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IX.

EL PODER ESPIRITUAL
Desde el comienzo de la Conquista, la misión evangelizadora quedó en manos de los
religiosos. Se desarrolló una fuerte actividad misionera por parte de órdenes como lo
Mercenarios, Dominicos, Franciscanos, Jesuitas y Agustinos. Serían precisamente los
Jesuitas los responsables de la educación. El predicador iba con los ejércitos y el
indígena apenas podía distinguirlo del conquistador, que, diciéndose también apóstol
del cristianismo, quería con el velo de la fe cubrir sus ambiciones, avaricias y crueldad.
Para el misionero no resultaba fácil predicar sobre la caridad y la mansedumbre en
medio del humo de la pólvora y de las espadas.
La Iglesia como institución tuvo una importancia capital en el mundo colonial,
compartió directa o indirectamente con las autoridades civiles las responsabilidades de
gobierno. La Iglesia estuvo vinculada al Papado y a la monarquía. Los reyes en su
calidad de católicos amparaban y apoyaban a la Iglesia, a la vez que tenían algunos
derechos sobre ella. Conforme a este sistema, los reyes proponían a Roma a los
eclesiásticos que debían ocupar los altos cargos. Obispos, canónicos, etc. Sólo el Rey
podía autorizar la construcción de iglesias, capillas, conventos. A su vez,
proporcionaba los fondos para todos los gastos, cobrando por su cuenta el derecho del
Diezmo.
Este trabajo intentará brindar una breve descripción sobre el rol que poseía la iglesia
católica en América durante la época de la colonia hasta la independencia. Además de
su importancia en la transformación de los indígenas en la actualidad.
XI.1PAPEL DE LA IGLESIA CATOLICA EN LA VIDA COLONIAL DESDE SU
DESCUBRIMIENTO HASTA LA INDEPENDENCIA
EPOCA DEL DESCUBRIMIENTO Y CONSQUISTA
La Iglesia católica fue un elemento central en la vida de la Colonia. La iglesia se unió a
la conquista con un fin de llevar a cabo la conquista espiritual para atraer a los infieles
que en ese entonces no hacían caso de la biblia, ya que la mayoría de ellos no sabía
leer ni tampoco escribir, al igual que solamente adoraban a sus dioses (o personas
sagradas).El rol de la iglesia está estrechamente ligada al poder político en manos de
Patronato real, siendo estos los que presentaban cargos eclesiásticos en los cuales
se decidía sobre la construcción de iglesias, conventos, monasterios y hospitales.
Durante el proceso de colonización la iglesia católica jugaba un papel preponderante
en lo que iba a ser el proceso de transculturación, debían de transmitirle sus creencias
religiosas dejando a un lado la de los indígenas, prohibiéndoles el culto a sus dioses y
destruyendo sus templos y cosas sagradas acusándoles de paganos. El papado al
recibir la noticia de los reyes españoles Fernando e Isabel que habían encontrado las
indias occidentales y u estaban llenas de riquezas y de infieles que no profesaban la
religión católica, el papa le pareció muy buena la noticia y envió a un representante del
clero para que supervisara en las nuevas tierras el sistema religioso, también fueron
algunos misiones del clero secular, que se ocupaban de la educación de los habitantes
de las indias y todo lo relacionado con su formación moral, integral y social. El clero se
organizó rápidamente. El papa intervenía constantemente y estas eran justificadas por
las sociedades cristianas, por el hecho del que el papa era el dominador del círculo de
la tierra, este podía disponer de la tierra de los paganos o infieles y concedérselas con
plena soberanía a un príncipe cristiano. Cuyo caso la evangelización en estas tierras
se convertía en una obligación, a cambio de la concepción de soberanía se trata de
una delegación de poder espiritual en la urdimbre de los conceptos medievales.
La promulgación por parte del papa de bulas (documentos pontificios). Los misioneros
utilizaron una gran cantidad de estrategias para poder acentuar su doctrina para ello
utilizaron el uso de la fuerza en muchas oportunidades, hicieron las leyes de burgos
donde era obligatorio la construcción y la decoración de iglesias, la reglamentación
para impedir los malos tratos era muy reducida, se prohibía el trabajo a mujeres
encinta y a los niños, los encomenderos tenían la obligación de defender el
matrimonio.
Las inmediaciones eran repartidas entre los conquistadores, siendo una de las
principales reglamentos cuidar, defender y catequizar a los indios de su territorio los
que cumplían esta labor eran llamados encomenderos estos tenían a un misionero que
era el que se encargaba de evangelizar diariamente a los indígenas, los misioneros
que estaban constituidos por las ordenes mendicantes, dominico, agustinos que eran
del clero regular, la primera iglesia americana era una de frailes, también estaban los
conventos fronterizos los cuales estaban adaptados debido a que los indígenas
estaban acostumbrados a celebrar sus ceremonias al aire libre se construyeron
grandes patios rodeados con un muro con capillas abiertas, lo primero que hicieron fue
aprender la lengua indígena, catecismos ilustrados con dibujos, los centros misionales
se convirtieron el talleres y escuelas donde los indios aprendieron oficios y se
transformaron en artistas. La fundación de asilos, hermandades para ayudar a los
pobres, casas para albergar a niños expósitos, hospitales (en esta obra se destacaron
los betlemitas) y toda realización de asistencia social. Las actividades religiosas
influyeron en la vida pública y privada.
