antiguas po-
tencias. Ha sido caracterizada como una
ideología de la desideologización, que lleva
al abandono del ser social y de las grandes
causas por la que los hombres lucharon
siempre. Por esta vía se vacían las tradicio-
nes culturales, la identidad y la historia”.
La “Mesa” se presentó ese mismo 3 de
setiembre en el Consejo de Profesionales
de Ciencias Económicas de Rosario con
un panel en el que intervinieron Zulma Ca-
ballero, doctora en Filosofía y Ciencias de
la Educación y directora de la Carrera del
Profesorado en Psicología de la UNR (un
fragmento de su ponencia “Lengua oficial
y lengua dominada: nuevos y viejos 're-
querimientos' en los procesos históricos
latinoamericanos” es publicado en esta
edición de LA MAREA) y María Isabel Re-
quejo, doctora en Letras por la UN de Tu-
cumán, directora de la sección Lingüística
Social, Procesos Comunicacionales y
Educación del instituto Cerpacu de la mis-
ma UNT y docente del área Comunicación
del Instituto Superior de Psicología social
de Tucumán. Su ponencia fue: “Lengua
social. Identidad lingüística y autorías de
la palabra-pensamiento”.
En la misma sala, el 24 de setiembre,
la “Mesa” organizó el seminario “Identi-
dad, lengua y nuevas conquistas imperia-
les - Una mirada crítica al III Congreso de
la Lengua”, en el que intervinieron Josefi-
na Racedo, directora de LA MAREA, y la li-
cenciada en Ciencias de la Educación
Inés Cristina Rosbaco, cuya ponencia
publicamos resumida en este número.
Entre el 4 y 5 de noviembre el Centro
de Estudiantes de Humanidades y Artes,
en el marco de la Mesa de Debate y la Fe-
ria del Libro que realizan regularmente,
organizaron paneles en el que estuvieron
invitados: Cristina Mateu, Héctor Rougier,
Diana Dowek y Eduardo Azcuy Ameghino.
Convocan para el 17 de noviembre, a las
11 horas en Laprida y Mendoza (Rosario),
a una manifestación en la que se “devuel-
van” los espejitos al Rey de España, o se
envién los espejitos pintados o con leyen-
das al Consulado Español como repudio a
esta ofensiva cultural.
Adhieren a la Mesa Debate Rosario:
Centro de Estudiantes de Humanidades y
Artes, Grupo Independiente de la Escuela
de Letras, Grupo Estudiantes “Arte de la
Calle”, “Bicho en el Ojo”, Corriente del
Sur, Movimiento de Defensa Activa de la
Cultura Nacional, Cátedra Literatura Ibe-
roamericana I (Escuela de Letras UNR),
Alaletra, Pampillón, Agrupación Ex presos
Políticos, Instituto Rosarino de Estudios
Sociales IRDES, Asociación de Investiga-
dores en Lengua Quechua de Tucumán,
Centro de Investigaciones Lingüísticas
“Ricardo Nardi” de Córdoba, Pueblos Ori-
ginarios en Lucha, Instituto CERPACU
(Fac. de Filosofía y Letras de la UNT) y
Cátedra de Lingüística II (Lic. en Letras )
de la UNT. MST, ALDE, CEPA, Agrupación
J. W. Cooke, AMSAFE, Escuela de Antro-
pología UNR, Cátedra de Escultura I (Es-
cuela de Artes UNR), Centro de Estudian-
tes de Medicina, Sec. Gral de la FUR y
Sec. Gral de la FUA, Mesa federal Agraria
RA, CCC Aborigen, Unión Campesina,
Revista LA MAREA. I
Correo: mesadebaterosario@hotmail.com
la marea 7
 Lengua
Lengua, identidad y dependencia
e
identidad
en la américa hispanohablante
Escribe Adolfo Colombres
L
a celebración en Rosario del Con-
greso Internacional de la Lengua Es-
pañola ha agitado hasta el encono
del conflicto una cuestión que nunca dejó de
tener una importancia fundamental, pero que
rara vez entraba en los temarios de las gran-
des discusiones de la cultura. El proceso glo-
balizador, cuya lengua es el inglés, parece ja-
quear seriamente a la lengua de Castilla, por
más que ésta se encuentre entre las más ha-
bladas del mundo. Es que si bien ésta no en-
frenta ningún peligro de extinción, se
siente bastardeada, colonizada o pe-
netrada por el inglés, que abarrota su
léxico de palabras extrañas, las que no
sólo entran como neologismos técni-
cos, pues a menudo palabras de exis-
tencia secular son desplazadas por su
homóloga inglesa, como llamar “Art
Galery” a una galería del arte,
“outlet” a los descartes y “sale” a la li-
quidación de mercancías, palabras
que se multiplican tanto en los barrios
elegantes como populosos, y que dan
cuenta de la fascinación que ejercen
en las clases medias y altas los mode-
los culturales que impone la globali-
zación.
El español es la lengua de Cervan-
tes y del Siglo de Oro, cuyo esplendor
se mantiene vivo en muchas zonas de
Nuestra América como una parte irre-
nunciable de nuestra herencia, pero
8 la marea
también, por desgracia, de los herederos de la
España Negra, clerical, etnocida y esclavista,
que fue y sigue siendo usada para dominar,
para excluir, para recluir al otro en el círculo
de la “barbarie”. Asumir esta dualidad impli-
ca defender por un lado a los hijos de Cervan-
tes de los potros de la nueva barbarie que ga-
lopan por el mundo, arrojando bombas a
quienes se oponen a su exorbitante afán de lu-
cro (porque para un buen porcentaje de los
americanos no se trata sólo de una lengua que
sus padres y abuelos aprendieron al bajar del
barco y a la que pueden renunciar sin trau-
mas para volverse a Europa cuando las cri-
sis los expulsan, sino el vehículo de una cul-
tura y una literatura que hace a su identidad
profunda, y que cabe en consecuencia con-
siderarlas propias), y por el otro, sin llegar al
parricidio, poner con energía las cosas en su
lugar, ayudando a que las “minorías” tengan
su lugar en el mundo. Mal pueden tenerlo si
de entrada se les pide de un modo expreso o
tácito que olviden su lengua.
En lo que se refiere al español como
lengua agredida, no me opondría,
como ciertos sectores intelectuales,
a una ley de defensa de esta lengua
en la esfera pública, pero esa ley,
como llegué a proponerlo alguna
vez en la Cámara de Diputados de
la Nación, no tendría que referirse
sólo a “la lengua”, sino a “las len-
guas”, o sea, a la defensa de todas
las lenguas que se hablan en el país.
Porque a nadie se le escapa que esas
otras lenguas, en su mayoría indíge-
nas pero también criollas, están en
una situación muy crítica, y ese
mismo español que reclama tónicos
contra los males que vienen de
afuera las empuja cada día a su de-
saparición, sin dedicar siquiera
Aída Carballo, fragmento de
Autoretrato con autobigrafía,
aguafuerte.
Juan Kancepolski, El libro sagrado, 1987. Oleo sobre tela.
unos minutos a esos actos de contrición que
tanto gustan a la conciencia cristiana, aun sa-
biendo que no se dejará de pecar.
Señalan los estudios de la UNESCO que
casi el 60% de la humanidad habla alguno de
los ocho idiomas de mayor difusión, mientras
que, en el otro extremo del arco, el 96% de
las lenguas hoy existentes son habladas ape-
nas por el 4% de la población mundial. Esto
último ha llevado a algunos expertos a vatici-
nar que en el curso del siglo XXI se extingui-
rán el 95% de las lenguas que hoy existen.
Algo más cauteloso, el Atlas de Idiomas en
Peligro de ese organismo pone en riesgo de
extinción al 68% de las lenguas, cifra algo
menor pero igualmente alarmante. Es que
son pocas las que alcanzan hoy los cien mil
hablantes, el umbral mínimo que han fijado
los lingüistas para que una lengua sobreviva.
Se puede responder a este cuadro som-
brío que la extinción de las lenguas no obede-
ce a un ciclo natural, como el que tienen los
seres biológicos, sino que es el resultado de
una fuerte discriminación, de la estigmatiza-
ción de una determinada identidad y de la
presión escolar y social. A fin de salvar a sus
hijos del estigma, a menudo los padres optan
por el recurso dramático de no transmitirles
su lengua, para que tengan la lengua domi-
nante como primera e incluso única, sacrifi-
cando con ello todos los contenidos emocio-
nales y los saberes que conlleva. Por eso, sin
atacar a fondo la discriminación las lenguas
seguirán en peligro de extinguirse, y muchas
se extinguirán en un plazo no muy largo. Ca-
be destacar también que junto con ellas se
perderán todos los elementos de la cultura que
no pueden ser transferidos a la lengua domi-
nante. Por otra parte, si alguien sepulta su len-
gua para eludir una discriminación, se cuida-
rá también de practicar costumbres vistas co-
mo exóticas por la sociedad dominante, para
no ser señalado como un “primitivo”.
Se sabe que la lengua es un indicativo sus-
tancial de la identidad, y más aún el habla,
porque ésta termina de anclar al individuo en
un territorio y una historia. Toda sociedad se
funda en un lenguaje, y su derecho a él es ina-
lienable, hasta el punto de que debería figurar
entre los primeros derechos humanos. Los in-
convenientes que se quieran endilgar al bilin-
güismo en la práctica social no pueden ser ja-
más un pretexto para tornarse cómplice de la
extinción de una lengua dominada e imponer
como única la lengua dominante, tal cual se
vino haciendo hasta ahora. Nadie puede arro-
garse desde afuera la facultad de decidir, y ni
siquiera de cuestionar, algo que compromete
tan hondamente el destino de un pueblo. La
lengua determina la estructura misma del
pensamiento: se piensa porque se habla, y no
al revés. Aun más, se piensa conforme se ha-
bla. Quien pierde sus propias estructuras de
pensamiento y de aprehensión simbólica del
mundo ha perdido ya el alma de su cultura,
por más que se empeñe en conservar algunas
costumbres y ropajes.
En el caso de bilingüismo, es forzoso
avanzar hacia una complementación no anta-
gónica de los sistemas lingüísticos, como una
forma de apuntalar el fortalecimiento y no la
extinción de nuestras lenguas. Esto puede ser
visto como una utopía, pero se trata de una
utopía realizable, como lo pusieron ya de ma-
nifiesto varios ejemplos. En México los indí-
genas han apelado a la informática para resol-
ver una serie de cuestiones prácticas que im-
piden a sus lenguas convertirse en un vehícu-
lo eficaz en el mundo moderno, y no ya tan
sólo en el ámbito de lo cotidiano y sentimen-
tal. El quechua, el aymara y el guaraní han pa-
sado al cine y la TV, y hay emisoras que trans-
miten programas en muchas otras lenguas
amerindias y criollas.
Sin este salto hacia la vida contemporá-
nea, las lenguas americanas no pueden tener
su futuro asegurado. El problema más urgen-
te que se les presenta es su autodeterminación
(es decir, desplegarse sobre su propio hori-
zonte), como una forma de salvar el largo
congelamiento provocado por el proceso
aculturativo y devolverles la dinámica que
hoy precisan para resolver las complejas si-
tuaciones comunicativas que se les plantean.
Muchos pueblos del continente vienen desa-
rrollando desde hace años grandes esfuerzos
de modernización lingüística, aunque todavía
en forma dispersa y sin todo el apoyo oficial
que el tema merece.
la marea 9
 Lengua
Lengua, identidad y dependencia
e
identidad
en la américa hispanohablante
Escribe Adolfo Colombres
L
a celebración en Rosario del Con-
greso Internacional de la Lengua Es-
pañola ha agitado hasta el encono
del conflicto una cuestión que nunca dejó de
tener una importancia fundamental, pero que
rara vez entraba en los temarios de las gran-
des discusiones de la cultura. El proceso glo-
balizador, cuya lengua es el inglés, parece ja-
quear seriamente a la lengua de Castilla, por
más que ésta se encuentre entre las más ha-
bladas del mundo. Es que si bien ésta no en-
frenta ningún peligro de extinción, se
siente bastardeada, colonizada o pe-
netrada por el inglés, que abarrota su
léxico de palabras extrañas, las que no
sólo entran como neologismos técni-
cos, pues a menudo palabras de exis-
tencia secular son desplazadas por su
homóloga inglesa, como llamar “Art
Galery” a una galería del arte,
“outlet” a los descartes y “sale” a la li-
quidación de mercancías, palabras
que se multiplican tanto en los barrios
elegantes como populosos, y que dan
cuenta de la fascinación que ejercen
en las clases medias y altas los mode-
los culturales que impone la globali-
zación.
El español es la lengua de Cervan-
tes y del Siglo de Oro, cuyo esplendor
se mantiene vivo en muchas zonas de
Nuestra América como una parte irre-
nunciable de nuestra herencia, pero
8 la marea
también, por desgracia, de los herederos de la
España Negra, clerical, etnocida y esclavista,
que fue y sigue siendo usada para dominar,
para excluir, para recluir al otro en el círculo
de la “barbarie”. Asumir esta dualidad impli-
ca defender por un lado a los hijos de Cervan-
tes de los potros de la nueva barbarie que ga-
lopan por el mundo, arrojando bombas a
quienes se oponen a su exorbitante afán de lu-
cro (porque para un buen porcentaje de los
americanos no se trata sólo de una lengua que
sus padres y abuelos aprendieron al bajar del
barco y a la que pueden renunciar sin trau-
mas para volverse a Europa cuando las cri-
sis los expulsan, sino el vehículo de una cul-
tura y una literatura que hace a su identidad
profunda, y que cabe en consecuencia con-
siderarlas propias), y por el otro, sin llegar al
parricidio, poner con energía las cosas en su
lugar, ayudando a que las “minorías” tengan
su lugar en el mundo. Mal pueden tenerlo si
de entrada se les pide de un modo expreso o
tácito que olviden su lengua.
En lo que se refiere al español como
lengua agredida, no me opondría,
como ciertos sectores intelectuales,
a una ley de defensa de esta lengua
en la esfera pública, pero esa ley,
como llegué a proponerlo alguna
vez en la Cámara de Diputados de
la Nación, no tendría que referirse
sólo a “la lengua”, sino a “las len-
guas”, o sea, a la defensa de todas
las lenguas que se hablan en el país.
Porque a nadie se le escapa que esas
otras lenguas, en su mayoría indíge-
nas pero también criollas, están en
una situación muy crítica, y ese
mismo español que reclama tónicos
contra los males que vienen de
afuera las empuja cada día a su de-
saparición, sin dedicar siquiera
Aída Carballo, fragmento de
Autoretrato con autobigrafía,
aguafuerte.
Juan Kancepolski, El libro sagrado, 1987. Oleo sobre tela.
unos minutos a esos actos de contrición que
tanto gustan a la conciencia cristiana, aun sa-
biendo que no se dejará de pecar.
Señalan los estudios de la UNESCO que
casi el 60% de la humanidad habla alguno de
los ocho idiomas de mayor difusión, mientras
que, en el otro extremo del arco, el 96% de
las lenguas hoy existentes son habladas ape-
nas por el 4% de la población mundial. Esto
último ha llevado a algunos expertos a vatici-
nar que en el curso del siglo XXI se extingui-
rán el 95% de las lenguas que hoy existen.
Algo más cauteloso, el Atlas de Idiomas en
Peligro de ese organismo pone en riesgo de
extinción al 68% de las lenguas, cifra algo
menor pero igualmente alarmante. Es que
son pocas las que alcanzan hoy los cien mil
hablantes, el umbral mínimo que han fijado
los lingüistas para que una lengua sobreviva.
Se puede responder a este cuadro som-
brío que la extinción de las lenguas no obede-
ce a un ciclo natural, como el que tienen los
seres biológicos, sino que es el resultado de
una fuerte discriminación, de la estigmatiza-
ción de una determinada identidad y de la
presión escolar y social. A fin de salvar a sus
hijos del estigma, a menudo los padres optan
por el recurso dramático de no transmitirles
su lengua, para que tengan la lengua domi-
nante como primera e incluso única, sacrifi-
cando con ello todos los contenidos emocio-
nales y los saberes que conlleva. Por eso, sin
atacar a fondo la discriminación las lenguas
seguirán en peligro de extinguirse, y muchas
se extinguirán en un plazo no muy largo. Ca-
be destacar también que junto con ellas se
perderán todos los elementos de la cultura que
no pueden ser transferidos a la lengua domi-
nante. Por otra parte, si alguien sepulta su len-
gua para eludir una discriminación, se cuida-
rá también de practicar costumbres vistas co-
mo exóticas por la sociedad dominante, para
no ser señalado como un “primitivo”.
Se sabe que la lengua es un indicativo sus-
tancial de la identidad, y más aún el habla,
porque ésta termina de anclar al individuo en
un territorio y una historia. Toda sociedad se
funda en un lenguaje, y su derecho a él es ina-
lienable, hasta el punto de que debería figurar
entre los primeros derechos humanos. Los in-
convenientes que se quieran endilgar al bilin-
güismo en la práctica social no pueden ser ja-
más un pretexto para tornarse cómplice de la
extinción de una lengua dominada e imponer
como única la lengua dominante, tal cual se
vino haciendo hasta ahora. Nadie puede arro-
garse desde afuera la facultad de decidir, y ni
siquiera de cuestionar, algo que compromete
tan hondamente el destino de un pueblo. La
lengua determina la estructura misma del
pensamiento: se piensa porque se habla, y no
al revés. Aun más, se piensa conforme se ha-
bla. Quien pierde sus propias estructuras de
pensamiento y de aprehensión simbólica del
mundo ha perdido ya el alma de su cultura,
por más que se empeñe en conservar algunas
costumbres y ropajes.
En el caso de bilingüismo, es forzoso
avanzar hacia una complementación no anta-
gónica de los sistemas lingüísticos, como una
forma de apuntalar el fortalecimiento y no la
extinción de nuestras lenguas. Esto puede ser
visto como una utopía, pero se trata de una
utopía realizable, como lo pusieron ya de ma-
nifiesto varios ejemplos. En México los indí-
genas han apelado a la informática para resol-
ver una serie de cuestiones prácticas que im-
piden a sus lenguas convertirse en un vehícu-
lo eficaz en el mundo moderno, y no ya tan
sólo en el ámbito de lo cotidiano y sentimen-
tal. El quechua, el aymara y el guaraní han pa-
sado al cine y la TV, y hay emisoras que trans-
miten programas en muchas otras lenguas
amerindias y criollas.
Sin este salto hacia la vida contemporá-
nea, las lenguas americanas no pueden tener
su futuro asegurado. El problema más urgen-
te que se les presenta es su autodeterminación
(es decir, desplegarse sobre su propio hori-
zonte), como una forma de salvar el largo
congelamiento provocado por el proceso
aculturativo y devolverles la dinámica que
hoy precisan para resolver las complejas si-
tuaciones comunicativas que se les plantean.
Muchos pueblos del continente vienen desa-
rrollando desde hace años grandes esfuerzos
de modernización lingüística, aunque todavía
en forma dispersa y sin todo el apoyo oficial
que el tema merece.
la marea 9
 Lengua e identidad...
Víctor Rebuffo. Xilografía.
La emergencia de nuestras lenguas no
darle una validez institucional ni generalizar
puede darse ya en un marco de monolingüis-
su uso en la prensa escrita ni en los medios
mo, cosa que ningún grupo étnico reclama. Sí,
audiovisuales. Algo similar ha pasado con el
el bilingüismo es necesario, pero éste ha de
quechua y el aymara en Perú y Bolivia, aun-
ser encarado con precauciones, para evitar
que la situación se irá modificando a medida
que se convierta en la primera etapa en la ex-
que dichas etnias alcancen una mayor visibi-
tinción de las lenguas dominadas, como ya en
lidad política y fortalezcan su presencia cultu-
1954 advertía Rosemblat. Tal bilingüismo no
ral en la vida del país. Como señala Esteban
dejará a la deriva a la lengua dominada, sino
E. Mosonyi, resulta prioritario que estas len-
que la privilegiará en todos los campos, para
guas puedan pronto moverse cómodamente
apuntalar su real emergencia. Es decir, la len-
en el ámbito de la programación escolar, de la
gua dominada no debe seguir siendo un mero
ciencia y la tecnología elementales, del perio-
instrumento de aproximación conceptual, si-
dismo básico, de los textos jurídicos más co-
no materia de estudio y un objeto central del
rrientes. Pero hasta el día de hoy, para abordar
proceso de desarrollo. Sólo por esta vía se po-
tales terrenos el hablante de quechua o ayma-
drá llegar a ese bilingüismo perfecto que
ra utiliza un español quechuizado o aymariza-
constituye la solución. Si alguien se expresa
do, mientras que el hablante de guaraní apela
mal en la lengua dominante será discrimina-
al yopará, una lengua mezclada.
do, y si habla mal su propia lengua estará po-
El desafío es grande, pues el tiempo se
niendo de manifiesto que la situación colonial
acorta y las viejas trabas coloniales impiden a
permanece, y que tal bilingüismo puede ser
los grupos amerindios producir todas las res-
tan sólo de transición.
puestas necesarias. Esto debe ser asumido co-
El guaraní goza en el Paraguay de un gran
mo un problema nacional, y brindar un fran-
reconocimiento, que alcanza incluso a los más
co apoyo a las etnias en la tarea de descoloni-
altos niveles de la sociedad. La nueva Consti-
zar su idioma, generando a partir de su propio
tución lo oficializó, pero no bastó esto para
horizonte lingüístico los neologismos que
yen productos mestizos o de fusión. Así, por En la dinámica social de la liberación, el menos aún las
precisa, para no colmarlo de vocablos ajenos
ejemplo, cuando el papiamento no dispone de concepto de “lenguas en extinción” debe ser palabras para ha-
que vengan a poner de manifiesto su impo-
un lexema específico puede tomarlo directa- abolido, pues tal muerte no ocurrirá si nos pro- cerlo. Por el con-
tencia expresiva.
mente del español (su otra matriz), sin que ponemos impedirlo, utilizando todos los re- trario, hizo de su
La oficialización plantea en lo inmediato
eso lo degrade. El créole haitiano y el papia- cursos a nuestro alcance, y sobre todo los re- renuncia al len-
el problema de definir una lengua estandari-
mento de Curaçao se están convirtiendo en la sortes educativos. Un plan coherente de salva- guaje una llave mágica que le abrirá las puer-
zada, que pueda contar con un diccionario y
lengua más importante de sus respectivos mento las convertirá en poco tiempo en len- tas de una felicidad tan pobre como ilusoria.
una gramática unitaria. Cada una de las 37
ámbitos, aunque sin desplazar al francés y el guas en emergencia. Quienes hablan categóri- Es que la cultura de masas, dice Baudrillard,
variantes dialectales que tendría el quechua,
holandés. camente de “lenguas en extinción’ suelen ser excluye de plano la cultura y el saber. Y sin
por ejemplo, puede mantener plena vigencia
Por lo pronto, y en apoyo a la emergencia los que no sólo no hacen nada para impedirlo, saber, ¿puede haber homo sapiens?
en su propio territorio, sin realizar mayores
de nuestras lenguas, es preciso encarar de in- sino también los que incluso apuran su muer- Nos sentimos a menudo inclinados a vivir
sacrificios en aras de una lengua general, pe-
mediato la tan escamoteada cuestión de su re- te, recortando los espacios sociales en los que tal especie de mutación antropológica como
ro el desarrollo literario y científico precisa,
conocimiento legal a nivel nacional o regio- esas lenguas son empleadas, como las escue- una gran tragedia, sin advertir que esta última
sí, de ella, aunque para esto se tenga que re-
nal, e incluso también local, pues las lenguas las que prohíben a los indígenas expresarse en se trata, como ya lo señalara Steiner, de un
currir a una convención erudita, como lo fue
muy minoritarias (las pertenecientes a las mi- ellas incluso fuera del aula. A menudo, tal ac- género reaccionario por su derrotismo. En
el latín de iglesia, el árabe clásico, el hebreo
croetnias) tienen asimismo derecho a ser ad- titud proviene del cientificismo extremo, que efecto, la tragedia se despliega sobre la ceni-
rabínico y el chino clásico, entre otros casos
mitidas en la estructura jurídico-institucional sólo asume el compromiso de estudiar esas za de las cosas, como una consolación por el
que nos presenta la historia, que permitieron
del Estado, de igual modo que el más misera- lenguas antes de que se extingan, sin plantear- verbo y la metafísica. Occidente nos ha im-
sortear una compleja fragmentación lingüísti-
ble de los ciudadanos posee el derecho a un se siquiera la posibilidad de ayudarlas a sobre- buido de un profundo sentimiento trágico, al-
ca e imprimir a sus culturas básicas una di-
documento de identidad que acredite su con- vivir. go poco cultivado por otras civilizaciones,
mensión civilizatoria universal. Podría haber
dición de tal. Al ya viejo problema de la colonización de las que frente a la desigualdad de las fuerzas
tranquilamente una rica literatura en quechua
Dicho reconocimiento no debe quedarse las lenguas se suman hoy otros, como el del militares optaron por abroquelarse en su fuer-
con suficientes lectores, puesto que son va-
en lo meramente declarativo, sino implicar un empobrecimiento generalizado del lenguaje, za moral, en una resistencia cultural que les
rios millones los hablantes de este idioma que
deber del Estado de instrumentar la educa- pues el inglés que domina ni el español domi- permitió sobrevivir sin cantar su propia
han accedido a la escritura, siempre que se al-
ción indígena y de otras minorías lingüísticas nado son ya las lenguas de Shakespeare y de muerte con una lira y entregar luego el alma.
cance una lengua literaria uniformada y se la
en los territorios que se especifiquen como Quevedo, sino pobres formas dialectales que En el espíritu de la tragedia subyace el fa-
enseñe en las escuelas de la región.
ámbitos de aplicación de la ley, lo que hasta se van vaciando de contenido a medida que as- talismo, la aceptación de que las cosas son así
Esto último sería tarea de las academias
ahora suele ser optativo. En las regiones de- ciende la insignificancia. Ya en l96l George por disposición divina, o del destino. Así
de la lengua que algunos pueblos indígenas
claradas interétnicas, la educación debe ser Steiner alertaba sobre el acelerado empobreci- pensamos hoy que la globalización y el neo-
han creado. O sea, conciliar por un lado los
intercultural también para los miembros de la miento del lenguaje, así como sobre la forma capitalismo salvaje son la condición inevita-
dialectos al menos en el terreno de la escritu-
sociedad nacional. Enseñar a éstos los funda- en que la cultura de masas iba destruyendo la ble de estos tiempos, algo que los sencillos
ra, y acuñar por el otro neologismos dentro
mentos de la otra cultura, sus valores y rela- cultura literaria. A su juicio, la palabra confi- humanos no podemos revertir. Pero no es así.
del propio sistema de la lengua, para nombrar
tos, es educarlos para el diálogo interétnico y guraba ya un medio de intercambio tan perver- Estamos ante una agresión a nuestros más
la multitud de elementos nuevos que se de-
la no discriminación. El reconocimiento legal so como el dinero, formando parte del fetichis- arraigados modos de vida, a los fundamentos
signan hasta ahora con palabras tomadas de
de las lenguas contemplará también la vali- mo de la mercancía, como secuela de la publi- mismos de nuestras culturas, y lo que hay que
la lengua dominante. La academia puede le-
dez del uso de ella en los ámbitos administra- cidad y otras manipulaciones ideológicas. En hacer es enfrentar a esos frágiles tinglados,
gitimarlos como válidos, por más que tales
tivo y judicial, así como el apoyo con recur- los 43 años que pasaron desde entonces, en los donde no imperan las luces de lo sagrado, la
neologismos no se usen todavía en ningún
sos genuinos al desarrollo cultural de dichos que se dio una sorprendente revolución en los intensidad de los símbolos verdaderos ni las
ámbito territorial específico y queden reduci-
pueblos, por que no puede existir un verdade- medios de difusión, el problema no hizo más conquistas morales que alcanzó la humani-
dos a la esfera de una convención literaria. En
ro desarrollo lingüístico, un proceso de des- que agravarse, hasta el extremo de que la co- dad al cabo de más de tres millones de años
el caso del quechua, existen ya varias acade-
colonización de las lenguas, sin un concomi- municación sólo puede hacerse ya efectiva de evolución. Se trata de una regresión en-
mias desplegadas en los distintos países de su
tante proceso de desarrollo cultural, que per- dentro de un lenguaje disminuido y corrupto. mascarada con los destellos de una ciencia y
área de influencia, las que podrían abordar un
mita a los grupos producir su propia moderni- En esta era de la palabra devaluada, adoce- una técnica autistas que van a la deriva, cada
trabajo conjunto, bajo la égida de la Acade-
dad, como alternativa válida, oponible a la de nada, domesticada, se torna necesario recupe- vez más ajenas a toda ética y despreocupadas
mia de la Lengua Quechua del Qosqo. Esto
la sociedad dominante. rar ese valor mágico, numinoso, que aún po- del bienestar de los pueblos.
sería parte del autodesarrollo lingüístico de
seen los “lenguajes en vías de extinción”, cla- Es preciso recordar que la función del
los pueblos, con miras a alcanzar su propia
ves capaces de salvar al mundo de la desertifi- lenguaje, antes que expresar el pensamien-
modernidad y evitar el naufragio de la lengua
cación del sentido. Es que una palabra vacia- to y reproducir la compleja actividad del
por la incorporación excesiva de vocablos to-
da de sentido no puede tener ya vínculos con espíritu, es jugar un papel pragmático acti-
mados del idioma dominante. En todo esto
la acción, o sólo sirve para poner trabas a todo vo en el comportamiento humano, y sobre
resulta de fundamental importancia una clara
acto capaz de transformar la realidad, como se todo ético. En la defensa del ethos social,
voluntad política, tanto de la sociedad nacio-
ve con harta frecuencia. la palabra ha de extremar sus recaudos pa-
nal como de los mismos grupos étnicos, los
Por eso, defender a las lenguas oprimidas ra no hacerse cómplice, por acción u omi-
que a menudo, movidos por la desesperanza,
es hoy defender al homo sapiens, a ese bípedo sión, del ascenso del consumo como gran
se dejan despojar pasivamente de su lengua y
insatisfecho que, en su afán de conocer el mito de la aldea global. I
hasta se fugan de su propia identidad.
mundo, inventó millones de palabras para dar
Este problema que se plantea como una
cuenta de los más sutiles matices al inteligir la
necesidad de las lenguas amerindias que bus-
Adolfo Colombres es ensayista y novelista. Autor de va-
realidad o expresar un sentimiento. El homo
can su descolonización, puede no serlo en el
consumens, por el contrario, no experimenta
caso de las lenguas criollas, como observa rias obras sobre antropología cultural de América Latina.
ningún deseo de profundizar, de saber, ni po- Recientemente publicó América como civilización emer-
Mosonyi, pues son sistemas por naturaleza
see sentimientos especiales que transmitir y gente.
abiertos a otras lenguas, desde que constitu-

10 la marea la marea 11
 Lengua e identidad...
Víctor Rebuffo. Xilografía.
La emergencia de nuestras lenguas no
puede darse ya en un marco de monolingüis-
mo, cosa que ningún grupo étnico reclama. Sí,
el bilingüismo es necesario, pero éste ha de
ser encarado con precauciones, para evitar
que se convierta en la primera etapa en la ex-
tinción de las lenguas dominadas, como ya en
1954 advertía Rosemblat. Tal bilingüismo no
dejará a la deriva a la lengua dominada, sino
que la privilegiará en todos los campos, para
apuntalar su real emergencia. Es decir, la len-
gua dominada no debe seguir siendo un mero
instrumento de aproximación conceptual, si-
no materia de estudio y un objeto central del
proceso de desarrollo. Sólo por esta vía se po-
drá llegar a ese bilingüismo perfecto que
constituye la solución. Si alguien se expresa
mal en la lengua dominante será discrimina-
do, y si habla mal su propia lengua estará po-
niendo de manifiesto que la situación colonial
permanece, y que tal bilingüismo puede ser
tan sólo de transición.
El guaraní goza en el Paraguay de un gran
reconocimiento, que alcanza incluso a los más
altos niveles de la sociedad. La nueva Consti-
tución lo oficializó, pero no bastó esto para
10 la marea
darle una validez institucional ni generalizar
su uso en la prensa escrita ni en los medios
audiovisuales. Algo similar ha pasado con el
quechua y el aymara en Perú y Bolivia, aun-
que la situación se irá modificando a medida
que dichas etnias alcancen una mayor visibi-
lidad política y fortalezcan su presencia cultu-
ral en la vida del país. Como señala Esteban
E. Mosonyi, resulta prioritario que estas len-
guas puedan pronto moverse cómodamente
en el ámbito de la programación escolar, de la
ciencia y la tecnología elementales, del perio-
dismo básico, de los textos jurídicos más co-
rrientes. Pero hasta el día de hoy, para abordar
tales terrenos el hablante de quechua o ayma-
ra utiliza un español quechuizado o aymariza-
do, mientras que el hablante de guaraní apela
al yopará, una lengua mezclada.
El desafío es grande, pues el tiempo se
acorta y las viejas trabas coloniales impiden a
los grupos amerindios producir todas las res-
puestas necesarias. Esto debe ser asumido co-
mo un problema nacional, y brindar un fran-
co apoyo a las etnias en la tarea de descoloni-
zar su idioma, generando a partir de su propio
horizonte lingüístico los neologismos que
yen productos mestizos o de fusión. Así, por En la dinámica social de la liberación, el menos aún las
precisa, para no colmarlo de vocablos ajenos
ejemplo, cuando el papiamento no dispone de concepto de “lenguas en extinción” debe ser palabras para ha-
que vengan a poner de manifiesto su impo-
un lexema específico puede tomarlo directa- abolido, pues tal muerte no ocurrirá si nos pro- cerlo. Por el con-
tencia expresiva.
mente del español (su otra matriz), sin que ponemos impedirlo, utilizando todos los re- trario, hizo de su
La oficialización plantea en lo inmediato
eso lo degrade. El créole haitiano y el papia- cursos a nuestro alcance, y sobre todo los re- renuncia al len-
el problema de definir una lengua estandari-
mento de Curaçao se están convirtiendo en la sortes educativos. Un plan coherente de salva- guaje una llave mágica que le abrirá las puer-
zada, que pueda contar con un diccionario y
lengua más importante de sus respectivos mento las convertirá en poco tiempo en len- tas de una felicidad tan pobre como ilusoria.
una gramática unitaria. Cada una de las 37
ámbitos, aunque sin desplazar al francés y el guas en emergencia. Quienes hablan categóri- Es que la cultura de masas, dice Baudrillard,
variantes dialectales que tendría el quechua,
holandés. camente de “lenguas en extinción’ suelen ser excluye de plano la cultura y el saber. Y sin
por ejemplo, puede mantener plena vigencia
Por lo pronto, y en apoyo a la emergencia los que no sólo no hacen nada para impedirlo, saber, ¿puede haber homo sapiens?
en su propio territorio, sin realizar mayores
de nuestras lenguas, es preciso encarar de in- sino también los que incluso apuran su muer- Nos sentimos a menudo inclinados a vivir
sacrificios en aras de una lengua general, pe-
mediato la tan escamoteada cuestión de su re- te, recortando los espacios sociales en los que tal especie de mutación antropológica como
ro el desarrollo literario y científico precisa,
conocimiento legal a nivel nacional o regio- esas lenguas son empleadas, como las escue- una gran tragedia, sin advertir que esta última
sí, de ella, aunque para esto se tenga que re-
nal, e incluso también local, pues las lenguas las que prohíben a los indígenas expresarse en se trata, como ya lo señalara Steiner, de un
currir a una convención erudita, como lo fue
muy minoritarias (las pertenecientes a las mi- ellas incluso fuera del aula. A menudo, tal ac- género reaccionario por su derrotismo. En
el latín de iglesia, el árabe clásico, el hebreo
croetnias) tienen asimismo derecho a ser ad- titud proviene del cientificismo extremo, que efecto, la tragedia se despliega sobre la ceni-
rabínico y el chino clásico, entre otros casos
mitidas en la estructura jurídico-institucional sólo asume el compromiso de estudiar esas za de las cosas, como una consolación por el
que nos presenta la historia, que permitieron
del Estado, de igual modo que el más misera- lenguas antes de que se extingan, sin plantear- verbo y la metafísica. Occidente nos ha im-
sortear una compleja fragmentación lingüísti-
ble de los ciudadanos posee el derecho a un se siquiera la posibilidad de ayudarlas a sobre- buido de un profundo sentimiento trágico, al-
ca e imprimir a sus culturas básicas una di-
documento de identidad que acredite su con- vivir. go poco cultivado por otras civilizaciones,
mensión civilizatoria universal. Podría haber
dición de tal. Al ya viejo problema de la colonización de las que frente a la desigualdad de las fuerzas
tranquilamente una rica literatura en quechua
Dicho reconocimiento no debe quedarse las lenguas se suman hoy otros, como el del militares optaron por abroquelarse en su fuer-
con suficientes lectores, puesto que son va-
en lo meramente declarativo, sino implicar un empobrecimiento generalizado del lenguaje, za moral, en una resistencia cultural que les
rios millones los hablantes de este idioma que
deber del Estado de instrumentar la educa- pues el inglés que domina ni el español domi- permitió sobrevivir sin cantar su propia
han accedido a la escritura, siempre que se al-
ción indígena y de otras minorías lingüísticas nado son ya las lenguas de Shakespeare y de muerte con una lira y entregar luego el alma.
cance una lengua literaria uniformada y se la
en los territorios que se especifiquen como Quevedo, sino pobres formas dialectales que En el espíritu de la tragedia subyace el fa-
enseñe en las escuelas de la región.
ámbitos de aplicación de la ley, lo que hasta se van vaciando de contenido a medida que as- talismo, la aceptación de que las cosas son así
Esto último sería tarea de las academias
ahora suele ser optativo. En las regiones de- ciende la insignificancia. Ya en l96l George por disposición divina, o del destino. Así
de la lengua que algunos pueblos indígenas
claradas interétnicas, la educación debe ser Steiner alertaba sobre el acelerado empobreci- pensamos hoy que la globalización y el neo-
han creado. O sea, conciliar por un lado los
intercultural también para los miembros de la miento del lenguaje, así como sobre la forma capitalismo salvaje son la condición inevita-
dialectos al menos en el terreno de la escritu-
sociedad nacional. Enseñar a éstos los funda- en que la cultura de masas iba destruyendo la ble de estos tiempos, algo que los sencillos
ra, y acuñar por el otro neologismos dentro
mentos de la otra cultura, sus valores y rela- cultura literaria. A su juicio, la palabra confi- humanos no podemos revertir. Pero no es así.
del propio sistema de la lengua, para nombrar
tos, es educarlos para el diálogo interétnico y guraba ya un medio de intercambio tan perver- Estamos ante una agresión a nuestros más
la multitud de elementos nuevos que se de-
so como el dinero, formando parte del fetichis- arraigados modos de vida, a los fundamentos
signan hasta ahora con palabras tomadas de la no discriminación. El reconocimiento legal
de las lenguas contemplará también la vali- mo de la mercancía, como secuela de la publi- mismos de nuestras culturas, y lo que hay que
la lengua dominante. La academia puede le-
dez del uso de ella en los ámbitos administra- cidad y otras manipulaciones ideológicas. En hacer es enfrentar a esos frágiles tinglados,
gitimarlos como válidos, por más que tales
tivo y judicial, así como el apoyo con recur- los 43 años que pasaron desde entonces, en los donde no imperan las luces de lo sagrado, la
neologismos no se usen todavía en ningún
sos genuinos al desarrollo cultural de dichos que se dio una sorprendente revolución en los intensidad de los símbolos verdaderos ni las
ámbito territorial específico y queden reduci-
pueblos, por que no puede existir un verdade- medios de difusión, el problema no hizo más conquistas morales que alcanzó la humani-
dos a la esfera de una convención literaria. En
ro desarrollo lingüístico, un proceso de des- que agravarse, hasta el extremo de que la co- dad al cabo de más de tres millones de años
el caso del quechua, existen ya varias acade-
colonización de las lenguas, sin un concomi- municación sólo puede hacerse ya efectiva de evolución. Se trata de una regresión en-
mias desplegadas en los distintos países de su
tante proceso de desarrollo cultural, que per- dentro de un lenguaje disminuido y corrupto. mascarada con los destellos de una ciencia y
área de influencia, las que podrían abordar un
mita a los grupos producir su propia moderni- En esta era de la palabra devaluada, adoce- una técnica autistas que van a la deriva, cada
trabajo conjunto, bajo la égida de la Acade-
dad, como alternativa válida, oponible a la de nada, domesticada, se torna necesario recupe- vez más ajenas a toda ética y despreocupadas
mia de la Lengua Quechua del Qosqo. Esto
la sociedad dominante. rar ese valor mágico, numinoso, que aún po- del bienestar de los pueblos.
sería parte del autodesarrollo lingüístico de
seen los “lenguajes en vías de extinción”, cla- Es preciso recordar que la función del
los pueblos, con miras a alcanzar su propia
ves capaces de salvar al mundo de la desertifi- lenguaje, antes que expresar el pensamien-
modernidad y evitar el naufragio de la lengua
cación del sentido. Es que una palabra vacia- to y reproducir la compleja actividad del
por la incorporación excesiva de vocablos to-
da de sentido no puede tener ya vínculos con espíritu, es jugar un papel pragmático acti-
mados del idioma dominante. En todo esto
la acción, o sólo sirve para poner trabas a todo vo en el comportamiento humano, y sobre
resulta de fundamental importancia una clara
acto capaz de transformar la realidad, como se todo ético. En la defensa del ethos social,
voluntad política, tanto de la sociedad nacio-
ve con harta frecuencia. la palabra ha de extremar sus recaudos pa-
nal como de los mismos grupos étnicos, los
Por eso, defender a las lenguas oprimidas ra no hacerse cómplice, por acción u omi-
que a menudo, movidos por la desesperanza,
es hoy defender al homo sapiens, a ese bípedo sión, del ascenso del consumo como gran
se dejan despojar pasivamente de su lengua y
insatisfecho que, en su afán de conocer el mito de la aldea global. I
hasta se fugan de su propia identidad.
mundo, inventó millones de palabras para dar
Este problema que se plantea como una
cuenta de los más sutiles matices al inteligir la
necesidad de las lenguas amerindias que bus-
realidad o expresar un sentimiento. El homo
can su descolonización, puede no serlo en el
consumens, por el contrario, no experimenta
Adolfo Colombres es ensayista y novelista. Autor de va-
caso de las lenguas criollas, como observa rias obras sobre antropología cultural de América Latina.
ningún deseo de profundizar, de saber, ni po-
Mosonyi, pues son sistemas por naturaleza Recientemente publicó América como civilización emer-
see sentimientos especiales que transmitir y
abiertos a otras lenguas, desde que constitu-
gente.
la marea 11
 Lengua, identidad y dependencia

Defensa de
herencia, es anterior a nuestra propia exis-
tencia.
Y si el lenguaje es herencia será indefec-
tiblemente el motor de nuestro pensamiento,
marcará nuestros límites, formará nuestra
conciencia, condicionará nuestras elecciones
a las de la cultura de la comunidad que nos
contiene, con su pasado gravitando sobre el
“En este marco suele ser frecuente que
los artistas se coloquen para colocar su
obra. Cuando hablan de arte también están
hablando de competencia, cuando aparecen
más obsesionados por la búsqueda de una
forma, con un ojo miran al mercado y al pú-
blico” dice Beatriz Sarlo. Son pocos los que
se escapan de las reglas de juego.
He aquí la memoria transcripta. La
historia palpitante. El carozo, el asun-
to impostergable que deberemos eter-
nizar contra las nuevas formas de bar-
barie para que el próximo siglo nos
encuentre culturalmente soberanos,
victoriosos en nuestro mundo de per-
tenencia. I

la palabra
presente e incidiendo sobre toda nueva expe- Se confió durante años en la eficacia de

Teresa Parodi es cantautora, asesora de LA MAREA.

riencia.
En las últimas décadas el desarrollo de la
cultura del zapping instaló la cultura de lo
efímero. Lo virtual y la velocidad anulan el
pensamiento, la reflexión que necesita su
las instituciones pedagógicas, pero su poder
ha sido ahora atomizado y es impotente para
contrarrestar esta nueva realidad. La amplia-
ción de los públicos que la caracteriza y la
decadencia de los valores se encadenaron fa-

Escribe Teresa Parodi

discurrir. “El movimiento es la ceguera” di- talmente y las políticas culturales desarrolla-

E
l arte es parte incuestionable de la cul-
tura. Es la columna vertebral, la mé-
dula, la medida, la estatura, el alma.
Es el alto espíritu colectivo de una manera de
ser.
Traspone el tiempo y los límites con be-
lleza y transgresión. El arte, en fin, es el terri-
torio fecundo de la memoria y la historia. El
espejo, el corazón, el hueso del hombre y su
esencia misma. El arte, dijo Dilthey, es el ór-
gano más adecuado para comprender la vida.
La vida, sí, esa realidad última que oculta su
rostro misterioso, que es raíz y razón de la ac-
tividad del artista como de la reflexión del fi-
lósofo.
Por la entraña del arte circula la savia que
proviene de aquella generosa raíz y que erige
a la obra de arte en un instrumento privilegia-
do para la comprensión de la vida.
Los pueblos se proyectan con el arte ha-
cia el futuro. Sus múltiples herramientas nos
maravillan. Sus múltiples herramientas resis-
ten la embestida fulminante de la realidad
virtual.
De todas ellas, elijo la palabra. La palabra
funda. Preserva lo primero y lo último de una
comunidad y su cultura.
Por eso su defensa debería ser hoy nues-
tra batalla más urgente.
Será imposible exterminar a un pueblo
mientras se exprese en su lengua. En él per-
sistirá la patria.
La identidad heredada sobrevivirá en la
palabra. Está en nosotros la perpetuidad del
lenguaje y por ende la de nuestro mundo de
pertenencia.
Mientras todo se globaliza y homogenei-
za arbitrariamente, mientras las masas acep-
tan los códigos virtuales, la filosofía, desde
mediados del siglo pasado, se está plantean-
do lo contrario.
Se está planteando que es imposible uni-
versalizar el pensamiento porque hay plura-
lidad de culturas. No se puede traducir ca-
balmente un concepto que está sujeto a un
tiempo y un espacio si no se es
hablante de la lengua que lo
contenga, si no se es partici-
pante de ese tiempo y ese espa-
cio, esa comunidad, esa cultu-
ra.
Los filósofos contemporá-
neos están diciendo que el len-
guaje no es un medio entre el
yo y la realidad, sino que el len-
guaje crea la realidad y el yo.
En otras palabras, el mundo es
el lenguaje. Según Martín Hei-
degger el hombre no habla el
lenguaje sino el lenguaje habla
al hombre, habla del hombre.
“Saludo a los grandes poe-
tas, / a los queridos poetas / que
hace siglos / plagiaron mis
ideas”, escribe Maisi Colom-
bo, poeta tucumana. Am-
bos, filósofo y poeta,
vienen a decirnos lo mismo: los pensamien-
tos, las ideas del hombre, sus sentimientos,
los contenidos de su espíritu están en su len-
guaje.
“Tengo una lengua y no es la mía” dice
el francés Derrida. Por cierto, el lenguaje es
ce Paul Virilio en su libro El arte del motor.
Profundiza cuando ejemplifica “las artes
plásticas en su inmovilidad dan la ilusión de
ver, de tener el tiempo de ver”. ‘Hay más en
lo inmóvil” decía Bergson.
Hoy existe, en cambio, sin duda alguna
una patología televisiva que ha instalado la
fugacidad en la percepción del hombre, de-
jándolo sin posibilidad de aprehensión, de
comprensión, de valoración de la vida misma
que pasa vertiginosa ante sus ojos y oídos sin
dejar huella en su memoria, sin rozarle el al-
ma.
En esta sociedad la lucha por la existen-
cia y por el éxito se ha hecho despiadada y
exige la explotación de los efectos más velo-
ces e impactantes. Y cuanto más rápido y
violento es el impacto de la imagen y el men-
saje, menor es su sustancia, su contenido.
Los verdaderos debates del pensamiento
y la creación artística deben adoptar un mar-
co menos fugaz.
Con la aceleración ya no hay el aquí y el
allá, sólo la confusión mental de lo lejano y
lo cercano, el presente y el futuro, lo real y lo
virtual, lo auténtico y su falsificación.
En este inicio de siglo se despliega una
institución como nuevo paradigma de liber-
tades múltiples: el mercado, que crea las con-
diciones para relativizar hasta hacer desapa-
recer la idea de una misión del arte en el
mundo, del arte como lugar donde no caben
las concesiones, del arte como expresión de
la identidad, como expresión de los que no
tienen voz, como búsqueda de la belleza.
El mercado propone un relativismo tole-
rante, introduciendo criterios meramente
cuantitativos de valoración y de éxito (can-
tidad de espectadores, cantidad de ventas),
ley de hierro del mercado, donde quedan
abolidas la vocación de absoluto y las con-
vicciones en la creación artística.
das por los Estados que no confían aún del
todo el destino de la cultura a la dinámica
mercantil no son suficientes, no alcanzan.
La filosofía contemporánea, mientras
tanto, considera a esta la edad de los poe-
tas. Es muy difícil hoy definir los límites
entre literatura y filosofía. Los que se atre-
ven a detenerse para pensar, decir y crear
seguirán construyendo el mundo y sus pa-
radigmas y seguirán formulándose las pre-
guntas esenciales.
Hay en el artista, como en el filósofo,
algo de universal y necesario. Pintando su
aldea, expresando sus sonidos, hablando su
lenguaje, el artista devuelve al mundo esa
realidad interpretada, recreada y plena de
sentido.
El nuevo siglo nos encuentra, pues, deba-
tiendo el futuro de las identidades.
El arte cumple un rol fundamental en ese
debate y, dentro del arte, el lenguaje libra la
más comprometida de las batallas.
Las palabras sobrevuelan las culturas
subyacentes cargadas de futuro. La resisten-
cia es cosa nuestra.
“Ella ata al telar
el eco fantasmal del cerro
y calienta de color la lana.
Recoge el azul del gorgoteo del agua,
Dulzura de azúcar negra la mirada.
Misterio y barro, fecundidad de vientre y de manos,
siembra y recoge de maíz el pan,
mientras, a grupa, el hijo le entibia el alma.
Sin que me olvide de la Niña,
la Pinta y la Santa María.”
Maisi Colombo

La silla del poeta,Grupo Escombros.

