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INTRODUCCIÓN

DESARROLLO

HISTORIA DE LA SASTRERÍA
MEXICO

Noble azteca

Foto: The Mexican Reinassance, Serge Gruzinski

Los datos arqueológicos y etnohistóricos indican que las culturas mesoamericanas utilizaban pocas prendas
para cubrirse y aunque existían ciertos elementos de diseño en común, cada etnia y región poseía sus
características propias en el vestir.

La mayoría de los tejidos que las mujeres realizaban entonces, estaban destinadas a la manufactura de
vestuario. El telar de cintura ofrecía bordes cerrados, lo cual hacía que el lienzo recién salido del telar se
pudiera usar sin la necesidad de cortarlo o de ajustarlo al cuerpo por lo que se obtenían prendas totalmente
rectas orilladas por los cuatro lados.
Atavíos de una señora.

Foto: Marco A. Pacheco/Raíces para Arqueología Mexicana, No.36.

Cada estrato social vestía de manera distinta y aunque tal vez compartían los materiales y la técnica de
elaboración, no ocurría lo mismo con el diseño ni el modo de uso.

El número de mantas que cada individuo podía portar, estaba establecido por las reglas y leyes de cada
pueblo; un militar y un sacerdote no usaban el mismo número de prendas, a diferencia de los altos dignatarios
y señores quienes portaban el número de prendas deseadas, además de ser éstas, mantas lujosas
entretejidas con pelo, plumas y otros materiales lujosos.

No sólo la cantidad de prendas estaba restringida por la ley, también algunos materiales, emblemas, adornos,
colores y hasta el largo de las prendas era controlado. Los artículos de lujo, entre ellos el algodón blanco,
estaban destinados a la elaboración de prendas para la realeza o el sacerdocio, mientras que las fibras duras
como el ixtle, la fibra de maguey, el chichicaxtle y la palma silvestre (izcotl) constituían las prendas básicas del
pueblo.

Por medio de pictogramas como el Códice Mendocino y la Matrícula de Tributos pueden observarse distintos
elementos textiles fabricados por las diferentes culturas que habitaban el México prehispánico. Tanto mantas
de algodón, como plumas, conchas, trajes guerreros, escudos, tintes y colorantes, aparecen en dicha
matrícula ofreciendo una importante evidencia de lo que era la indumentaria en el México antiguo.
Sastre nativo haciendo uso de las tijeras y la seda. Códice Florentino, Vol III,f.25r. Foto:
Foto: Painting the Conquest, The Mexican Indians and the European Renaissance. Serge Gruzinski

Lámina XII
Foto: Las castas mexicanas, un género pictórico americano, Olivetti.

La Indumentaria Duante el Periodo ColonialDe español y de india produce mestiza. Miguel de Cabrera, 1763

Foto: Olivetti. Anónimo del siglo XVIII. Juana Leandra Gómez de Parada.
Foto: Jorge Vértiz
La información sobre la indumentaria colonial en México se obtiene principalmente de los biombos, las
crónicas, litografías y sobretodo de las pinturas de la época. Los artisatas que lograron plasmar este aspecto
en sus obras, debieron tener los suficientes conocimientos del sistema de castas y sobre todo su relación con
la Real Audiencia. Francia transmitió el "espíritu de corte" a toda Europa, el gusto, el arte francés y hasta la
lengua, fue cultivada del occidente al oriente europeo. Las alianzas dinásticas de los Borbones, la dispersión
de los artesanos, la superioridad creciente de la sedería francesa y la primacía de los vestidos de París,
otorgaron a la civilización francesa un lugar privilegidado dentro de la moda.

Siglo XIX

Anónimo del siglo XIX. María de los Dolores I. Rosa Loreto Gómez de Cervantes. Colección Carmen Pérez de
SalazarAunque para el siglo XIX las castas ya no existían, sí las clases sociales que éstas habían originado.
Las telas provenientes de Francia e Inglaterra se seguían destinando para la fabricación del vestuario de la
clase alta, la que no tardó en adoptar la moda "Imperio" influenciada por Napoleón Bonaparte.

La moda "Imperio" implicaba dejar atrás las pelucas y el cabello empolvado en los hombres y las crinolinas en
las mujeres, que para entonces habían adoptado ya los vestidos de talle alto manufacturados con telas
delgadas y vaporosas. Gasas de colores claros, vestidos que dejaban al descubierto los brazos y los grandes
escotes que lucía la emperatríz Josefina, cónyuge de Bonaparte, fueron imitados por las mujeres bien
acomodadas de esta época.

El virrey de Iturrigaray y su familia (1803-1808), Anónimo. Coleccion Museo Nacional de Historia, Castillo de
Chapultepec, México.
Foto: Javier Hinijosa para Saber Ver, No. Especial, Retrato de familia.
Noble azteca
Foto: The Mexican Reinassance, Serge Gruzinski
Los datos arqueológicos y etnohistóricos indican que las culturas mesoamericanas utilizaban pocas prendas
para cubrirse y aunque existían ciertos elementos de diseño en común, cada etnia y región poseía sus
características propias en el vestir.

La mayoría de los tejidos que las mujeres realizaban entonces, estaban destinadas a la manufactura de
vestuario. El telar de cintura ofrecía bordes cerrados, lo cual hacía que el lienzo recién salido del telar se
pudiera usar sin la necesidad de cortarlo o de ajustarlo al cuerpo por lo que se obtenían prendas totalmente
rectas orilladas por los cuatro lados.
ESPAÑA

Juan Chacón, Sastre. Atribuido a Juan Francisco Ochoa. Oleo sobre tela, siglo XVII.
(Iglesia de las Nieves). Fotografía de Alberto Sierra Restrepo

Quizá todo comienza con la creciente importancia del vestido en las cortes europeas desde finales de la Edad
Media y se establece con el surgimiento de la moda durante el Renacimiento. Los sastres, que anteriormente
se ocupaban únicamente de coser, comenzaron a desarrollar una práctica y un arte en el corte,
imprescindibles para lograr los cambios de indumentaria deseados.

Su oficio, que se había tenido en poca estima, comenzó a ganar prestigio e importancia, y, poco a poco,
dejaron de consultar los deseos de los poderosos para comenzar ellos mismos a decidir e imponer modas y
estilos.

Los gremios de sastres figuran desde el siglo XIII, regulados por sus propias ordenanzas; esa organización
vino con ellos a América. Su presencia, que se incorporó con la colonia española, perdura con un mismo
propósito y diferentes métodos. Desde los talleres de sastres y modistas, podemos asomarnos a una parte de
la historia nacional.

