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Breve Biografía de Mario Pianesi:
1970 Inicia conferencias sobre los efectos de la alimentación sobre la salud física y
mental, después de haber comprobado en sí mismo la validez de la Macrobiótica y
corroborado con los primeros casos de curación (1973 asma, 1975 diabetes) y
estimula a los campesinos a cultivar plantas curativas y a los tenderos a vender
plantas que estaban en desuso (zanahorias, coles, achicorias, cebollas, puerros y
otras menos conocidas).
1975 Crea la 1era Empresa Biológica de Italia. Inicia la labor de hacer silvestres las
semillas de las plantas curativas (luego las reinscribe en la Lista Nacional de Semillas
Selectas).
1980 Funda la Asociación “Un Punto Macrobiótico” (UPM), en medio de múltiples
obstáculos de los medios de difusión masiva (prensa, radio, televisión), así como de
familiares, médicos, políticos, etc.
Hasta esta fecha había realizado un promedio de 240 conferencias al año.
Con la lucha constante había logrado ya crear una opinión.....
1985 Realiza el primer curso para médicos.
1986 Realiza la primera producción de salsa de soya en Europa con el maestro
Naburo Muramoto.
Al observar el comportamiento de algunos macrobióticos de la escuela norteamericana
propone crear una Comisión Mundial que imponga disciplina en las diferentes
actividades relacionadas con la Macrobiótica.
Primeros congresos sobre temas fundamentales.
1988 Diversos autores se han sentido estimulados por las conferencias de Mario
Pianesi, luego varias Universidades le pidieron sus trabajos para presentarlos a sus
tesis de diplomas, y varios políticos han presentado leyes propuestas por Mario
Pianesi.
1994 realizó la “Primera Campaña de Solidaridad con la Minorías Aztecas” (de un total
de 3).
1995 Dió esperanzas a los niños afectados en Chernobil.
1er Congreso “Macrobiótica y Ciencia” (siguen realizándose en la actualidad).
1999 1er Congreso sobre “Respeto a los Orígenes del Judo”.
2000 Inició la colaboración con varios países en el Proyecto Diabetes.
2001 Llevó la Macrobiótica hasta el Senado italiano.
Llevó la Macrobiótica a la Escuela de Areonáutica Militar y después a otros cuerpos
militares.
Ha recibido más de 100 reconocimientos en Italia y en el extranjero.
Se han iniciado en varios países los proyectos de Desarrollo Sostenible Pianesiano.
Es conocido en los cinco continentes, sin escribir libros, ni usar la computadora, ni
Internet, etc.
Ha recibido la ayuda de pocas personas de mucha voluntad.
2004 Inicia el “Proyecto Diabetes”. Ha tenido a Cuba en la vanguardia mundial y se
toma como referencia por científicos italianos y extranjeros.
2005 Forma parte de la Comisión Científica de la UNESCO encargada de la
Educación para el Desarrollo Sostenible en un programa de 10 años (2005-2015).
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2006 6to Congreso Macrobiótica y Ciencia, ideado y realizado por Mario Pianesi,
recibe el Premio Especial como “Mejor Obra de Dietoterapia” en el Congreso Mundial
realizado en la República Popular China.
La FAO en ocasión del día Mundial del Hambre en el mundo pidió una contribución de
idea y organización a la UNESCO y a UPM. Mario Pianesi ideó y realizó el Primer
Congreso sobre Ambiente, Agricultura, Alimentación y Economía.
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Dietas Macrobióticas Ma-Pi
Introducción:
La mayor parte de los problemas actuales de salud vinculados con las enfermedades
crónicas y degenerativas son consecuencia de los nuevos hábitos alimentarios,
procedentes principalmente de los países occidentales (comida rápida, alimentos
chatarra, procesados, enlatados, curados, fritos, refinados, etc.) que han dado como
resultado una dieta caracterizada por ser alta en alimentos de origen animal, lácteos,
harinas refinadas, grasas, grasas saturadas, colesterol, azúcar, aditivos químicos y por
ser baja en verduras, leguminosas, fibra dietética y antioxidantes en general.
Sin embargo, muchos afirman que la salud de los pueblos jamás había sido tan buena
como en la actualidad. Como prueba estadística se alude el continuo aumento de la
esperanza de vida, pero se obvia hablar de la frecuencia de enfermedad y de los altos
costos asociados. La realidad es que cada vez estamos más enfermos aunque tardemos
más en morir. De hecho, ya la OMS manifestó que los nacidos a partir del 2000 vivirán,
por primera vez en la historia Moderna, menos que sus antecesores.
Hay que actuar de forma efectiva en la medida que las poblaciones envejecen. Una buena
forma de actuar es cambiando los estilos de vida, dentro de ellos la alimentación, el cual
es el acto más importante para la vida, ya que la crea. Debemos retornar a una
alimentación sana, que deje pocos residuos metabólicos tóxicos y que a la vez permita
deshacernos de ellos, así como de todas las toxinas acumuladas.