12 la marea la marea 13
 Defensa de
la palabra
Lengua, identidad y dependencia
E
l arte es parte incuestionable de la cul-
tura. Es la columna vertebral, la mé-
dula, la medida, la estatura, el alma.
Es el alto espíritu colectivo de una manera de
ser.
Traspone el tiempo y los límites con be-
lleza y transgresión. El arte, en fin, es el terri-
torio fecundo de la memoria y la historia. El
espejo, el corazón, el hueso del hombre y su
esencia misma. El arte, dijo Dilthey, es el ór-
gano más adecuado para comprender la vida.
La vida, sí, esa realidad última que oculta su
rostro misterioso, que es raíz y razón de la ac-
tividad del artista como de la reflexión del fi-
lósofo.
Por la entraña del arte circula la savia que
proviene de aquella generosa raíz y que erige
a la obra de arte en un instrumento privilegia-
do para la comprensión de la vida.
Los pueblos se proyectan con el arte ha-
cia el futuro. Sus múltiples herramientas nos
maravillan. Sus múltiples herramientas resis-
ten la embestida fulminante de la realidad
virtual.
De todas ellas, elijo la palabra. La palabra
funda. Preserva lo primero y lo último de una
comunidad y su cultura.
Por eso su defensa debería ser hoy nues-
tra batalla más urgente.
Será imposible exterminar a un pueblo
mientras se exprese en su lengua. En él per-
sistirá la patria.
La identidad heredada sobrevivirá en la
palabra. Está en nosotros la perpetuidad del
lenguaje y por ende la de nuestro mundo de
pertenencia.
Mientras todo se globaliza y homogenei-
za arbitrariamente, mientras las masas acep-
tan los códigos virtuales, la filosofía, desde
La silla del poeta,Grupo Escombros.
12 la marea
mediados del siglo pasado, se está plantean-
do lo contrario.
Se está planteando que es imposible uni-
versalizar el pensamiento porque hay plura-
lidad de culturas. No se puede traducir ca-
balmente un concepto que está sujeto a un
tiempo y un espacio si no se es
hablante de la lengua que lo
contenga, si no se es partici-
pante de ese tiempo y ese espa-
cio, esa comunidad, esa cultu-
ra.
Los filósofos contemporá-
neos están diciendo que el len-
guaje no es un medio entre el
yo y la realidad, sino que el len-
guaje crea la realidad y el yo.
En otras palabras, el mundo es
el lenguaje. Según Martín Hei-
degger el hombre no habla el
lenguaje sino el lenguaje habla
al hombre, habla del hombre.
“Saludo a los grandes poe-
tas, / a los queridos poetas / que
hace siglos / plagiaron mis
ideas”, escribe Maisi Colom-
bo, poeta tucumana. Am-
bos, filósofo y poeta,
Escribe Teresa Parodi
vienen a decirnos lo mismo: los pensamien-
tos, las ideas del hombre, sus sentimientos,
los contenidos de su espíritu están en su len-
guaje.
“Tengo una lengua y no es la mía” dice
el francés Derrida. Por cierto, el lenguaje es
herencia, es anterior a nuestra propia exis-
tencia.
Y si el lenguaje es herencia será indefec-
tiblemente el motor de nuestro pensamiento,
marcará nuestros límites, formará nuestra
conciencia, condicionará nuestras elecciones
a las de la cultura de la comunidad que nos
contiene, con su pasado gravitando sobre el
presente e incidiendo sobre toda nueva expe-
riencia.
En las últimas décadas el desarrollo de la
cultura del zapping instaló la cultura de lo
efímero. Lo virtual y la velocidad anulan el
pensamiento, la reflexión que necesita su
discurrir. “El movimiento es la ceguera” di-
ce Paul Virilio en su libro El arte del motor.
Profundiza cuando ejemplifica “las artes
plásticas en su inmovilidad dan la ilusión de
ver, de tener el tiempo de ver”. ‘Hay más en
lo inmóvil” decía Bergson.
Hoy existe, en cambio, sin duda alguna
una patología televisiva que ha instalado la
fugacidad en la percepción del hombre, de-
jándolo sin posibilidad de aprehensión, de
comprensión, de valoración de la vida misma
que pasa vertiginosa ante sus ojos y oídos sin
dejar huella en su memoria, sin rozarle el al-
ma.
En esta sociedad la lucha por la existen-
cia y por el éxito se ha hecho despiadada y
exige la explotación de los efectos más velo-
ces e impactantes. Y cuanto más rápido y
violento es el impacto de la imagen y el men-
saje, menor es su sustancia, su contenido.
Los verdaderos debates del pensamiento
y la creación artística deben adoptar un mar-
co menos fugaz.
Con la aceleración ya no hay el aquí y el
allá, sólo la confusión mental de lo lejano y
lo cercano, el presente y el futuro, lo real y lo
virtual, lo auténtico y su falsificación.
En este inicio de siglo se despliega una
institución como nuevo paradigma de liber-
tades múltiples: el mercado, que crea las con-
diciones para relativizar hasta hacer desapa-
recer la idea de una misión del arte en el
mundo, del arte como lugar donde no caben
las concesiones, del arte como expresión de
la identidad, como expresión de los que no
tienen voz, como búsqueda de la belleza.
El mercado propone un relativismo tole-
rante, introduciendo criterios meramente
cuantitativos de valoración y de éxito (can-
tidad de espectadores, cantidad de ventas),
ley de hierro del mercado, donde quedan
abolidas la vocación de absoluto y las con-
vicciones en la creación artística.
“En este marco suele ser frecuente que He aquí la memoria transcripta. La
los artistas se coloquen para colocar su historia palpitante. El carozo, el asun-
obra. Cuando hablan de arte también están to impostergable que deberemos eter-
hablando de competencia, cuando aparecen nizar contra las nuevas formas de bar-
más obsesionados por la búsqueda de una barie para que el próximo siglo nos
forma, con un ojo miran al mercado y al pú- encuentre culturalmente soberanos,
blico” dice Beatriz Sarlo. Son pocos los que victoriosos en nuestro mundo de per-
se escapan de las reglas de juego. tenencia. I
Se confió durante años en la eficacia de
las instituciones pedagógicas, pero su poder
ha sido ahora atomizado y es impotente para Teresa Parodi es cantautora, asesora de LA MAREA.
contrarrestar esta nueva realidad. La amplia-
ción de los públicos que la caracteriza y la
decadencia de los valores se encadenaron fa-
talmente y las políticas culturales desarrolla-
das por los Estados que no confían aún del
todo el destino de la cultura a la dinámica
mercantil no son suficientes, no alcanzan.
La filosofía contemporánea, mientras
tanto, considera a esta la edad de los poe-
tas. Es muy difícil hoy definir los límites
entre literatura y filosofía. Los que se atre-
ven a detenerse para pensar, decir y crear
seguirán construyendo el mundo y sus pa-
radigmas y seguirán formulándose las pre-
guntas esenciales.
Hay en el artista, como en el filósofo,
algo de universal y necesario. Pintando su
aldea, expresando sus sonidos, hablando su
lenguaje, el artista devuelve al mundo esa
realidad interpretada, recreada y plena de
sentido.
El nuevo siglo nos encuentra, pues, deba-
tiendo el futuro de las identidades.
El arte cumple un rol fundamental en ese
debate y, dentro del arte, el lenguaje libra la
más comprometida de las batallas.
Las palabras sobrevuelan las culturas
subyacentes cargadas de futuro. La resisten-
cia es cosa nuestra.
“Ella ata al telar
el eco fantasmal del cerro
y calienta de color la lana.
Recoge el azul del gorgoteo del agua,
Dulzura de azúcar negra la mirada.
Misterio y barro, fecundidad de vientre y de manos,
siembra y recoge de maíz el pan,
mientras, a grupa, el hijo le entibia el alma.
Sin que me olvide de la Niña,
la Pinta y la Santa María.”
Maisi Colombo
la marea 13
 Lengua, identidad y dependencia
La cara no visible de las conquistas imperiales
Mitos y verdades
Escribe Isabel Requejo de las lenguas en el mundo
C ada vez que tenemos posibilidad de
acceder a un campo inédito de cono-
cimientos, de información, de expe-
riencias, el mundo se amplía, pero es impres-
cindible focalizar ese nuevo horizonte de co-
nocimientos indagando el por qué y para qué;
contextualizarlo en un aquí y ahora para no
perdernos en los mares inciertos de la mera
descripción estadística o dialectal.
En lo personal, este nuevo universo de
conocimiento, fue el descubrimiento de si-
tuaciones de glotofagia y lingüicidio (muerte
de lenguas) a nivel mundial. Realidad enmar-
cada en un contexto socio-político mundial
signado por la hegemonía de poderes milita-
res y económicos, así como de intereses y
monopolios no sólo lingüísticos, que también
afectan la posibilidad de sobrevida ya no só-
lo de nuestra especie o de determinados gru-
pos y pueblos, sino también de sus sistemas
lingüísticos, de sus formas de representación
cultural, sus memorias históricas .
Toda guerra, toda expansión imperialista
o en son de conquista, siempre conmueve a
ese bastión de nuestra dignidad como perso-
nas, ese refugio intimo, a la vez social e indi-
vidual, de nuestra dignidad como personas,
cual es el derecho a nombrar y transmitir lo
que ocurre en nuestros contextos y vida so-
cial utilizando el idioma de nuestra génesis y
pertenencia histórico-cultural.
La realidad actual de las lenguas tanto a
nivel mundial como nacional, no ha sido re-
sultado del azar o de la voluntad de los pue-
blos, sino de complejas decisiones, pocas ve-
ces conocidas, de planificación lingüística,
de una política lingüística que ha incidido e
14 la marea
incide directamente en el procesos de refor-
zamiento, hegemonía o por el contrario de
agonía, debilitamiento o extinción de los
idiomas.
Por lo menos es necesario diferenciar dos
aspectos de las políticas lingüísticas:
a.- Aquel que se refiere al esfuerzo con-
ciente desde los lugares donde se toman las
decisiones políticas, ministerios, academias
de la lengua, Real Academia de la Lengua,
para producir efectos ya sea en la estructura
de un idioma, o en las funciones de las distin-
tas variedades lingüísticas de ese mismo
idioma , lo cual afecta no sólo al idioma do-
minante sino a los idiomas dominados. Por
ejemplo, decidir que una variedad lingüística
es la única correcta, y que existen determina-
dos usos sociales de esa lengua que deben es-
tandarizarse y enseñarse, a fin de lograr lo
que se denomina una competencia lingüística
eficaz, ha sido y es parte de las políticas lin-
güísticas y educativas.
Desde esta perspectiva, se incide en la de-
terminación y creación de patrones ortográfi-
cos comunes sin los cuales uno no puede ser
calificado positivamente, pero además, se
procura la estandarización e incluso la homo-
geneidad lingüística como valor necesario de
identidad, y como aspecto positivo de una
cultura.
Pero también se escriben diccionarios au-
torizados de ese idioma, o diccionarios de
americanismos, etc. Los diccionarios, las
gramáticas, las sintaxis, las leyes del buen
decir no salieron de un hongo mágico, sino
que han sido y son el producto del trabajo de
especialistas, de grupos con nombre y apelli-
do. Algunos de ellos van a reunirse en Rosa-
rio, que va a ser la capital mundial de los re-
presentantes de las políticas lingüísticas he-
gemónicas
Sus demiurgos son siempre grupos redu-
cidos de personas, por lo general académi-
cos, por lo general aliados al poder político
de turno. Todos ellos manejan la norma cul-
ta, escriben correctamente, promueven cier-
tas relaciones entre los idiomas y escamo-
tean otras. Pero todos ellos se sienten autori-
zados a incidir de manera directa o indirecta
en las formas de hablar, de pensar, de escri-
bir, de argumentar correctas de un pueblo, y
de vez en vez, incluso, como ocurre ahora,
escriben diccionarios de 100 mil americanis-
mos. O sea, también deciden cuales palabras
ya pueden ser aceptadas por la Real Acade-
mia como parte de nuestros léxicos de refe-
rencia en América.
b.- Aprender en el seno de un grupo so-
cial y familiar a nombrar la realidad cam-
biante en la que vivimos, a organizar el con-
tenido de nuestra conciencia no desde un
modelo ajeno al de los orígenes sino que sir-
va como puente intergeneracional de una
cultura e idioma, poder legitimar los discur-
sos con los que vamos pudiendo dar cuenta
de quienes somos, de nuestra identidad so-
cial, lingüística y cultural, de nuestras nece-
sidades y reclamos, requiere a la vez sentir
como propia a la lengua y cultura de nues-
tros orígenes, la de nuestros antepasados. Es
decir, requiere no sólo de discursos reivindi-
catorios de la diversidad lingüística o cultu-
ral sino de políticas sostenidas desde el Esta-
do a fin de comprender que el monolingüis-
mo impuesto en tiempos de la colonia como
ideal homogenizador, constituye una de las
tantas restricciones e imposiciones a nuestro
derecho a una autoría de la palabra y del
mundo, conocimientos irrepetibles milena-
rios
A la vez, y en oposición, se nos impone
cierta ilusión comunicacional-ideológico-
ren las memorias históricas de parte de la
humanidad, desaparecen culturas importan-
tes. Es imposible sostener, defender, amar o
transmitir una cultura, una forma propia de
pensamiento propia, plural, multilingüe. cultural: todos formamos parte de una úni- interpretar el mundo, por fuera de un idioma.
Planteo, entonces, un breve panorama de ca y plural aldea global, que, sin embargo, Toda cultura necesita de un idioma o de va-
las lenguas en el mundo, los idiomas que per- tiene como idioma universal al inglés. Es el rios que la representen y expresen a lo largo
sisten o están en riesgo definitivo de muerte proceso que atienden los medios, en cam- de su proceso histórico de génesis, aprendi-
o extinción y lo hago, paradójicamente, en bio los lentos, dolorosos procesos de lin- zaje y transformación.
esta “era de internet”, del predominio de un guicidio o glotofagia permanente casi ni No deja de sorprenderme que mientras
idioma global: el inglés. Tiempo histórico en merecen atención a nivel mundial. en nuestra Facultad de Filosofía y Letras aún
el que se nos dice que “todos estamos conec- El lingüista Miy Hale sostiene que se defiende (año 2003) la necesidad de ense-
tados con todos”, lo cual es falso ya que el 80 “perder una lengua es como tirar una bom- ñar cultura greco-romana en primer año de
% de la humanidad no está “online”, ni va a ba atómica sobre el Louvre”, simbolizando la carrera de Letras y dos lenguas y culturas
estarlo. En cambio, se han agudizado los pro- de este modo la destrucción de siglos y has- latinas (lengua muerta), no se destaque la ne-
cesos de muerte de idiomas en los cinco con- ta milenios de producción cultural. cesidad e importancia de conocer, defender,
tinentes a un ritmo tal que podemos hablar de A medida que mueren las lenguas, mue- valorar nuestros idiomas americanos con el
un linguicidio nunca antes visto en la historia
de la humanidad.
Del total de lenguas que se hablan en el
mundo, sólo una minoría tienen más de cien
millones de hablantes: chino mandarín, in-
glés, español, hindú (lengua materna de más
de 180 millones de habitantes de la India y
la segunda lengua de más de 300 millones),
bengalí (Bangladesh), árabe, portugués, ru-
so, urdú (lengua nacional de Pakistán), japo-
nés, penyabí o punyab (India), alemán. Den-
tro de medio siglo, más de las mitad de las
6000-7000 lenguas podrían perderse.
Como nunca antes en la historia de la hu-
manidad las lenguas desaparecen al cabo de
pocas generaciones, un ritmo alarmante si es
que consideramos que los idiomas son for-
mas de producción cultural, simbólica cuya
Hay que comer II, 1977. Técnica mixta sobre papel.
desaparición deja atrás, casi siempre sin re-
gistro escrito, formas de vivir, de entender el
la marea 15
 Mitos y verdades
Lengua, identidad y dependencia
de las lenguas en el mundo
La cara no visible de las conquistas imperiales
Escribe Isabel Requejo
C ada vez que tenemos posibilidad de
acceder a un campo inédito de cono-
cimientos, de información, de expe-
riencias, el mundo se amplía, pero es impres-
cindible focalizar ese nuevo horizonte de co-
nocimientos indagando el por qué y para qué;
contextualizarlo en un aquí y ahora para no
perdernos en los mares inciertos de la mera
descripción estadística o dialectal.
En lo personal, este nuevo universo de
conocimiento, fue el descubrimiento de si-
tuaciones de glotofagia y lingüicidio (muerte
de lenguas) a nivel mundial. Realidad enmar-
cada en un contexto socio-político mundial
signado por la hegemonía de poderes milita-
res y económicos, así como de intereses y
monopolios no sólo lingüísticos, que también
afectan la posibilidad de sobrevida ya no só-
lo de nuestra especie o de determinados gru-
pos y pueblos, sino también de sus sistemas
lingüísticos, de sus formas de representación
cultural, sus memorias históricas .
Toda guerra, toda expansión imperialista
o en son de conquista, siempre conmueve a
ese bastión de nuestra dignidad como perso-
nas, ese refugio intimo, a la vez social e indi-
vidual, de nuestra dignidad como personas,
cual es el derecho a nombrar y transmitir lo
que ocurre en nuestros contextos y vida so-
cial utilizando el idioma de nuestra génesis y
pertenencia histórico-cultural.
La realidad actual de las lenguas tanto a
nivel mundial como nacional, no ha sido re-
sultado del azar o de la voluntad de los pue-
blos, sino de complejas decisiones, pocas ve-
ces conocidas, de planificación lingüística,
de una política lingüística que ha incidido e
14 la marea
incide directamente en el procesos de refor-
zamiento, hegemonía o por el contrario de
agonía, debilitamiento o extinción de los
idiomas.
Por lo menos es necesario diferenciar dos
aspectos de las políticas lingüísticas:
a.- Aquel que se refiere al esfuerzo con-
ciente desde los lugares donde se toman las
decisiones políticas, ministerios, academias
de la lengua, Real Academia de la Lengua,
para producir efectos ya sea en la estructura
de un idioma, o en las funciones de las distin-
tas variedades lingüísticas de ese mismo
idioma , lo cual afecta no sólo al idioma do-
minante sino a los idiomas dominados. Por
ejemplo, decidir que una variedad lingüística
es la única correcta, y que existen determina-
dos usos sociales de esa lengua que deben es-
tandarizarse y enseñarse, a fin de lograr lo
que se denomina una competencia lingüística
eficaz, ha sido y es parte de las políticas lin-
güísticas y educativas.
Desde esta perspectiva, se incide en la de-
terminación y creación de patrones ortográfi-
cos comunes sin los cuales uno no puede ser
calificado positivamente, pero además, se
procura la estandarización e incluso la homo-
geneidad lingüística como valor necesario de
identidad, y como aspecto positivo de una
cultura.
Pero también se escriben diccionarios au-
torizados de ese idioma, o diccionarios de
americanismos, etc. Los diccionarios, las
gramáticas, las sintaxis, las leyes del buen
decir no salieron de un hongo mágico, sino
que han sido y son el producto del trabajo de
especialistas, de grupos con nombre y apelli-
do. Algunos de ellos van a reunirse en Rosa-
rio, que va a ser la capital mundial de los re-
presentantes de las políticas lingüísticas he-
gemónicas
Sus demiurgos son siempre grupos redu-
cidos de personas, por lo general académi-
cos, por lo general aliados al poder político
de turno. Todos ellos manejan la norma cul-
ta, escriben correctamente, promueven cier-
tas relaciones entre los idiomas y escamo-
tean otras. Pero todos ellos se sienten autori-
zados a incidir de manera directa o indirecta
en las formas de hablar, de pensar, de escri-
bir, de argumentar correctas de un pueblo, y
de vez en vez, incluso, como ocurre ahora,
escriben diccionarios de 100 mil americanis-
mos. O sea, también deciden cuales palabras
ya pueden ser aceptadas por la Real Acade-
mia como parte de nuestros léxicos de refe-
rencia en América.
b.- Aprender en el seno de un grupo so-
cial y familiar a nombrar la realidad cam-
biante en la que vivimos, a organizar el con-
tenido de nuestra conciencia no desde un
modelo ajeno al de los orígenes sino que sir-
va como puente intergeneracional de una
cultura e idioma, poder legitimar los discur-
sos con los que vamos pudiendo dar cuenta
de quienes somos, de nuestra identidad so-
cial, lingüística y cultural, de nuestras nece-
sidades y reclamos, requiere a la vez sentir
como propia a la lengua y cultura de nues-
tros orígenes, la de nuestros antepasados. Es
decir, requiere no sólo de discursos reivindi-
catorios de la diversidad lingüística o cultu-
ral sino de políticas sostenidas desde el Esta-
do a fin de comprender que el monolingüis-
mo impuesto en tiempos de la colonia como
ideal homogenizador, constituye una de las
tantas restricciones e imposiciones a nuestro
derecho a una autoría de la palabra y del
mundo, conocimientos irrepetibles milena-
rios
A la vez, y en oposición, se nos impone
cierta ilusión comunicacional-ideológico-
ren las memorias históricas de parte de la
humanidad, desaparecen culturas importan-
tes. Es imposible sostener, defender, amar o
transmitir una cultura, una forma propia de
pensamiento propia, plural, multilingüe. cultural: todos formamos parte de una úni- interpretar el mundo, por fuera de un idioma.
Planteo, entonces, un breve panorama de ca y plural aldea global, que, sin embargo, Toda cultura necesita de un idioma o de va-
las lenguas en el mundo, los idiomas que per- tiene como idioma universal al inglés. Es el rios que la representen y expresen a lo largo
sisten o están en riesgo definitivo de muerte proceso que atienden los medios, en cam- de su proceso histórico de génesis, aprendi-
o extinción y lo hago, paradójicamente, en bio los lentos, dolorosos procesos de lin- zaje y transformación.
esta “era de internet”, del predominio de un guicidio o glotofagia permanente casi ni No deja de sorprenderme que mientras
idioma global: el inglés. Tiempo histórico en merecen atención a nivel mundial. en nuestra Facultad de Filosofía y Letras aún
el que se nos dice que “todos estamos conec- El lingüista Miy Hale sostiene que se defiende (año 2003) la necesidad de ense-
tados con todos”, lo cual es falso ya que el 80 “perder una lengua es como tirar una bom- ñar cultura greco-romana en primer año de
% de la humanidad no está “online”, ni va a ba atómica sobre el Louvre”, simbolizando la carrera de Letras y dos lenguas y culturas
estarlo. En cambio, se han agudizado los pro- de este modo la destrucción de siglos y has- latinas (lengua muerta), no se destaque la ne-
cesos de muerte de idiomas en los cinco con- ta milenios de producción cultural. cesidad e importancia de conocer, defender,
tinentes a un ritmo tal que podemos hablar de A medida que mueren las lenguas, mue- valorar nuestros idiomas americanos con el
un linguicidio nunca antes visto en la historia
de la humanidad.
Del total de lenguas que se hablan en el
mundo, sólo una minoría tienen más de cien
millones de hablantes: chino mandarín, in-
glés, español, hindú (lengua materna de más
de 180 millones de habitantes de la India y
la segunda lengua de más de 300 millones),
bengalí (Bangladesh), árabe, portugués, ru-
so, urdú (lengua nacional de Pakistán), japo-
nés, penyabí o punyab (India), alemán. Den-
tro de medio siglo, más de las mitad de las
6000-7000 lenguas podrían perderse.
Como nunca antes en la historia de la hu-
manidad las lenguas desaparecen al cabo de
pocas generaciones, un ritmo alarmante si es
que consideramos que los idiomas son for-
mas de producción cultural, simbólica cuya
desaparición deja atrás, casi siempre sin re-
gistro escrito, formas de vivir, de entender el
Hay que comer II, 1977. Técnica mixta sobre papel.
la marea 15
 Lengua, identidad y dependencia

¿Por qué este Congreso es antidemocrático?

mismo celo. Uno de el-
los ha sido y es sustra-
to lingüístico importante de las variedades
que hablamos, el idioma quechua.
Teniendo en cuenta admás que nada más
que en Sudamérica mil lenguas que tuvieron
voz e historia han desaparecido en estos últi-
mos 500 años, y considerando que una len-
gua amenazada o en riesgo es aquella que ya
no es hablada más que por los hablantes más
ancianos o que no es hablada sino en estado
parcial y empobrecido, tendríamos que pre-
guntarnos si no sería decisivamente más im-
portante el aprendizaje de idiomas “amena-
zados” en nuestra formación en “letras” en
vez del dominio parcial de un idioma extinto
y que ya nadie habla desde hace siglos .
A lo largo de la historia de la humanidad
han existido más de diez mil lenguas. Hoy de
las seis o siete mil desigualmente habladas,
recordadas, aprendidas y escritas, máas de la
mitad ya no se enseñan a los niños, de hecho
son ya lenguas en vías de extinción.
Si un pueblo o comunidad, por causas no
voluntarias por lo general, ya no puede soste-
ner los puentes inter-generacionales de la
transmisión y aprendizaje lingüísticos, su
destino de supervivencia está en riesgo abso-
luto. Ya se sabe que para que una lengua per-
dure, de cada 100 hablantes, 3 de ellos tienen
que ser niños. Cuando un pueblo pierde su
idioma, cuando ya no lo recuerdan más que
los ancianos, cuando no han podido o no les
ha estado permitido escribirlo, se corta de
raíz su legitimidad y continuidad lingüístico-
cultural e histórica.
Casi quinientos años de dominio colonial
han producido un hecho doloroso en el pro-
ceso de transmisión intergeneracional de la
memoria: para una parte importante de la po-
blación no tiene demasiado sentido recordar
y guardar la memoria de una cultura, de vidas
e historias sin "prestigio", de una lengua con-
siderada sólo como un dialecto sin valor.
Mas aun, tiene escaso sentido transmitirle
Como parte de una sociedad o pueblo,
uno aprende a veces sin darse cuenta, a recor-
dar lo que tiene u otorga prestigio, lo que es-
tá socialmente aceptado y valorado y a olvi-
dar o silenciar lo que carece de valor o de po-
der. Tema que debiera ser enseñado y escla-
recido en las aulas.
Para que los miembros de un sociedad
desarrollen colectivamente esa capacidad no
meramente reproductora que es el recuerdo
histórico, el hecho de compartir experiencias
sociales comunes es importante, e igualmen-
te importante es poder transmitirlas, legali-
zarlas por medio de su difusión y escritura.
Según Montoya, para que uno recuerde
y valore aspectos de su propia identidad lin-
güística y cultural, muchas veces , "alguien
con poder y autoridad "debe" haber estable-
cido qué es bueno o importante recordar".
Incluso también, qué contenidos son nece-
sarios de aprender o desaprender en deter-
minado tiempo histórico. Ocurre algo simi-
lar con el olvido.
En los pueblos y comunidades, no sólo
indígenas por cierto, numerosos grupos, aso-
ciaciones o instituciones pueden valorar lo
suyo, en abierta oposición a los discursos
discriminatorios socialmente aceptados y
pueden transformar el aparente olvido en po-
sibilidad de recuperación valorizada no sólo
del pasado remoto sino aún del más reciente.
Tales procesos de recuperación activa de
la memoria no están sólo sostenidos por la
memoria lingüística, aun cuando esta sea de
vital importancia, sino que requieren de ac-
ciones políticas específicas, de decisiones
colectivas, de un protagonismo necesaria-
mente no individual que le garantice sostén
no solo lingüístico sino simbólico, corporal,
histórico activo. Muchas veces, el encuentro
con quienes pertenecieron a una misma etapa
histórica, vivida con intensidad, genera con-
diciones objetivas y subjetivas que nos per-
miten recuperar y activar aspectos del pasado
e incluso del pasado más reciente.
una armada". Porque no cualquier dia-
lecto se transforma en lengua oficial, só-
lo alcanza este estatuto y estatus domi-
nante el dialecto que representa y que
refleja más de cerca los intereses, ideas
y formas de representación de los secto-
res o clases dominantes.
En estas condiciones de desigualdad
no resulta sorprendente que una parte
del pueblo e incluso que algunas genera-
ciones no puedan o no estén totalmente
de acuerdo en recuperar, valorar o trans-
mitir aspectos de su propia historia y
cultura, y haya aprendido a silenciar, e
incluso desconocerse en su propia me-
moria histórica, o hagan lo posible para
que sus hijos aprendan inglés y compu-
tación y dejen de «ser incultos, collas,
etc.». En este proceso han intervenido
activamente muchos académicos, reli-
giosos, estructuras de represión militar,
e incluso gramáticos.
En los países dependientes, coexis-
ten a nivel subjetivo, la vergüenza de ha-
blar como hablamos (en Tucumán es no-
torio este sentimiento), pero también es
evidente la necesidad de afirmación so-
cio-cultural, étnica y/o lingüística, de
ahí que los procesos de formación con-
tradictoria de identidades no excluyan la
predominancia, valoración o minusvalo-
Porque sólo podrán exponer trabajos quie-
nes fueron especialmente invitados por los
organizadores, y su elección ha sido he-
cha con criterios no exclusivamente cientí-
ficos, sino ideológicos y políticos. Hay una
censura implícita al no permitirse la partici-
pación de aquellos autores, docentes, in-
vestigadores, periodistas que quieran in-
tervenir en el debate de los temas expo-
niendo sus ideas e interrogantes. Se llamó
a inscripción sólo a través de Internet,
siendo que hay muchísimos lugares y sec-
tores sociales de nuestro país y del conti-
nente que carecen de tal servicio. Tampo-
co hubo difusión masiva del Congreso a
través de universidades, sindicatos, orga-
nismos culturales, docentes, etc. En un
Según el Informe sobre las Lenguas en el
Mundo, que está siendo concluido por
UNESCO, el 84% de las lenguas tienen al-
gún tipo de utilización escrita. Aún así, sola-
mente el 38% son lenguas estandarizadas y el
13% están en proceso de estandarización. La
estandarización es percibida como impres-
cindible para la supervivencia de la lengua.
Uno de los factores que el análisis de las
encuestas elaboradas por UNESCO se ma-
nifiesta como más preocupante es el de la
transmisión intergeneracional. En este senti-
do se diferencian cuatro grupos: a) el 36%
de las lenguas analizadas se transmiten de
generación en generación sin dificultades,
b) el 24% de las lenguas se transmite con
excepciones, c) en el 13 % de las lenguas
analizadas no se transmite salvo excepcio-
nes y d) el 20% de las lenguas analizadas no
se transmite ya.
Al preguntar sobre las razones que origi-
nan esta interrupción en la transmisión una
de las respuestas más frecuentes es la de que
país plurilingüe y pluricultural como el
nuestro, no han sido invitados los auténti-
cos representantes de las lenguas indíge-
nas, sino sólo algunos académicos que
hablarán sobre ellas. Se pregona el " res-
peto a la diversidad cultural y lingüística"
pero se impone a las amplias mayorías de
América la norma lingüística de un espa-
ñol estándar. Atendiendo a los niveles ca-
tastróficos de alfabetización en nuestro
país, el tema merece de un debate serio,
plural, científico, y en ese debate los do-
centes tienen mucho por enseñar y no só-
lo por escuchar.
Extracto de la exposición en la Mesa Debate
Rosario, del 3 de septiembre del 2004.
En el citado informe de UNESCO se des-
tacan otros aspectos que surgen de las res-
puestas de los informantes: el 68% de las len-
guas están en peligro. Además, la mayor par-
te de los sujetos entrevistados en los cinco
continentes piensa que la desaparición de la
lengua conllevaría la desaparición de la co-
munidad. Las razones principales para ello
según este informe son: la presión de otra
lengua; la presión del gobierno; el número
escaso de hablantes (los hablantes son muy
mayores y la lengua está en grave peligro de
extinción); los efectos negativos que en los
hablantes se producen debido a la ausencia
de la lengua en la escuela; la emigración; ac-
titudes negativas respecto a la lengua; discri-
minación cultural; cambios en la estructura
económica de la comunidad; pérdida de terri-
torio; asimilación de la cultura dominante;
falta de interés del estado con respecto a la
lengua; problemas de urbanización; interrup-
ción de la transmisión; industrialización; fal-
ta de interés de los hablantes; presión de otras
comunidades; falta de información de los ha-
blantes; masacres.
Otro dato particularmente valioso, aun-
que necesario de comprender en su dimen-
sión macro-política y en el contexto del do-
minio militar y económico de las grandes po-
tencias hegemónicas actuales, es que la ma-
yor parte de los límites geográficos de las co-
munidades han variado (64%) y la mayor
parte de los territorios han disminuido. Entre
las razones principales para esta disminución
se encuentran los movimientos migratorios
(dispersión, migración o confinamientos), la
entrada de otras lenguas en el mismo territo-
rio y la acción del gobierno.
Finalmente, destaco otro aporte del Info-
me: “Las causas históricas, políticas y econó-
micas que más afectan a las comunidades lin-
güísticas son las colonizaciones, las guerras y
las migraciones. Además, la presión del go-
bierno, los cambios económicos de la comu-
nidad, la ausencia de la lengua en la escuela,
la influencia de otras lenguas, los genocidios,
la no aceptación de los derechos lingüísticos,
la subordinación económica, las deportacio-
nes, las relaciones con otras culturas y la pér-
dida de la propiedad de los territorios son ra-
zones que se aducen una y otra vez. Por otra
parte, en algunos casos la situación de la len-
gua ha mejorado gracias a la aplicación de la
autonomía política o del ejercicio de la sobe-
ranía. Los efectos que las colonizaciones, las
migraciones y las guerras producen sobre las
lenguas deberán ser temas de estudio muy
cuidadoso”. I
Isabel Requejo es profesora de Lingüística II en la carrera
de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Univer-
sidad Nacional de Tucumán

ESCUELA SUPERIOR DE PSICOLOGIA SOCIAL

ese conocimiento a sus hijos. Creo que el recuerdo y la memoria indi- rización de los idiomas y lenguas. está lengua está siendo sustituida por otra.
Junto a ésta las razones más citadas son:

DE MENDOZA
Es altamente posible que exista una rela- vidual son importantes, pero infinitamente En el cruce de dos siglos, cuando
Emigración (sobre todo a las grandes ciuda-

“Dr. Enrique Pichon-Rivière”

ción muy estrecha entre el ejercicio del poder más valioso, desde el punto de vista de la numerosos movimientos indígenas, so-
político y simbólico, la persistencia de la me- configuración identitaria y cultural de un ciales, gremiales, políticos y culturales des) / Actitudes negativas respecto de la len-
moria intergeneracional, la transmisión cul- pueblo son los procesos de sostén, esclareci- reivindican sus derechos conculcados, gua. / Falta de prestigio de la lengua /Prefe-

Directora: Lic. Nora Petri de Bauzá

tural y la preservación de un idioma. Es un
dato constatado en nuestra historia que las
clases dominantes necesitan para reforzar su
dominio, trabajar fuertemente sobre los pro-
cesos mnemotécnicas y subjetivos de un pue-
blo o comunidad. Y de hecho han trabajado a
fin de que sean recordadas algunas historias
y protagonismos, y en cambio, que se olvi-
den tantos otros. Un proceso que siempre ha
encontrado resistencias pero que a la vez ha
calado hondo en la subjetividad de miles.
miento y reforzamiento colectivo de nuestra
memoria histórica. El olvido y la memoria
también han sido "trabajados" por medio de
políticas educativas y lingüísticas. Así por
ejemplo, se instó a "mejorar y pulir" el idio-
ma por medio de la enseñanza de una norma-
tiva culta o de una gramática oficial. Incluso
se propuso que había que erradicar las expre-
siones que atentaran contra la pureza del
idioma. Tal vez por eso Weinreich decía que
una lengua es un "dialecto con un ejército y
sus idiomas, posesiones materiales,
culturas e identidades, y defienden de-
rechos no sólo culturales o simbólicos,
sino la propiedad de sus tierras , reapa-
rece este criterio de autoridad , esa pra-
xis social tan duramente acallada en las
dictaduras que legitima el poder e im-
portancia de la memoria transformada
en acción desocultante que a la vez de-
viene en conocimiento histórico del pa-
sado y del presente.
rencia de los jóvenes por otra lengua / Pre-
sión del gobierno. / Matrimonios mixtos /
Presión de la cultura dominante. /Asegurar la
supervivencia / Evitar la discriminación / Carrera: Nivel terciario • Modalidad: Técnica
Presión escolar.
Título que otorga: • Técnico Superior en Operación Psicosocial
El breve panorama anterior merece am- (especializado en trabajo grupal, institucional y comunitario)
plia reflexión, investigación y debate entre
docentes y alumnos.Debiera incluirse en las Título intermedio: • Técnico en comunicación y trabajo grupal
currícula del área Lengua e Historia, ya que
25 de Mayo 547 • 1º Piso • Mendoza • Tel.: (0261) 4235813
es un tema de enorme trascendencia no solo
a nivel de lo lingüístico.

