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PLIEGO

25. 23 de abril al 06 de mayo de 2011

EN ARMERO NACIÓ UN MÁRTIR

Vida Nueva Colombia reproduce el siguiente texto


sobre la muerte del sacerdote Pedro María Ramírez en
Armero, el 10 de abril de 1948, por su valor histórico y
testimonial. Es una crónica que, además, ofrece claves
para la interpretación de los hechos ocurridos a raíz de
la muerte del líder político Jorge Eliécer Gaitán.

DANIEL RESTREPO S.J.


PLIEGO
En Armero nació un mártir
En las primeras horas de la
tarde del 9 de abril de 1948 “las
iglesias de la ciudad mantenían
un silencio que contrastaba con
el tumulto que las circundaba”,
anota el historiador Herbert Braun
quien al describirlas, las muestra
como “islotes de serenidad
inmunes a la devastación”.
Pero esa inmunidad duró poco.
Una repentina indignación
contra la Iglesia, envenenó la
sangre ya enloquecida de una
muchedumbre que se precipitó El jóven Pedro María Ramírez rodeado de su familia antes de ordenarse sacerdote
gritando, destruyendo, saqueando
e incendiando el Palacio Arzobispal, la Nunciatura, la Catedral. Unos comandos de mujeres del
barrio Egipto se enfrentaron a la ira de los hombres que intentaron profanar la iglesia parroquial y la
mantuvieron intacta. Pero no sucedió así con las otras iglesias. Estaban ebrios de alcohol y de rabia
contra las imágenes y los crucifijos, volvieron astillas las bancas y los altares, sobre todo los que
lucían festones de color de oro, y llenaron de excrementos los presbiterios. El rumor que corrió como
un viento huracanado, decía que desde las torres de las iglesias los curas estaban disparando. En
efecto, francotiradores vestidos de sotana, atacaban a la multitud desde los campanarios.
En la noche hubo conventos asaltados y habrían sido más si el ejército no los hubiera defendido.
Una monja concepcionista, con el visto bueno de su abadesa, dejó el vivo relato de las horas de
agonía de 32 monjas de su orden que, ante el dilema de huir para salvar su vida y su integridad, o
de mantener inviolada su clausura, decidieron morir quemadas dentro del claustro, mientras una
muchedumbre de asaltantes aullaba y golpeaba puertas y ventanas. Desde la casa paredaña un
vecino llegó, providencial, para convencerlas y guiarlas en su huida hacia su casa.
Las agresiones se habían dado en otros lugares del país en donde seminarios, conventos, iglesias
y casas parroquiales, fueron defendidos por el ejército contra grupos vociferantes y armados de
machetes y gasolina.
Este fue el marco histórico del relato hecho por el padre Daniel Restrepo S.J., sobre la muerte del
párroco de Armero, Pedro María Ramírez. Publicado en 1952, su libro “El mártir de Armero” es
un testimonio que permite revivir un episodio que en su momento fue publicado por la prensa
nacional con todas las inexactitudes y sesgos explicables en un momento de vivas pasiones
partidistas. El propio relator asume el punto de vista combativo y adolorido de la Iglesia en ese
momento. El texto, escrito con el fervor y la ingenuidad de las hagiografías, deja sin embargo, un
doble testimonio que hoy Vida Nueva Colombia revive: la ejemplar entereza y muestra de valor
cristiano del párroco de Armero y el odio que movilizó a grandes muchedumbres en contra de la
Iglesia. Son dos hechos que merecen reflexión y análisis en nuestros días. VNC

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El año anterior al de la muerte del él amenazaba con una muerte que se internacional temían, y con razón,
padre, durante la misa que celebraba presentaba como inevitable: Dios venía que de esta conferencia iba a resultar
en Armero un preclaro sacerdote, preparando su alma desde hacía varios algo muy desfavorable para la difusión
acaeció algo extraordinario que nos años, ya por los deseos del martirio, ya de sus perversas doctrinas y para el
transmite otro sacerdote quien junto por la persuasión de que iba a morir dominio universal a que ellos aspiraban.
