Eduardo Galeano: Bocas del tiempo. Mxico: Siglo XXI Editores, 2003, p.

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Parientes

En 1992, mientras se celebraban los cinco siglos de algo as como la salvacin de las
Amricas, un sacerdote catlico lleg a una comunidad metida en las hondonadas del sureste
mexicano.
Antes de la misa, fue la confesin. En lengua tojolobal, los indios contaron sus pecados.
Carlos Lenkersdorf hizo lo que pudo traduciendo las confesiones, una tras otra, aunque l bien
saba que es imposible traducir esos misterios:
Dice que ha abandonado al maz tradujo Carlos.
Dice que muy triste est la milpa. Muchos das sin ir.
Dice que ha maltratado al fuego. Ha aporreado la lumbre, porque no arda bien.
Dice que ha profanado el sendero, que lo anduvo macheteando sin razn.
Dice que ha lastimado al buey.
Dice que ha volteado un rbol y no le ha dicho por qu.
El sacerdote no supo qu hacer con esos pecados, que no figuran en el catlogo de Moiss.