En la España de Carlos V los sastres tuvieron el mismo nivel que los obreros y labradores A finales del siglo
XVI, se publicó en España el primer libro de sastrería, obra de Juan de Alcega; en el siglo siguiente -1618 y
1640- se registran dos nuevas obras españolas sobre el tema, y otra en 1720. Los maestros de sastrería
ofrecían a sus colegas el secreto de su ciencia, para cuyo desempeño se requerían, además del dominio de
la confección, conocimientos de geometría y manejo del compás, aritmética y esencialmente manejo de los
números quebrados. Pese al reconocimiento que tenían los grandes maestros de la sastrería, su oficio de
carácter manual los mantenía sometidos a las mismas limitaciones de los artesanos. Durante el reinado de
Felipe IV, cuando se hicieron más rígidas las normas tendientes a frenar el lujo en el vestido, se acusaba a los
sastres de inducir a sus clientes a la ostentación y derroche, no sólo en las telas sino en los detalles de la
confección. Al sastre que cortara, hiciera o mandara hacer alguna de las prendas prohibidas se le podían
confiscar, además de multarlo y desterrarlo hasta por dos años; en caso de reincidencia, podía ser condenado
a cuatro años de prisión.
SASTRERIAS EN LA NUEVA GRANADA

La sastrería fue uno de los oficios reservados a blancos o mestizos, y de su práctica quedaban formalmente
excluidos negros, mulatos y zambos. Su posición dentro de las jerarquías existentes debió de ser alta, si se
considera el hecho de que un sastre, Mateo Gómez de Abreu, entabló demanda a comienzos del siglo XVIII
contra el presidente Gil Cabrera de Dávalos, por la suma de trescientos pesos, valor de las hechuras de ropa
y géneros para el presidente y su familia . El oficio frecuentemente se traspasaba de padres a hijos, sin que
ello excluyera de cumplir con los requisitos establecidos para ser admitidos en el gremio.

Sastrería alemana. Litografía. Publicada en Dertel ‘s Lesebuch, ca. 1850

La Instrucción General para los Gremios de Santafé expedida en 1777, contiene las formalidades que debía
cumplir quien aspirara a la sastrería: entre los 10 y 14 años los muchachos se iniciaban como aprendices en
el taller de un maestro, donde permanecían cuatro años antes de ser admitidos a examen pan pasar a la
categoría de oficiales; en ésta permanecían dos años más, concluidos los cuales podían presentarse a un
examen (cuyos costos asumía el estudiante), que consistía en la ejecución de una pieza ante dos veedores
del gremio. Hasta ser aceptado como maestro, no podía poner tienda ni ejercer. La organización gremial que
caracteriza al siglo XVIII se desploma con las rupturas de la Independencia, pero es justamente en la tienda
de un sastre español en donde el 20 de julio de 1810 comienzan los enfrentamientos, y es al Maestro Mayor
del Gremio, José María Caballero, a quien debemos la mejor crónica de esos años

Sastrería china, acuarela, anónimo siglo XVIII.

PERU, COLOMBIA, CON TINTES franceses


Vestimentas en Bogotá, grabado en metal (Voyage dans les deux Ameriques, L. Tense, H. Dupuy, París, sf).

Escuela de modisteria, en Rechmond (grabado en madera en Frank´s


Ilustrated Newspaper, 1866).

Carmen, Bernia Madrazo, lndumentaria medieval española, Madrid, Centro de Estudios Históricos Diego de
Velásquez, 1956 Richard Konetzke , Colección de documentos para la Historia de la formación social de
Hispanoamérica, 1493-1810, Madrid, Instituto Jaime Balmes CSIC, 1958, vol. III, t. II, pág. 767 EL TRABAJO
DE LAS PROPIAS MANOS

Hacer un cálculo de cuántas mujeres desempeñaron el oficio de costureras o del volumen de sus ingresos es
muy difícil aun para los años finales del siglo XIX. Un Manual para el método de enseñar la costura en las
escuelas lancasterianas de niñas de la República del Perú, publicado en 1823, describe el estricto desarrollo
de las 12 clases básicas: “...a las 9h y 50 m las monitoras de costura recibirán de la monitora general los
delantales y los repartirán a las niñas. Todas las niñas recibirán los delantales y pondrán las manos atrás. A
las 9h y 55m las niñas sacarán la labor de sus bolsitas y las monitoras les darán agujas y dedales y
examinaran si tienen las manos limpias...”, y así cada paso. El aprendizaje se hacía cosiendo en papel para
no desperdiciar los géneros. Como el método lancasteriano también fue adoptado en la enseñanza
colombiana durante los primeros años de la república, podemos suponer que de ese mismo cuestionable
tenor fue el aprendizaje en nuestras escasas escuelas.

Vista interior dela oficina central deFábrica de faldas W.S..&.C.H.Un año en la corte, dibujo de Alberto
Singer en Nueva York,ca. 1850. Thomson, grabado en maderaUrdaneta, (Grabado de A.
Rodríguez, publicado en Papel
publicado en Harper´s Weekly,
Periódico Ilustrado, Bogotá, 15 de
1859. 
octubre de 1881.)

LA MODISTA, ESE INVENTO FRANCES

Las mujeres francesas, autorizadas desde el siglo XVII a trabajar en lencería y en trajes de niño, fueron
abriéndose camino hacia el comercio de la moda y de la ropa femenina. Ayudadas por las damas de la corte,
que alegaron razones de pudor y modestia, lograron que el rey las autorizara a confeccionar trajes y
sombreros de señora, y a reunirse en corporación. Ese logro se anticipó unos pocos años a la Revolución
Francesa, a partir de la cual quedó abolido el privilegio masculino de confeccionar trajes para mujeres.

Un año en la corte, dibujo de Alberto


Urdaneta, grabador: A. Rodríguez (publicados
en Papel Periódico ¡lustrado, Bogotá, 15 de
octubre de 1881).

Sastrería prêt-à-porter

Nuestra sastrería le ofrece múltiples opciones: sastrería prêt-à-porter, sastrería a medida o sastrería para
ceremonias.

En nuestra sastrería prêt a porter encontrará prendas listas para llevar con los ligeros arreglos que usted
precise.

Sastrería a medida

Si elige un traje a medida, a la más cuidada elaboración añadirá su toque personal exclusivo.

Comenzaremos por la elección del tejido y, a continuación, el sastre tomará sus medidas.

Estas medidas se envían a una firma industrial de sastrería.


Bodas y ceremonias

En sus momentos más importantes, como bodas o ceremonias, la ropa no debe ser un motivo de
preocupación. Para sus trajes de novio o de padrino, confíe en la elegancia de los clásicos.

Entre los trajes de boda, un chaqué a medida es la prenda con la que novios y padrinos realzarán una
ceremonia irrepetible.

PRIMEROS SASTRES

LUGARES DE ORIGEN

LOS LUGARES DE ORIGEN, HISTORIA Y TIPO DE PRENDAS SON LOS PRIMEROS PASOS PARA
REALIZAR LA DESCRIPCIÓN DE ALGUNAS DE LAS FECHAS DONDE COMENZO LA SASTRERIA COMO
OFICIO.

Aunque podríamos remontarnos a nuestros más lejanos antepasados y su forma de vestir


(los romanos, los egipcios, etc.), como este es un sitio de Protocolo no de moda, vamos a
comenzar a dar unas pinceladas por el siglo XV, donde se empiezan a perfilar los vestidos
masculinos que luego darían lugar al traje actual, con las evoluciones pertinentes.