con el padre Ramírez se hallaba al lado por la fe de Cristo. Y se decretó una revolución que diera
del celebrante (entendemos que como Un mes antes de morir escribió a sor por tierra con dicha Conferencia, a la
diáconos los dos) y fue que cayeron de Matilde, vicentina residente en Cali y par que dejar en ruinas la ciudad que
modo incomprensible unas gotas de la de quien hicimos mérito hablando del era su sede (Bogotá). En una carta de
sangre del Señor sobre los corporales. ministerio del padre en Fresno: “es la uno de los jefes comunistas hispano-
El oficiante se turba, mira a un última carta, ruega por mí, yo haré lo americanos se decía: “no quedará en
lado y a otro como preguntando qué mismo”. Bogotá ni una teja bajo la cual pueda
podía haber sido aquello. El padre Vengamos ya a la narración de las albergarse un canario”.
Ramírez recoge el corporal, pide otro horas supremas del sacrificio. Pero
a la sacristía y la misa concluye antes conviene rememorar los hechos Nueve de abril en Armero
sin que el público se dé cuenta de que tuvieron lugar en la capital de la
lo sucedido. Luego, comentando el República y en toda ella, el nefasto 9 Cuando se supo en Armero la muerte
hecho con los demás sacerdotes, dijo de abril de 1948, que determinaron la de Jorge Eliecer Gaitán, lo primero de
“sentenciosamente” (así se expresa el muerte de nuestro héroe. las turbas revolucionarias fue lanzarse
sacerdote que nos narra estos hechos y Mucho se ha escrito sobre esto, pero contra la casa cural y la iglesia.
los describe con inmenso sentimiento) si el presente libro ha de querer que El párroco, el padre Pedro María
“esto significa que alguno tiene que se conozca dentro de cincuenta, de Ramírez estaba en la capilla de las
derramar su sangre por este pueblo ochenta años muchos lectores desearán religiosas, rezando con ellas el santo
impío: aquí hay un colegio protestante conocer las causas del martirio y no rosario. Terminaba sus oraciones
que tiene que acabarse”. tendrán a mano relación alguna y cuando oyeron ruidos en la parte de
Tiene esto, agregamos, todas las parece que este es el lugar propio de la afuera de la casa cural: eran las turbas
señales de un presentimiento el cual relación de aquellas causas... que la apedreaban.
parece manifestarse también en aquel Hallábase reunida en Bogotá la El padre sale a ver qué pasa, y
empeño de que hablaremos de no querer Novena Conferencia Panamericana. con gran sosiego se pone a arreglar
huir. Cuando las turbas del 9 de abril, El gobierno de Moscú y el comunismo sus papeles; sin una queja, sin una

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protesta, manda quemar los de menor la puerta que separa la casa cural del pero sé respetar. Yo entro” (palabras
importancia y forma un paquete de colegio; al encontrarse con las religiosas textuales conversadas con la madre
documentos de valor que entrega a que habían salido de la capilla les Miguelina de Jesús).
la superiora con esta orden: “Si yo exigen que entreguen las armas que El padre al ver entrar a ese forajido
desaparezco, vuestra reverencia pondrá se ocultan en el convento. Por más le dice muy sereno: “Ahí, respete (le
personalmente este paquete en manos que registran hasta en las alcobas de mostraba el sagrario), arréglese todo
del señor Obispo”. la madres, no hallan, claro está, las conmigo”.
