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Martes 13 de febrero del 2024

Un tesoro… enterrado
El tesoro y la perla. (Mt 13,44-46)
El reino de Dios se parece a un
tesoro escondido en un campo:
₋ lo descubre un hombre,
₋ lo vuelve a esconder y,
₋ lleno de alegría,
₋ vende todas sus posesiones
₋ para comprar aquel campo.
El reino de Dios se parece a un
mercader en busca de perlas finas:
₋ al descubrir una de gran valor,
₋ va,
₋ vende todas sus posesiones
₋ y la compra.
No era fácil creer a Jesús… ¿lo es ahora?

No era fácil creer a Jesús.


Algunos se sentían atraídos por sus
palabras.
En otros, por el contrario, surgían no
pocas dudas.
¿Era razonable seguir a Jesús o era
una locura?
Hoy sucede lo mismo:
¿merece la pena comprometerse en
su proyecto de humanizar la vida o
es más práctico ocupamos cada uno
de nuestro propio bienestar?
Mientras tanto, se nos puede
pasar la vida sin tomar decisión
alguna.
Jesús cuenta dos pequeñas
parábolas para seducir el corazón
de aquellos campesinos.
Un pobre labrador está cavando
en un terreno que no es suyo.
De pronto encuentra un «tesoro
escondido».
No es difícil imaginar su sorpresa y
alegría.
No se lo piensa dos veces.
«Lleno de alegría», vende todo lo
Lo mismo le sucede a un
rico «comerciante en
perlas finas».
De pronto se encuentra
una perla de valor
incalculable.
Su olfato de experto no le
engaña.
Rápidamente toma una
decisión.
Vende todo lo que tiene y
elige hacerse con la perla.
c u l to » . g ra n
e s t á « o a v í a e l
d e D i o s rt o t o d o .
e i n o c u b i e n u e v
El R h a n d e s
u n m u n d o
h o s n o D i o s d e i b l e .
Mu c e ti e n e i n a c c e s
e c to q u i s te r io e n s u
pro y e s u n m i d a y
r g o , n o n s u v
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S » e n J l a
« o c u l to a l te ra
E st á e D i o s
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m e n s o d e l
r i m i e n t e .
e s c u b s c u b r
El d u ie n l o d e
l e .
d e q n d i b
vida e s i n c o n f u
a l e g rí a »
Su «
Ha encontrado lo esencial:
a Jesús.
El valor que puede cambiar su vida y lo
elige para siempre.
Los dos protagonistas de las parábolas
toman la misma decisión:
«venden todo lo que tienen».
Nada es más importante que «buscar el
Reino de Dios y su justicia».
Todo lo demás viene después, es relativo.
Sólo importa una cosa:
elegirle a Él y su Reino.

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