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6 de abril de 2009
This article first appeared in English on www.VoxEU.org. Translated and reproduced with permission.
Artículo publicado en primer lugar en ingles en www.VoxEU.org. Traducido y reproducido con permiso.
Algunas comparaciones que se citan con frecuencia –y que se centran sólo en los USA-
concluyen que la crisis actual es menos grave que la Gran Depresión. En esta columna, dos
historiadores económicos prominentes muestran que la economía mundial se está desplomando
ahora de un modo similar a una Gran Depresión; de hecho, la producción industrial mundial,
el comercio y los mercados de valores se están hundiendo más rápido ahora que durante el
período 1929-1930. Afortunadamente, la respuesta política hasta la fecha es mucho mejor.
Los paralelismos entre la Gran Depresión de los años 30 y nuestra actual Gran Recesión se han
señalado profusamente. Paul Krugman ha comparado la caída en la producción industrial USA
desde sus máximos a mediados de 1929 y de finales de 2007, mostrando que en esta ocasión ha
sido menos grave. Sobre esta base caracteriza la situación actual, con su característico humor
negro, como sólo “media Gran Depresión”. El gráfico “Cuatro Mercados Bajistas Duros” [Four
Bad Bears] que compara el Dow en 1929-1930 y el S&P 500 en 2008-9 ha tenido igualmente
una amplia difusión (Short, 2009). Muestra el mercado de valores USA desde finales de 2007
cayendo casi igual de rápido que en 1929-30.
Estos y la mayor parte de otros comentarios que contrastan los dos episodios comparan América
entonces y ahora. Esto, sin embargo, ofrece una imagen engañosa. La Gran Depresión fue un
fenómeno global. Incluso si se originó, en cierto modo, en los USA, también se transmitió
internacionalmente a través de flujos comerciales, de capital y precios de mercancías. Dicho
esto, los diferentes países se vieron afectados de modo distinto. Los USA no son representativos
de sus experiencias.
Nuestra Gran Recesión es punto por punto igualmente global, frente a las esperanzas iniciales
sobre el desacoplamiento de Asia y Europa. Hay una consciencia creciente de que los hechos
han tomado incluso un cariz más feo fuera de los USA, con caídas incluso peores en la
producción manufacturera, las exportaciones y los precios de las acciones.
De modo similar, aunque la caída en el mercado de valores USA ha seguido el ritmo de 1929,
los mercados de valores globales están cayendo incluso más rápido ahora que en la Gran
Depresión (Figura 2). De nuevo, esto es contrario a la impresión dejada por aquellos que,
basando su comparación sólo en el mercado USA, sugieren que el crash actual no es más serio
que el de 1929-30.
Ya es una depresión
Para resumir, globalmente ya estamos siguiendo de cerca o haciéndolo incluso peor que en la
Gran Depresión, tanto si la métrica es la producción industrial, las exportaciones o las
valoraciones de las acciones. Concentrarse en los USA hace que uno minimice este hecho
alarmante. La etiqueta de “Gran Recesión” puede acabar resultando demasiado optimista. Esto
es un evento con la magnitud de una Depresión.
Dicho esto, estamos en el primer año de la crisis actual, mientras que tras 1929 la economía
mundial siguió contrayéndose durante tres años sucesivos. Lo que importa ahora es que los
gestores políticos detengan la caída. Por consiguiente pasamos a ver la respuesta política.
La Figura 4 muestra un promedio ponderado por PIB de los tipos de descuento de los bancos
centrales para 7 países. Como puede verse, en ambas crisis hubo una demora de cinco a seis
meses antes de que los tipos de descuento respondieran a la caída desde máximos, aunque en la
crisis actual los tipos se han recortado más rápidamente y desde un nivel más bajo. Hay más
factores en juego que solamente la diferencia entre George Harrison y Ben Bernanke. La
respuesta de los bancos centrales ha cambiado globalmente.
Historia de Dos Depresiones – Eichengreen & O’Rourke – VoxEU - 4
Fuente: Bernanke y Mihov (2000); Bank of England, BCE, Bank of Japan, St.Louis Fed,
National Bank of Poland, Sveriges Riksbank
La Figura 5 muestra la oferta de dinero para un promedio ponderado por PIB de 19 países que
daban cuenta de más de la mitad del PIB mundial en 2004. Con claridad, la expansión
monetaria fue más rápida en la respuesta a la crisis de 2008 que durante 1925-1929, lo que es un
recordatorio de que los hechos de partida no fueron los mismos en los dos casos. Además, la
oferta de dinero global siguió creciendo rápidamente en 2008, a diferencia de 1929 cuando se
estabilizó y entonces procedió a un declive catastrófico.
Fuente: Bordo et al. (2001), IMF World Economic Outlook, enero 2009.
Conclusión
Las buenas noticias, por supuesto, es que la respuesta política es muy distinta. La pregunta
ahora es si esa respuesta política funcionará. Para la respuesta, permanezcan atentos a nuestra
siguiente columna.
Referencias
Este artículo puede ser reproducido con atribución apropiada. Ver Copyright VoxEU.
Barry Eichengreen
Profesor de Economía y Ciencia Política en la Universidad de
California, Berkeley; y ex-Consejero Senior de Políticas en el Fondo
Monetario Internacional. Miembro Investigador del CEPR.
Kevin H. O’Rourke
Profesor de Economía en el Trinity College de Dublin y Miembro
Investigador del CEPR