Sonriendo ante el salvajismo de armas; esto no era sino un pretexto para El intruso dijo que solo quería buscar
los asaltantes que se ensañaban cohonestar su furia contra el sacerdote. las armas que el cura escondía; este le
contra puertas, ventanas, cuadros y Este se había refugiado en la capilla, mostró toda la capilla y, saliendo de
demás enseres de la casa “como si que permanecía cerrada. Los matones ella, se encontró con el alcalde que
estas cosas tuvieran la culpa de la preguntan: ¿quién hay dentro? ¡El había ido a tratar de impedir tamaños
tragedia de Bogotá,” como dijo esa Santísimo! Responde la superiora. El desórdenes. Al pedirle el padre y las
noche a las religiosas, espera el fin señor Cura está en oración. Mandan religiosas que hiciera algo en defensa de
de aquellos desmanes. A las personas abrir; la madre entreabre, pero exigiendo la inocencia, comentó que él nada podía
que pretendían poner a salvo algunos la promesa de no hacerle nada al padre y porque aquellas gentes estaban locas.
objetos, las disuade diciéndoles que de respetar al Santísimo. Al ver el peligro que corría la iglesia
no se pongan al alcance de las piedras. Al ver al padre que permanecía de sufrir profanaciones, el padre invita
En este primer ataque las turbas no inmóvil y sereno junto al altar, uno de a algunos de los asaltantes que parecían
hicieron más; pero a las cinco de la los más desalmados calza su revólver y menos violentos para que le ayuden
tarde, al volver de la hacienda “El pretende hacer blanco en el sacerdote; a sacar de la iglesia los objetos que
Puente”, situada cerca de la población, la superiora le pone un crucifijo en el pueden ser robados o destrozados y
y que habían saqueado ebrios y con pecho suplicándole: “por Dios, hijo mío, algunos se prestan a ello.
creciente furor, se arrojan de nuevo tu estás ebrio y no sabes lo que haces, Al bajar la escalera, un negro que
sobre la iglesia y la casa parroquial. no cometas ese crimen; por amor de blandía un machete hace la señal de la
Rompen a machetazos la puerta de Cristo, no lo hagas”. cruz y le grita al padre: “por esta cruz
la casa, y armados de cuanto pudieron El bandido se desconcierta y dice: que en estos días lo mato”.
y desafiantes y profiriendo toda clase “yo más bien no entro”. Otro de los Los que habían ido a ayudar al
de imprecaciones y de insultos soeces asaltantes le dice al que pretendía matar sacerdote en su tarea de salvamento,
contra el sacerdote, rompen también al padre: “Yo soy tan liberal como tú subían luego a entregar candelabros,
floreros y otras cosas y decían: “esto
manda el padre, guárdenlo hermanitas
para que no se lo roben”. Esto decían
sin dejar de la mano el machete. Cosa
admirable ver como entre estos siervos
de la revolución no faltan infelices
seducidos por los cabecillas y que a
pesar de su docilidad a estos, conservan
buenos sentimientos y son capaces de
razón. El padre dice cariñosamente a los
que le habían ayudado: “Hijos, lo que
antes hicieron conmigo, esos insultos y
amenazas, ha sido efecto de los licores,
pero estoy contento de su fe, porque han
respetado al Santísimo y a las madres”.
Como la casa cural había quedado
llena de ruinas y su aposento lleno
de escombros y desmantelado, el
sacerdote tomó esa noche su comida en
el refectorio de las religiosas. Rodéanle
estas y se entabla un simpático diálogo.
Padre, dice la superiora, ¿cómo no le
dio miedo ante esos hombres terribles,
armados y borrachos?
- Es que ellos no buscaban sino
armas y bombas, engañados por las
radiodifusoras que propalaban que
el clero guardaba esas cosas para

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asesinar al pueblo; pero ya vieron
que no tengo ni una aguja.
- Y si nos hubieran matado a nuestro
padre, ¿qué hubiéramos hecho?
- Dios sobre todo; en cuanto a mí,
esta noche estaría en presencia de
nuestro Señor, cara a cara con Jesús.
Estoy preparado para morir, hasta
recién confesado, porque lo hice en
estos días en El Líbano. No temo la
muerte; todo lo tengo arreglado.