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acciones antioxidantes, pero también tienen otros valores aún desconocidos a la medicina
convencional.
Estas dietas no son estáticas, dentro de los renglones alimentarios básicos de cada una
de ellas pueden haber múltiples adaptaciones a las condiciones individuales, con el
objetivo de acelerar el proceso de control o curación. Se basan en la experiencia de Mario
Pianesi en tratar a miles de personas enfermas durante más de 30 años.
Debe tenerse presente que la dieta no es algo que se puede medir matemáticamente,
aislando sus elementos. Hasta el momento se han identificado alrededor de 60
nutrientes de los alimentos, pero cada vez están encontrándose nuevas
sustancias cuyo efecto era desconocido. Por eso debemos comer lo que la
naturaleza nos brinda, cuanto más frescos e íntegros los alimentos mejor y no
pretender satisfacer nuestras necesidades con elementos aislados o añadidos de
forma química en cantidades y proporciones que realmente nadie sabe aún si son
las correctas. La realidad es que nos hemos apartado tanto de la naturaleza que
hemos perdido nuestra intuición y sentido común.
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Mario Pianesi plantea que para estar sano hay que respirar bien (un aire limpio, no
contaminado), comer bien (alimentos frescos, no contaminados) y beber bien
(un agua limpia, no contaminada).
El objetivo principal de este trabajo es presentarles las cinco dietas desarrolladas por
Mario Pianesi (Dietas Ma-Pi), sus principios o reglas fundamentales, el valor
nutricional y algunos criterios sobre su valor terapéutico, a la luz de la medicina
convencional.
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vegetariana, más alcalinizante, ya que la mayoría de las enfermedades están
dadas por exceso de alimentos Yin, acidificantes.
Equilibrio entre los sabores naturales de los alimentos (salado, ácido,
amargo, dulce y picante). De acuerdo a la teoría de las 5 transformaciones, cada
pareja principal de órganos es nutrido por un sabor característico, por lo que para
mantener la salud es necesario un suministro adecuado, sin carencia ni exceso, de
los diferentes sabores.
Limitar o evitar el uso de azúcar refinada y dulces de todo tipo
(principalmente los que combinan el azúcar con las grasas), leche y derivados,
harinas refinadas, vegetales de la familia de las solanáceas (papa, tomate,
berenjena, pimientos), carnes rojas, jamón, embutidos de todo tipo, huevos,
grasas de origen animal (manteca, mantequilla, tocinos), frutas cítricas, café,
bebidas alcohólicas, helados, bebidas frías.
Utilización de un agua de buena calidad, no contaminada. Se prefiere agua
de manantiales, de pozo (apta para el consumo), purificada con empleo de arcilla,
filtrada o hervida (eliminando la capa de sales minerales encima y la depositada
abajo, o sea aguas blandas).
Consumir los líquidos antes o después de comer, nunca conjuntamente con
la comida, para no afectar el proceso digestivo.
Cocina energética. La macrobiótica se basa en una alimentación energética,
vital, con vida. Se come para crear la vida. Si queremos vida debemos comer
alimentos vivos, una cosa muerta no puede crear vida, un cadáver no puede crear
vida. El alimento vegetal crea vida; los granos tienen la capacidad de germinar. Por
lo tanto, la cocina macrobiótica es un arte culinario basado en su poder energético.
De forma general se prefieren las ofertas totalmente vegetarianas. Cuando
se brindan alimentos de origen animal se realiza en el horario del almuerzo,
sustituyendo a las leguminosas y sólo en una pequeña cantidad, así como
ocasionalmente. Las comidas de la noche deben ser siempre vegetarianas, para
facilitar el proceso de la digestión nocturna. Debe tenerse presente que una gran
cantidad de accidentes cardio y cerebro vasculares ocurren durante la noche.
Cuando la constitución y la condición individual permite que se consuman
alimentos de origen animal éstos se pueden equilibrar mejor con el consumo
simultáneo de alguna porción de bebida alcohólica (cervezas o vinos que hayan
sido elaboradas con los principios macrobióticos). Otra buena combinación es
brindarlos con verduras.
Uso exclusivo de condimentos naturales: perejil (siempre crudo), cebolla,
cebollino, puerro, apio, albahaca, romero, tomillo, hinojo, entre otros.
Uso limitado de la sal. Se emplea solamente la sal marina integral, la cual
contiene los minerales como el yodo y el flúor de forma natural. No se emplea la sal
de mesa. Se prefiere condimentar con el miso, tamari, shoyu, los cuales le dan un
sabor salado a las preparaciones culinarias.