16 la marea la marea 17
 Lengua, identidad y dependencia
E
mismo celo. Uno de el-
los ha sido y es sustra-
to lingüístico importante de las variedades
que hablamos, el idioma quechua.
Teniendo en cuenta admás que nada más
que en Sudamérica mil lenguas que tuvieron
voz e historia han desaparecido en estos últi-
mos 500 años, y considerando que una len-
gua amenazada o en riesgo es aquella que ya
no es hablada más que por los hablantes más
ancianos o que no es hablada sino en estado
parcial y empobrecido, tendríamos que pre-
guntarnos si no sería decisivamente más im-
portante el aprendizaje de idiomas “amena-
zados” en nuestra formación en “letras” en
vez del dominio parcial de un idioma extinto
y que ya nadie habla desde hace siglos .
A lo largo de la historia de la humanidad
han existido más de diez mil lenguas. Hoy de
las seis o siete mil desigualmente habladas,
recordadas, aprendidas y escritas, máas de la
mitad ya no se enseñan a los niños, de hecho
son ya lenguas en vías de extinción.
Si un pueblo o comunidad, por causas no
voluntarias por lo general, ya no puede soste-
ner los puentes inter-generacionales de la
transmisión y aprendizaje lingüísticos, su
destino de supervivencia está en riesgo abso-
luto. Ya se sabe que para que una lengua per-
dure, de cada 100 hablantes, 3 de ellos tienen
que ser niños. Cuando un pueblo pierde su
idioma, cuando ya no lo recuerdan más que
los ancianos, cuando no han podido o no les
ha estado permitido escribirlo, se corta de
raíz su legitimidad y continuidad lingüístico-
cultural e histórica.
Casi quinientos años de dominio colonial
han producido un hecho doloroso en el pro-
ceso de transmisión intergeneracional de la
memoria: para una parte importante de la po-
blación no tiene demasiado sentido recordar
y guardar la memoria de una cultura, de vidas
e historias sin "prestigio", de una lengua con-
siderada sólo como un dialecto sin valor.
Mas aun, tiene escaso sentido transmitirle
ese conocimiento a sus hijos.
Es altamente posible que exista una rela-
ción muy estrecha entre el ejercicio del poder
político y simbólico, la persistencia de la me-
moria intergeneracional, la transmisión cul-
tural y la preservación de un idioma. Es un
dato constatado en nuestra historia que las
clases dominantes necesitan para reforzar su
dominio, trabajar fuertemente sobre los pro-
cesos mnemotécnicas y subjetivos de un pue-
blo o comunidad. Y de hecho han trabajado a
fin de que sean recordadas algunas historias
y protagonismos, y en cambio, que se olvi-
den tantos otros. Un proceso que siempre ha
encontrado resistencias pero que a la vez ha
calado hondo en la subjetividad de miles.
16 la marea
Como parte de una sociedad o pueblo,
uno aprende a veces sin darse cuenta, a recor-
dar lo que tiene u otorga prestigio, lo que es-
tá socialmente aceptado y valorado y a olvi-
dar o silenciar lo que carece de valor o de po-
der. Tema que debiera ser enseñado y escla-
recido en las aulas.
Para que los miembros de un sociedad
desarrollen colectivamente esa capacidad no
meramente reproductora que es el recuerdo
histórico, el hecho de compartir experiencias
sociales comunes es importante, e igualmen-
te importante es poder transmitirlas, legali-
zarlas por medio de su difusión y escritura.
Según Montoya, para que uno recuerde
y valore aspectos de su propia identidad lin-
güística y cultural, muchas veces , "alguien
con poder y autoridad "debe" haber estable-
cido qué es bueno o importante recordar".
Incluso también, qué contenidos son nece-
sarios de aprender o desaprender en deter-
minado tiempo histórico. Ocurre algo simi-
lar con el olvido.
En los pueblos y comunidades, no sólo
indígenas por cierto, numerosos grupos, aso-
ciaciones o instituciones pueden valorar lo
suyo, en abierta oposición a los discursos
discriminatorios socialmente aceptados y
pueden transformar el aparente olvido en po-
sibilidad de recuperación valorizada no sólo
del pasado remoto sino aún del más reciente.
Tales procesos de recuperación activa de
la memoria no están sólo sostenidos por la
memoria lingüística, aun cuando esta sea de
vital importancia, sino que requieren de ac-
ciones políticas específicas, de decisiones
colectivas, de un protagonismo necesaria-
mente no individual que le garantice sostén
no solo lingüístico sino simbólico, corporal,
histórico activo. Muchas veces, el encuentro
con quienes pertenecieron a una misma etapa
histórica, vivida con intensidad, genera con-
diciones objetivas y subjetivas que nos per-
miten recuperar y activar aspectos del pasado
e incluso del pasado más reciente.
Creo que el recuerdo y la memoria indi-
vidual son importantes, pero infinitamente
más valioso, desde el punto de vista de la
configuración identitaria y cultural de un
pueblo son los procesos de sostén, esclareci-
miento y reforzamiento colectivo de nuestra
memoria histórica. El olvido y la memoria
también han sido "trabajados" por medio de
políticas educativas y lingüísticas. Así por
ejemplo, se instó a "mejorar y pulir" el idio-
ma por medio de la enseñanza de una norma-
tiva culta o de una gramática oficial. Incluso
se propuso que había que erradicar las expre-
siones que atentaran contra la pureza del
idioma. Tal vez por eso Weinreich decía que
una lengua es un "dialecto con un ejército y
una armada". Porque no cualquier dia-
lecto se transforma en lengua oficial, só-
lo alcanza este estatuto y estatus domi-
nante el dialecto que representa y que
refleja más de cerca los intereses, ideas
y formas de representación de los secto-
res o clases dominantes.
En estas condiciones de desigualdad
no resulta sorprendente que una parte
del pueblo e incluso que algunas genera-
ciones no puedan o no estén totalmente
de acuerdo en recuperar, valorar o trans-
mitir aspectos de su propia historia y
cultura, y haya aprendido a silenciar, e
incluso desconocerse en su propia me-
moria histórica, o hagan lo posible para
que sus hijos aprendan inglés y compu-
tación y dejen de «ser incultos, collas,
etc.». En este proceso han intervenido
activamente muchos académicos, reli-
giosos, estructuras de represión militar,
e incluso gramáticos.
En los países dependientes, coexis-
ten a nivel subjetivo, la vergüenza de ha-
blar como hablamos (en Tucumán es no-
torio este sentimiento), pero también es
evidente la necesidad de afirmación so-
cio-cultural, étnica y/o lingüística, de
ahí que los procesos de formación con-
tradictoria de identidades no excluyan la
predominancia, valoración o minusvalo-
rización de los idiomas y lenguas.
En el cruce de dos siglos, cuando
numerosos movimientos indígenas, so-
ciales, gremiales, políticos y culturales
reivindican sus derechos conculcados,
sus idiomas, posesiones materiales,
culturas e identidades, y defienden de-
rechos no sólo culturales o simbólicos,
sino la propiedad de sus tierras , reapa-
rece este criterio de autoridad , esa pra-
xis social tan duramente acallada en las
dictaduras que legitima el poder e im-
portancia de la memoria transformada
en acción desocultante que a la vez de-
viene en conocimiento histórico del pa-
sado y del presente.
¿Por qué este Congreso es antidemocrático?
Porque sólo podrán exponer trabajos quie-
nes fueron especialmente invitados por los
organizadores, y su elección ha sido he-
cha con criterios no exclusivamente cientí-
ficos, sino ideológicos y políticos. Hay una
censura implícita al no permitirse la partici-
pación de aquellos autores, docentes, in-
vestigadores, periodistas que quieran in-
tervenir en el debate de los temas expo-
niendo sus ideas e interrogantes. Se llamó
a inscripción sólo a través de Internet,
siendo que hay muchísimos lugares y sec-
tores sociales de nuestro país y del conti-
nente que carecen de tal servicio. Tampo-
co hubo difusión masiva del Congreso a
través de universidades, sindicatos, orga-
nismos culturales, docentes, etc. En un
Según el Informe sobre las Lenguas en el
Mundo, que está siendo concluido por
UNESCO, el 84% de las lenguas tienen al-
gún tipo de utilización escrita. Aún así, sola-
mente el 38% son lenguas estandarizadas y el
13% están en proceso de estandarización. La
estandarización es percibida como impres-
cindible para la supervivencia de la lengua.
Uno de los factores que el análisis de las
encuestas elaboradas por UNESCO se ma-
nifiesta como más preocupante es el de la
transmisión intergeneracional. En este senti-
do se diferencian cuatro grupos: a) el 36%
de las lenguas analizadas se transmiten de
generación en generación sin dificultades,
b) el 24% de las lenguas se transmite con
excepciones, c) en el 13 % de las lenguas
analizadas no se transmite salvo excepcio-
nes y d) el 20% de las lenguas analizadas no
se transmite ya.
Al preguntar sobre las razones que origi-
nan esta interrupción en la transmisión una
de las respuestas más frecuentes es la de que
está lengua está siendo sustituida por otra.
Junto a ésta las razones más citadas son:
Emigración (sobre todo a las grandes ciuda-
des) / Actitudes negativas respecto de la len-
gua. / Falta de prestigio de la lengua /Prefe-
rencia de los jóvenes por otra lengua / Pre-
sión del gobierno. / Matrimonios mixtos /
Presión de la cultura dominante. /Asegurar la
supervivencia / Evitar la discriminación /
Presión escolar.
El breve panorama anterior merece am-
plia reflexión, investigación y debate entre
docentes y alumnos.Debiera incluirse en las
currícula del área Lengua e Historia, ya que
es un tema de enorme trascendencia no solo
a nivel de lo lingüístico.
ta de interés de los hablantes; presión de otras
comunidades; falta de información de los ha-
blantes; masacres.
Otro dato particularmente valioso, aun-
que necesario de comprender en su dimen-
país plurilingüe y pluricultural como el
nuestro, no han sido invitados los auténti- sión macro-política y en el contexto del do-
cos representantes de las lenguas indíge- minio militar y económico de las grandes po-
nas, sino sólo algunos académicos que tencias hegemónicas actuales, es que la ma-
hablarán sobre ellas. Se pregona el " res- yor parte de los límites geográficos de las co-
peto a la diversidad cultural y lingüística" munidades han variado (64%) y la mayor
pero se impone a las amplias mayorías de parte de los territorios han disminuido. Entre
América la norma lingüística de un espa- las razones principales para esta disminución
ñol estándar. Atendiendo a los niveles ca- se encuentran los movimientos migratorios
tastróficos de alfabetización en nuestro (dispersión, migración o confinamientos), la
país, el tema merece de un debate serio,
entrada de otras lenguas en el mismo territo-
plural, científico, y en ese debate los do-
rio y la acción del gobierno.
centes tienen mucho por enseñar y no só-
lo por escuchar. Finalmente, destaco otro aporte del Info-
me: “Las causas históricas, políticas y econó-
micas que más afectan a las comunidades lin-
güísticas son las colonizaciones, las guerras y
Extracto de la exposición en la Mesa Debate
Rosario, del 3 de septiembre del 2004.
las migraciones. Además, la presión del go-
bierno, los cambios económicos de la comu-
En el citado informe de UNESCO se des- nidad, la ausencia de la lengua en la escuela,
tacan otros aspectos que surgen de las res- la influencia de otras lenguas, los genocidios,
puestas de los informantes: el 68% de las len- la no aceptación de los derechos lingüísticos,
guas están en peligro. Además, la mayor par- la subordinación económica, las deportacio-
te de los sujetos entrevistados en los cinco nes, las relaciones con otras culturas y la pér-
continentes piensa que la desaparición de la dida de la propiedad de los territorios son ra-
lengua conllevaría la desaparición de la co- zones que se aducen una y otra vez. Por otra
munidad. Las razones principales para ello parte, en algunos casos la situación de la len-
según este informe son: la presión de otra gua ha mejorado gracias a la aplicación de la
lengua; la presión del gobierno; el número autonomía política o del ejercicio de la sobe-
escaso de hablantes (los hablantes son muy ranía. Los efectos que las colonizaciones, las
mayores y la lengua está en grave peligro de migraciones y las guerras producen sobre las
extinción); los efectos negativos que en los lenguas deberán ser temas de estudio muy
hablantes se producen debido a la ausencia cuidadoso”. I
de la lengua en la escuela; la emigración; ac-
titudes negativas respecto a la lengua; discri-
minación cultural; cambios en la estructura
económica de la comunidad; pérdida de terri-
torio; asimilación de la cultura dominante;
falta de interés del estado con respecto a la
Isabel Requejo es profesora de Lingüística II en la carrera
lengua; problemas de urbanización; interrup- de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Univer-
ción de la transmisión; industrialización; fal- sidad Nacional de Tucumán
ESCUELA SUPERIOR DE PSICOLOGIA SOCIAL
DE MENDOZA
“Dr. Enrique Pichon-Rivière”
Directora: Lic. Nora Petri de Bauzá
Carrera: Nivel terciario • Modalidad: Técnica
Título que otorga: • Técnico Superior en Operación Psicosocial
(especializado en trabajo grupal, institucional y comunitario)
Título intermedio: • Técnico en comunicación y trabajo grupal
25 de Mayo 547 • 1º Piso • Mendoza • Tel.: (0261) 4235813
la marea 17
 Lengua, identidad y dependencia
Pe da go gía y
Escribe Zulma Caballero
po lí ti ca s de la lengua
Lengua oficial y lengua dominada:
nuevos y viejos "requerimientos"
en los procesos históricos
latinoamericanos
E
n primer lugar, expreso mi adhesión a
este movimiento crítico y analítico
que busca discutir de manera abierta
y participativa las contradicciones en torno
a las políticas de la lengua, sobre todo te-
niendo en cuenta la próxima realización en
Rosario del "III Congreso Internacional de
la Lengua Española".
Creo que esta posibilidad de aportar di-
ferentes perspectivas abre un campo favo-
rable al despliegue interdisciplinario. Mi
posición se sostiene en la idea de conside-
rar la lengua (o las lenguas) como creación
histórica, social y simbólica, y como crea-
ción humana sujeta a diferentes ejercicios
de dominación. La opresión lingüística es
una de las formas privilegiadas que asumen
las relaciones de poder. El reconocimiento
de la pluralidad cultural y lingüística es un
derecho, sin negar que el devenir histórico
nos ha homogeneizado a través de la lengua
castellana.
Entiendo a la lengua oficial como la
lengua del poder (cuando digo lengua ‘ofi-
cial’ tomo del diccionario el significado de
esta palabra: que emana de la autoridad), y
a la lengua dominada como la lengua no
autorizada, la lengua de quienes tienen es-
caso poder (pero que pueden, sin embargo,
resistir).
UN REQUERIMIENTO FUNDACIONAL
Hay diferentes "escenas de lectura" en
la historia humana. Una escena de lectura
es "el lugar donde se realiza/materializa lo
escrito como práctica social de comunica-
ción" (Cucuzza y Pineau, 2002). Es tam-
bién el resultado de procesos de larga dura-
ción, en el que se sintetizan diferentes esce-
nas de lecturas registradas en variados mo-
mentos de la historia cultural. En la historia
latinoamericana hay una escena fundante
18 la marea
(así la categorizan Cucuzza y Pineau) que
llamaremos "original", en tanto es el origen
de la dominación a través de la palabra escri-
ta. Es una escena de lectura del momento de
la conquista española: lo que se lee es el lla-
mado "Requerimiento o Conminación a los
indios". Momento fundante en la genealogía
de la identidad lingüística latinoamericana,
un momento de pérdida original, de pérdida
de los orígenes que hacen al ser histórico
(por supuesto, no es el único momento).
El Requerimiento es un documento atri-
buido a Juan López de Palacios Rubio, cate-
drático de la Universidad Salamanca. Emba-
jador en Roma y defensor del poder monár-
quico, se destacó como experto jurista y co-
mo tal participó activamente en la cuestión
de los Justos Títulos del Dominio de Indias,
sobre la cual realizó un detallado razona-
miento acerca de la legitimidad de la sobera-
nía castellana sobre los territorios america-
nos.
El Requerimiento informaba que los in-
dios eran vasallos del monarca castellano y
súbditos del Papa; se les comunicaba tam-
bién que si oponían resistencia, se podía uti-
lizar la fuerza para que fueran sometidos.
Fue escrito en 1513 y rigió hasta 1542.
Recordemos que hacia 1550 el dominico
Bartolomé de las Casas mantuvo con Ginés
de Sepúlveda la famosa discusión denomina-
da "Controversia de Valladolid". Sepúlveda
fundamenta en las leyes cristianas y en el de-
recho natural las siguientes y ríspidas cues-
tiones: la idea de imperio y la guerra justa
contra los indígenas; la servidumbre natural;
el recto principio del mandar y el obedecer;
la licitud de la sumisión del nuevo mundo al
imperio castellano. Para Sepúlveda, lo que
se busca con el sometimiento del bárbaro es
su civilización. Según Fernández Buey
(1995), Sepúlveda universalizaba la teoría
aristotélica de la servidumbre natural en
combinación con la idea tomista de la guerra
justa. En la Controversia sobre la naturaleza
de los indios americanos, la idea de Las Ca-
sas es "La variante latina de la relativización
cultural, [que] trata de entender el por qué de
los hábitos del otro, pero al mismo tiempo
cree que, aceptada la diversidad, aún tenemos
motivos racionales fundados para preferir
moralmente entre comportamientos". Este
punto de vista entiende que determinados
comportamientos culturales pueden ser "erro-
res probables", disculpables, y modificables
por instrucción (o por evangelización).
El Requerimiento, entonces, autorizaba el
empleo de la fuerza contra los indígenas de
América, luego de realizarles una lectura en
castellano que "notificaba" que desde la crea-
ción del mundo existía la delegación divina
del poder en la tierra al Papa. Los justos títu-
los permitían que éste a su vez delegara en
los reyes de España dicho poder. El círculo se
cerraba con la transferencia del poder que le-
gitimaba al conquistador y a los religiosos.
El Requerimiento expresaba en el cierre:
"Por ende, como mejor puedo, vos ruego y
requiero que entendáis bien esto que os he di-
cho, y toméis para entenderlo y deliberar so-
bre ello el tiempo que fuese justo, y reconoz-
cáis a la Iglesia por señora y superiora del
universo mundo, y al sumo pontífice llamado
Papa en su nombre, y a Su Majestad en su lu-
gar, como superior y señor y rey de las islas y
tierra firme, por virtud de la dicha donación,
y consintáis que estos padres religiosos os de-
claren y prediquen lo susodicho. Si así lo hi-
ciereis, haréis bien, y aquello que sois tenidos
y obligados, y Su Majestad, y yo en su nom-
bre, vos recibirán con todo amor y caridad, y
vos dejarán vuestras mujeres e hijos libres sin
servidumbre, para que de ellas y de vosotros
hagáis libremente todo lo que quisiereis y por
bien tuviereis; y no vos compelerá a que os
tornéis cristianos, salvo si vosotros, informa-
dos de la verdad os quisiereis convertir a la
santa fe católica, como lo han hecho casi to-
dos los vecinos de las otras islas; y a más de
esto Su Majestad vos dará muchos privile-
gios y excepciones y os hará muchas merce-
des. Si no lo hiciereis, o en ello dilación ma-
liciosamente pusiereis, certifícoos que con
la ayuda de Dios yo entraré poderosamente
contra vosotros y os haré guerra por todas
las partes y manera que yo pudiere, y os su-
jetaré al yugo y obediencia de -Reconocer "a la Iglesia por señora y su-
la Iglesia y de Su Majestad, y periora del universo mundo" (lo cual signifi-
tomaré vuestras mujeres e hi- caba abandonar la propia religión). Era, en-
jos y los haré esclavos, y co- tonces, una escena de lectura que imponía
mo tales los venderé y dispon- una religión.
dré de ellos como Su Majes- -Reconocer al Papa, que tenía la potestad
tad mandare, y os to ma ré de hablar en nombre de la iglesia. Esto sig-
vuestros bienes y os haré to- nificaba obedecer a alguien distante, repre-
dos los males y daños que pu- sentado a su vez por los reyes.
diere, como a vasallo que no -Reconocer "al rey y a la reyna nuestros
obedece ni quieren recibir a su señores como a superiores e señores y reyes
señor y le resisten y contradi- destas islas y Tierra Firme". Esta obediencia
cen; y protesto que las muer- se debía a que la iglesia había donado a los
tes y daños que de ella se re- reyes ese poder.
crecieren sea a vuestra culpa, -Dado que los sacerdotes eran los repre-
y no de Su Majestad, ni mía, sentantes de la iglesia, del papa y de los re-
ni de estos caballeros que con- yes, se requería/conminaba a los indios para
migo vinieron y de cómo os lo que "consintáis y deis lugar que estos padres
digo y requiero, pido al pre- religiosos vos declaren y prediquen lo
sente escribano que me lo dé susodicho".
por testimonio signado". -Es decir, debían consentir a que los pa-
Tal como afirman Cucuzza y dres religiosos les declararan (les explicaran,
Pineau, se oía leer para obede-
Requerir significa intimar o
cer al conquistador :
avisar con autoridad pública.
Es también necesitar o hacer
necesaria una cosa. Inducir,
persuadir. Requerimiento es la
acción y efecto de requerir, es
Conminar es amenazar. Inti-
una intimación.
mar la autoridad un mandato,
con apercibimiento de corrección o pena.
Algo conminatorio es un mandamiento que
incluye amenaza.
Vemos entonces que el Requerimiento es
una intimación, una orden que debe cumplir-
se para no sufrir consecuencias o penaliza-
ciones ¿Qué decía el texto, qué se ordenaba
hacer y cuáles eran las amenazas? En esta
escena de lectura, el sacerdote reunía a los
indios y les leía en castellano, exigiendo:
la marea 19
 Pe da go gía y
po lí ti ca s de la lengua
Lengua, identidad y dependencia
Escribe Zulma Caballero
Lengua oficial y lengua dominada:
nuevos y viejos "requerimientos"
en los procesos históricos
latinoamericanos
E
n primer lugar, expreso mi adhesión a
este movimiento crítico y analítico
que busca discutir de manera abierta
y participativa las contradicciones en torno
a las políticas de la lengua, sobre todo te-
niendo en cuenta la próxima realización en
Rosario del "III Congreso Internacional de
la Lengua Española".
Creo que esta posibilidad de aportar di-
ferentes perspectivas abre un campo favo-
rable al despliegue interdisciplinario. Mi
posición se sostiene en la idea de conside-
rar la lengua (o las lenguas) como creación
histórica, social y simbólica, y como crea-
ción humana sujeta a diferentes ejercicios
de dominación. La opresión lingüística es
una de las formas privilegiadas que asumen
las relaciones de poder. El reconocimiento
de la pluralidad cultural y lingüística es un
derecho, sin negar que el devenir histórico
nos ha homogeneizado a través de la lengua
castellana.
Entiendo a la lengua oficial como la
lengua del poder (cuando digo lengua ‘ofi-
cial’ tomo del diccionario el significado de
esta palabra: que emana de la autoridad), y
a la lengua dominada como la lengua no
autorizada, la lengua de quienes tienen es-
caso poder (pero que pueden, sin embargo,
resistir).
UN REQUERIMIENTO FUNDACIONAL
Hay diferentes "escenas de lectura" en
la historia humana. Una escena de lectura
es "el lugar donde se realiza/materializa lo
escrito como práctica social de comunica-
ción" (Cucuzza y Pineau, 2002). Es tam-
bién el resultado de procesos de larga dura-
ción, en el que se sintetizan diferentes esce-
nas de lecturas registradas en variados mo-
mentos de la historia cultural. En la historia
latinoamericana hay una escena fundante
18 la marea
(así la categorizan Cucuzza y Pineau) que
llamaremos "original", en tanto es el origen
de la dominación a través de la palabra escri-
ta. Es una escena de lectura del momento de
la conquista española: lo que se lee es el lla-
mado "Requerimiento o Conminación a los
indios". Momento fundante en la genealogía
de la identidad lingüística latinoamericana,
un momento de pérdida original, de pérdida
de los orígenes que hacen al ser histórico
(por supuesto, no es el único momento).
El Requerimiento es un documento atri-
buido a Juan López de Palacios Rubio, cate-
drático de la Universidad Salamanca. Emba-
jador en Roma y defensor del poder monár-
quico, se destacó como experto jurista y co-
mo tal participó activamente en la cuestión
de los Justos Títulos del Dominio de Indias,
sobre la cual realizó un detallado razona-
miento acerca de la legitimidad de la sobera-
nía castellana sobre los territorios america-
nos.
El Requerimiento informaba que los in-
dios eran vasallos del monarca castellano y
súbditos del Papa; se les comunicaba tam-
bién que si oponían resistencia, se podía uti-
lizar la fuerza para que fueran sometidos.
Fue escrito en 1513 y rigió hasta 1542.
Recordemos que hacia 1550 el dominico
Bartolomé de las Casas mantuvo con Ginés
de Sepúlveda la famosa discusión denomina-
da "Controversia de Valladolid". Sepúlveda
fundamenta en las leyes cristianas y en el de-
recho natural las siguientes y ríspidas cues-
tiones: la idea de imperio y la guerra justa
contra los indígenas; la servidumbre natural;
el recto principio del mandar y el obedecer;
la licitud de la sumisión del nuevo mundo al
imperio castellano. Para Sepúlveda, lo que
se busca con el sometimiento del bárbaro es
su civilización. Según Fernández Buey
(1995), Sepúlveda universalizaba la teoría
aristotélica de la servidumbre natural en
combinación con la idea tomista de la guerra
justa. En la Controversia sobre la naturaleza
de los indios americanos, la idea de Las Ca-
sas es "La variante latina de la relativización
cultural, [que] trata de entender el por qué de
los hábitos del otro, pero al mismo tiempo
cree que, aceptada la diversidad, aún tenemos
motivos racionales fundados para preferir
moralmente entre comportamientos". Este
punto de vista entiende que determinados
comportamientos culturales pueden ser "erro-
res probables", disculpables, y modificables
por instrucción (o por evangelización).
El Requerimiento, entonces, autorizaba el
empleo de la fuerza contra los indígenas de
América, luego de realizarles una lectura en
castellano que "notificaba" que desde la crea-
ción del mundo existía la delegación divina
del poder en la tierra al Papa. Los justos títu-
los permitían que éste a su vez delegara en
los reyes de España dicho poder. El círculo se
cerraba con la transferencia del poder que le-
gitimaba al conquistador y a los religiosos.
El Requerimiento expresaba en el cierre:
"Por ende, como mejor puedo, vos ruego y
requiero que entendáis bien esto que os he di-
cho, y toméis para entenderlo y deliberar so-
bre ello el tiempo que fuese justo, y reconoz-
cáis a la Iglesia por señora y superiora del
universo mundo, y al sumo pontífice llamado
Papa en su nombre, y a Su Majestad en su lu-
gar, como superior y señor y rey de las islas y
tierra firme, por virtud de la dicha donación,
y consintáis que estos padres religiosos os de-
claren y prediquen lo susodicho. Si así lo hi-
ciereis, haréis bien, y aquello que sois tenidos
y obligados, y Su Majestad, y yo en su nom-
bre, vos recibirán con todo amor y caridad, y
vos dejarán vuestras mujeres e hijos libres sin
servidumbre, para que de ellas y de vosotros
hagáis libremente todo lo que quisiereis y por
bien tuviereis; y no vos compelerá a que os
tornéis cristianos, salvo si vosotros, informa-
dos de la verdad os quisiereis convertir a la
santa fe católica, como lo han hecho casi to-
dos los vecinos de las otras islas; y a más de
esto Su Majestad vos dará muchos privile-
gios y excepciones y os hará muchas merce-
des. Si no lo hiciereis, o en ello dilación ma-
liciosamente pusiereis, certifícoos que con
la ayuda de Dios yo entraré poderosamente
contra vosotros y os haré guerra por todas
las partes y manera que yo pudiere, y os su-
jetaré al yugo y obediencia de -Reconocer "a la Iglesia por señora y su-
la Iglesia y de Su Majestad, y periora del universo mundo" (lo cual signifi-
tomaré vuestras mujeres e hi- caba abandonar la propia religión). Era, en-
jos y los haré esclavos, y co- tonces, una escena de lectura que imponía
mo tales los venderé y dispon- una religión.
dré de ellos como Su Majes- -Reconocer al Papa, que tenía la potestad
tad mandare, y os to ma ré de hablar en nombre de la iglesia. Esto sig-
vuestros bienes y os haré to- nificaba obedecer a alguien distante, repre-
dos los males y daños que pu- sentado a su vez por los reyes.
diere, como a vasallo que no -Reconocer "al rey y a la reyna nuestros
obedece ni quieren recibir a su señores como a superiores e señores y reyes
señor y le resisten y contradi- destas islas y Tierra Firme". Esta obediencia
cen; y protesto que las muer- se debía a que la iglesia había donado a los
tes y daños que de ella se re- reyes ese poder.
crecieren sea a vuestra culpa, -Dado que los sacerdotes eran los repre-
y no de Su Majestad, ni mía, sentantes de la iglesia, del papa y de los re-
ni de estos caballeros que con- yes, se requería/conminaba a los indios para
migo vinieron y de cómo os lo que "consintáis y deis lugar que estos padres
digo y requiero, pido al pre- religiosos vos declaren y prediquen lo
sente escribano que me lo dé susodicho".
por testimonio signado". -Es decir, debían consentir a que los pa-
Tal como afirman Cucuzza y dres religiosos les declararan (les explicaran,
Pineau, se oía leer para obede-
cer al conquistador :
Requerir significa intimar o
avisar con autoridad pública.
Es también necesitar o hacer
necesaria una cosa. Inducir,
persuadir. Requerimiento es la
acción y efecto de requerir, es
una intimación.
Conminar es amenazar. Inti-
mar la autoridad un mandato,
con apercibimiento de corrección o pena.
Algo conminatorio es un mandamiento que
incluye amenaza.
Vemos entonces que el Requerimiento es
una intimación, una orden que debe cumplir-
se para no sufrir consecuencias o penaliza-
ciones ¿Qué decía el texto, qué se ordenaba
hacer y cuáles eran las amenazas? En esta
escena de lectura, el sacerdote reunía a los
indios y les leía en castellano, exigiendo:
la marea 19
 Lengua, identidad y dependencia
les enseñaran) esos justos títulos, ese poder y
esa obediencia.
El Requerimiento era un requerimiento de
obediencia. Se debía escuchar y aprender
obligatoriamente lo que los sacerdotes predi-
caran, ya que estaban representando a los ver-
daderos dueños de las islas y tierra firme (es
decir, todo el territorio latinoamericano cono-
cido) porque el rey y la reina eran superiores,
eran señores, “reyes de estas tierras”, pues la
iglesia les había donado a los reyes las tierras
y el poder sobre ellas.
Se suponía que los indios no habían sido
informados, lo cual se reparaba en ese acto de
lectura. “La relación pedagógica entre ameri-
canos y españoles se establecía como una re-
lación de dominación” (Puiggrós, 2003).
Podemos imaginar el pensamiento de los
religiosos: “Yo, sacerdote, soy criado, mensa-
jero y capitán; hago saber que Dios nuestro
señor creó el cielo y la tierra, a San Pedro le
dio un cargo para que todos obedeciesen co-
mo cabeza de todos los hombres, estuviesen
donde estuviesen, lo puso en Roma pero le
permitió que juzgara y gobernara a todo el
mundo: cristianos, moros, judíos, gentiles y
de cualquier otra secta o creencia. El papa es
gobernador y padre de todos los hombres. Un
papa otorgó a los reyes Don Fernando y Doña
Isabel estas islas, con todo lo que en ellos hay
(bienes, animales, mujeres, hombres).”
¿Qué sentido encontrar en el Requeri-
miento? Uno de los sentidos es que los espa-
ñoles debían ser los educadores, ya que se ins-
tauraban a sí mismos como los únicos con de-
recho a educar, tarea que identificaban con la
evangelización (Puiggrós, 2003). La escena
del requerimiento inaugura un sistema educa-
tivo bifurcado, que diferencia entre salvajes y
civilizados; no solamente consideraban a la
hispánica una cultura superior, sino la única
forma digna de tal nombre (op. cit.). Los espa-
ñoles, con sus diferencias, establecían siempre
20 la marea
una situación de desigualdad: unos conside-
raron que los indios eran bárbaros, otros que
eran salvajes susceptibles de evangelización,
otros que se trataba de buenos salvajes igno-
rantes del evangelio y de las leyes.
Las órdenes religiosas habían comenza-
do una educación homogeneizadora, en una
conquista cultural que estuvo caracterizada
por el despojo de bienes, la apropiación de
obras de la cultura, la imposición de una len-
gua y una cultura como superior, la imposi-
ción de una doctrina religiosa, la domestica-
ción de los indios como mano de obra.
Hay un “choque” entre oralidad y escri-
tura durante la conquista. Ese encontronazo
entre la oralidad no alfabetizada y la lectura
de la palabra escrita se produce en un lugar
donde se instala el poder. Porque, dicen Cu-
cuzza y Pineau, en distintos períodos y con
diferentes finalidades, ‘unos’ leen mientras
que ‘otros’ sólo escuchan (hasta que en la
lectura silenciosa ambas prácticas sociales
confluyen en la cabeza de un sólo indivi-
duo).
“Leer” frente a “oír leer”, para estos his-
toriadores, denota en términos antinómicos
que la escritura estuvo asociada al poder des-
de momentos originarios. La marca de la es-
critura supone un productor y un lector; su-
pone asimismo ciertas condiciones sociales:
quiénes producen, con qué soportes, para
qué usos del poder, quiénes pueden leer la
marca y quiénes sólo oír su lectura (Cucuzza
y Pineau, 2002).
Vale recordar aquí algunas políticas de
exclusión relacionadas con la lectura y la es-
critura. Ambrosio Millicay, un negro liberto,
en 1819 fue azotado en la plaza pública de
Catamarca por haberse descubierto que sabía
leer y escribir. También podemos recordar
que hacia 1776, en EE.UU. durante el perío-
do posrevolucionario, todos debían poder ir
a la escuela; sin embargo, “todos” se refería
a los varones blancos. En cuanto a mujeres,
indios, blancos pobres y negros, no se pensa-
ba en ellos a la hora de planificar la educa-
ción.
En 1740, en Carolina, EE.UU., se impo-
nía una multa de 100 libras para quien ense-
ñara o hiciera enseñar a un esclavo. En 1823,
en Carolina del Sur, un clérigo metodista
blanco fue atacado por una muchedumbre por
haber fundado una escuela para niños negros.
En 1831, en Virginia, se decretó que enseñar
a leer a negros era ilegal, y se debía pagar una
multa de 50 dólares más un castigo de dos
meses de cárcel a profesores blancos que al-
fabetizaran a negros. Para negros y mulatos
que recibieran instrucción, había un castigo
consistente en cincuenta latigazos. Para las
niñas también existían formas de discrimina-
ción en esos tiempos y lugares, ya que se vo-
taba por no destinar dinero a la educación fe-
menina (Bowen, 1992). En la provincia de
Santa Fe, hasta las primeras décadas del siglo
XX, al decretarse la obligatoriedad de la es-
colaridad primaria, como había pocas escue-
las públicas y la habilitación de nuevas orga-
nizaciones se llevaba a cabo con una gran
lentitud, se debió continuar con el subsidio a
las particulares. Pero el monto de dinero que
se otorgaba a las escuelas de niñas era bastan-
te inferior con respecto a las escuelas de va-
rones: el subsidio que se otorgaba consistía
en dos pesos por alumno varón y un peso por
alumna mujer (Mikielievich, en Caballero,
2004). Tanto la discriminación como la desi-
gualdad de oportunidades para las mujeres
eran constantes, y estaban incorporadas a
otras tradiciones, normas y costumbres que
regulaban la política de los sexos en la socie-
dad. El sistema jurídico amparaba las desi-
gualdades, y si bien las maestras debían for-
mar ciudadanos conscientes y responsables
para cuando llegara la hora de votar, no eran
ellas mismas ciudadanas.
FUERA DE ESCENA
Frente a un Congreso de la Lengua que
parece querer eludir conflictos, que se
muestra hasta el momento como un lugar ar-
monioso y aséptico en donde el sólo estar
como expositor implica alto honor y consi-
deración, este "fuera de escena" que esta-
mos construyendo aquí convoca a participa-
ciones múltiples, plurilingües, no selectivas.
El conflicto, histórico y social, político y
económico, es reprimido en el orden del dis-
curso para que queden fuera las cuestiones
que pueden disminuir los resultados del es-
fuerzo estético. Un bello congreso puede
realizarse con muchos acuerdos y con pocas
estridencias.
Foucault habla de los modos de la in-
quietud ante los poderes y peligros de la pa-
labra, de allí la necesidad de inventar proce-
dimientos para controlar, seleccionar y do-
minar los acontecimientos.
Esta escena de lectura, en este escenario
donde nos hemos reunido hoy, la considero
paradójicamente como un "fuera de escena"
donde, volviendo a los ítems propuestos por
Cucuzza y Pineau:
GLos actores no se hallan en oposición
binaria: lectores y oyentes, lengua oficial y
lengua dominada, saber hegemónico formal
frente a saberes informales y convivenciales,
la escritura subordinando a la oralidad.
GEscenas plurales, en nuevas políticas de
las lenguas en las que no haya primeros ac-
tores y actores secundarios.
GLas finalidades: resistir a la globaliza-
ción unificadora y aniquiladora de las cultu-
ras. Resignificación de los contenidos cultu-
rales y lingüísticos, sobre todo de aquellos
contenidos agredidos, negados o silenciados.
GLos espacios y los tiempos: heteróto-
pos, diversos, múltiples. Abiertos, no exclu-
yentes. Discusiones accesibles a todos.
EDICIONES DEL DOCK
1989 - 2004
POESÍA - NARRATIVA
15 AÑOS INTENTANDO
LA BUENA LITERATURA
GPara esto hace falta revisar el archivo,
buscar en la memoria histórica para com- Avda. Córdoba 2054 1º "A" (1120)
prender e interpretar lo que se jugó, por Buenos Aires
ejemplo, en aquellas escenas de lectura. Tel./Fax: 4374-2772
Creo que revisitar el pasado ayuda a enten- e-mail:dock@interar.com.ar
der el presente.
GLos soportes: materiales o tecnología
de la palabra, al alcance de todas y todos.
Frente a los Requerimientos como con-
minante intimación, creo que se trata aquí
INSTITUTO
de otra cuestión que no sé bien qué nombre
darle. Ya no requerimiento, ya no conmina-
ción, ya no homogeneización cultural, ni SUPERIOR DE
PSICOLOGIA
imposición sin mediaciones de una lengua y
una cultura. Un fuera de escena en donde
SOCIAL DE
oralidad y escritura se encuentren, debatan,
discutan. I
TUCUMAN
Bibliografía
(S.E. 1161)
Bowen, James (1992). Historia de la educación occiden-
Avala la Escuela de Psicología Social
tal. Siglos XVII-XX. Barcelona: Herder. Tomo III
fundada por el
Caballero Zulma (2004). Maestras en Rosario. Género y
Dr. Enrique Pichon-Rivière
olvido. Rosario: Editorial AMSAFE (en prensa).
Cucuzza, Héctor y Pineau, Pablo (2000). "Escenas de lec-
en 1967
tura en la Historia de la Educación Argentina". Carlos
Paz, Córdoba. (Internet.)
Rectora: Psicóloga
Josefina Racedo
Cucuzza, Héctor (dir.) y Pineau, Pablo (codir.) (2002).
Para una historia de la enseñanza de la lectura y escritu-
ra en Argentina. Del catecismo colonial a La Razón de Mi
Vida. Buenos Aires: Miño y Dávila.
Desde 1996:
Fernandez Buey, Nicolás (1995). La gran perturbación.
Carrera de nivel terciario
Discurso del indio metropolitano. Barcelona, Ediciones
con título oficial de:
Destino.
Puiggrós, Adriana (2003). Qué pasó en la educación ar-
gentina. Buenos Aires, Editorial Galerna.
TECNICO SUPERIOR EN
PSICOLOGIA SOCIAL - 3 años
Asesoría a instituciones
Trabajo en comunidades
Zulma Caballero es Doctora en Filosofía y Ciencias de
C. Alvarez 722
la Educación, directora de la Carrera de Profesorado en
(4000) San Miguel
Psicología y docente en la Facultad de Psicología - UNR.
de Tucumán
Este texto es un fragmento de su intervención en el semi-
Tel.: 0381-4217070
nario "Una mirada crítica al III Congreso de la Lengua"
realizado el 3 de septiembre en el Auditórium del Conse-
jo Prof. de Ciencias Económicas, Rosario.
la marea 21
 Lengua, identidad y dependencia
les enseñaran) esos justos títulos, ese poder y
esa obediencia.
El Requerimiento era un requerimiento de
obediencia. Se debía escuchar y aprender
obligatoriamente lo que los sacerdotes predi-
caran, ya que estaban representando a los ver-
daderos dueños de las islas y tierra firme (es
decir, todo el territorio latinoamericano cono-
cido) porque el rey y la reina eran superiores,
eran señores, “reyes de estas tierras”, pues la
iglesia les había donado a los reyes las tierras
y el poder sobre ellas.
Se suponía que los indios no habían sido
informados, lo cual se reparaba en ese acto de
lectura. “La relación pedagógica entre ameri-
canos y españoles se establecía como una re-
lación de dominación” (Puiggrós, 2003).
Podemos imaginar el pensamiento de los
religiosos: “Yo, sacerdote, soy criado, mensa-
jero y capitán; hago saber que Dios nuestro
señor creó el cielo y la tierra, a San Pedro le
dio un cargo para que todos obedeciesen co-
mo cabeza de todos los hombres, estuviesen
donde estuviesen, lo puso en Roma pero le
permitió que juzgara y gobernara a todo el
mundo: cristianos, moros, judíos, gentiles y
de cualquier otra secta o creencia. El papa es
gobernador y padre de todos los hombres. Un
papa otorgó a los reyes Don Fernando y Doña
Isabel estas islas, con todo lo que en ellos hay
(bienes, animales, mujeres, hombres).”
¿Qué sentido encontrar en el Requeri-
miento? Uno de los sentidos es que los espa-
ñoles debían ser los educadores, ya que se ins-
tauraban a sí mismos como los únicos con de-
recho a educar, tarea que identificaban con la
evangelización (Puiggrós, 2003). La escena
del requerimiento inaugura un sistema educa-
tivo bifurcado, que diferencia entre salvajes y
civilizados; no solamente consideraban a la
hispánica una cultura superior, sino la única
forma digna de tal nombre (op. cit.). Los espa-
ñoles, con sus diferencias, establecían siempre
20 la marea
una situación de desigualdad: unos conside-
raron que los indios eran bárbaros, otros que
eran salvajes susceptibles de evangelización,
otros que se trataba de buenos salvajes igno-
rantes del evangelio y de las leyes.
Las órdenes religiosas habían comenza-
do una educación homogeneizadora, en una
conquista cultural que estuvo caracterizada
por el despojo de bienes, la apropiación de
obras de la cultura, la imposición de una len-
gua y una cultura como superior, la imposi-
ción de una doctrina religiosa, la domestica-
ción de los indios como mano de obra.
Hay un “choque” entre oralidad y escri-
tura durante la conquista. Ese encontronazo
entre la oralidad no alfabetizada y la lectura
de la palabra escrita se produce en un lugar
donde se instala el poder. Porque, dicen Cu-
cuzza y Pineau, en distintos períodos y con
diferentes finalidades, ‘unos’ leen mientras
que ‘otros’ sólo escuchan (hasta que en la
lectura silenciosa ambas prácticas sociales
confluyen en la cabeza de un sólo indivi-
duo).
“Leer” frente a “oír leer”, para estos his-
toriadores, denota en términos antinómicos
que la escritura estuvo asociada al poder des-
de momentos originarios. La marca de la es-
critura supone un productor y un lector; su-
pone asimismo ciertas condiciones sociales:
quiénes producen, con qué soportes, para
qué usos del poder, quiénes pueden leer la
marca y quiénes sólo oír su lectura (Cucuzza
y Pineau, 2002).
Vale recordar aquí algunas políticas de
exclusión relacionadas con la lectura y la es-
critura. Ambrosio Millicay, un negro liberto,
en 1819 fue azotado en la plaza pública de
Catamarca por haberse descubierto que sabía
leer y escribir. También podemos recordar
que hacia 1776, en EE.UU. durante el perío-
do posrevolucionario, todos debían poder ir
a la escuela; sin embargo, “todos” se refería
a los varones blancos. En cuanto a mujeres,
indios, blancos pobres y negros, no se pensa-
ba en ellos a la hora de planificar la educa-
ción.
En 1740, en Carolina, EE.UU., se impo-
nía una multa de 100 libras para quien ense-
ñara o hiciera enseñar a un esclavo. En 1823,
en Carolina del Sur, un clérigo metodista
blanco fue atacado por una muchedumbre por
haber fundado una escuela para niños negros.
En 1831, en Virginia, se decretó que enseñar
a leer a negros era ilegal, y se debía pagar una
multa de 50 dólares más un castigo de dos
meses de cárcel a profesores blancos que al-
fabetizaran a negros. Para negros y mulatos
que recibieran instrucción, había un castigo
consistente en cincuenta latigazos. Para las
niñas también existían formas de discrimina-
ción en esos tiempos y lugares, ya que se vo-
taba por no destinar dinero a la educación fe-
menina (Bowen, 1992). En la provincia de
Santa Fe, hasta las primeras décadas del siglo
XX, al decretarse la obligatoriedad de la es-
colaridad primaria, como había pocas escue-
las públicas y la habilitación de nuevas orga-
nizaciones se llevaba a cabo con una gran
lentitud, se debió continuar con el subsidio a
las particulares. Pero el monto de dinero que
se otorgaba a las escuelas de niñas era bastan-
te inferior con respecto a las escuelas de va-
rones: el subsidio que se otorgaba consistía
en dos pesos por alumno varón y un peso por
alumna mujer (Mikielievich, en Caballero,
2004). Tanto la discriminación como la desi-
gualdad de oportunidades para las mujeres
eran constantes, y estaban incorporadas a
otras tradiciones, normas y costumbres que
regulaban la política de los sexos en la socie-
dad. El sistema jurídico amparaba las desi-
gualdades, y si bien las maestras debían for-
mar ciudadanos conscientes y responsables
para cuando llegara la hora de votar, no eran
ellas mismas ciudadanas.
FUERA DE ESCENA
Frente a un Congreso de la Lengua que
parece querer eludir conflictos, que se
muestra hasta el momento como un lugar ar-
monioso y aséptico en donde el sólo estar
como expositor implica alto honor y consi-
deración, este "fuera de escena" que esta-
mos construyendo aquí convoca a participa-
ciones múltiples, plurilingües, no selectivas.
El conflicto, histórico y social, político y
económico, es reprimido en el orden del dis-
curso para que queden fuera las cuestiones
que pueden disminuir los resultados del es-
fuerzo estético. Un bello congreso puede
realizarse con muchos acuerdos y con pocas
estridencias.
Foucault habla de los modos de la in-
quietud ante los poderes y peligros de la pa-
labra, de allí la necesidad de inventar proce-
dimientos para controlar, seleccionar y do-
minar los acontecimientos.
Esta escena de lectura, en este escenario
donde nos hemos reunido hoy, la considero
paradójicamente como un "fuera de escena"
donde, volviendo a los ítems propuestos por
Cucuzza y Pineau:
GLos actores no se hallan en oposición
binaria: lectores y oyentes, lengua oficial y
lengua dominada, saber hegemónico formal
frente a saberes informales y convivenciales,
la escritura subordinando a la oralidad.
GEscenas plurales, en nuevas políticas de
las lenguas en las que no haya primeros ac-
tores y actores secundarios.
GLas finalidades: resistir a la globaliza-
ción unificadora y aniquiladora de las cultu-
ras. Resignificación de los contenidos cultu-
rales y lingüísticos, sobre todo de aquellos
contenidos agredidos, negados o silenciados.
GLos espacios y los tiempos: heteróto-
pos, diversos, múltiples. Abiertos, no exclu-
yentes. Discusiones accesibles a todos.
EDICIONES DEL DOCK
1989 - 2004
POESÍA - NARRATIVA
15 AÑOS INTENTANDO
LA BUENA LITERATURA
GPara esto hace falta revisar el archivo,
buscar en la memoria histórica para com-
prender e interpretar lo que se jugó, por
Avda. Córdoba 2054 1º "A" (1120)
ejemplo, en aquellas escenas de lectura.
Buenos Aires
Creo que revisitar el pasado ayuda a enten-
Tel./Fax: 4374-2772
der el presente.
e-mail:dock@interar.com.ar
GLos soportes: materiales o tecnología
de la palabra, al alcance de todas y todos.
Frente a los Requerimientos como con-
minante intimación, creo que se trata aquí
de otra cuestión que no sé bien qué nombre
darle. Ya no requerimiento, ya no conmina- INSTITUTO
ción, ya no homogeneización cultural, ni SUPERIOR DE
imposición sin mediaciones de una lengua y
una cultura. Un fuera de escena en donde PSICOLOGIA
oralidad y escritura se encuentren, debatan,
SOCIAL DE
discutan. I
TUCUMAN
Bibliografía
Bowen, James (1992). Historia de la educación occiden-
tal. Siglos XVII-XX. Barcelona: Herder. Tomo III
(S.E. 1161)
Caballero Zulma (2004). Maestras en Rosario. Género y Avala la Escuela de Psicología Social
olvido. Rosario: Editorial AMSAFE (en prensa). fundada por el
Cucuzza, Héctor y Pineau, Pablo (2000). "Escenas de lec- Dr. Enrique Pichon-Rivière
tura en la Historia de la Educación Argentina". Carlos
Paz, Córdoba. (Internet.)
en 1967
Cucuzza, Héctor (dir.) y Pineau, Pablo (codir.) (2002).
Para una historia de la enseñanza de la lectura y escritu- Rectora: Psicóloga
ra en Argentina. Del catecismo colonial a La Razón de Mi Josefina Racedo
Vida. Buenos Aires: Miño y Dávila.
Fernandez Buey, Nicolás (1995). La gran perturbación.
Discurso del indio metropolitano. Barcelona, Ediciones Desde 1996:
Destino. Carrera de nivel terciario
Puiggrós, Adriana (2003). Qué pasó en la educación ar-
con título oficial de:
gentina. Buenos Aires, Editorial Galerna.
TECNICO SUPERIOR EN
PSICOLOGIA SOCIAL - 3 años
Asesoría a instituciones
Trabajo en comunidades
Zulma Caballero es Doctora en Filosofía y Ciencias de
la Educación, directora de la Carrera de Profesorado en
Psicología y docente en la Facultad de Psicología - UNR.
C. Alvarez 722
Este texto es un fragmento de su intervención en el semi- (4000) San Miguel
nario "Una mirada crítica al III Congreso de la Lengua" de Tucumán
realizado el 3 de septiembre en el Auditórium del Conse-
Tel.: 0381-4217070
jo Prof. de Ciencias Económicas, Rosario.
la marea 21
 La escuela
Lengua, identidad y dependencia
y los peligros de
DE-SUBJETIVACION
La importancia del respeto a la cultura y la lengua de origen
S
i hay algo que somete a un pueblo es
el grado de heteronomía, de depen-
dencia, que mantienen sus ciudada-
nos respecto de quienes detentan el poder.
Lo contrario es la autonomía. Todos juntos,
podemos tener un rol activo en transformar
lo social desde el lugar que cada uno ocupa
en los espacios públicos, un lugar en la lu-
cha contra la opresión de cualquier imperio.
Solos, somos impotentes, no podemos vis-
lumbrar una salida, un proyecto de vida.
Depende de nuestro grado de autonomía
que seamos artífices de nuestro propio des-
tino, luchando para transformar una reali-
dad opresora que margina cada día más.
En los últimos 30 años hemos visto có-
mo las políticas neoliberales han producido
un cambio en la función del Estado y en la
economía de mercado. Estos cambios no
acontecen solamente a nivel económico o
político. Por aquello de que “nadie puede
gobernar sentado sobre bayonetas”, esas
políticas no pueden sostenerse sin un cam-
bio en los valores, en las normas; tampoco
sin el reforzamiento de la lengua dominan-
te.
Cuando se produce un cambio profundo
en las políticas socio-económicas como las
de la “globalización”, se impone un cambio
en los modos de pensar y actuar acorde a la
lógica del mercado. Una lógica nueva del
mercado tiene que redefinir sus lexemas, el
significado de las palabras: el Estado pasa a
ser un prestador eficiente de servicios pú-
blicos, el ciudadano es un usuario, la justi-
cia social es concertación social.
22 la marea
Escribe Inés Cristina Rosbaco
También hay que “formatear” el pensa-
miento de acuerdo a la lógica del mercado.
Algunos psicólogos lo llaman “pensamiento
web”. Se caracteriza por la fragmentación y
la vertiginosidad de los movimientos, como
en los jueguitos electrónicos o las películas
con predominio de la acción e imágenes tan
veloces que las interiorizamos sin darnos
cuenta. La primacía de la imagen y del zap-
ping lleva a la fragmentación y a la muerte
del metarrelato. Los medios de comunica-
ción, especialmente la TV, imponen estos
modos de ver y pensar. Se intenta generar
un pensamiento pragmático, útil en una so-
ciedad mercantilista. La nueva cultura light
produce subjetividades frágiles, tan delga-
das que hasta las diferencias sexuales se di-
luyen. Nunca en nombre de la diversidad se
han borrado tanto las diferencias.
La Ley Federal de Educación vino a
consolidar estos cambios en la escuela, re-
gulando entre otras cosas el tipo de pensa-
miento en que se forma a los niños. Piaget
estaba un tanto equivocado, hay estudios
que demuestran que en un momento del de-
sarrollo la escuela puede ser el factor prin-
cipal de construcción de modalidades de
pensamiento.
Sabemos que el pensamiento sin palabra
no es posible.
Históricamente, el pensamiento se ha
forjado en el desesperado intento del hom-
bre por dominar la naturaleza, y también a
los otros hombres. Conocimiento/pensa-
miento es un par que siempre fue conse-
cuente con el poder. A mayor dominio de la
naturaleza, mayor discriminación entre los
hombres, profundización de la división de
clases, inteligencia cada vez más alejada de
lo concreto real. También es histórico que
para expandir su dominio, desde épocas re-
motas los opresores conocen la importancia
de la lengua. No sólo con la fuerza se domi-
na. Es en este marco que ubico el sentido del
Congreso de la Lengua Española.
El Banco Mundial plantea con sinceri-
dad algunas de estas cosas. Por ejemplo, en
1996 advertía que las políticas que manda
implementar para enriquecimiento de algu-
nos van a aparejar un gran número de deso-
cupados, y propone políticas compensato-
rias. ¿Acaso un acto de sensibilidad huma-
na? No, sino que aquellos que se encuentran
en riesgo social pueden producir un desbor-
de que desestabilice la armonía social nece-
saria para el mercado. Habíamos entendido
mal cuando nos hablaban de niños en riesgo
social, creímos que la preocupación era por
los niños pero no, estaban hablando del ries-
go que representaban para “la sociedad”, la
que debe entenderse como un grupo reduci-
do de personas enriquecidas en un proceso
tan acelerado como descarado.
La lengua de un determinado grupo so-
cial se puede analizar desde diferentes pers-
pectivas. Una de ellas es la comunicación,
cuyo dominio es vital para que la lengua es-
té, una vez más en la historia, al servicio de
la dominación. Es imposible dominar a un
pueblo sin la imposición de la lengua de los
que detentan el poder. Cuando se ha querido
exterminar culturas indígenas, una de las
herramientas más eficaces ha sido la pro-
hibición de la lengua de origen. Debemos
tomar conciencia de los efectos catastrófi-
cos que puede producir la desestimación
de la lengua de origen.
Escuela expulsiva
y de-subjetivación
La escuela es el espacio público privi-
legiado que encuentra el niño al salir del
espacio familiar para constituirse como su-
jeto social. La escuela no sólo enseña el
conocimiento sistematizado sino que con-
tribuye a la formación del sujeto social,
afianza modos de pensamiento que no po-
drían construirse sólo en el espacio fami-
liar, pues necesitan nutrirse de modos de
relación, reglas y normativas diferentes al
que éste puede brindarle. ¿Qué ocurre con
los niños que “no les da la cabeza”, como
se suele decir, y son expulsados de la es-
cuela tras reiterados fracasos? Se acaba
para ellos la constitución del sujeto social.
A mi modo de ver, no hay posibilidad de
constitución de un sujeto social sin la es-
cuela. El niño expulsado es privado de las
herramientas que el día de mañana le per-
mitan ser artífice de su propio destino.
Desconoce sus potencialidades porque un
otro social le dijo “vos no podés”, y eso
suena como un mandato social que lo inhi-
be cognitivamente y lo repliega dentro de
una coraza defensiva, impidiendo su desa-
rrollo subjetivo e intelectual.
Referiré aquí la historia de “Marcelo”
como un ejemplo de lo que ocurre con los
niños marginados por la escuela expulsiva.
Marcelo es un niño de 6 años de los que de-
nominé “desnutrido escolar” por los efectos
de de-subjetivación que padecía al momen-
to de la consulta. La de-subjetivación está
relacionada con el “no poder”, con un senti-
miento de profunda impotencia.
Marcelo repitió primer grado. Varios
meses antes de terminar el año lectivo tomó
una decisión contundente: dejar de hablarle
a su maestra. Hasta ese entonces había
aprendido a la par de sus compañeros pero,
“inexplicablemente” —según con tó su
maestra—, cuando dejó de hablarle también
dejó de aprender.
Marcelo fue derivado a consulta psicoló-
gica por la fonoaudióloga, quien lo atendía
por sus dificultades para hablar. Incluido en
un grupo de niños con problemas de apren-
dizaje, empezó a recobrar la confianza en sí
mismo y se volvió más participativo.
En una ocasión en que los niños habla-
ban sobre las características de sus vivien-
das, Marcelo dijo: “las casas se pueden
construir con diferentes materiales, pueden
ser de lata, cartón, madera o cajitas” (sig-
nificativamente, no mencionó ladri llos,
siendo que su padre trabajaba en un horno
de ladrillos). Contó que su papá había vacia-
do las “cajitas” que encontró amontonadas
cerca del cementerio y que con ellas había
construido la casilla en que vivía la familia.
Preguntamos a su mamá qué eran las “caji-
tas” y así supimos que eran acumuladores
de autos. Llegado a este punto, Marcelo aso-
María Inés Tapia Vera. El dragón y los miedos. Litografía.
ció un episodio escolar en el que su maestra
les había pedido describir verbalmente la lá-
mina de un confortable líving-comedor.
También les había pedido que escribieran en
sus cuadernos la siguiente frase que debían
completar: “La casa en que vivo es...” Mar-
celo no sabía por qué no quería hablarle a su
maestra, pero le aseguraba a su madre que
era “mala y fea”.
El niño había hecho inhibición cognitiva
y verbal severa. Aunque en su casa hablaba
con sus hermanitos, nunca fue charlatán, di-
fícilmente lo sean los niños pequeños de las
“villas miseria”, que están poco estimulados
para hablar, sobre todo para narrar. La fami-
lia vivía cerca del cementerio sobre un ca-
mino de tierra en una casilla de una sola ha-
bitación construida con acumuladores de
autos y techo de chapa. Dormían todos en
una cama grande que ocupaba casi toda la
vivienda.
Un día el padre retó a Marcelo por algo
que el niño había hecho. Pregunté a la ma-
dre por qué Marcelo mantuvo la mirada ga-
cha durante la reprimenda. Me respondió
que de haber sostenido la mirada hubiera si-
do un “desfachatado”. Recordé cuando la
maestra dice “mírenme cuando explico, no
se distraigan” ¿Qué habrá entendido Marce-
lo cuando escuchó esto, habrá mirado a la
cara a la maestra? Qué desconcierto para
él…
La madre me contó que de bebé Marce-
lo tomó el pecho con ganas y que ella le ha-
blaba mucho cuando le daba de mamar. Co-
mo cualquier bebé, Marcelo amaba la forma
la marea 23
 La escuela
Lengua, identidad y dependencia
y los peligros de
DE-SUBJETIVACION
La importancia del respeto a la cultura y la lengua de origen
S
i hay algo que somete a un pueblo es
el grado de heteronomía, de depen-
dencia, que mantienen sus ciudada-
nos respecto de quienes detentan el poder.
Lo contrario es la autonomía. Todos juntos,
podemos tener un rol activo en transformar
lo social desde el lugar que cada uno ocupa
en los espacios públicos, un lugar en la lu-
cha contra la opresión de cualquier imperio.
Solos, somos impotentes, no podemos vis-
lumbrar una salida, un proyecto de vida.
Depende de nuestro grado de autonomía
que seamos artífices de nuestro propio des-
tino, luchando para transformar una reali-
dad opresora que margina cada día más.
En los últimos 30 años hemos visto có-
mo las políticas neoliberales han producido
un cambio en la función del Estado y en la
economía de mercado. Estos cambios no
acontecen solamente a nivel económico o
político. Por aquello de que “nadie puede
gobernar sentado sobre bayonetas”, esas
políticas no pueden sostenerse sin un cam-
bio en los valores, en las normas; tampoco
sin el reforzamiento de la lengua dominan-
te.
Cuando se produce un cambio profundo
en las políticas socio-económicas como las
de la “globalización”, se impone un cambio
en los modos de pensar y actuar acorde a la
lógica del mercado. Una lógica nueva del
mercado tiene que redefinir sus lexemas, el
significado de las palabras: el Estado pasa a
ser un prestador eficiente de servicios pú-
blicos, el ciudadano es un usuario, la justi-
cia social es concertación social.
22 la marea
Escribe Inés Cristina Rosbaco
También hay que “formatear” el pensa-
miento de acuerdo a la lógica del mercado.
Algunos psicólogos lo llaman “pensamiento
web”. Se caracteriza por la fragmentación y
la vertiginosidad de los movimientos, como
en los jueguitos electrónicos o las películas
con predominio de la acción e imágenes tan
veloces que las interiorizamos sin darnos
cuenta. La primacía de la imagen y del zap-
ping lleva a la fragmentación y a la muerte
del metarrelato. Los medios de comunica-
ción, especialmente la TV, imponen estos
modos de ver y pensar. Se intenta generar
un pensamiento pragmático, útil en una so-
ciedad mercantilista. La nueva cultura light
produce subjetividades frágiles, tan delga-
das que hasta las diferencias sexuales se di-
luyen. Nunca en nombre de la diversidad se
han borrado tanto las diferencias.
La Ley Federal de Educación vino a
consolidar estos cambios en la escuela, re-
gulando entre otras cosas el tipo de pensa-
miento en que se forma a los niños. Piaget
estaba un tanto equivocado, hay estudios
que demuestran que en un momento del de-
sarrollo la escuela puede ser el factor prin-
cipal de construcción de modalidades de
pensamiento.
Sabemos que el pensamiento sin palabra
no es posible.
Históricamente, el pensamiento se ha
forjado en el desesperado intento del hom-
bre por dominar la naturaleza, y también a
los otros hombres. Conocimiento/pensa-
miento es un par que siempre fue conse-
cuente con el poder. A mayor dominio de la
naturaleza, mayor discriminación entre los
hombres, profundización de la división de
clases, inteligencia cada vez más alejada de
lo concreto real. También es histórico que
para expandir su dominio, desde épocas re-
motas los opresores conocen la importancia
de la lengua. No sólo con la fuerza se domi-
na. Es en este marco que ubico el sentido del
Congreso de la Lengua Española.
El Banco Mundial plantea con sinceri-
dad algunas de estas cosas. Por ejemplo, en
1996 advertía que las políticas que manda
implementar para enriquecimiento de algu-
nos van a aparejar un gran número de deso-
cupados, y propone políticas compensato-
rias. ¿Acaso un acto de sensibilidad huma-
na? No, sino que aquellos que se encuentran
en riesgo social pueden producir un desbor-
de que desestabilice la armonía social nece-
saria para el mercado. Habíamos entendido
mal cuando nos hablaban de niños en riesgo
social, creímos que la preocupación era por
los niños pero no, estaban hablando del ries-
go que representaban para “la sociedad”, la
que debe entenderse como un grupo reduci-
do de personas enriquecidas en un proceso
tan acelerado como descarado.
La lengua de un determinado grupo so-
cial se puede analizar desde diferentes pers-
pectivas. Una de ellas es la comunicación,
cuyo dominio es vital para que la lengua es-
té, una vez más en la historia, al servicio de
la dominación. Es imposible dominar a un
pueblo sin la imposición de la lengua de los
que detentan el poder. Cuando se ha querido
exterminar culturas indígenas, una de las
herramientas más eficaces ha sido la pro-
hibición de la lengua de origen. Debemos
tomar conciencia de los efectos catastrófi-
cos que puede producir la desestimación
de la lengua de origen.
Escuela expulsiva
y de-subjetivación
La escuela es el espacio público privi-
legiado que encuentra el niño al salir del
espacio familiar para constituirse como su-
jeto social. La escuela no sólo enseña el
conocimiento sistematizado sino que con-
tribuye a la formación del sujeto social,
afianza modos de pensamiento que no po-
drían construirse sólo en el espacio fami-
liar, pues necesitan nutrirse de modos de
relación, reglas y normativas diferentes al
que éste puede brindarle. ¿Qué ocurre con
los niños que “no les da la cabeza”, como
se suele decir, y son expulsados de la es-
cuela tras reiterados fracasos? Se acaba
para ellos la constitución del sujeto social.
A mi modo de ver, no hay posibilidad de
constitución de un sujeto social sin la es-
cuela. El niño expulsado es privado de las
herramientas que el día de mañana le per-
mitan ser artífice de su propio destino.
Desconoce sus potencialidades porque un
otro social le dijo “vos no podés”, y eso
suena como un mandato social que lo inhi-
be cognitivamente y lo repliega dentro de
una coraza defensiva, impidiendo su desa-
rrollo subjetivo e intelectual.
Referiré aquí la historia de “Marcelo”
como un ejemplo de lo que ocurre con los
niños marginados por la escuela expulsiva.
Marcelo es un niño de 6 años de los que de-
nominé “desnutrido escolar” por los efectos
de de-subjetivación que padecía al momen-
to de la consulta. La de-subjetivación está
relacionada con el “no poder”, con un senti-
miento de profunda impotencia.
Marcelo repitió primer grado. Varios
meses antes de terminar el año lectivo tomó
una decisión contundente: dejar de hablarle
a su maestra. Hasta ese entonces había
aprendido a la par de sus compañeros pero,
“inexplicablemente” —según con tó su
maestra—, cuando dejó de hablarle también
dejó de aprender.
Marcelo fue derivado a consulta psicoló-
gica por la fonoaudióloga, quien lo atendía
por sus dificultades para hablar. Incluido en
un grupo de niños con problemas de apren-
dizaje, empezó a recobrar la confianza en sí
mismo y se volvió más participativo.
En una ocasión en que los niños habla-
ban sobre las características de sus vivien-
das, Marcelo dijo: “las casas se pueden
construir con diferentes materiales, pueden
ser de lata, cartón, madera o cajitas” (sig-
nificativamente, no mencionó ladri llos,
siendo que su padre trabajaba en un horno
de ladrillos). Contó que su papá había vacia-
do las “cajitas” que encontró amontonadas
cerca del cementerio y que con ellas había
construido la casilla en que vivía la familia.
Preguntamos a su mamá qué eran las “caji-
tas” y así supimos que eran acumuladores
de autos. Llegado a este punto, Marcelo aso-
María Inés Tapia Vera. El dragón y los miedos. Litografía.
ció un episodio escolar en el que su maestra
les había pedido describir verbalmente la lá-
mina de un confortable líving-comedor.
También les había pedido que escribieran en
sus cuadernos la siguiente frase que debían
completar: “La casa en que vivo es...” Mar-
celo no sabía por qué no quería hablarle a su
maestra, pero le aseguraba a su madre que
era “mala y fea”.
El niño había hecho inhibición cognitiva
y verbal severa. Aunque en su casa hablaba
con sus hermanitos, nunca fue charlatán, di-
fícilmente lo sean los niños pequeños de las
“villas miseria”, que están poco estimulados
para hablar, sobre todo para narrar. La fami-
lia vivía cerca del cementerio sobre un ca-
mino de tierra en una casilla de una sola ha-
bitación construida con acumuladores de
autos y techo de chapa. Dormían todos en
una cama grande que ocupaba casi toda la
vivienda.
Un día el padre retó a Marcelo por algo
que el niño había hecho. Pregunté a la ma-
dre por qué Marcelo mantuvo la mirada ga-
cha durante la reprimenda. Me respondió
que de haber sostenido la mirada hubiera si-
do un “desfachatado”. Recordé cuando la
maestra dice “mírenme cuando explico, no
se distraigan” ¿Qué habrá entendido Marce-
lo cuando escuchó esto, habrá mirado a la
cara a la maestra? Qué desconcierto para
él…
La madre me contó que de bebé Marce-
lo tomó el pecho con ganas y que ella le ha-
blaba mucho cuando le daba de mamar. Co-
mo cualquier bebé, Marcelo amaba la forma
la marea 23
 Lengua, identidad y dependencia
con la alegría de los padres para con él, por-
que el origen del pensar sólo es posible si
acontece al interior de un campo deseante y
placentero para los padres. Así Marcelo
construyó un pensamiento modelado por la
cultura de origen y las normas familiares.
Para ir despegándose del pensamiento ma-
terno se necesita el empujón que da la ley
de la escuela. El pensamiento se organiza
en base a una ley que le es externa, podría-
mos hablar de un pensamiento social que
deviene singular.
Cuando Marcelo cumplió seis años el
papá comunicó a su madre que lo iba a
mandar a la escuela del centro “pa´ que
aprenda como los hijos de los dotores; no
quiero que sea burro como yo ni que se la
pase pisando mierda con barro toda su vida
y que no le alcance pa´ criar a los hijos.”
Cuando Marcelo entró a la escuela se le
abrió un mundo nuevo. “¡Qué edificio tan
grande, me daba miedo!”, me dijo mientras
dibujaba una escuela con paredes transpa-
en que su madre lo acogía en sus brazos y
así comenzó a amar la lengua en que ella le rentes que dejaban ver una gran ballena con
dientes inmensos. “Y parece que te piyaste
hablaba. Esta mamá, si bien tenía sus parti-
cularidades propias, reproducía la cultura de miedo”, le dije, porque la mamá me ha-
bía contado que se hizo pis durante todo el
del grupo en el que estaba inserta. Con lo
transmitido por su madre Marcelo fue primer año escolar. Ella no entendía por
qué, pues en la casa ya no lo hacía. Curio-
constituyendo su subjetividad. También
samente, después de nuestra charla con el
Primera Escuela
Primera Privada
Escuela de de
Privada Psicología Social
Psicología Social
fundada por por
el Dr. Enrique Pichon Rivière
fundada el Dr. Enrique Pichon Rivière
dirigida por Ana P. de Quiroga
dirigida por Ana P. de Quiroga
PARA OPERAR EN GRUPOS - ORGANIZACIONES - COMUNIDAD
TRABAJO - SALUD - EDUCACIÓN
Estudie
PSICOLOGIA SOCIAL
4 AÑOS
INCORPORADO A LA ENSEÑANZA OFICIAL - A 1245
ARTICULACIÓN UNIVERSITARIA
CHARLAS INFORMATIVAS EN NOVIEMBRE
INFORMES E INSCRIPCION: 24 DE NOVIEMBRE 997 - Ciudad de Buenos Aires
TELEFAX: 4957-1907 4931-0200 - E-MAIL: secretaria@psicologiasocial.esc.edu.ar
SITIO WEB: www.psicologiasocial.esc.edu.ar
24 la marea
dibujo de la ballena, no se hizo más pis en la
escuela.
La maestra me contó que nunca lo enten-
dió, parecía extraño, siempre “en las nubes”.
Un día les estaba explicando la suma en el
pizarrón y él salió diciendo que le habían
choreado su perro. La maestra lo corrigió:
“se dice robado”. “No, choreado”, insistió
él. Cuando le pregunté, me contó que cono-
cía tres tipos de choreo: él de una mamá que
mandó a su hijo al dispensario a chorear una
radio. Eso no estaba mal por que la señora
estaba sola y tenía 5 chicos para darles de
comer. Sí estaba mal lo que había hecho
Raúl, había robado remedios del dispensario
para “darse” con sus amigos. Y ese choreo
era distinto del que hizo su tío con un revól-
ver para sacarle la cartera a una señora; eso
estaba muy mal por que él no sabía si la se-
ñora llevaba dinero para darle de comer a
sus hijos.
En otra oportunidad, su “seño” se enojó
mucho y lo mandó a la dirección por que le
había tirado a un chico con un bizcocho.
Cuando la supervisora le preguntó por qué
había hecho eso, Marcelo respondió con na-
turalidad que sabía que “el Juan tenía mucho
hambre porque su mamá no tenía comida”.
Y yo le creí, porque recordé que en su barrio
manejan un lenguaje gestual que predomina
sobre el verbal, y que un empujón o un
golpe, nunca fuertes, son formas habitua-
les de encuentro, de comunicarse, de te-
nerse en cuenta.
En pocos meses Marcelo se encontró
totalmente despistado: lo que era bueno y
malo para él, no lo era para la escuela. Ca-
da vez se desorganizaba más, porque un
niño reconoce su identidad en aquello que
va recibiendo de los otros, como si se mi-
rara en un espejo y éste le confirma la ima-
gen que tiene internalizada. Pero cuando
la imagen que recibe es la de un descono-
cido, el niño se desestructura. Sus valores,
sus costumbres, su lengua, todo eso que lo
hace reconocerse en su sí mismo desapare-
ce como por encanto y su subjetividad
queda expuesta, amenazada de fragmenta-
ción.
Ante su integridad psíquica en peligro,
Marcelo se acorazó. En vez de placer y
amor sintió odio a todo lo que se relacio-
nara con esa escuela-ballena. Odió sus úti-
les, los perdió, rompió su cuaderno, ¿para
qué guardaría en su mochila esas cosas que
sólo servían para destruirlo? La maestra y
la madre lo retaron por esto una y otra vez
y el circuito del odio siguió alimentándose.
Así llegamos al momento en que la charla
sobre la lámina del living-comedor llevó a
un cortocircuito entre la imagen de todo
aquello por lo que Marcelo se sabía existir
y la escuela, en la que nada reconocía como
propio.
Desbordado de angustia y con vivencias
de desamparo en un ámbito desconocido
por él, es probable que el niño haya hecho
una regresión a etapas de su vida que le
brindaban a su Yo mayor seguridad.
Dónde habrá guardado Marcelo el amor
que sentía al aprender las cosas que le en-
señaba su padre, por ejemplo cuando iba
entusiasmado a ayudarlo a la “pisada” en la
fábrica de ladrillos. Si con eso ayudaba a su
padre en el trabajo, él estaba contento de
embarrarse y se sentía importante. Quizás
ese odio que Marcelo aprendió temprana-
mente a sentir contra quienes tan violenta-
mente lo oprimen —ese odio que es inhe-
rente a la lucha de clases—, pueda utilizar-
lo junto a todos los Marcelos de América
latina para transformar esta realidad social
que oprime cada día más. Como indica la
dialéctica, nada es lineal, hay que odiar pa-
ra transformar, tanto como hay que amar
profundamente para jugarse por un proyec-
to de vida, por una transformación en una
sociedad más justa.
Lengua y formación del pensamiento
Cada grupo humano posee una cultura
con valores, costumbres, normas que regu-
lan lo permitido y lo prohibido, y una len-
gua en su sentido más amplio. El grupo le
asegura al sujeto su supervivencia y su
constitución como sujeto social, dándole un
lugar desde el cual incorporar esa cultura.
Los miembros de un conjunto social nos
constituimos sujetados a una cultura. Los
enunciados de origen de nuestro grupo so-
cial tienen un carácter de certeza gracias al
cual nos paramos en un piso firme que sos-
tiene los pilares que nos constituyen. Esto
no tiene un carácter teórico para el sujeto,
sus pilares constitutivos se asientan en el
amor, son instituidos tempranamente a tra-
vés de la madre. En el eje amparo-desam-
paro (Freud) el bebé ama todo aquello que
le asegure su supervivencia. Ama los obje-
tos que le producen placer y bienestar, en-
tabla con ellos una relación amorosa, los
inviste de libido, que es la energía de la
pulsión de vida. Vida, eros, libido, amor,
son todos términos que remiten a la consti-
tución subjetiva.
La lengua, indiscriminada del resto de
los objetos amados, es parte de lo que brin-
da la cultura. La lengua es lo primero que
el niño libidiniza. Cuando el niño ama la
lengua, no sólo se constituye en y a través
de ella, sino que construye su pensamiento.
El pensamiento es energía ligada, re-
presentaciones capaces de ser unidas con
sentido a través de una relación de amor
que el niño arma con los objetos —sean es-
tos sus progenitores, hermanos, etc.— que
más tarde se extenderá a los objetos de co-
nocimiento. De pequeño, el niño se sabe
existir por el rostro de su madre, cuando
éste le sonríe, le habla, gesticula, siempre
acompañado del amor. El desamor, ocasio-
nado por todo lo que genere displacer,
amenaza a su superviviencia, genera recha-
zo y odio en el niño.
Un maestro me contó de un adolescen-
te que escribió en el pizarrón: “No sé leer
pero estoy orgulloso de ser toba”. Podría-
mos interpretarlo como: “No sé leer la len-
gua de ustedes pero estoy orgulloso de mi
identidad”. La lengua que los niños traen a
la escuela es la materia con la que se han
constituido, junto a otros aspectos de su
cultura. Arriesgando una hipótesis podría-
mos decir que muchos niños de culturas di-
ferentes sienten una suerte de traición a sus
orígenes cuando van a la escuela a apren-
der otra cultura. Los modos en que estos
niños estructuran su percepción y su lógica
de pensamiento son diferentes a los nues-
tros, tienen representaciones distintas con
lógicas distintas. La estructura de la per-
cepción de la realidad está ligada a la cul-
tura de pertenencia y muy en especial a la
lengua de origen. Los ejemplos de culturas
diferentes sirven para ver el riesgo que co-
rremos de cometer los mismos errores con
niños pobres que, en mayor o menor medi-
da, tienen también una lengua diferente y
distintos modos de pensamiento. I
Inés Cristina Rosbaco es Licenciada en Ciencias de la
Educación. Este texto es una parte de su intervención en
el seminario “Identidad, lengua y nuevas conquistas im-
periales - Una mirada crítica al III Congreso de la Len-
gua ”, organizado por la Mesa Debate Rosario el 24 de
setiembre en el Consejo de Profesionales de Ciencias
Económicas, Rosario.
la marea 25
 Lengua, identidad y dependencia
con la alegría de los padres para con él, por-
que el origen del pensar sólo es posible si
acontece al interior de un campo deseante y
placentero para los padres. Así Marcelo
construyó un pensamiento modelado por la
cultura de origen y las normas familiares.
Para ir despegándose del pensamiento ma-
terno se necesita el empujón que da la ley
de la escuela. El pensamiento se organiza
en base a una ley que le es externa, podría-
mos hablar de un pensamiento social que
deviene singular.
Cuando Marcelo cumplió seis años el
papá comunicó a su madre que lo iba a
mandar a la escuela del centro “pa´ que
aprenda como los hijos de los dotores; no
quiero que sea burro como yo ni que se la
pase pisando mierda con barro toda su vida
y que no le alcance pa´ criar a los hijos.”
Cuando Marcelo entró a la escuela se le
abrió un mundo nuevo. “¡Qué edificio tan
grande, me daba miedo!”, me dijo mientras
dibujaba una escuela con paredes transpa-
en que su madre lo acogía en sus brazos y
así comenzó a amar la lengua en que ella le rentes que dejaban ver una gran ballena con
dientes inmensos. “Y parece que te piyaste
hablaba. Esta mamá, si bien tenía sus parti-
cularidades propias, reproducía la cultura de miedo”, le dije, porque la mamá me ha-
bía contado que se hizo pis durante todo el
del grupo en el que estaba inserta. Con lo
transmitido por su madre Marcelo fue primer año escolar. Ella no entendía por
qué, pues en la casa ya no lo hacía. Curio-
constituyendo su subjetividad. También
samente, después de nuestra charla con el
Primera Escuela
Primera Privada
Escuela de de
Privada Psicología Social
Psicología Social
fundada por por
el Dr. Enrique Pichon Rivière
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CHARLAS INFORMATIVAS EN NOVIEMBRE
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dibujo de la ballena, no se hizo más pis en la
escuela.
La maestra me contó que nunca lo enten-
dió, parecía extraño, siempre “en las nubes”.
Un día les estaba explicando la suma en el
pizarrón y él salió diciendo que le habían
choreado su perro. La maestra lo corrigió:
“se dice robado”. “No, choreado”, insistió
él. Cuando le pregunté, me contó que cono-
cía tres tipos de choreo: él de una mamá que
mandó a su hijo al dispensario a chorear una
radio. Eso no estaba mal por que la señora
estaba sola y tenía 5 chicos para darles de
comer. Sí estaba mal lo que había hecho
Raúl, había robado remedios del dispensario
para “darse” con sus amigos. Y ese choreo
era distinto del que hizo su tío con un revól-
ver para sacarle la cartera a una señora; eso
estaba muy mal por que él no sabía si la se-
ñora llevaba dinero para darle de comer a
sus hijos.
En otra oportunidad, su “seño” se enojó
mucho y lo mandó a la dirección por que le
había tirado a un chico con un bizcocho.
Cuando la supervisora le preguntó por qué
había hecho eso, Marcelo respondió con na-
turalidad que sabía que “el Juan tenía mucho
hambre porque su mamá no tenía comida”.
Y yo le creí, porque recordé que en su barrio
manejan un lenguaje gestual que predomina
sobre el verbal, y que un empujón o un
golpe, nunca fuertes, son formas habitua-
les de encuentro, de comunicarse, de te-
nerse en cuenta.
En pocos meses Marcelo se encontró
totalmente despistado: lo que era bueno y
malo para él, no lo era para la escuela. Ca-
da vez se desorganizaba más, porque un
niño reconoce su identidad en aquello que
va recibiendo de los otros, como si se mi-
rara en un espejo y éste le confirma la ima-
gen que tiene internalizada. Pero cuando
la imagen que recibe es la de un descono-
cido, el niño se desestructura. Sus valores,
sus costumbres, su lengua, todo eso que lo
hace reconocerse en su sí mismo desapare-
ce como por encanto y su subjetividad
queda expuesta, amenazada de fragmenta-
ción.
Ante su integridad psíquica en peligro,
Marcelo se acorazó. En vez de placer y
amor sintió odio a todo lo que se relacio-
nara con esa escuela-ballena. Odió sus úti-
les, los perdió, rompió su cuaderno, ¿para
qué guardaría en su mochila esas cosas que
sólo servían para destruirlo? La maestra y
la madre lo retaron por esto una y otra vez
y el circuito del odio siguió alimentándose.
Así llegamos al momento en que la charla
sobre la lámina del living-comedor llevó a
un cortocircuito entre la imagen de todo
aquello por lo que Marcelo se sabía existir
y la escuela, en la que nada reconocía como
propio.
Desbordado de angustia y con vivencias
de desamparo en un ámbito desconocido
por él, es probable que el niño haya hecho
una regresión a etapas de su vida que le
brindaban a su Yo mayor seguridad.
Dónde habrá guardado Marcelo el amor
que sentía al aprender las cosas que le en-
señaba su padre, por ejemplo cuando iba
entusiasmado a ayudarlo a la “pisada” en la
fábrica de ladrillos. Si con eso ayudaba a su
padre en el trabajo, él estaba contento de
embarrarse y se sentía importante. Quizás
ese odio que Marcelo aprendió temprana-
mente a sentir contra quienes tan violenta-
mente lo oprimen —ese odio que es inhe-
rente a la lucha de clases—, pueda utilizar-
lo junto a todos los Marcelos de América
latina para transformar esta realidad social
que oprime cada día más. Como indica la
dialéctica, nada es lineal, hay que odiar pa-
ra transformar, tanto como hay que amar
profundamente para jugarse por un proyec-
to de vida, por una transformación en una
sociedad más justa.
Lengua y formación del pensamiento
Cada grupo humano posee una cultura
con valores, costumbres, normas que regu-
lan lo permitido y lo prohibido, y una len-
gua en su sentido más amplio. El grupo le
asegura al sujeto su supervivencia y su
constitución como sujeto social, dándole un
lugar desde el cual incorporar esa cultura.
Los miembros de un conjunto social nos
constituimos sujetados a una cultura. Los
enunciados de origen de nuestro grupo so-
cial tienen un carácter de certeza gracias al
cual nos paramos en un piso firme que sos-
tiene los pilares que nos constituyen. Esto
no tiene un carácter teórico para el sujeto,
sus pilares constitutivos se asientan en el
amor, son instituidos tempranamente a tra-
vés de la madre. En el eje amparo-desam-
paro (Freud) el bebé ama todo aquello que
le asegure su supervivencia. Ama los obje-
tos que le producen placer y bienestar, en-
tabla con ellos una relación amorosa, los
inviste de libido, que es la energía de la
pulsión de vida. Vida, eros, libido, amor,
son todos términos que remiten a la consti-
tución subjetiva.
La lengua, indiscriminada del resto de
los objetos amados, es parte de lo que brin-
da la cultura. La lengua es lo primero que
el niño libidiniza. Cuando el niño ama la
lengua, no sólo se constituye en y a través
de ella, sino que construye su pensamiento.
El pensamiento es energía ligada, re-
presentaciones capaces de ser unidas con
sentido a través de una relación de amor
que el niño arma con los objetos —sean es-
tos sus progenitores, hermanos, etc.— que
más tarde se extenderá a los objetos de co-
nocimiento. De pequeño, el niño se sabe
existir por el rostro de su madre, cuando
éste le sonríe, le habla, gesticula, siempre
acompañado del amor. El desamor, ocasio-
nado por todo lo que genere displacer,
amenaza a su superviviencia, genera recha-
zo y odio en el niño.
Un maestro me contó de un adolescen-
te que escribió en el pizarrón: “No sé leer
pero estoy orgulloso de ser toba”. Podría-
mos interpretarlo como: “No sé leer la len-
gua de ustedes pero estoy orgulloso de mi
identidad”. La lengua que los niños traen a
la escuela es la materia con la que se han
constituido, junto a otros aspectos de su
cultura. Arriesgando una hipótesis podría-
mos decir que muchos niños de culturas di-
ferentes sienten una suerte de traición a sus
orígenes cuando van a la escuela a apren-
der otra cultura. Los modos en que estos
niños estructuran su percepción y su lógica
de pensamiento son diferentes a los nues-
tros, tienen representaciones distintas con
lógicas distintas. La estructura de la per-
cepción de la realidad está ligada a la cul-
tura de pertenencia y muy en especial a la
lengua de origen. Los ejemplos de culturas
diferentes sirven para ver el riesgo que co-
rremos de cometer los mismos errores con
niños pobres que, en mayor o menor medi-
da, tienen también una lengua diferente y
distintos modos de pensamiento. I
Inés Cristina Rosbaco es Licenciada en Ciencias de la
Educación. Este texto es una parte de su intervención en
el seminario “Identidad, lengua y nuevas conquistas im-
periales - Una mirada crítica al III Congreso de la Len-
gua ”, organizado por la Mesa Debate Rosario el 24 de
setiembre en el Consejo de Profesionales de Ciencias
Económicas, Rosario.
la marea 25
 Resultado de las políticas estatales aplicadas en el sistema educativo
¿Somos todos
burros?
Quién “mide” el conocimiento
Escribe Guilermo Volkind
¿ Las estadísticas sobre el nivel de conocimiento de nuestros jóvenes,
según quién lo realiza y qué se evalúa, puede ofrecer un panorama en-
gañoso de la veradera situación educativa.
U
n profesor de la carrera de Derecho de la Universidad
de La Plata decidió evaluar la cultura general de sus
alumnos. Las respuestas a esas preguntas tomaron in-
mediatamente, o mejor dicho, él les dio, estado público. Los
medios tuvieron su comidilla diaria. La “prueba” era conclu-
yente: los alumnos universitarios carecen de la información ge-
?
neral esperada.
¿Qué conocimientos se seleccionaron para elaborar la
prueba? El propio docente admitió que eligió temas al azar, sin
criterio especifico.
¿Hasta cuándo el conocimiento va ser “medido” así?
En la Argentina el 67% de los jóvenes de entre 15 y 24 años
no estudia. Esto es lo que exige respuesta.
Las cifras en educación siempre producen efecto pero de-
pende quién las aporte. Cuando son planteadas por sindicatos,
¿
especialistas que no se identifican con los políticos de turno o
como en artículos anteriores de esta revista, en general son cali-
ficadas de agoreras, tendenciosas. Cuando son escritas por mi-
nistros, especialistas o pseudoespecialistas reconocidos por su
“adaptación ideológica”, dan cuenta de la realidad. Desde este
lugar que les otorga el poder, se hacen diagnósticos de la situa-
ción educativa que reiteran hasta el hartazgo los datos que cual-
quier ciudadano puede obtener viviendo con cierta conciencia
en este país. A su vez, en innumerables trabajos anteriores, los
mismos autores hacen lo imposible por desmentir lo que la ma-
yoría vive y siente. De todos modos los porcentajes toman esta-
do público cuando la realidad estalla y no puede ser disimulada.
Vale la pena analizar los argumentos que esgrimen para
que no puedan seguir engañando.
“La década del 90 llevó más chicos a las aulas, con lo que
se achicó la brecha en el acceso a la educación entre los secto-
res de mayores ingresos y los que menos tienen. Pero, al mis-
mo tiempo, multiplicó las distancias en cuanto a la calidad de
26 la marea
la enseñanza que ambos grupos reciben. Lo que era una per-
cepción en la educación comienza a tener ‘sustento académi-
co’ y rigor científico, a partir de la investigación presentada
por el sociólogo y economista Juan J. Llach, ex ministro de
los latinoamericanos que están hoy bajo la línea de pobreza?
¿Acaso fue la educación el factor de empobrecimiento? Rati-
ficando ésto, en el II Congreso Internacional de Educación or-
ganizado por la Universidad Nacional del Litoral, Pablo Gen-
tili planteó que “en América Latina, está demostrado que la
2. Crear la figura del coordinador de curso y profesores tuto-
res en enseñanza media;
3. Reestructurar la escuela técnica vinculada con las necesi-
dades y preocupaciones productivas del país.
Educación del gobierno de la Alianza, que advierte sobre las
escolaridad tiene un efecto limitado para sacar a los pobres de Con respecto al primero ¿pueden imaginar la cantidad de pa-
desigualdades que dejan profundas huellas en el mapa educa-
la pobreza”. pel que se ha impreso desde al alfonsinismo hasta ahora en rela-
cional argentino” (La Nación, 2/5/04).
ción a los contenidos?, ¿del dinero invertido en especialistas y
Lo que no aparece es una explicación de este “especialis-
Frente a todos los datos, reconocidos hoy, padecidos desde asesores?, ¿del tiempo utilizado por maestros y profesores para
va no fracasó.
ta” de su papel cuando fue parte del poder y presentó su libro
hace tiempo, el Ministro Filmus dice que la Reforma Educati- tratar de comprender los cambios?, ¿de los negocios editoriales
“Educación para todos” con los resultados del diagnóstico.
que definen lo nuevo y lo viejo del conocimiento? Lamentable-
Cuando a comienzos del año 2004, el Sindicato Unificado
Si se la mira desde los propósitos implícitos, es cierto. Des- mente, de esto no tenemos datos estadísticos, sólo empíricos. ¿Es
de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos
de lo declamado, produjo más destrucción que la que ellos posible que después de este gasto millonario, tengan que definir
Aires (SUTEBA) dio a conocer las cifras de deserción escolar
mismos habían previsto. los núcleos de contenido?
en el nivel polimodal (producto de un exhaustivo trabajo) fue
denostado con el argumento de que tenía propósitos políticos Los datos confirman también lo que escribí en LA MAREA En relación al segundo, en los inicios de los '70 se instaló el
¿?
desde el año 95 en adelante: el proyecto económico político proyecto de profesor de tiempo completo en la enseñanza media.
de enfrentamiento con el gobierno provincial. El 20 de octu-
que se delineaba para la Argentina necesitaba ampliar la re- Dentro de su cargo tenía horas que no pasaba al frente del grupo
bre, el Ministro de Educación de la provincia, Mario Oporto,
tención en el primer nivel de escolaridad y reducirlo notoria- y dedicaba al seguimiento de sus alumnos y también ejercía las
admitió oficialmente las cifras que antes había negado. Más de
mente en el tercero, lo cual aparejaría la destrucción del nivel funciones de profesor tutor. Diferentes cambios en el nivel me-
100.000 alumnos que asisten al polimodal en la provincia de-
medio. dio y ajustes presupuestarios fueron casi eliminando este tipo de
jaron la escuela el año pasado. Entre el 2001 y 2003 el aban-
Para ese proyecto de reforzar la dependencia de la Argen- cargos. También, en los últimos diez años, el carácter en general
dono creció desde un 9,5% sobre la matrícula inicial hasta el
tina al imperialismo, de aumentar la concentración de la ri- de los tutores fue de depositarios de conflictos. Alumnos, padres
12,73% lo que representa un total de 100.361 alumnos.
queza, de enajenar los bienes nacionales, utilizaron diversas y docentes hacen cargo y derivan al tutor todo tipo de problemas.
Si se le puede dar crédito a un informe del Banco Mundial,
teorías que anestesiaron, confundieron, tergiversaron la reali- ¿Se reinstalará esta figura con las mismas características?, ¿los
¿?
cuatro de cada diez chicos que se inscribieron en 2004 en este
dad. Hicieron todo lo posible para desmentir lo que percibía- tutores recibirán una formación adecuada para desarrollar su ta-
nivel no terminarán sus estudios, o sea que unos 214.000 alum-
mos y ahora, diez años después, una supuesta investigación de rea?, ¿depositarán en una persona la posibilidad de resolver con-
nos no obtendrán su título.
los mismos que redactaron y sostuvieron la Ley Federal y la flictos de la magnitud que se presenta en la enseñanza media?
Según un estudio encargado por el Banco Interamericano
de Educación Superior, con los datos quemándoles las manos, Con respecto al tercero, la escuela técnica fue destruida
de Desarrollo (BID), la probabilidad de que un niño pobre ter-
intentan salir indemnes y hacer cargo a otros de los resultados. porque no respondía a las necesidades de “modernización” de la
mine la escuela secundaria es menor al 27% contra el 83% de
¿Cuáles son las propuestas del ministro y de este gobierno Argentina y sus egresados estaban lejos de responder a la
uno rico.
frente a una realidad que “superó sus expectativas” para resol- demanda productiva. ¿Cuáles son las actuales necesidades y
Sin embargo hasta ahora, los mismos autores habían insis-
ver los conflictos?: preocupaciones productivas del país? ¿Quiénes y cómo se van a
tido en la educación como factor de desarrollo, crecimiento,
1. Delimitar los núcleos de aprendizaje para todas las es- definir? ¿La “reforma” educativa no fue realizada justamente
equidad..¿Cómo va poder sacar la educación a casi la mitad de
cuelas del país; para eso?
la marea 27
 Resultado de las políticas estatales aplicadas en el sistema educativo
¿Somos todos
burros?
Quién “mide” el conocimiento
Escribe Guilermo Volkind
¿ Las estadísticas sobre el nivel de conocimiento de nuestros jóvenes,
según quién lo realiza y qué se evalúa, puede ofrecer un panorama en-
gañoso de la veradera situación educativa.
U
n profesor de la carrera de Derecho de la Universidad
de La Plata decidió evaluar la cultura general de sus
alumnos. Las respuestas a esas preguntas tomaron in-
mediatamente, o mejor dicho, él les dio, estado público. Los
medios tuvieron su comidilla diaria. La “prueba” era conclu-
yente: los alumnos universitarios carecen de la información ge-
neral esperada.
? ¿Qué conocimientos se seleccionaron para elaborar la
prueba? El propio docente admitió que eligió temas al azar, sin
criterio especifico.
¿Hasta cuándo el conocimiento va ser “medido” así?
En la Argentina el 67% de los jóvenes de entre 15 y 24 años
no estudia. Esto es lo que exige respuesta.
Las cifras en educación siempre producen efecto pero de-
pende quién las aporte. Cuando son planteadas por sindicatos,
especialistas que no se identifican con los políticos de turno o
¿? como en artículos anteriores de esta revista, en general son cali-
ficadas de agoreras, tendenciosas. Cuando son escritas por mi-
nistros, especialistas o pseudoespecialistas reconocidos por su
“adaptación ideológica”, dan cuenta de la realidad. Desde este
lugar que les otorga el poder, se hacen diagnósticos de la situa-
ción educativa que reiteran hasta el hartazgo los datos que cual-
quier ciudadano puede obtener viviendo con cierta conciencia
en este país. A su vez, en innumerables trabajos anteriores, los
mismos autores hacen lo imposible por desmentir lo que la ma-
yoría vive y siente. De todos modos los porcentajes toman esta-
do público cuando la realidad estalla y no puede ser disimulada.
Vale la pena analizar los argumentos que esgrimen para
que no puedan seguir engañando.
“La década del 90 llevó más chicos a las aulas, con lo que
se achicó la brecha en el acceso a la educación entre los secto-
res de mayores ingresos y los que menos tienen. Pero, al mis-
mo tiempo, multiplicó las distancias en cuanto a la calidad de
26 la marea
la enseñanza que ambos grupos reciben. Lo que era una per-
cepción en la educación comienza a tener ‘sustento académi-
co’ y rigor científico, a partir de la investigación presentada
por el sociólogo y economista Juan J. Llach, ex ministro de
los latinoamericanos que están hoy bajo la línea de pobreza?
¿Acaso fue la educación el factor de empobrecimiento? Rati-
ficando ésto, en el II Congreso Internacional de Educación or-
ganizado por la Universidad Nacional del Litoral, Pablo Gen-
tili planteó que “en América Latina, está demostrado que la
2. Crear la figura del coordinador de curso y profesores tuto-
res en enseñanza media;
3. Reestructurar la escuela técnica vinculada con las necesi-
dades y preocupaciones productivas del país.
Educación del gobierno de la Alianza, que advierte sobre las
escolaridad tiene un efecto limitado para sacar a los pobres de Con respecto al primero ¿pueden imaginar la cantidad de pa-
desigualdades que dejan profundas huellas en el mapa educa-
la pobreza”. pel que se ha impreso desde al alfonsinismo hasta ahora en rela-
cional argentino” (La Nación, 2/5/04).
ción a los contenidos?, ¿del dinero invertido en especialistas y
Lo que no aparece es una explicación de este “especialis-
ta” de su papel cuando fue parte del poder y presentó su libro
“Educación para todos” con los resultados del diagnóstico.
Cuando a comienzos del año 2004, el Sindicato Unificado
de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos
Aires (SUTEBA) dio a conocer las cifras de deserción escolar
en el nivel polimodal (producto de un exhaustivo trabajo) fue
denostado con el argumento de que tenía propósitos políticos
de enfrentamiento con el gobierno provincial. El 20 de octu-
Frente a todos los datos, reconocidos hoy, padecidos desde
hace tiempo, el Ministro Filmus dice que la Reforma Educati-
va no fracasó.
Si se la mira desde los propósitos implícitos, es cierto. Des-
de lo declamado, produjo más destrucción que la que ellos
mismos habían previsto.
Los datos confirman también lo que escribí en LA MAREA
desde el año 95 en adelante: el proyecto económico político
que se delineaba para la Argentina necesitaba ampliar la re-
asesores?, ¿del tiempo utilizado por maestros y profesores para
tratar de comprender los cambios?, ¿de los negocios editoriales
que definen lo nuevo y lo viejo del conocimiento? Lamentable-
mente, de esto no tenemos datos estadísticos, sólo empíricos. ¿Es
posible que después de este gasto millonario, tengan que definir
los núcleos de contenido?
En relación al segundo, en los inicios de los '70 se instaló el
proyecto de profesor de tiempo completo en la enseñanza media.
Dentro de su cargo tenía horas que no pasaba al frente del grupo ¿?
bre, el Ministro de Educación de la provincia, Mario Oporto,
admitió oficialmente las cifras que antes había negado. Más de
100.000 alumnos que asisten al polimodal en la provincia de-
jaron la escuela el año pasado. Entre el 2001 y 2003 el aban-
dono creció desde un 9,5% sobre la matrícula inicial hasta el
12,73% lo que representa un total de 100.361 alumnos.
Si se le puede dar crédito a un informe del Banco Mundial,
cuatro de cada diez chicos que se inscribieron en 2004 en este
nivel no terminarán sus estudios, o sea que unos 214.000 alum-
nos no obtendrán su título.
Según un estudio encargado por el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), la probabilidad de que un niño pobre ter-
tención en el primer nivel de escolaridad y reducirlo notoria-
mente en el tercero, lo cual aparejaría la destrucción del nivel
medio.
Para ese proyecto de reforzar la dependencia de la Argen-
tina al imperialismo, de aumentar la concentración de la ri-
queza, de enajenar los bienes nacionales, utilizaron diversas
teorías que anestesiaron, confundieron, tergiversaron la reali-
dad. Hicieron todo lo posible para desmentir lo que percibía-
mos y ahora, diez años después, una supuesta investigación de
los mismos que redactaron y sostuvieron la Ley Federal y la
de Educación Superior, con los datos quemándoles las manos,
y dedicaba al seguimiento de sus alumnos y también ejercía las
funciones de profesor tutor. Diferentes cambios en el nivel me-
dio y ajustes presupuestarios fueron casi eliminando este tipo de
cargos. También, en los últimos diez años, el carácter en general
de los tutores fue de depositarios de conflictos. Alumnos, padres
y docentes hacen cargo y derivan al tutor todo tipo de problemas.
¿Se reinstalará esta figura con las mismas características?, ¿los
tutores recibirán una formación adecuada para desarrollar su ta-
rea?, ¿depositarán en una persona la posibilidad de resolver con-
flictos de la magnitud que se presenta en la enseñanza media?
Con respecto al tercero, la escuela técnica fue destruida
¿?
intentan salir indemnes y hacer cargo a otros de los resultados. porque no respondía a las necesidades de “modernización” de la
mine la escuela secundaria es menor al 27% contra el 83% de
¿Cuáles son las propuestas del ministro y de este gobierno Argentina y sus egresados estaban lejos de responder a la
uno rico.
frente a una realidad que “superó sus expectativas” para resol- demanda productiva. ¿Cuáles son las actuales necesidades y
Sin embargo hasta ahora, los mismos autores habían insis-
ver los conflictos?: preocupaciones productivas del país? ¿Quiénes y cómo se van a
tido en la educación como factor de desarrollo, crecimiento,
1. Delimitar los núcleos de aprendizaje para todas las es- definir? ¿La “reforma” educativa no fue realizada justamente
equidad..¿Cómo va poder sacar la educación a casi la mitad de
cuelas del país; para eso?
la marea 27
 Es realmente enloquecedor si
uno intenta vivir, pensar, ha-
cer, al compás de esta arcaica
música que vuelve a poner,
centes que garantizan el conocimiento, las diferentes concep-
Algo extraño sucede en las escuelas
ciones ideológicas, la investigación. Jóvenes que estudian, se
reciben y se quedan en el país. Que se organizan, luchan con-
tra la destrucción. Mantienen circuitos solidarios. Crean.

