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SENTIMIENTOS Y RAZÓN

Sucede, que una noche, dormía entre sueños intensos y mi pensamiento


consagraba la ilusión de su existencia más allá de mi ser, el corazón,
dibujaba estelas en el espacio oscuro de mi noche y al andar, desperdigaba
gotas de ternura, que me despreocupaban, “nunca se perdería”, siempre
podría hallarlo aún si fuera únicamente por el olor dulce que emanaba, junto
a mi cama permanecían como tablillas marcadas en relieve, todas las
palabras que usara y todos los poemas que encendiera en mi cabeza tras los
pasos.

Al despertar, con rayos robados de la estación olvidada en el otro


hemisferio, pude ver claramente, que la diferencia entre mis fantasmas era
esencial. Mi pensamiento llevaba su propia historia, bordándola con sumo
cuidado y preservando las decisiones tomadas, sin remordimiento, con una
frialdad de diamante afilado, con toda la cordura que cabría en mi interior.

Aquel otro húmedo espíritu, con millones de lágrimas de experiencia,


colgadas como heladas piedras sobre la capa, tiene en la memoria cada
segundo, con sus confusiones, sus ilusiones y sus demonios, culpas, rencores
y satisfacciones, carga con el indescifrable peso de la sinceridad…

Del sentimiento.

Hoy, buscaba a tientas entre los pasadizos de mi vida, la explicación, el por


qué tantas veces la razón se escondía bajo un árbol, mientras mis ojos
lloraban y otras tantas y tantas veces, cuando mis ojos se congelaban y las
palabras, salían de mi boca como dardos buscando destino seguro, sin
permitirse la menor flaqueza.

Van por separado, por que cada cual exigió su independencia…

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