Ya por este siglo, las togas y otras prendas más largas se acortan, y se empiezan a
transformar en chaquetas abiertas por delante y en cuyas mangas se solían bordar los
escudos familiares u otros símbolos civiles o militares.

Avanzado ya el siglo XVII, la corte de Luis XIV empieza a tener una gran preocupación por la
moda. La chaqueta del traje se empieza a ajustar a la cintura, y la parte de las caderas se
deja amplia, empezando a tomar relevancia los encajes, como adorno de estas prendas.

Pero el traje, tal y como lo conocemos hoy en día, tiene su origen en Inglaterra. Se hacían a
mano por los maestros de sastrería, quienes cogían aprendices a partir de los 12-14 años, y
les comenzaban a enseñar el oficio. Debían pasar al menos cuatro años hasta obtener la
categoría de oficiales. Era curioso saber que se confeccionaba la chaqueta de un tejido y el
pantalón y el chaleco de otro. Aunque empezaba a despuntar el traje como una prenda de
uso cotidiano, la elegancia la seguían marcando los trajes de etiqueta como el esmoquin, el
chaqué o el frac.

Allá por los años 30, el traje empiezan a tomar las medidas y hechuras tal y como lo
conocemos en la actualidad. De hecho, los patrones de aquella época aún se consideran
válidos en la actualidad, con las modificaciones pertinentes que la moda y el nuevo ritmo de
vida han impuesto hoy.

Una de las mayores evoluciones que se ha dado en el traje es el pantalón. En un principio se


vestía un pantalón corto, por debajo de la rodilla, pero que no llegaba hasta el zapato,
dejando ver al completo los calcetines. Eran una especie de pololos o bombachos. También
a principios de 1900 se vestían chaquetas o levitas largas, que se fueron acortando para
darles mayor comodidad.

A partir de finales del siglo XIX y principios del XX, se alarga el pantalón, y empiezan a
tomar las medidas, tal y como los conocemos en la actualidad.

Los trajes más elegantes son los de colores oscuros como negros, grises oscuros o azules
oscuros (tipo azul noche). Los trajes de otros colores, según el manual del perfecto
"gentleman" se dejaban para los fines de semana y otras ocasiones menos formales (verdes,
marrones, etc.).

La moda inglesa, mucho más clásica, mantiene las hechuras desde hace décadas, mientras
que franceses y sobre todo italianos, imponen nuevas formas y nuevas innovaciones en el
traje masculino.

Se utilizan principalmente, lanas, de gran "pesaje" con tejidos muy tupidos, que actualmente
han evolucionado a una gran diversidad de tejidos, mucho más ligeros. Otra de las
características de la moda actual, es la pérdida de terreno de la sastrería a medida, en favor
de la moda de serie o comercial.

Aunque cabe destacar, que aún existen sastres y sastrerías de reconocido prestigio
internacional como Gieves & Hawkes, en Londres o Savile Row, donde se viste el Príncipe
Carlos de Inglaterra.

A parte de la confección, es muy importante que el traje se confeccione con telas de gran
calidad, en el que la reina sigue siendo la lana, en todas sus variedades, consiguiendo
excelentes resultados en trajes para cualquier temporada.
Las Solapas

El origen de las solapas de la chaqueta está en las altas túnicas militares de cuello alto. Para ir más cómodos,
los soldados desabrochaban los botones de arriba y abrían el cuello.

Cuando su uso pasó al traje civil, los sastres mantuvieron la muesca que marcaba el inicio del cuello originario
y el ojal en el lugar en el que la túnica cerraba el cuello.

El Sombrero

Fue en Grecia, hacia el siglo V antes de Cristo, donde empezó a usarse el sombrero (petasos ). Era una
prendade fieltro, con ala muy ancha, que servía para librarse tanto del sol como de la lluvia. Cuando no se
llevaba puesto, se colgaba a la espalda, sujeto con un cordón. Etruscos y romanos lo copiaron, haciendo de él
una prenda popular en la ribera del Mediterráneo.

Hacia 1850, en las tiendas de las galerías de Orléans, de París, comenzaron a exhibirse sombreros
femeninos, con gran escándalo de los cronistas de la época escandalizados no por los sombreros en sí, que
ya existían, sino por la forma de venderlos. Afirmaban que venderlos así era colocar las prendas de mujer a la
misma altura que los jamones y las salchichas.

Aunque desde el fin de la II Guerra Mundial se puso de moda llevar la cabeza descubierta, durante los mil
años anteriores la cabeza se llevaba cubierta. Hace un siglo, el tipo de sombrero venía determinado por la
posición social del que lo llevaba.

El primer sombrero de copa lo usó su inventor, el inglés John Etherington, propietario de una lujosa mercería
del Strand, el quince de enero de 1797. El “Times” de Londres comunicó que el sombrero de Etherington,
negro y alto como una chimenea, atrajo a una multitud tan numerosa que se produjo un tumulto, al ser
empujado un hombre contra el escaparate de una tienda, que resultó roto, Etherington fue arrestado por
alterar el orden. Sin embargo, al cabo de un mes ya no podía cumplimentar los encargos de sombreros de
copa que recibía.

El Velcro

El Velcro fue el resultado de intentar crear artificialmente algo parecido a los pequeños cardos en forma de
bola y con puntas parecidas a anzuelos, que produce una planta llamada cardencha. Son las bolitas que
solemos encontrar en nuestras ropas cuando salimos al campo.

Durante una excursión, en 1948, el montañero suizo George de Mestral, fijándose en los que se adheráin a
sus medias, pensó que tal vez fuera posible producirlas artificialmente para competir con las cremalleras.

Los expertos textiles se mostraron escépticos. Ssólo un tejedor de Lyon le siguió, y consiguió producir dos
tiras de algodón, una con ganchos diminutos y otra con ojales aún más pequeños, que, al apretarlas una
contra otra, conseguían adherirse sólidamente entre sí y que se separaban al tirar de ellas.
Como el algodón se desgastaba enseguida, se sustituyó por el nailon.

A mediados de la década de 1950, el invento se registró como Velcro, de Velours (terciopelo) y Crochet
(ganchillo). A finales de esa década, los telares fabricaban ya sesenta millones de metros de Velcro al año.

Zapatos

Parece ser que fueron los nobles franceses, los primeros que adoptaron los zapatos en el siglo IX.

En 1305, el monarca británico Eduardo I decretó la medida oficial de la pulgada: tres espigas secas puestas
una a continuación de otra. Los zapateros británicos comenzaron a aplicar estas medidas: un zapato de niño
que midiera trece espigas pasó a ser considerado del número 13.

En aquella époc se puso de moda un zapato estrecho, con la punta muy larga, que llegó a alcanzar los
cincuenta centímetros. Carlos VIII los prohibió, no porque le parecieran contrarios al sentido común, sino
porque la deformidad de sus pies le hacía precisar zapatos mas anchos, por lo que todos debieron adaptarse.

Siguiendo los vaivenes de la moda, este zapato absurdamente largo y puntiagudo fue sustituido por otro
cortísimo y de una anchura casi cómica.

