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EL CENÁCULO

Proceso de evangelización

DEVOCIÓN, TRABAJO Y
CARIDAD
Las primeras órdenes religiosas
El proceso de evangelización estuvo directamente relacionado con la necesidad de

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que dos sociedades conviviesen.
Favoreció el que un grupo (los criollos) se impusieran a otro (los indígenas), a quienes
había que convertir.

Las ordenes religiosas que llegaron con los conquistadores a la audiencia de Quito
fueron la franciscana, la mercedaria y la dominica.
Poco después llegaron los agustinos y los jesuitas. Para las ordenes religiosas, el
Nuevo Mundo era un espacio virgen, libre de vicios, era la tierra prometida sobre la
cual refundar la Iglesia.
Iglesia secular e iglesia regular

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El clero secular: estaba, y esta todavía, representando por sacerdotes
católicos no sujetos a la disciplina de ninguna orden religiosa.
Dependían directamente del obispo y del papa.
Participaron intensamente en los conflictos políticos, ya fuese como
mediadores o como actores directos.
Al clero regular: pertenecían las monjas y los frailes católicos que vivian en
conventos o manosterios bajo la disciplina de la oreden a la que
pertenecían: franciscana, dominica, mercedaria, agustina, etc…
La extirpación de las idolatrías
Para los misioneros, los indígenas eran idólatras.
Los pueblos ancestrales tenían mucho respeto y conexión con las fuerzas

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de la naturaleza.
Como los españoles no comprendieron esta conexión, ni las creencias
nativas, concluyeron que los indígenas adoraban a los elementos de la
naturaleza como si fueran dioses.
A pesar del trabajo por cristianizarlos, los indígenas continuaron
venerando a las fuerzas de la naturaleza: a volcanes, montañas, ríos,
pero sobre todo, al Sol ( intí )
Expansión religiosa de la Colonia
La iglesia, como institución religiosa, tuvo un papel muy

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importante en la colonización americana.
Los reyes católicos y sus sucesores promovieron la
evangelización y constituyeron un Patronato Real sobre la
Iglesia.
Para lograr su objetivo, los jesuitas aprendieron las lenguas de
los indígenas y los congregaban en pueblos de mediado tamaño
que albergaban algunos miles de nativos.
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