- Padre, en los primeros tiempos del
cristianismo, y más en la crucifixión
del Señor, podía decirse como Él:
Padre, perdónalos porque no saben El Ejercito Nacional desplegó fuerzas sobre los focos de violencia que
lo que hacen; pero ahora, después se vivieron en municipios del Tolima como en buena parte del país
de tantas maravillas de la religión,
¿podremos decir lo mismo? ¿Puede y haciendo consideraciones sobre el parte aparecieron, y que el padre salió
excusarse a estos hombres por desprendimiento que habían de tener hacia la cárcel; halló en realidad un
tamaños desacatos? respecto de todo lo terreno. Dijo que herido que, como refirió después a las
- Sí, hija, podemos decir lo mismo y había dormido hasta la media noche y religiosas, no quiso confesarse.
perdonarlos de todo corazón. explicó que era él quien había apagado De regreso estaba cuando el alcalde
El padre comió muy poco, y al rogarle las luces. le rogó que no volviera a la casa cural,
que comiera un poco más dijo: Habiendo entrado al poco rato una que permaneciera con él, que así estaba
- Por Dios, Madre, no me rueguen. Y de las alumnas del colegio, el padre le seguro; pero el intrépido sacerdote
advierte una de las narraciones, que preguntó si había oído sobre heridos le contestó “Yo no dejo sólo a Jesús
estuvo aquella noche tan amable y graves. Respondió ella que sí. La envió Sacramentado y a las madres”. Y siguió
tan suave que no podían menos de luego a cierto caballero para que le su camino.
recordar la última cena con el Señor preguntara en nombre del padre, si creía En las calles gritaban algunos: ¡Metan
y la dulzura con que en ella trató a posible la celebración de las tres misas ese cura a la cárcel! ¡Abajo los curas!
sus apóstoles. acostumbradas el día siguiente, domingo. ¡Curas asesinos! El contó esas cosas a las
Después de aquella frugal cena se Con esta solicitud quería manifestar su hermanas con aire tranquilo.
retiró a su destrozado aposento, donde cuidado pastoral y que veía probable su Entró a la capilla y oró largo rato.
se le había dispuesto un lecho en medio cercana muerte. En efecto, ese domingo Preocupado por la manera como habría
de las ruinas. A la media noche apagó la el sol habría de alumbrar su cadáver de librar de peligro a las religiosas,
luz de las casas, probablemente para que arrojado en pedazos a una zanja. salió, llamó al sacristán y se puso a
de fuera no pudieran los revolucionarios Poco después de las ocho de la ensayar con él unas escaleras por las
observar nada. Y el descanso parece mañana bajó al bautisterio y tomó la cuales podrían las pobres siervas de
haber sido sumamente breve. maleta de los últimos sacramentos. Dios salir a la casa vecina, de unas
Al salir al patio, un viejecito le pidió alumnas. Al observar esto, la superiora
El 10 de abril le expidiera un certificado para hacer le dice: “Padre, V.R. es el primero que
enterrar una niña. El padre le dice: mi debe huir”.
Amaneció el 10 de abril, que habría de hijito, eso le toca al señor alcalde. -De ninguna manera, le dijo, yo no
ser el último día de la vida, después de Pero es que él me manda a usted huyo. Cuantas veces entro a la capilla
una noche que debió ser en la que fue porque está sumamente ocupado. El consulto a mi Amito. Él me dice que
condenado a muerte por los directores padre, entonces, se sienta en un cajón, permanezca aquí. Usted, madre, sí debe
de las tumultuosas asonadas. junto al destrozado despacho parroquial tomar las medidas necesarias”. Y se
El celebró la misa temprano, en la y da el certificado exigido. A un sujeto puso a indicar cómo debían repartirse
capilla de las hermanas; y la celebró con que entró por ahí, le preguntó: ¿hay las religiosas por diversas casas. Volvió
fervor muy notado, como si presintiera muchos heridos? –No ha habido el a la capilla, tan tranquilo como se había
que era el último sacrificio, con el que primero, le respondió. Esta contestación mostrado toda la mañana.