Escuela, política yviolencia

con total desparpajo, en la
escuela y los docentes, la
principal responsabilidad de
la generación y la resolución
de los problemas.
Para reforzar, Llach afirma:
Por eso, a pesar de que los números que hoy llegan de la
mano de los que antes los negaron confirman nuestras afirma-
ciones, más que satisfacción producen hastío. Una enorme ne-
cesidad de terminar con dilaciones. BASTA. BASTA de men-
tiras, de deformar verdades, de encubrir los intereses corpora-
tivos de ámbitos académicos, de analizar con estereotipos la

A PROPÓSITO DEL USO DE CIERTAS PALABRAS

“El capital de la escuela tiene una importante influencia en los enorme complejidad de la situación educativa. BASTA de des-
resultados, más allá de los condicionamientos económicos y gastar económica y psíquicamente a los docentes. Basta de ser

María Inés Tapia Vera. Personaje de Spili paseando por la ciudad. Litografía.
sociales”. en educación los abanderados de lo posible. ¿Cuántas cosas

Escribe Diana Milstein

“El interés por el estudio no es un dato natural dice Tenti que se consideraban imposibles se van logrando en la Argenti-
Fanfani consultor del Instituto Internacional de Planeamiento na en particular después de diciembre del 2001? Fueron los
Educativo IIPE. La falta de interés se la imputó a la escuela, obreros con sus conocimientos los que lograron poner en mar-
que es la gran responsable de desarrollar ese interés. Esto de-
lata una falla de la institución”.
“¿Qué pasa si este año todos exigimos un poco más?”, de-
safió Filmus en el II Encuentro Federal de Escuelas de Ense-
ñanza Pública de Gestión Privada.
Juan Carlos Tedesco, en el mismo ámbito, llamó a ser exi-
gentes “cognitiva y éticamente”, condición que permitiría la for-
mación de “inteligencias responsables”. Redondeó diciendo que
“si el maestro no cree en las posibilidades de sus alumnos, por-
que en particular son pobres, éstos no aprenden”. Filmus com-
pletó diciendo que esto era un acto discriminativo por parte del
docente y una muestra de desconfianza en su propio trabajo”.
Todos coinciden en la necesidad de desarrollar la “sociedad
del conocimiento”, concepto difundido masivamente pero de
libre interpretación.
Jamás, a la luz de los resultados, un análisis autocrítico de

¿ todos aquellos que desde diferentes lugares sotuvieron la Re-

forma. Jamás una consideración política de sus propósitos de-
vastadores. Nunca una interpretación de los problemas de
aprendizaje de los alumnos en el contexto de la destrucción de
la escuela secundaria. Nunca una lectura de la falta de interés
cha las fábricas quebradas y vaciadas por sus patrones. Son los
docentes los que logran que funcione todos los días la única
institución pública que queda en pie. Somos muchos los que
echamos a De la Rúa del gobierno. Somos muchos los que ins-

de los jóvenes como resultado de la imposibilidad de trabajo
para millones. Ninguna relación entre las decisiones políticas
económicas y la destrucción de la universidad pública.
Sin embargo, en la Universidad devastada y sin presupues-
to, en las escuelas primarias y medias podemos encontrar do-
L
talamos redes de solidaridad.
Si las abuelas siguen recuperando nietos, si se derogaron
leyes de impunidad, ¿por qué se rinde pleitesía a las leyes de
educación que facilitaron la mayor polarización económica en a escuela, en la que se despliega una parte impor- los esfuerzos que se realizan, desconfianza y un cierto es-
la Argentina? ¿Qué impide derogarlas? tante de la vida cotidiana de numerosas personas cepticismo, es necesario revisar ideas que se presentan co-

¿? Los docentes y los alumnos discutimos a diario sobre los

contenidos, el concepto de nación, de representación, de futu-
ro, de proyecto. Nos arrancaron las palabras, las vaciaron y nos
culpabilizan por los resultados. Así como los obreros recupe-
raron fábricas, nosotros también podemos recuperarlas y asig-
narle significado. La escuela tendrá sentido para los alumnos y
los docentes cuando dejemos de llevar al aula las políticas alie-
nantes que con pocos matices se vienen planteando desde ha-
ce más de veinte años. Cuando podamos enseñar y aprender
los contenidos que facilitan la comprensión de la realidad. Si
organizamos nuestras prácticas cotidianas otorgándole carác-
ter científico.
Los cambios profundos se producen con la transformación
del Estado. A esto se llega canalizando la rabia en la lucha co-
tidiana por otras condiciones de vida. Entre éstas está otra edu-
cación. Unamos lo que pretenden disociar (alumnos, padres,
docentes) y consideremos a la educación un instrumento privi-
legiado para lograr esto. I
Guillermo Volkind es Licenciado en Ciencias de la Educación y psicólogo social.
Fotos: Nora Kancepolski
resulta hoy para muchas de ellas un lugar, por
momentos raro, a veces absurdo, tal vez chocante y has-
ta, insólito; un espacio en el que se percibe que hay cam-
bios fundamentales que se califican como negativos, pe-
ro no se sabe exactamente en qué consisten ni se tiene ex-
plicaciones claras de por qué suceden; un sitio en el que a
veces las personas quedan perplejas ante lo que ellas mis-
mas ven, escuchan, sienten y hacen.
Esta situación de desconcierto, confusión e inseguri-
dad no es el producto de la incapacidad de adaptarse a
cambios de diversa índole que efectivamente suceden en
el curso de la historia, sino que está fundamentalmente in-
ducida por un conjunto de políticas de Estado que provo-
can una intensa precarización de las condiciones de fun-
cionamiento de las escuelas y del trabajo de los docentes,
estimulan la desorganización de los sistemas escolares y
de las escuelas en particular y relegan a las escuelas esta-
tales a una función de contención social de los “pobres”.
Para poder modificar ese estado de extrañeza frente a
la cotidianeidad que produce parálisis, desvalorización de
mo evidentes y obturan la posibilidad de comprensión.
Ideas que no han surgido como efecto de la elaboración
reflexiva colectiva, sino que han sido activamente promo-
vidas desde los centros de poder que han impulsado la lla-
mada Transformación Educativa y con frecuencia dadas
por válidas, por algunos sectores gremiales y progresistas,
pese a sus posturas críticas. No olvidemos en este sentido
que la dominación es posible en la medida en que las ma-
yorías naturalizan una particular y hegemónica manera de
ver el mundo.
Propongo, para comprender lo que hoy sucede en las
escuelas, colocar en foco a los centros de poder del Esta-
do como un problema central para la educación escolari-
zada en la Argentina. Para ello, examino un conjunto de
argumentaciones falaces que, como efecto de los procesos
hegemónicos, operan como evidencias y producen un
efecto de invisibilidad de fenómenos, de situaciones e in-
clusive de sujetos, sin cuyo reconocimiento, no es posible
dilucidar las confusiones1 ni encontrar modos de reactuar
sobre las realidades.

28 la marea la marea 29
 Es realmente enloquecedor si
uno intenta vivir, pensar, ha-
cer, al compás de esta arcaica
música que vuelve a poner,
con total desparpajo, en la
escuela y los docentes, la
principal responsabilidad de
la generación y la resolución
de los problemas.
Para reforzar, Llach afirma:
“El capital de la escuela tiene una importante influencia en los
resultados, más allá de los condicionamientos económicos y
sociales”.
centes que garantizan el conocimiento, las diferentes concep-
Algo extraño sucede en las escuelas
ciones ideológicas, la investigación. Jóvenes que estudian, se
reciben y se quedan en el país. Que se organizan, luchan con-
tra la destrucción. Mantienen circuitos solidarios. Crean.
Por eso, a pesar de que los números que hoy llegan de la
mano de los que antes los negaron confirman nuestras afirma-
ciones, más que satisfacción producen hastío. Una enorme ne-
cesidad de terminar con dilaciones. BASTA. BASTA de men-
tiras, de deformar verdades, de encubrir los intereses corpora-
tivos de ámbitos académicos, de analizar con estereotipos la
enorme complejidad de la situación educativa. BASTA de des-
Escuela, política yviolencia
gastar económica y psíquicamente a los docentes. Basta de ser
en educación los abanderados de lo posible. ¿Cuántas cosas A PROPÓSITO DEL USO DE CIERTAS PALABRAS

María Inés Tapia Vera. Personaje de Spili paseando por la ciudad. Litografía.
“El interés por el estudio no es un dato natural dice Tenti que se consideraban imposibles se van logrando en la Argenti-
Fanfani consultor del Instituto Internacional de Planeamiento na en particular después de diciembre del 2001? Fueron los Escribe Diana Milstein
Educativo IIPE. La falta de interés se la imputó a la escuela, obreros con sus conocimientos los que lograron poner en mar-
que es la gran responsable de desarrollar ese interés. Esto de-
lata una falla de la institución”.
“¿Qué pasa si este año todos exigimos un poco más?”, de-
safió Filmus en el II Encuentro Federal de Escuelas de Ense-
ñanza Pública de Gestión Privada.
Juan Carlos Tedesco, en el mismo ámbito, llamó a ser exi-
gentes “cognitiva y éticamente”, condición que permitiría la for-
mación de “inteligencias responsables”. Redondeó diciendo que
“si el maestro no cree en las posibilidades de sus alumnos, por-
que en particular son pobres, éstos no aprenden”. Filmus com-
pletó diciendo que esto era un acto discriminativo por parte del
docente y una muestra de desconfianza en su propio trabajo”.
Todos coinciden en la necesidad de desarrollar la “sociedad
del conocimiento”, concepto difundido masivamente pero de
libre interpretación.
Jamás, a la luz de los resultados, un análisis autocrítico de
todos aquellos que desde diferentes lugares sotuvieron la Re-
cha las fábricas quebradas y vaciadas por sus patrones. Son los
¿? forma. Jamás una consideración política de sus propósitos de-
vastadores. Nunca una interpretación de los problemas de
aprendizaje de los alumnos en el contexto de la destrucción de
la escuela secundaria. Nunca una lectura de la falta de interés
docentes los que logran que funcione todos los días la única
institución pública que queda en pie. Somos muchos los que
echamos a De la Rúa del gobierno. Somos muchos los que ins-
de los jóvenes como resultado de la imposibilidad de trabajo talamos redes de solidaridad.
Si las abuelas siguen recuperando nietos, si se derogaron

para millones. Ninguna relación entre las decisiones políticas
económicas y la destrucción de la universidad pública.
Sin embargo, en la Universidad devastada y sin presupues-
to, en las escuelas primarias y medias podemos encontrar do-
¿?
Fotos: Nora Kancepolski
leyes de impunidad, ¿por qué se rinde pleitesía a las leyes de
educación que facilitaron la mayor polarización económica en
la Argentina? ¿Qué impide derogarlas?
Los docentes y los alumnos discutimos a diario sobre los
contenidos, el concepto de nación, de representación, de futu-
ro, de proyecto. Nos arrancaron las palabras, las vaciaron y nos
culpabilizan por los resultados. Así como los obreros recupe-
raron fábricas, nosotros también podemos recuperarlas y asig-
narle significado. La escuela tendrá sentido para los alumnos y
los docentes cuando dejemos de llevar al aula las políticas alie-
nantes que con pocos matices se vienen planteando desde ha-
ce más de veinte años. Cuando podamos enseñar y aprender
los contenidos que facilitan la comprensión de la realidad. Si
organizamos nuestras prácticas cotidianas otorgándole carác-
ter científico.
Los cambios profundos se producen con la transformación
del Estado. A esto se llega canalizando la rabia en la lucha co-
tidiana por otras condiciones de vida. Entre éstas está otra edu-
cación. Unamos lo que pretenden disociar (alumnos, padres,
docentes) y consideremos a la educación un instrumento privi-
legiado para lograr esto. I
Guillermo Volkind es Licenciado en Ciencias de la Educación y psicólogo social.
L
a escuela, en la que se despliega una parte impor-
tante de la vida cotidiana de numerosas personas
resulta hoy para muchas de ellas un lugar, por
momentos raro, a veces absurdo, tal vez chocante y has-
ta, insólito; un espacio en el que se percibe que hay cam-
bios fundamentales que se califican como negativos, pe-
ro no se sabe exactamente en qué consisten ni se tiene ex-
plicaciones claras de por qué suceden; un sitio en el que a
veces las personas quedan perplejas ante lo que ellas mis-
mas ven, escuchan, sienten y hacen.
Esta situación de desconcierto, confusión e inseguri-
dad no es el producto de la incapacidad de adaptarse a
cambios de diversa índole que efectivamente suceden en
el curso de la historia, sino que está fundamentalmente in-
ducida por un conjunto de políticas de Estado que provo-
can una intensa precarización de las condiciones de fun-
cionamiento de las escuelas y del trabajo de los docentes,
estimulan la desorganización de los sistemas escolares y
de las escuelas en particular y relegan a las escuelas esta-
tales a una función de contención social de los “pobres”.
Para poder modificar ese estado de extrañeza frente a
la cotidianeidad que produce parálisis, desvalorización de
los esfuerzos que se realizan, desconfianza y un cierto es-
cepticismo, es necesario revisar ideas que se presentan co-
mo evidentes y obturan la posibilidad de comprensión.
Ideas que no han surgido como efecto de la elaboración
reflexiva colectiva, sino que han sido activamente promo-
vidas desde los centros de poder que han impulsado la lla-
mada Transformación Educativa y con frecuencia dadas
por válidas, por algunos sectores gremiales y progresistas,
pese a sus posturas críticas. No olvidemos en este sentido
que la dominación es posible en la medida en que las ma-
yorías naturalizan una particular y hegemónica manera de
ver el mundo.
Propongo, para comprender lo que hoy sucede en las
escuelas, colocar en foco a los centros de poder del Esta-
do como un problema central para la educación escolari-
zada en la Argentina. Para ello, examino un conjunto de
argumentaciones falaces que, como efecto de los procesos
hegemónicos, operan como evidencias y producen un
efecto de invisibilidad de fenómenos, de situaciones e in-
clusive de sujetos, sin cuyo reconocimiento, no es posible
dilucidar las confusiones1 ni encontrar modos de reactuar
sobre las realidades.