Ya en imperio romano se distinguí entre el zapato izquierdo y el derecho. Sin embargo, esta diferenciación se
perdió y los zapatos de ambos pies fueron idénticos durante largo tiempo, hasta que en el siglo XIV algunos
zapateros ingleses volvieron a diferenciarlos. Sin embargo, no fue hasta 1880, con la fabricación en serie,
cuando la esta práctica se impuso definitivamente.

INSTRUMENTOS DE SASTRERÍA

Iremos completando esta sección con otros instrumentos.

Alfiler

A juzgar por los hallazgos arqueológicos, el alfiler de hueso, es uno de los primeros inventos de la humanidad.
Alcanzó gran popularidad en la Grecia y Roma clásicas.

En la Edad Media, tuvieron gran valor en el mercado suntuario. Los contratos matrimoniales de la nobleza
estipulaban la asignación del marido a la mujer para “dinero de alfileres” que ellas utilizaban a menudo como
inversión: compraban alfileres y luego los revendían.

En 1347 en el inventario de bienes de una princesa francesa, figuraban más de doce mil alfileres, una fortuna
en aquellos siglos en que alcanzaban alto precio en el mercado suntuario.

Esta gran demanda, provocaba escasez en la oferta y disparaba los precios. A fines de la Edad Media, a fin
de atajar el despilfarro y acaparamiento de alfileres, el gobierno británico promulgó una ley que limitaba su
venta a tan sólo determinados días del año. En tales días, mujeres de todos los estamentos sociales, muchas
de las cuales habían ahorrado asiduamente “para alfileres”, afluían a las tiendas para adquirirlos.

A pesar de que con la invención, en el siglo XIV, de un sistema de estirado de alambre que abarataba la
producción de alfileres, todavía en sl siglo XVI eran objeto de especulación.
Por fin, cuando el precio de las agujas bajó en picado a consecuencia de la producción masiva que permitían
las máquinas, la locución “dinero para alfileres” quedó igualmente devaluada y vino a significar “dinero de
bolsillo para la esposa”, es decir, una cantidad mínima.

Imperdible

Los arqueólogos creen que pueblos que vivieron hace unos diez mil años, utilizaban ya agujas fabricadas con
espinas de pescados y horadadas en su parte superior o en el centro para recibir el hilo.

En el siglo VI a.C., las mujeres griegas y romanas se sujetaban las túnicas a la altura del hombro con una
fíbula que consistía en una aguja cuya parte media formaba una espira y producía tensión, facilitando una
sujeción y una abertura a base de muelle. Era un paso más en dirección al moderno alfiler imperdible.

Un antecesor del imperdible, un alambre curvado en forma de U, con la punta resguardada, aunque algo
expuesta se usó en Europa central hace unos tres mil años, y representó el primer perfeccionamiento
importante sobre el alfiler recto.

En el moderno alfiler imperdible, la punta queda totalmente oculta en una funda metálica.

Máquina de coser

Barthélèmy Thimonnier nació en L'Arbresle, en 1793. A los veinte años se estableció como sastre, y dedicó
sus ratos de ocio a la invención de una máquina que permitiera bordar sin esfuerzo y con rapidez, e incluso
coser a punto de cadeneta. En 1830, consiguió patentar su “aparato para coser mecánicamente a punto de
cadeneta”, pero su invento desencadenó la furia de los trabajadores que veían amenazado su medio de vida.
(En el año 1830, un sastre experto podía dar unas treinta puntadas por minuto, y su máquina lograba
doscientas).

Aunque en 1845 perfeccionó el invento, la revolución de 1848 hizo que no fuera acosejable presentarlo.
Thimonnier , decepcionado, se trasladó entonces a Londres, donde vendió su invento a una empresa de
Manchester, por un precio irrisorio.

Casi al mismo tiempo, el bostoniano Elias Howe patentó otra máquina de coser en 1846. La máquina cosía en
línea recta sólo una breve distancia antes de poner de nuevo la tela en posición, pero permitía doscientas
cincuenta firmes puntadas por minuto. Tres años después confió su fabricación a Isaac Singer, con éxito
planetario.

El mecánico neoyorquino de origen judío, Isaac Merrit Singer, en 1851, revolucionó la máquina de coser con
la introducción del pedal. Además le añadió una rueda dentada que permitía avanzar la tela entre puntada y
puntada. Creó el prensatelas que evitaba que el tejido se moviera y el pespunte no siguiera su camino. La
máquina de Singer no utilizaba un gancho, como las anteriores, sino una aguja perforada.

Singer fundó su propia compañía, la Singer Manufacturing Company, y, junto a su socio, el abogado E. Clark,
puso en marcha un sistema de ventas igualmente nuevo y revolucionario: la venta a plazos. Así se vendió su
modelo Family. Murió, inmensamente rico, en 1875.
Plancha

Parece ser que los chinos usaban un recipiente de lata relleno de brasas y con mango para empujarlo. En
occidente, alrededor del siglo XV se usaban, en frío, alisadores de vidrio, mármol o madera.

Las primeras planchas parecen datar del XVII, eran de hierro y se calentaban al fuego. Posteriormente
aparecieron las planchas huecas, que se llenaban de brasas que la mantenían caliente.

El 6 de junio de 1882, el estadounidense Henry W. Seely inventó y patentó la primera plancha eléctrica,
aunque en ese momento, todavía no estaban instaladas las redes eléctricas en los hogares.

En 1926, en Nueva York, la empresa Elder Co. sacó a la venta la plancha de uso doméstico a vapor.

Tijeras

Las tijeras son conocidad desde la Edad del Bronce, y aunque carecían de agujeros para introducir los dedos,
su forma pervivió hasta el siglo XIV, cuando se inventaron las tijeras como hoy las conocemos.

En los siglos XVI y XVII fueron famosas en Europa las tijeras españolas. En el mismo XVII se generalizó el
uso de las tijeras y empezó a utilizarse el acero en su elaboración

TIPOS CURIOSOS

Cursi

La RAE aceptó esta palabra en 1869, y le da las siguientes acepciones: 1. Dícese de la persona que presume
de fina y elegante sin serlo; 2.Aplícase a lo que con apariencia de elegancia o de riqueza, es ridículo y de mal
gusto; 3. Dícese de los artistas y escritores o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento
expresivo o sentimiento elevados.

Juan Corominas, en su diccionario, define escuetamente lo cursi como “de mal gusto” y data su aparición en
1865. Cree que es de origen incierto, aunque como aparece primeramente en andalucía, supone que debió
de tomarse modernamente del árabe marroquí, donde kursi significa “figurón, personaje importante””.

Otra tradición vincula la palabra con una familia de comerciantes franceses radicados en Cádiz, los Sicur. Lo
recoge Javier de Burgos en su sainete La familia Sicur , estrenado en Madrid en 1899, donde cuenta que la
chiquillería, ante la apariencia poco convencional de la familia, repetía contínuamente, en tono de burla, su
nombre “Sicur, Sicur, Sicur ….”