había de ofrecer ese día de su vida. fue, según todas las apariencias,
Repartió a las religiosas buen número pérfida, no sabemos qué pretendiera con El tumulto
de sagradas formas y con todo quedaron ella aquel sujeto.
muchas, ya que las de la iglesia habían La superiora le suplicó al párroco que Interesado por las nuevas que
sido trasladadas a la capilla. no saliera solo; el párroco le respondió comunicaba la radiodifusora, salió al
A las siete y media desayunó, muy que iba a pedir dos agentes de policía; patio a oír el altavoz de la plaza. De
parcamente, y estuvo muy comunicativo pero ella asegura que por ninguna repente entra al corredor del colegio

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nueve años de servicio con gran que le dí, hará el favor de entregar
fidelidad, pero, añadió, apúntelo para al señor obispo este en su propia
que no lo olvide. mano, se entiende en caso de que yo
-Padre, dijo la superiora, excúseme, yo desaparezca. Luego dijo a la misma
no tengo alientos para nada. madre, según se ve en los apuntes
Entonces replicó el padre: tráigame redactados por la familia de acuerdo
papel, yo escribiré. Y escribió aquel con los datos recogidos más tarde en
testamento que ha sido la admiración de Armero. “La palma del martirio es
cuantos lo hemos leído. una gracia especial de Dios, pero el
El 9 de Abril de 1948
El testamento dice así: Al hombre no puede lanzarse a cogerla
la violencia empezó por Bogotá excelentísimo Señor Obispo, mi inmensa temerariamente, tenemos que hacer lo
gratitud porque sin merecerlo me hizo posible por salvar la vida”.
y le dice a la superiora: “Reúname ministro del Altísimo, sacerdote de Dios El sacristán, volviendo de la calle,
pronto a la comunidad, pronto, que no y para el pueblo, hoy de Armero, por a donde el padre le había enviado
hay tiempo qué perder”. Había oído, quien quiero derramar mi sangre. a cerciorarse si había mucha gente,
dice la madre, nuevas de persecución Especiales menciones para mi le informa que todavía hay manera
religiosa. orientador, el santo padre De Ávila. de escaparse; el valiente sacerdote
Reunidas las hermanas, pidió roquete A mis familiares, que voy a la cabeza reflexiona unos momentos y es entonces
y estola y empezó a repartir las hostias para que me sigan el ejemplo de morir cuando profiere aquellas sublimes
y a tomarla él mismo. “Nos dio hasta por Cristo. Con especial cariño los palabras que hemos relatado: “ Yo
de a diez hostias a cada una”, escribe miraré desde el cielo. no huyo, cuantas veces consulto a mi
la superiora. Solo dejó una y advirtió a Profundamente agradecido con las Amito, me dice que permanezca aquí”.
las personas presentes que en caso de Madres Eucarísticas, desde el cielo Parte en la capilla, parte en el
peligro de profanación cualquiera podía velaré por ellas, sobre todo por la corredor, siempre de sobrepelliz y estola
consumir esa forma. Esto lo repitió con madre Miguelina. y con el rosario de su madre colgado
toda claridad. Esa hostia iba a ser su En el nombre del Padre, del Hijo y del al cuello, medita devotamente y reza
viático. Después de otro rato de oración Espíritu Santo, amén. Armero 10 de abril su breviario. Van a acercársele unas
en que dieron gracias, las religiosas de 1948. Pedro María Ramos, presbítero. madres para hablarle y él les dice: “no
se sintieron felices por haber recibido Cerró el papel y puso esta inscripción: me interrumpan, estoy preparándome”.
