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15 cambios que nos

hicieron humanos

Antropología Social 19/03/2020

Psic. Ricardo Emmanuel Vázquez Mata


▪ Los humanos somos probablemente la especie
más rara que jamás ha existido.
▪ Tenemos cerebros extravagantemente grandes que
nos permiten construir complicados artefactos,
entender conceptos abstractos y comunicarnos
usando el lenguaje.
▪ También somos casi lampiños, tenemos mandíbulas
débiles y nos cuesta dar a luz. ¿Cómo evolucionó una
criatura tan estrafalaria?
1 - Vivir en grupo

Según la teoría evolucionista, los


primeros primates realizaron una travesía
exhaustiva en el proceso de poder ganar
su derecho a supervivir.
Muchos comenzaron rápidamente a vivir
en grupos. Eso supuso que cada animal
debía moverse en una compleja red de
amistades, jerarquías y rivalidades.
Así que vivir en grupos puede haber
impulsado un aumento sostenido de la
capacidad intelectual.
2- Más sangre al cerebro

Humanos desendemos todos de una especie desconocida de


homínido extinguida.

En este ancestro, un gen llamado RNF213 comenzó a evolucionar


rápidamente.

Esto puede haber estimulado el flujo de sangre hacia el cerebro al


ensanchar la arteria carótida.

En humanos, las mutaciones de RNF213 causan la enfermedad de


Moyamoya, en la que la arteria es demasiado estrecha, una
condición que conduce al deterioro de la capacidad cerebral por
falla de irrigación.
3 – La división de los primates: primeros
cambios de genes
Nuestros ancestros se separaron de sus parientes
parecidos a los chimpancés hace unos 7 millones de
años.
En un principio, tendrían una apariencia similar.
Pero dentro de sus células, el cambio ya estaba en
marcha.
Después de la división, los genes ASPM y
ARHGAP11B empezaron a mutar, así como un
segmento del genoma humano denominado región
HAR1.
No está claro que provocó estas modificaciones,
pero HAR1 y ARHGAP11B están involucrados en
el crecimiento del córtex cerebral.
4-azúcar: energía para el cerebro
Después de que la línea evolutiva humana, dos
genes mutaron.
SLC2A1 y SLC2A4 forman proteínas que
transportan glucosa dentro y fuera de las células.
Las modificaciones pueden haber desviado
glucosa de los músculos hacia el cerebro de
aquellos homínidos primitivos, y es posible que
esta glucosa los haya estimulado y permitido
que crecieran los cerebros.
5 – Las manos más hábiles
Nuestras manos son inusualmente hábiles y
nos permiten hacer bellas herramientas de
piedra o escribir palabras.
Eso puede deberse en parte a un fragmento
de ADN llamado HACNS1, que ha
evolucionado rápidamente desde que
nuestros ancestros se dividieron de los
ancestros de los chimpancés.
No sabemos qué hace HACNS1, pero se
activa cuando se desarrollan nuestros brazos
y manos.
6 – Mandíbulas débiles: más lugar para el cerebro

En comparación con otros primates, los


humanos no pueden morder con demasiada
fuerza porque tienen músculos delgados en la
mandíbula.
Esto parece deberse fundamentalmente a una
mutación del gen MYH16, que controla
producción de tejido muscular.
Este cambio ocurrió hace entre 5,3 y 2,4
millones de años. Las mandíbulas más
pequeñas pueden haber liberado espacio para
que crezca el cerebro.
7 – Dieta variada: carne en el menú

Nuestros ancestros primates más antiguos comían


principalmente fruta, pero especies posteriores
como el Australopithecus ampliaron su gusto.
Además de alimentarse con una variedad más
grande de plantas, como las hierbas, parece que
comieron mucha más carne e incluso que la
troceaban con herramientas de piedra.
Más carne supuso más calorías y menos tiempo de
masticación
8 – No más vello corporal