Dandi

El dandi es una persona obsesionada por combatir la trivialidad, necesitada de ser original pero sin atacar las
conveniencias. Si se dispone de tiempo y dinero, el camino más evidente para conseguirlo es la pasión por la
elegancia material, pero eso, nos dice Baudelaire, no es el objetivo del dandi, sino un recurso.

El dandi es siempre un aristócrata solitario, un desclasado que busca personalizarse frente a los demás,
segregarse de ellos, por la sorpresa y la distinción. Ser él, y sólo él.
Esto es lo que diferencia al dandi del esnob, con el que a veces se confunde. El esnob aspira a entrar en un
círculo social determinado (las clases altas, generalmente), y para ello adopta las maneras del grupo, para ser
como los demás de ese grupo selecto. Así, mientras el dandi combate toda trivialidad, el esnob solo combate
la trivialidad de los suyos, pero no duda en abrazar la de sus modelos.

El snob finge, debe convencer a los otros de que es de los suyos, y a los suyos de que es de los otros.
Piensa, equivocadamente, que pertenece a una vanguardia; pero, lejos de ser un cabecilla, en realidad es el
conducido: su comportamiento está siempre determinado por su grupo de referencia. El dandi, por el
contrario, es un auténtico original. Nada le indispone más que el conformismo

También se confunde dandi con elegante pero el dandismo es una actitud individualista, un estilo, una
psicología, una forma de entender el mundo. El dandi no es el hombre que sigue la moda, sino el que
sorprende con su moda, la crea él mismo, o la tergiversa o la aumenta. Crea la moda, y, cuando todos
acceden a ella, él la abandona. El dandi es siempre el hombre, no el vestido

Hortera

Expresión española que se usa para designar el mal gusto, la vulgaridad y la falta de sentido estético. Como
tantas palabras populares, su origen es difícil de establecer.

Para unos, hortera, deriva de huerto, y era, a finales del XVIII, “un mancebo en la tienda de un mercader”.

Otros le dan otro origen, citando su aparición como fortera en 1022, explicando que en el momento de su
aparición, una hortera era un tipo de bandeja cuyo nombre provenía del latín offertoria. Esta escudilla se
utilizaba en las boticas y cedió su nombre a aquellos que las utilizaban, los mancebos de las reboticas. Esta
forma coloquial de llamar a los ayudantes de farmacia, quedó como una forma despectiva de designar a
determinada gente por lo que se considera su falta de gusto

Maniquí

Ya en el siglo XVIII comienza el sistema de promoción de la moda (junto con la hegemonía francesa),
mediante dos muñecas de tamaño natural, la Pequeña Pandora y la gran Pandora, que desde París recorrían
Europa y se enviaban a Inglaterra dos veces al año. Parece ser que la gran Pandora vestía de gala y la
pequeña, de diario.

La palabra maniquí tiene origen en la palabra manneken que en neerlandés, (lengua que se habla en Holanda
y en la parte flamenca de Bélgica), significa “hombrecito” , haciendo referencia a los muñecos que se usaban
para presentar la moda.

Aunque se ha aplicado a los muñecos que vemos en los escaparates de las tiendas, ha servido también para
designar a las personas que presentan los modelos en las pasarelas.

Posh (Pijo)

En el siglo XIX se establecieron servicios regulares de transporte entre Gran Bretaña, el mundo Mediterráneo,
y más allá, hasta Egipto, el Golfo, India, Singapur y otros lugares de Oriente. Aristócratas, funcionarios,
oficiales y hombres de negocios británicos, acompañados de sus criados, iban y venían con todo el estilo y la
comodidad del barco de vapor.
Entre ellos, los más afortunados eran los que tenían los camarotes en el lado del barco que quedaba
protegido del viento que arrastraba las arenas del desierto. Eran las cabinas más caras: las de babor a la ida
y las de estribor a la vuelta, y se conocían como “Port Out, Starboard Home”, POSH, que en inglés se
convirtió en adjetivo para designar a los pijos.