Preferencia en el uso de aceites vegetales, no refinados (prensados en frío),
en poca cantidad, preferiblemente como condimento (añadido a los vegetales u
otras preparaciones culinarias). Si se fríe (lo cual debe ser muy ocasionalmente) se
debe añadir sal al aceite, lo cual retrasa el punto de ebullición en el cual los ácidos
grasos comienzan a peroxidarse y se pueden formar compuestos cancerígenos y
dañinos para la salud.
Moderación en el comer. Esta regla evita los excesos, mientras más se
come más radicales libres se forman, mayor estrés oxidativo, envejecimiento
precoz y mayor desarrollo de las enfermedades crónicas y degenerativas.
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Masticación correcta de los alimentos. Esta es una regla básica, necesaria
para una buena digestión de los carbohidratos y la fibra dietética, evita trastornos
digestivos, flatulencia, cólicos y ayuda a que se logre mas rápidamente la saciedad,
muy importante para comer menos y evitar el desarrollo del sobrepeso y la
obesidad. Mastica los alimentos hasta que se hagan líquidos en la boca.
Empleo de métodos de cocción que conservan el sonido, color, forma,
aroma y olor de los alimentos.
Empleo de métodos de manipulación y de cocción que minimizan las
pérdidas de vitaminas y otros nutrientes. Ollas tapadas, consumir el agua de
cocción de los vegetales, agregar los vegetales al agua cuando ésta ya está
hirviendo para inactivar las enzimas que destruyen a la vitamina C, preparar los
vegetales inmediatamente antes de ser cocinados o consumidos, entre otros
cuidados.
Preparación de los alimentos en las cantidades adecuadas para cada tiempo
de comida, para no tener que guardar alimentos. Los alimentos deben ser
consumidos frescos, cuando éstos se guardan pierden buena parte de sus
propiedades y pueden deteriorarse.
Cumplimiento de las normas higiénicas de manipulación, procesamiento y
conservación de los alimentos.
Uso de utensilios de cocina seguros (acero inoxidable, madera, cristal,
barro).
Evitar en lo posible la cocción de los alimentos con electricidad y más aún el
uso de microondas. Estos métodos cambian la energía vital interna de los
alimentos.
Cocinar con amor. Este principio forma parte de la cocina energética
curativa.
Comer sentado, en lugar ventilado, comida casera y en familia.
El orden de consumo de los diferentes platos debe ser de más Yang a Yin,
para facilitar la acción de las diferentes enzimas en el proceso de la digestión. Se
debe comenzar con el plato de sopa de vegetales con miso, luego las
preparaciones con cereales, vegetales cocinados, legumbres, vegetales crudos,
dulces.
Respeto de la proporción básica del plato mixto: cereales (50 %); vegetales
(40 %); leguminosas (8 a 10 %); dulce simple (2 %). Esta proporción puede
cambiar en relación al clima, la constitución y la condición de la persona. Es muy
importante respetar la proporción entre los cereales y las leguminosas para poder
brindar un cómputo aminoacídico de la mezcla de proteínas adecuado.
Respetar los tiempos de comida (desayuno, meriendas si necesario,
almuerzo y comida de la noche). La entrada de alimentos al organismo debe
responder a las necesidades del reloj biológico interno.
No consumir alimentos y bebidas ni muy calientes ni muy frías, pueden
dañar la mucosa intestinal.
Es una alimentación que potencializa las capacidades autocurativas del
organismo (adaptación, protección, reserva, farmacia interna, cooperación, entre
otras).
DIETAS MA-PI
Dieta I
• Crema de arroz integral (Oriza sativa, L.)
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• Té bancha (Hoji Cha) (Tea chinensis) (el cual mediante un proceso de secado al sol
pierde la teína por lo que puede ser consumido como agua).
Dieta II
Cereales: arroz (Oriza sativa, L.); mijo (Panicum miliaceum, L.); cebada (Hordeum
vulgare, L.)
Verduras: zanahoria (Daucus carota, L.); cebolla (Alium cepa, L.); col o berza
(Brassica oleracea, L var. Bullata, D.C o sabauda, L.); achicoria (Chicorium intybus, L.
Var. Indivisum); rabanito (Raphanus sativus, L); perejil (Petroselinum crispum, Mill. o L
Petroselinum hortense, L.) (siempre crudo).
Legumbres: azuki (Phaseolus angularis o Vigna angularis); garbanzos (Cicer
arietinum, L.); lentejas (Lentils (Ervum lens o Lens esculenta, L. O Lens culinaris,
Med.); frijoles negros (Phaseolus vulgari, cultivar o Phaseolus coccineus var.
seminegro)
Condimentos: gomasio (ajonjolí tostado y triturado junto a sal marina integral en
proporción variable, según la demanda de alcalinidad de la enfermedad en cuestión),
sal marina integral, productos fermentados (miso, tamari, umeboshi).
Algas: wakame (Undaria pinnatifida); kombu (Laminaria japonica); nori (Porphiria
tenera); Hijiki (Cystophyllum fusiforme).
Bebidas: té bancha (Hoji Cha) (Tea chinensis); té de arroz.
