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Evolución del hombre y la mujer

Respuestas:

A-

1- Hay muchas teorías sobre el origen del ser humano, a continuaciones


algunas de ellas:

Fabricamos herramientas: A principios de la década de 1960, Louis


Leakey atribuyó el inicio de la fabricación de herramientas y
consiguientemente, el origen de la humanidad, a una especie que
llamó Homo habilis, la cual vivió en África Oriental hace unos 2.8 millones
de años. Sin embargo, como han demostrado Jane Goodall y otros
investigadores, los chimpancés también modifican ramas para usos
particulares. Por ejemplo, arrancan las hojas para “pescar” insectos
ocultos bajo el suelo. Incluso los cuervos, que carecen de manos, son
bastante habilidosos.

Somos asesinos: Según el antropólogo Raymond Dart, nuestros


antepasados diferían de los simios en cuanto a que eran asesinos
despiadados: seres carnívoros que “capturaban presas vivas con
violencia, las mataban a golpes, destazaban sus cuerpos maltrechos y los
desmembraban, extremidad por extremidad, saciando su voraz sed con la
sangre caliente de las víctimas, devorando con ansiedad la carne aún
palpitante”. Tras la segunda guerra mundial, el artículo de 1953 donde
Dart detalla esta teoría del “simio asesino”, tocó fibras muy sensibles.

Compartimos la comida: En la década de 1960, el simio asesino dio paso


al simio hippie. El antropólogo Glynn Isaac desenterró pruebas de
cadáveres animales que fueron movidos, deliberadamente, del sitio donde
murieron a lugares donde, presuntamente, toda una comuna compartió la
carne. En opinión de Isaac, compartir la comida condujo a la necesidad de
compartir información sobre la localización de fuentes de alimento y en
consecuencia, al desarrollo de lenguaje y otras conductas sociales
distintivamente humanas.
Nadamos desnudos: Durante la Era de Acuario, la documentalista
televisiva Elaine Morgan afirmó que los humanos somos muy diferentes
de otros primates porque nuestros antepasados evolucionaron en un
ambiente muy distinto: cerca del agua. Al perder el vello corporal nos
hicimos nadadores ágiles, en tanto que la postura erguida nos permitió
caminar en el agua. La hipótesis del “simio acuático” fue descartada por
toda la comunidad científica. Pero en 2013, David Attenborough la
respaldó.

Lanzamos cosas: El arqueólogo Reid Ferring opina que nuestros


predecesores comenzaron a humanizarse cuando desarrollaron la
capacidad para lanzar piedras con gran velocidad. En Dmanisi,
yacimiento homínino de 1.8 años de antigüedad en la ex república
soviética de Georgia, Ferring halló evidencias de que Homo
erectus inventó las lapidaciones públicas para ahuyentar a los
depredadores que rondaban sus presas.“Los individuos de Dmanisi eran
pequeños”, explica Ferring. “El área estaba plagada de grandes felinos.
¿Cómo iban a sobrevivir los homíninos? ¿Cómo llegaron allí desde
África? Parte de la respuesta es que lanzaban rocas”, argumenta que
lapidar animales también contribuyó a la socialización, porque el éxito de
la estrategia requería del esfuerzo grupal.

Cazamos: En un artículo de 1968, los antropólogos Sherwood Washburn


y C. S. Lancaster argumentaron que la caza hizo mucho más que inspirar
cooperación. “Nuestro intelecto, nuestros intereses y emociones, y
nuestra vida social básica: en un sentido muy real, todo ello es
consecuencia evolutiva de nuestro éxito para adaptarnos a la caza”.
Por ejemplo, nuestros cerebros más grandes se desarrollaron a resultas
de la necesidad de almacenar más información sobre el lugar y el
momento oportuno para hallar presas. Así mismo, la cacería
presuntamente condujo a la división de tareas por género, dejando a las
mujeres la labor de buscar comida. Lo cual plantea una interrogante: ¿Por
qué las mujeres también tienen cerebros grandes?

Intercambiamos comida por sexo: De manera específica, sexo monógamo.


Según la teoría, publicada en 1981 por C. Owen Lovejoy, el punto de
inflexión crítico en la evolución humana fue el surgimiento de la
monogamia, hace unos seis millones de años. Hasta entonces, casi toda
la sexualidad estaba reservada a bestiales machos alfa que repelían a los
rivales. Sin embargo, las hembras monógamas favorecían a los machos
más capaces de proporcionar alimento y dispuestos a participar en la
crianza de los hijos. Según Lovejoy, nuestros antepasados comenzaron a
caminar erguidos porque eso les permitió tener las manos libres y así,
podían volver a casa con más comida.
Consumimos alimentos (cocinados): Los cerebros grandes son voraces:
la materia gris requiere 20 veces más energía que el músculo. Según
algunos investigadores, el cerebro jamás habría evolucionado con una
dieta vegetariana; todo lo contrario, nuestros sesos crecieron hace dos o
tres millones de años, cuando comenzamos a consumir carne, fuente rica
en proteína y grasa.
Y según el antropólogo Richard Wrangham, una vez que nuestros
antepasados inventaron la cocción “conducta exclusivamente humana
que facilita la digestión de la comida-, desperdiciaron menos energía
masticando o aporreando la carne, de suerte que tuvieron más energía
disponible para sus cerebros. A la larga, esos cerebros se desarrollaron
lo suficiente para tomar la decisión consciente de volverse vegetarianos”.