28 la marea la marea 29
 Escuela, política y violencia ...
María Inés Tapia Vera. Final del juego. Litografía.
La escuela estatal “desacreditada”
La educación pública fundada a finales del siglo XIX
fue un sistema político, estatal y centralizado cuya tenden-
cia fue la de escolarizar a la población infantil como par-
te de una misión "civilizatoria", homogeneizadora y de
imposición de la educación y la cultura legítimas. Su ex-
pansión durante cien años fue acompañada por una su-
puesta misión democratizadora que era materializada por
la escuela primaria pública y estatal. Para ello, la escuela
primaria moderna en la Argentina, produjo una ficción
que consistió en ser la institución que democratizaba e
igualaba a “todos”.2 Lo interesante es que esta ficción creó
realidad y, durante un cierto período, entre la ficción de-
mocratizadora y la realidad hubo cierta proximidad. La
ficción tuvo eficacia pedagógica porque otorgó sentido a
la realidad y esa “construcción de lo real” hizo posible la
referencia a la vida real. La educación pública logró, en
cierta medida, convertirse en una suerte de lugar en el que
era posible igualar, ascender socialmente y esto estaba
“garantizado” por el Estado, que gozaba así, con relación
a la institución educativa, de una importante credibilidad
en la mayor parte de la población.
Sobre la base de esta histórica credibilidad que gozaba
la institución estatal educativa y apoyándose en la idea de
participación y protagonismo de la “comunidad educati-
va”–impulsada fundamentalmente por los docentes y sus
gremios durante la década del 80, luego de terminada la
30 la marea
última Dictadura Militar– la Reforma Educativa de los 90
postuló la existencia de un ambiguo espacio público “no
estatal”. Bajo la equívoca expresión “la educación es un
problema de todos”, invitó a acompañar las políticas pú-
blicas educativas a asociaciones de padres y otros grupos
comunitarios a acompañar, con un rol complementario y
subordinado al que cumplía el Estado a través de sus fun-
cionarios, expertos e instituciones. De este modo, el dis-
curso oficial de la “Transformación Educativa”, sin mu-
cho esfuerzo, se integró a un conjunto muy diverso de ar-
gumentos democratizadores –que una década atrás habían
consistido en prácticas concretas a niveles locales y tam-
bién nacionales– y cambió el sentido de la participación y
el protagonismo. Cerró los espacios de participación sobre
los que habían avanzado los docentes e instaló otra idea de
participación: delegar las responsabilidades de recursos fi-
nancieros en lo que denominaron asociaciones interme-
dias, para corregir lo que se planteó como problemas de
mala administración. Según se decía, la escuela pública
estatal no tenía serios problemas presupuestarios, sino
graves problemas de administración y falta de gerencia-
miento3 por tratarse de un sistema burocrático y centrali-
zado. Se impulsaron entonces las políticas de descentrali-
zación y regionalización que produjeron, al principio, una
confusión generalizada, porque fueron enunciadas y com-
prendidas como parte de las políticas de participación y
porque formaron parte de una supuesta ley que regulaba
de manera federal, y por lo tanto producía un efecto de
“equidad” en las escuelas de todo el país y para todos los
niveles de enseñanza.
Como todos sabemos, ninguno de estos efectos se pro-
dujo: no hubo participación, ni democratización, ni regu-
lación federal, ni equidad. Lo que se produjo fue una dis-
minución sustantiva del presupuesto que se trasuntó en re-
bajas salariales, abandono del cuidado de los edificios y
los materiales, desabastecimiento de los mínimos recursos
para que las escuelas cuenten con los servicios de electri-
cidad, gas y agua necesarios, desarticulación de esquemas
básicos de sanidad escolar, etc. Esta situación continuó
profundizándose en la misma dirección hasta la fecha y se
ha sumado a los tantos fenómenos que produjeron la pér-
dida de credibilidad en la educación pública estatal. Pero
desde los centros de poder del Estado no sólo se produjo
esto, sino también “críticas” y explicaciones acerca de es-
ta situación que tendieron a responsabilizar sobre todo a
los docentes, convirtiéndolos en sujetos interpelados por
la acción desorganizadora del Estado.
La falacia del “abandono”
En respuesta a estas acusaciones del discurso oficial,
se suele denunciar el “abandono de las escuelas por parte
del Estado”. El término “abandono” alude a la idea de in-
dolencia o indiferencia que produce efectos de progresivo
desmantelamiento. En este sentido, podría ser apropiado
su uso. El problema es que “abandono” también indica ab-
dicación o renunciamiento, lo que daría lugar a pensar en
una suerte de repliegue, alejamiento y disminución de la
presencia del Estado. Esta combinación de significados no
sólo da una imagen falsa y ambigua acerca de la relación
entre el Estado y las escuelas, sino que además colabora
–aún sin quererlo– para que sus presencias concretas se
vuelvan poco visibles.
Las relaciones entre Estado y escuelas adoptaron en
los últimos años otras formas de mediación. Se trata de un
desplazamiento parcial de la organización estatal escolar
por otras formas de autoridad y de control. Esto resulta bá-
sico para comprender que el Estado no "renunció" al ma-
nejo de las escuelas. El Estado se hace presente a través de
órdenes y cambios de reglamentaciones confusas que sub-
vierten formas establecidas de ordenamiento, que alteran
bruscamente rutinas, que descomponen modos instalados
de relación, etc.; crea las condiciones para que las escue-
las sean un factor más de las relaciones clientelísticas, se
conviertan en un botín de reparto entre facciones políticas
(me refiero a las diversas formas de actividad de punteros
de partidos gobernantes), sean escenarios de arbitrarieda-
des en materia reglamentaria, de distribución de recursos,
etc. Su presencia, esencialmente, es desorganizadora de la
vida social escolar, lo cual facilita la instalación de nuevas
formas de control y disciplinamiento en el marco del fun-
cionamiento deteriorado de un Estado.
“Abajo” la política, “arriba” la violencia
Una de las consecuencias paradójicas de esta desorga-
nización, ha sido la de facilitar la percepción del espacio
escolar como un campo donde se despliega el juego de las
relaciones de fuerza, la disputa por discursos e intereses
diferentes.
El reconocimiento colectivo de esto se expresa en las
constantes, aunque discontinuas y aisladas, formas de
movilización en contra de decisiones estatales vincula-
das al ámbito educativo que se produjeron a lo largo y a
lo ancho del país desde comienzos de la década del 90 y
se agudizaron a partir de mediados de la misma. Madres,
junto a otros familiares, alumnos y docentes en diferen-
tes escuelas, protagonizaron de maneras muy diversas
formas colectivas de interpelación al Estado para lograr
reivindicaciones de condiciones “mínimas” de existen-
cia, tomando como ámbito privilegiado para las mismas,
a las escuelas. Se percibe una disconformidad que se ex-
presa toda vez que surge desde un pequeño inconvenien-
te hasta un gran problema. Son cotidianas y están incor-
poradas a la habitualidad situaciones que, en la vida nor-
mal de una escuela, serían extremadamente excepciona-
les. Así, por ejemplo, no sorprende que un conjunto de
madres, alumnos y directoras “aprieten” a un funcionario
para obtener reparaciones del edificio escolar; que
miembros de Cooperadoras escolares y docentes discu-
tan acaloradamente para mantener el control por parte de
cada escuela de su comedor, que madres se organicen pa-
ra demandar protección de la salud de sus hijos; que di-
rectoras reclamen ante las autoridades el reestableci-
miento de servicios básicos de funcionamiento para sus
escuelas; que se interpele directamente a un gobernador
para obtener el envío de papelería para cumplir con los
requisitos administrativos, etc.
No es posible ignorar que, con mayor o menor visibili-
dad, muchas políticas educativas han sido resistidas preci-
samente porque en lugar de operar como instrumentos de
estabilización político-social, han producido la activación
de protestas y demandas que, supuestamente, las políticas
sociales tratan de encauzar y aquietar. Estos efectos desor-
ganizadores –aún bajo la misma lógica del Estado– en
principio fueron vividos como situaciones de crisis, pero,
al instalarse como “modo de existencia”, provocaron ese
estado de confusión y desánimo propio de un conflicto que
aparentemente no encuentra ni salida, ni superación.
En un país marcado por gobiernos dictatoriales extre-
madamente represivos, atentados, secuestros, asesinatos y
desapariciones, desocupación, hambre, mortandad debida
a enfermedades curables, formas de censura, e impunidad
de todo tipo, esa suerte de estabilización de la desorgani-
zación es una de las formas más intensas y, por lo general,
no reconocidas de la violencia de Estado. Máxime cuando
se trata de un Estado –promotor y regulador de violencias–
que se manifiesta “preocupado” por la “violencia escolar”.
A través de esta breve presentación pretendí advertir
acerca de la importancia de comenzar a reconocer las mo-
vilizaciones, demandas y otras formas de resistencia como
espacio social para comprender la dirección y el curso de
las políticas sociales y, al mismo tiempo, advertir acerca de
la tremenda relevancia que tiene sobre la vida cotidiana es-
colar la violencia que ejerce el Estado. De este modo, su-
giero un cambio radical en la perspectiva de análisis de la
situación de las escuelas argentinas: pensar las políticas
mirando hacia los de abajo y analizar la violencia miran-
do hacia los de arriba. I
Diana Milstein es Profesora para la enseñanza primaria, Magister en
Antropología Social por la Universidad Nacional de Misiones y Doctoranda
en Antropología Social por la Universidad de Brasilia.
Notas
1 Para esto se requiere mirar y examinar la realidad empírica y revisar las
herramientas con las que se percibe y se analiza, dado que la realidad no es-
tá dada, sino que es objeto de construcción colectiva en la que actúan fuer-
zas dominantes, alternativas y de oposición.
2 Entre otros, recientemente, S. Carli (2002) ha analizado aspectos de lo que
aquí denomino ficción igualadora de la educación primaria argentina y Du-
bet y Martucelli (1998) también aluden a lo que mencionan como "represen-
taciones ideales" en su estudio sobre la educación primaria pública francesa.
3 Este término lo subrayo por las implicancias que tiene el tratamiento, muy
extendido, del sistema educativo y de las escuelas como una suerte de em-
presas, fábricas, etc.
la marea 31
 Escuela, política y violencia ...
María Inés Tapia Vera. Final del juego. Litografía.
La escuela estatal “desacreditada”
La educación pública fundada a finales del siglo XIX
fue un sistema político, estatal y centralizado cuya tenden-
cia fue la de escolarizar a la población infantil como par-
te de una misión "civilizatoria", homogeneizadora y de
imposición de la educación y la cultura legítimas. Su ex-
pansión durante cien años fue acompañada por una su-
puesta misión democratizadora que era materializada por
la escuela primaria pública y estatal. Para ello, la escuela
primaria moderna en la Argentina, produjo una ficción
que consistió en ser la institución que democratizaba e
igualaba a “todos”.2 Lo interesante es que esta ficción creó
realidad y, durante un cierto período, entre la ficción de-
mocratizadora y la realidad hubo cierta proximidad. La
ficción tuvo eficacia pedagógica porque otorgó sentido a
la realidad y esa “construcción de lo real” hizo posible la
referencia a la vida real. La educación pública logró, en
cierta medida, convertirse en una suerte de lugar en el que
era posible igualar, ascender socialmente y esto estaba
“garantizado” por el Estado, que gozaba así, con relación
a la institución educativa, de una importante credibilidad
en la mayor parte de la población.
Sobre la base de esta histórica credibilidad que gozaba
la institución estatal educativa y apoyándose en la idea de
participación y protagonismo de la “comunidad educati-
va”–impulsada fundamentalmente por los docentes y sus
gremios durante la década del 80, luego de terminada la
30 la marea
última Dictadura Militar– la Reforma Educativa de los 90
postuló la existencia de un ambiguo espacio público “no
estatal”. Bajo la equívoca expresión “la educación es un
problema de todos”, invitó a acompañar las políticas pú-
blicas educativas a asociaciones de padres y otros grupos
comunitarios a acompañar, con un rol complementario y
subordinado al que cumplía el Estado a través de sus fun-
cionarios, expertos e instituciones. De este modo, el dis-
curso oficial de la “Transformación Educativa”, sin mu-
cho esfuerzo, se integró a un conjunto muy diverso de ar-
gumentos democratizadores –que una década atrás habían
consistido en prácticas concretas a niveles locales y tam-
bién nacionales– y cambió el sentido de la participación y
el protagonismo. Cerró los espacios de participación sobre
los que habían avanzado los docentes e instaló otra idea de
participación: delegar las responsabilidades de recursos fi-
nancieros en lo que denominaron asociaciones interme-
dias, para corregir lo que se planteó como problemas de
mala administración. Según se decía, la escuela pública
estatal no tenía serios problemas presupuestarios, sino
graves problemas de administración y falta de gerencia-
miento3 por tratarse de un sistema burocrático y centrali-
zado. Se impulsaron entonces las políticas de descentrali-
zación y regionalización que produjeron, al principio, una
confusión generalizada, porque fueron enunciadas y com-
prendidas como parte de las políticas de participación y
porque formaron parte de una supuesta ley que regulaba
de manera federal, y por lo tanto producía un efecto de
“equidad” en las escuelas de todo el país y para todos los
niveles de enseñanza.
Como todos sabemos, ninguno de estos efectos se pro-
dujo: no hubo participación, ni democratización, ni regu-
lación federal, ni equidad. Lo que se produjo fue una dis-
minución sustantiva del presupuesto que se trasuntó en re-
bajas salariales, abandono del cuidado de los edificios y
los materiales, desabastecimiento de los mínimos recursos
para que las escuelas cuenten con los servicios de electri-
cidad, gas y agua necesarios, desarticulación de esquemas
básicos de sanidad escolar, etc. Esta situación continuó
profundizándose en la misma dirección hasta la fecha y se
ha sumado a los tantos fenómenos que produjeron la pér-
dida de credibilidad en la educación pública estatal. Pero
desde los centros de poder del Estado no sólo se produjo
esto, sino también “críticas” y explicaciones acerca de es-
ta situación que tendieron a responsabilizar sobre todo a
los docentes, convirtiéndolos en sujetos interpelados por
la acción desorganizadora del Estado.
La falacia del “abandono”
En respuesta a estas acusaciones del discurso oficial,
se suele denunciar el “abandono de las escuelas por parte
del Estado”. El término “abandono” alude a la idea de in-
dolencia o indiferencia que produce efectos de progresivo
desmantelamiento. En este sentido, podría ser apropiado
su uso. El problema es que “abandono” también indica ab-
dicación o renunciamiento, lo que daría lugar a pensar en
una suerte de repliegue, alejamiento y disminución de la
presencia del Estado. Esta combinación de significados no
sólo da una imagen falsa y ambigua acerca de la relación
entre el Estado y las escuelas, sino que además colabora
–aún sin quererlo– para que sus presencias concretas se
vuelvan poco visibles.
Las relaciones entre Estado y escuelas adoptaron en
los últimos años otras formas de mediación. Se trata de un
desplazamiento parcial de la organización estatal escolar
por otras formas de autoridad y de control. Esto resulta bá-
sico para comprender que el Estado no "renunció" al ma-
nejo de las escuelas. El Estado se hace presente a través de
órdenes y cambios de reglamentaciones confusas que sub-
vierten formas establecidas de ordenamiento, que alteran
bruscamente rutinas, que descomponen modos instalados
de relación, etc.; crea las condiciones para que las escue-
las sean un factor más de las relaciones clientelísticas, se
conviertan en un botín de reparto entre facciones políticas
(me refiero a las diversas formas de actividad de punteros
de partidos gobernantes), sean escenarios de arbitrarieda-
des en materia reglamentaria, de distribución de recursos,
etc. Su presencia, esencialmente, es desorganizadora de la
vida social escolar, lo cual facilita la instalación de nuevas
formas de control y disciplinamiento en el marco del fun-
cionamiento deteriorado de un Estado.
“Abajo” la política, “arriba” la violencia
Una de las consecuencias paradójicas de esta desorga-
nización, ha sido la de facilitar la percepción del espacio
escolar como un campo donde se despliega el juego de las
relaciones de fuerza, la disputa por discursos e intereses
diferentes.
El reconocimiento colectivo de esto se expresa en las
constantes, aunque discontinuas y aisladas, formas de
movilización en contra de decisiones estatales vincula-
das al ámbito educativo que se produjeron a lo largo y a
lo ancho del país desde comienzos de la década del 90 y
se agudizaron a partir de mediados de la misma. Madres,
junto a otros familiares, alumnos y docentes en diferen-
tes escuelas, protagonizaron de maneras muy diversas
formas colectivas de interpelación al Estado para lograr
reivindicaciones de condiciones “mínimas” de existen-
cia, tomando como ámbito privilegiado para las mismas,
a las escuelas. Se percibe una disconformidad que se ex-
presa toda vez que surge desde un pequeño inconvenien-
te hasta un gran problema. Son cotidianas y están incor-
poradas a la habitualidad situaciones que, en la vida nor-
mal de una escuela, serían extremadamente excepciona-
les. Así, por ejemplo, no sorprende que un conjunto de
madres, alumnos y directoras “aprieten” a un funcionario
para obtener reparaciones del edificio escolar; que
miembros de Cooperadoras escolares y docentes discu-
tan acaloradamente para mantener el control por parte de
cada escuela de su comedor, que madres se organicen pa-
ra demandar protección de la salud de sus hijos; que di-
rectoras reclamen ante las autoridades el reestableci-
miento de servicios básicos de funcionamiento para sus
escuelas; que se interpele directamente a un gobernador
para obtener el envío de papelería para cumplir con los
requisitos administrativos, etc.
No es posible ignorar que, con mayor o menor visibili-
dad, muchas políticas educativas han sido resistidas preci-
samente porque en lugar de operar como instrumentos de
estabilización político-social, han producido la activación
de protestas y demandas que, supuestamente, las políticas
sociales tratan de encauzar y aquietar. Estos efectos desor-
ganizadores –aún bajo la misma lógica del Estado– en
principio fueron vividos como situaciones de crisis, pero,
al instalarse como “modo de existencia”, provocaron ese
estado de confusión y desánimo propio de un conflicto que
aparentemente no encuentra ni salida, ni superación.
En un país marcado por gobiernos dictatoriales extre-
madamente represivos, atentados, secuestros, asesinatos y
desapariciones, desocupación, hambre, mortandad debida
a enfermedades curables, formas de censura, e impunidad
de todo tipo, esa suerte de estabilización de la desorgani-
zación es una de las formas más intensas y, por lo general,
no reconocidas de la violencia de Estado. Máxime cuando
se trata de un Estado –promotor y regulador de violencias–
que se manifiesta “preocupado” por la “violencia escolar”.
A través de esta breve presentación pretendí advertir
acerca de la importancia de comenzar a reconocer las mo-
vilizaciones, demandas y otras formas de resistencia como
espacio social para comprender la dirección y el curso de
las políticas sociales y, al mismo tiempo, advertir acerca de
la tremenda relevancia que tiene sobre la vida cotidiana es-
colar la violencia que ejerce el Estado. De este modo, su-
giero un cambio radical en la perspectiva de análisis de la
situación de las escuelas argentinas: pensar las políticas
mirando hacia los de abajo y analizar la violencia miran-
do hacia los de arriba. I
Diana Milstein es Profesora para la enseñanza primaria, Magister en
Antropología Social por la Universidad Nacional de Misiones y Doctoranda
en Antropología Social por la Universidad de Brasilia.
Notas
1 Para esto se requiere mirar y examinar la realidad empírica y revisar las
herramientas con las que se percibe y se analiza, dado que la realidad no es-
tá dada, sino que es objeto de construcción colectiva en la que actúan fuer-
zas dominantes, alternativas y de oposición.
2 Entre otros, recientemente, S. Carli (2002) ha analizado aspectos de lo que
aquí denomino ficción igualadora de la educación primaria argentina y Du-
bet y Martucelli (1998) también aluden a lo que mencionan como "represen-
taciones ideales" en su estudio sobre la educación primaria pública francesa.
3 Este término lo subrayo por las implicancias que tiene el tratamiento, muy
extendido, del sistema educativo y de las escuelas como una suerte de em-
presas, fábricas, etc.
la marea 31
 Reflexiones de un traductor argentino de Brecht, Moliére,
Wesker y otros autores
La tra duc ción:
una constante
toma de decisiones
Escribe Jorge Hacker
Austríaco de origen, nacido en Viena
en 1931, el autor emigró con sus pa-
dres a la Argentina en 1938. Con el
alemán como lengua materna y el es-
pañol como idioma de adopción, en
1945 ya hablaba cuatro idiomas. Tra-
ductor de vasta experiencia,
comparte aquí algunas re-
flexiones sobre su oficio.
La traducción literaria y poética es un arte inde-
pendiente que nunca se detiene en el conoci-
miento ni en la experiencia, sino que avanza a
niveles de creatividad y descubrimientos sensi-
bles, que se identifica fuertemente con el arte que
interpreta.
La traducción, hija natural de la prosa y de la poesía,
dejará su estela de conocimiento cosmopolita, su sello de
validez universal. Y sus cartas de ciudadanía a los textos
que trasladará de su lengua original a decenas, a veces
centenas de idiomas receptores, para ir a recalar en
las bibliografías y en las bibliotecas de culturas le-
janas.
No por ello, el género traducción deja de ser menos
delicado y complejo que los materiales que están
en su origen. Los textos suelen exigir una toma de
decisiones constante, el profundo conocimiento de
sinónimos, giros idiomáticos y particularidades de
cada idioma. Hablo por supuesto de la traducción
literaria en primer lugar.
Asimismo, el género decide el lenguaje y el estilo
condiciona una forma de utilizar el idioma; un en-
sayo filosófico no se rige por los dictados de las li-
cencias poéticas, y los textos dramáticos exigen al
traductor una toma de conciencia y un conoci-
miento del escenario y de los tiempos y ritmos ac-
32 la marea
torales que no siempre forman parte de su práctica como
traductor.
Es por ello que hay traductores especializados en diá-
logos y monólogos escénicos, y en hacer más comprensi-
bles los conflictos, las didascalias, las acotaciones y los
Actualizar las versiones de obras antiguas
modismos que las convenciones escénicas exigen.
Son, por lo menos, conflictivas las traducciones de las
tragedias antiguas de Esquilo, Sófocles y Eurípides. Los
traslados del griego antiguo a nuestro idioma de hoy, del
griego homérico al español de 2004, pueden haber sufrido
varias traducciones intermedias que logran hacer perder
sentidos originales a la tragedia más pintada. No hay más
que ver y considerar al diccionario Corominas de etimolo-
gía y significados a partir de orígenes y traducciones va-
rias, para que a uno le venga el deseo de limpiar tanto
avance desordenado y siempre a punto de hacer estallar
los significados perimidos y los sonidos petrificados que
ahí se encuentran.
En la mayoría de los casos se parecen más a remedos y
convenciones viejas y fuera de uso. A una búsqueda literal
y no literaria de expresiones condenadas a vivir entre sig-
nos de exclamación sin una justificación sólida.
Las traducciones de las tragedias (no se debe olvidar
que son en primer lugar textos dramáticos, y que fueron he-
chos para ser dichos desde un escenario) dan una sensación
de museo y, desprovistas de su vitalidad original, obligan
sin excepción a adaptaciones y versiones actualizadas.
Esto no quiere decir que no haya aciertos. Lo que se-
guramente no hay es un cuidado y un control sobre edicio-
nes, que con tal de ser impresas (no olvidemos que se tra-
ta muchas veces de textos escolares, o sea de ediciones
multitudinarias) desaprovechan la oportunidad de ser
atractivas. Es más, invitan a un estudio memorizado ya
que no responden a expresiones familiares identificables
por los lectores. En última instancia representan a esos
bustos de mármol de ojos vacíos, incoloros. Antiguos de
toda antigüedad.
Los autores ante la traducción
A partir del año 1962, luego de años de aprendizaje, actua-
ciones y asistencias de dirección, comencé mi camino como
director de teatro profesional. De las 65 obras estrenadas a ese
nivel entre 1962 y 2004, 20 fueron textos en otro idioma origi-
nal, no castellano. En todos los casos me ocupé de las traduc-
ciones además de las puestas en escena.
En la práctica el devenir de las traducciones para la esce-
na se compone de trámites complejos. Se supone que los au-
tores, que en general confían la representación extranjera de
sus obras a las asociaciones de autores de cada país, deberían
elegir cuidadosamente a los que habrán de tener la responsa-
bilidad de llevarlos a otro idioma. Esto no siempre es así en
nuestras sociedades neoliberales y dependientes. Grandes y
pequeñas agencias literarias, con un poder económico apre-
ciable y contactos en el ambiente del espectáculo, suelen mo-
nopolizar a los autores de éxito y digitan o incorporan sus
obras a sus agencias para usufructuar los porcentajes de bole-
tería que en el caso de autores famosos, suelen significar in-
gresos millonarios. También los empresarios privados, pro-
pietarios de salas o productores que manejan a figuras impor-
tantes, suelen condicionar los porcentajes de ingresos por tra-
ducciones a la elección de quienes firman el traslado del éxi-
to en el país de origen al teatro local en cada caso, figurando
muchas veces en forma personal al frente de la traducción.
A esto hay que agregar que a muchos autores no les inte-
resa demasiado el destino de sus piezas en el extranjero. Una
vez que se sienten protegidos en sus intereses (en el caso fre-
cuente de autores ya fallecidos son los herederos los que tie-
nen la decisión al respecto) no siempre tienen interés en con-
servar el control sobre las traducciones, en especial tratándo-
se de idiomas que no dominan, y de países en los que el tras-
lado idiomático implica un traslado cultural. Suelen confor-
marse con una administración que les garantiza el derecho in-
telectual, que traducido en dinero significa la defensa del ca-
pital representado por la autoría y la traducción. Al igual que
en la música, toda representación debe ser defendida por la
asociación de autores del sitio donde se presenta la obra.
Quiero citar un ejemplo, que no por ser fuera de lo común
y extremo, deja de constituir un indicio cabal. Se trata de Tho-
mas Bernhard, el inconformista austríaco ya fallecido, autor
de novelas y dramas, textos conocidos en el mundo entero y
llevados a todos los idiomas. En una entrevista a la que acce-
dió en Viena en 1986 le preguntan:
“¿Se interesa usted por la suerte de sus libros?”
-Hablando francamente, no.
“¿Y por las traducciones?
-Apenas me intereso por mi propio destino, así que menos
aún por el destino de mis libros. El destino de mis libros en el
extranjero. No me interesa en lo más mínimo. Una traducción
es un libro diferente, que no tiene nada que ver con el texto
original. Es el libro de quien lo tradujo. Yo escribo en lengua
alemana... No se puede traducir. Una pieza de música es inter-
pretada en todo el mundo conforme a la partitura, pero ¿un li-
bro...? ¡A mí, deberían interpretarme en alemán, sea donde
sea, y con mi orquesta!
Está claro que es la opinión de un conocido trasgresor, un
crítico implacable de las inclinaciones culturales y políticas
de su país, Austria, así como de sus tradicio-
nes conservadoras, totalitarias y racistas.
Ciertamente no están lejos de posiciones
análogas Harold Pinter, en una Londres ca-
da vez menos chauvinista, o Gore Vidal,
uno de los críticos más duros y efectivos
de su Estados Unidos natal, profetas cul-
turales e ideólogos, además de talentos li-
terarios reconocidos. Pinter publicó en Enero de
2003 un poema antibélico titulado War (Guerra) condenando la
guerra de Afganistán y la invasión de Irak, poema que recibió
el Premio Wilfred Owen (en honor a uno de los grandes poe-
tas ingleses muerto a los 25 años en la Primera Guerra Mun-
dial) bellamente traducido en la revista Radar, de Página 12.
Ante ejemplos como estos, y a pesar de opiniones a veces
encontradas de los autores mismos, la pregunta es: ¿Cómo re-
nunciar a la responsabilidad de traducir los valiosos mensajes
en verdad dirigidos a todos los habitantes del planeta Tierra,
cuando nos han sido dadas las armas y la capacidad de tomar
decisiones idiomáticas y la ideología para comprender los con-
Traductores argentinos en problemas
tenidos y, las más de las veces, las intenciones de los creadores?
En los últimos años, al disminuir nuestro poder editorial
en detrimento del creciente poder español, los traductores ar-
gentinos nos hemos visto cada vez más acorralados por las
grandes agencias españolas y su monopolio de las traduccio-
nes. Esta, que parece una mera cuestión de mercado, es más
profunda. Nadie duda que las lenguas españolas y el castella-
no argentino son idiomas distintos, en lo literario y en lo dra-
mático, en los giros idiomáticos y en las expresiones popula-
res, en el vocabulario y en la terminología técnica. Nada se di-
ce en España como en Argentina, aun las palabras que son
iguales tienen sonidos diferentes, y en la escritura cambian el
ritmo y los tiempos.
En los últimos filmes de Almodóvar, sin ir más lejos, ha-
ría falta un subtitulado para que el espectador argentino dis-
frute con claridad de ese idioma cargado de giros desconoci-
dos y a un ritmo endemoniado, que los latinoamericanos no
acostumbramos.
Dependerá de las posibilidades de recuperar nuestra in-
dustria, que la Argentina pueda revertir, aunque sea en parte,
el manejo y los contratos de traducción editoriales y jerarqui-
zar a los traductores locales. Con sólo entrar a Internet, vemos
que las posibilidades de participar en las colecciones impor-
tantes están limitadas a españoles y, en segundo término, a las
editoriales mejicanas, que tuvieron la suerte de no quedar tan
desairadas en la competencia. I
Jorge Hacker es Traductor Público Nacional de Alemán e Inglés (UBA 1954).
Ha trabajado durante años como intérprete en simultáneo en encuentros y con-
gresos internacionales. Es actor, director y maestro de actuación y dirección de
actores. Tradujo al español los Escritos sobre Teatro de Bertolt Brecht, así como
sus poemas y canciones, labor esta última que mereció en 2001 el Premio Teatro
del Mundo a la mejor Labor en Edición (80 Poemas y Canciones, Adriana Hidal-
go Editora). Tradujo a Moliére del francés y la Trilogía de Arnold Wesker, que
puso en escena y le significó el Premio Moliére 1974. Durante 14 años fue direc-
tor del Teatro de la Alianza Francesa, donde condujo y enseñó teatro en dos idio-
mas. Es asesor de LA MAREA.
la marea 33
 La tra duc ción:
Reflexiones de un traductor argentino de Brecht, Moliére,
Wesker y otros autores
una constante
toma de decisiones
Escribe Jorge Hacker
Austríaco de origen, nacido en Viena
en 1931, el autor emigró con sus pa-
dres a la Argentina en 1938. Con el
alemán como lengua materna y el es-
pañol como idioma de adopción, en
1945 ya hablaba cuatro idiomas. Tra-
ductor de vasta experiencia,
comparte aquí algunas re-
flexiones sobre su oficio.
La traducción literaria y poética es un arte inde-
pendiente que nunca se detiene en el conoci-
miento ni en la experiencia, sino que avanza a
niveles de creatividad y descubrimientos sensi-
bles, que se identifica fuertemente con el arte que
interpreta.
La traducción, hija natural de la prosa y de la poesía,
dejará su estela de conocimiento cosmopolita, su sello de
validez universal. Y sus cartas de ciudadanía a los textos
que trasladará de su lengua original a decenas, a veces
centenas de idiomas receptores, para ir a recalar en
las bibliografías y en las bibliotecas de culturas le-
janas.
No por ello, el género traducción deja de ser menos
delicado y complejo que los materiales que están
en su origen. Los textos suelen exigir una toma de
decisiones constante, el profundo conocimiento de
sinónimos, giros idiomáticos y particularidades de
cada idioma. Hablo por supuesto de la traducción
literaria en primer lugar.
Asimismo, el género decide el lenguaje y el estilo
condiciona una forma de utilizar el idioma; un en-
sayo filosófico no se rige por los dictados de las li-
cencias poéticas, y los textos dramáticos exigen al
traductor una toma de conciencia y un conoci-
miento del escenario y de los tiempos y ritmos ac-
32 la marea
torales que no siempre forman parte de su práctica como
traductor.
Es por ello que hay traductores especializados en diá-
logos y monólogos escénicos, y en hacer más comprensi-
bles los conflictos, las didascalias, las acotaciones y los
modismos que las convenciones escénicas exigen.
Actualizar las versiones de obras antiguas
Son, por lo menos, conflictivas las traducciones de las
tragedias antiguas de Esquilo, Sófocles y Eurípides. Los
traslados del griego antiguo a nuestro idioma de hoy, del
griego homérico al español de 2004, pueden haber sufrido
varias traducciones intermedias que logran hacer perder
sentidos originales a la tragedia más pintada. No hay más
que ver y considerar al diccionario Corominas de etimolo-
gía y significados a partir de orígenes y traducciones va-
rias, para que a uno le venga el deseo de limpiar tanto
avance desordenado y siempre a punto de hacer estallar
los significados perimidos y los sonidos petrificados que
ahí se encuentran.
En la mayoría de los casos se parecen más a remedos y
convenciones viejas y fuera de uso. A una búsqueda literal
y no literaria de expresiones condenadas a vivir entre sig-
nos de exclamación sin una justificación sólida.
Las traducciones de las tragedias (no se debe olvidar
que son en primer lugar textos dramáticos, y que fueron he-
chos para ser dichos desde un escenario) dan una sensación
de museo y, desprovistas de su vitalidad original, obligan
sin excepción a adaptaciones y versiones actualizadas.
Esto no quiere decir que no haya aciertos. Lo que se-
guramente no hay es un cuidado y un control sobre edicio-
nes, que con tal de ser impresas (no olvidemos que se tra-
ta muchas veces de textos escolares, o sea de ediciones
multitudinarias) desaprovechan la oportunidad de ser
atractivas. Es más, invitan a un estudio memorizado ya
que no responden a expresiones familiares identificables
por los lectores. En última instancia representan a esos
bustos de mármol de ojos vacíos, incoloros. Antiguos de
toda antigüedad.
Los autores ante la traducción
A partir del año 1962, luego de años de aprendizaje, actua-
ciones y asistencias de dirección, comencé mi camino como
director de teatro profesional. De las 65 obras estrenadas a ese
nivel entre 1962 y 2004, 20 fueron textos en otro idioma origi-
nal, no castellano. En todos los casos me ocupé de las traduc-
ciones además de las puestas en escena.
En la práctica el devenir de las traducciones para la esce-
na se compone de trámites complejos. Se supone que los au-
tores, que en general confían la representación extranjera de
sus obras a las asociaciones de autores de cada país, deberían
elegir cuidadosamente a los que habrán de tener la responsa-
bilidad de llevarlos a otro idioma. Esto no siempre es así en
nuestras sociedades neoliberales y dependientes. Grandes y
pequeñas agencias literarias, con un poder económico apre-
ciable y contactos en el ambiente del espectáculo, suelen mo-
nopolizar a los autores de éxito y digitan o incorporan sus
obras a sus agencias para usufructuar los porcentajes de bole-
tería que en el caso de autores famosos, suelen significar in-
gresos millonarios. También los empresarios privados, pro-
pietarios de salas o productores que manejan a figuras impor-
tantes, suelen condicionar los porcentajes de ingresos por tra-
ducciones a la elección de quienes firman el traslado del éxi-
to en el país de origen al teatro local en cada caso, figurando
muchas veces en forma personal al frente de la traducción.
A esto hay que agregar que a muchos autores no les inte-
resa demasiado el destino de sus piezas en el extranjero. Una
vez que se sienten protegidos en sus intereses (en el caso fre-
cuente de autores ya fallecidos son los herederos los que tie-
nen la decisión al respecto) no siempre tienen interés en con-
servar el control sobre las traducciones, en especial tratándo-
se de idiomas que no dominan, y de países en los que el tras-
lado idiomático implica un traslado cultural. Suelen confor-
marse con una administración que les garantiza el derecho in-
telectual, que traducido en dinero significa la defensa del ca-
pital representado por la autoría y la traducción. Al igual que
en la música, toda representación debe ser defendida por la
asociación de autores del sitio donde se presenta la obra.
Quiero citar un ejemplo, que no por ser fuera de lo común
y extremo, deja de constituir un indicio cabal. Se trata de Tho-
mas Bernhard, el inconformista austríaco ya fallecido, autor
de novelas y dramas, textos conocidos en el mundo entero y
llevados a todos los idiomas. En una entrevista a la que acce-
dió en Viena en 1986 le preguntan:
“¿Se interesa usted por la suerte de sus libros?”
-Hablando francamente, no.
“¿Y por las traducciones?
-Apenas me intereso por mi propio destino, así que menos
aún por el destino de mis libros. El destino de mis libros en el
extranjero. No me interesa en lo más mínimo. Una traducción
es un libro diferente, que no tiene nada que ver con el texto
original. Es el libro de quien lo tradujo. Yo escribo en lengua
alemana... No se puede traducir. Una pieza de música es inter-
pretada en todo el mundo conforme a la partitura, pero ¿un li-
bro...? ¡A mí, deberían interpretarme en alemán, sea donde
sea, y con mi orquesta!
Está claro que es la opinión de un conocido trasgresor, un
crítico implacable de las inclinaciones culturales y políticas
de su país, Austria, así como de sus tradicio-
nes conservadoras, totalitarias y racistas.
Ciertamente no están lejos de posiciones
análogas Harold Pinter, en una Londres ca-
da vez menos chauvinista, o Gore Vidal,
uno de los críticos más duros y efectivos
de su Estados Unidos natal, profetas cul-
turales e ideólogos, además de talentos li-
terarios reconocidos. Pinter publicó en Enero de
2003 un poema antibélico titulado War (Guerra) condenando la
guerra de Afganistán y la invasión de Irak, poema que recibió
el Premio Wilfred Owen (en honor a uno de los grandes poe-
tas ingleses muerto a los 25 años en la Primera Guerra Mun-
dial) bellamente traducido en la revista Radar, de Página 12.
Ante ejemplos como estos, y a pesar de opiniones a veces
encontradas de los autores mismos, la pregunta es: ¿Cómo re-
nunciar a la responsabilidad de traducir los valiosos mensajes
en verdad dirigidos a todos los habitantes del planeta Tierra,
cuando nos han sido dadas las armas y la capacidad de tomar
decisiones idiomáticas y la ideología para comprender los con-
tenidos y, las más de las veces, las intenciones de los creadores?
Traductores argentinos en problemas
En los últimos años, al disminuir nuestro poder editorial
en detrimento del creciente poder español, los traductores ar-
gentinos nos hemos visto cada vez más acorralados por las
grandes agencias españolas y su monopolio de las traduccio-
nes. Esta, que parece una mera cuestión de mercado, es más
profunda. Nadie duda que las lenguas españolas y el castella-
no argentino son idiomas distintos, en lo literario y en lo dra-
mático, en los giros idiomáticos y en las expresiones popula-
res, en el vocabulario y en la terminología técnica. Nada se di-
ce en España como en Argentina, aun las palabras que son
iguales tienen sonidos diferentes, y en la escritura cambian el
ritmo y los tiempos.
En los últimos filmes de Almodóvar, sin ir más lejos, ha-
ría falta un subtitulado para que el espectador argentino dis-
frute con claridad de ese idioma cargado de giros desconoci-
dos y a un ritmo endemoniado, que los latinoamericanos no
acostumbramos.
Dependerá de las posibilidades de recuperar nuestra in-
dustria, que la Argentina pueda revertir, aunque sea en parte,
el manejo y los contratos de traducción editoriales y jerarqui-
zar a los traductores locales. Con sólo entrar a Internet, vemos
que las posibilidades de participar en las colecciones impor-
tantes están limitadas a españoles y, en segundo término, a las
editoriales mejicanas, que tuvieron la suerte de no quedar tan
desairadas en la competencia. I
Jorge Hacker es Traductor Público Nacional de Alemán e Inglés (UBA 1954).
Ha trabajado durante años como intérprete en simultáneo en encuentros y con-
gresos internacionales. Es actor, director y maestro de actuación y dirección de
actores. Tradujo al español los Escritos sobre Teatro de Bertolt Brecht, así como
sus poemas y canciones, labor esta última que mereció en 2001 el Premio Teatro
del Mundo a la mejor Labor en Edición (80 Poemas y Canciones, Adriana Hidal-
go Editora). Tradujo a Moliére del francés y la Trilogía de Arnold Wesker, que
puso en escena y le significó el Premio Moliére 1974. Durante 14 años fue direc-
tor del Teatro de la Alianza Francesa, donde condujo y enseñó teatro en dos idio-
mas. Es asesor de LA MAREA.
la marea 33
 Retrospectiva plástica
Grupo Espartaco
Singular mirada en los '60 sobre obreros e indígenas
Escribe Noemí Aira
E
n la Universidad de Tres de Febrero (UnTreF), de
lunes a sábado, hasta fin de noviembre, se puede
visitar una muestra retrospectiva sobre Espartaco
(1957 y 1968). El grupo de plásticos argentinos, con una
mirada en común, buscaba encontrar una iconografía con
la cual retratar la identidad nacional, latinoamericana y
los problemas obreros e indígenas, despreciados por la
mirada burguesa extranjerizante de la época (¿y actual?).
El grupo expuso por primera vez en 1957 en la Asocia-
ción Estímulo de Bellas Artes con obras de Ricardo Car-
pani, Mario Mollari, Pascual Di Bianco y Juan Manuel
Juana Elena Diz. Las amigas, 1966. Oleo sobre tela.
34 la marea
Ricardo Carpani. Desocupados, 1960. Oleo sobre tela.
Colección MAMba.
Sánchez. Al año siguiente se sumaron Esperilio Bute,
Juana Elena Diz, Raúl Lara Torrez y Carlos Sessano. En
1965 también se acerca Venturi, cuya militancia años más
tarde lo llevará a un destino trágico, convirtiéndose en el
primer artista plástico desaparecido.
La separación del grupo comenzó en 1961 cuando
Carpani y Del Bianco decidieron separarse para asumir
un compromiso directo con la militancia político sindical.
Pero oficialmente se dará a conocer en 1968, con una
muestra en la Galería Witcomb, cuando sus integrantes
consideraran concluida la labor del grupo, ya que sus
obras resultaban absorbidas por ese mismo sistema que
deseaban destruir; a la vez que entraron a cotizar en un
mercado de arte del que no habían buscado participar.
Además, surgieron discrepancias respecto a cuál debía
ser la perspectiva de las problemáticas a abordar; divi-
Carlos Sessano. Familia, 1962. Oleo sobre tela.
Colección Amelia Ozaeta
Mario Mollari. Campesino (detalle), 1959/60. Oleo sobre tela.
diéndose –de hecho-, por un lado, la urbana/obrera, por
otro la indígena.
El trabajo de curaduría de la UnTreF logró reunir 54
obras de los nueve integrantes de Espartaco. Algunas desdoblan y borronean, desfigurándose pero adquiriendo una cua-
nunca habían sido exhibidas antes. De ellas emana intac- lidad expresiva propia del relato trágico.
to el espíritu con que fueron concebidas. Quizá porque Esta muestra es esencial para revisar el arte argentino. Nos
muchos de los temas trabajados siguen teniendo actuali- ofrece una faceta no siempre recordada: la búsqueda de algunos
dad. En su manifiesto publicado en 1957 proponían fun- artistas para conectarse con la realidad social y un lugar donde el
dar un arte popular, nacional y revolucionario. Con mar- arte pueda ser, al mismo tiempo, vehículo y productor de un dis-
cada influencia de los muralistas mexicanos, Espartaco curso político y social de su tiempo y su geografía. I
procura abandonar la pintura de caballete para alcanzar
un arte popular, de masas, que pueda ayudar en las luchas
sociales para borrar los límites de clases. No quiere ser
espejo de la realidad y la mirada del artista juega un pa-
pel central en la construcción de los discursos. Entre las
obras que pueden verse, aparecen “Coloso” y “Amantes”
de Carpani, cuyas figuras monumentales parecen emer-
ger de la oscuridad, con sus pieles curtidas, perfiles geo-
métricos y de gigantescas proporciones. En los paisajes
industriales de Sánchez encontramos también esa geome-
tría de cuadricula que enviste a la arquitectura de la peri-
ferias industriales, salvadas de la monotonía por el color
y el detalle. En Diz, la única mujer del grupo, podemos
ver a la indígena como centro de sus obras, mujeres poé-
ticas, de pieles oscuras, con manos desproporcionada-
mente grandes (como símbolo del trabajo manual) con
miradas simultáneamente duras y melancólicas que se es-
capan más allá del marco.
En las obras de Carlos Sessano, encontramos influen- Juan Manuel Sánchez. Marines, 1965. Oleo sobre tela.
cia de la nueva figuración. Personajes deformados que se
la marea 35
 Retrospectiva plástica

Grupo Espartaco
Singular mirada en los '60 sobre obreros e indígenas
Escribe Noemí Aira

E
n la Universidad de Tres de Febrero (UnTreF), de
lunes a sábado, hasta fin de noviembre, se puede
visitar una muestra retrospectiva sobre Espartaco
(1957 y 1968). El grupo de plásticos argentinos, con una
mirada en común, buscaba encontrar una iconografía con
la cual retratar la identidad nacional, latinoamericana y
los problemas obreros e indígenas, despreciados por la
mirada burguesa extranjerizante de la época (¿y actual?).
El grupo expuso por primera vez en 1957 en la Asocia-
ción Estímulo de Bellas Artes con obras de Ricardo Car-
pani, Mario Mollari, Pascual Di Bianco y Juan Manuel Carlos Sessano. Familia, 1962. Oleo sobre tela.
Colección Amelia Ozaeta

diéndose –de hecho-, por un lado, la urbana/obrera, por

otro la indígena. Mario Mollari. Campesino (detalle), 1959/60. Oleo sobre tela.

El trabajo de curaduría de la UnTreF logró reunir 54

Ricardo Carpani. Desocupados, 1960. Oleo sobre tela.
Colección MAMba.
Sánchez. Al año siguiente se sumaron Esperilio Bute,
Juana Elena Diz, Raúl Lara Torrez y Carlos Sessano. En
1965 también se acerca Venturi, cuya militancia años más
tarde lo llevará a un destino trágico, convirtiéndose en el
primer artista plástico desaparecido.
La separación del grupo comenzó en 1961 cuando
Carpani y Del Bianco decidieron separarse para asumir
un compromiso directo con la militancia político sindical.
Pero oficialmente se dará a conocer en 1968, con una
muestra en la Galería Witcomb, cuando sus integrantes
consideraran concluida la labor del grupo, ya que sus
obras resultaban absorbidas por ese mismo sistema que
deseaban destruir; a la vez que entraron a cotizar en un
mercado de arte del que no habían buscado participar.
Además, surgieron discrepancias respecto a cuál debía
ser la perspectiva de las problemáticas a abordar; divi-
Juana Elena Diz. Las amigas, 1966. Oleo sobre tela.
obras de los nueve integrantes de Espartaco. Algunas desdoblan y borronean, desfigurándose pero adquiriendo una cua-
nunca habían sido exhibidas antes. De ellas emana intac- lidad expresiva propia del relato trágico.
to el espíritu con que fueron concebidas. Quizá porque Esta muestra es esencial para revisar el arte argentino. Nos
muchos de los temas trabajados siguen teniendo actuali- ofrece una faceta no siempre recordada: la búsqueda de algunos
dad. En su manifiesto publicado en 1957 proponían fun- artistas para conectarse con la realidad social y un lugar donde el
dar un arte popular, nacional y revolucionario. Con mar- arte pueda ser, al mismo tiempo, vehículo y productor de un dis-
cada influencia de los muralistas mexicanos, Espartaco curso político y social de su tiempo y su geografía. I
procura abandonar la pintura de caballete para alcanzar
un arte popular, de masas, que pueda ayudar en las luchas
sociales para borrar los límites de clases. No quiere ser
espejo de la realidad y la mirada del artista juega un pa-
pel central en la construcción de los discursos. Entre las
obras que pueden verse, aparecen “Coloso” y “Amantes”
de Carpani, cuyas figuras monumentales parecen emer-
ger de la oscuridad, con sus pieles curtidas, perfiles geo-
métricos y de gigantescas proporciones. En los paisajes
industriales de Sánchez encontramos también esa geome-
tría de cuadricula que enviste a la arquitectura de la peri-
ferias industriales, salvadas de la monotonía por el color
y el detalle. En Diz, la única mujer del grupo, podemos
ver a la indígena como centro de sus obras, mujeres poé-
ticas, de pieles oscuras, con manos desproporcionada-
mente grandes (como símbolo del trabajo manual) con
miradas simultáneamente duras y melancólicas que se es-
capan más allá del marco.
En las obras de Carlos Sessano, encontramos influen-
cia de la nueva figuración. Personajes deformados que se
Juan Manuel Sánchez. Marines, 1965. Oleo sobre tela.

34 la marea la marea 35
 Una banda de “rock folclórico”
A rbolito
De la chacarera
Su música, su nombre y sus letras hacen referencia a la historia
de los más oprimidos de nuestro país. Este grupo independiente
de rock intenta recuperar y ensamblar música, historia e identi-
dad nacional. Lo que sigue es una charla con Ezequiel Jusid,
miembro fundador de la banda.
Entrevistan Alejandro Volkind y Cristina Mateu
—Llaman a lo suyo rock folclórico, no es una definición tra-
dicional para los amantes del folclore ni para los rockeros.
—En un momento tuvimos que definir cómo llamar lo que
hacíamos para las gacetillas de prensa. Los diarios tienen su
columna de rock y la de folclore. A veces estábamos en una o
en otra. Entonces lo definimos como rock folclórico. A esto
llegamos porque la mayoría de los ritmos que hacemos son
folclóricos, cuecas, chacareras, huainos, tinkus… Y es rock,
porque más allá de los instrumentos folclóricos que tenemos,
la base del grupo es rockera, batería, bajo y guitarra. Además
—¿Esto les permite actuar en los dos ámbitos musicales?
la actitud y el espíritu es más rockero que folclórico.
—Sí, por ejemplo, estuvimos en República Cromagnon que
es un lugar super rockero y también estuvimos en el Centro
—¿Cómo surgió el grupo?
Cultural del Sur como banda folclórica.
—En el inicio éramos un dúo, Agustín con quena y charango
y yo con guitarra. Viajamos tocando y a la gente le gustaba lo
que hacíamos. Cuando volvimos, tocábamos en el subte y
allí nos propusieron ir a un festival. Éramos mucho más fol-
clóricos que ahora. Para ese festival incorporamos a otro ami-
go con bombo y le pusimos el nombre a la banda. Luego fui-
mos incorporando bajo, batería; las coplas andinas son cortas
y aprovechamos para improvisar dentro de una cueca o carna-
—Ahora son un grupo más numeroso. ¿Cuántos son?
valito y eso le fue dando el espíritu más rockero.
—Somos muchos. La base son seis, más un grupo de sikus
que por lo general son ocho y otro grupo de percusión que
puede reunir hasta quince. Además invitamos armoniquistas,
cantantes... Hemos llegado a ser veintipico. En las presenta-
ciones en la Capital en donde ponemos todas las fichas esta-
mos todos, pero cuando vamos de gira el grupo es el de base.
36 la marea
*
,
al pogo
—¿Cuál es la formación de los integrantes del grupo?
—Somos egresados de la Escuela de Música Popular de Ave-
llaneda, allí nos conocimos. Menos uno de los percusionistas
que se incorporó el año pasado. Recién allí aprendimos a to-
car folclore, porque veníamos de tocar rock. En general so-
mos todos porteños, salvo el baterista que es de Tandil y el
clarinetista de Chañar Ladeado, Santa Fe. Somos de la época
—¿Y por qué el nombre Arbolito?
de Charly, Spinetta, todo rock nacional.
—Fue el primer nombre que pensamos, veníamos de leer el
libro Rebeldía y esperanza de Osvaldo Bayer, en el que men-
ciona ese personaje que nos pareció símbolo de la resistencia
indígena. Hablamos con Osvaldo Bayer, le contamos, se puso
muy contento que jóvenes que podrían ser sus nietos, treinta
años después de su investigación, tomaran ese nombre. Él ha-
bía investigado la masacre de Rauch, en el año 1963, y fue in-
vitado allá a dar una conferencia y cuando volvió lo metieron
preso. Nos grabó la historia contada por él. Habitualmente, en
los recitales a los que él puede venir, viene y cuenta la histo-
ria con nuestra música de fondo. Es muy emocionante. Si no,
lo hago yo tratando de copiar las palabras de él, pero no es lo
—Hay una recuperación histórica en lo que ustedes ha-
mismo.
cen…
—Sí, el año pasado, para el 12 de Octubre, la gente de Rauch
organizó una charla en la plaza del pueblo con Osvaldo Bayer
y fuimos con él. Fue fuertísimo. En ese pueblo de la provin-
* El “pogo” ha sido definido por jóvenes estudiantes como: “Una energía que se
expresa saltando, empujando y rebotando contra otros. Es sentir la música, des-
cargar frustraciones. Es fuerza, es alegría. Hay varios tipos de pogos, por ejem-
plo, el punk y el heavy. En los recitales en vivo se hace “pogo”, raramente en las
“discos”.
Centro Cultural General San Martín, el 27 de junio, Arbolito
presente en el Encuentro por los 10 años de LA MAREA.
cia de Buenos Aires, de catorce mil habitantes, vaciado de su
historia, se abrió un debate un domingo en la plaza. Fue muy
movilizante. Alguna gente se enojó, algunos señores del mu-
nicipio y que habían estado con el Proceso. Osvaldo contó la
historia y nosotros tocamos, su propuesta fue cambiarle el
nombre al pueblo. Un pueblo tan lindo con nombre de un ge-
nocida. Allí nadie sabía quién era Rauch. Sabemos que des-
pués en las escuelas se hicieron trabajos sobre esto. Hay en
otros pueblos que se están planteando cosas parecidas. Para
este 12 de Octubre también se está organizando una actividad
en la Diagonal Roca de la Capital Federal para cambiar el
—Además de un posicionamiento en lo musical, también
nombre de la calle y sacar el monumento.
lo tienen en el contenido de las letras…
—Tal vez esto tenga que ver con la persona que somos cada
uno. Pasa por la sensibilidad que tenemos sobre estos temas
que tocamos y nos preocupaban. Siempre nos preguntan si
militamos. O si militamos desde lo nuestro. En realidad, con-
tamos las cosas que nos pasan, o les pasan a otros y nos mo-
vilizan. Hay gente a la que no la movilizan los chicos de la ca-
—¿Cuántos trabajos han grabado?
lle, la injusticia. Pasa más por la persona que por el músico.
— ¿Cuáles son las posibilidades y dificultades de la pro-
—Tenemos un casete, dos CD y estamos grabando el próximo.
ducción discográfica? Hay músicos que sólo graban en
Miami…
—En nivel de grabación de lo que hicimos hasta ahora es muy
casero. Cada vez con más tecnología pero pidiendo cosas
prestadas y grabando en estudios en nuestras casas. No sona-
rá como un disco grabado en Miami pero tiene otras cosas que
—¿No graban en compañías discográficas?
se sienten más. El problema es juntar la plata para editar.
—No, somos independientes. No sé si por
elección o por necesidad. Si no hay una compañía que pon-
ga la plata para un disco lo tenés que hacer igual. Nosotros no
nos preocupamos por eso, la manera de hacerlo es tocando. En
las plazas, en la calle. Durante más de dos años tocamos en el
Parque Lezama todos los domingos, a la gorra y vendiendo
nuestros discos. Nunca entramos en el circuito de rock y de fol-
clore por una cuestión ideológica. En general, a las bandas que
empiezan en el circuito rockero les hacen vender entradas an-
ticipadas, es decir que hay que pagar para tocar. En las peñas
no es muy diferente, te hacen pagar el sonido y para eso tenés
que vender cincuenta entradas o pagar 150 pesos. Preferimos ir
a la plaza, armar nuestras cosas, tocar y pasar la gorra. Desde
ese lugar fuimos creciendo y nos encanta ir con nuestra camio-
neta que compramos entre todos. No entramos en esos circui-
—¿Esto no les resta espacios de difusión o la masificación
tos comerciales porque siempre terminás perdiendo plata.
que generan los circuitos comerciales?
—Nosotros generamos nuestros propios espacios, fundamen-
talmente en la calle y las plazas. También solíamos alquilar un
lugar para cien personas y nos encargábamos del buffet y la
fiesta. Ahora lo seguimos haciendo, pero van mil personas a
—¿Con qué regularidad lo hacen?
las fiestas que hacemos en el Teatro Verdi, en la Boca.
—Una o dos veces al año, aunque intercalamos con otros lu-
gares como La Trastienda o el Ateneo, en donde el mecanis-
mo es el bordereau, ellos cobran la entrada y tienen la consu-
mición, es más un recital de teatro. En el Teatro Verdi todo es
nuestro, montamos el espectáculo como a nosotros nos gusta,
armamos la iluminación y el sonido. Creo que a la gente le
gusta porque sabe que tiene bebidas baratas, la música y está
todo bien.
la marea 37
 Una banda de “rock folclórico”

*
A rbolito ,
De la chacarera al pogo
Su música, su nombre y sus letras hacen referencia a la historia
de los más oprimidos de nuestro país. Este grupo independiente
de rock intenta recuperar y ensamblar música, historia e identi-
dad nacional. Lo que sigue es una charla con Ezequiel Jusid,
miembro fundador de la banda.

Centro Cultural General San Martín, el 27 de junio, Arbolito

presente en el Encuentro por los 10 años de LA MAREA.

Entrevistan Alejandro Volkind y Cristina Mateu

—Llaman a lo suyo rock folclórico, no es una definición tra-
dicional para los amantes del folclore ni para los rockeros.
—En un momento tuvimos que definir cómo llamar lo que
hacíamos para las gacetillas de prensa. Los diarios tienen su
columna de rock y la de folclore. A veces estábamos en una o
en otra. Entonces lo definimos como rock folclórico. A esto
llegamos porque la mayoría de los ritmos que hacemos son
folclóricos, cuecas, chacareras, huainos, tinkus… Y es rock,
porque más allá de los instrumentos folclóricos que tenemos,
la base del grupo es rockera, batería, bajo y guitarra. Además
la actitud y el espíritu es más rockero que folclórico.
—¿Esto les permite actuar en los dos ámbitos musicales?
—Sí, por ejemplo, estuvimos en República Cromagnon que
es un lugar super rockero y también estuvimos en el Centro
Cultural del Sur como banda folclórica.
—¿Cómo surgió el grupo?
—En el inicio éramos un dúo, Agustín con quena y charango
y yo con guitarra. Viajamos tocando y a la gente le gustaba lo
que hacíamos. Cuando volvimos, tocábamos en el subte y
allí nos propusieron ir a un festival. Éramos mucho más fol-
clóricos que ahora. Para ese festival incorporamos a otro ami-
go con bombo y le pusimos el nombre a la banda. Luego fui-
mos incorporando bajo, batería; las coplas andinas son cortas
y aprovechamos para improvisar dentro de una cueca o carna-
valito y eso le fue dando el espíritu más rockero.
—Ahora son un grupo más numeroso. ¿Cuántos son?
—Somos muchos. La base son seis, más un grupo de sikus
que por lo general son ocho y otro grupo de percusión que
puede reunir hasta quince. Además invitamos armoniquistas,
cantantes... Hemos llegado a ser veintipico. En las presenta-
ciones en la Capital en donde ponemos todas las fichas esta-
mos todos, pero cuando vamos de gira el grupo es el de base.
—¿Cuál es la formación de los integrantes del grupo?
—Somos egresados de la Escuela de Música Popular de Ave-
llaneda, allí nos conocimos. Menos uno de los percusionistas
que se incorporó el año pasado. Recién allí aprendimos a to-
car folclore, porque veníamos de tocar rock. En general so-
mos todos porteños, salvo el baterista que es de Tandil y el
clarinetista de Chañar Ladeado, Santa Fe. Somos de la época
de Charly, Spinetta, todo rock nacional.
—¿Y por qué el nombre Arbolito?
—Fue el primer nombre que pensamos, veníamos de leer el
libro Rebeldía y esperanza de Osvaldo Bayer, en el que men-
ciona ese personaje que nos pareció símbolo de la resistencia
indígena. Hablamos con Osvaldo Bayer, le contamos, se puso
muy contento que jóvenes que podrían ser sus nietos, treinta
años después de su investigación, tomaran ese nombre. Él ha-
bía investigado la masacre de Rauch, en el año 1963, y fue in-
vitado allá a dar una conferencia y cuando volvió lo metieron
preso. Nos grabó la historia contada por él. Habitualmente, en
los recitales a los que él puede venir, viene y cuenta la histo-
ria con nuestra música de fondo. Es muy emocionante. Si no,
lo hago yo tratando de copiar las palabras de él, pero no es lo
mismo.
—Hay una recuperación histórica en lo que ustedes ha-
cen…
—Sí, el año pasado, para el 12 de Octubre, la gente de Rauch
organizó una charla en la plaza del pueblo con Osvaldo Bayer
y fuimos con él. Fue fuertísimo. En ese pueblo de la provin-
* El “pogo” ha sido definido por jóvenes estudiantes como: “Una energía que se
expresa saltando, empujando y rebotando contra otros. Es sentir la música, des-
cargar frustraciones. Es fuerza, es alegría. Hay varios tipos de pogos, por ejem-
plo, el punk y el heavy. En los recitales en vivo se hace “pogo”, raramente en las
“discos”.
cia de Buenos Aires, de catorce mil habitantes, vaciado de su
historia, se abrió un debate un domingo en la plaza. Fue muy
movilizante. Alguna gente se enojó, algunos señores del mu-
nicipio y que habían estado con el Proceso. Osvaldo contó la
historia y nosotros tocamos, su propuesta fue cambiarle el
nombre al pueblo. Un pueblo tan lindo con nombre de un ge-
nocida. Allí nadie sabía quién era Rauch. Sabemos que des-
pués en las escuelas se hicieron trabajos sobre esto. Hay en
otros pueblos que se están planteando cosas parecidas. Para
este 12 de Octubre también se está organizando una actividad
en la Diagonal Roca de la Capital Federal para cambiar el
nombre de la calle y sacar el monumento.
—Además de un posicionamiento en lo musical, también
lo tienen en el contenido de las letras…
—Tal vez esto tenga que ver con la persona que somos cada
uno. Pasa por la sensibilidad que tenemos sobre estos temas
que tocamos y nos preocupaban. Siempre nos preguntan si
militamos. O si militamos desde lo nuestro. En realidad, con-
tamos las cosas que nos pasan, o les pasan a otros y nos mo-
vilizan. Hay gente a la que no la movilizan los chicos de la ca-
lle, la injusticia. Pasa más por la persona que por el músico.
—¿Cuántos trabajos han grabado?
—Tenemos un casete, dos CD y estamos grabando el próximo.
— ¿Cuáles son las posibilidades y dificultades de la pro-
ducción discográfica? Hay músicos que sólo graban en
Miami…
—En nivel de grabación de lo que hicimos hasta ahora es muy
casero. Cada vez con más tecnología pero pidiendo cosas
prestadas y grabando en estudios en nuestras casas. No sona-
rá como un disco grabado en Miami pero tiene otras cosas que
se sienten más. El problema es juntar la plata para editar.
—¿No graban en compañías discográficas?
—No, somos independientes. No sé si por
elección o por necesidad. Si no hay una compañía que pon-
ga la plata para un disco lo tenés que hacer igual. Nosotros no
nos preocupamos por eso, la manera de hacerlo es tocando. En
las plazas, en la calle. Durante más de dos años tocamos en el
Parque Lezama todos los domingos, a la gorra y vendiendo
nuestros discos. Nunca entramos en el circuito de rock y de fol-
clore por una cuestión ideológica. En general, a las bandas que
empiezan en el circuito rockero les hacen vender entradas an-
ticipadas, es decir que hay que pagar para tocar. En las peñas
no es muy diferente, te hacen pagar el sonido y para eso tenés
que vender cincuenta entradas o pagar 150 pesos. Preferimos ir
a la plaza, armar nuestras cosas, tocar y pasar la gorra. Desde
ese lugar fuimos creciendo y nos encanta ir con nuestra camio-
neta que compramos entre todos. No entramos en esos circui-
tos comerciales porque siempre terminás perdiendo plata.
—¿Esto no les resta espacios de difusión o la masificación
que generan los circuitos comerciales?
—Nosotros generamos nuestros propios espacios, fundamen-
talmente en la calle y las plazas. También solíamos alquilar un
lugar para cien personas y nos encargábamos del buffet y la
fiesta. Ahora lo seguimos haciendo, pero van mil personas a
las fiestas que hacemos en el Teatro Verdi, en la Boca.
—¿Con qué regularidad lo hacen?
—Una o dos veces al año, aunque intercalamos con otros lu-
gares como La Trastienda o el Ateneo, en donde el mecanis-
mo es el bordereau, ellos cobran la entrada y tienen la consu-
mición, es más un recital de teatro. En el Teatro Verdi todo es
nuestro, montamos el espectáculo como a nosotros nos gusta,
armamos la iluminación y el sonido. Creo que a la gente le
gusta porque sabe que tiene bebidas baratas, la música y está
todo bien.

36 la marea la marea 37
 Arbolito...

—Otro problema en la dis- —Han tocado en actos universitarios…

tribución y comercializa-
ción, es la concentración en
grandes cadenas comercia-
les. ¿Cómo hacen ustedes?
—Ahora hay algo muy inte-
resante que es la Unión de
Músicos Independientes
(UMI) que ha logrado mu-
chos convenios con fábri-
cas de discos, con estu-
—Siempre que nos invitan tocamos en las facultades. Tam-
bién nos invita gente vinculada al trabajo social y vamos a ba-
rrios como La Matanza. Vamos seguido al Barrio Nicole, que
tiene una Biblioteca Popular que se llama Arbolito a la que
Muestras de pintura
asisten 200 pibes. Siempre vamos cuando necesitan juntar
plata. También fuimos a Moreno, Adrogué y otras zonas a to-
car en solidaridad por cuestiones sociales. Ahora estamos tra-
tando de cuidar más nuestras presentaciones solidarias, a ve-
ces los que organizan no saben mucho sobre sonido y final-
mente lo que resulta es malo, no le sirve a nadie y nosotros
Ana Candioti:

—¿Cómo trabajan sus composiciones musicales, grupal o

"Arte y testimonio: religiosidad y feria en la que-
dios, con distribuidoras. tampoco tocamos cómodos.

Se está peleando tam-
bién en SADAIC para
que se incluya la cate-
goría de músico independiente, que no
existe. Para ser socio de SADAIC tenés que tener cinco te-
mas editados por un sello multinacional. Los convenios de la
UMI ayudaron para que los músicos independientes puedan
editar discos a precios más baratos. En relación a la venta, no-
sotros la hacemos en los recitales y la distribución es nuestra.
Las distribuidoras te dan un tercio del precio de venta, aunque
tenemos un arreglo con una. Para una banda, que el disco es-
individualmente?
—No hay nada determinado. Yo soy el que más compongo en
guitarra, lo llevo y entre todos destrozamos el tema. El arre-
glo es espontáneo, va saliendo zappando, nadie se lo lleva y
lo arregla. Sale lo que sale. Somos rockeros en nuestros orí-
genes, crecimos escuchando a Led Zeppeling, Charly García,
Pescado Rabioso, no escuchábamos a los Charchaleros. Pero
no nos es ajeno el folclore,
nuestros padres escuchaban a
Mercedes Sosa y nuestra for-
brada y en la puna". Inaugura el 20 de noviembre
a las 12 hs. en el Museo Eduardo Sívori, Infanta
Isabel 555, Buenos Aires. La muestra continúa la
serie sobre campesinos del NOA comenzada por
la artista en los años 80. Es el producto artístico
de un recorrido realizado durante la Semana
Santa de 2003 por distintas localidades de Salta y
Jujuy, dentro de un programa del Instituto de
Rescate y Revalorización del Patrimonio Cultural
de la Universidad Nacional de Tucumán, cuyo
Diana Dowek: objetivo fue registrar y compartir diferentes ex-
presiones culturales y de religiosidad popular en
"Una larga Marcha", muestra retrospectiva 1972-2004, comunidades campesinas e indígenas de esa

—¿Se dedican exclusivamente a la música o tienen otras

mación en la Escuela de Músi- en la Universidad Nacional de Lanús desde el 20 de oc- región.
té en Musimundo es importante.

ocupaciones?
ca Popular es folclórica y ahí tubre. Sede Académica, 29 de Septiembre 3901,

DOS MUESTRAS EXCELENTES

se mezcla todo. No nos propo- Remedios de Escalada, Lanús.

EN EL SÍVORI
—Algunos sí otros no. Tenemos de docentes hasta albañiles. nemos hacer una chacarera, sa-
le con ritmo de chacarera y de
Uno trabaja en una maderera, otro en la construcción. Esta-
Matilde Recondo:
Gucemas
mos en camino de ir dejando algunos de estos trabajos porque golpe le metemos un instru-
se nos complica cuando tenemos que hacer giras. Recién este mento que no tiene nada que

—¿Cómo se da esta fusión?

"De juegos y jugadores " (pinturas - objetos) desde el 29
año estamos ganando algo como para no trabajar todo el día ver con el folclore…

Al principio el rock y el fol-

de octubre. Palacio de las artes, Museo del papel,

—¿Por dónde van de gira?

en otra cosa.

clore no se mezclaban, parecían excluirse mutuamente.

Zapiola 2196. Buenos Aires.

—Fuimos a la costa y a muchos
pueblos de la provincia de Buenos
Aires, porque es hasta donde lle-
ga la camioneta. Ahora quere-
mos ir más lejos, al Sur, pero te-
nemos que replantearnos la in-
fraestructura, porque no podemos
Gerardo Ramos Gucemas expuso una muestra retrospectiva de su
—Esto se dio ya en los ‘70, tal vez más en Chile con Los Jai- obra (1970-2004) en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori,
vas, por ejemplo. Después se cortó con la dictadura. Ahora, en setiembre pasado. Gucemas, que nació en España en 1941 pero
reaparece. Lo más novedoso en nuestros recitales, creo, se da vive en Tucumán desde 1971, supo dar testimonio en sus pinturas
en que mientras unos bailan una chacarera o un huaino, otros de la realidad del país que adoptó para vivir. Indudablemente ad-
hacen pogo. Nuestros recitales no los podemos hacer con gen- mirador de Goya, expresionista, riguroso dibujante, temperamen-
tal, excelente colorista trabajando con densas capas cromáticas su-
te sentada, que es lo que pasa con una banda de rock y no es
perpuestas, a la vez luminosas y brillantes, sobre una superficie
común en un recital folclórico. I

Arbolito y los integrantes de la banda

ir con esta camioneta ni con el soni- cuidadosamente estructurada, pone de manifiesto que es uno de

—¿Tienen bandas amigas con las que participen en algu-

do que tenemos. los grandes artistas contemporáneos.

na movida?
Nos conmociona con esa desgarradora indagación sobre la cruel-
dad, el dolor, la violencia, la opresión, expresados con un gran

Tapia Vera
Ezequiel Jusid, voz, guitarra acústica y eléctrica;
Arbolito, banda de rock-folclórico, está integrada por conocimiento del oficio pictórico. Sus pinturas expresan la
—Bandas amigas tenemos, pero por lo general no comparti-

Agustín Ronconi, voz, flauta traversa, quen, charango

descarnada visión de este artista ante la vida.
mos recitales. Compartimos con algunas bandas como El Por-

y violín; Andrés Fariña, bajo eléctrico y coros; Diego

tón, Epurse Muove, este espacio alternativo, un lugar donde

—¿No participan en encuentros del tipo del Quilmes Fariza, batería y bombo legüero; Sebastián Ablín, per-
no transar con los bolicheros.

Rock?
—No. Fundamentalmente porque no estamos con una compa-
ñía. El Quilmes Rock lo organiza Pop & Art, los productores
de todas las bandas que van a tocar. A El Otro Yo tal vez la
convocan como banda independiente porque lleva muchos
años y se ganó un lugar. Hemos tenido ofrecimientos de se-
llos y compañías poco serias para nosotros. Ser independien-
te es una elección y una necesidad. Si viene alguien y te ofre-
cusión y accesorios. María Inés Tapia Vera expuso dibujos y grabados también en el Museo Sívori entre el 11 de setiem-
bre y el 10 de octubre pasados. En su trabajo la artista presenta imágenes de su vida cotidiana junto a
Se llaman Arbolito en referencia a un valiente indio ran- Gala y Circe, sus hijas, y también bocetos de niños con los cuales ha trabajado como docente. Al ser
quel mencionado en una obra de Osvaldo Bayer. Cuen- representados con el arte que les imprime María Inés, estos dibujos de niños dejan de ser infantiles
ta este autor que, en 1826, se contrató a Rauch, san- para convertirse a través de la línea, la composición, a veces el color, en una excelente expresión artís-
guinario general alemán que luchó contra Napoleón pa- tica que nos obliga a detenernos en cada obra para comunicarnos con esas miradas que nos sugieren
ra desplazar y exterminar a los indios de la provincia de sus sentimientos con particular intensidad.
Buenos Aires. Rauch se jactaba de su eficacia y cruel- Con un cuidado grafismo, fuerte, expresivo, Tapia Vera da testimonio de un mundo en el que esta
da en la matanza indígena. Arbolito, joven ranquel, es- artista, madre, docente, mujer que lucha por lo que cree, decide compartirlo con nosotros.

Ana Maldonado
ce algo interesante, que creemos es bueno para todos, no es- tudió los movimientos del prestigioso general, preparó
tamos en contra de eso. una meboscada y lo asesinó vengando a su tribu.

38 la marea la marea 39
 Muestras de pintura
Arbolito...

—Otro problema en la dis- —Han tocado en actos universitarios…

tribución y comercializa-
ción, es la concentración en
grandes cadenas comercia-
les. ¿Cómo hacen ustedes?
—Ahora hay algo muy inte-
—Siempre que nos invitan tocamos en las facultades. Tam-
bién nos invita gente vinculada al trabajo social y vamos a ba-
rrios como La Matanza. Vamos seguido al Barrio Nicole, que
tiene una Biblioteca Popular que se llama Arbolito a la que
asisten 200 pibes. Siempre vamos cuando necesitan juntar

resante que es la Unión de
Músicos Independientes
(UMI) que ha logrado mu-
chos convenios con fábri-
cas de discos, con estu-
dios, con distribuidoras.
Se está peleando tam-
bién en SADAIC para
que se incluya la cate-
goría de músico independiente, que no
existe. Para ser socio de SADAIC tenés que tener cinco te-
mas editados por un sello multinacional. Los convenios de la
Ana Candioti:
plata. También fuimos a Moreno, Adrogué y otras zonas a to-
car en solidaridad por cuestiones sociales. Ahora estamos tra-
tando de cuidar más nuestras presentaciones solidarias, a ve-
ces los que organizan no saben mucho sobre sonido y final-
mente lo que resulta es malo, no le sirve a nadie y nosotros
"Arte y testimonio: religiosidad y feria en la que-
tampoco tocamos cómodos. brada y en la puna". Inaugura el 20 de noviembre
—¿Cómo trabajan sus composiciones musicales, grupal o a las 12 hs. en el Museo Eduardo Sívori, Infanta
individualmente? Isabel 555, Buenos Aires. La muestra continúa la
—No hay nada determinado. Yo soy el que más compongo en serie sobre campesinos del NOA comenzada por
guitarra, lo llevo y entre todos destrozamos el tema. El arre- la artista en los años 80. Es el producto artístico
glo es espontáneo, va saliendo zappando, nadie se lo lleva y de un recorrido realizado durante la Semana
Santa de 2003 por distintas localidades de Salta y
lo arregla. Sale lo que sale. Somos rockeros en nuestros orí-

UMI ayudaron para que los músicos independientes puedan
editar discos a precios más baratos. En relación a la venta, no-
sotros la hacemos en los recitales y la distribución es nuestra.
Las distribuidoras te dan un tercio del precio de venta, aunque
tenemos un arreglo con una. Para una banda, que el disco es-
té en Musimundo es importante.
Diana Dowek:
Jujuy, dentro de un programa del Instituto de
genes, crecimos escuchando a Led Zeppeling, Charly García, Rescate y Revalorización del Patrimonio Cultural
Pescado Rabioso, no escuchábamos a los Charchaleros. Pero de la Universidad Nacional de Tucumán, cuyo
no nos es ajeno el folclore, objetivo fue registrar y compartir diferentes ex-
nuestros padres escuchaban a presiones culturales y de religiosidad popular en
Mercedes Sosa y nuestra for- "Una larga Marcha", muestra retrospectiva 1972-2004, comunidades campesinas e indígenas de esa
mación en la Escuela de Músi- en la Universidad Nacional de Lanús desde el 20 de oc- región.