Esta dieta es menos restrictiva que la primera. Tiene un gran poder terapéutico y es
recomendable en la diabetes mellitus, osteoporosis, tumores, enfermedades autoinmunes
y en principio en cualquier enfermedad o trastorno metabólico que requiera de una mayor
alcalinidad. Puede aplicarse por periodos de tiempo mayor.
Dieta III
Cereales: arroz (Oriza sativa, L.); mijo (Panicum miliaceum, L.); cebada (Hordeum
vulgare, L.); trigo (Triticum); centeno (Secale cereale, L.); trigo sarraceno (Fagopyrum
sagittatum o Fagopyrum esculentum, L.)
Verduras: zanahoria (Daucus carota, L.); cebolla (Alium cepa, L.); col o berza
(Brassica oleracea, L var. Bullata, D.C o sabauda, L.); achicoria (Chicorium intybus, L.
Var. Indivisum); rabanito (Raphanus sativus, L); perejil (Petroselinum crispum, Mill. o L
Petroselinum hortense, L.) (siempre crudo); nabo (Brassica campestris var. Rapa o
Brassica rapa rapifera D.C); puerro (Alium ampeloprasum var, porrum o Alium porrum);
apio (Apium graveolens var. dulce); lechuga (Lactuca sativa); endibia (Chicorium
endivia, L.var. crispum); brócoli (Brassica oleracea, L. var Italica o Brassica oleracea,
L. var botrytis subvar. cymosa forma virescens); calabacín (Cucurbita pepo, L.);
calabaza (Cucurbita maxima, Duch. var. messanensis); diente de león (Taraxacum
officinale, L); daykon (Raphanus sativus, L.); berro (Nasturtium officinale), etc.
Legumbres: azuki (Phaseolus angularis o Vigna angularis); garbanzos (Cicer
arietinum, L.); lentejas (Ervum lens o Lens esculenta, L. o Lens culinaris, Med.); frijoles
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negros (Phaseolus vulgari o Phaseolus coccineus var. seminegro); frijoles rojos
(Phaseolus vulgari); garbanzos negros (Lathyrus cicera o Cicer arietinum, L.); frijoles
borlottti (Phaseolus vulgari); frijoles del ojo (Vigna sinensis var. melanophthalmus).
Menos frecuente chícharos (Pisum sativum); judías (Phaseolus vulgari); lentejas
decorticadas (Ervum lens o Lens esculenta, L. o Lens culinaris, Med.); Gluten de cereales.
Condimentos: gomasio, productos fermentados (miso, tamari, umeboschi), sal marina
integral, vinagre de arroz y de umeboshi, aceite de ajonjolí, aceite de oliva, aceite de
germen de trigo, aceite de girasol, Kuzu (Pueraria ohwl).
Algas: wakame (Undaria pinnatifida); kombu (Laminaria japonica); nori (Porphiria
tenera); hijiki (Cystophyllum fusiforme); arame (Eisenya bicyclis).
Dulces simples: torta de azuki y castañas, arroz cocido al horno, crema de arroz y
zanahoria, cous-cous y azuki, budín de arroz con harina de arroz, mochi, torta con
harina de castaña y otros).
Bebidas: té bancha (Hoji Cha) (Tea chinensis); té Mu, té de arroz, Yannoh, café de
cebada, agua.
Esta dieta no es restrictiva, incluye grasas de origen vegetal, por lo que es más completa
y puede consumirse por periodos largos, también tiene propiedades terapéuticas y una
acción preventiva en personas con riesgo a determinadas enfermedades. Una dieta tres
bien diseñada puede emplearse también para promover salud y puede mantenerse de por
vida.
Dieta IV
Cereales: arroz (Oriza sativa, L.); mijo (Panicum miliaceum, L.); cebada (Hordeum
vulgare, L.); trigo (Triticum); centeno (Secale cereale, L.); trigo sarraceno (Fagopyrum
sagittatum o Fagopyrum esculentum, L.); avena (Avena sativa, L.).
Verduras: zanahoria (Daucus carota, L.); cebolla (Alium cepa, L.); col o berza
(Brassica oleracea, L var. Bullata, D.C o sabauda, L.); achicoria (Chicorium intybus, L.
Var. Indivisum); rabanito (Raphanus sativus, L); perejil (siempre crudo) (Petroselinum
crispum, Mill. o L Petroselinum hortense, L.); nabo (Brassica campestris var. Rapa o
Brassica rapa rapifera D.C); puerro (Alium ampeloprasum var, porrum o Alium porrum);
apio (Apium graveolens var. dulce); lechuga (Lactuca sativa); endibia (Chicorium
endivia, L.var. crispum); brócoli (Brassica oleracea, L. var Italica o Brassica oleracea,
L. var botrytis subvar. cymosa forma virescens); calabacín (Cucurbita pepo, L.);
calabaza (Cucurbita maxima, Duch. var. messanensis); diente de león (Taraxacum
officinale, L); daykon (Raphanus sativus, L.); berro (Nasturtium officinale), etc.
