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Los Vinos

Bebidas alcohólicas fermentadas


¿Qué son los vinos?

Son aquellos obtenidos mediante la fermentación alcohólica natural del mosto o zumo de la uva.

Existen muchas formas de categorizar un vino, pero la más importante es según sus cualidades: color,
el envejecimiento, cantidad de azúcar y contenido de gas carbónico.
Clasificación según el color

Vino Tinto: elaborados mayoritariamente a partir de uvas tintas. Como el color está en el hollejo (materia sólida que
queda después del prensado de uvas, aceitunas u otras frutas para extraer los líquidos resultantes), habitualmente la
fermentación se realiza con el mosto y el hollejo.

Vino Rosé: elaborado con un 50 % de uvas tintas y 50 % de uvas blancas.

Vino Blanco: producido con uvas blancas, aquí se separa el mosto del hollejo inmediatamente para que no le dé color.
En general la fermentación se realiza con mosto, separado de hollejos, pepitas, raspones, etc.

Vino Brisado: elaborados a partir de uvas blancas pero, a diferencia de los vinos blancos, con fermentación del mosto
junto con los hollejos, pepitas y raspones que le darán su color anaranjado y más tanicidad (astringente, duro y que
produce en boca sensación de sequedad debido a la cantidad de taninos que tiene).
Clasificación según su envejecimiento

Vino joven, del año o de cosecha: es un vino de menos de seis meses de envejecimiento en barrica, por tanto no
alcanza el periodo mínimo en barrica para considerarse un vino envejecido.

Vino crianza: son vinos con un mínimo de dos años de envejecimiento (18 meses los blancos y rosados), de los cuales
al menos 6 meses en barrica.

Vino reserva: tienen al menos 3 años de envejecimiento (2 años los blancos y rosados), de los cuales al menos 1 en
barrica (6 meses los blancos y rosados) y el resto en botella.

Vino gran reserva: son vinos con al menos 5 años de envejecimiento (4 años los blancos y rosados), de los cuales al
menos 18 meses en barrica (6 meses los blancos y rosados) y el resto en botella.
Clasificación según la cantidad de azúcar

Vino seco, con menos de 5 g de azúcar por litro de vino.

Vino semiseco, con entre 5 y 30 g de azúcar por litro de vino.

Vino semidulce, con entre 30 y 50 g de azúcar por litro de vino.

Vino dulce, con más de 50 g de azúcar por litro de vino.


Clasificación según la cantidad de CO2

Vino de aguja: Vinos que por su origen varietal o por su particular elaboración conservan una pequeña cantidad de
anhídrido carbónico procedente de la fermentación de azúcares propios o añadidos. Al ser abierta la botella este gas
carbónico se desprende en forma de burbujas, pero sin que lleguen a producir espuma. La presión del gas que
contienen, medida a 20 °C, es inferior a 3 atmósferas.

Vino espumante: Son vinos con mayor contenido de gas carbónico que al ser descorchada la botella y escanciado el
vino forma espuma de sensible persistencia, seguido de un desprendimiento continuo de burbujas. En botella cerrada y
a 20 °C el gas carbónico disuelto se encuentra a una presión superior a 3 atmósferas. Dentro de estos se distinguen los
espumosos tradicionales (como el Cava o el Champán), con carbónico obtenido de forma natural a partir de una
segunda fermentación en botella, y los espumosos gasificados, a los que se les añade el gas carbónico al embotellarlos.
A estos últimos vinos también se los llama frizantes.
Vinos especiales

Vinos generosos: El vino fortificado, fortalecido o generoso, es aquel vino que, en su proceso de elaboración, incorpora
procesos especiales para aumentar su estabilidad y aumentar su graduación alcohólica, sin perder por ello su condición
de derivado 100% de la uva. Su graduación alcohólica estará comprendida entre 14° y 23°, debiéndose la mayor parte
de este contenido alcohólico a la fermentación del mosto inicial.

Dentro de este grupo se incluyen algunos prestigiosos vinos del mundo como por ejemplo: Oporto y Madeira (Portugal
), Sauternes (Francia), o Málaga, Montilla-Moriles, Condado de Huelva y Jerez (España).
Proceso de Vinificación
El proceso de vinificación consta de varias etapas que requieren de control por parte de los profesionales
enólogos a fin de garantizar las condiciones organolépticas óptimas que demanda actualmente el consumidor.

1- Estrujado. El objetivo de este proceso es conseguir que se rompa la piel de la uva, conocida como hollejo. De
esta manera se extrae gran parte del mosto del interior del fruto.

2- Maceración. Además de permitir la fermentación, propicia que el mosto adquiera su color, así como otras
características. Tanto el color como la estructura final del vino vendrán determinados por estos elementos que
aporta el hollejo: antocianos, taninos, etc.

3- Fermentación alcohólica. Estos mismos depósitos y a través de las propias levaduras presentes de forma
natural en la piel de las uvas, comienza el proceso de fermentación. Se denomina fermentación alcohólica ya
que en ella, el azúcar de las uvas termina transformándose en alcohol etílico.
Proceso de Vinificación

4- Prensado. El producto sólido de la fermentación aún contiene grandes cantidades de vino, por lo que es
sometido a un prensado para extraer todo el líquido, obteniéndose el vino de prensa, rico en aromas y taninos,
que no se mezcla con el obtenido en el descube.

5- Crianza. Proceso de envejecimiento en que el vino obtenido durante los pasos anteriores es introducido en
barricas de roble. La madera para la elaboración de barricas se selecciona principalmente por sus propiedades
de dureza, permeabilidad y porosidad.

6- Embotellado Una segunda parte del período de crianza del vino tendrá lugar una vez que este es
embotellado. Durante este tiempo el vino evolucionará en una atmósfera reductora y asimilará el oxígeno que se
introduce en la botella de manera inevitable cuando se cierra con el corcho.

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