Bolso: Usado por los romanos, que lo llamaban bursa, en el siglo I a. de C., era una simple bolsa. Con el paso
del tiempo fue convirtida en un accesorio exclusivamente femenino. Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando
la mujer comenzó a incorporarse al mundo laboral, se pusieron de moda las bandoleras para tener libres las
mano. Botones: Utilizado desde la prehistoria pero fabricado en serie desde le siglo XII. Siempre presente en
el vestuario masculino. Durante la Edad Media eran de cuerno o de cristal. Perdieron su rigor útil y ganaron en
estética cuando la alta costura lo feminizó y a partir de 1930. Resinas sintéticas fueron las culpables de poder
fabricar botones de cualquier forma y color más insospechados. Blusa: En el siglo XV a. de C. las mujeres ya
utilizaban blusas ceñidas con un cinturón. Durante varios siglos fue la prenda de las campesinas, y en este
siglo se relevó por otra más ligera para acompañar a los primeros trajes femeninos. La aparecieron de las
blusas escotadas, en 1913, hizo que se llamasen camisas de neumonía. Bragueta: Inventada en Francia en el
siglo XV, originalmente no llevaba botones; se trataba de un triángulo de tela que se ataba con un lazo y que
servía para guardar las monedas. Calzoncillos: Hasta 1920 los hombres los llevaban largos. En el año 1939
nació el slip en Estados Unidos. Curiosamente, el 70 por 100 son comprados por mujeres. Camisa: Creada
por los griegos en el siglo V a. de C. Desde entonces sus formas, tejidos y colores han ido cambiando
constantemente. Fue la prenda de los proletarios durante muchos tiempo, por lo que los burgueses la
ocultaban, pero actualmente su uso está asociado a la respetabilidad y la elegancia. Como curiosidad, IBM
obligó a sus empleados llevar siempre camisa blanca como símbolo de la honestidad de la compañía.
Corbata: Su origen se encuentra en 1668, cuando Luis XIV hizo llegar a Francia un regimiento de tropas
mercenarias croatas que transportaban una tira alrededor del cuello. A los franceses les gustó y continuaron
esa moda integrándola en su vestuario; dos siglos después, los dandis ingleses crearon el nudo. Símbolo de
la respetabilidad burguesa hasta los años cincuenta del siglo XX, después eclipsada por los jerséis de cuello
vuelto, pero en la década de los ochenta volvió con todo su esplendor. En la actualidad 600 millones de
hombres se la anudan diariamente. Chaleco: También surgió bajo el reinado de Luis XIV. En sus comienzos
llevaba encajes con escenas inspiradas en la actualidad política y social del momento. Tras decaer su uso en
los años cuarenta, la moda a finales de los ochenta regresó tímidamente. Chaqueta: Nació en el siglo XVIII en
Francia como una prenda para montar a caballo, de ahí la raja situada en la espalda. En 1860, Napoleón III la
hizo más sobria, y en los años cincuenta los modistos la liberaron de la rigidez de su corte inicial. Falda: La
primera falda, de piel, pareció hace ya 600.000 años y desde entonces esta prenda nunca ha abandonado a
la mujer. En el año 1915 la moda enseñó los tobillos femeninos, pero la auténtica revolución llegó en 1965
gracias a Mary Quant, con el lanzamiento de la minifalda. Foulard: Con una finalidad función higiénica en sus
orígenes, servía también para protegerse del frío. Durante el imperio bizantino alcanzó una finalidad estética y
eran lucidos sobre el hombro o el brazo izquierdo. Durante la Edad Media, su color reflejaba la condición
social de quien lo llevaba. En la época del Renacimiento las italianas lo utilizaban como un objeto
exclusivamente ornamental y comenzaron a ser muy estimados los que estaban confeccionados en seda.
Guantes: Los mitones, primera prenda para proteger las manos del frío, apareció en el norte de Europa hace
diez mil años. En las pirámides egipcias se encontraron los primeros guantes, cuya finalidad era,
fundamentalmente, estética. En su origen eran un accesorio dedicado al mundo masculino, pero más tarde
fueron imprescindibles para el femenino ya que hasta el siglo XIX una mujer decente nunca salía a la calle sin
llevar guantes puestos. Medias: Las mujeres las usan desde el siglo XVI. Eran de lana o seda hasta la
invención del nylon, en 1939. En 1968 llegó un duro rival con los leotardos confeccionados en nuevos
materiales, como lycra y poliamida. Pantalón: Su nombre se le atribuye a San Pantaleón, médico, mártir del
siglo IV y patrón de Venecia. Ya hace 4.000 años los nómadas de Centroeuropa llevaban bombachos atados
a la cintura. Pero el pantalón, tal y como lo conocemos hoy en día, apareció en 1830. Y en 1860 se creo el
vaquero o jean por el bávaro emigrado Levi Strauss, en San Francisco, durante la fiebre del oro. Paraguas:
Su uso comenzó a realizarse en Mesopotamia hace 3.400 años como parasol. Y en la antigua Grecia las
mujeres ya lo usaban para resguardarse de la lluvia. Los hombres lo empezaron a utilizar en el siglo XVIII.
Sujetador: Las primeras en utilizarlo fueron las mujeres cretenses unos 1.700 años a. de C. Pero el sujetador,
tal y como lo conocemos hoy, es reciente; nació en 1914 pero su uso se generalizó en los años cincuenta.
Después, con la influencia del movimiento beatnik y la moda de lo natural, tuvo cierto retroceso, recuperado
en los últimos años, para convertirse convertido en la estrella de la lencería femenina. Últimamente ha habido
innovaciones con de esta prenda como el Wonderbra. Traje de chaqueta: Inventado por un sastre inglés en
París en 1881 y en 1914 se convirtió en el uniforme urbano de las mujeres. En 1954 Coco Chanel creó un
modelo idóneo para todas las situaciones, con lo que se convirtió en la versión masculina. Zapatos: Unas
sandalias de papiro en Egipto y que datan del 2000 a. de C. son el antecedente encontrado más remoto. Los
primeros zapatos como tales son unos de tipo mocasín hallados en Babilonia que tienen una antigüedad de
3.600 años Innovaciones de la moda en 80 años: 1914: Llega el primer sujetador. 1934: Se comercializa el
slip masculino. 1939: Comercialización del nylon. 1939: La mujer comienza a usar pantalón. 1955: El jean
causa furor en Europa 1959: Du Pont de Nemours inventa la lycra. 1965: La minifalda enseña la rodilla. 1975:
Moda punk. 1980: Se crea la moda yuppy. 1985: Auge de la moda interior. 1989: Los japoneses inventan la
microfibra. 1994: Aparecen las prendas vivas. 2000: Llega la ropa inteligente.

SASTRES DEL PASADO

| Cristóbal Balenciaga | Rose Bertin | Thomas Burberry |


| Antonio Cánovas del Castillo | Coco Chanel | Christian Dior |
| Mariano Fortuny | Paul Poiret | Paco Rabanne | Elsa Schiaparelli |
| Levi Strauss | Charles F. Worth |

Critóbal Balenciaga

Nacido en Guetaria el 21 de enero de 1895, es considerado, casi por unanimidad, como el mejor modisto de
todos los tiempos. Ha sido el diseñador español más influyente de todos los tiempos, y el creador de moda
más admirado de este siglo.

Se cuenta que, a los 13 años, a la salida de la misa en Guetaria, quedó deslumbrado por el vestido de la
Marquesa de Casas Torres (abuela de Fabiola de Bélgica), y se ofreció a diseñar un traje para ella. La
marquesa, le propuso copiar el modelo de Decroll, que llevaba, lo que hizo tan bien que le envió a París para
que conociera a Decroll y donde contactó con Worth y Poiret.

En 1913 comenzó a trabajar en los almacenes Louvre de San Sebastián y después abrió su primera taller en
la capital donostiarra. Sus modelos llevarán la marca EISA, por el apellido de su madre, Eisaguirre.
Abrió casa en Barcelona pero, en 1937, tras el estallido de la guerra civil, marchó a París, estableciéndose en
la calle George V.

De personalidad muy discreta se le llamaba “el hombre invisible” o “el fantasma de la calle Jorge V”. Pocas
veces se dejaba fotografiar. Al fotógrafo Gyenes, uno de los pocos que captaron su imagen, le pidió que no
las publicara hasta después de su muerte. Tampoco concedía entrevistas. La única que se ha publicado la
concedió a The Times, y apareció tres años después de su retirada. Fue muy amigo de Coco Chanel, que le
consideraba como “el único modisto capaz de dibujar, cortar y coser él solo un modelo”.

Sus mejores logros corresponden a la década de los cincuenta

Tras mayo del 68, con 70 años, y con la aparición del prêt-à-porter decidió retirarse

El 24 de marzo de 1972, fallece en Javea, a causa de una crisis cardiaca. Fue incinerado y enterrado en
Guetaria.

Rose Bertin

Poco después de acabar el corto luto por Luis XV, Rose Bertin (2.7.1747 - 22.9.1813), que había sido
sombrerera, fue presentada a la nueva soberana, María Antonieta, por dos de sus grandes clientes: Madame
Lamballe y Madame de Chartres. La reina fue presa fácil de la fascinación por la moda y de la manipuladora
Rose Bertin, a la que se conocía como “Ministra de modas”.

Madame d'Oberkirch, testigo de aquellos años, cuenta que Rose, pese a sus modales poco refinados, trataba
“de igual a igual a las princesas”. Según se cuenta, adquirió sobre María Antonieta más poder que sus
ministros, siempre sustituibles, en tanto que la Bertin era incomparable y única.

Rose será la primera que impone sus diseños de moda, cuando, hasta entonces, se sometía al capricho de
los usuarios.

Thomas Burberry

Nacido en Hampshire, Inglaterra, fue el creador en 1865 de la firma inglesa que lleva su nombre.

Pese a que las primeras telas impermeables fueron ideadas en 1823 por Charles MacIntosh adhiriendo dos
capas de tela con caucho diluido en nafta, no sería hasta principios del siglo XX, cuando Thomas Burberry,
creó un tejido de algodón muy prieto inspirado en las prendas de los pastores locales. Era una tela de algodón
en la que primero el hilo y luego la tela iban impermeabilizados cuya principal característica era ser resistente
al agua y al viento, pero dejando transpirar al cuerpo.