Legumbres: azuki (Phaseolus angularis o Vigna angularis); garbanzos (Cicer
arietinum, L.); lentejas (Ervum lens o Lens esculenta, L. O Lens culinaris, Med.);
frijoles negros (Phaseolus vulgari o Phaseolus coccineus var. seminegro); frijoles
rojos (Phaseolus vulgari); garbanzos negros (Lathyrus cicera o Cicer arietinum, L.);
frijoles borlottti (Phaseolus vulgari); frijoles del ojo (Vigna sinensis var.
melanophthalmus).
Menos frecuente chícharos (Pisum sativum); judías (Phaseolus vulgari); lentejas
decorticadas (Ervum lens o Lens esculenta, L. o Lens culinaris, Med.); cicerchia (Lathyrus
sativus); habas (Vicia fava); gluten de cereales.
Productos de origen animal: de aire, agua y tierra, salvajes o criados de forma
natural, con prevalencia de pescados y carnes blancas (pollo, conejo, liebre).
Frutas: silvestres, cerezas (Prunus avium, L. o Prunus cerasum); damascos (Prunus
armeniaca, L. o Armeniaca vulgaris); manzanas (Pyrus malus, L. o Malus communis,
D.C.); peras (Pyrus communis, L.); melón (Cucumis sativus, L. o Cucumis melo);
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sandía (Citrillus vulgaris o cucumis citrillus o Curcubita citrillus); cocomero (Citrullus
vulgaris o Cucumis citrullus o Cucurbita citrullus).
Condimentos: gomasio, sal marina integral, productos fermentados (miso, tamari,
shoyu, umeboshi), vinagre de arroz y de umeboshi, limón (Citrus medica var. acida o
Citrus limonum), aceite de ajonjolí, aceite de oliva, aceite de germen de trigo, aceite de
girasol.
Algas: wakame (Undaria pinnatifida); kombu (Laminaria japonica); nori (Porphiria
tenera); hijiki (Cystophyllum fusiforme); arame (Eisenya bicyclis); agar-agar; dulse
(Rodhymenia palmata); kanten (Gelidium corneum).
Frutos secos y semillas: almendra, castañas, avellanas, nueces, ciruelas pasas,
semilla de girasol, calabaza, etc.
Dulces: compuestos con malto de arroz y cebada, miel ocasionalmente.
Bebidas: té bancha (Hoji Cha) (Tea chinensis); té Mú, té de arroz, Yannoh, café de
cebada, agua, cerveza, vino (blanco y tinto).
Esta dieta es más amplia, incluye grasas de origen vegetal, alimentos de origen animal
(aunque en pequeña cantidad y ocasionalmente), frutas y dulces preparados con miel de
arroz o cebada (aunque también en pequeña cantidad), lo que le confiere una amplia
variedad y palatabilidad. En su valor nutricional es completa y puede consumirse toda la
vida. No tiene tanto valor terapéutico y pudiera ser preventiva en personas con riesgo,
pero más bien tiene un carácter promotor de salud.
Dieta V
Cereales: arroz (Oriza sativa, L.); mijo (Panicum miliaceum, L.); cebada (Hordeum
vulgare, L.); trigo (Triticum); centeno (Secale cereale, L.); trigo sarraceno (Fagopyrum
sagittatum o Fagopyrum esculentum, L.); avena (Avena sativa, L.); maíz (Zea mais,
L.)
Verduras: zanahoria (Daucus carota, L.); cebolla (Alium cepa, L.); col o berza
(Brassica oleracea, L var. Bullata, D.C o sabauda, L.); achicoria (Chicorium intybus, L.
Var. Indivisum); rabanito (Raphanus sativus, L); perejil (siempre crudo) (Petroselinum
crispum, Mill. o L Petroselinum hortense, L.); nabo (Brassica campestris var. Rapa o
Brassica rapa rapifera D.C); puerro (Alium ampeloprasum var, porrum o Alium porrum);
apio (Apium graveolens var. dulce); lechuga (Lactuca sativa); endibia (Chicorium
endivia, L.var. crispum); brócoli (Brassica oleracea, L. var Italica o Brassica oleracea,
L. var botrytis subvar. cymosa forma virescens); calabacín (Cucurbita pepo, L.); berro
(Nasturtium officinale); verdolaga (Portulaca oleracea); caléndula (Calendula
officinalis, L.); diente de león (Taraxacum officinale); rúcula (Eruca sativa, Mill.);
calabaza (Cucurbita maxima, Duch. var. messanensis), etc.