—¿Se dedican exclusivamente a la música o tienen otras ca Popular es folclórica y ahí tubre. Sede Académica, 29 de Septiembre 3901,

Matilde Recondo:
se mezcla todo. No nos propo- Remedios de Escalada, Lanús.
ocupaciones?
DOS MUESTRAS EXCELENTES
—Algunos sí otros no. Tenemos de docentes hasta albañiles. nemos hacer una chacarera, sa-
Uno trabaja en una maderera, otro en la construcción. Esta- le con ritmo de chacarera y de
mos en camino de ir dejando algunos de estos trabajos porque golpe le metemos un instru-
mento que no tiene nada que
EN EL SÍVORI
se nos complica cuando tenemos que hacer giras. Recién este

año estamos ganando algo como para no trabajar todo el día
en otra cosa.
—¿Por dónde van de gira?
—Fuimos a la costa y a muchos
pueblos de la provincia de Buenos
Aires, porque es hasta donde lle-
ga la camioneta. Ahora quere-
mos ir más lejos, al Sur, pero te-
nemos que replantearnos la in-
fraestructura, porque no podemos
ir con esta camioneta ni con el soni-
do que tenemos.
—¿Tienen bandas amigas con las que participen en algu-
na movida?
—Bandas amigas tenemos, pero por lo general no comparti-
ver con el folclore…
—¿Cómo se da esta fusión?
Al principio el rock y el fol-
clore no se mezclaban, parecían excluirse mutuamente.
—Esto se dio ya en los ‘70, tal vez más en Chile con Los Jai-
vas, por ejemplo. Después se cortó con la dictadura. Ahora,
reaparece. Lo más novedoso en nuestros recitales, creo, se da
en que mientras unos bailan una chacarera o un huaino, otros
hacen pogo. Nuestros recitales no los podemos hacer con gen-
te sentada, que es lo que pasa con una banda de rock y no es
común en un recital folclórico. I
Arbolito y los integrantes de la banda
Arbolito, banda de rock-folclórico, está integrada por
Gucemas
"De juegos y jugadores " (pinturas - objetos) desde el 29
de octubre. Palacio de las artes, Museo del papel,
Zapiola 2196. Buenos Aires.
Gerardo Ramos Gucemas expuso una muestra retrospectiva de su
obra (1970-2004) en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori,
en setiembre pasado. Gucemas, que nació en España en 1941 pero
vive en Tucumán desde 1971, supo dar testimonio en sus pinturas
de la realidad del país que adoptó para vivir. Indudablemente ad-
mirador de Goya, expresionista, riguroso dibujante, temperamen-
tal, excelente colorista trabajando con densas capas cromáticas su-
perpuestas, a la vez luminosas y brillantes, sobre una superficie
cuidadosamente estructurada, pone de manifiesto que es uno de
los grandes artistas contemporáneos.
Nos conmociona con esa desgarradora indagación sobre la cruel-
dad, el dolor, la violencia, la opresión, expresados con un gran
conocimiento del oficio pictórico. Sus pinturas expresan la
descarnada visión de este artista ante la vida.

mos recitales. Compartimos con algunas bandas como El Por-
tón, Epurse Muove, este espacio alternativo, un lugar donde
no transar con los bolicheros.
—¿No participan en encuentros del tipo del Quilmes
Rock?
—No. Fundamentalmente porque no estamos con una compa-
ñía. El Quilmes Rock lo organiza Pop & Art, los productores
de todas las bandas que van a tocar. A El Otro Yo tal vez la
convocan como banda independiente porque lleva muchos
años y se ganó un lugar. Hemos tenido ofrecimientos de se-
llos y compañías poco serias para nosotros. Ser independien-
te es una elección y una necesidad. Si viene alguien y te ofre-
ce algo interesante, que creemos es bueno para todos, no es-
tamos en contra de eso.
Tapia Vera
Ezequiel Jusid, voz, guitarra acústica y eléctrica;
Agustín Ronconi, voz, flauta traversa, quen, charango
y violín; Andrés Fariña, bajo eléctrico y coros; Diego
Fariza, batería y bombo legüero; Sebastián Ablín, per-
cusión y accesorios.
María Inés Tapia Vera expuso dibujos y grabados también en el Museo Sívori entre el 11 de setiem-
bre y el 10 de octubre pasados. En su trabajo la artista presenta imágenes de su vida cotidiana junto a
Se llaman Arbolito en referencia a un valiente indio ran- Gala y Circe, sus hijas, y también bocetos de niños con los cuales ha trabajado como docente. Al ser
quel mencionado en una obra de Osvaldo Bayer. Cuen- representados con el arte que les imprime María Inés, estos dibujos de niños dejan de ser infantiles
ta este autor que, en 1826, se contrató a Rauch, san- para convertirse a través de la línea, la composición, a veces el color, en una excelente expresión artís-
guinario general alemán que luchó contra Napoleón pa- tica que nos obliga a detenernos en cada obra para comunicarnos con esas miradas que nos sugieren
ra desplazar y exterminar a los indios de la provincia de sus sentimientos con particular intensidad.
Buenos Aires. Rauch se jactaba de su eficacia y cruel- Con un cuidado grafismo, fuerte, expresivo, Tapia Vera da testimonio de un mundo en el que esta
da en la matanza indígena. Arbolito, joven ranquel, es- artista, madre, docente, mujer que lucha por lo que cree, decide compartirlo con nosotros.
tudió los movimientos del prestigioso general, preparó
Ana Maldonado
una meboscada y lo asesinó vengando a su tribu.

38 la marea la marea 39
 Trabajo y vida cotidiana
Justino,
violinisto de los valles del Tafí
Escribe Víctor Delgado
Mula Corral está cerca de Tafí del Valle, para el
otro lado del dique, en un recodo de El Mollar.
Una pizca de poblado de adobe y piedra. Ahí
vive Justino Méndez, violinisto renombrado del
Valle, y su compañera Silveria. Arribeños de
hablar donoso. Curtidos por fuera, endulzados
por dentro. Justino cumple sus 80 y hay fiesta
en el patio de tierra. Encollado en su gorro de
siempre, al pié de una enramada, recibe a los
que van llegando de los barrios de más arriba.
Amigos, parientes y musiqueros de la región.
De Casas Viejas, de Rincón, de Potrerillo…, de
más lejos también. Entre ellos, Andrea Acosta
Villafañe, Cantor Ayala, Rosario Tolaba, los
integrantes del Taller de Música Esperanza de
Tafí del Valle, con dos voces jóvenes: Marta
Monasterio y Verónica Cruz; Orlando Alvarez,
director de FM Alem y conductor de “La voz
de los menhires”. También Josefina Racedo del
CERPACU y directora de LA MAREA, quien se
ha acercado en representación de la revista y
del MODACUNA “para homenajear, compartir
y brindar con el violinisto tucumano,
en agradecimiento a sus aportes
al movimiento y a la cultura de este suelo”.
–Yo no me doy gran importancia. Son cosas que hago nomás. No
soy el violín número uno de El Mollar. Muchos tocamos violín, acá.
Y todos tienen su valor. En todo el Valle hay casi 25 violineros. Lo
que pasa que algunos tocan dos piecitas, como ser una chacarera y
dos gatos…, nada más que eso. Pero también es música aunque sea
poquito.
Yo héi empezado a encontrarle la vuelta al intrumento cuando fui
mayor, porque antes…, era distinto con nuestros padres. Al volver del
servicio militar, con 21 años, todavía, para salir a una fiesta héi teni-
do que seguir pidiendo permiso. Y si él respondía que no, no había lu-
gar para el disgusto.
40 la marea
“Yo héi nacido abajeño”
–Mi padre Facundo Sandalio Méndez, era un hombre que
hacía trabajo rural, en la zafra. Vino de San Pedro de Co-
lalao; y mi madre, Andrea Avelina Sandoval, ha sido ca-
tamarqueña de Santa María. Se han establecido nomás en
este sitio. Pero yo no nací aquí, héi nacido abajeño, por la
zafra. Mis mayores estaban en el Ingenio San José y no
ha alcanzado mi madre a llegar aquí. La zafra es hasta no-
viembre, y he visto la luz en aquel ingenio de los Frías
Silva. Arribeño me héi hecho nomás después cuando héi
llegado aquí, con tres meses casi. A caballo me han traí-
do hasta Mula Corral.
“Era todo un cerco de pirca”
–Ahora mismo tengo mi encono con quienes quieren
cambiarle el nombre. Si siempre se ha llamado Mula Co-
rral. No hay por qué cambiar, digo. Porque aquí era todo
un cerrado de pirca para poner ganado. Entonces un día
nosotros, de muchachos, andábamos nombrando el sitio
como Potrerillo. Y mi abuelo dijo no, aquí el nombre es
Mula Corral. Es el nombre del lugar, cómo pueden pre-
tender quitarlo. En el tiempo del militarismo, también
ellos han pretendido cambiar muchos nombres, pero no
corresponde. Aunque tenga nombre de animal, qué pro-
blema hay. Ahora andan con que se llama Cristo Rey, que
es su santo patrono. Todo el que vive aquí, casi, quiere
llamarlo así. A la gente nativa de aquí, quizá ya le parece
mal nombrar un animal. Pero los nombres de antes hay
que defenderlos no se pueden quitarlos porque sí.
“Las manos se nos morían de frío”
–Y ésto no es como entonces. No había plantas, y todo es-
te suelo yo sembraba con arvejas, maíz… y eso era para el
gasto de uno. Siempre fui un hombre de oficio. De los 10
años héi hecho la zafra por Negro Potrero, en la finca de
los Caspinchango, señores dueños del Valle. En tiempo de
zafra no se podía ser musiquero, pelábamos caña nomás.
Mis padres, mis hermanos…, todos. ¡Caían unas heladas!
y casi no llevábamos abrigo. Las manos se nos morían con
el frío. Los mayores sabían voltear el surco y nosotros, los
changos, pelar caña a su costado. “Surco y cola” le decía-
mos a aquel modo de trabajo duro, un poco triste también.
Por ahí nos hacían un fueguito para que nos calentára-
mos…así, hasta que nos hemos hecho mayores. Pero el
sacrificio traía su alegría. Comprarse un traje, un vestido,
después de la cosecha era una cosita buena.
“Estaba con su violín ultrajadito”
–Con la música, recién a los 18 héi querido empezar. Mi
papá tenía un amigo, don Lorenzo Ochoa, violinero co-
mo don Francisco Ríos y don Demetrio Ríos, músicos de
por aquí. Y cada uno tenía sus músicas. Todavía toco una
zamba de cada uno, que me las aprendí de jovencito. Y
resulta que don Lorenzo le cambió a mi padre un violín
un poco ultrajado ya. Pero no ha podido sacarle ninguna
música, él. Ese violín roto todavía tengo yo guardado, le
he fabricado después la tapa pero sin resultado. No da las
voces; porque el violín vale por su madera. Bueno, mi
papá lo hái preparado con cola porque tenía la tapa me-
dio partida. Pero le daba el sol y se volvía a descolar. Te-
nía cuerdas de tripa, de esas cuerdas que había antes…
Una medio roja, otras amarillas…, las mismas se usaban
en las guitarras. Y mi padre estaba áhi con su violín ul-
Fiesta en Mula Corral
En el patio de tierra, se toca, canta, baila y bebe
sin que falten las empanadas, el locro y el estofado.
“Don Sandalio, el padre de Justino ha vivido 102 años
y ha sabido tener cien surcos de caña. Justino y los
hermanos aporcaban y desaporcaban la tierra”, el que
trae estos recuerdos es el bombisto Benito Centeno.
El también supo pelar caña “por tanto” en los ingenios
de Santa Lucía hasta jubilarse. “Y era lo más liviano.
La apilada, la cargada, la hachada…son menesteres
más duros, de mucho brazo”, avisa. “He visto a
peones trabajar 18 horas seguidas, alimentados con
charque nomás. Esos zafreros para mí tenían arte”,
sentencia antes de desgranar una lista interminable
de ingenios que ya no están. “En todo El Mollar no ha-
bía un sólo almacén porque la gente se iba y concha-
baba en la caña”, susurra su ladero el guitarrista Jor-
ge Tolaba quien supo hombrear bolsas en el ingenio
más grande de Concepción de La Banda del Río Sa-
lí. “Miles de tucumanos se han marchado cuando la
caña fue a menos. Muchos han vuelto y otros están en
villas miserias”, acota. Tolaba es un buen músico y
cantor de la zona, “cantor de asaditos”, dice él en to-
no de disculpas. Su amigo Benito, que parece afecto
a las frases sonoras se aficiona con más relatos de vi-
das complicadas. Aquí, casi todos han conocido el ri-
gor de la zafra, muchos han trabajado para patrones
en condiciones semifeudales. Son asuntos que se
cuentan con la naturalidad que trae la costumbre. His-
trajadito, sin aprender música. Cuando él salía al campo
yo sacaba el violín y practicaba, luego lo guardaba como
hacía él en un tirante del techo donde ensillaban muchas
cosas, de todo guardaban allí. La intención mía era apren-
der por mí lado, a escondidas. Un día, me pongo a prac-
ticar, me sabía ya una zamba, un gato y alguito más…; y
él viene y se afirma ahí en esa puerta. Y yo con el violín
tocando, sentado en su cama. Cuando le héi visto, me
quedé quieto esperando su reto o su castigo. Lo que fue-
ra iba a recibir. Pero nomás me ha dicho, bueno ya que yo
no puedo aprender, vos vas a aprender. Me dio autoriza-
ción, mi padre, y empecé a hacerme músico. Aprendí só-
lo a afinar el violín. Aunque no sé bien en qué toco. Co-
loco la prima en un tono que me interesa en el momento
y luego van las demás cuerdas. La segunda toma su soni-
do de la primera, la tercera de la segunda y así… Afino
así, que es mi manera. Un violinisto afina el instrumento
según los otros instrumentos, pero yo he tocado en falso
acomodándome al bandoleón de Chundo, corriendo los
dedos para que suene, sin tener que modificar mi afina-
ción. Todas las piezas héi podido tocar así y ha sabido so-
nar bonito. A veces perdía el tono y el Chundo lo volvía
a pillar de nuevo. El, siempre que tomaba vino, se recor-
daba muy mucho de aquello y me decía vos sos buen mú-
sico porque no te sabís perder.
torias que contrastan con la alegría contagiosa de
aquel patio. “Es que por ahí uno tiene su dolencia pe-
ro no dice nadita, así somos nomás”, ahora ensaya
una explicación el bombisto .
Desde unos parlantes enormes atrona la cumbia
cuartetera, para que bailen los jóvenes y los musique-
ros tengan descanso. Recién a las nueve de la noche,
Justino desenfunda el violín y hace su repertorio es-
perado. Sabedor de melodías casi olvidadas, su arte
es cosa que no se discute en la zona. Dicen que tam-
bién supo ser buen pierqueador ¡Vaya oficio para un
violinisto! Y que mucho mejor ha sabido levantar mu-
ros con la piedra recogida del río; que “es otro arte:
descubrir el lado bonito de la roca e ir imaginando la
pared por adelantado”. Luego están los muros de ado-
be con que se alzan las viviendas más modestas. A
éstas, para que las paredes “no estuvieran de vicio, el
violinisto solía esmerarse con una moldurita para
poner santitos”.
Justino es montaraz para empuñar el instrumento,
que suena agreste y encrespado como el paisaje. Es
noche avanzada cuando toca una mariquita. Y sigue
con Las Palmeras una polka antigua, bien campera.
Con el bombo lo acompaña uno de sus nietos. En el
centro del patio, Justo Reyes, el mayor de los hijos,
pirquero y albañil, baila con su madre. Hoy no se apa-
garán las luces en casa de los Méndez, señal de que
hay fiesta en Mula Corral.
la marea 41
 Trabajo y vida cotidiana
Justino,
violinisto de los valles del Tafí
Escribe Víctor Delgado
Mula Corral está cerca de Tafí del Valle, para el
otro lado del dique, en un recodo de El Mollar.
Una pizca de poblado de adobe y piedra. Ahí
vive Justino Méndez, violinisto renombrado del
Valle, y su compañera Silveria. Arribeños de
hablar donoso. Curtidos por fuera, endulzados
por dentro. Justino cumple sus 80 y hay fiesta
en el patio de tierra. Encollado en su gorro de
siempre, al pié de una enramada, recibe a los
que van llegando de los barrios de más arriba.
Amigos, parientes y musiqueros de la región.
De Casas Viejas, de Rincón, de Potrerillo…, de
más lejos también. Entre ellos, Andrea Acosta
Villafañe, Cantor Ayala, Rosario Tolaba, los
integrantes del Taller de Música Esperanza de
Tafí del Valle, con dos voces jóvenes: Marta
Monasterio y Verónica Cruz; Orlando Alvarez,
director de FM Alem y conductor de “La voz
de los menhires”. También Josefina Racedo del
CERPACU y directora de LA MAREA, quien se
ha acercado en representación de la revista y
del MODACUNA “para homenajear, compartir
y brindar con el violinisto tucumano,
en agradecimiento a sus aportes
al movimiento y a la cultura de este suelo”.
–Yo no me doy gran importancia. Son cosas que hago nomás. No
soy el violín número uno de El Mollar. Muchos tocamos violín, acá.
Y todos tienen su valor. En todo el Valle hay casi 25 violineros. Lo
que pasa que algunos tocan dos piecitas, como ser una chacarera y
dos gatos…, nada más que eso. Pero también es música aunque sea
poquito.
Yo héi empezado a encontrarle la vuelta al intrumento cuando fui
mayor, porque antes…, era distinto con nuestros padres. Al volver del
servicio militar, con 21 años, todavía, para salir a una fiesta héi teni-
do que seguir pidiendo permiso. Y si él respondía que no, no había lu-
gar para el disgusto.
40 la marea
“Yo héi nacido abajeño”
–Mi padre Facundo Sandalio Méndez, era un hombre que
hacía trabajo rural, en la zafra. Vino de San Pedro de Co-
lalao; y mi madre, Andrea Avelina Sandoval, ha sido ca-
tamarqueña de Santa María. Se han establecido nomás en
este sitio. Pero yo no nací aquí, héi nacido abajeño, por la
zafra. Mis mayores estaban en el Ingenio San José y no
ha alcanzado mi madre a llegar aquí. La zafra es hasta no-
viembre, y he visto la luz en aquel ingenio de los Frías
Silva. Arribeño me héi hecho nomás después cuando héi
llegado aquí, con tres meses casi. A caballo me han traí-
do hasta Mula Corral.
“Era todo un cerco de pirca”
–Ahora mismo tengo mi encono con quienes quieren
cambiarle el nombre. Si siempre se ha llamado Mula Co-
rral. No hay por qué cambiar, digo. Porque aquí era todo
un cerrado de pirca para poner ganado. Entonces un día
nosotros, de muchachos, andábamos nombrando el sitio
como Potrerillo. Y mi abuelo dijo no, aquí el nombre es
Mula Corral. Es el nombre del lugar, cómo pueden pre-
tender quitarlo. En el tiempo del militarismo, también
ellos han pretendido cambiar muchos nombres, pero no
corresponde. Aunque tenga nombre de animal, qué pro-
blema hay. Ahora andan con que se llama Cristo Rey, que
es su santo patrono. Todo el que vive aquí, casi, quiere
llamarlo así. A la gente nativa de aquí, quizá ya le parece
mal nombrar un animal. Pero los nombres de antes hay
que defenderlos no se pueden quitarlos porque sí.
“Las manos se nos morían de frío”
–Y ésto no es como entonces. No había plantas, y todo es-
te suelo yo sembraba con arvejas, maíz… y eso era para el
gasto de uno. Siempre fui un hombre de oficio. De los 10
años héi hecho la zafra por Negro Potrero, en la finca de
los Caspinchango, señores dueños del Valle. En tiempo de
zafra no se podía ser musiquero, pelábamos caña nomás.
Mis padres, mis hermanos…, todos. ¡Caían unas heladas!
y casi no llevábamos abrigo. Las manos se nos morían con
el frío. Los mayores sabían voltear el surco y nosotros, los
changos, pelar caña a su costado. “Surco y cola” le decía-
mos a aquel modo de trabajo duro, un poco triste también.
Por ahí nos hacían un fueguito para que nos calentára-
mos…así, hasta que nos hemos hecho mayores. Pero el
sacrificio traía su alegría. Comprarse un traje, un vestido,
después de la cosecha era una cosita buena.
“Estaba con su violín ultrajadito”
–Con la música, recién a los 18 héi querido empezar. Mi
papá tenía un amigo, don Lorenzo Ochoa, violinero co-
mo don Francisco Ríos y don Demetrio Ríos, músicos de
por aquí. Y cada uno tenía sus músicas. Todavía toco una
zamba de cada uno, que me las aprendí de jovencito. Y
resulta que don Lorenzo le cambió a mi padre un violín
un poco ultrajado ya. Pero no ha podido sacarle ninguna
música, él. Ese violín roto todavía tengo yo guardado, le
he fabricado después la tapa pero sin resultado. No da las
voces; porque el violín vale por su madera. Bueno, mi
papá lo hái preparado con cola porque tenía la tapa me-
dio partida. Pero le daba el sol y se volvía a descolar. Te-
nía cuerdas de tripa, de esas cuerdas que había antes…
Una medio roja, otras amarillas…, las mismas se usaban
en las guitarras. Y mi padre estaba áhi con su violín ul-
Fiesta en Mula Corral
En el patio de tierra, se toca, canta, baila y bebe
sin que falten las empanadas, el locro y el estofado.
“Don Sandalio, el padre de Justino ha vivido 102 años
y ha sabido tener cien surcos de caña. Justino y los
hermanos aporcaban y desaporcaban la tierra”, el que
trae estos recuerdos es el bombisto Benito Centeno.
El también supo pelar caña “por tanto” en los ingenios
de Santa Lucía hasta jubilarse. “Y era lo más liviano.
La apilada, la cargada, la hachada…son menesteres
más duros, de mucho brazo”, avisa. “He visto a
peones trabajar 18 horas seguidas, alimentados con
charque nomás. Esos zafreros para mí tenían arte”,
sentencia antes de desgranar una lista interminable
de ingenios que ya no están. “En todo El Mollar no ha-
bía un sólo almacén porque la gente se iba y concha-
baba en la caña”, susurra su ladero el guitarrista Jor-
ge Tolaba quien supo hombrear bolsas en el ingenio
más grande de Concepción de La Banda del Río Sa-
lí. “Miles de tucumanos se han marchado cuando la
caña fue a menos. Muchos han vuelto y otros están en
villas miserias”, acota. Tolaba es un buen músico y
cantor de la zona, “cantor de asaditos”, dice él en to-
no de disculpas. Su amigo Benito, que parece afecto
a las frases sonoras se aficiona con más relatos de vi-
das complicadas. Aquí, casi todos han conocido el ri-
gor de la zafra, muchos han trabajado para patrones
en condiciones semifeudales. Son asuntos que se
cuentan con la naturalidad que trae la costumbre. His-
trajadito, sin aprender música. Cuando él salía al campo
yo sacaba el violín y practicaba, luego lo guardaba como
hacía él en un tirante del techo donde ensillaban muchas
cosas, de todo guardaban allí. La intención mía era apren-
der por mí lado, a escondidas. Un día, me pongo a prac-
ticar, me sabía ya una zamba, un gato y alguito más…; y
él viene y se afirma ahí en esa puerta. Y yo con el violín
tocando, sentado en su cama. Cuando le héi visto, me
quedé quieto esperando su reto o su castigo. Lo que fue-
ra iba a recibir. Pero nomás me ha dicho, bueno ya que yo
no puedo aprender, vos vas a aprender. Me dio autoriza-
ción, mi padre, y empecé a hacerme músico. Aprendí só-
lo a afinar el violín. Aunque no sé bien en qué toco. Co-
loco la prima en un tono que me interesa en el momento
y luego van las demás cuerdas. La segunda toma su soni-
do de la primera, la tercera de la segunda y así… Afino
así, que es mi manera. Un violinisto afina el instrumento
según los otros instrumentos, pero yo he tocado en falso
acomodándome al bandoleón de Chundo, corriendo los
dedos para que suene, sin tener que modificar mi afina-
ción. Todas las piezas héi podido tocar así y ha sabido so-
nar bonito. A veces perdía el tono y el Chundo lo volvía
a pillar de nuevo. El, siempre que tomaba vino, se recor-
daba muy mucho de aquello y me decía vos sos buen mú-
sico porque no te sabís perder.
torias que contrastan con la alegría contagiosa de
aquel patio. “Es que por ahí uno tiene su dolencia pe-
ro no dice nadita, así somos nomás”, ahora ensaya
una explicación el bombisto .
Desde unos parlantes enormes atrona la cumbia
cuartetera, para que bailen los jóvenes y los musique-
ros tengan descanso. Recién a las nueve de la noche,
Justino desenfunda el violín y hace su repertorio es-
perado. Sabedor de melodías casi olvidadas, su arte
es cosa que no se discute en la zona. Dicen que tam-
bién supo ser buen pierqueador ¡Vaya oficio para un
violinisto! Y que mucho mejor ha sabido levantar mu-
ros con la piedra recogida del río; que “es otro arte:
descubrir el lado bonito de la roca e ir imaginando la
pared por adelantado”. Luego están los muros de ado-
be con que se alzan las viviendas más modestas. A
éstas, para que las paredes “no estuvieran de vicio, el
violinisto solía esmerarse con una moldurita para
poner santitos”.
Justino es montaraz para empuñar el instrumento,
que suena agreste y encrespado como el paisaje. Es
noche avanzada cuando toca una mariquita. Y sigue
con Las Palmeras una polka antigua, bien campera.
Con el bombo lo acompaña uno de sus nietos. En el
centro del patio, Justo Reyes, el mayor de los hijos,
pirquero y albañil, baila con su madre. Hoy no se apa-
garán las luces en casa de los Méndez, señal de que
hay fiesta en Mula Corral.
la marea 41
 Justino ...
“Tocaban zambas que llaman chilenas”
–Cuando había fiesta, venían esos hombres, los violineros del
Valle, a sacarme el permiso para que vaya con ellos. Mi pa-
dre nunca se ha negado a eso. Entonces ya me héi hecho mú-
sico a ese modo. Cada vez que ha habido un casamiento, que
ha terminado una ciega o una señalada de terneros, donde se
ha sabido hacer una fiesta, me héi hecho presente con el vio-
lín. A lo primero con ellos, que tocaban zambas pero le lla-
maban chilenas, así le han dicho ellos a la zamba: chilena; ese
nombre le daban y la gente bailaba.
“Lástima da que se pierda”
–Y fui armando mi repertorio. Después también fui inventan-
do mis músicas. Una zamba llamé Mula Corral, otra El Mo-
llar; también hice para nombrar a Los Pocitos, El Pedregal y
la de Nuñorco, que es la parte alta del cerro. Es decir, una mú-
sica por cada lugar de la zona. Cinco zambas tengo, ninguna
tiene letra. A mí me ha salido de componerlas y cada una tie-
ne su diferencia. Yo sólo las toco, porque los violineros de
por acá no tocan la música de otros sino la de ellos. Yo sí. Ya
en aquel tiempo he empezado a tocar la de todos. Al inicio he
tocado zambas, chacareras, gatos, escondidos, remedios,
triunfos… Eso tocaban los amigos de mi padre y eso me
aprendí. Ellos traían músicas bien antiguas tomadas de violi-
neros más viejos. Porque me han sabido decir que en Tafí del
Valle, en 1860 ya ha habido violineros. Quizá haya sido el
Amigos y musiqueros se reunieron en El Mollar para cel-
ebrar los 80 de Justino, “el violín número 1 del valle”.
primer instrumento del Valle. Hoy, mucha juventud quiere to-
car el teclado y esa cosa moderna que escuchan en la radio.
Está muy bien. Pero cuánto hay para sentir en nuestro lugar
¿no? Por eso, no dejo de tocar la música vieja, para que no se
pierda. Lástima me da que algún día no se escuche más.
“Querían bailar desde temprano”
–Casi siempre héi tocado solo. En grupo, por poco tiempo,
con Quintino Mamaní que era del Rincón. El se acordaba
muy mucho de Chazarreta y tocaba sus piezas. Después, con
Polo Tolaba, con Tito Mamaní, con Evaristo “Chundo”, tuve
42 la marea
Justino Méndez es montaraz para empuñar el instrumen-
to, que suena agreste y encrespado como el paisaje.
ese conjunto que llamamos Los Toleños. Nos hemos concen-
trado todo para ponernos un nombre. Bandoleón, bombo,
guitarra y violín, tocábamos. Y hemos sabido tener éxito en
la zona. A Santa María hemos ido a cinco carnavales. A San
José del Norte, a Fuerte Quemado, Las Mojarras, hemos
ido… Tocábamos desde la una de la tarde, cuando comenza-
ba el carnaval, hasta las ocho. Y ahí cortábamos porque se-
mos invitado en otro pueblito, para el baile de más noche. En-
tonces, unos se quedaban sin baile para que bailaran los del
otro pueblo. Y así…, de carnaval en carnaval. La gente paga-
ba nuestra cerveza. Nos han dado de comer y una propina
también. Todos querían bailar desde temprano. Pedir una
zamba, una chacarera, un gato…, hasta tres veces la misma
pieza; y los bailarines que nunca se cansaban de dar vueltas.
En el campo la gente no se cansa. Sabe que puede ser la úni-
ca vez en el año que baila.
“Y si héi nacido con este arte…”
–Cuando eso, ya estaba casado. A veces, al marcharme, ella
ha protestado un poco. O cuando he vuelto de los carnavales
ha querido protestar. ¿Qué héi tenido que hacer?. Ponerme
firme y hablarle a Silveria. Si héi nacido con este arte qué voy
a hacer. No me voy a quedar quieto. Si quería seguirme que
aprendiera guitarra, bombo… lo que sea. Como no ha apren-
dido nada se ha sabido quedar conforme en su casa.
“Los demás días fueron de puro trabajo”
–La música ha sido cuestión de los fines de semana. Los de-
más días, puro trabajo. Yo he vuelto de las fiestas a mi casa y
de allí a mis oficios. A lo primero, fue la zafra y mis otros
asuntos aquí, en el barrio, mi huerto, mi arveja, mi maíz…,
una pirca, una changa de albañilería, disponer un horquetón,
un portal de madera…, todo eso. Más después me héi concha-
bado en Vialidad. El trabajo mío ha sido con balde, con mar-
tillo…, de colocar alcantarillas, instalar tubos, hacer encofra-
dos y todo esa cosa en la carretera, ¿no? Las manos me han
quedado ásperas y grandotonas con tanta cal, verdad. Los de-
dos siempre machucados, las uñas adoloridas, casi siempre
con algún malestar en las muñecas, pero el violín me ha hecho
olvidar todas esas inconveniencias. El se ha dejado tocar con
mis modos rústicos que así lo héi sabido hacer yo. Y siempre
ha estado conmigo, aunque no. Por áhi las manos andaban en
el trabajo y mi cabeza sintiendo las notas; armando con el pu-
ro pensamiento una música. Y eso es nomás la vida mía. I
Adolfo Colombres.
América como civilización emergente
Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2004.
275 páginas.
Este libro-proyecto, a la vez que reflexión, movilización del
pensamiento y del sentimiento, quiere incitar a la acción: la de ha-
cer realidad concreta, colectivamente, la emergencia civilizatoria
de América. Para Colombres, ésta es una preocupación de larga
data. Hoy esa emergencia se potencia en dos significaciones inte-
rrelacionadas: emergencia como renacimiento en una convergen-
cia que nos identifique a todos desde las plurales matrices comu-
nitarias, simbólicas, sociales, históricas de nuestras geografías
identitarias. Y emergencia como urgencia, como imperativo que
no puede esperar en este marco de políticas de disolución y frag-
mentación.
Este nuevo milenio pone a Nuestra América ante una opción
de hierro: o emerge como una verdadera civilización, consciente
de su particularidad y valor universal munida de un proyecto pro-
pio, o queda convertida en un Occidente de segunda mano, al ser-
vicio del hiperdesarrollo del otro Occidente.
El desafío implica desocultar los modelos que nos han enaje-
nado y reconstruir otros propios. Por eso la escritura de Colombres
se mueve a lo largo de todo el libro entre el desafío y el reto, este
último entendido como alegato y como conciencia reflexiva sobre
los errores y los falsos conceptos montados por generaciones.
¿Con quiénes polemiza Colombres? Con las clases dominan-
tes dueñas de la economía, con los intelectuales, científicos o pe-
sudocientíficos sociales que han desviado la mirada de la historia
y el presente de nuestros pueblos y se han hecho cómplices del sa-
queo desde la imposición de culturas enajenantes y la desvasta-
ción de nuestros patrimonios
Colombres reta principalmente a los intelectuales como quien
sacude al otro para que se dé cuenta, para que asuma la tarea de
aportar con una vigilancia crítica, a las transformaciones de la pra-
xis social popular. Lo cual significa ponerse a la par de y no por
encima o por afuera, sino aprender de los procesos y las luchas po-
pulares
La primera frase del libro puede irritar: "Nuestra America ha
comenzado el tercer milenio casi sin proyectos colectivos capaces
de afirmarnos ante el mundo como civilización emergente". ¿Es
que Colombres se olvida de Chiapas, de las luchas de los desocu-
pados, de diciembre de 2001, de los sin tierra, de las mujeres en
lucha?... No, pronto se advierte que usa el nosotros crítico para re-
ferirse a los intelectuales profesionales. Así, páginas más adelan-
te dice: "al parecer la emancipación del hombre está ya lejos de las
preocupaciones de los que asumieron la tarea de pensar como una
profesión, pero los sectores no neutralizados por la cultura de ma-
sas siguen considerándola como una causa irrenunciable".
En esta dialéctica de desafío y polémica Colombres desarrolla
un pensamiento que opera dialécticamente con dos estrategias. Por
un lado desmonta y denuncia la raíz de dominación simbólica, cul-
tural y social de categorías que persisten acríticamente en la defi-
nición de nuestras realidades; devela su falacia conceptual en razón
de que no ser emergentes de los hechos sino conceptualizaciones
impuestas para desmentir nuestra propia percepción. Por otro lado,
y a la inversa, incita a resignificar categorías que desde esa misma
perspectiva de desvastación nos enajera-
non. Entre las que deconstruye para mos-
trar sus cimientos es importante resaltar:
a) Niega el concepto de que las trans-
formaciones van a surgir de la integra-
ción de empresarios y comerciantes y
no de los pueblos: "a los capitales no se
les puede pedir que sean solidarios ni
que defiendan otra causa que la de la
máxima rentabilidad posible".
b) Denosta las ideas mestizaje e
hibridación: "es preciso ya enterrar
ese viejo esquema de crisol de ra-
zas, embuste ideológico que sirvió
para negar la persistencia de tradi-
ciones culturales diferentes y con-
vertir la hibridez en motivo de jactancia
(…) ser mestizo (…) es pensar y actuar como europeo con un
anecdótico matiz local de sabor nacional".
c) Desnuda el viejo concepto de integración desde sus dos ver-
tientes: integrar a los indígenas a la civilización occidental o indi-
genizar las matrices culturales resultantes de un largo proceso de
inmigraciones: "El proyecto exige reafricanizar al negro y reuro-
peizar al europeo, es decir, ayudarlos a recuperar sus propias tra-
diciones, pues ellas enriquecerán el cuadro cultural con nuevas
propuestas (…) El desarrollo de nuestra América no puede exigir
en modo alguno una extirpación de raíces, que neguemos una par-
te sustancial de lo que somos".
d) Desmiente el supuesto sincretismo "usado para negar la au-
tonomía de las culturas en la esfera de lo sagrado es el rito de la
violencia colonial (…) en la mayoría de los casos no existe un ver-
dadero sincretismo, sino tan sólo una mera superposición que em-
pobrece a los mundos simbólicos que entran en su configuración".
Advierte que tanto el mestizaje como el sincretismo ocultan pro-
cesos coloniales, han operado para favorecer la estigmatización de
lo indígena o su subordinación a los procesos de dominación
e) Objeta la idea del monoglinguismo usado como herramien-
ta para proponer una supuesta unidad, que no es más que homo-
geneización y negación.
f) Denuncia un ecologismo empresarial que practica el "ma-
quillaje verde", destruye y luego intenta aparecer como denfensor
del medio ambiente.
g) Critica el concepto de modernidad elaborado por la elites
europeas en el Siglo XIX que "se presentó como la religión del
progreso, destruyó diversidad, desterritorializa pensamiento, de-
grada medio ambiente y desestructura sujetos colectivos".
h) Demuele el concepto de Era Posmoderna: la "barbarie pos-
moderna opera como una subcultura del embrutecimiento, inven-
ta la cultura light, de shopping center e intenta encerrar a los indi-
viduos en miserables celdas, sustrayéndolos de los ‘peligrosos’ la-
zos de la solidaridad y la reciprocidad que nutren todo proceso
cultural verdadero".
En este movimiento de deconstrucción y develación concep-
tual, de criticar y proponer al mismo tiempo, Colombres va hil-
vanando a lo largo del libro las condiciones que deben tenerse en
cuenta en el proceso de emergencia civilizatoria.
María S. Taboada
(Fragmento de su intervención en la presentación del libro en Tucumán)
la marea 43
 Justino ...
“Tocaban zambas que llaman chilenas”
–Cuando había fiesta, venían esos hombres, los violineros del
Valle, a sacarme el permiso para que vaya con ellos. Mi pa-
dre nunca se ha negado a eso. Entonces ya me héi hecho mú-
sico a ese modo. Cada vez que ha habido un casamiento, que
ha terminado una ciega o una señalada de terneros, donde se
ha sabido hacer una fiesta, me héi hecho presente con el vio-
lín. A lo primero con ellos, que tocaban zambas pero le lla-
maban chilenas, así le han dicho ellos a la zamba: chilena; ese
nombre le daban y la gente bailaba.
“Lástima da que se pierda”
–Y fui armando mi repertorio. Después también fui inventan-
do mis músicas. Una zamba llamé Mula Corral, otra El Mo-
llar; también hice para nombrar a Los Pocitos, El Pedregal y
la de Nuñorco, que es la parte alta del cerro. Es decir, una mú-
sica por cada lugar de la zona. Cinco zambas tengo, ninguna
tiene letra. A mí me ha salido de componerlas y cada una tie-
ne su diferencia. Yo sólo las toco, porque los violineros de
por acá no tocan la música de otros sino la de ellos. Yo sí. Ya
en aquel tiempo he empezado a tocar la de todos. Al inicio he
tocado zambas, chacareras, gatos, escondidos, remedios,
triunfos… Eso tocaban los amigos de mi padre y eso me
aprendí. Ellos traían músicas bien antiguas tomadas de violi-
neros más viejos. Porque me han sabido decir que en Tafí del
Valle, en 1860 ya ha habido violineros. Quizá haya sido el
Amigos y musiqueros se reunieron en El Mollar para cel-
ebrar los 80 de Justino, “el violín número 1 del valle”.
primer instrumento del Valle. Hoy, mucha juventud quiere to-
car el teclado y esa cosa moderna que escuchan en la radio.
Está muy bien. Pero cuánto hay para sentir en nuestro lugar
¿no? Por eso, no dejo de tocar la música vieja, para que no se
pierda. Lástima me da que algún día no se escuche más.
“Querían bailar desde temprano”
–Casi siempre héi tocado solo. En grupo, por poco tiempo,
con Quintino Mamaní que era del Rincón. El se acordaba
muy mucho de Chazarreta y tocaba sus piezas. Después, con
Polo Tolaba, con Tito Mamaní, con Evaristo “Chundo”, tuve
42 la marea
Justino Méndez es montaraz para empuñar el instrumen-
to, que suena agreste y encrespado como el paisaje.
ese conjunto que llamamos Los Toleños. Nos hemos concen-
trado todo para ponernos un nombre. Bandoleón, bombo,
guitarra y violín, tocábamos. Y hemos sabido tener éxito en
la zona. A Santa María hemos ido a cinco carnavales. A San
José del Norte, a Fuerte Quemado, Las Mojarras, hemos
ido… Tocábamos desde la una de la tarde, cuando comenza-
ba el carnaval, hasta las ocho. Y ahí cortábamos porque se-
mos invitado en otro pueblito, para el baile de más noche. En-
tonces, unos se quedaban sin baile para que bailaran los del
otro pueblo. Y así…, de carnaval en carnaval. La gente paga-
ba nuestra cerveza. Nos han dado de comer y una propina
también. Todos querían bailar desde temprano. Pedir una
zamba, una chacarera, un gato…, hasta tres veces la misma
pieza; y los bailarines que nunca se cansaban de dar vueltas.
En el campo la gente no se cansa. Sabe que puede ser la úni-
ca vez en el año que baila.
“Y si héi nacido con este arte…”
–Cuando eso, ya estaba casado. A veces, al marcharme, ella
ha protestado un poco. O cuando he vuelto de los carnavales
ha querido protestar. ¿Qué héi tenido que hacer?. Ponerme
firme y hablarle a Silveria. Si héi nacido con este arte qué voy
a hacer. No me voy a quedar quieto. Si quería seguirme que
aprendiera guitarra, bombo… lo que sea. Como no ha apren-
dido nada se ha sabido quedar conforme en su casa.
“Los demás días fueron de puro trabajo”
–La música ha sido cuestión de los fines de semana. Los de-
más días, puro trabajo. Yo he vuelto de las fiestas a mi casa y
de allí a mis oficios. A lo primero, fue la zafra y mis otros
asuntos aquí, en el barrio, mi huerto, mi arveja, mi maíz…,
una pirca, una changa de albañilería, disponer un horquetón,
un portal de madera…, todo eso. Más después me héi concha-
bado en Vialidad. El trabajo mío ha sido con balde, con mar-
tillo…, de colocar alcantarillas, instalar tubos, hacer encofra-
dos y todo esa cosa en la carretera, ¿no? Las manos me han
quedado ásperas y grandotonas con tanta cal, verdad. Los de-
dos siempre machucados, las uñas adoloridas, casi siempre
con algún malestar en las muñecas, pero el violín me ha hecho
olvidar todas esas inconveniencias. El se ha dejado tocar con
mis modos rústicos que así lo héi sabido hacer yo. Y siempre
ha estado conmigo, aunque no. Por áhi las manos andaban en
el trabajo y mi cabeza sintiendo las notas; armando con el pu-
ro pensamiento una música. Y eso es nomás la vida mía. I
Adolfo Colombres.
América como civilización emergente
Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2004.
275 páginas.
Este libro-proyecto, a la vez que reflexión, movilización del
pensamiento y del sentimiento, quiere incitar a la acción: la de ha-
cer realidad concreta, colectivamente, la emergencia civilizatoria
de América. Para Colombres, ésta es una preocupación de larga
data. Hoy esa emergencia se potencia en dos significaciones inte-
rrelacionadas: emergencia como renacimiento en una convergen-
cia que nos identifique a todos desde las plurales matrices comu-
nitarias, simbólicas, sociales, históricas de nuestras geografías
identitarias. Y emergencia como urgencia, como imperativo que
no puede esperar en este marco de políticas de disolución y frag-
mentación.
Este nuevo milenio pone a Nuestra América ante una opción
de hierro: o emerge como una verdadera civilización, consciente
de su particularidad y valor universal munida de un proyecto pro-
pio, o queda convertida en un Occidente de segunda mano, al ser-
vicio del hiperdesarrollo del otro Occidente.
El desafío implica desocultar los modelos que nos han enaje-
nado y reconstruir otros propios. Por eso la escritura de Colombres
se mueve a lo largo de todo el libro entre el desafío y el reto, este
último entendido como alegato y como conciencia reflexiva sobre
los errores y los falsos conceptos montados por generaciones.
¿Con quiénes polemiza Colombres? Con las clases dominan-
tes dueñas de la economía, con los intelectuales, científicos o pe-
sudocientíficos sociales que han desviado la mirada de la historia
y el presente de nuestros pueblos y se han hecho cómplices del sa-
queo desde la imposición de culturas enajenantes y la desvasta-
ción de nuestros patrimonios
Colombres reta principalmente a los intelectuales como quien
sacude al otro para que se dé cuenta, para que asuma la tarea de
aportar con una vigilancia crítica, a las transformaciones de la pra-
xis social popular. Lo cual significa ponerse a la par de y no por
encima o por afuera, sino aprender de los procesos y las luchas po-
pulares
La primera frase del libro puede irritar: "Nuestra America ha
comenzado el tercer milenio casi sin proyectos colectivos capaces
de afirmarnos ante el mundo como civilización emergente". ¿Es
que Colombres se olvida de Chiapas, de las luchas de los desocu-
pados, de diciembre de 2001, de los sin tierra, de las mujeres en
lucha?... No, pronto se advierte que usa el nosotros crítico para re-
ferirse a los intelectuales profesionales. Así, páginas más adelan-
te dice: "al parecer la emancipación del hombre está ya lejos de las
preocupaciones de los que asumieron la tarea de pensar como una
profesión, pero los sectores no neutralizados por la cultura de ma-
sas siguen considerándola como una causa irrenunciable".
En esta dialéctica de desafío y polémica Colombres desarrolla
un pensamiento que opera dialécticamente con dos estrategias. Por
un lado desmonta y denuncia la raíz de dominación simbólica, cul-
tural y social de categorías que persisten acríticamente en la defi-
nición de nuestras realidades; devela su falacia conceptual en razón
de que no ser emergentes de los hechos sino conceptualizaciones
impuestas para desmentir nuestra propia percepción. Por otro lado,
y a la inversa, incita a resignificar categorías que desde esa misma
perspectiva de desvastación nos enajera-
non. Entre las que deconstruye para mos-
trar sus cimientos es importante resaltar:
a) Niega el concepto de que las trans-
formaciones van a surgir de la integra-
ción de empresarios y comerciantes y
no de los pueblos: "a los capitales no se
les puede pedir que sean solidarios ni
que defiendan otra causa que la de la
máxima rentabilidad posible".
b) Denosta las ideas mestizaje e
hibridación: "es preciso ya enterrar
ese viejo esquema de crisol de ra-
zas, embuste ideológico que sirvió
para negar la persistencia de tradi-
ciones culturales diferentes y con-
vertir la hibridez en motivo de jactancia
(…) ser mestizo (…) es pensar y actuar como europeo con un
anecdótico matiz local de sabor nacional".
c) Desnuda el viejo concepto de integración desde sus dos ver-
tientes: integrar a los indígenas a la civilización occidental o indi-
genizar las matrices culturales resultantes de un largo proceso de
inmigraciones: "El proyecto exige reafricanizar al negro y reuro-
peizar al europeo, es decir, ayudarlos a recuperar sus propias tra-
diciones, pues ellas enriquecerán el cuadro cultural con nuevas
propuestas (…) El desarrollo de nuestra América no puede exigir
en modo alguno una extirpación de raíces, que neguemos una par-
te sustancial de lo que somos".
d) Desmiente el supuesto sincretismo "usado para negar la au-
tonomía de las culturas en la esfera de lo sagrado es el rito de la
violencia colonial (…) en la mayoría de los casos no existe un ver-
dadero sincretismo, sino tan sólo una mera superposición que em-
pobrece a los mundos simbólicos que entran en su configuración".
Advierte que tanto el mestizaje como el sincretismo ocultan pro-
cesos coloniales, han operado para favorecer la estigmatización de
lo indígena o su subordinación a los procesos de dominación
e) Objeta la idea del monoglinguismo usado como herramien-
ta para proponer una supuesta unidad, que no es más que homo-
geneización y negación.
f) Denuncia un ecologismo empresarial que practica el "ma-
quillaje verde", destruye y luego intenta aparecer como denfensor
del medio ambiente.
g) Critica el concepto de modernidad elaborado por la elites
europeas en el Siglo XIX que "se presentó como la religión del
progreso, destruyó diversidad, desterritorializa pensamiento, de-
grada medio ambiente y desestructura sujetos colectivos".
h) Demuele el concepto de Era Posmoderna: la "barbarie pos-
moderna opera como una subcultura del embrutecimiento, inven-
ta la cultura light, de shopping center e intenta encerrar a los indi-
viduos en miserables celdas, sustrayéndolos de los ‘peligrosos’ la-
zos de la solidaridad y la reciprocidad que nutren todo proceso
cultural verdadero".
En este movimiento de deconstrucción y develación concep-
tual, de criticar y proponer al mismo tiempo, Colombres va hil-
vanando a lo largo del libro las condiciones que deben tenerse en
cuenta en el proceso de emergencia civilizatoria.
(Fragmento de su intervención en la presentación del libro en Tucumán)
María S. Taboada
la marea 43

José Gabriel Vazeilles
La basura cultural en las
jergas de Nietzche y Heidegger
Editorial Manuel Suárez,
Buenos Aires, 2004. 256 páginas
“Este es un libro a contracorriente”
dice el autor al empezar el prólogo.
Lo comenzó a elaborar en pleno auge
de la llamada “política única” neoli-
beral, hoy ya muy deteriorada por la
crisis evidente del capitalismo. Sin
embargo, según el autor, el desembo-
que de ese fracaso todavía no es cla-
ro. No han madurado, todavía, fuer-
zas capaces de cambios que mejoren
la situación de miseria y exclusión
que soporta la inmensa mayoría de la
población mundial.
Trazando un correlato con el plano
de las ideas, el autor sostiene que la
teoría de Fukuyama, que en su mo-
mento recorrió el mundo, hoy tam-
bién evidencia su endeblez compro-
bada por la historia humana de los úl-
timos años. Sin embargo, la visión
del mundo que desarrollaron Marx y
Engels tampoco tiene hoy continui-
dad vigorosa y fértil.
Vazeilles toma posición frente a las
teorías de Nietzche y Heiddeger, y a
su antecedente común Platón. Conti-
núa ese hilo conductor ideológico en
el postmodernismo actual, definido
por el autor como “el regreso «light»
del irracionalismo fascista”. Analiza
y critica los conceptos ideológicos
que acompañan el accionar político y
militar de las grandes potencias a ni-
vel mundial, diferenciando las épocas
históricas. Vazeilles se posiciona des-
de el materialismo dialéctico para su
mirada critica pero aclara que se co-
loca en este campo desde una postura
de renovación, aunque no revisionis-
44 la marea
ta. Así se siente cercano a Lukacs,
Luxemburgo y Gramsci.
Es éste un libro para leer y discutir,
que esto último es lo que hace falta,
para que el mundo intelectual y los
pueblos lleven la crítica ideológica a
fondo contra las variantes filosóficas
que avalaron y fundamentaron a fa-
vor de la ofensiva expansionista de
los imperialismos en el mundo en es-
tos últimos años. Al mismo tiempo
Vazeilles abre la polémica, dentro
del campo popular y del materialis-
mo dialéctico en particular, sobre las
conclusiones acerca del aparente fra-
caso del marxismo para contraponer-
se a esa ofensiva.
Vazeilles es actualmente el titular de
la cátedra paralela en la Facultad de
Filosofía y Letras de la U.B.A. de
Historia Social General, en polémica
pública con la tradicional cátedra de
Luis A. Romero.
Gloria Rodríguez
Rincón Gaucho
Antología del suplemento
Selección de 30 autores a cargo de
Campo de La Nación.
Analía H. Testa.
Editorial Emecé Argentina,
Colección: Tradiciones. Bs. As., 2004.
391 páginas
Mirada literaria sobre el campo ar-
gentino, desde una inconfundible óp-
tica de la oligarquía. El libro contie-
ne una selección de notas ya publica-
das en la columna homónima del su-
plemento rural del diario La Nación;
espacio inspirado por el extinto co-
modoro Juan José Güiraldes, “El ca-
dete”.
Puede resultar un ejercicio interesan-
te adentrarse en esta evocación clási-
ca que no ahorra culto al gauchismo
más vernáculo, cuya imaginería se
muestra caprichosa y distante de to-
do rigor, pero fiel a las representacio-
nes que los estancieros supieron acu-
ñar y preservar a través del tiempo.
Visión que este libro intenta perpe-
tuar, idealizando el espíritu rebelde
del gaucho y su libre andar por la
pampa; hasta ensayar, difusas razo-
nes sobre su desaparición: “¿Fue el
alambrado el que acabó con el gau-
cho? ¿O fue el tipo de explotación
que convirtió a las estancias en fábri-
cas de productos agropecuarios (…)
con un manejo –opina Félix Luna–
casi científico de los rodeos?”, se
preguntarán cándidamente.
Así es como reeditan imágenes y si-
tuaciones idílicas de la vida campes-
tre, por encima de las clases sociales,
sin que haya opresores ni oprimidos.
Omitiéndose que aquel “hombre li-
bre” (que aquí describen en su indivi-
dualidad, solitario y cabalgando por
una pradera desierta) integró una nu-
merosa masa campesina, ni libre ni in-
dependiente, desde que temprana-
mente, en el Río de la Plata, predomi-
naran las relaciones de producción
que obligaron al trabajo forzoso, el
agregamiento, el peonaje obligatorio
y la servidumbre. En correspondencia,
claro, con el sistema de apropiación
de la tierra y la consolidación de un
régimen latifundista, luego definitiva-
mente consolidado por la “organiza-
ción nacional’. De eso, del latifundio
y sus efectos, sí que no se habla. Para
los autores alcanza con una mirada
bucólica de la llanura y –de tanto en
tanto– una reflexión nostalgiosa, sin
remordimientos, sin víctimas ni victi-
marios. Lo que “ya no está” o integra
un reducto de “usos y costumbres” en
extinción, se debe al transcurrir del
tiempo y al progreso que, ¡lástima!, no
ha podido resguardar algo de aquella
“vida pura, de valores diáfanos y no-
bles”. Y por tan difuso camino se lle-
ga a extrañas definiciones; como que
Bairoletto sería un “pobre gaucho ex-
traviado”. Descripción desapacible
para un “desterrado”, marginado y fi-
nalmente perseguido por la ley de los
patrones; cuya suerte, más allá de la
anécdota, sintetiza los estertores de un
producto social que no tuvo cabida en
la estructura latifundista.
Desde ya, no se puede pretender que
estos columnistas establezcan correla-
to alguno entre la suerte del gaucho y
la vida de los actuales, y siempre mal
remunerados, obreros rurales. Para
evocar la peonada, alcanza con algún
recuerdo tierno de quien, quizá duran-
te un verano, se aproximó hasta la ma-
tera de la estancia de sus mayores.
No en vano Mariano Grondona fue su
primer entusiasta comentarista. Desde
las páginas del diario fundado por Mi-
tre, celebró la aparición del libro; sir-
viéndole para conjeturar que el argen-
tino en su “esencia íntima es un cen-
tauro”; de donde los jugadores de polo
que “brillan sin rivales en el mundo”,
serían una clara extensión del espíritu
gauchesco (¿¡!?).
En suma, el volumen –devenido en un
fiel muestrario de producciones simbó-
licas de nuestra oligarquía terratenien-
te– abunda en un pintoresquismo fun-
cional a los intereses de dicha clase,
que se retrata a sí misma innocua y
–cuando hace falta– telúrica, diluyen-
do cualquier tensión en el campo ar-
gentino.
Sólo desde una “4x4”, desde las grade-
rías de la Sociedad Rural, del patio de
comidas de la Expo Chacra, o arrella-
nados frente a la chimenea, en un cas-
co paquete de estancia, se ve el campo
de esta manera. Existió y existe otra
realidad rural, ausente en las páginas
de esta obra; vislumbrarla implicaría
contrariar el propósito de esta “tribuna
de doctrinas”.
Como ya hemos dicho: distantes de ser
representaciones telúricas, el riel
muerto, la fábrica paralizada, la estan-
cia refrenando la vida rural, el paraje
despoblado y silente, persisten como
cruda realidad social a superar en el
presente siglo, repechando designios
históricos.
El joven Castelnuovo –mucho más
perceptivo que el maduro–, alguna
vez planteó las dificultades de un
arriero para convencer a su burro de
que ambos formaban “parte del mis-
mo reino animal”. La renovada oligar-
quía terrateniente, aún travestida y
emperifollada para encantar, está más
lejos, todavía, de tal cometido. En el
campo argentino (al menos el que se
describe y defiende en esta obra) son
cosa distinta los dueños de la tierra y
quienes la trabajan. Como decía Yu-
panqui: unos hacen de trueno, y es pa’
V.D
otros la llovida.
Carlos Echagüe
Argentina.
Declinación de la Soberanía
y disputa Interimperialista
Editorial Agora, Bs. As., 2004
500 páginas
El autor se ocupa en este último libro
del proceso de declinación de la sobera-
nía nacional, siguiendo la trama econó-
mica y política que, en el último cuarto
de siglo, hundió al pueblo argentino en
el hambre y la miseria.
A partir de una voluminosa bibliografía
y valiosas fuentes documentales y pe-
riodísticas describe y caracteriza a los
grupos terratenientes y de burguesía in-
termediaria vinculados a uno u otro im-
perialismo, que protagonizaron sucesi-
vos cambios de hegemonía dentro del
bloque de las clases dominantes argen-
tinas; y que, fueron, a su vez, los princi-
pales beneficiarios de esas políticas de
entrega del patrimonio nacional, favo-
recidas por los cambios operados en el
mundo con la crisis mundial y derrota
del socialismo.
La correlación de fuerzas en el plano
económico entre el imperialismo yan-
qui, ruso y europeos, sus vínculos inter-
nacionales y nacionales permiten com-
prender la penetración extranjera en el
país y la disputa que éstos libran por el
control político y económico. La tra-
yectoria de los principales grupos mo-
nopolistas, las operaciones de extranje-
rización de la tierra, desindustrializa-
ción, vaciamiento de empresas estata-
les, las privatizaciones y el endeuda-
miento son tópicos rigurosa y clara-
mente abordados.
Además de describir, demostrar y fun-
damentar la penetración imperialista en
la Argentina, Carlos Echagüe polemiza
con las teorías difundidas en los gran-
des medios de comunicación y acadé-
micos que disfrazan esta penetración
imperialista con conceptos en boga que
encubren su verdadera naturaleza y rea-
firma la necesidad de retomar el cami-
no de independencia nacional y popular
fortaleciendo la unidad de los sectores
patrióticos y populares.
Su lectura no sólo permite conocer el
quién es quién de los grandes grupos
económicos sino que ofrece elementos
indispensables para comprender la his-
toria reciente.
Eugenio Gastiazoro
Historia Argentina
Introducción al análisis eco-
nómico social
Tomo IV / de 1930
a nuestros días
Editorial Agora, Bs. As., 2004
497 páginas
Con esta obra el autor completa el estu-
dio económico-social sobre la historia
Argentina, de 1930 a nuestros días. Este
es un libro que abarca los últimos seten-
ta años de la vida nacional, desde el gol-
pe que derrocó al gobierno radical de
Hipólito Yrigoyen, que dio origen a la
década infame. El autor desentraña las
contradicciones internas de los hechos
fundamentales y la incidencia sobre ella
de los factores externos –en particular,
la lucha de los pueblos oprimidos por su
liberación y la disputa entre los distintos
imperialismos– que nos permite aproxi-
marnos a la comprensión de todos esos
complejos fenómenos.
Varios apéndices acompañan a la obra
que favorece el conocimiento de algu-
NOVEDADES
nos hechos fundamentales del período
de la segunda guerra y la posguerra,
EDICIONES CINCO
así como las características del régi-
men de propiedad, uso y renta del sue-
lo en la Argentina, hasta llegar al aná-
lisis de las políticas "neokeynesianas"
y el gobierno del actual presidente
Lingüística social y autorías de la palabra
A.S.
Kirchner.
y del pensamiento.
Temas de debate en psicología social y educación.
María Isabel Requejo
Patrimonio cultural e identidad.
Culturas populares, memoria social y educación.
Josefina Racedo, María Isabel Requejo,
Zulma Segura, María Stella Taboada
Psicología Clínica Pichoniana.
Una perspectiva vincular, social y operativa
de la subjetividad.
Fernando Fabris, María Dolores Galiña-
nes
Temas de Psicología Social Nº 23.
Luz Mala - Poesía
Jorge Brega
Especializada en
Historia Crítica de la Psicología Social
La lucha de los lenguajes
Literatura Argentina 24 de noviembre 997
Volumen 2 (1224) Buenos Aires
Tel./Fax: 4931-6197
Julio Schvartzman email: edicionescinco@navigo.com.ar
Director del volumen:
Serie dirigida por Noé Jitrik.
Emecé Editores, Bs. As., 2004
653 páginas
El director general de esta obra Noe Ji-
trik ha llevado a cabo una vasta y conti-
nua labor crítica. Desde 1960 hasta aho-
ra ha publicado varios trabajos sobre
autores y textos decisivos de la literatu-
ra argentina. Esta obra, cuyo plan le
pertenece, expresa no solo una expe-
NUDOS
riencia del campo literario sino también
una concepción original de la historia y
su relación con la literatura. El director
del presente volumen, Julio Schvartz-
man es crítico ensayista y docente de la
Universidad de Buenos Aires, especia-
lista en la literatura correspondiente a la
EN LA CULTURA ARGENTINA
turbulenta época rosista.
Los trabajos aquí reunidos cuentan una
Últimas colecciones comple-
historia de conformación de identida-
tas de una de las más impor-
des imaginadas y provisorias a través
tantes revistas de la cultura
del lenguaje. Entre los autores figuran
antidictatorial. Adquiera la su-
Martín Kohan, Leónidas Lamborghini,
ya. Consultas: revistalama-
rea@yahoo.com.ar y en Li-
Elida Lois, Claudia Román, Cristina
brería Raíces, Agrelo 3045,
Iglesias, Sandra Gasparini, Juan Carlos
Capital, Tel. (011) 4931-6157.
Belardi, entre otros, además de Julio
A.S.
Schvartzman y Noe Jitrik.
la marea 45