El calendario se regía por las numerosas festividades anuales, que llegaban casi a
cuarenta. Las manifestaciones de piedad se exteriorizaban por medio de procesiones
y el adorno de casas y calles.
La religiosidad estaba en todos los actos de la vida privada. Era costumbre rezar el
rosario y ejecutar otros actos de piedad al levantarse, antes de iniciar una tarea y al
acostarse.
La iglesia se adaptó a la situación social de la conquista y la colonia. Respaldo la
esclavitud y la guerra contra los aborígenes. Impuso la religión a la fuerza, como se lo
ordenaban las capitulaciones, pero jamás logro desarraigar las creencias religiosas
propias de la mayoría de las tribus. Además, participó del despojo junto con las demás
fuerzas conquistadoras. El Consejo de indias legalizo sus saqueos realizados al
amparo de la lucha contra la hechicería y la idolatría.
VIDA COLONIAL
La Iglesia Católica tuvo un papel propio y singular, tanto en los antecedentes de la
época colonial, como en el nacimiento y desarrollo de la nueva Nación. Ésta fue la
encargada de transmitir la cultura española a los indígenas. Las comunidades
religiosas enseñaron el idioma y costumbres y lentamente unificaron una gran parte de
la población indígena que se comunicaban en diversas lenguas y poseían diversas
creencias bajo el castellano y la fe católica.
La influencia de la iglesia en la vida colonial era directa, debido a la forma en que eran
repartidos los poderes.
La evangelización fue realizada en un comienzo por los Franciscanos, los Agustinos y
los Dominicos, después con el Concilio de Trento, llegaron los Jesuitas, quienes
educan a las tribus, pues deseaban alcanzar el desarrollo de las comunidades
indígenas y, a diferencia de los demás, no usaron la fuerza para dominarlos. Además
el trabajo se hacía colectivamente, y esto produjo gran rendimiento y calidad. “La labor
de los jesuitas se convirtió en el primer intento americano de capacitar a los
aborígenes para que pudieran competir y estar en igualdad de condiciones con los
europeos.”
(IMAGEN)
Papel ideológico y Cultural
Una de las primeras cosas que hicieron los clérigos fue erradicar las religiones
indígenas, junto a la destrucción de los ídolos y de los lugares de culto. La Iglesia
destruyó la organización social de los indígenas, impuso la confesión, el culto cristiano
y la noción de PECADO. Se enfatizó en la construcción de templos y el arte al servicio
de la Iglesia; ejemplo, estampas religiosas.
Papel político
Los clérigos con frecuencia se oponían a los mandatos del virrey y sus funcionarios,
apoyados por los feligreses, se oponían a medidas en su mayoría contra la Iglesia. En
1624, en el Virreinato de Nueva España, la lucha entre Iglesia y Virrey, llevó a la
quema del palacio Virreinal. En 1765, la Corona ordenó la desamortización de los
bienes eclesiásticos y la expulsión de los jesuitas de los territorios del Virreinato.
Formación del poder económico de la Iglesia
El clero secular estaba estrechamente relacionado con los grupos ricos y poderosos,
hijos de hacendados, criollos. El diezmo, la limosna, los primeros frutos y el ganado
que entregaban los feligreses, constituían la riqueza de la Iglesia. Recibía pago por
administrar sacramentos, obtenía donaciones y legados de fieles, ingresos que
provenían de las haciendas, ranchos agrícolas, ingenios azucareros y predios
urbanos.
La Iglesia acumuló capital y se convirtió en prestamista de hacendados y mineros. El
poder se fortaleció con los tributos y el trabajo de los indígenas, los templos y
conventos eran construidos por indígenas, sin pago de salario. La iglesia gastaba una
porción importante de la riqueza que poseía en la construcción de templos y en las
obras de arte que las adornaban.
Sin embargo, dicha riqueza también permitía a las autoridades eclesiásticas
desempeñar funciones que hoy se considerarían inherentes al estado. Entre estas se
contaban la educación a todo nivel y los servicios de hospitales y de bienestar social.
La Iglesia católica jugó un rol fundamental en el proceso de instalación y reproducción
del régimen colonial español. Desde su principio sus representantes actuaron al lado
de conquistadores, entregados a las tareas de conversión y evangelización de la
población indígena.
El proceso evangelizador, a pesar de la diversidad de los misioneros y la complejidad
geográfica, étnica y cultural del espacio indiano, logró la asimilación, en trescientos
treinta y dos años (1492-1824), a partir de la evangelización, de 14 millones de
kilómetros cuadrados. A la evangelización de un espacio tan extenso, con tan poco
personal y en tan pocos años, colaboraron los siguientes factores: el apoyo de la
Corona, el previo sometimiento político-militar de los territorios hasta 1573 y el
respaldo de una retaguardia hispano criolla; la calidad humana, el fervor de los
misioneros y lo acertado de sus métodos evangelizadores; la exigua oposición de los
nativos al Evangelio, la escasez de la población indígena fuera de las áreas nucleares
y la congregación de los indios en pueblos (reducciones). Se debe especificar que la
transculturación de los naturales como medio preparatorio para la catequesis cristiana,
llevó a los evangelizadores en múltiples ocasiones a oponerse a las normas oficiales
que consideraban desacertadas o a las conductas que juzgaban reprobables de
españoles, criollos y mestizos con respecto al bien y conservación de los indios. El
instituto del patronato se utilizaba desde la Edad Media como un modo de
comprometer a la autoridad secular en la promoción y desarrollo de las Iglesias