Con este tejido ideó una prenda de abrigo que comenzaron a usar los oficiales ingleses durante la guerra de
los Boers (1899-1902).

En 1910 comenzaron a fabricarse con esta tela prendas de abrigo para las mujeres.

Un diseño más perfeccionado y pensado especificamente para las trincheras (que darían nombre a la prenda)
hizo su aparición en 1914.   La prenda se caracterizaba por una serie de detalles: tirilla para cerrar el cuello,
charreteras, aros en forma de D para enganchar utensilios militares, cinturón, bolsillos y un amplio pliegue en
la espalda. Se calcula que durante la I Guerra Mundial se utilizaron no menos de 500.000 burberrys militares
del modelo Trench 21. Es el modelo que se ha mantenido durante todo el siglo XX como la forma más clásica
de la gabardina inglesa

La tela impermeable de Thomas Burberry se utilizó también en las aventuras trasatlánticas de los primeros
pilotos de aviación, o en la expedición de Amundsen al Polo Norte, en forma de tienda de campaña.

Antonio Cánovas del Castillo Rey

Descendiente del político de la Restauración, Antonio Cánovas del Castillo, nació en Madrid en 1908.

Entre 1936 y 1944, creó vestidos para las casas Paquin y Piguet, hasta que Elizabeth Arden le persuadió para
trabajar en su salón en Nueva York. Trabajó con ella de 1945 a 1950 y produjo colecciones basadas en
hombros con líneas naturales y siluetas longuilíneas coronadas por sombreros pequeños.

Trabajó también como figurinista para la New York Metropolitan Opera y para Broadway.

En 1950 regresó a París para trabajar con Lanvin, para quien, en 1951, presentó una colección de vestidos en
satén blanco.

Castillo continuó realizando creaciones basadas en el estilo Lanvin, con corpiños ajustados y largas faldas.
Utilizaba tejidos suaves para sus abrigos y vestidos, que acostumbraban a ser drapeados en las caderas o a
tener paneles laterales. Entre 1956 y 1960 aparecen capas en sus colecciones.

En 1962 dejó Lanvin, y dos años más tarde abrió su propio taller. Continuó diseñando ropas elegantes y
figurines esmerados para clientes particulares, para el teatro y para el cine, donde destaca Nicolás y
alejandra, en 1971.

Fallece en 1984, a los 76 años.

Coco Chanel

Gabrielle Bonheur Chanel, descendiente de unos vendedores ambulantes de Cévennes, nació en Saumur,
Francia, en 1883.

Su juventud fue un verdadero naufragio: pierde a su madre, a la que adoraba, a la edad de 12 años; su padre
la abandona y Chanel se encuentra viviendo en un orfanato, donde aprende a coser.

Sus primeros pasos (conocidos) en la moda los dio hacia 1909, como dependienta en una boutique de
sombreros en Deauville, pequeña ciudad, centro de la cita veraniega de gran parte de la alta sociedad
francesa, que buscaba la frescura costera en el norte, en vez del sol y el calor que se buscan ahora.

Su negocio en la rue Cambon, llamado en aquel entonces Chanel Modes, se abrió en 1910. Cuatro años
después tenía dos tiendas propias, una en Deauville y otra en París, donde, además de sombreros,
confeccionaba blusas sencillas y amplias camisas de señora, hechas para llevar sin corsé, con poco forro,
ligeras y muy sueltas. Su primer vestido puede datarse en el 1914, y es un sencillo camisero.

Sus sombreros obtuvieron fama en los círculos excéntricos y de vanguardias artísticas del París de preguerra.
Hacia1912, la alta sociedad parisina comenzó a comprar sus sombreros que aparecían elogiados en revistas
como Journal del Modes o Les Modes
Poco antes de la Gran Guerra, y una vez más probando sobre sí misma, Chanel comienza a utilizar e imponer
la moda femenina del uso de jerseys sueltos y cómodos

En 1916 comenzó a confeccionar prendas de punto, género sólo utilizado hasta entonces en ropa interior,
pero que tuvo enseguida notable éxito; ello animó a Coco a adaptar suéteres de apariencia masculina para
ser llevados con faldas sencillas o rectas. En 1918 lanzó el llamado pantalón de yate para mujer, con
perneras anchas, inspirado en los pantalones de los marineros. A tono con los tiempos de esta primera
postguerra, adaptó para mujer prendas de hechura masculina: camisas abiertas, blaziers, pantalones,
impermeables con cinturón y boina. Ella misma era el prototipo de moda, la garçonne: pelo corto, como de
muchacho, delgada, con poco pecho, y vistiendo ropas holgadas y cómodas.

El indicio de que la moda cambiaba fue cuando clientas como la baronesa “Kitty” Rothschild o la actriz Cécile
Sorel abandonaron a Poiret para acercarse a Chanel. Chanel, en esos años de guerra y posguerra se dio
cuanta de la que ostentación había quedado aniquilada en el mundo del lujo y personificó en su estilo y sus
diseños, ese cambio.

En 1920, se introdujo en la perfumería con su famoso nº 5.

En 1926 Chanel tiene enorme éxito con “la petite robe noir” , un simple vestido de crepé negro de manga
larga, que llega a la altura de las rodilla. “Un Ford firmado Chanel”, fue la descripción del Vogue americano.
(Se cuenta que, en la época en que la estrella de Chanel ascendía mientras la de Poiret bajaba, un día que
ella iba con uno de sus vestidos negros, el modisto le prguntó con ironía: “¿Está usted de luto? ¿Pero de
quién?”. A lo que Cocó respondío con mordacidad: “Pues, de usted, querido mío”.)

Se retiró en 1938, pero en los años cincuenta, con 71 años, volvió a las pasarelas con muchísimo éxito. En
ese momento la moda femenina se enamora de la Chanel de los años veinte y sus modelos se vuelven
definitivamente clásicos. El “traje Chanel”, que fue un gran éxito mundial en los años sesenta, y hoy día es
considerado un icono de la moda femenina del siglo XX.

Falleció en 1971.

Jamás pisaba los talleres. Tampoco sabía dibujar. Componía sus trajes sobre un maniquí o una persona real.
Fue sobre todo una colorista y una cortadora insuperable. Sabía utilizar materiales pobres (punto, tweed,
tartán) y renunciar a los adornos a favor de una linea austera pero elegante.

Se dice que Chanel contiene la moda a orillas de la barbarie, y la colma de todos los valores del orden
clásico: la razón, lo natural, la permanencia, el gusto por complacer en lugar de sorprender. Mientras que
vemos como año tras año la moda destruye lo que acaba de adorar, la obra de Chanel apenas participa de
ese sacrificio ritual. Chanel trabaja siempre el mismo modelo, se limita a “variarlo”, como se “varía” un tema
músical; su obra dice que existe una belleza “eterna” de la mujer y convierte la duración, que es la negación
misma de la moda, en una cualidad.