José Gabriel Vazeilles
La basura cultural en las
jergas de Nietzche y Heidegger
Editorial Manuel Suárez,
Buenos Aires, 2004. 256 páginas
“Este es un libro a contracorriente”
dice el autor al empezar el prólogo.
Lo comenzó a elaborar en pleno auge
de la llamada “política única” neoli-
beral, hoy ya muy deteriorada por la
crisis evidente del capitalismo. Sin
embargo, según el autor, el desembo-
que de ese fracaso todavía no es cla-
ro. No han madurado, todavía, fuer-
zas capaces de cambios que mejoren
la situación de miseria y exclusión
que soporta la inmensa mayoría de la
población mundial.
Trazando un correlato con el plano
de las ideas, el autor sostiene que la
teoría de Fukuyama, que en su mo-
mento recorrió el mundo, hoy tam-
bién evidencia su endeblez compro-
bada por la historia humana de los úl-
timos años. Sin embargo, la visión
del mundo que desarrollaron Marx y
Engels tampoco tiene hoy continui-
dad vigorosa y fértil.
Vazeilles toma posición frente a las
teorías de Nietzche y Heiddeger, y a
su antecedente común Platón. Conti-
núa ese hilo conductor ideológico en
el postmodernismo actual, definido
por el autor como “el regreso «light»
del irracionalismo fascista”. Analiza
y critica los conceptos ideológicos
que acompañan el accionar político y
militar de las grandes potencias a ni-
vel mundial, diferenciando las épocas
históricas. Vazeilles se posiciona des-
de el materialismo dialéctico para su
mirada critica pero aclara que se co-
loca en este campo desde una postura
de renovación, aunque no revisionis-
44 la marea
ta. Así se siente cercano a Lukacs,
Luxemburgo y Gramsci.
Es éste un libro para leer y discutir,
que esto último es lo que hace falta,
para que el mundo intelectual y los
pueblos lleven la crítica ideológica a
fondo contra las variantes filosóficas
que avalaron y fundamentaron a fa-
vor de la ofensiva expansionista de
los imperialismos en el mundo en es-
tos últimos años. Al mismo tiempo
Vazeilles abre la polémica, dentro
del campo popular y del materialis-
mo dialéctico en particular, sobre las
conclusiones acerca del aparente fra-
caso del marxismo para contraponer-
se a esa ofensiva.
Vazeilles es actualmente el titular de
la cátedra paralela en la Facultad de
Filosofía y Letras de la U.B.A. de
Historia Social General, en polémica
pública con la tradicional cátedra de
Luis A. Romero.
Gloria Rodríguez
Rincón Gaucho
Antología del suplemento
Campo de La Nación.
Selección de 30 autores a cargo de
Analía H. Testa.
Editorial Emecé Argentina,
Colección: Tradiciones. Bs. As., 2004.
391 páginas
Mirada literaria sobre el campo ar-
gentino, desde una inconfundible óp-
tica de la oligarquía. El libro contie-
ne una selección de notas ya publica-
das en la columna homónima del su-
plemento rural del diario La Nación;
espacio inspirado por el extinto co-
modoro Juan José Güiraldes, “El ca-
dete”.
Puede resultar un ejercicio interesan-
te adentrarse en esta evocación clási-
ca que no ahorra culto al gauchismo
más vernáculo, cuya imaginería se
muestra caprichosa y distante de to-
do rigor, pero fiel a las representacio-
nes que los estancieros supieron acu-
ñar y preservar a través del tiempo.
Visión que este libro intenta perpe-
tuar, idealizando el espíritu rebelde
del gaucho y su libre andar por la
pampa; hasta ensayar, difusas razo-
nes sobre su desaparición: “¿Fue el
alambrado el que acabó con el gau-
cho? ¿O fue el tipo de explotación
que convirtió a las estancias en fábri-
cas de productos agropecuarios (…)
con un manejo –opina Félix Luna–
casi científico de los rodeos?”, se
preguntarán cándidamente.
Así es como reeditan imágenes y si-
tuaciones idílicas de la vida campes-
tre, por encima de las clases sociales,
sin que haya opresores ni oprimidos.
Omitiéndose que aquel “hombre li-
bre” (que aquí describen en su indivi-
dualidad, solitario y cabalgando por
una pradera desierta) integró una nu-
merosa masa campesina, ni libre ni in-
dependiente, desde que temprana-
mente, en el Río de la Plata, predomi-
naran las relaciones de producción
que obligaron al trabajo forzoso, el
agregamiento, el peonaje obligatorio
y la servidumbre. En correspondencia,
claro, con el sistema de apropiación
de la tierra y la consolidación de un
régimen latifundista, luego definitiva-
mente consolidado por la “organiza-
ción nacional’. De eso, del latifundio
y sus efectos, sí que no se habla. Para
los autores alcanza con una mirada
bucólica de la llanura y –de tanto en
tanto– una reflexión nostalgiosa, sin
remordimientos, sin víctimas ni victi-
marios. Lo que “ya no está” o integra
un reducto de “usos y costumbres” en
extinción, se debe al transcurrir del
tiempo y al progreso que, ¡lástima!, no
ha podido resguardar algo de aquella
“vida pura, de valores diáfanos y no-
bles”. Y por tan difuso camino se lle-
ga a extrañas definiciones; como que
Bairoletto sería un “pobre gaucho ex-
traviado”. Descripción desapacible
para un “desterrado”, marginado y fi-
nalmente perseguido por la ley de los
patrones; cuya suerte, más allá de la
anécdota, sintetiza los estertores de un
producto social que no tuvo cabida en
la estructura latifundista.
Desde ya, no se puede pretender que
estos columnistas establezcan correla-
to alguno entre la suerte del gaucho y
la vida de los actuales, y siempre mal
remunerados, obreros rurales. Para
evocar la peonada, alcanza con algún
recuerdo tierno de quien, quizá duran-
te un verano, se aproximó hasta la ma-
tera de la estancia de sus mayores.
No en vano Mariano Grondona fue su
primer entusiasta comentarista. Desde
las páginas del diario fundado por Mi-
tre, celebró la aparición del libro; sir-
viéndole para conjeturar que el argen-
tino en su “esencia íntima es un cen-
tauro”; de donde los jugadores de polo
que “brillan sin rivales en el mundo”,
serían una clara extensión del espíritu
gauchesco (¿¡!?).
En suma, el volumen –devenido en un
fiel muestrario de producciones simbó-
licas de nuestra oligarquía terratenien-
te– abunda en un pintoresquismo fun-
cional a los intereses de dicha clase,
que se retrata a sí misma innocua y
–cuando hace falta– telúrica, diluyen-
do cualquier tensión en el campo ar-
gentino.
Sólo desde una “4x4”, desde las grade-
rías de la Sociedad Rural, del patio de
comidas de la Expo Chacra, o arrella-
nados frente a la chimenea, en un cas-
co paquete de estancia, se ve el campo
de esta manera. Existió y existe otra
realidad rural, ausente en las páginas
de esta obra; vislumbrarla implicaría
contrariar el propósito de esta “tribuna
de doctrinas”.
Como ya hemos dicho: distantes de ser
representaciones telúricas, el riel
muerto, la fábrica paralizada, la estan-
cia refrenando la vida rural, el paraje
despoblado y silente, persisten como
cruda realidad social a superar en el
presente siglo, repechando designios
históricos.
El joven Castelnuovo –mucho más
perceptivo que el maduro–, alguna
vez planteó las dificultades de un
arriero para convencer a su burro de
que ambos formaban “parte del mis-
mo reino animal”. La renovada oligar-
quía terrateniente, aún travestida y
emperifollada para encantar, está más
lejos, todavía, de tal cometido. En el
campo argentino (al menos el que se
describe y defiende en esta obra) son
cosa distinta los dueños de la tierra y
quienes la trabajan. Como decía Yu-
panqui: unos hacen de trueno, y es pa’
otros la llovida.
V.D
Carlos Echagüe
Argentina.
Declinación de la Soberanía
y disputa Interimperialista
Editorial Agora, Bs. As., 2004
500 páginas
El autor se ocupa en este último libro
del proceso de declinación de la sobera-
nía nacional, siguiendo la trama econó-
mica y política que, en el último cuarto
de siglo, hundió al pueblo argentino en
el hambre y la miseria.
A partir de una voluminosa bibliografía
y valiosas fuentes documentales y pe-
riodísticas describe y caracteriza a los
grupos terratenientes y de burguesía in-
termediaria vinculados a uno u otro im-
perialismo, que protagonizaron sucesi-
vos cambios de hegemonía dentro del
bloque de las clases dominantes argen-
tinas; y que, fueron, a su vez, los princi-
pales beneficiarios de esas políticas de
entrega del patrimonio nacional, favo-
recidas por los cambios operados en el
mundo con la crisis mundial y derrota
del socialismo.
La correlación de fuerzas en el plano
económico entre el imperialismo yan-
qui, ruso y europeos, sus vínculos inter-
nacionales y nacionales permiten com-
prender la penetración extranjera en el
país y la disputa que éstos libran por el
control político y económico. La tra-
yectoria de los principales grupos mo-
nopolistas, las operaciones de extranje-
rización de la tierra, desindustrializa-
ción, vaciamiento de empresas estata-
les, las privatizaciones y el endeuda-
miento son tópicos rigurosa y clara-
mente abordados.
Además de describir, demostrar y fun-
damentar la penetración imperialista en
la Argentina, Carlos Echagüe polemiza
con las teorías difundidas en los gran-
des medios de comunicación y acadé-
micos que disfrazan esta penetración
imperialista con conceptos en boga que
encubren su verdadera naturaleza y rea-
firma la necesidad de retomar el cami-
no de independencia nacional y popular
fortaleciendo la unidad de los sectores
patrióticos y populares.
Su lectura no sólo permite conocer el
quién es quién de los grandes grupos
económicos sino que ofrece elementos
indispensables para comprender la his-
toria reciente.
Eugenio Gastiazoro
Historia Argentina
Introducción al análisis eco-
nómico social
Tomo IV / de 1930
a nuestros días
Editorial Agora, Bs. As., 2004
497 páginas
Con esta obra el autor completa el estu-
dio económico-social sobre la historia
Argentina, de 1930 a nuestros días. Este
es un libro que abarca los últimos seten-
ta años de la vida nacional, desde el gol-
pe que derrocó al gobierno radical de
Hipólito Yrigoyen, que dio origen a la
década infame. El autor desentraña las
contradicciones internas de los hechos
fundamentales y la incidencia sobre ella
de los factores externos –en particular,
la lucha de los pueblos oprimidos por su
liberación y la disputa entre los distintos
imperialismos– que nos permite aproxi-
marnos a la comprensión de todos esos
complejos fenómenos.
Varios apéndices acompañan a la obra
que favorece el conocimiento de algu-
nos hechos fundamentales del período
de la segunda guerra y la posguerra,
NOVEDADES
así como las características del régi-
men de propiedad, uso y renta del sue- EDICIONES CINCO
lo en la Argentina, hasta llegar al aná-
lisis de las políticas "neokeynesianas"
y el gobierno del actual presidente
Kirchner.
Lingüística social y autorías de la palabra
A.S. y del pensamiento.
Temas de debate en psicología social y educación.
María Isabel Requejo
Patrimonio cultural e identidad.
Culturas populares, memoria social y educación.
Josefina Racedo, María Isabel Requejo,
Zulma Segura, María Stella Taboada
Psicología Clínica Pichoniana.
Una perspectiva vincular, social y operativa
de la subjetividad.
Fernando Fabris, María Dolores Galiña-
nes
Temas de Psicología Social Nº 23.
Luz Mala - Poesía
Jorge Brega
La lucha de los lenguajes Especializada en
Historia Crítica de la Psicología Social
Literatura Argentina 24 de noviembre 997
Volumen 2 (1224) Buenos Aires
Director del volumen: Tel./Fax: 4931-6197
Julio Schvartzman email: edicionescinco@navigo.com.ar
Serie dirigida por Noé Jitrik.
Emecé Editores, Bs. As., 2004
653 páginas
El director general de esta obra Noe Ji-
trik ha llevado a cabo una vasta y conti-
nua labor crítica. Desde 1960 hasta aho-
ra ha publicado varios trabajos sobre
autores y textos decisivos de la literatu-
ra argentina. Esta obra, cuyo plan le
pertenece, expresa no solo una expe-
riencia del campo literario sino también
NUDOS
una concepción original de la historia y
su relación con la literatura. El director
del presente volumen, Julio Schvartz-
man es crítico ensayista y docente de la
Universidad de Buenos Aires, especia-
lista en la literatura correspondiente a la
turbulenta época rosista.
EN LA CULTURA ARGENTINA
Los trabajos aquí reunidos cuentan una
historia de conformación de identida-
des imaginadas y provisorias a través Últimas colecciones comple-
del lenguaje. Entre los autores figuran tas de una de las más impor-
Martín Kohan, Leónidas Lamborghini, tantes revistas de la cultura
Elida Lois, Claudia Román, Cristina antidictatorial. Adquiera la su-
Iglesias, Sandra Gasparini, Juan Carlos ya. Consultas: revistalama-
Belardi, entre otros, además de Julio rea@yahoo.com.ar y en Li-
Schvartzman y Noe Jitrik. brería Raíces, Agrelo 3045,
Capital, Tel. (011) 4931-6157.
A.S.
la marea 45
 10 años de La Marea

Al cumplir 10 años de existencia LA MAREA realizó el 27 de junio pasado en el

Centro Cultural General San Martín un encuentro con la música y la cultura genuina.

Encuentro de Música De acuerdo con su propuesta editorial por una "cultura nacional, popular, científi-
ca y democrática", concretó un hecho poco convencional en el centro porteño:
artistas profesionales y consagrados actuaron
junto a productores naturales del arte popular argentino.

y Cultura Popular
José Curbelo.
Payador oriental, en sus dé-
cimas cuestionó a quienes glo-
balizan la miseria y abogó:
“¡Qué La Marea crezca hasta
ahogar la injusticia!”.

Muestra de Manuel Amigo (pinturas y tapas de la revista Nudos).

Valentín Chocobar, Cala Loto, Cachi y Justino Méndez

Cala Loto, hachero y vidalero de Santiago del Estero y Casilda Chazarreta, presen-
Aníbal Glüsman. tes con el arte de su región. Valentín Chocobar, conocedor refinado de la baguala, trajo

Eximio intérprete de
tango y folclore, generó
un clima especial en los
dos mil asistentes de la
sala A/B del Centro
Cultural. Esmerada eje-
cución del ex tecladista
del Sexteto Tango.
Teresa Parodi.
la música popular de Salta. Mientras Eusebio Maidana, toba desocupado, ejecutó un
n'bonquen (violín) construido por sus manos.
Viviana Prado
La reconocida cantautora popular, asesora de nuestra
Justiano Méndez, primer violín del Mollar, interpretó con sencillez y pureza su reperto-
y Eduardo Taccone.
revista, con la que nos une un largo camino de lucha en
rio de viejas melodías populares campesinas.
varios movimientos: el de la Reconstrucción y Desarro-
Cantante y guitarrista, suma-
llo de la Cultura Nacional, el Movimiento por la Verda-
ron la identidad de la música po-
dera Historia, y acutalmente, el MODACUNA, trajo su
pular ciudadana; y una sentida
canto del litoral.
mención a la muerte de Martín
Cisneros, desocupado de la Boca.

Martín Ortellado, malambeador bonaerense. nidad toba del Barrio Los Pu-
Jóvenes, miembros de una comu-

Esquilador; ex peón rural, obrero de la carne y mitas del Gran Rosario,

otros oficios, lejos de estilizaciones dudosas, con pil- bailaron al son de músicas, algu-
Claudio Sosa, tucumano, integrante
chas de peón endomingado y en alpargatas, mostró el nas de ellas provenientes de
de “Músicos de provincia”.
malambo surero aprendido en las materas de las estan- "nuestro cancionero nacional".
cias de la llanura. Lo acompañaron el guitarrista Rubén Vestidos algunos con plumas y
“Soy testigo -dijo- de la discusión que viene
Hidalgo y Martín Ortellado (h). ropas que intentaban acercarse a
generando La Marea a través de estos diez años. Ella
acompaña las luchas sociales sin olvidar la cultura.” imaginario que tenemos sobre el-
los, mostraron algo que trascen-
día la actuación: el orgullo por su
identidad, reivindicada en el escenario y en su lugar de vida, tan difícil como son
Rolando Goldman. las villas del gran Rosario. Esta visión, supone de nuestra parte renunciar al imagi-
Daniel Galán Trío. El maestro Daniel Galán, Experto y consagrado charanguista –antes de su in- nario del indígena y asumir que sus manifestaciones pueden tener y tienen elemen-
Alejandro Correo y Marcelo Presia, docentes de la terpretación– manifestó alegría por compartir con esta tos transculturales, pero eso, en modo alguno quita valor a su presencia y aporte.
Escuela de Música Popular de Avellaneda, se incorpo- revista la lucha por nuestra cultura y exaltó el esfuerzo Los que queremos aportar a la cultura tenemos mucho que hacer para apoyar estas
raron con el ritmo del jazz y el blues. editorial que autosostiene el proyecto. manifestaciones y darles cabida en la sociedad, como lo hizo LA MAREA".

46 la marea la marea 47
 Encuentro de Música
y Cultura Popular
10 años de La Marea

Al cumplir 10 años de existencia LA MAREA realizó el 27 de junio pasado en el

Centro Cultural General San Martín un encuentro con la música y la cultura genuina.
De acuerdo con su propuesta editorial por una "cultura nacional, popular, científi-
ca y democrática", concretó un hecho poco convencional en el centro porteño:
artistas profesionales y consagrados actuaron
junto a productores naturales del arte popular argentino.

José Curbelo.
Payador oriental, en sus dé-
cimas cuestionó a quienes glo-
balizan la miseria y abogó:
“¡Qué La Marea crezca hasta
ahogar la injusticia!”.

Muestra de Manuel Amigo (pinturas y tapas de la revista Nudos).

Valentín Chocobar, Cala Loto, Cachi y Justino Méndez

Aníbal Glüsman.
Eximio intérprete de
tango y folclore, generó
un clima especial en los
dos mil asistentes de la
sala A/B del Centro
Cultural. Esmerada eje-
cución del ex tecladista
del Sexteto Tango.
Cala Loto, hachero y vidalero de Santiago del Estero y Casilda Chazarreta, presen-
tes con el arte de su región. Valentín Chocobar, conocedor refinado de la baguala, trajo
la música popular de Salta. Mientras Eusebio Maidana, toba desocupado, ejecutó un
n'bonquen (violín) construido por sus manos. Teresa Parodi.
Justiano Méndez, primer violín del Mollar, interpretó con sencillez y pureza su reperto- La reconocida cantautora popular, asesora de nuestra
revista, con la que nos une un largo camino de lucha en
Viviana Prado
rio de viejas melodías populares campesinas.
varios movimientos: el de la Reconstrucción y Desarro-
y Eduardo Taccone.
Cantante y guitarrista, suma-
llo de la Cultura Nacional, el Movimiento por la Verda-
ron la identidad de la música po-
dera Historia, y acutalmente, el MODACUNA, trajo su
pular ciudadana; y una sentida
canto del litoral.
mención a la muerte de Martín
Cisneros, desocupado de la Boca.

Jóvenes, miembros de una comu-

Martín Ortellado, malambeador bonaerense. nidad toba del Barrio Los Pu-
Esquilador; ex peón rural, obrero de la carne y mitas del Gran Rosario,
otros oficios, lejos de estilizaciones dudosas, con pil- bailaron al son de músicas, algu-
chas de peón endomingado y en alpargatas, mostró el nas de ellas provenientes de
malambo surero aprendido en las materas de las estan-
Claudio Sosa, tucumano, integrante
"nuestro cancionero nacional".
cias de la llanura. Lo acompañaron el guitarrista Rubén
de “Músicos de provincia”.
“Soy testigo -dijo- de la discusión que viene Vestidos algunos con plumas y
Hidalgo y Martín Ortellado (h). ropas que intentaban acercarse a
generando La Marea a través de estos diez años. Ella
acompaña las luchas sociales sin olvidar la cultura.” imaginario que tenemos sobre el-
los, mostraron algo que trascen-
día la actuación: el orgullo por su
identidad, reivindicada en el escenario y en su lugar de vida, tan difícil como son
Rolando Goldman. las villas del gran Rosario. Esta visión, supone de nuestra parte renunciar al imagi-
Daniel Galán Trío. El maestro Daniel Galán, Experto y consagrado charanguista –antes de su in- nario del indígena y asumir que sus manifestaciones pueden tener y tienen elemen-
Alejandro Correo y Marcelo Presia, docentes de la terpretación– manifestó alegría por compartir con esta tos transculturales, pero eso, en modo alguno quita valor a su presencia y aporte.
Escuela de Música Popular de Avellaneda, se incorpo- revista la lucha por nuestra cultura y exaltó el esfuerzo Los que queremos aportar a la cultura tenemos mucho que hacer para apoyar estas
raron con el ritmo del jazz y el blues. editorial que autosostiene el proyecto. manifestaciones y darles cabida en la sociedad, como lo hizo LA MAREA".

46 la marea la marea 47
 Un análisis del “fenómeno Blumberg” desde un perspectiva psicosocial
La inseguridad de la desigualdad
Escriben Diana Kordon, Lucila Edelman,
Los sentimientos de desprotección de bue-
na parte de nuestra sociedad son terreno
fértil para los mensajes inquisitoriales,
paranoicos y represivos de las campañas de
inducción psicológica de la derecha política.
Los autores indagan los resortes del
psiquismo en los que estas campañas
E
encuentran su sustrato.
l fenómeno Blumberg nos obliga a reconsiderar una serie de
aspectos de nuestra actualidad. No pondremos el énfasis en
las evidentes aristas políticas que el fenómeno representa, es-
pecialmente en cuanto a la instrumentación del mismo ya sea por
parte de la derecha brutal o de la derecha cínica, sino que nos ocu-
paremos de los articuladores psicosociales que se ponen en mar-
cha.
Es indudable que el fenómeno Blumberg asienta sobre un im-
portante grado de descomposición social, signado en primer lugar
por la cada vez más amplia desigualdad económica. En el país
coexisten paisajes propios de Beverly Hills con otros compatibles
con las zonas más pobres del planeta. Como subproducto de la de-
sigualdad y la descomposición social, se registra un evidente in-
cremento en la violencia social, sobre el cual se montan verdade-
ras campañas de inducción psicológica, prolijamente instrumen-
tadas por los medios masivos de comunicación, pertenecientes en
su mayoría a unos pocos grupos económicos multimedios.
Nos interesa destacar sobre qué resortes del psiquismo
estas campañas encuentran su sustrato y posterior anu-
damiento. Los innegables sentimientos de desprotec-
ción que padece buena parte de nuestra sociedad, pre-
sentan un terreno especialmente fértil para que germi-
nen los mensajes inquisitoriales, paranoicos y represi-
vos.
Los sentimientos de desprotección e inermidad se re-
montan, en nuestra historia reciente, a los delitos de lesa
humanidad cometidos por la última dictadura militar y a
los grandes delitos económicos cometidos en la década del noven-
ta, y que impunes en su mayoría, afectan a nuestra sociedad hasta
el día de hoy. La impunidad incrementa las vivencias de despro-
tección antes señaladas al tiempo que genera má violencia.
48 la marea
Darío Lagos y Daniel Kersner*
Finalmente las vivencias de inseguridad hunden sus raíces
en los inicios mismos de la vida de cada sujeto, cuando la pre-
maturez del cachorro humano lo hace extremadamente vulnera-
ble, al punto de depender de manera total y permanente de un
otro para poder sobrevivir. Es esta marca en el origen la que se
activa cuando desde lo social fracasan los mecanismos garanti-
zadores de la protección (en teoría la ley y el Estado, pero solo
en teoría), y encuentran su espacio las invocaciones represivas:
la mano dura, la reforma del código penal, la pena de muerte y/o
la represión política y social lisa y llana.
El intento de reducir la edad de imputabilidad (de 18 a 16
años), como el de aumentar las penas para ciertos delitos, moti-
vados por el fenómeno Blumberg, presenta la reveladora singu-
laridad de que en el secuestro y homicidio de Axel no se regis-
tra la participación de menores de edad, y que la condena apli-
cable a la figura penal en cuestión –secuestro seguido de muer-
te– es la máxima de nuestro código penal: cadena perpetua.
¿Qué es entonces lo que se reclama? El fenómeno Blumberg
debe ser analizado teniendo en cuenta la totalidad del discurso
Blumberg: el contenido de sus discursos y de todas sus declara-
ciones (incluyendo su concepción de los derechos humanos:
“los derechos humanos son para los delincuentes”, su descalifi-
cación a los organismos de derechos humanos: “a mí no vinie-
ron a verme de los derechos humanos”, sus comentarios sobre el
joven Sebastián Bordón, o sus reflexiones sobre el voto califica-
do). También debe incluir sus propuestas, sus asesores políticos,
la composición social de cada una de sus masivas concentracio-
nes, el discurso del resto de los oradores presentes, etc.
En este último ítem vale la pena subrayar la referencia al
Himno Nacional del rabino Berman, quien propuso reemplazar
la libertad por la seguridad en los versos de la canción patria. El
aparente dislate postula una nueva escala de valores donde la se-
guridad, entendida como el resguardo de vidas y bienes de los
sectores acomodados, ocuparía la máxima valoración social, en
tanto del grito sagrado se trata.
Otra de las reflexiones que nos surge es en torno al miedo,
tan cercano a las vivencias de desprotección y desamparo. En
el mapa de la desigualdad social, el miedo opera por presencia
o por ausencia en ambos extremos. Si el otro es acusado a tra-
vés de un discurso discriminador y segregacionista, si es estig-
matizado por un discurso paranoico, deja de ser un otro pleno,
un semejante, para convertirse en enemigo, el que tiene mala
voluntad a otro y le desea o hace mal / el contrario en la gue-
rra.1 El lugar de enemigo es, en rigor, el lugar en donde mue-
ren la semejanza y la alteridad. Por eso el enemigo no tiene de-
recho a la autonomía y, sobre todo, no tiene derecho a diferir de
nuestro propio ideal (político, religioso, étnico,
estético, etc.)
Así las cosas, el enemigo se construye por la di-
ferencia y por la negación. Por la diferencia se lo
convierte en container de todo lo que para el sujeto
es negativo, sea interno o externo. Por la negación,
al anularlo en su alteridad ha dejado de ser un se-
mejante, un prójimo, y por lo tanto se pierde el vin-
culo de reciprocidad. Freud habla del Nebenmensch como com-
plejo del semejante, como un primer objeto que es similar al su-
jeto, y al que define como prójimo, y con el cual mantiene una re-
lación de reciprocidad (Kancyper, 2002). Tal pérdida, y su susti-
tución por el vínculo de enemistad, supone una teoría del otro y
una sociología de la exclusión y el aniquilamiento. Si el enemigo
no es reconocido como un semejante, como un otro miembro de
la cultura, es pasible de ser aniquilado, etimológicamente reduci-
do a la nada.2 Recordemos los discursos de Videla acerca de los
desaparecidos (“no están, no existen”), o de Saint Jean acerca de
todos aquellos a los que iban a matar (en una enumeración que co-
menzaba por los subversivos y finalizaba con los tímidos).
En este punto, y por sus consecuencias, es importante desta-
car la diferencia conceptual entre enemigo y adversario o rival,
quien compite con otro, pugnando por obtener una misma cosa o
por superarle. Sinónimos: contrario, competidor, adversario,
émulo.3 La rivalidad es una competencia que transcurre en un
campo vincular reglado y tiene en el deporte uno de sus paradig-
mas. Las normas estructuran la vincularidad en la que transcurre
la rivalidad determinando lo permitido y lo prohibido. Es siempre
un ejercicio de terceridad (como en el deporte hay un reglamen-
to, árbitros, sanciones, y un sometimiento, por internalizacion, de
los rivales a estas instancias). La enemistad en cambio no sabe de
reglas ni terceridades, es el enfrentamiento radical regido por la
lógica del aniquilamiento.
El otro polo del miedo es el de los excluidos. Es sabido que
cuando se pierde la esperanza se pierde el miedo. En numerosos
reportajes televisivos y gráficos a jóvenes marginados vueltos de-
lincuentes, se reitera la frase “nosotros estamos jugados”. Signi-
fica para nosotros no hay esperanzas, no hay porvenir, no hay nin-
guna posibilidad de otra cosa y, en consecuencia, no hay nada que
perder. Los jóvenes caídos del sistema, sin trabajo, sin estudio, sin
posibilidades más o menos cercanas de reinserción social, sin si-
quiera promesas por parte del poder político y económico, han
perdido también el miedo: nada que perder, nada que temer. No
esperan, como los ladrones profesionales, dar un golpe y salvar-
se, pero tampoco temen tirotearse con la policía por un magro bo-
tín. Saben que más temprano que tarde caerán presos o bajo las
balas, como antes el hermano mayor, el amigo o el vecino. “El
odio a la policía es quizás el más fuerte lazo de
identidad entre los chicos dedicados al robo. No
hay pibe chorro que no tenga un caído bajo la me-
tralla policial en su historia de pérdidas y humi-
llaciones” (Alarcón, 2003). Junto a la perdida de
las esperanzas se pierde también la noción de fu-
turo, tan cara y necesaria para el funcionamiento
psíquico, para la propia proyección del sujeto y
para el desarrollo y mantenimiento de su sentimiento de mismi-
dad.
Tampoco hay en ellos demasiada consideración por el otro.
¿Por qué habrían de tenerla cuando desde el poder y desde buena
parte de la sociedad se les da la espalda? ¿Por qué habrían de ser
considerados y respetuosos de la alteridad cuando se los priva de
todo, cuando toda reciprocidad les es negada? Como metáfora
condensadora hace un tiempo se discutía si los cartoneros podían
tener acceso a la basura de la ciudad de Buenos Aires.
Si no hay reciprocidad no hay prójimo, el otro es sólo un logi
(derivado de gil), reificado, es sólo un obstáculo descartable en-
tre el sujeto y la satisfacción de su necesidad. Por otro camino, el
de la desinvestidura, se puede negar al otro y tratarlo como ene-
migo. No por vía de la investidura paranoica, sino por la desin-
vestidura.
La pérdida de la esperanza, la pérdida del miedo (producto de
la desesperación) y la pérdida de la noción de alteridad –del otro
como prójimo y del vínculo de reciprocidad, reemplazados por el
otro como enemigo y por el vínculo de aniquilamiento, ya sea por
transformarlo en un objeto persecutorio mediante un mecanismo
paranoico, o, ante la extrema desigualdad desinvistiendo al otro
por completo de su condición de semejante– conforman un tan-
dem donde se articulan mecanismos psicológicos y sociales. I
Referencias bibliográficas:
1, 2 y 3- Gran Espasa Ilustrado. Editorial Espasa Calpe. Madrid, 1997.
Alarcón, Cristian. Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vidas de pibes
chorros. Ed, Norma. Bs.As., 2003.
Kancyper, Luis. La confrontación generacional. Estudio psicoanalítico. Editorial Lu-
men. Buenos Aires, 2003.
Freud, Sigmund. Psicología de las masas y análisis del yo. El malestar en la cultura.
Lo ominoso. Tótem y tabú. Editorial Amorrortu. Buenos Aires, 1979.
*Los doctores Diana Kordon, Lucila Edelman, Darío Lagos y Daniel Kersner in-
tegran el Comité Ejecutivo del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicoso-
cial (EATIP), una institución sin fines de lucro conformada por médicos psiquiatras y
psicólogos que brinda asistencia psicoterapéutica a personas que han sido afectadas
por violaciones a los derechos humanos. Los fundadores y miembros del Comité Eje-
cutivo, crearon y formaron parte entre 1979 y 1990 del Equipo de Asistencia Psicoló-
gica de Madres de Plaza de Mayo.
la marea 49
 La inseguridad de la desigualdad
Un análisis del “fenómeno Blumberg” desde un perspectiva psicosocial
Escriben Diana Kordon, Lucila Edelman,
Los sentimientos de desprotección de bue-
na parte de nuestra sociedad son terreno
fértil para los mensajes inquisitoriales,
paranoicos y represivos de las campañas de
inducción psicológica de la derecha política.
Los autores indagan los resortes del
psiquismo en los que estas campañas
E
encuentran su sustrato.
l fenómeno Blumberg nos obliga a reconsiderar una serie de
aspectos de nuestra actualidad. No pondremos el énfasis en
las evidentes aristas políticas que el fenómeno representa, es-
pecialmente en cuanto a la instrumentación del mismo ya sea por
parte de la derecha brutal o de la derecha cínica, sino que nos ocu-
paremos de los articuladores psicosociales que se ponen en mar-
cha.
Es indudable que el fenómeno Blumberg asienta sobre un im-
portante grado de descomposición social, signado en primer lugar
por la cada vez más amplia desigualdad económica. En el país
coexisten paisajes propios de Beverly Hills con otros compatibles
con las zonas más pobres del planeta. Como subproducto de la de-
sigualdad y la descomposición social, se registra un evidente in-
cremento en la violencia social, sobre el cual se montan verdade-
ras campañas de inducción psicológica, prolijamente instrumen-
tadas por los medios masivos de comunicación, pertenecientes en
su mayoría a unos pocos grupos económicos multimedios.
Nos interesa destacar sobre qué resortes del psiquismo
estas campañas encuentran su sustrato y posterior anu-
damiento. Los innegables sentimientos de desprotec-
ción que padece buena parte de nuestra sociedad, pre-
sentan un terreno especialmente fértil para que germi-
nen los mensajes inquisitoriales, paranoicos y represi-
vos.
Los sentimientos de desprotección e inermidad se re-
montan, en nuestra historia reciente, a los delitos de lesa
humanidad cometidos por la última dictadura militar y a
los grandes delitos económicos cometidos en la década del noven-
ta, y que impunes en su mayoría, afectan a nuestra sociedad hasta
el día de hoy. La impunidad incrementa las vivencias de despro-
tección antes señaladas al tiempo que genera má violencia.
48 la marea
Darío Lagos y Daniel Kersner*
Finalmente las vivencias de inseguridad hunden sus raíces
en los inicios mismos de la vida de cada sujeto, cuando la pre-
maturez del cachorro humano lo hace extremadamente vulnera-
ble, al punto de depender de manera total y permanente de un
otro para poder sobrevivir. Es esta marca en el origen la que se
activa cuando desde lo social fracasan los mecanismos garanti-
zadores de la protección (en teoría la ley y el Estado, pero solo
en teoría), y encuentran su espacio las invocaciones represivas:
la mano dura, la reforma del código penal, la pena de muerte y/o
la represión política y social lisa y llana.
El intento de reducir la edad de imputabilidad (de 18 a 16
años), como el de aumentar las penas para ciertos delitos, moti-
vados por el fenómeno Blumberg, presenta la reveladora singu-
laridad de que en el secuestro y homicidio de Axel no se regis-
tra la participación de menores de edad, y que la condena apli-
cable a la figura penal en cuestión –secuestro seguido de muer-
te– es la máxima de nuestro código penal: cadena perpetua.
¿Qué es entonces lo que se reclama? El fenómeno Blumberg
debe ser analizado teniendo en cuenta la totalidad del discurso
Blumberg: el contenido de sus discursos y de todas sus declara-
ciones (incluyendo su concepción de los derechos humanos:
“los derechos humanos son para los delincuentes”, su descalifi-
cación a los organismos de derechos humanos: “a mí no vinie-
ron a verme de los derechos humanos”, sus comentarios sobre el
joven Sebastián Bordón, o sus reflexiones sobre el voto califica-
do). También debe incluir sus propuestas, sus asesores políticos,
la composición social de cada una de sus masivas concentracio-
nes, el discurso del resto de los oradores presentes, etc.
En este último ítem vale la pena subrayar la referencia al
Himno Nacional del rabino Berman, quien propuso reemplazar
la libertad por la seguridad en los versos de la canción patria. El
aparente dislate postula una nueva escala de valores donde la se-
guridad, entendida como el resguardo de vidas y bienes de los
sectores acomodados, ocuparía la máxima valoración social, en
tanto del grito sagrado se trata.
Otra de las reflexiones que nos surge es en torno al miedo,
tan cercano a las vivencias de desprotección y desamparo. En
el mapa de la desigualdad social, el miedo opera por presencia
o por ausencia en ambos extremos. Si el otro es acusado a tra-
vés de un discurso discriminador y segregacionista, si es estig-
matizado por un discurso paranoico, deja de ser un otro pleno,
un semejante, para convertirse en enemigo, el que tiene mala
voluntad a otro y le desea o hace mal / el contrario en la gue-
rra.1 El lugar de enemigo es, en rigor, el lugar en donde mue-
ren la semejanza y la alteridad. Por eso el enemigo no tiene de-
recho a la autonomía y, sobre todo, no tiene derecho a diferir de
nuestro propio ideal (político, religioso, étnico,
estético, etc.)
Así las cosas, el enemigo se construye por la di-
ferencia y por la negación. Por la diferencia se lo
convierte en container de todo lo que para el sujeto
es negativo, sea interno o externo. Por la negación,
al anularlo en su alteridad ha dejado de ser un se-
mejante, un prójimo, y por lo tanto se pierde el vin-
culo de reciprocidad. Freud habla del Nebenmensch como com-
plejo del semejante, como un primer objeto que es similar al su-
jeto, y al que define como prójimo, y con el cual mantiene una re-
lación de reciprocidad (Kancyper, 2002). Tal pérdida, y su susti-
tución por el vínculo de enemistad, supone una teoría del otro y
una sociología de la exclusión y el aniquilamiento. Si el enemigo
no es reconocido como un semejante, como un otro miembro de
la cultura, es pasible de ser aniquilado, etimológicamente reduci-
do a la nada.2 Recordemos los discursos de Videla acerca de los
desaparecidos (“no están, no existen”), o de Saint Jean acerca de
todos aquellos a los que iban a matar (en una enumeración que co-
menzaba por los subversivos y finalizaba con los tímidos).
En este punto, y por sus consecuencias, es importante desta-
car la diferencia conceptual entre enemigo y adversario o rival,
quien compite con otro, pugnando por obtener una misma cosa o
por superarle. Sinónimos: contrario, competidor, adversario,
émulo.3 La rivalidad es una competencia que transcurre en un
campo vincular reglado y tiene en el deporte uno de sus paradig-
mas. Las normas estructuran la vincularidad en la que transcurre
la rivalidad determinando lo permitido y lo prohibido. Es siempre
un ejercicio de terceridad (como en el deporte hay un reglamen-
to, árbitros, sanciones, y un sometimiento, por internalizacion, de
los rivales a estas instancias). La enemistad en cambio no sabe de
reglas ni terceridades, es el enfrentamiento radical regido por la
lógica del aniquilamiento.
El otro polo del miedo es el de los excluidos. Es sabido que
cuando se pierde la esperanza se pierde el miedo. En numerosos
reportajes televisivos y gráficos a jóvenes marginados vueltos de-
lincuentes, se reitera la frase “nosotros estamos jugados”. Signi-
fica para nosotros no hay esperanzas, no hay porvenir, no hay nin-
guna posibilidad de otra cosa y, en consecuencia, no hay nada que
perder. Los jóvenes caídos del sistema, sin trabajo, sin estudio, sin
posibilidades más o menos cercanas de reinserción social, sin si-
quiera promesas por parte del poder político y económico, han
perdido también el miedo: nada que perder, nada que temer. No
esperan, como los ladrones profesionales, dar un golpe y salvar-
se, pero tampoco temen tirotearse con la policía por un magro bo-
tín. Saben que más temprano que tarde caerán presos o bajo las
balas, como antes el hermano mayor, el amigo o el vecino. “El
odio a la policía es quizás el más fuerte lazo de
identidad entre los chicos dedicados al robo. No
hay pibe chorro que no tenga un caído bajo la me-
tralla policial en su historia de pérdidas y humi-
llaciones” (Alarcón, 2003). Junto a la perdida de
las esperanzas se pierde también la noción de fu-
turo, tan cara y necesaria para el funcionamiento
psíquico, para la propia proyección del sujeto y
para el desarrollo y mantenimiento de su sentimiento de mismi-
dad.
Tampoco hay en ellos demasiada consideración por el otro.
¿Por qué habrían de tenerla cuando desde el poder y desde buena
parte de la sociedad se les da la espalda? ¿Por qué habrían de ser
considerados y respetuosos de la alteridad cuando se los priva de
todo, cuando toda reciprocidad les es negada? Como metáfora
condensadora hace un tiempo se discutía si los cartoneros podían
tener acceso a la basura de la ciudad de Buenos Aires.
Si no hay reciprocidad no hay prójimo, el otro es sólo un logi
(derivado de gil), reificado, es sólo un obstáculo descartable en-
tre el sujeto y la satisfacción de su necesidad. Por otro camino, el
de la desinvestidura, se puede negar al otro y tratarlo como ene-
migo. No por vía de la investidura paranoica, sino por la desin-
vestidura.
La pérdida de la esperanza, la pérdida del miedo (producto de
la desesperación) y la pérdida de la noción de alteridad –del otro
como prójimo y del vínculo de reciprocidad, reemplazados por el
otro como enemigo y por el vínculo de aniquilamiento, ya sea por
transformarlo en un objeto persecutorio mediante un mecanismo
paranoico, o, ante la extrema desigualdad desinvistiendo al otro
por completo de su condición de semejante– conforman un tan-
dem donde se articulan mecanismos psicológicos y sociales. I
Referencias bibliográficas:
1, 2 y 3- Gran Espasa Ilustrado. Editorial Espasa Calpe. Madrid, 1997.
Alarcón, Cristian. Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vidas de pibes
chorros. Ed, Norma. Bs.As., 2003.
Kancyper, Luis. La confrontación generacional. Estudio psicoanalítico. Editorial Lu-
men. Buenos Aires, 2003.
Freud, Sigmund. Psicología de las masas y análisis del yo. El malestar en la cultura.
Lo ominoso. Tótem y tabú. Editorial Amorrortu. Buenos Aires, 1979.
*Los doctores Diana Kordon, Lucila Edelman, Darío Lagos y Daniel Kersner in-
tegran el Comité Ejecutivo del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicoso-
cial (EATIP), una institución sin fines de lucro conformada por médicos psiquiatras y
psicólogos que brinda asistencia psicoterapéutica a personas que han sido afectadas
por violaciones a los derechos humanos. Los fundadores y miembros del Comité Eje-
cutivo, crearon y formaron parte entre 1979 y 1990 del Equipo de Asistencia Psicoló-
gica de Madres de Plaza de Mayo.
la marea 49
 Acerca de quién produce nuestra cultura y quién se beneficia con ella
La cultura popular y
las propuestas emergentes
con el Argentinazo
Escribe Cristina Mateu
La crisis del 2001 puso en juego una
práctica y concepción de la cultura
en amplias mayorías, en lucha y re-
sistencia con las prácticas y con-
cepciones de la cultura dominante,
que aún muestra su potencialidad y
pugna por otra cultura.
Una perspectiva popular estalla en la crisis
La pueblada del 19 y 20 de diciembre del 2001 conmovió al país
y abrió en las clases populares oprimidas la necesidad de "no dele-
gar". Recuperando una larga tradición de luchas sociales, el Argenti-
nazo fue la primera pueblada que forzó la renuncia de un presidente
antipopular, frenó el avance antidemocrática del estado de sitio y
obligó a suspender el pago de la deuda externa.
Frente a la crisis política, económica y social –agravada por déca-
das de entrega del patrimonio nacional, privatizaciones y ajustes de
las llamadas políticas neoliberales– las clases populares introdujeron
una perspectiva que produjo una profunda crítica y nuevas prácticas
frente a la política dominante (puebladas, cortes de rutas y calles,
asambleas populares, escraches).
Esta perspectiva popular que se acrecienta con el estallido no só-
lo se manifiesta en la representación política y social sino también en
el campo cultural. Producto de esa gran pueblada, también las clases
oprimidas han salido a disputar distintos ámbitos culturales y han lu-
chado por abrir nuevos espacios para la producción, reproducción,
exhibición, creación y manifestación de expresiones culturales con
distintos niveles de elaboración y en diferentes áreas culturales y ex-
presivas.
Esto las ha llevado a pelear por presupuesto para estas activida-
des artístico-culturales, por la apropiación de lugares, por reconoci-
mientos oficiales, por espacios públicos de creación y actividad cul-
tural para todas las edades; y también por contenidos y temas, que el
pueblo –cada vez más– toma en sus manos iniciando una crítica y
cuestionamiento a las formas y contenidos impuestos por la cultura
dominante, pasados y presente. También producto
50 la marea
de la lucha algunos intelectuales y artistas que forman parte del cam-
po popular han logrado acceder a puestos antes vedados para ellos y
encontraron en agrupaciones colectivas formas de identificación.
Estas formas, organizaciones y contenidos emergentes de la pue-
blada de diciembre –reelaborando viejas prácticas potenciadas en la
lucha social– pugnan por otra cultura; en lucha y en contradicción
con las políticas culturales “neoliberales, conservadores, reacciona-
rias”, oficiales y de aquellas políticas que sólo promueven las indus-
trias culturales como salida a la crisis.
Conflicto, tensión, lucha por un cambio
Por qué situamos este momento y este lugar para analizar las pro-
puestas culturales emergentes. Porque fue un proceso de cambio, mo-
mento en el que sujetos y la sociedad reestablecen, revalorizan y re-
dimensionan sus relaciones. Este proceso de cambio en la revaloriza-
ción y redimensionamiento de las relaciones sociales genera conflic-
tos de intereses, tensiones, reposicionamientos, avances y retrocesos
de los sujetos en la sociedad que lo modifican, y a su vez, marcan y
movilizan a la sociedad en su conjunto, que –en mayor o menor me-
dida– trasponen todos los planos de la actividad individual y social.
En la Argentina de diciembre de 2001, las relaciones políticas,
económicas y sociales habían alcanzado un grado de tensión que se
hacía imposible mantenerlas en las mismas condiciones. Momento de
tensión producto de una profundización de la crisis económica es-
tructural y de los factores de concentraciones y centralización de los
capitales monopólicos externos, con un endeudamiento acrecentado
desde fines de los '70, con la desarticulación de la industria nacional,
trabada la capacidad productiva del agro, con el
deterioro social creciente de los sectores populares y exacerbadas las
contradicciones entre las clases dominantes. En estas condiciones se
agudizó el enfrentamiento entre los afectados por la situación de rea-
juste, reconversión y achicamiento económico y social con los res-
ponsables de esta crisis.
Este enfrentamiento adoptó nuevas modalidades1 –como conse-
cuencia de su agudización y de la imposibilidad de ciertas institucio-
nes tradicionales para resolverla por la traición de sindicatos, el des-
crédito de políticos y dirigentes carismáticos, la ruptura de las redes
sociales tradicionales, la crisis de representatividad y hegemonía en
los distintos sectores sociales y en la forma de representatividad po-
lítica y social, emergencia de nuevas organizaciones y nuevos repre-
sentantes de decisión colectiva, etc. Se plasmó, así, una nueva con-
cepción que fue definida como: “que se vayan todos” para hacerse
cargo y “no delegar”.
Esta nueva concepción estuvo presente antes y después del esta-
llido social entre amplios sectores populares y se transformó en una
consigna tácita en la pueblada. No delegar las decisiones en el Esta-
do, en los políticos corruptos, en las organizaciones sociales o insti-
tuciones que no representan y encontrar formas colectivas para resol-
ver los problemas inmediatos que la crisis social generaba (organiza-
ciones barriales, de desocupados, comedores, delegados, recupera-
ción por parte de trabajadores de empresas quebradas o abandonadas,
organización de los pequeños ahorristas, atención de la salud públi-
ca, educación).
Esta nueva concepción penetró en varios planos de la actividad
social y en distintos estamentos y generó propuestas que se contrapu-
sieron a las propuestas y a la ideología dominante.
Cómo se expresó esta concepción en el plano de las actividades y
producciones culturales, cuáles fueron las críticas a la ideología do-
minante y cuáles fueron las condiciones y propuestas emergentes de
crítica y lucha, de readaptación / aceptación de la cultura, cómo se
construye, en este marco de conflicto, la cultura nacional y popular,
como define Josefina Racedo, en “resistencia y lucha” .
Las propuestas culturales emergentes con el Argentinazo
Seguramente los que participamos del Argentinazo tenemos un
sinnúmeros de hechos que dan cuenta de estas nuevas propuestas. Se-
ría interesante armar un registro mi-
nucioso de todas las formas y pro-
puestas culturales que se fueron
dando a lo largo de la crisis desata-
da en el 2001, tanto en los distintos
barrios de las grandes ciudades, co-
mo en casi todos los pueblos, distri-
tos y municipios provinciales del
país.
Enumero, desordenadamente, solo
algunas de las viejas y nuevas orga-
nizaciones y actividades que crecie-
ron y se difundieron al calor del Ar-
gentinazo: La Coordinadora Multi-
sectorial de Trabajadores de la Cul-
tura, Movimiento en Defensa Activa
de la Cutlura Nacional, Movimiento
Argentina Resiste, Manifiesto Ar-
gentino, Teatro por la identidad,
Músicos de Provincia, varias agru-
paciones de cineastas y documenta-
listas, Unión de Músicos Independientes, Asociación de Artistas Vi-
suales de la República Argentina (AAVRA), Arquitectos de a Pie,
Médicos sociales Salvador Mazza, asambleas barriales con comisio-
nes culturales y grupos teatrales, nucleamientos independientes de ar-
tistas e intelectuales que responden creativamente a la crisis (como lo
es el grupo Escombros o grupo de percusión El Choque, tanto como
aquellos profesionales ingenieros y químicos que investigaron para
producir insumos nacionales y reemplazar los importados o estudian-
tes que ayudaron en las empresas recuperadas, etc.).
Nucleamientos que no se dieron solamente como crítica política
al estado de cosas imperante, sino como propuesta cultural, estética,
ética y una práctica activa, a veces aparentemente desligada de un po-
sicionamiento político, pero que en sí misma era un cuestionamiento
a las políticas culturales dominantes.
Estas organizaciones y nucleamientos
populares, tan dispares, encontraron en
los objetivos sociales comunes para salir
de la crisis una práctica colectiva que se
contraponía a la práctica individual pro-
pia de la cultura dominante, reforzada
desde los '90 con los discursos oficiales
que proponían: “hacé la tuya”, cuya polí-
tica cultural individualista, banalizada y
fragmentada, –”globalizada” y “light”,
como se la dió en llamar– acompañaba la
política económica y social de ajuste y
entrega del patrimonio nacional, a la vez
que nos proponía “no perder el tren del
primer mundo”. En el campo ideológico
y cultural, la política llamada "neolibe-
ral", se sostenía con las premisas de “un
mundo uno” que nos identificaba a todos.
Nos prometía un acceso rápido y exitoso
a ese paraíso globalizado, pero resignan-
do nuestra propia producción cultural y
convirtiéndonos en espectadores. Así vi-
mos llegar a la Argentina megaespectácu-
los teatrales, musicales y audiovisuales
la marea 51
 Acerca de quién produce nuestra cultura y quién se beneficia con ella
La cultura popular y
las propuestas emergentes
con el Argentinazo
Escribe Cristina Mateu
La crisis del 2001 puso en juego una
práctica y concepción de la cultura
en amplias mayorías, en lucha y re-
sistencia con las prácticas y con-
cepciones de la cultura dominante,
que aún muestra su potencialidad y
pugna por otra cultura.
Una perspectiva popular estalla en la crisis
La pueblada del 19 y 20 de diciembre del 2001 conmovió al país
y abrió en las clases populares oprimidas la necesidad de "no dele-
gar". Recuperando una larga tradición de luchas sociales, el Argenti-
nazo fue la primera pueblada que forzó la renuncia de un presidente
antipopular, frenó el avance antidemocrática del estado de sitio y
obligó a suspender el pago de la deuda externa.
Frente a la crisis política, económica y social –agravada por déca-
das de entrega del patrimonio nacional, privatizaciones y ajustes de
las llamadas políticas neoliberales– las clases populares introdujeron
una perspectiva que produjo una profunda crítica y nuevas prácticas
frente a la política dominante (puebladas, cortes de rutas y calles,
asambleas populares, escraches).
Esta perspectiva popular que se acrecienta con el estallido no só-
lo se manifiesta en la representación política y social sino también en
el campo cultural. Producto de esa gran pueblada, también las clases
oprimidas han salido a disputar distintos ámbitos culturales y han lu-
chado por abrir nuevos espacios para la producción, reproducción,
exhibición, creación y manifestación de expresiones culturales con
distintos niveles de elaboración y en diferentes áreas culturales y ex-
presivas.
Esto las ha llevado a pelear por presupuesto para estas activida-
des artístico-culturales, por la apropiación de lugares, por reconoci-
mientos oficiales, por espacios públicos de creación y actividad cul-
tural para todas las edades; y también por contenidos y temas, que el
pueblo –cada vez más– toma en sus manos iniciando una crítica y
cuestionamiento a las formas y contenidos impuestos por la cultura
dominante, pasados y presente. También producto
50 la marea
de la lucha algunos intelectuales y artistas que forman parte del cam-
po popular han logrado acceder a puestos antes vedados para ellos y
encontraron en agrupaciones colectivas formas de identificación.
Estas formas, organizaciones y contenidos emergentes de la pue-
blada de diciembre –reelaborando viejas prácticas potenciadas en la
lucha social– pugnan por otra cultura; en lucha y en contradicción
con las políticas culturales “neoliberales, conservadores, reacciona-
rias”, oficiales y de aquellas políticas que sólo promueven las indus-
trias culturales como salida a la crisis.
Conflicto, tensión, lucha por un cambio
Por qué situamos este momento y este lugar para analizar las pro-
puestas culturales emergentes. Porque fue un proceso de cambio, mo-
mento en el que sujetos y la sociedad reestablecen, revalorizan y re-
dimensionan sus relaciones. Este proceso de cambio en la revaloriza-
ción y redimensionamiento de las relaciones sociales genera conflic-
tos de intereses, tensiones, reposicionamientos, avances y retrocesos
de los sujetos en la sociedad que lo modifican, y a su vez, marcan y
movilizan a la sociedad en su conjunto, que –en mayor o menor me-
dida– trasponen todos los planos de la actividad individual y social.
En la Argentina de diciembre de 2001, las relaciones políticas,
económicas y sociales habían alcanzado un grado de tensión que se
hacía imposible mantenerlas en las mismas condiciones. Momento de
tensión producto de una profundización de la crisis económica es-
tructural y de los factores de concentraciones y centralización de los
capitales monopólicos externos, con un endeudamiento acrecentado
desde fines de los '70, con la desarticulación de la industria nacional,
trabada la capacidad productiva del agro, con el
deterioro social creciente de los sectores populares y exacerbadas las
contradicciones entre las clases dominantes. En estas condiciones se
agudizó el enfrentamiento entre los afectados por la situación de rea-
juste, reconversión y achicamiento económico y social con los res-
ponsables de esta crisis.
Este enfrentamiento adoptó nuevas modalidades1 –como conse-
cuencia de su agudización y de la imposibilidad de ciertas institucio-
nes tradicionales para resolverla por la traición de sindicatos, el des-
crédito de políticos y dirigentes carismáticos, la ruptura de las redes
sociales tradicionales, la crisis de representatividad y hegemonía en
los distintos sectores sociales y en la forma de representatividad po-
lítica y social, emergencia de nuevas organizaciones y nuevos repre-
sentantes de decisión colectiva, etc. Se plasmó, así, una nueva con-
cepción que fue definida como: “que se vayan todos” para hacerse
cargo y “no delegar”.
Esta nueva concepción estuvo presente antes y después del esta-
llido social entre amplios sectores populares y se transformó en una
consigna tácita en la pueblada. No delegar las decisiones en el Esta-
do, en los políticos corruptos, en las organizaciones sociales o insti-
tuciones que no representan y encontrar formas colectivas para resol-
ver los problemas inmediatos que la crisis social generaba (organiza-
ciones barriales, de desocupados, comedores, delegados, recupera-
ción por parte de trabajadores de empresas quebradas o abandonadas,
organización de los pequeños ahorristas, atención de la salud públi-
ca, educación).
Esta nueva concepción penetró en varios planos de la actividad
social y en distintos estamentos y generó propuestas que se contrapu-
sieron a las propuestas y a la ideología dominante.
Cómo se expresó esta concepción en el plano de las actividades y
producciones culturales, cuáles fueron las críticas a la ideología do-
minante y cuáles fueron las condiciones y propuestas emergentes de
crítica y lucha, de readaptación / aceptación de la cultura, cómo se
construye, en este marco de conflicto, la cultura nacional y popular,
como define Josefina Racedo, en “resistencia y lucha” .
Las propuestas culturales emergentes con el Argentinazo
Seguramente los que participamos del Argentinazo tenemos un
sinnúmeros de hechos que dan cuenta de estas nuevas propuestas. Se-
ría interesante armar un registro mi-
nucioso de todas las formas y pro-
puestas culturales que se fueron
dando a lo largo de la crisis desata-
da en el 2001, tanto en los distintos
barrios de las grandes ciudades, co-
mo en casi todos los pueblos, distri-
tos y municipios provinciales del
país.
Enumero, desordenadamente, solo
algunas de las viejas y nuevas orga-
nizaciones y actividades que crecie-
ron y se difundieron al calor del Ar-
gentinazo: La Coordinadora Multi-
sectorial de Trabajadores de la Cul-
tura, Movimiento en Defensa Activa
de la Cutlura Nacional, Movimiento
Argentina Resiste, Manifiesto Ar-
gentino, Teatro por la identidad,
Músicos de Provincia, varias agru-
paciones de cineastas y documenta-
listas, Unión de Músicos Independientes, Asociación de Artistas Vi-
suales de la República Argentina (AAVRA), Arquitectos de a Pie,
Médicos sociales Salvador Mazza, asambleas barriales con comisio-
nes culturales y grupos teatrales, nucleamientos independientes de ar-
tistas e intelectuales que responden creativamente a la crisis (como lo
es el grupo Escombros o grupo de percusión El Choque, tanto como
aquellos profesionales ingenieros y químicos que investigaron para
producir insumos nacionales y reemplazar los importados o estudian-
tes que ayudaron en las empresas recuperadas, etc.).
Nucleamientos que no se dieron solamente como crítica política
al estado de cosas imperante, sino como propuesta cultural, estética,
ética y una práctica activa, a veces aparentemente desligada de un po-
sicionamiento político, pero que en sí misma era un cuestionamiento
a las políticas culturales dominantes.
Estas organizaciones y nucleamientos
populares, tan dispares, encontraron en
los objetivos sociales comunes para salir
de la crisis una práctica colectiva que se
contraponía a la práctica individual pro-
pia de la cultura dominante, reforzada
desde los '90 con los discursos oficiales
que proponían: “hacé la tuya”, cuya polí-
tica cultural individualista, banalizada y
fragmentada, –”globalizada” y “light”,
como se la dió en llamar– acompañaba la
política económica y social de ajuste y
entrega del patrimonio nacional, a la vez
que nos proponía “no perder el tren del
primer mundo”. En el campo ideológico
y cultural, la política llamada "neolibe-
ral", se sostenía con las premisas de “un
mundo uno” que nos identificaba a todos.
Nos prometía un acceso rápido y exitoso
a ese paraíso globalizado, pero resignan-
do nuestra propia producción cultural y
convirtiéndonos en espectadores. Así vi-
mos llegar a la Argentina megaespectácu-
los teatrales, musicales y audiovisuales
la marea 51