particulares, pero nunca con el alcance y particularidades del patronato indiano. Los
reyes de Castilla no solo son protectores de la Iglesia indiana, sino que también
asumen funciones de carácter religioso como la propagación de la fe y las demás
cuestiones vinculadas a esta obligación50. En este sentido destaca el cuerpo de
legislación eclesiástica de origen regio, en donde se adoptan medidas sobre materias
eclesiásticas limitando y regulando de hecho, aunque solo en forma parcial, el ejercicio
de la potestad episcopal ordinaria de los prelados indianos, ya sea con la sanción de
reales cédulas dirigidas a la jerarquía indiana para urgir en casos concretos el
cumplimiento de normas canónicas universales, normas pontificias particulares para
América o de legislación extra canónica procedente del ámbito civil como, asimismo,
resolviendo judicial o arbitrariamente controversias entre los obispos, o entre estos y
los religiosos o las autoridades civiles indianas.La autoridad real sometiendo a censura
las leyes canónicas tanto las pontificias como las episcopales, sustituidas y con mayor
frecuencia suplidas por reales cédulas, produjo un derecho eclesiástico que rigió
vastas materias disciplinares de la vida de la Iglesia indiana, incluso, parcialmente, se
impuso al ejercicio de la potestad de los obispos respetando siempre los supuestos
dogmáticos o aquellos que los reyes entendían no estaban comprendidos en las
facultades patronales. Este derecho eclesiástico indiano52, de amplios e imprecisos
contornos, pero en todo caso formado por las normas seculares que de algún modo
legislan en temáticas que poseían un interés religioso o confesional, reguló,
señaladamente, amplios sectores de la vida religiosa americana. De esta abundante
normativa, se sostiene, surgió un derecho eclesiástico contenido en una innumerable
serie de disposiciones reales que se agrupan fundamentalmente en la Recopilación de
las Leyes de Indias. Casi sin excepciones en todos los cedularios y recopilaciones
elaborados en el período del dominio español en América, desde los inicios hasta el
proyecto de nuevo código de Carlos III, es usual destinar el libro primero de cada una
de estas obras al tratamiento de materias eclesiásticas recogiendo todo el conjunto de
leyes por medio de las cuales los monarcas regulaban el gobierno eclesiástico de sus
territorios de ultramar.
Respecto a las atribuciones de justicia, se debe observar que la potestad episcopal se
basa en una jurisdicción espiritual que permite, a partir de la consideración que
establece que los obispos, como sucesores de los apóstoles, están obligados a cuidar
la salud espiritual y material de su grey, cuidar la fe católica e impartir una reforma y
corrección en las costumbres de los naturales. De esta manera, la potestad ejercida se
manifiesta a través de un orden y una jurisdicción, que lo faculta a legislar, gobernar y
administrar justicia53. Pese a ello, la facultad para corregir las faltas de sus fieles
relativas a la fe se eliminó paulatinamente a partir de la formación del Santo Oficio de
la Inquisición por el papa Gregorio IX en 1213. Proceso que se profundizó en los
territorios de la monarquía hispánica con la creación del Supremo Consejo de la
Inquisición en 1478 por concesión del papa Sixto IV a los Reyes Católicos. Pero en la
Nueva España, al fundarse el Santo Oficio de la Inquisición en 1571, si bien los
obispos perdieron toda facultad para conocer delitos contra la fe de la población no
indígena, conservaron la jurisdicción plena en lo tocante a los naturales. Al
considerarse a los indios como vasallos libres de su majestad, se les atribuía la
capacidad para recibir la fe católica, no obstante al ser cristianos nuevos, fue
necesario establecer su protección, de manera específica y singular a través de la
instauración de un foro de justicia particular. Así nació el Juzgado General de Indios de
la Audiencia del Arzobispado. En su aspecto general, cual tribunal eclesiástico
ordinario, estaría encabezado por los obispos quienes delegarían su función en un
provisor oficial y vicario general, auxiliado por fiscales, procuradores, notarios, jueces
de comisión, jueces regionales y demás personal que fuere necesario. Conocería
acerca las siguientes materias, a través de tres juzgados: el de testamentos,
capellanías y obras pías; otro acerca de la defensa de la dignidad y jurisdicción
episcopal, es decir, de la Iglesia diocesana, además el juzgado conocería sobre los
asuntos de la población no indígena en materia de costumbres, además de la
disciplina interna de la Iglesia; la justicia ordinaria civil y criminal de la clerecía, así
como todo lo relativo a la vida matrimonial con excepción de la bigamia; por último
estaría el que se especializaría en los asuntos de fe y costumbres de la población
indígena.
X.INQUISICIÓN
El término inquisición (del latín inquisitio, "averiguación", "investigación"), en sentido
amplio, es un tribunal religioso que averigua y castiga los delitos contra la fe. Más
específicamente, la Inquisición o Santa Inquisición hace referencia tanto al proceso
legal como a las instituciones de la Iglesia católica y en varias ocasiones a
la protestante dedicadas a la supresión de lo que consideraban «herejía». Las herejía
contrarias a la religión en la era medieval europea muchas veces se castigaba con
la pena de muerte y de esta se derivan todas las demás. El juez que preside un
tribunal inquisitorial recibe el nombre de inquisidor.