tantas hostias, salieron de la capilla y el “Voluntad del presbítero Pedro María Eran las cuatro y pocos minutos cuando
padre dijo a las hermanas: “no tengan Ramírez. A la Curia de Ibagué y a mis se escucharon grandes detonaciones en
miedo, esto lo he hecho por prudencia, parientes de La Plata, Huila”. Notaron la iglesia. Las hordas que se precipitan
pero no pasará nada”. después los familiares que este papel sobre ella son innumerables, compuestas
Parece evidente que hablaba así solo estaba escrito con más esmerada letra de gentes de todo sexo y edad; las
para animar el espíritu de aquellas que la que él acostumbraba. Puso amenazas son violentas. El padre entra
buenas religiosas; él, bien veía lo el papel en manos de la superiora precipitadamente en la capilla y consume
inminente del peligro. Varias veces diciéndole: “Junto con estos papeles la hostia reservada. Las religiosas saltan
notaron ellas que se le arrasaban los
ojos en lágrimas, pero que no tenía
miedo, es evidente que no quería huir, y
aún se mostraba sonriente.
A las doce le prepararon una mesita
junto a la capilla, tomó un almuerzo
muy ligero. Las hermanas le rogaban
que fuese a descansar un poco pues
la noche y la mañana habían sido de
inmensas angustias, pero él se entró de
nuevo a la capilla, revestido siempre con
su roquete y su estola, objetos que solo
dejó momentos antes de ser sacrificado.
Estando ya tomando su ligero
almuerzo llamó a la superiora y
le pidió dijera al señor obispo al
entregarle el fajo de papeles que él,
el padre le había confiado que de sus
bienes diera quinientos pesos a la
Pola Horta, la buena ama de llaves que
había acompañado al párroco durante

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por un tejado de la casa vecina, el párroco rostro, exclama: “Padre, perdónalos. el clima, la lluvia y la humedad de la
ayuda a escapar y luego se arrodilla entre Todo por Cristo”. tierra descompusieran el cadáver.
el corredor y el kiosco del patio; extiende Fueron sus últimas palabras. Un segundo El día domingo 11, los asesinos
los brazos y ora con notable recogimiento, machetazo le hace caer boca abajo, mueve resolvieron enterrar el cuerpo del
como quien va a presentarse dentro de todavía las manos y la cabeza hasta que, mártir. Cavaron en la tierra una fosa,
breve rato ante el Tribunal de Dios. A poco llegando un tercer bandido le da un violento le quitaron la sotana y medio desnudo,
aparece en un tejado vecino un hombre golpe con una varilla, el cual hace que, lo echaron en ella, sin caja alguna.
que blande un machete: se llama Camilo desnucado, vuelva la cabeza boca arriba. A Para que aparezca mejor la perfidia
Leal Bocanegra, por apodo “Manoñeque”. los pocos momentos expiraba. revolucionaria, al mover el cuerpo para
El padre comprende que si ese hombre Eran las 4:40 minutos de aquella tarde enterrarlo rodó la bolsa de los santos
baja, la vida del párroco fatídica del diez de abril óleos en la que habían puesto una
y de las madres serán “Voy a la cabeza de 1948. Había vivido 48 bomba de dinamita, para tener una
sacrificadas. Por eso años, 5 meses y 18 días prueba de que el párroco realmente
le dice en voz alta: “no para que sigan y tenía de sacerdocio 16 guardaba armas y bombas.
bajes hermano, yo subo el ejemplo de años, 9 meses y 20 días. Esta añagaza no fue creída por nadie;
hacia ti”. Y poniendo Las religiosas, que bastaba ver que la maleta de los últimos
una escalera, sube; por morir por Cristo” se habían mostrado sacramentos no tenía por qué estar al
ella bajan el padre y el heroínas, fueron lado del cadáver, sino que en la noche
asesino, según entendemos por un lado obligadas a pasar delante del cadáver la habían llevado allá. Todo el mundo
que no es peligroso para las religiosas. del padre mientras les lanzaban había visto que el cuerpo muerto,
Las turbas gritaban a la superiora que un aluvión de insultos soeces, las despojado hasta del calzado y sin más
se veía en la tienda en donde ellas se amenazaban, unos pedían que las que la desgarrada sotana, había sido
habían refugiado. “Entreguen al cura o matasen, otros que las llevasen a la arrastrado al camposanto.
