Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Controla Tu Tiempo
Controla Tu Tiempo
INTRODUCCIÓN............................................................................. 11
Capítulo I. EL VALOR DEL TIEMPO ................................................ 13
Capítulo II. GESTIÓN DEL TIEMPO EN EL TRABAJO DIARIO ............... 19
Capítulo III. LOS ENEMIGOS (“LADRONES”) DEL TIEMPO ................. 27
Capítulo IV. GESTIÓN DEL TIEMPO A MEDIO PLAZO: LOS OBJETIVOS .. 37
Capítulo V. LA MOTIVACIÓN ........................................................ 45
Capítulo VI. LA INTELIGENCIA AL SERVICIO DEL TIEMPO ................. 51
Capítulo VII. LA COMUNICACIÓN MÁS EFICAZ ............................... 63
Capítulo VIII. SABER “PERDER” (O GANAR) EL TIEMPO .................... 77
Epílogo: CUANDO TODO FALLA .................................................... 85
LA HISTORIA DE GABRIELA ............................................................. 87
CONSEJOS PRÁCTICOS .................................................................... 95
CITAS SOBRE EL TIEMPO ................................................................. 103
BIBLIOGRAFÍA................................................................................ 109
PARA SABER MÁS............................................................................ 111
Introducción
ASUNTOS PENDIENTES
DEL DÍA ANTERIOR
IMPREVISTOS EN EL DÍA
TELÉFONO/E-MAIL/
CORRESPONDENCIA
“Ladrones” internos:
• Desorden personal.
28 Controla tu tiempo, controla tu vida
• Falta de concentración.
• Fatiga.
• Incapacidad para decir “no”.
• Excesiva socialización en el trabajo.
• Actitud negativa hacia el trabajo.
• Incapacidad para delegar.
• Tendencia a tomar demasiadas tareas.
• No saber escuchar.
• No completar tareas ya iniciadas.
• Falta de autodisciplina.
• No tomar decisiones, o excesiva lentitud o precipi-
tación en la toma de las mismas.
• Acumulación de documentos innecesarios.
• Falta de planificación del trabajo diario.
• Excesivo detallismo.
• Intereses dispersos, demasiado numerosos.
• Objetivos confusos y prioridades y cambiantes.
• Ausencia de plazos autoimpuestos.
• Resistencia al cambio.
• Postergar la solución de conflictos.
• Desinformación.
“Ladrones” externos:
• “¿Tienes un minuto?”
Alguien se acerca al despacho, se asoma a la puerta
con su mejor sonrisa y dice: “¿Tienes un minuto?”
“¡Cómo no!”, suele ser la respuesta. Y ya no hay salida.
Ese minuto se va alargando hasta el punto de hacer
perder la paciencia al interlocutor que no ve el modo
de dar por finalizada la conversación.
¿Qué se puede hacer? Tal vez tener preparadas algu-
nas respuestas del tipo: “¿En estos momentos no lo
tengo, pero luego te aviso y me comentas lo que sea?”;
o bien, “¿Te importa que lo dejemos para dentro de un
rato que esté más libre?” Si el asunto es importante, se
retomará más tarde; de lo contrario, el “intruso” tal vez
responda: “Déjalo, si tampoco tiene tanta importancia.”
Conviene, pues, estar alerta con los merodeadores
del “¿tienes un minuto?” No se trata de no estar dispo-
nible para nadie sino de hacer saber a los que inte-
rrumpen por sistema que en este momento no pode-
mos atenderlos porque estamos ocupados en algo
importante. Quizás no surta el mismo efecto en todos,
pero merece la pena intentarlo.
María Ángeles Chavarría 33
• Correos electrónicos.
Frente al correo electrónico, encontramos a dos
tipos de usuarios opuestos. Por un lado, los que no
comprueban jamás el correo entrante, por tanto no res-
ponden a los mensajes por muy importantes que sean,
lo que supone recibir posteriormente llamadas telefó-
nicas para comprobar la recepción. Por otro, los que
viven obsesionados por la bandeja de entrada y com-
prueban continuamente si tienen mensajes nuevos. Lo
malo es que una buena parte de esos mensajes está
compuesta por promociones de todo tipo, presentacio-
nes en Power Point adornadas por atractivas fotografí-
as en movimiento, supersticiones para difundir o
extraños reclamos que se apoderan de nuestro espacio
(en la red) y nuestro tiempo (laboral y personal).
¿Qué hacer? Dedicar un tiempo prudente cada día
para leer y responder el correo profesional y eliminar el
resto o, como alternativa, trasladar los seleccionados
no prioritarios a otra carpeta donde decidir más ade-
lante (en función del tiempo disponible) si leerlos o no.
Se deben poner reglas al correo electrónico, por
ejemplo no dedicando tiempo a los mensajes basura
que nos envían. Hay que sacarle partido a las nuevas
tecnologías, no dejar que sean ellas las que nos consu-
man a nosotros.
Nunca olvidemos la regla básica: el tiempo se obtie-
ne de lo que dejas de hacer, para ello hay que seleccio-
nar muy bien a qué merece la pena dedicárselo.
• Reuniones
Algunas reuniones no tienen fecha de finalización;
otras, peor aún, tienen una hora límite que jamás se
34 Controla tu tiempo, controla tu vida