Consumimos carbohidratos (cocinados): O tal vez nuestros cerebros más


grandes se deben a la carga de carbohidratos, según un reciente artículo.
Luego que nuestros predecesores inventaron la cocción, los tubérculos y
demás plantas ricas en almidón ofrecieron excelentes fuentes de
nutrición cerebral, mucho más fáciles de obtener que la carne.
Una enzima de la saliva, llamada amilasa, descompone los carbohidratos
en la glucosa que requiere el cerebro. El genetista evolutivo Mark G.
Thomas de University College, Londres señala que nuestro ADN contiene
numerosas copias del gen de amilasa, lo que sugiere que la enzima y los
tubérculos- contribuyeron al crecimiento explosivo del cerebro humano.

Caminamos en dos pies: ¿Acaso el punto de inflexión en la evolución


humana ocurrió cuando nuestros antepasados bajaron de los árboles y
empezaron a caminar erguidos? Los proponentes de la “hipótesis de la
sabana” afirman que el cambio climático provocó esa adaptación.
Conforme África empezó a secarse, hace unos tres millones de años, los
bosques se redujeron y las sabanas comenzaron a dominar el paisaje.
Eso favoreció a los primates que podían erguirse para mirar sobre la
hierba en busca de depredadores, y a los que podían desplazarse con
eficacia en terrenos despejados, donde el agua y la comida se
encontraban en lugares apartados. En 2009 surgió un impedimento para
esta hipótesis con el descubrimiento de Ardipithecus ramidus, homínido
que vivió hace 4.4 millones de años en la actual Etiopía. En aquella época,
la región era muy húmeda y boscosa; y no obstante, “Ardi” podía caminar
en dos piernas.

Nos adaptamos: Richard Potts, director del Programa Orígenes Humanos


del Smithsoniano, sugiere que muchos cambios climáticos influyeron en
la evolución humana, en vez de una sola tendencia.
Dice que el surgimiento del linaje Homo, hace casi tres millones de años,
coincidió con fluctuaciones drásticas entre climas húmedos y áridos, y
que la selección natural favoreció a los primates que podían enfrentar
cambios constantes e imprevisibles. Potts argumenta que la
adaptabilidad es, de sí, la característica definitoria de los humanos.
Nos unimos y conquistamos: El antropólogo Curtis Marean ofrece una
visión del origen humano muy adecuada para nuestra era globalizada:
somos la máxima especie invasiva. Luego de decenas de miles de años
de vivir confinados a un solo continente, nuestros antepasados
colonizaron el planeta. ¿Cómo lograron semejante hazaña? Según
Marean, el secreto fue la predisposición genética a cooperar, un instinto
surgido no del altruismo sino del conflicto. Los grupos de primates que
cooperaron obtuvieron una ventaja competitiva sobre sus rivales y de ese
modo, sus genes sobrevivieron. “Esa singular propensión, aunada a las
desarrolladas capacidades cognitivas de nuestros antepasados, les
permitió adaptarse hábilmente a los nuevos ambientes”, escribe Marean.
“También fomentó la innovación y dio origen a una tecnología
transformadora: proyectiles avanzados que usaron como armas”.

De todas formas todas estas teorías tienen un prejuicio en común: la idea


de que la humanidad puede definirse por un rasgo o grupo de rasgos bien
definidos, y que una sola etapa en la evolución fue el punto de inflexión
crítico en el inevitable camino que condujo al Homo sapiens. Nuestros
antepasados no eran pruebas beta. No estaban evolucionando hacia
algo, sino que meramente sobrevivían como australopitecos u Homo
erectus. Y ningún rasgo único que hubieran adquirido fue un punto de
inflexión, porque el resultado jamás tuvo nada de inevitable: el simio
asesino fabricante de herramientas, lanzador piedras, comedor de carne y
patatas, cooperador, adaptable y de gran cerebro que somos todos. Y que
sigue evolucionando.

2- Si, Según la Biblia, Dios formó a Adán, el primer hombre, con barro del
suelo. De una costilla suya hizo a Era, su mujer. Y luego los colocó en
medio de un paraíso fantástico. Ambos vivían desnudos sin
avergonzarse, y Dios, por las tardes, solía bajar a visitarlos y a charlar
con ellos.

3- La teoría de evolución de Charles Darwin sostiene que las especies


cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten
un ancestro común.

4- El proceso de hominización es un proceso evolutivo que recoge tanto


los cambios anatómicos como la evolución cultural de estas especies, ya
que unos están íntimamente ligados a los otros. Este proceso recoge la
evolución del ser humano y todas las características específicas que nos
diferencian del resto de los primates.

5- Las principales características que poseían los primeros homínidos


son su postura erguida y la locomoción bípeda.
6- Las imágenes de la página anterior muestran gráficamente como
evoluciona el hombre y la mujer, los cambios físicos que se ven a medida
de que el hombre y la mujer evoluciona son el cambio de postura, la
perdida de bello, cambios en la mandibular etc.

B-

1- La animación se llama Ape, que en ingles significa mono.

2- Lo que le sucede al protagonista del video cuando un rayo cae sobre el


árbol donde vive es que la rama en donde estaba se rompe y el cae al
suelo.

3- Cuando ve al pájaro intenta agarrarlo y al hacerlo consigue pararse.

4- Para cazar al pájaro agarra una rama y se la tira, el fuego le sirve para
cocinarlo y acto seguido comerlo.

5- Lo que le sucede cuando come es que su cerebro se desarrolla gracias


a la proteína de la carne, el desarrollo del cerebro le permite el correcto
control y regulación de las funciones del cuerpo y la mente.

6- Si, ya que gracias a los monos somos lo que actualmente somos.

C-

(Enviado en un archivo adjunto a este)

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