se mueren todas”. cárcel; al fin el alcalde las hizo llevar Cuando pasados diez días, y llegada
El “Manoñeque” conduce al padre a una casa honorable, la de don Pedro gente de guerra de la capital, las
a través de un solar en dirección a la Giraldo, el cual con su excelente señora autoridades lograron restablecer el
plaza, pasan por la sala de una casa y y sus hijos se esmeró en suavizar las orden en el anarquizado Armero, se
salen a la puerta de la calle. amarguras de las doloridas esposas de decretó que se desenterrase al padre
Cristo. Pocos días después, el padre Ramírez y se practicase una autopsia.
El sacrificio Guzmán, cura de El Fresno, con la Se desenterró, en efecto y, al preguntar
gallardía y caritativa gentileza que por qué se había enterrado sin sotana
La víctima se detiene un momento. le distinguen, vino de su parroquia respondieron que era para evitarse
Al ver que se detiene el padre, acompañado de unas damas y llevó sustos porque los sacerdotes enterrados
“Manoñeque” le dice: “no se detenga a las Eucarísticas a su parroquia y con sotana, se aparecían y espantaban;
padrecito que esto ya no tiene les cedió la casa cural para que la burda conseja, superstición ignorante.
remedio”. Era tanto como decir que habitasen. El cuerpo fue hallado en regular
ya la revolución, representada por estado de conservación, cosa que
los dirigentes de los tumultos había El cadáver de un mártir justamente fue motivo de asombro;
decretado el sacrificio del párroco. después de la primera noche, y de diez
El padre se quita el roquete y la estola El cadáver del mártir permaneció días en que había estado medio desnudo
y los entrega a una mujer: “Tome hija, tirado ignominiosamente hasta el
guárdelo para que no lo profanen”. Al anochecer en media plaza. ¿Qué hacer
salir a la esquina de la plaza el asesino con él? Unos querían que se echase
grita con aire de triunfo: “Aquí les traigo al río Lagunilla; otros, que se regase
al cura Sebastián”. Un bandido se lanza de gasolina y se le prendiese fuego.
sobre el sacerdote revólver en mano, Ninguna de estas ideas fue aceptada.
pero “Manoñeque” le dice: “no, así no”. Se propuso entonces que atado a una
Al tener en sus manos la codiciada volqueta se le arrastrase por las calles,
presa la muchedumbre descarga sobre pero el conductor de ese vehículo se
él puñetazos, palos y golpes con el negó a hacerlo y lo único que consintió
plano de los machetes, pero alguno de fue en llevar el cuerpo al cementerio.
los cabecillas grita: “No más planazos, Lo llevó y lo arrojó a una cuneta
dénle con el filo”. Sin aguardar segunda cercana a la puerta del cementerio.
orden uno de los sicarios descarga su Si alguna persona piadosa quería
machete sobre la cabeza del mártir. acercarse al cadáver, los bandidos
Cae este al suelo; pero con supremo la apedreaban; no querían que se le
esfuerzo se arrodilla y limpiándose diese sepultura. Aquella noche cayó
con la mano la sangre que le cubre el una intensa lluvia y lo natural era que

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en la desnuda tierra, lo natural era que muy tímidamente; por varios días
estuviera completamente descompuesto. circuló solo un rumor vago acerca de
Después de la autopsia se puso el ese crímen. Probabilísimamente los
cuerpo en una caja, por cierto que revoltosos dueños del pueblo de Armero,
resultó demasiado estrecha y parece que no dejaron que el telégrafo transmitiese
los pies debieron quedar por fuera, y se aquella noticia que tanto avergonzaba a
le volvió a enterrar, esta vez en lugar la revolución.