Una teoría dice que la pérdida del vello corporal ayudó a nuestros antepasados a estar
frescos cuando se aventuraron fuera de las sombras de los bosques y ocuparon la cálida
sabana africana. Pero la pérdida del vello no es una ventaja para regular la temperatura
corporal, ya que la piel desnuda absorbe más energía durante el día pero también pierde
más calor en las noches frías.
Según Mark Pagel, de la Universidad de Reading (Reino Unido), y Walter Bodmer, del
Hospital John Radcliffe de Oxford, los humanos perdieron el vello corporal para liberarse
de parásitos externos que infestaban el pelaje (piojos hematófagos, pulgas y garrapatas)
y de las enfermedades que provocaban. Hay varios enigmas que debe explicar la nueva
teoría, como por qué se perdió el vello corporal pero la evolución permitió que se
conservara el vello púbico. Pagel y Bodmer insinúan que esas regiones húmedas, llenas
de glándulas sudoríparas, sirven de trampolín para las feromonas, hormonas que viajan
por el aire y transmiten señales sexuales en otros mamíferos, aunque no se han
identificado en los humanos.
9 - Conexiones: un gen de inteligencia
Un gen llamado SRGAP2 fue duplicado
tres veces.
Como resultado, nuestros ancestros
tuvieron varias copias, algunas de las
cuales podrían haber evolucionado
libremente.
Una de las copias mutadas resultó ser
mejor que la original.
Es probable que haya provocado que las
células del cerebro modelaran más
prolongaciones, permitiéndoles formar
más conexiones.
Cerebros más grandes

Homo Habilis
El descubrimiento de esta especie
se debe a Mary y Louis Leakey,
quienes encontraron
los fósiles en Tanzania, África,
entre 1962 y 1964. Cuando fue
descubierto se le consideró como
la especie más antigua
del género Homo, puesto
ocupado después por H.
rudolfensis.
En comparación con sus
ancestros, estos nuevos
homínidos tenían cerebros mucho
más grandes.
11 – Parto complicado
Para los humanos, el parto es
difícil y peligroso.
A diferencia de otros
primates, las madres casi
siempre necesitan ayuda.
Esto es porque caminar en dos
piernas supone un canal
pélvico más estrecho para el
paso de un bebé humano,
cuya cabeza ha crecido en
relación a sus ancestros.
Para compensar el parto
dificultoso, los bebés nacen
más pequeños e indefensos.
12 - Control del fuego
Las primeras evidencias de uso del fuego por seres humanos provienen de
diversos sitios arqueológicos en África Oriental, como Chesowanja —cerca
del lago Baringo—, Koobi Fora y Olorgesailie, en Kenia. Las pruebas
encontradas en Chesowanja consisten en fragmentos de arcilla roja de una
antigüedad de 1,42 millones años. Ensayos realizados en los fragmentos
encontrados en el lugar muestran que la arcilla debió ser calentada a 400 °C
para endurecerse.
Existen evidencias del control del fuego por parte del Homo erectus hace 1,7
millones de años, con el enrojecimiento de sedimentos que solo puede
provenir de un calentamiento a una temperatura de entre 200 y 400 °C.
Existe una especie de agujero de chimenea en un yacimiento en Olorgesailie,
Kenia.
13 – El don de la charla
Todos los grandes homínidos tienen sacos de aire en sus
tractos vocales que les permiten lanzar fuertes bramidos.
Pero los humanos no, porque esos sacos de aire hacen
que sea imposible producir diferentes sonidos vocales.
Nuestros ancestros los perdieron aparentemente antes de
que nos bifurcáramos de los Neandertales, lo que
sugiere que ellos también podían hablar.
Además de la teoría de la cultura adaptacioncita que
propone la idea de la importancia de la otorgamiento de
símbolos al exterior para convertirlos en comunicación.
14 - Un gen para el lenguaje

Algunas personas tienen una mutación en


un gen llamado FOXP2.
Como resultado, les cuesta entender
gramática y pronunciar palabras.
Eso sugiere que FOXP2 es crucial para
aprender y usar el lenguaje.
El gen moderno se desarrolló en el
ancestro común de los humanos y los
Neandertales: el FOXP2 neandertal es
igual al nuestro.
15 – Saliva reforzada para comer carbohidratos
La saliva contiene una enzima
llamada amilasa, fabricada por el
gen AMY1, que digiere el almidón.
Los humanos modernos cuyos
ancestros fueron agricultores tienen
más copias AMY1 que aquellos
cuyos ancestros siguieron siendo
cazadores recolectores.
Este refuerzo digestivo puede haber
ayudado para dar inicio a los
cultivos, los poblados y las
sociedades modernas.
Gracias

“Suerte en el Examen”

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