Hace mucho tiempo se produjo en la ciudad de Chachapoyas el encantamiento de la
seorita ngela Saberben. Esta seorita era hurfana de padre y estaba bajo la vigilancia de su padrastro, quien le trataba muy mal; as vivi hasta la edad de dieciocho aos. Se cuenta que una noche, cuando estaba sentada en el patio de su casa contemplando la luna, se le present un joven con la figura de su hermano, montado en un hermoso caballo blanco y le dijo: Gran placer sentira en dar un paseo en compaa tuya. Ella le acept, creyendo que en realidad era su hermano. El joven la hizo montar en su caballo y sin que se diera cuenta la condujo a una cueva situada en el cerro Luya Urco. Una vez que llegaron a la cueva, el joven desapareci y ella se qued encantada. Su madre la ech de menos al ver que no llagaba a acostarse y que ya era tarde; la llam y nadie respondi. Sali a preguntar a los vecinos, pero todos le decan que no la haban visto. La busc noche y da por toda la ciudad y nadie le daba razn. La tercera noche de su desaparicin, ngela se present en sueos a su madre y le dijo que no la buscara porque ella no iba a volver, pues se encontraba encantada. En vista de lo cual, su madre se qued en silencio y no la busc ms. Esta seorita sale en las noches, con su farolito, y llega a las afueras de las ciudad, dicen que en busca de una criatura y un corderito recin nacido con el fin de salvarse del encantamiento. Unos gringos que llegaron a Chachapoyas haciendo exploraciones, al tener noticia de que en esa cueva estaba encantada una mujer y que haba all mucha riqueza, se fueron a explorarla. El exterior de la cueva tiene un mal aspecto, pero dicen que por adentro, en el fondo, hay un lindo camino. Los exploradores se internaron y admirados por el camino que encontraron siguieron ms y ms hasta llegar a un saln donde vieron a la Saberben sentada en un silln cerca de una mesa, a cuyo lado estaba un gato negro y en su cuello una culebra verde. Los zapatos, anillos y pulseras de la seorita iluminaban el saln. Ella se mostr alegre y sonriente a los gringos y les llamaba, pero stos no pudieron pasar, porque para entrar al saln se lo impeda una laguna de agua cristalina y tranquila. Viendo que no podan hacerlo, los gringos regresaron convencidos y asombrados de que en verdad exista la encantada ngela Saberben.