Ella es la primera mujer que dotará de un aura poderosa a los objetos que lleven su nombre.
Christian Dior

Nace en Granville, Normandía, en 1905. Estudió ciencias políticas y también música y trabajó en una galería
de arte;

En 1938 entra en el mundo de la alta costura, trabajando con Piquet, y, después, con Lelong y Balmain.

En 1946 abrió su propia casa en París, patrocinado por Marcel Boussac, el “rey del algodón”, que fabricaba
telas de aviones y, que, tras la guerra, debía reciclar su stock y su actividad.

Es aún casi un desconocido cuando, en 1947, presentó su primera colección “Corolas”, con una falda muy
acampanada y una silueta nostálgica. Fue una sensación mundial: varió notablemente los usos en la moda
imperante en ese momento, realzando nuevamente las curvas femeninas y alargando y dando vuelo a las
faldas. Carmel Snow, directora de Harper's Bazar bautizó esta moda como “New Look”.

Dior revitalizó la producción de Alta Costura en París, que había perdido prestigio durante la II GM. En otra
famosa frase de Carmel Snow: “Dior salvó París, igual que en la batalla del Marne”.

Produjo consecutivamente las líneas “tulipán”, “H”, “A”, “Y” y

SASTRES CONTEMPORANEOS

CESARTORI

La nueva marca de indumentaria femenina Cesartori presenta su colección primavera-verano e inaugura su


página web: www.cesartori.com.ar. Cesartori fue creada por Daniela Sartori y Cesar Albarracín. La marca
nació de la fusión del trabajo de ambos, como resultado de una búsqueda de unión de lo industrial con lo
artesanal, de la sastrería y la alta costura.

El objetivo principal de Cesartori es rescatar el oficio perdido de los antiguos sastres y las prendas durables
en el tiempo, a través de la propia impronta basada en la deconstrucción de los patrones básicos de la
moldería por medio del trabajo de “laboratorio”. El resultado son prendas prácticamente esculpidas en el
cuerpo, de un excelente calce, y con un equilibrio entre forma, función y materialidad. Cesartori salió por
primera vez a la calle en diciembre de 2008 y obtuvo una gran aceptación del público. Hoy cuenta con un
atelier-showroom ubicado en el barrio de Floresta, una antigua casona de los años 20 reciclada para tal fin
que funciona de lunes a sábado en horario comercial.

*Daniela Sartori: Es diseñadora de Indumentaria, modelista de sastrería y vestuarista de teatro. En 2004, a los
23 años, creó Sartoria, un micro-emprendimiento dedicado al desarrollo integral de producto para las marcas
más reconocidas del mercado, orientado principalmente a la sastrería industrial, tanto femenina como
masculina, abarcando todo el proceso productivo de cada prenda, desde la orientación del proceso de diseño,
el desarrollo de la moldería hasta la prenda lista para comercializarse en el local.

*Cesar Albarracín: Es diseñador gráfico y vestuarista. Trabajó como diseñador de alta costura por más de 10
años presentando sus trabajos en eventos realizados en Costa Salguero, Luna Park y La Rural.

DOCUMENTAL SOBRE LA SASTRERÍA CABORROJEÑA


"Entre Agujas", 136 años de la historia de la Sastrería Caborrojeña,

Gloria

La nueva marca de indumentaria femenina Cesartori presenta su colección primavera-verano e inaugura su


página web: www.cesartori.com.ar

Cesartori fue creada por Daniela Sartori y Cesar Albarracín. La marca nació de la fusión del trabajo de ambos,
como resultado de una búsqueda de unión de lo industrial con lo artesanal, de la sastrería y la alta costura.

El objetivo principal de Cesartori es rescatar el oficio perdido de los antiguos sastres y las prendas durables
en el tiempo, a través de la propia impronta basada en la deconstrucción de los patrones básicos de la
moldería por medio del trabajo de “laboratorio”. El resultado son prendas prácticamente esculpidas en el
cuerpo, de un excelente calce, y con un equilibrio entre forma, función y materialidad.

El nombre de la colección es Umbral y consta de 3 líneas: sastrería, casual y noche. Está inspirada en las
pinturas de Gustav Klimt y su temática vinculada tanto al ciclo de vida de la mujer como a los conceptos de
salud y hermosura en oposición a la enfermedad y la muerte. Estas ideas fueron traducidas de manera
simbólica, ayudando a jugar con lo subjetivo, lo irracional, las emociones y la espiritualidad. En las prendas se
evidencian las líneas curvas y la expresión a través del color, debido a la influencia de las formas
redondeadas y orgánicas de la naturaleza. Además, en su construcción se destaca el uso de materiales
nobles y fibras naturales, tales como lana, lino, seda y algodón peruano.
Cesartori salió por primera vez a la calle en diciembre de 2008 y obtuvo una gran aceptación del público. Hoy
cuenta con un atelier-showroom ubicado en el barrio de Floresta, una antigua casona de los años 20 reciclada
para tal fin que funciona de lunes a sábado en horario comercial.

*Daniela Sartori: Es diseñadora de Indumentaria, modelista de sastrería y vestuarista de teatro. En 2004, a los
23 años, creó Sartoria, un micro-emprendimiento dedicado al desarrollo integral de producto para las marcas
más reconocidas del mercado, orientado principalmente a la sastrería industrial, tanto femenina como
masculina, abarcando todo el proceso productivo de cada prenda, desde la orientación del proceso de diseño,
el desarrollo de la moldería hasta la prenda lista para comercializarse en el local.

*Cesar Albarracín: Es diseñador gráfico y vestuarista. Trabajó como diseñador de alta costura por más de 10
años presentando sus trabajos en eventos realizados en Costa Salguero, Luna Park y La Rural.

Los sastres don Antonio Montalvo y don Santos Ortiz Montalvo se unieron para establecer la primera sastrería
en el 1927. Llegaron a emplear 18 operarios y manufacturaban a la medida, etiquetas, trajes de hombres y
niños, uniformes militares y los atuendos de la policía insular y sus gorras de la misma tela. Para el1937, la
compañía para el Fomento Industrial (P.R.E.R.A.) establece el primer curso de sastrería en Cabo Rojo. Cabe
señalar que la Sastrería Trajes Gobernador, confeccionó los trajes de varios gobernadores de Puerto Rico,
como don Luis Muñoz Marin, Carlos Romero Barceló, Rafael Hernández Colón, Sila María Calderón, Aníbal
Acevedo Vilá y Luis Fortuño entre otros. Esta empresa caborrojeña es la única que elabora las Togas de los
jueces, siendo los autores de la toga utilizada por la Juez Sonia Sotomayor, nombrada al Tribunal Supremo
de los Estados Unidos por el Presidente Barack Obama.

BIBLIOGRAFIA
Boletín Cultural y Bibliográfico , Número 28, Volumen XXVIII, 1991

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:


Sastres y modistas Notas alrededor de la historia del traje en Colombia AIDA MARTÍNEZ CARREÑO

José María Caballero. Particularid a des de Santaf é , Bogotá, Biblioteca Popular de Cultura. Colombiana,
1946.

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