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“Que sabemos sobre el

trabajo”
Dominique Meda – Unidad I
“Nuestras sociedades son sociedades fundadas sobre el trabajo, el cual es fundamento del
orden social y determina el lugar de los individuos. Hablamos del acto de trabajar como
norma, como hecho social total”

Ilusión Retrospectiva: al pensar en su definición, se proyecta sobre nuestro pasado mas lejano
categorías profundamente modernas. La errónea idea (“ilusión”) que el trabajo, en tiempos
actuales, ya no posee la “pureza” de antaño.

El gran cuestionamiento de hoy se centra en la existencia de un trabajo que tenga sentido y


en el de un empleo sin el cual el individuo sería considerado inútil en el mundo.
El Advenimiento del Trabajo
Enfoques vinculados a las sociedades no fundadas en el trabajo .

Sociedades Pre-Capitalistas: Se dedica poco tiempo a la reproducción de las condiciones materiales de vida. El
esfuerzo principal se deposita en las actividades sociales. El trabajo no estructuraba este tipo de sociedades ni existía
en ellas la lógica de acumulación y producción para el intercambio que se originó luego.

La contribución de Grecia: Se despreciaban actividades que hoy llamaríamos “laborales” por su vinculación a la
servidumbre o al comercio, acciones que les remitían a la sumisión hacia la necesidad, alejadas de aquellas
consideradas “libres”, aceptadas (morales, políticas). El lazo social no anida en el trabajo y conceptos modernos como
“valor agregado” o “producción” se ubican distantes de este pensamiento. “Liberarse de la necesidad en pos de las
actividades libres y plenas”

¿Dios trabaja?: El concepto de trabajo continúa invariable durante el Imperio Romano y la Edad Media. Sigue sin
ser considerado factor ordenador ni creador de nada. Si bien la “Creación” es vista como obra, el trabajo no es
valorizado.
Génesis de las sociedades fundadas en el trabajo
El Trabajo como Factor de Producción

 Siglos XVIII – XIX: en una sociedad volcada hacia la búsqueda de abundancia, con individuos
dedicados a la producción y retribución, el trabajo evoluciona para ser, ahora sí, fundamento del
orden y del lazo social.

 Se destaca su doble dimensión: como medio de vida y como efecto transformador

 Fue necesaria cierta “revolución de mentalidades”: se reinterpreta lo bíblico y se valorizan las


actividades “terrestres”. Cambio en lo moral e ideológico que ocasiona una amplia aprobación de
la voluntad de enriquecimiento (individual y colectivo) como objetivo supremo de las sociedades.

 Sin separarse de las nociones de pena, esfuerzo y sacrificio, el trabajo pasa a ser aquello que
“produce riqueza”, emancipa al individuo y lo posiciona en la sociedad a partir de su contribución
a la producción
El Trabajo como esencia del ser humano

 Marx nos habla de trabajo como “libertad creadora”, con capacidad de transformar el
mundo, hacerlo habitable. Y también como utopía, aquel ideario deseado donde la
producción permitiría el acceso a mejores condiciones materiales de vida y a la plena
realización individual y social.

 Alcanzar dicha utopía haría que el trabajo se alejase de las nociones de pena y sacrificio
para abrazar el ideal de potencia de la expresión.

 El trabajo como actividad puramente humana


Trabajo como sistema de distribución de los ingresos, de los derechos y de las
protecciones

 La socialdemocracia alemana de finales del Siglo XIX aboga por recuperar la “herencia
socialista” como esencia del trabajo, su carácter realizador y el seguimiento necesario de la
abundancia. El salario como vía de acceso a la riqueza y hacia un orden mas justo y colectivo.

 El Estado, nuevo actor de tarea doble: ser garante del crecimiento y de promover tanto el pleno
empleo como el acceso por igual a la riqueza.
La percepción actual del Trabajo
Desde sus 3 dimensiones: como factor de producción, como esencia del ser humano y como sistema de distribución
de ingresos, derechos y protecciones

El trabajo, ¿creación continua o participación remunerada por la producción de bienes y servicios?


 El mito del trabajo realizador (obra), aquella utopía socialdemócrata que hablaba de potencia creadora y diferenciaba las nociones de
trabajo alienado y liberado, va desapareciendo con la llegada del Siglo XX y la constitución de la figura del asalariado.

 Por ende, el trabajo pasa a ser una función distintiva y fundamental del ser humano, toda actividad humana transformadora dentro de un
sistema de derechos e intercambios en un momento dado.

 Pero, ¿es prudente denominar trabajo a todas las actividades, de hacer ingresar a todas ellas en la lógica económica y productiva?,
¿deberían ser remunerados trabajos como el doméstico o el voluntariado?.

 Llamar trabajo a un número demasiado grande de actividades implica el riesgo de dejar de lado la propia diversidad de tales actividades
humanas y de reducir todo al esquema de la producción. La vida humana no se reduce solo a la puesta en forma de uso para otros en vista
del intercambio.

 Que es y que no es trabajo?, definición extendida o restrictiva?


Ideas finales

 Aunque se parta del concepto mas amplio, el de la actividad humana, es sumamente complejo acordar una
definición satisfactoria sobre el trabajo

 El trabajo no se limita a ser una fuente de ingresos, dado que, además, es fuente de relaciones sociales y
personales. El trabajo es norma en nuestra sociedad y he ahí su trascendencia. Para la mayoría de las
personas, es condición sine qua non para una vida “normal”.

 Actualmente, las perspectivas pueden alterarse de alguna manera: cuanta mayor incertidumbre laboral,
mayor índice de vinculación entre trabajo y felicidad. Ante situaciones de mejores niveles de estabilidad o
seguridad, ese ideario de felicidad se traslada desde el trabajo hacia cierto equilibrio de vida.

 No todo trabajo es obra o implica realización. En general, se lo vive como una obligación y no como un
medio para realizarse. Hoy en día existen otras actividades que le compiten y son tan importantes como él.

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