Legumbres: azuki (Phaseolus angularis o Vigna angularis); garbanzos (Cicer
arietinum, L.); lentejas (Lentils (Ervum lens o Lens esculenta, L. O Lens culinaris,
Med.); frijoles negros (Phaseolus vulgari o Phaseolus coccineus var. seminegro)
frijoles rojos (Phaseolus vulgari); garbanzos negros (Lathyrus cicera o Cicer arietinum,
L.); frijoles borlottti (Phaseolus vulgari); frijoles del ojo (Vigna sinensis var.
melanophthalmus).
Menos frecuente chícharos (Pisum sativum); judías (Phaseolus vulgari); lentejas
decorticadas (Ervum lens o Lens esculenta, L. o Lens culinaris, Med.); cicerchia (Lathyrus
sativus); habas (Vicia fava); gluten de cereales.
Productos de origen animal: de aire, de agua y tierra, salvajes o criados de forma
natural.
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Condimentos: gomasio, productos fermentados (miso, tamari, shoyu, umeboshi), sal
marina integral, vinagre de arroz y de umeboshi, limón (Citrus medica var. acida o
Citrus limonum), aceite de ajonjolí, aceite de oliva, aceite de germen de trigo, aceite de
maíz, aceite de girasol.
Algas: wakame (Undaria pinnatifida); kombu (Laminaria japonica); nori (Porphiria
tenera); hiziki (Cystophyllum fusiforme); arame (Eisenya bicyclis); agar-agar; dulse
(Rodhymenia palmata); kanten (Gelidium corneum).
Frutos secos y semillas: almendra, castañas, avellanas, nueces, ciruelas pasas,
semilla de girasol y calabaza, etc.
Frutas: silvestres; cerezas (Prunus avium, L. o Prunus cerasum); damascos (Prunus
armeniaca, L. o Armeniaca vulgaris); manzanas (Pyrus malus, L. o Malus communis,
D.C.); peras (Pyrus communis, L.); melón (Cucumis sativus, L. o Cucumis melo);
sandía (Citrillus vulgaris o cucumis citrillus o Curcubita citrillus); fresa (Fragaria
ananassa).
Dulces: compuestos con malto de arroz o de cebada, distintos tipos de miel o azúcar
de caña (cremas, biscochos, roscones, bollos, helados, y otros).
Bebidas: té bancha (Hoji Cha) (Tea chinensis), té Mú, té de arroz, café de cebada,
café de otros cereales, jugos de frutas y de verduras, agua, cerveza, vino (blanco y
tinto).
Esta dieta es la más amplia de todas, incluye una gama amplia de grasas de origen
vegetal, así como de alimentos de origen animal (aunque en pequeña cantidad y
ocasionalmente), frutas y dulces, lo que le confiere una amplia variedad y palatabilidad,
mayor que la dieta IV. En su valor nutricional es completa y puede consumirse toda la
vida. No tiene valor terapéutico, puede ser preventiva y tiene básicamente un carácter
promotor de salud. Esta dieta se considera de transición entre la dieta occidental y la
Macrobiótica.
En el movimiento de Macrobiótica UPM las dietas que consumen las personas sanas se
mueven entre la tercera y la cuarta, en dependencia de las características individuales y
por ende de las verdaderas necesidades. Las dietas en personas enfermas se mueven
entre la uno y la tres, e incluso la 4, variando sus componentes en dependencia de la
enfermedad en cuestión.
Estas dietas se basan en los alimentos que según la Macrobiótica Pianesiana pueden ser
considerados seguros y curativos, acorde a la experiencia de más de 30 años del
fundador Mario Pianesi. Pero hay que tener presente que las dietas deben ser adaptadas
al clima, a la geografía y a la cultura de cada país para cumplir con el principio
macrobiótico de que los alimentos deben ser locales.
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Dietas Ma-Pi . Cantidad de alimentos crudos listos para ser preparados (g). Ejemplos de menues.
Alimento Dieta 1 Dieta 2 Dieta 3 Dieta 4 Dieta 5
Arroz blanco 60 50 50
Arroz integral 500 350 175 150 150
Avena 40 60
Cebada decorticada 100 100 100
Espaguetis trigo refinado 100 100 100
Mijo 25 25 25
Total cereales 500 475 460 440 385
Achicoria 100 50 50 50
Apio 10
Berro 25
Brócoli 100
Calabaza 60
Cebolla 200 200 200 200
Cebollino 10 10 10
Col 200 50 100 100
Coliflor 100
Lechuga 50 50 50
Pepino 50 50 50
Perejil 10 10 10 10
Rábano 40
Zanahoria 200 200 100 100
Total vegetales 0 750 720 680 665
Azuki 25
Frijoles blancos 25
Frijoles negros 30
Garbanzo 25 25
Lenteja 30
Total leguminosas 0 50 60 25 25
Pescado 50 30
Pollo sin piel 30
Total carnes 0 0 0 50 60
Limón (jugo) 5 5
Manzana 150
Melón de agua 100
Melón de castilla 100
Naranja (jugo)
Total frutas 0 0 0 205 155
Ajonjolí 30 40 25 25 16
Almendra 10
Avellana 10 10
Uvas pasas 10 10
Aceitunas
Aceite de ajonjolí 7
Aceite de girasol 7 7 7
Aceite de oliva 7 7
Total aceite 0 0 14 14 14
Alga kombu 2 2 2 2
Alga nori 6 6
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Alga wakame 2 3 3 2
Miso 8 4 2 2
Tamari 8 4 2 2
Malto 12 12
Te bancha (mL) 2000 2000 2000 2000 2000
Vino rojo 240
Sal marina integral 6 6 6 6 6
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Dietas MA-PI
Porcentajes de cumplimiento de las recomendaciones nutricionales.
