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Historia Warcraft
Historia Warcraft
Mitos
Tradición oral entre los Kaldorei
Sargeras y la Traición
Una vez que Sargeras vio que sus ejércitos fueron amasados y
listos para seguir sus mandatos, lanzó sus coléricas fuerzas
en la vastedad de la Gran Oscuridad. El bautizó a su
creciente ejército como la LEGION ARDIENTE. Hasta la fecha,
no está claro cuántos mundos han sido consumidos y quemados
por la insana cruzada ardiente alrededor del universo.
El Nuevo Mundo
La fundación de Quel´thalas
El Último Guardián
Criptoglifos draenei.
Apogeo de la Horda.
Las historias de batallas y victorias siempre son recordadas,
y en el pasado, se han levantado líderes que con cada asalto
documentan el pasado. A pesar de ser líderes en guerra, estos
jefes han demostrado poca acción con las palabras escritas.
“Thok contar interesante historia. Ellos hicieron caer mi,
pero mi bien. Mi encontrar muchas cosas buenas para comer.
Nosotros encontrar villa. Nosotros matarlos y comer su
comida. Thok detenerse ahora. Cabeza duele de escribir”. El
hecho es que yo soy mitad orca, con linaje humano, lo que
combinado con las habilidades y las enseñanzas que he
adquirido durante mis viajes, me ha permitido adquirir este
elevado puesto. Como jefe de intérpretes del Concejo de las
Sombras, el deber de preservar los acontecimientos de nuestra
conquista de este mundo y la eventual cruzada en la nueva
tierra, ha caído sobre mis hombros. Yo, Garona, les escribo
esta historia…
Sin embargo, los orcos se volvían cada vez más agresivos bajo
nuestro secreto control. Se construyeron masivas arenas donde
saciaban sus deseos guerreros en ensayos de combate a muerte.
Durante este periodo, unos pocos jefes de clanes hablaron en
contra de la creciente depravación de su raza. Uno de estos
jefes, Durotan del Clan de los Lobos de Hielo, advirtió que
los orcos se destruirían a si mismos en una orgía de odio y
furia. Sus palabras cayeron en oídos sordos, y jefes más
fuertes como Grom Hellscream del Clan Warsong se elevaron
como campeones de una nueva era de guerra y dominio. Pero las
décadas de constantes luchas entre los clanes han servido
para dividir nuestra raza contra nosotros mismos. Algunas
facciones luchan por el dominio de los clanes. Sus insulsos
argumentos se han vuelto un conflicto armado, y han tornado a
los clanes en una guerra interna por la necesidad de
destrucción que consume nuestra sangre. Si no existían
tierras que tomar a los enemigos, entonces tomábamos las de
nuestros hermanos.
No seré repudiado.
Capítulo 4: Alianza y Horda
Crónicas de la Guerra en Azeroth
Guerra de la Araña
Ruinas de Azjol-Nerub
Tercera guerra
Un heredero forzoso…
De Sangre y Honor
La visión de Thrall
El Azote de Lordaeron
“La hoja no solo desgarra la carne, sino que carcome el alma. El
que blanda la hoja, blandirá también una maldición”
La Revelación
Ola tras ola, las tropas del Clan de Magos y la Liga de los
Hechiceros, bajo el mando de los magos Mannath Magesinger y
Landazar, luchan por derrotar las defensas del Azote. Ambos
bandos tienen grandes pérdidas, pero finalmente, Kel´thuzad
abre el portal, y las fuerzas de la Legión Ardiente,
lideradas por Arquimonde el Profanador, ingresan al mundo.
Dando a Ticondrius y los señores de terror el poder del
Azote, proclama que el rey Lich ya no le es necesario y se
dirige hacia Dalaran para destruirla, como ejemplo para el
resto de los habitantes de Azeroth. Sorprendido y
encolerizado, Arthas pregunta a Kel´thuzad que pasará con
ellos una vez que la Legión tome el control. El lich
tranquiliza al Caballero de la Muerte, diciéndole que el Rey
Lich ya había previsto esta situación y tiene un plan
apropiado.
La Invasión de Kalimdor
“- Thrall…perdóname… he sido un tonto. La furia de los demonios…
se extingue mis venas. ¡Me he liberado a mí mismo!
- No, amigo mío… nos has liberado a todos”.
La muerte de Hellscream. Leyenda orca.
El Fin de la Eternidad
Tres horas más tarde, en algún lugar en las faldas del Monte
Hyjal, Tyrande y sus arqueras sobrevivientes escapan de las
fuerzas de la Legión y el Azote, pero finalmente son
acorraladas por la Guardia del Apocalipsis, y las arqueras
son asesinadas. Archimonde y Tichondrius se materializan y
confrontan a Tyrande, y ella se asombra de observar
nuevamente a Archimonde después de diez mil años. El demonio
proclama que la Legión ha vuelto para consumir Azeroth, y que
esta vez, los Kaldorei no podrán detenerla. En el momento en
que la Guardia del Apocalipsis se dispone a matar a Tyrande,
ésta se fusiona con la sombra y desaparece de la vista.
Archimonde, urioso, ordena a la Guardia encontrar a la
Sacerdotisa antes de que escape de la zona. Tyrande, que
reaparece una vez que se han marchado, comprende que éste es
el día largamente temido por las Centinelas, en que la Legión
reaparecería sobre el mundo. Rápidamente, se adentra en el
bosque para advertir a sus hermanas.
Los Humanos
Los Enanos
Los Gnomos
Los Orcos
Los Tauren