decente hasta que, pasados veintidós Los hermanos del mártir, residentes
días desde aquel en que se consumó en La Plata, sólo supieron con certeza
su sacrificio, vinieron de La Plata los el hecho, nueve días después de
familiares del mártir para trasladar sus consumado; y el quinto hermano, el
despojos a su ciudad natal. jesuita Leonardo que accidentalmente
estaba por entonces en Medellín,
Después del sacrilegio vino a cerciorarse por telegramas
que le llegaron de Manizales donde
El sacrílego parricidio se había cometido era superior de las residencias de la
a gusto de los enemigos de la Iglesia, la compañía, en los cuales le daban el
fiera de la Revolución había celebrado pésame por la muerte de su hermano.
un banquete digno de ella y saciado su Naturalmente aquel crimen causó
odio a la religión bebiendo sangre de un inmensa indignación y estupor
sacerdote caritativo y abnegado en toda la república. La prensa
El asesinato del párroco de Armero periódica de la derecha elevó el grito
parece que estaba decretado por la de protesta airada; la de izquierda,
revolución de abril y se sabía fuera de como ya hemos insinuado, desfiguró
Armero que había de suceder. Es muy indignamente los hechos.
verosímil que se había comunicado Y como semejante sacrilegio y
a otros lugares por lo que sucedió en parricidio exigía una sanción de
Villarrica, antiguo corregimiento de parte de la autoridad eclesiástica,
Andalucía. El hecho lo refiere el padre el Excelentísimo Señor Rodríguez,
Elicerio Montoya, párroco de Ataco. obispo de Ibagué, promulgó un edicto
“Era yo párroco de Villarrica el infausto por el cual constituía a Armero en
9 de abril. Al saberse allí el crimen “entredicho”, es decir, se prohibía la
perpetrado en la persona del doctor celebración de los divinos oficios en
Gaitán, me declararon preso, dándome la iglesia de Armero y la sepultura
por cárcel la casa cural. Varias veces me eclesiástica en él. Y después de
vi amenazado de muerte, pues el pueblo excomulgar a los autores intelectuales,
enfurecido pedía mi morales y materiales
cabeza. En medio de “Acaban de matar del asesinato, y a
mi natural inquietud,
oí que en uno de los
al cura de Armero y los que profanaron
templos con
parlantes instalados así hemos de hacer tumultos, voceríos,
en la plaza se daba incendios, latrocinios
esta noticia: Acaban con todos los demás y destrucción de mandamientos. La felicidad no puede
de matar al cura de
Armero y así hemos de
de Colombia” objetos sagrados.
El edicto agrega
estar cimentada sino en el Amor y en
la Paz”.
hacer con todos los demás de Colombia. un párrafo de alta claridad cristiana: Por su parte, la autoridad civil
Esto, repito, se anunciaba el mismo “Protestamos en la presencia de una vez restablecido el orden en
día 9 siendo que el párroco de Armero Dios que estas medidas y sanciones la población por los elementos del
no fue muerto sino al día siguiente, el no buscan sino el verdadero bien de ejército enviados allí, hizo instruir
día siguiente, el sábado diez. los culpables en el tiempo y en la el correspondiente proceso criminal
Pregunté a un señor empleado público, eternidad. Querríamos que todos, que dio por resultado la condenación
cuyo nombre no hay para qué publicar, ante el estrago inmenso de la Iglesia de los principales autores del crimen,
si era verdad eso que acababa de oírse y y del Estado, se persuadieran de que especialmente de Camilo Leal
él para disimular y despistarme dijo que las pasiones desbordadas nunca los Bocanegra (Manoñeque) y de Yezid
no era cierto, que no tuviera miedo, que llevarán sino a excesos ciegos de la Chavarro, los que actualmente (esto se
nada me sucedería”. bestia humana. Y de que el hombre averiguó en enero de 1951) pagan la
La nueva del sacrificio del padre no se perfecciona ni se salva sino pena de veinte años de presidio en la
Ramírez se difundió en la república por la estricta obediencia de los diez cárcel de Ibagué. VNC

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