Nutriente Dieta 1 Dieta 2 Dieta 3 Dieta 4 Dieta 5
Energía 100 100 100 100 101
Grasa total 92 90 96 92 92
Proteína 72 99 106 112 106
Triptófano * 189 181 171 177 166
Treonina * 116 105 102 106 107
Isoleucina * 114 107 105 107 111
Leucina * 200 174 170 170 179
Lisina * 97 105 102 117 118
Metionina + Cistina * 111 96 100 101 107
Fenilalanina + Tirosina * 219 189 184 185 186
Valina * 204 173 168 169 172
Vit. C 0 315 383 325 256
Acido fólico 66 254 227 197 180
Vit. B1 269 323 250 240 200
Vit. B2 49 132 129 126 120
Vit. B6 384 427 315 307 271
Niacina 151 188 154 164 148
Vit. B12 0 23 22 247 160
Vit. E 45 82 126 125 149
Vit. A 0 226 227 167 161
Carbohidratos 109 114 110 104 98
Fibra 73 136 132 111 92
Potassio 88 245 227 211 212
Manganese 1110 1212 911 947 978
Ferro 58∗∗ 103∗∗ 93∗∗ 117∗∗∗ 111∗∗∗
Calcio 75 139 107 103 99
Fosforo 194 253 218 223 216
Zinc 105 148 125 120 106
Magnesio 341 414 327 322 306
Sodio 101 152 135 125 125
*Cómputo amminoacídico corregido al 80 % de la digestibilidad.
∗∗Considerando una recomendación de 25 mg de hierro por tratarse de dietas estrictamente
vegetarianas.
∗∗∗Considerando una recomendación de 18 mg de hierro por tratarse de dietas que incluyen
carnes.
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Caracterización de las Dietas Ma-Pi:
• Bajas en energía en comparación con las dietas modernas, pero seguras (2000 a
2400 kcal al día), con adecuado efecto de saciedad, por el alto contenido de fibra
dietética.
• Adecuadas en proteínas de origen vegetal (12 % de la energía total), con un
cómputo aminoacídico aceptable, corregido para una digestibilidad del 80 %, lo
cual se logra con una correcta combinación de las fuentes de proteínas (cereales
con leguminosas o leguminosas con semillas como el ajonjolí, entre otras).
• Bajas en grasas y solamente de origen vegetal, en el nivel recomendado para el
tratamiento de las enfermedades no transmisibles (cercano al 15 %), con una
adecuada relación ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados.
• Altas en carbohidratos (pero básicamente complejos), en el límite superior de la
recomendación (72 %).
• Altas en fibra dietética (50 g), en el nivel recomendado para la dieto-terapia de la
Diabetes mellitus y de otras enfermedades crónicas, como el cáncer de colon.
Adecuado suministro de fibra soluble.
• Adecuadas en vitaminas, con la excepción de la vitamina B12 en las dietas
estrictamente vegetarianas, sin embargo cumplen con la necesidad fisiológica de
este nutriente. Es importante señalar que en las dietas macrobióticas, a diferencia
de otras dietas vegetarianas, hay un suministro de vitamina B12 a partir del
consumo de miso (producto de soya u otro cereal fermentado que se inocula con
asperguillus orizae y que tiene una potente acción probiótica) y de las algas
marinas como la Nori que es una excelente fuente de esta vitamina.
• Altas en vitamina A pero a partir de carotenos, por lo tanto libre de riesgo. Este
nutriente le confiere a la dieta efecto antioxidante y contribuye a aumentar las
defensas inmunitarias del organismo.
• Altas en ácido fólico (> 400 µ g), en el nivel descrito que contribuye a disminuir las
concentraciones de homocisteína en sangre y por ende el riesgo de enfermedades
cardiovasculares.
• Altas en manganeso, magnesio y posiblemente silicio, aunque éste último no se
determinó se puede inferir dada la calidad nutricional de la dieta, lo cual es posible
debido a la alta ingestión de hortalizas y cereales integrales. Estos nutrientes son
importantes para la conservación de la salud ósea. El manganeso y el magnesio
también juegan un papel importante en el correcto metabolismo de los
carbohidratos, de allí su importancia en el tratamiento de los diabéticos.