En el Perú, la Inquisición fue creada por el Rey Felipe II en 1569 y no era sino una filial
provincial del Consejo de la Suprema y General Inquisición española. La Inquisición de
Lima entró en funciones en 1570, siendo Virrey del Perú Francisco de Toledo. Los
primeros inquisidores fueron el licenciado Serván de Cerezuela y el doctor Andrés de
Bustamante; pero este último, falleció cuando se hallaba en pleno viaje desde la
metrópoli hacia Lima, quedando Cerezuela a cargo del distrito limeño. El Tribunal
comenzó sus acciones en un local alquilado que se ubicaba al frente de la Iglesia de la
Merced, en el actual jirón de la Unión; pero, como este era muy céntrico y resultaba
poco propicio para su funcionamiento, en 1584 se trasladó a la casa de Nicolás de
Rivera el mozo, donde funcionó hasta que fue abolida.

Una revisión de las cifras dadas por Escandell nos indica que en sus inicios el Tribunal
se dedicaba al control de la población blanca. En ella se incluye tanto a los
denominados "cristianos viejos" como a algunos descendientes de conversos,
principalmente los de ascendencia judía que, evadiendo expresas prohibiciones
reales, llegaban a las colonias hispanoamericanas. Hay que reiterar que la gran
mayoría de la población estaba constituida por indígenas, los cuales quedaron fuera
de la esfera de acción del Tribunal conforme a lo dispuesto por los reyes de España.
También resulta llamativo el alto porcentaje de procesados extranjeros, el cual supera
su correspondiente participación demográfica. Esta ha sido calculada para el período
1532-1560 entre un 8% y 12%. Ello se explica por razones de Estado que hacían
indispensable controlar a posibles espías de las potencias enemigas de España.
En el período comprendido entre los años 1600 y 1621, se mantuvo como factor de
mayor importancia lo referente a la moral pública y privada. Si sumamos los 80 casos
de proposiciones -la mayor parte de las cuales son solamente blasfemias y frases
escandalosas- con los 86 relativos a la sexualidad y los 9 que se refieren a sortilegios,
veremos que alcanzan los 175, lo que a su vez representa más del 68% del total. Esto
nos permite sostener que el Tribunal limeño jugó un rol muy importante como
mecanismo moralizador y corrector de las conductas alejadas de los patrones éticos
establecidos en la sociedad. En cambio los judaizantes, que son el grupo herético más
numeroso -llegando a los 61 procesos- así como los luteranos -que alcanzan sólo 9-
constituyen, en conjunto, grupos absolutamente minoritarios que demuestran no sólo
su propia debilidad sino también la fortaleza de la ortodoxia católica y la escasa
penetración de las sectas.

