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Para empezar nuestra charla, me gustaría conocer su opinión sobre el estado de las voces catalanas.
En Cataluña hay voces como en todo el mundo. Y están preparadas para ser educadas. Y la educación de la voz
depende, claro, de los profesores. Éstos deben saber algo de la técnica vocal. Porque se dice muchas veces que alguien
“tiene oro en su garganta”, que tiene una bella voz. Pero para que la voz funcione durante muchos años, incluso hasta
el momento de morir, es fundamental tener una buena salud vocal. Esto permite a la voz resistir los momentos malos,
el trabajo en el escenario… Porque yo entiendo la voz como una actividad deportiva.
¿Deportiva?
Al cantar participan unos 250 músculos…
¿Y cómo dominarlos?
Hay que entrenarlos y para eso necesitamos tomar clases de control, dominar
nuestro oído… ¡necesitamos tener un buen maestro!
Y en cuanto a los alumnos, ¿qué problemas comunes ha detectado en nuestras voces autóctonas?
Lo más terrible, para mi, es la voz de bar. La de aquellas personas que hablan gregregre (emite un sonido gutural). Sin
embargo, en los cantantes y coros tengo una impresión muy positiva tanto técnica como artísticamente.
Hoy en día hay muchos cantantes (los vemos casi a diario en televisión). Pero, ¿cantan todos bien? ¿Qué
entiende Helmut Lips por cantar bien?
Cantar bien es cantar con la voz natural de uno, cantar con salud. Se dice que las mujeres pueden cantar hasta los 40 o
50 años, mientras que los hombres pueden hacerlo hasta los 60. Pero una utilización correcta de la voz tiene que
permitirnos cantar durante toda la vida. Como ha hecho, por ejemplo, Alfredo Kraus, Fischer-Dieskau, ...
Entonces, ¿no tiene nada que ver con que nos guste el timbre de la voz
sino con que consigamos una voz saludable?
Exacto. Y para eso cada uno tiene que buscar su propio timbre, su propia voz. No
hay que copiar, ni imitar. Porque la imitación produce una emisión falsa e
incorrecta.
Pero sin embargo, vemos muchos cantantes que parecen sufrir en el escenario…
Efectivamente. Cuando una persona canta crispada está realizando un sobreesfuerzo corporal, y éste se reproduce en
el público, lo que puede ser terrible porque la sensación para el espectador es de malestar. En cambio, un cantante que
canta bien… es una liberación total. Corporalmente. Mentalmente. Y entonces… ¡tú también quieres cantar!
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