“llave en mano”, lo que no solo sumó tantísimos ar-
tistas, actores, músicos, profesionales, trabajadores
culturales e intelectuales a las filas de los desocu-
pados sino también despojó a la cultura nacional de
los presupuestos, formas y contenidos propios para
asumir los del “mundo global”.
En contraposición, como una necesidad del su-
jeto social en situación de indefensión2 (material y
espiritual) –en el encuentro con los otros que pade-
cen la misma situación, en lucha contra el someti-
miento y la opresión social y junto al cuestiona- Avenida San Juan. Barrio San Qué es la cultura, qué y cómo se produce y quién
miento político y económico– se produce una revi- Cristobal de Capital Federal. Placas y se beneficia con ella es un tema que hay que de-
sión y crítica en el plano ideológico-cultural. árboles con los que la Asamblea del finir y aclarar. Coexisten varias concepciones y
Qué hay de nuevo en estas propuestas cultura- barrio recuerda a los desapareci-
dos durante la última dictadura.
les que emergieron con fuerza en el Argentinazo.
Contradictoriamente podríamos decir que nada y
todo a la vez.
Porque no es nuevo que artistas plásticos se junten en una obra
colectiva, no hay nada de novedoso en que trabajadores de la cultura,
actores, músicos e intelectuales se solidarizan con las luchas del pue-
blo, ni en el reclamo por mayor presupuesto, ni en la producción de
obras que planteen problemáticas vinculadas a las necesidades y vi-
cisitudes del pueblo argentino.
Lo nuevo a mi entender, es que amplios sectores populares se
apropian de este proceso –en el que se retoman viejas prácticas cul-
turales del pueblo— lo toman en sus manos, y se difunde en los nive-
les más oprimidos de la sociedad, impulsando en lucha y resistencia
formas y contenidos que acompañan sus propias necesidades y cues-
tionamientos.
Así, tanto las asambleas barriales, como los artistas y profesiona-
les organizados, buscaron juntos con otros, resolver los problemas
económicos que el Estado no resuelve, y vincular esos problemas
económicos a los problemas ideológicos culturales. A partir de enton-
ces, y como nunca proliferaron cursos para conocer la verdadera his-
toria, para conocer el proceso del endeudamiento, talleres para ense-
ñar arte y música a sectores humildes, movimientos barriales de re-
denominación de calles con nombre de protagonistas populares, de
estados oprimidos o dependientes de luchas populares, proyección de
películas no comerciales, cine-debates, revalorización de la memoria
de protagonistas y luchas populares, los artistas e intelectuales parti-
ciparon como uno más en las organizaciones populares. Aumentaron
producciones culturales colectivas con temáticas sociales, insumos o
herramientas producto de la crisis (ollas, latas, desechos, etc.), repre-
sentaciones plásticas, teatrales, musicales en los cacerolazos y cortes
de ruta, escraches también vinculados a la cultura. Además de las pe-
ñas, cantos, danzas, muestras, instalaciones y demás expresiones de
la cultura que manifestaron específicamente los contenidos y objeti-
vos tácitos del proceso social en auge.
La renovación, profundidad y amplitud de este proceso, como
nunca hasta ahora se había dado en la Argentina, condujo a la conver-
gencia de las necesidades y producción ideológico-culturales del pue-
blo con la de los trabajadores culturales, artistas, profesionales e in-
telectuales. Muchos de los cuales, por imperio de la ideología domi-
nante, cuya concepción de producción aislada e individual y compe-
titiva, los colocaa por fuera y por encima de las condiciones de opre-
sión económico-sociales (potenciada por las políticas culturales de
los '90), descubrieron que también sufrían la falta de trabajo, la reduc-
ción de ingresos, la falta de espacios, las políticas
antidemocráticas, el manipuleo informático, etc.
52 la marea
En ese encuentro con los sectores populares ha-
llaron un cauce común para resolver los condi-
cionamientos materiales e ideológicos imperan-
tes. Esta es una propuesta cultural que emergió
con fuerza en el Argentinazo y qué aún está vi-
gente y en lucha con otras propuesta contrapues-
tas.
Las distintas concepciones culturales en lucha
prácticas culturales en lucha en la actualidad,
simplificando al máximo podríamos reducirlas a
tres:
Una concepción que define a la cultura y el arte como un área en
sí misma al margen de las determinaciones económicas, políticas y
sociales de una sociedad; en la que las capacidades innatas y las ap-
titudes técnicas son individuales y el contexto social no son determi-
nantes. El acceso a esa cultura está limitado a la capacidad económi-
ca, intelecutal y social de una elite (en 1880 era afrancesada y positi-
vista, en los 90 globalizada y posmoderna). Por supuesto las grandes
mayorías quedan fuera, no solo de la producción sino tambíen de su
contemplación. Esta concepción estuvo y está presente en la exalta-
ción y exhibición en la vidriera cultural de los ricos y famosos, fun-
damentalmente del “mundo uno”, hegemonizado por la industria cul-
tura norteamericana.
Otra concepción encuentra una relación entre la producción sim-
bólica y las condiciones materiales de existencia sociales, pero como
mero producto técnico y comercial cuyas posibilidades de existencia
se da a través de “gestores” culturales que la vehiculizan. La cultura
en manos de especialistas recoge las particularidades de la identidad
nacional y la transforma en un producto de consumo comercial más
amplio, en el que el pueblo tiene acceso como espectador privilegia-
do. Aquí la producción individual del artista/intelectual está escindi-
da de la producción social de la cultura. Esta concepción es visible en
aquellas propuestas que apuestan a “bajar” la cultura al pueblo para
que éste “se eleve”, se eduque y “consuma” cultura. Supone la posi-
bilidad del crecimiento económico de la cultura como microempren-
dimiento o creación de industrias culturales, que soslayando la crisis
estructural que horada al país y en competencia con la industria cul-
tural norteamericana hegemónica, sin romper con los mecanismos de
dependencia, de mercantilización, de dominación ideológica, de con-
centración y centralización de la producción y distribución de la cul-
tura se convierta en una alternativa para enfrentarla, apoyándose en
otra potencias culturales.3
La otra concepción entiende la cultura como el conjunto de las
realizaciones materiales y espirituales producidas y protagonizadas
por los integrantes del pueblo que se encuentra a sí mismo en el ha-
cer y las necesidades sociales compartidas. En el encuentro de esos
productores naturales con los artistas profesionales y consagrados se
sustancia una propuesta que revaloriza, rescata y se apropia de la pro-
ducción cultural del pueblo y se identifica contra la imposición de la
cultura dominante. Una cultura popular que emana de las necesida-
des y expresiones del pueblo que en acción y diálogo con sus artistas
e intelectuales se potencia y se enaltece. Este proceso se ha dado en
otros momentos de la historia argentina pero se ha
multiplicado y expandido con el Argentinazo.
Poesía / Luz mala
Jorge Brega. Luz Mala. Ediciones Cinco,
Buenos Aires, 2004, 64 págs., $ 12. Poesía de reg-
istro objetivo, afín al modo de representación del
arte fotográfico. Un tono directo que busca la
emoción, más que en el discurso, en la materia de
los hechos:
Anuncio en vía pública
Esa foto.
Sus ojos en los míos.
Estas tres concepciones de cultura están en lucha, en un sistema Su brazo acunando al bebé.
en el que aún persisten las causas de la crisis estructural que ya de- Su calma.
finimos más arriba, con un 21 % de desocupación, con altas tasas Los pliegues de la falda.
de desnutrición y aumento de las enfermedades producidas por la La luz en su regazo.
pobreza, con una creciente deserción escolar y analfabetismo. Un Despego el cartel del muro.
sistema cuya contradicción también en el plano cultural, es que su Pesa.
producción es social pero su apropiación es privada e individual. Es Lo arrastro en la noche.
decir, la sociedad está en condiciones de producir más alimento y Lo extiendo bajo el andén.
Me arropo con él y sueño.
otros bienes pero no todos pueden acceder a ellos porque no pueden
De cómo mi padre me llora
comprarlos, así también la producción de bienes culturales, mate-
riales y simbólicos, aumentó, abaratándose (cámaras digitales, nue-
vas tecnologías de edición, computadoras, etc.), sin embargo, in-
mensas mayorías no acceden a ellos, mientras que otros han retro- No me lamento, sólo sangro
cedido al punto de perder su educación básica. cuando mi padre me ordena la falda
Sintéticamente, el Argentinazo profundizó y expandió una pro- y me alza de los escombros de mi hogar
puesta cultural popular contrahegemónica que tiene viejas raíces en entre el Tigris y el Éufrates
la Argentina. Como momento de crisis, reubicó a los artistas e inte- en la aldea donde todos nacimos.
lectuales, que las clases dominante colocan por encima y por fuera
de la sociedad, dentro del cauce popular y planteó la disputa por Y ahora que lo escucho llorarme
otra cultura –una cultura nacional, popular, científica y democráti- sé que aún me carga consigo
MISTERIO BUFO DE DARÍO FO
cuando se lanza sobre el invasor
ca– que está en lucha y resistencia contra las concepciones cultura-
blandiendo el puñal de la historia
les dominantes que entienden la cultura como por fuera y por enci-
ma de la actividad, producción y creación del pueblo. I
Vuelve a la escena porteña, presentado por el grupo Cánta-
1 Laufer, Rubén y Spiguel, Claudio. “Las puebladas argentinas: tradición histórica y for- ro, el clásico de Darío Fo, Misterio Bufo. El escenario del
“Ombligo de la Luna” se convertirá en la plaza de un pueblo medieval, a la
mas actuales”. En Trabajo e identidad ante la invasión globalizadora. Compilación:
Cristina Mateu. Ediciones Cinco / La Marea, Buenos Aires, 2000 que llegará un juglar para relatar hechos bíblicos desde el punto de vista de
2 Quiroga, Ana P. de. “El hombre tiene hoy terror de inexistencia”, en La Marea Nº 8, los humildes, realizando una aguda crítica y mofándose de los poderosos.
pág. 22 y “La lucha es hoy un signo de salud mental”, La Marea Nº 17, pág. 18. Micaela Tytelman despliega los distintos personajes de las juglarías, acom-
3 Una nota del Ministro de Cultura de la Nación. T. Di Tella, del 27 de octubre en perió-
pañada por imágenes proyectadas y música en vivo. La dirección y la pues-
dico La Nación, tal vez sea una expresión de esta concepción de cultura dominante.
el taller
ta en escena están a cargo de Analía Yañez, con la asistencia de Paula Ro-
Cristina Mateu es historiadora y docente de la UBA.
senfeld. Los viernes de noviembre a las 23 horas en el Ombligo de la Luna,
Anchorena 364. Descuento estudiantes y jubilados.
Reservas al 4867-6578/4864-2886.
CIBERCAFE - MUSICA - TEATRO - EVENTOS
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Agrelo 3045 (1221) Ciudad de Buenos Aires (entre La Rioja y General Urquiza)
24 de noviembre 997 (1424) Capital Federal - Tel. 4957-1907
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la marea 53

“llave en mano”, lo que no solo sumó tantísimos ar-
tistas, actores, músicos, profesionales, trabajadores
culturales e intelectuales a las filas de los desocu-
pados sino también despojó a la cultura nacional de
los presupuestos, formas y contenidos propios para
asumir los del “mundo global”.
En contraposición, como una necesidad del su-
jeto social en situación de indefensión2 (material y
espiritual) –en el encuentro con los otros que pade-
cen la misma situación, en lucha contra el someti-
miento y la opresión social y junto al cuestiona- Avenida San Juan. Barrio San Qué es la cultura, qué y cómo se produce y quién
miento político y económico– se produce una revi- Cristobal de Capital Federal. Placas y se beneficia con ella es un tema que hay que de-
sión y crítica en el plano ideológico-cultural. árboles con los que la Asamblea del finir y aclarar. Coexisten varias concepciones y
Qué hay de nuevo en estas propuestas cultura- barrio recuerda a los desapareci-
les que emergieron con fuerza en el Argentinazo.
dos durante la última dictadura.
Contradictoriamente podríamos decir que nada y
todo a la vez.
Porque no es nuevo que artistas plásticos se junten en una obra
colectiva, no hay nada de novedoso en que trabajadores de la cultura,
actores, músicos e intelectuales se solidarizan con las luchas del pue-
blo, ni en el reclamo por mayor presupuesto, ni en la producción de
obras que planteen problemáticas vinculadas a las necesidades y vi-
cisitudes del pueblo argentino.
Lo nuevo a mi entender, es que amplios sectores populares se
apropian de este proceso –en el que se retoman viejas prácticas cul-
turales del pueblo— lo toman en sus manos, y se difunde en los nive-
les más oprimidos de la sociedad, impulsando en lucha y resistencia
formas y contenidos que acompañan sus propias necesidades y cues-
tionamientos.
Así, tanto las asambleas barriales, como los artistas y profesiona-
les organizados, buscaron juntos con otros, resolver los problemas
económicos que el Estado no resuelve, y vincular esos problemas
económicos a los problemas ideológicos culturales. A partir de enton-
ces, y como nunca proliferaron cursos para conocer la verdadera his-
toria, para conocer el proceso del endeudamiento, talleres para ense-
ñar arte y música a sectores humildes, movimientos barriales de re-
denominación de calles con nombre de protagonistas populares, de
estados oprimidos o dependientes de luchas populares, proyección de
películas no comerciales, cine-debates, revalorización de la memoria
de protagonistas y luchas populares, los artistas e intelectuales parti-
ciparon como uno más en las organizaciones populares. Aumentaron
producciones culturales colectivas con temáticas sociales, insumos o
herramientas producto de la crisis (ollas, latas, desechos, etc.), repre-
sentaciones plásticas, teatrales, musicales en los cacerolazos y cortes
de ruta, escraches también vinculados a la cultura. Además de las pe-
ñas, cantos, danzas, muestras, instalaciones y demás expresiones de
la cultura que manifestaron específicamente los contenidos y objeti-
vos tácitos del proceso social en auge.
La renovación, profundidad y amplitud de este proceso, como
nunca hasta ahora se había dado en la Argentina, condujo a la conver-
gencia de las necesidades y producción ideológico-culturales del pue-
blo con la de los trabajadores culturales, artistas, profesionales e in-
telectuales. Muchos de los cuales, por imperio de la ideología domi-
nante, cuya concepción de producción aislada e individual y compe-
titiva, los colocaa por fuera y por encima de las condiciones de opre-
sión económico-sociales (potenciada por las políticas culturales de
los '90), descubrieron que también sufrían la falta de trabajo, la reduc-
ción de ingresos, la falta de espacios, las políticas
antidemocráticas, el manipuleo informático, etc.
52 la marea
En ese encuentro con los sectores populares ha-
llaron un cauce común para resolver los condi-
cionamientos materiales e ideológicos imperan-
tes. Esta es una propuesta cultural que emergió
con fuerza en el Argentinazo y qué aún está vi-
gente y en lucha con otras propuesta contrapues-
tas.
Las distintas concepciones culturales en lucha
prácticas culturales en lucha en la actualidad,
simplificando al máximo podríamos reducirlas a
tres:
Una concepción que define a la cultura y el arte como un área en
sí misma al margen de las determinaciones económicas, políticas y
sociales de una sociedad; en la que las capacidades innatas y las ap-
titudes técnicas son individuales y el contexto social no son determi-
nantes. El acceso a esa cultura está limitado a la capacidad económi-
ca, intelecutal y social de una elite (en 1880 era afrancesada y positi-
vista, en los 90 globalizada y posmoderna). Por supuesto las grandes
mayorías quedan fuera, no solo de la producción sino tambíen de su
contemplación. Esta concepción estuvo y está presente en la exalta-
ción y exhibición en la vidriera cultural de los ricos y famosos, fun-
damentalmente del “mundo uno”, hegemonizado por la industria cul-
tura norteamericana.
Otra concepción encuentra una relación entre la producción sim-
bólica y las condiciones materiales de existencia sociales, pero como
mero producto técnico y comercial cuyas posibilidades de existencia
se da a través de “gestores” culturales que la vehiculizan. La cultura
en manos de especialistas recoge las particularidades de la identidad
nacional y la transforma en un producto de consumo comercial más
amplio, en el que el pueblo tiene acceso como espectador privilegia-
do. Aquí la producción individual del artista/intelectual está escindi-
da de la producción social de la cultura. Esta concepción es visible en
aquellas propuestas que apuestan a “bajar” la cultura al pueblo para
que éste “se eleve”, se eduque y “consuma” cultura. Supone la posi-
bilidad del crecimiento económico de la cultura como microempren-
dimiento o creación de industrias culturales, que soslayando la crisis
estructural que horada al país y en competencia con la industria cul-
tural norteamericana hegemónica, sin romper con los mecanismos de
dependencia, de mercantilización, de dominación ideológica, de con-
centración y centralización de la producción y distribución de la cul-
tura se convierta en una alternativa para enfrentarla, apoyándose en
otra potencias culturales.3
La otra concepción entiende la cultura como el conjunto de las
realizaciones materiales y espirituales producidas y protagonizadas
por los integrantes del pueblo que se encuentra a sí mismo en el ha-
cer y las necesidades sociales compartidas. En el encuentro de esos
productores naturales con los artistas profesionales y consagrados se
sustancia una propuesta que revaloriza, rescata y se apropia de la pro-
ducción cultural del pueblo y se identifica contra la imposición de la
cultura dominante. Una cultura popular que emana de las necesida-
des y expresiones del pueblo que en acción y diálogo con sus artistas
e intelectuales se potencia y se enaltece. Este proceso se ha dado en
otros momentos de la historia argentina pero se ha
multiplicado y expandido con el Argentinazo.
Poesía / Luz mala
Jorge Brega. Luz Mala. Ediciones Cinco,
Buenos Aires, 2004, 64 págs., $ 12. Poesía de reg-
istro objetivo, afín al modo de representación del
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emoción, más que en el discurso, en la materia de
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en el que aún persisten las causas de la crisis estructural que ya de- Su calma.
finimos más arriba, con un 21 % de desocupación, con altas tasas Los pliegues de la falda.
de desnutrición y aumento de las enfermedades producidas por la La luz en su regazo.
pobreza, con una creciente deserción escolar y analfabetismo. Un Despego el cartel del muro.
sistema cuya contradicción también en el plano cultural, es que su Pesa.
producción es social pero su apropiación es privada e individual. Es Lo arrastro en la noche.
decir, la sociedad está en condiciones de producir más alimento y Lo extiendo bajo el andén.
Me arropo con él y sueño.
otros bienes pero no todos pueden acceder a ellos porque no pueden
comprarlos, así también la producción de bienes culturales, mate-
riales y simbólicos, aumentó, abaratándose (cámaras digitales, nue- De cómo mi padre me llora
vas tecnologías de edición, computadoras, etc.), sin embargo, in-
mensas mayorías no acceden a ellos, mientras que otros han retro- No me lamento, sólo sangro
cedido al punto de perder su educación básica. cuando mi padre me ordena la falda
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ca– que está en lucha y resistencia contra las concepciones cultura-
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MISTERIO BUFO DE DARÍO FO
les dominantes que entienden la cultura como por fuera y por enci-
ma de la actividad, producción y creación del pueblo. I
Vuelve a la escena porteña, presentado por el grupo Cánta-
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1 Laufer, Rubén y Spiguel, Claudio. “Las puebladas argentinas: tradición histórica y for-
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2 Quiroga, Ana P. de. “El hombre tiene hoy terror de inexistencia”, en La Marea Nº 8, los humildes, realizando una aguda crítica y mofándose de los poderosos.
pág. 22 y “La lucha es hoy un signo de salud mental”, La Marea Nº 17, pág. 18. Micaela Tytelman despliega los distintos personajes de las juglarías, acom-
3 Una nota del Ministro de Cultura de la Nación. T. Di Tella, del 27 de octubre en perió-
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24 de noviembre 997 (1424) Capital Federal - Tel. 4957-1907
la marea 53
 María Teresa Andruetto Dirás palabras no, si fuera un gesto. No

Pavese y otros poemas

escribas más y ella vendrá, por esta calle
hasta el hotel mañana, ella vendrá
Berisso. CASA DE LA CULTURA
Encuentro de
y tendrá tus ojos.
“TRABAJADOR DE LA CARNE DE BERISSO”
Medicina Social
Se concretó, en La Plata, durante el mes de agosto, el 3º Encuen-
tro Nacional de Medicina Social "Salud para la lucha y lucha
No nos liberamos de una cosa (Nota: en bastardilla frases o títulos de libros de Cesare Pavese.)
evitándola, sino solamente
Hamaca
por la salud", en la facultad de Medicina (UNLP), convocado
atravesándola.
por la "Corriente Nacional de Salud Dr. Salvador Mazza". A “Y nosotros haremos todas las peñas y las actividades necesa-
C.P. 22 de setiembre de l945. Diario.
partir de un planteo: "tomar la lucha por la salud en nuestras ma-
Estoy en cama
rias para volver a comprar la Casa de la Cultura, si es que a

Del latin recordis

nos", estos trabajadores de la salud se congregaron con el objetivo de intercambiar experiencias quienes les corresponde no lo hacen. Pero esa Casa va ser ver-
(la enfermera
de trabajo y lucha para sintetizar aprendizajes y coordinar nuevas actividades, en forma conjun-
Para María Cleofé Boglio
daderamente nuestra y nosotros vamos a decidir que se hacer en

se llama Erminda)
ta con pacientes y vecinos. ella”. Estas palabras fueron de uno de los tantos artistas que

El nos leía a Pascoli en la luz Por la ventana que da al patio,

En las Conclusiones finales, cuestionan la política oficial, que no incrementa el presupuesto de participaron en el movimiento cultural que se desató para la de-

de la mañana y hablaba de las tardes mi hermana pasa a bordo de una hamaca.

salud, mantiene salarios bajos y programas sanitarios en consonancia con las exigencias del Banco fensa de la entrañable casa. Lugar que fuera el sanatorio de los

aquellas del otoño, los perros oliendo

Mundial y "el incremento de una ilegítima y fraudulenta deuda externa". Mientras tanto, aseveran,
Pasan también las moras, el verano,
gloriosos Trabajadores de la Carne de Berisso. entregada a un
"se ha duplicado la demanda de asistencia. Las salas de salud están saturadas de pacientes (…) Los
entre las setas, cuando iba con su padre
nuevo propietario en a penas tres días de vendida (regalada) por
las chicharras. Ha de ser octubre,
hospitales están abarrotados; las operaciones programadas casi ni existen y hay turnos para sacar tur-

a buscar trufas. Ella sabía de memoria

la Federación de la Carne entre gallos y medianoches.
como esta tarde, o tal vez noviembre,
nos. A esto se suma que muchas veces ni se puede concurrir a los hospitales porque no se puede pa- La cultura no se vende, se defiende. Esta es la consigna que vie-
la vida de él. El nombraba la guerra, y el calor agobia, porque mi padre
gar el boleto". Tras esta descripción acotan que la principal enfermedad "es la desnutrición a causa ne presidiendo a los Autoconvocados desde el Programa de ra-

los años escapando, el abrazo que llega del trabajo, se ha soltado,

del hambre" y una de sus consecuencias, entre muchas "es la epidemia de enfermedades respirato- dio de Olga Gomez, desde el 12 de junio, fecha en la que se ini-

de Paolo y Etiopía. Ella escondía cosa extraña, la corbata. Yo estoy

rias agudas por las cuales muchos niños enferman y mueren de bronqueolitis y neumonía". ció en la calle este Movimiento con un conmovedor abrazo a la

bajo el plato las cartas que llegaban,

"En los barrios más humildes –apuntan– la desnutrición pasó del 20 % en el año 1996 al 40 %.
en cama. Y Ana que pasa alegre,
Casa en el cual se selló el compromiso del pueblo de Berisso de
Este porcentaje se mantiene desde el 2001 hasta ahora y la tendencia es a aumentar". También dan
y les sabía los nombres a los primos
no dejarse arrebatar el Patrimonio Histórico y Cultural, que no
viva, a bordo de la hamaca.
cuenta del recrudecimiento de enfermedades mentales "producto de la desocupación y la miseria: sui- sólo logró impedir la entrega de la Casa, sino que su Movimien-
lejanos. A veces en las tardes Habrá sido de vidrio el aire,
cidios, depresiones, violencia en la familia y en las instituciones, desórdenes psíquicos de todo tipo se to Cultural, crece, se diversifica y consolida.
recientes del otoño, ella recuerda como esta tarde.
han transformado en problemas muy importantes". Asimismo señalan que el alcohol y las drogas es-

a Pascoli y a un pueblo que no ha visto:

tán al orden del día. Jóvenes y adultos "frustrados por la falta de trabajo, imposibilitados de estudiar,
HOMENAJE DE LA MAREA
hay un niño con su padre y unos perros, Las amigas de mi abuela
sin tener siquiera una casilla para formar un hogar, son empujados por las clases dominantes a la de-

y hay un hombre que se larga por los techos,

lincuencia, la droga y el alcohol".
A JOAQUÍN GIANNUZZI
Íbamos a verlas
Por útlimo, reafirman su defensa del Hospital Público y de la Salud pública, gratuita, igualitaria
y un amigo, y es otoño,
y accesible para todos. Y proponen un programa mínimo de emergencia que contempla como primer

y es la guerra. los días de los muertos,

punto que desaparezca el hambre de la Argentina, garantizando alimentos, a través del Estado, a to- Como parte de los actos por su 10° aniversario, La Marea realizó

cuando la muerte no dolía.

dos los comedores barriales, escolares, hospitalarios, salas de atención primaria, instituciones de an- un homenaje al poeta Joaquín Giannuzzi, asesor de la revista fa-

Mi madre (que era hermosa y usaba

cianos, albergues; cajas de alimentos para desnutridos y todo otro sistema conducente a tal fin en for- llecido este año.
Nada. Tengo un carbón en el cuerpo,
tacos altos) nos llevaba de la mano,
ma "inmediata". A su vez, difunden una propuesta "de estrategias de lucha para recuperar la salud en Fue el viernes 5 de noviembre por la noche en la Casa de la Poe-
sía de la ciudad de Buenos Aires, que funciona en la que fuera la brasas bajo las cenizas. Oh C., por qué por qué?
se pintaba la boca. Hablaban piamontés,
la Argentina".

HOMENAJE A
vivienda de Evaristo Carriego, Honduras 3784. Colaboró gentil- C. P. 27 de marzo de 1950 (noche). Diario.

Pavese la palabra cerrada en la garganta a gritos.

A fines de Octubre, en la Facultad de Ciencias Económicas mente en la organización del homenaje el poeta Daniel García

HORACIO
Nos ponían vestiditos blancos de piqué
de Rosario, a 20 años del fallecimiento, se honró a Horacio Helder, director de la Casa.

Entre mujeres solas hemos hablado de él y volvíamos con olor a gladiolos,

CIAFARDINI
Ciafardini. Economista sobresaliente –nacido y graduado en Jorge Brega presentó el número 22 de La Marea, que contiene un

uno de estos días de marzo oscuros a margaritas. Tenían una casa oscura
aquella ciudad–, luchador social y defensor inclaudicable de dossier con artículos sobre Giannuzzi, y hablaron sobre la obra del

contra el cielo rojo y de la tarde las amigas de mi abuela, y el tamaño

los derechos humanos, la libertad de pensamiento y la verdad homenajeado los poetas Leónidas Lamborghini, Cristian De Ná-

en que mi padre lo vio pasando la caserma.

científica, que padeció durante 6 años las cárceles de la Dic-
tadura.
Los impulsores del acto consideraron que recordar a Horacio
poli, Javier Adúriz y Leopoldo Teuco Castilla.
de un hombre. Ellos en cambio
Colmó la sala un público atento y emocionado, en su mayoría gen-
De las correas dos perros lo arrastraban eran flacos, frágiles como niñas:
te de letras: poetas, narradores, ensayistas, que luego de finaliza-

y una tristeza que no ha vencido se llamaban Geppo,Vigü,

no era sólo rescatar a una personalidad excepcional de las sombras en las que muchos pretenden man- do el acto permaneció conversando entre sí -vino de por medio-

nadie. Il diavolo sulle coline acecha, Gennio, Chiquinot.

tenerlo, "sino que constituye también un jalón absolutamente necesario en la recuperación de la memo- intercambiando opiniones y recuerdos.

siembra de sangre estos lugares familiares.

ria histórica del pueblo argentino. El repaso de sus últimos años y de su muerte revelan no sólo las ini-

Es el 45 y la guerra stanca. Citroën

quidades a las que lo sometió la dictadura sino también las responsabilidades cómplices de quienes de-

Están en Piazza Cavour o en Superga.

moraron y retacearon su reincorporación a la docencia".

Regresábamos en un Citroën
Ciafardini había cursado estudios de postgrado en París, Berlín y Varsovia. Graduado Doctor en Cien-
En Torino, no en Le Langhe, ciprés
cias Económicas, desempeñó cargos docentes y de investigación en las Universidades del Sur, de Bue-

y casa sobre el borde de tu tierra. Mi padre rojo, desde una laguna de sal,
nos Aires, del Salvador, y de Rosario. Su producción científica, tan vasta como substantiva, alcanzó re-

muerto me dice al oído "he pasado Stupinigi un pueblo ahora de fantasmas,

percusión nacional e internacional.

hacia mi pueblo" y el dolor se desvincula a nuestra casa, en la luz. Y él

Más de un centener de personalidades, organismos, instituciones y publicaciones nacionales convocaron

del ansia y subsiste solo en el alma. El otro cantaba, de viva voz, como
y adhirieron a su homenaje. Entre estos: Irma Antognazzi, Jorge Carrizo, Gabriela Aguila, Telma Alon-

se llama Cesare y escribe sobre las cosas nunca cantaba, voglio vivere
so, Eduardo Azcuy Ameghino, Beba Balvé, Eugenio Gastiazoro, Jorge Brega, Susana Gentile, Roberto

cosí,con il sole in fronte, y

Carpano, Gabriela Gresores.
que nos suceden a todos cuando volvemos
PRESENTACIONES DE LA MAREA
y no encontramos nada. Mi padre mi madre y nosotras también
LUISA CALCUMIL EN RAÍCES. tonces, milongas pampeanas, cuecas, valsecitos y En el marco del Encuentro Nacional de Mujeres, reali-

es partisano, un partisano de Ghío cantábamos.

rancheritas cordilleranas; melodías que todavía ale- zado entre el 9 y 11 de octubre en Mendoza se presentó

y ha cumplido veintitrés. Antes que cante

Luisa Calcumil, ha tenido entereza para forjar y proyec- gran las fiestas populares de su pueblo. "Un reperto- –en la Escuela Patricias Mendocinas— el Número 23,

el gallo me dará esas voces

tar una sólida carrera artística desde su lugar de origen. Es rio –acierta Calcumil– que da la oportunidad de de- con la participación de Josefina Racedo, directora LM;

que se oyen desde lejos, el eco

en la Patagonia que vive, trabaja y crea esta actriz y cantan-
te mapuche, tras escoger un rumbo escénico poco conven-
cional, tan intensamente fiel a sus raíces como meritorio.
Desde siempre recorre el país con sus espectáculos, presen-
cir que, tal vez, aquellos que trajeron el acordeón, la
guitarra, el toronte, serían hombres blancos que vi-
nieron escapando de otras tierras, otras hambrunas.
Vinieron a América para trabajar, no para robar o
María Teresa Andruetto nació en Arroyo Cabral, Córdoba, en 1954. Es profesora y li-
Beatriz Pedro; docente Arquitectura UBA; Gabriela
cenciada en Letras Modernas por la UNC y coordina talleres de escritura. Publicó di-
Gresores,docente Historia Social General, Cátedra Para-
en la colina. Están cerca las tierras fértiles,
lela Filo-UBA. El tema que constituye el dossier del nú-
versos libros para niños, las novelas Stefano (1997), Tama (2003), La mujer en cuestión
sitios que no son un lugar entre los otros
mero fue "Mujer, cultura y universidad", con el que se

tándolos en los lugares más modestos y descampados de la
Argentina. Muy de tanto en tanto llega a la Capital Federal.
En octubre se presentó en Raíces –Agrelo 3045– con "Ciclo
el barrio escucha", un espectáculo musical auspiciado por la
matar a sus habitantes. Será por eso que nuestra gen-
te se enamoró de esos instrumentos".
Entonces, recorre musicalmente los "ritmos que
conmueven" a mapuches y paisanos, "a los que se-
sino un aspecto de las cosas ahora devastadas. (2003, Premio Fondo Nacional de las Artes), los cuentos Todo movimiento es cacería
desplegó la situación en la Universidad por parte de los
(2002) y los libros de poesía Palabras al rescoldo (1993), Pavese y otros poemas
La ciudad era como un lago de luz, se ha
panelistas, enriquecido por el aporte y debate entre las
(1997) y Kodak (2001). De muchacho, su padre fue partisano antinazi en la región de
vuelto gris, no tiene cielo. Alguna vez dirá
mujeres que describieron la situación de la universidad
Ghío, Italia. Recién terminada la guerra, caminando por la ciudad devastada de Torino,
no escribo más, el lápiz cruzado
en distintos lugares del país. Al finalizar, los responsa-

se cruza con un hombre que pasea unos perros. El hombre, con quien conversa un mo-
guimos perteneciendo al sector trabajador y humilde bles de la revista en Mendoza e integrantes del MODA-
sobre el diario, y acabará el oficio
Secretaria de Cultura de la Nación, ya ampliamente elogia-

mento, se llama Cesare Pavese, el gran escritor piamontés. Este pequeño recuerdo en-
do por el público y la prensa austral. Recorre un repertorio de nuestro país", sintetiza la actriz, acompañada por CUNA presentaron dos obras –"vamos por el fuego" y

de vivir. No habrá qué hacer en la ciudad trañable de su padre está en el origen del libro Pavese..., de donde hemos tomado los
de "canto noble y narrativa mapuche", sin desestimar otros Emilio Fariña en guitarra, Alejandro Bittes en acor- "Escribo tu nombre"– del grupo de teatro de Mar del

vacía sino esperar y esperarás que llegue. dos primeros poemas; el resto pertenece a Kodak.
ritmos e instrumentos de la cultura occidental. Rescata en- deón y Matías García en percusión. Plata, dirigido por Carlos Torreiro.

54 la marea
 María Teresa Andruetto Dirás palabras no, si fuera un gesto. No

Pavese y otros poemas

escribas más y ella vendrá, por esta calle
hasta el hotel mañana, ella vendrá
Berisso. CASA DE LA CULTURA
Encuentro de Se concretó, en La Plata, durante el mes de agosto, el 3º Encuen- y tendrá tus ojos.
“TRABAJADOR DE LA CARNE DE BERISSO”
Medicina Social
tro Nacional de Medicina Social "Salud para la lucha y lucha (Nota: en bastardilla frases o títulos de libros de Cesare Pavese.)
por la salud", en la facultad de Medicina (UNLP), convocado No nos liberamos de una cosa
por la "Corriente Nacional de Salud Dr. Salvador Mazza". A “Y nosotros haremos todas las peñas y las actividades necesa-
evitándola, sino solamente
partir de un planteo: "tomar la lucha por la salud en nuestras ma- rias para volver a comprar la Casa de la Cultura, si es que a
atravesándola.
Hamaca
nos", estos trabajadores de la salud se congregaron con el objetivo de intercambiar experiencias
C.P. 22 de setiembre de l945. Diario.
quienes les corresponde no lo hacen. Pero esa Casa va ser ver- Estoy en cama
de trabajo y lucha para sintetizar aprendizajes y coordinar nuevas actividades, en forma conjun- daderamente nuestra y nosotros vamos a decidir que se hacer en Del latin recordis
ta con pacientes y vecinos. ella”. Estas palabras fueron de uno de los tantos artistas que Para María Cleofé Boglio (la enfermera
En las Conclusiones finales, cuestionan la política oficial, que no incrementa el presupuesto de participaron en el movimiento cultural que se desató para la de- se llama Erminda)
salud, mantiene salarios bajos y programas sanitarios en consonancia con las exigencias del Banco fensa de la entrañable casa. Lugar que fuera el sanatorio de los El nos leía a Pascoli en la luz Por la ventana que da al patio,
Mundial y "el incremento de una ilegítima y fraudulenta deuda externa". Mientras tanto, aseveran, gloriosos Trabajadores de la Carne de Berisso. entregada a un de la mañana y hablaba de las tardes mi hermana pasa a bordo de una hamaca.
"se ha duplicado la demanda de asistencia. Las salas de salud están saturadas de pacientes (…) Los nuevo propietario en a penas tres días de vendida (regalada) por aquellas del otoño, los perros oliendo
hospitales están abarrotados; las operaciones programadas casi ni existen y hay turnos para sacar tur-
Pasan también las moras, el verano,
la Federación de la Carne entre gallos y medianoches. entre las setas, cuando iba con su padre
nos. A esto se suma que muchas veces ni se puede concurrir a los hospitales porque no se puede pa- las chicharras. Ha de ser octubre,
La cultura no se vende, se defiende. Esta es la consigna que vie-
gar el boleto". Tras esta descripción acotan que la principal enfermedad "es la desnutrición a causa a buscar trufas. Ella sabía de memoria como esta tarde, o tal vez noviembre,
ne presidiendo a los Autoconvocados desde el Programa de ra-
del hambre" y una de sus consecuencias, entre muchas "es la epidemia de enfermedades respirato- dio de Olga Gomez, desde el 12 de junio, fecha en la que se ini- la vida de él. El nombraba la guerra, y el calor agobia, porque mi padre
rias agudas por las cuales muchos niños enferman y mueren de bronqueolitis y neumonía". ció en la calle este Movimiento con un conmovedor abrazo a la los años escapando, el abrazo que llega del trabajo, se ha soltado,
"En los barrios más humildes –apuntan– la desnutrición pasó del 20 % en el año 1996 al 40 %. Casa en el cual se selló el compromiso del pueblo de Berisso de de Paolo y Etiopía. Ella escondía cosa extraña, la corbata. Yo estoy
Este porcentaje se mantiene desde el 2001 hasta ahora y la tendencia es a aumentar". También dan no dejarse arrebatar el Patrimonio Histórico y Cultural, que no bajo el plato las cartas que llegaban,
cuenta del recrudecimiento de enfermedades mentales "producto de la desocupación y la miseria: sui- en cama. Y Ana que pasa alegre,
sólo logró impedir la entrega de la Casa, sino que su Movimien- y les sabía los nombres a los primos
cidios, depresiones, violencia en la familia y en las instituciones, desórdenes psíquicos de todo tipo se to Cultural, crece, se diversifica y consolida.
viva, a bordo de la hamaca.
han transformado en problemas muy importantes". Asimismo señalan que el alcohol y las drogas es- lejanos. A veces en las tardes Habrá sido de vidrio el aire,
HOMENAJE DE LA MAREA
tán al orden del día. Jóvenes y adultos "frustrados por la falta de trabajo, imposibilitados de estudiar, recientes del otoño, ella recuerda como esta tarde.
sin tener siquiera una casilla para formar un hogar, son empujados por las clases dominantes a la de-
A JOAQUÍN GIANNUZZI
a Pascoli y a un pueblo que no ha visto:
lincuencia, la droga y el alcohol".
Por útlimo, reafirman su defensa del Hospital Público y de la Salud pública, gratuita, igualitaria
hay un niño con su padre y unos perros, Las amigas de mi abuela
y hay un hombre que se larga por los techos,
y accesible para todos. Y proponen un programa mínimo de emergencia que contempla como primer
Como parte de los actos por su 10° aniversario, La Marea realizó y un amigo, y es otoño, Íbamos a verlas
punto que desaparezca el hambre de la Argentina, garantizando alimentos, a través del Estado, a to-
dos los comedores barriales, escolares, hospitalarios, salas de atención primaria, instituciones de an- un homenaje al poeta Joaquín Giannuzzi, asesor de la revista fa- y es la guerra. los días de los muertos,
cianos, albergues; cajas de alimentos para desnutridos y todo otro sistema conducente a tal fin en for- llecido este año. cuando la muerte no dolía.
ma "inmediata". A su vez, difunden una propuesta "de estrategias de lucha para recuperar la salud en Fue el viernes 5 de noviembre por la noche en la Casa de la Poe- Mi madre (que era hermosa y usaba
sía de la ciudad de Buenos Aires, que funciona en la que fuera la
Nada. Tengo un carbón en el cuerpo,
la Argentina". brasas bajo las cenizas. Oh C., por qué por qué? tacos altos) nos llevaba de la mano,
vivienda de Evaristo Carriego, Honduras 3784. Colaboró gentil-
se pintaba la boca. Hablaban piamontés,

HOMENAJE A
C. P. 27 de marzo de 1950 (noche). Diario.
A fines de Octubre, en la Facultad de Ciencias Económicas mente en la organización del homenaje el poeta Daniel García
de Rosario, a 20 años del fallecimiento, se honró a Horacio Helder, director de la Casa. Pavese la palabra cerrada en la garganta a gritos.

HORACIO
Ciafardini. Economista sobresaliente –nacido y graduado en Jorge Brega presentó el número 22 de La Marea, que contiene un Nos ponían vestiditos blancos de piqué
aquella ciudad–, luchador social y defensor inclaudicable de dossier con artículos sobre Giannuzzi, y hablaron sobre la obra del Entre mujeres solas hemos hablado de él y volvíamos con olor a gladiolos,

CIAFARDINI
los derechos humanos, la libertad de pensamiento y la verdad homenajeado los poetas Leónidas Lamborghini, Cristian De Ná- uno de estos días de marzo oscuros a margaritas. Tenían una casa oscura
científica, que padeció durante 6 años las cárceles de la Dic- poli, Javier Adúriz y Leopoldo Teuco Castilla. contra el cielo rojo y de la tarde las amigas de mi abuela, y el tamaño
tadura. Colmó la sala un público atento y emocionado, en su mayoría gen- en que mi padre lo vio pasando la caserma.
Los impulsores del acto consideraron que recordar a Horacio te de letras: poetas, narradores, ensayistas, que luego de finaliza- de un hombre. Ellos en cambio
do el acto permaneció conversando entre sí -vino de por medio-
De las correas dos perros lo arrastraban eran flacos, frágiles como niñas:
no era sólo rescatar a una personalidad excepcional de las sombras en las que muchos pretenden man-
tenerlo, "sino que constituye también un jalón absolutamente necesario en la recuperación de la memo- intercambiando opiniones y recuerdos. y una tristeza que no ha vencido se llamaban Geppo,Vigü,
ria histórica del pueblo argentino. El repaso de sus últimos años y de su muerte revelan no sólo las ini- nadie. Il diavolo sulle coline acecha, Gennio, Chiquinot.
quidades a las que lo sometió la dictadura sino también las responsabilidades cómplices de quienes de- siembra de sangre estos lugares familiares.
moraron y retacearon su reincorporación a la docencia".
Ciafardini había cursado estudios de postgrado en París, Berlín y Varsovia. Graduado Doctor en Cien-
Es el 45 y la guerra stanca. Citroën
Están en Piazza Cavour o en Superga.
cias Económicas, desempeñó cargos docentes y de investigación en las Universidades del Sur, de Bue- Regresábamos en un Citroën
nos Aires, del Salvador, y de Rosario. Su producción científica, tan vasta como substantiva, alcanzó re-
En Torino, no en Le Langhe, ciprés
percusión nacional e internacional. y casa sobre el borde de tu tierra. Mi padre rojo, desde una laguna de sal,
Más de un centener de personalidades, organismos, instituciones y publicaciones nacionales convocaron muerto me dice al oído "he pasado Stupinigi un pueblo ahora de fantasmas,
y adhirieron a su homenaje. Entre estos: Irma Antognazzi, Jorge Carrizo, Gabriela Aguila, Telma Alon- hacia mi pueblo" y el dolor se desvincula a nuestra casa, en la luz. Y él
so, Eduardo Azcuy Ameghino, Beba Balvé, Eugenio Gastiazoro, Jorge Brega, Susana Gentile, Roberto del ansia y subsiste solo en el alma. El otro cantaba, de viva voz, como
Carpano, Gabriela Gresores.
PRESENTACIONES DE LA MAREA
se llama Cesare y escribe sobre las cosas nunca cantaba, voglio vivere
LUISA CALCUMIL EN RAÍCES. tonces, milongas pampeanas, cuecas, valsecitos y En el marco del Encuentro Nacional de Mujeres, reali-
que nos suceden a todos cuando volvemos cosí,con il sole in fronte, y
mi madre y nosotras también
rancheritas cordilleranas; melodías que todavía ale- zado entre el 9 y 11 de octubre en Mendoza se presentó
y no encontramos nada. Mi padre
Luisa Calcumil, ha tenido entereza para forjar y proyec- gran las fiestas populares de su pueblo. "Un reperto- –en la Escuela Patricias Mendocinas— el Número 23, es partisano, un partisano de Ghío cantábamos.
tar una sólida carrera artística desde su lugar de origen. Es rio –acierta Calcumil– que da la oportunidad de de- con la participación de Josefina Racedo, directora LM; y ha cumplido veintitrés. Antes que cante
en la Patagonia que vive, trabaja y crea esta actriz y cantan- cir que, tal vez, aquellos que trajeron el acordeón, la Beatriz Pedro; docente Arquitectura UBA; Gabriela el gallo me dará esas voces
te mapuche, tras escoger un rumbo escénico poco conven- guitarra, el toronte, serían hombres blancos que vi- Gresores,docente Historia Social General, Cátedra Para- que se oyen desde lejos, el eco María Teresa Andruetto nació en Arroyo Cabral, Córdoba, en 1954. Es profesora y li-
cional, tan intensamente fiel a sus raíces como meritorio. nieron escapando de otras tierras, otras hambrunas. lela Filo-UBA. El tema que constituye el dossier del nú- cenciada en Letras Modernas por la UNC y coordina talleres de escritura. Publicó di-
Vinieron a América para trabajar, no para robar o
en la colina. Están cerca las tierras fértiles,
Desde siempre recorre el país con sus espectáculos, presen- mero fue "Mujer, cultura y universidad", con el que se versos libros para niños, las novelas Stefano (1997), Tama (2003), La mujer en cuestión
tándolos en los lugares más modestos y descampados de la matar a sus habitantes. Será por eso que nuestra gen- desplegó la situación en la Universidad por parte de los sitios que no son un lugar entre los otros
(2003, Premio Fondo Nacional de las Artes), los cuentos Todo movimiento es cacería
Argentina. Muy de tanto en tanto llega a la Capital Federal. te se enamoró de esos instrumentos". panelistas, enriquecido por el aporte y debate entre las sino un aspecto de las cosas ahora devastadas.
Entonces, recorre musicalmente los "ritmos que
(2002) y los libros de poesía Palabras al rescoldo (1993), Pavese y otros poemas
En octubre se presentó en Raíces –Agrelo 3045– con "Ciclo mujeres que describieron la situación de la universidad La ciudad era como un lago de luz, se ha
conmueven" a mapuches y paisanos, "a los que se- (1997) y Kodak (2001). De muchacho, su padre fue partisano antinazi en la región de
el barrio escucha", un espectáculo musical auspiciado por la en distintos lugares del país. Al finalizar, los responsa- vuelto gris, no tiene cielo. Alguna vez dirá
Secretaria de Cultura de la Nación, ya ampliamente elogia- guimos perteneciendo al sector trabajador y humilde bles de la revista en Mendoza e integrantes del MODA- Ghío, Italia. Recién terminada la guerra, caminando por la ciudad devastada de Torino,
no escribo más, el lápiz cruzado
do por el público y la prensa austral. Recorre un repertorio de nuestro país", sintetiza la actriz, acompañada por CUNA presentaron dos obras –"vamos por el fuego" y se cruza con un hombre que pasea unos perros. El hombre, con quien conversa un mo-
Emilio Fariña en guitarra, Alejandro Bittes en acor- "Escribo tu nombre"– del grupo de teatro de Mar del
sobre el diario, y acabará el oficio
de "canto noble y narrativa mapuche", sin desestimar otros mento, se llama Cesare Pavese, el gran escritor piamontés. Este pequeño recuerdo en-
ritmos e instrumentos de la cultura occidental. Rescata en- deón y Matías García en percusión. Plata, dirigido por Carlos Torreiro. de vivir. No habrá qué hacer en la ciudad trañable de su padre está en el origen del libro Pavese..., de donde hemos tomado los
vacía sino esperar y esperarás que llegue. dos primeros poemas; el resto pertenece a Kodak.

54 la marea