En lo que se refiere al tipo de sentencias, tenemos que la mayor parte de las mismas
son abjuraciones que totalizan 173 y equivalen al 67%. Así, las dos terceras partes de
los sentenciados abjuraban de sus errores, a ellos se les añadía, mayormente,
algunas penas espirituales y el pago de los costos de los procesos o algunas multas.
Los reconciliados y los absueltos llegaban a 30 y 29 respectivamente, mientras que los
procesos suspendidos fueron 8. Resultaron condenados a muerte 6 y se quemaron 9
efigies. De los condenados al quemadero 5 eran judaizantes portugueses: Lucena de
Baltasar, Duarte Núñez de Cea -ambos salieron en el auto de 1600- Duarte Enríquez,
Diego López de Vargas y Gregorio Díaz Tavares salieron en el auto de 1605.

El bachiller Juan Bautista del Castillo fue el único limeño condenado a la pena de
hoguera -en toda la historia de este Tribunal- por proposiciones contrarias a la fe, las
cuales difundió por toda la ciudad en medio del escándalo público.

A partir de 1621 la actividad del Tribunal decayó, con la notoria excepción de los
procesos seguidos contra los judaizantes lusitanos, cuyo punto central fue el auto de
1639. La presencia de portugueses se había multiplicado desde la unificación de las
coronas y a la mayoría de ellos se les consideraba sospechosos de ser judaizantes.
Una muestra de ello es que cuando el inquisidor general nombró como comisario de
Potosí al Lic. Lorenzo de Mendoza -clérigo, natural de Coimbra- los inquisidores
limeños le expresaron su protesta. Entre los inconvenientes que señalaban referían
que en aquella región vivían numerosos portugueses, en su mayor parte judíos, los
cuales se consolidarían con la designación de un comisario portugués y sería
sumamente difícil poder procesarlos. Ello porque los españoles no se atreverían a
denunciarlos por temor a las venganzas y por la posible benevolencia o solidaridad del
referido personaje.