• Adecuadas en calcio, a pesar que las dietas no contenían lácteos; éste nutriente
fue aportado básicamente por el ajonjolí, las leguminosas, los cereales integrales y
los vegetales de hoja.
• Adecuadas en hierro y cinc, a pesar de que para la evaluación del consumo se
emplearon recomendaciones nutricionales superiores a las habituales para tener
en cuenta la menor biodisponibilidad de estos nutrientes en fuentes de origen
vegetal.
• Alto poder antioxidante, ya sea por la buena cantidad de nutrientes antioxidantes
que aportan o por la cantidad de fitoquímicos con poder antioxidante.
• Efecto prebiótico y probiótico, aportado por la fermentación de la fibra dietética en
intestino y por los productos fermentados con contenido de enzimas vivas, además
del té Bancha.
• Dietas promotoras de una mayor alcalinidad metabólica en contraste con la
acidificación de las dietas modernas. Ya se reconoce que bastan pequeños
cambios en la cantidad de H+ en los fluidos biológicos para que cambie
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dramáticamente el potencial redox celular. Estos cambios pueden alterar las
señales de transducción de la síntesis del DNA y el RNA, la síntesis proteica, la
activación enzimática y la regulación del ciclo de vida celular.
Se reporta que la dieta convencional (moderna) conduce a una acidosis metabólica
crónica a baja escala, que provoca a largo plazo efectos negativos en el estatus del
calcio y el proteico y en otros procesos metabólicos como la peroxidación de
estructuras biológicas.
• Dietas funcionales debido a los altos niveles de nutrientes con poder antioxidante
(β-carotenos, folatos, tocotrienoles, manganeso, magnesio, cinc, fibra, entre otros)
y componentes biológicos activos (contenidos en el té verde, cereales integrales,
productos fermentados, vegetales, entre otros) con efectos terapéuticos
demostrados.
Comentarios generales:
Cuando se planifican dietas hay que tener en cuenta la cantidad del alimento
seleccionado, la calidad del mismo y las proporciones en que se combinan entre ellos.
Desde el punto de vista macrobiótico hay otras exigencias al planificar las dietas, no se es
tan reduccionista como en la nutrición occidental, también se tiene en cuenta el sabor
básico de los alimentos (salado, ácido, amargo, dulce y picante) y muchas otras
características como el tamaño, velocidad de crecimiento, seguridad e inocuidad, poder
de acidificación o alcalinización, entre otros factores. Este último principio es muy
importante y se convierte en un punto clave en las dietas curativas, pero también en las
dietas para prevenir el desarrollo de las enfermedades crónicas y degenerativas e incluso
para fomentar la salud.
Resulta muy díficil planificar dietas que cumplan con las recomendaciones que se
establecen al modo convencional para todos los nutrientes y que a la vez no se excedan
en otros que son perjudiciales (grasas, grasas saturadas y colesterol, proteínas, azúcares,
etc). De todas formas hay que tener en cuenta que las necesidades se satisfacen en el
transcurso de varios días, o viceversa, se pueden crear también los excesos y
desequilibrios.
Es fácil cubrir las recomendaciones de todos los nutrientes con dietas en exceso, pero
éste fue el primer error de los nutricionistas que en su afán por evitar las enfermedades
carenciales se fueron al otro extremo, incluso se llegó a un punto en que ya no eran
suficiente los alimentos naturales y se crearon toda clase de fortificaciones alimentarias y
suplementos nutricionales con la intención de evitar las deficiencias y pretender ser más
fuertes y sanos. Por un lado se refinan los alimentos (como el arroz, el trigo e incluso la
sal) y por el otro, paradójicamente, se le añaden en forma química los nutrientes que se le
quitan en este proceso.
Hoy en día el objetivo de una alimentación sana está en encontrar el punto medio. Cada
vez es más evidente el peligro que acontece cuando nos alejamos de la naturaleza.
Una dieta básicamente vegetariana, que incluya cereales (al menos una tercera parte de
cereales integrales), ajonjolí, frijoles (en una correcta combinación con los cereales), una
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buena cantidad de verduras y hortalizas, algo de frutas y de vez en cuando un pedazo de
pescado u otra carne segura (no necesariamente), es suficiente para abastecer las
necesidades nutricionales de un organismo adulto, sin que se creen los excesos
acumulativos que conducen a las enfermedades crónicas y degenerativas que hoy en día
causan tantas muertes como las epidemias de siglos pasados.
Dra. Carmen Porrata Maury, PhD, Médico Especialista de Segundo Grado en Fisiología,
Investigadora Titular.
28 años de trabajo como investigadora y docente en el Instituto de Nutrición e Higiene de
los Alimentos.
Autora de las Recomendaciones Nutricionales para la Población Cubana, 1996 y de Las
Guías Alimentarias, 2000.
5 años de trabajo en el proyecto de Macrobiótica en el Instituto Finlay.
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