Sesenta años después de la concesión papal sobre la Iglesia en las Indias, la Corona
mostró su preocupación por ejercer un control decidido sobre los nuevos territorios en
Indias, ya no solo político sino de vida y costumbres de los españoles radicados en el
Nuevo Mundo. Con el establecimiento del Tribunal del Santo Oficio, se ejercería una
labor de vigilancia de sus súbditos, sobre todo del componente conquistador-
colonizador asentado por toda la geografía central y meridional de América. El
surgimiento y posterior consolidación de la Inquisición, como una institución
plurisecular54, la ubicaron como una institución activa en el desarrollo de procesos
sociales, políticos y judiciales de muy amplio espectro, cuyos actores destacados no
se limitarían al ámbito eclesiástico sino que se adentrarían al de las costumbres, la
vida privada y la cotidianeidad social. No se debe olvidar que, en realidad, la
Inquisición española buscaba, sin olvidar por ello el mantenimiento de la ortodoxia
católica en todos los territorios de la monarquía, la salvaguarda de un determinado
orden social. En cierto sentido, la Inquisición se conformó con el apoyo decidido de la
Corona, con el fin de controlar y agrupar, bajo una sola religión, a una población
mayormente analfabeta y urgida de consuelo espiritual en unos tiempos, en los que
surgían movimientos milenaristas, espiritualistas y salvacioncitas, que podían
capitalizar el descontento de las gentes y, por ende, amenazar el orden establecido,
en su afán de seguir a los nuevos predicadores y sus doctrinas55. Además, la gran
característica de la Inquisición española, y por ende la Indiana, y que le permitió
establecerse durante más de 250 años, fue la dependencia del poder temporal por
sobre el espiritual. Bajo este orden de ideas, la Inquisición fue un aparato
independiente del papa y en interrelación directa con la Corona. Dotada de un aparato
burocrático institucional, se creó un Consejo, el de la Suprema y General Inquisición,
que controló y reguló en buena medida la actuación de los tribunales de distrito. La
Inquisición recibe su nombre del método de indagación de los delitos que empleaba.
La inquisitio era el procedimiento mediante el cual el juez estaba obligado a inquirir por
sí mismo los delitos, aun partiendo de indicios, sin que se presentara primero una
acusación de parte, como sucedía en el procedimiento acusatorio con el que se
tramitaban normalmente las causas criminales. Se basaba en el interrogatorio dirigido
o sugestivo y tenía como pieza fundamental de su funcionamiento el mantenimiento
del secreto de todas sus actuaciones. Pese a ello, en la Nueva España, los
inquisidores tuvieron “cuidado” en establecer tanto la competencia de la Inquisición en
las causas como la simple instrucción de las gentes no adentradas en la maldad del
pecado de herejía, es decir, que lo cometían de manera “inocente”,

Una de las justificaciones más importantes acerca de la concepción de la justicia


aplicada por la Inquisición se fundamenta en el establecimiento de un orden
disciplinario que fuera capaz de contener la propagación de rupturas al esquema del
statu quo; así se privilegia la observancia de las reglas de comportamiento social,
religioso y moral a partir del control de las transgresiones. En este sentido, el juicio y la
sentencia al reo, constituían un decreto de castigo y el instrumento de reconciliación
con la sociedad y las instituciones. Igualmente, la obtención de la confesión del delito
significó, a nivel espiritual, la salvación del alma, logrando, por ende, la reconciliación
con Dios. Respecto al sistema jurídico inquisitorial se debe especificar que la
tipificación del delito de herejía no solo se basó en la concepción teológica, sino que
se le dotó al inquisidor, como juez de causa, de la competencia necesaria para
establecer su arbitrio judicial y juzgar de mejor manera las circunstancias atenuantes
en cada caso. Esto se manifestó a través de edictos inquisitoriales en ambos lados del
océano que tipificaron y regularon la actividad punitiva del Santo Oficio. En conclusión,
se puede afirmar que la Inquisición fundamentó su existencia en la necesidad de la
conservación de la fe, situación que no es atribuible al deseo de una sola persona,
sino que se tuvo que dar un contexto social y religioso determinado donde
participaron, en mayor o menor medida todos los actores sociales, desde el pueblo
creyente, los frailes de las órdenes mendicantes, los canonistas, los teólogos, el papa,
pero también, los políticos: el emperador, los reyes, los condes, los señores y el
mismo pueblo.

BIBLIOGRAFÍA: La Iglesia en la Colonia. Colombia Aprende. La Red. Del


conocimiento. http://www.colombiaaprende.edu.co/html/productos/1685/article-
139582.html#h2_2
El papel de la iglesia
https://www.webscolar.com/el-papel-de-la-iglesia-catolica-en-la-vida-colonial#:~:text=El
%20papel%20de%20la%20iglesia.%20GEVIC.%20http%3A//www.gevic.net/info/
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CEBALLOS, M. El rol de la iglesia en la conquista. Abril 2012.
http://moreliace.blogspot.com/2012/04/el-rol-de-la-iglesia-en-la-conquista.html

CONTROL MORAL Y REPRESION IDEOLOGICA: LA INQUISICION EN EL PERU


https://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/113733/9557-Texto
%20del%20art%C3%ADculo-37795-1-10-20140721.pdf?sequence=2
Inquisición Peruana
https://es.wikipedia.org/wiki/Inquisici%C3%B3n_peruana

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