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MUNDO ACTUAL

Bases del Mundo Actual


Los principales rasgos del mundo actual responden a la profundización de
procesos generados en décadas anteriores y a los cambios que experimentó el mundo
desde la década de 1990.
Características
1) El fin de la bipolaridad. Entre 1989 y 1991, el bloque de países comunistas colapsó.
La URSS se desmembró en más de una decena de repúblicas independientes y los países
del bloque oriental iniciaron un tránsito, no exento de dificultades, hacia democracias
pluralistas y economías de mercado. El fin de la bipolaridad generó un vacío en el
sistema de relaciones internacionales, que ha intentado recomponerse en un “nuevo
orden”, liderado por EEUU. Por otro lado, permitió el avance del pluralismo político, una
progresiva instauración de regímenes democráticos y un mayor respeto por los
derechos humanos. Al mismo tiempo, ha puesto en evidencia la gran problemática del
subdesarrollo, de manera que la diferencia Norte-Sur se ha convertido en un problema
mundial.
2. El avance de los integrismos. Si bien los principios democráticos y el
respeto por los derechos humanos han alcanzado gran difusión y
legitimidad, en el mundo actual persisten conflictos que abren una serie
de interrogantes sobre los límites de la convivencia democrática y
pluralista. En las últimas décadas se ha evidenciado un importante
avance de los integrismos nacionalistas, religiosos, étnicos y políticos.
Ejemplo de ello son los fundamentalismos islámicos en Medio Oriente; el
auge de grupos nacionalistas o los conflictos de base étnica, que han
sacudido África y los países de la ex Yugoslavia.

Integrismo= tendencia ideológica asumida por grupos que


buscan preservar determinadas situaciones o preceptos religiosos,
políticos o ideológicos.
3. El acelerado desarrollo científico y tecnológico. Las últimas décadas del
siglo XX presenciaron un acelerado desarrollo científico y tecnológico, que
revolucionó todos los ámbitos de la actividad humana, especialmente las
comunicaciones. Internet resume el impacto de las nuevas tecnologías en la
sociedad actual, constituyendo uno de los íconos de la cultura moderna y de la
simultaneidad de las comunicaciones. La constante renovación de la oferta de
bienes y servicios, ha favorecido el desarrollo de las industrias de alta
tecnología y de las economías de los
países que lideran este tipo de producción.
4. La globalización. El desarrollo de las tecnologías de la información y las
comunicaciones permitió una interconectividad global a un grado nunca antes
visto en la historia humana. Este proceso de globalización ha transformado la
economía, la cultura y la sociedad. La sociedad actual ha sido definida por
algunos investigadores como una sociedad posindustrial, basada en la
masificación del conocimiento y la información, en la importancia de los
servicios de alta tecnología por sobre la industria tradicional y en la difusión de
una cultura del disfrute inmediato.
5. Avances en la democratización. La difusión de los valores democráticos se ha
visto reforzada por una serie de movimientos ciudadanos que, por las
características del mundo actual, tienen un carácter global. Estos movimientos
se han aglutinado en torno a temáticas como la protección del medio
ambiente, los derechos de las mujeres y la oposición a los conflictos armados y
a la globalización.
La crisis de la URSS
En la URSS, los gobiernos posteriores a Breznev debieron enfrentar una
compleja situación política y económica que, unida a la falta de libertades
individuales, llevó a un malestar generalizado. Los principales factores de la
crisis fueron: la baja productividad, los problemas de abastecimiento de
alimentos y bienes, la corrupción de la administración pública y es desfase
tecnológico. Por una parte, se hizo más evidente la tensión al interior del
Partido Comunista soviético, entre los reformistas y aquellos que deseaban
mantener el régimen sin ningún cambio. La influencia de este último sector
dificultaba mucho la generación de cambios, pues cualquier intento de reforma
se entendía como un cuestionamiento a los principios del comunismo. Por otra
parte, resurgió la vieja tensión nacional entre el “centro” –Rusia– y las otras
repúblicas que conformaban la Unión Soviética
A estas tensiones políticas se sumaba una situación económica cada
vez más compleja. El débil crecimiento y la baja productividad afectaban a
las distintas áreas de la economía. La agricultura no lograba abastecer la
demanda de alimentos y la industria usaba tecnologías obsoletas. La
producción se orientaba a la industria pesada, principalmente de
armamentos, dejando de lado los bienes de consumo para la población.
Además, el enorme gasto militar dificultaba la distribución de recursos
financieros a otros sectores más necesitados. La gente no podía acceder a
bienes básicos, muchos de los cuales se vendían a altos precios en el
mercado negro. En cambio, la dirigencia comunista gozaba de una mejor
situación económica que el resto de los soviéticos, lo que también causaba
malestar entre la población.
El gobierno de Mijail Gorbachov
En medio de esta crítica situación,
Mijail Gorbachov asumió en 1985 el
gobierno de la URSS. Su llegada al
poder marcaba una novedad, ya que
emprendió una serie de reformas
políticas y económicas de gran
envergadura, estructuradas a partir de
dos grandes ejes: la perestroika y la
glasnot. La primera significaba
“reestructuración” y buscaba cambiar
el modelo económico centralmente
planificado, lo que significó el ingreso
de capitales privados a la URSS.
Asimismo, se intentó dar mayor libertad a las empresas para que
tomaran sus decisiones, dejando la planificación estatal para ámbitos
económicos generales. La glasnot, por su parte, significaba literalmente
“transparencia” y buscó una mayor libertad de expresión e información. El
objetivo era propiciar el surgimiento de opiniones y críticas públicas, así
como asegurar el apoyo ciudadano a las reformas implementadas por el
Estado. También se permitió una mayor independencia a las repúblicas que
formaban parte de la Unión Soviética.
El proyecto reformista de Gorbachov, encontró la oposición tanto de
los miembros conservadores del Partido, como de quienes consideraban
que se requerían reformas más profundas para sacar al país de la crisis. Las
medidas tuvieron también efectos insospechados, generando la
movilización de las naciones que la URSS había reprimido durante décadas
(principalmente de lituanos, estonios, georgianos, chechenos, entre otros).
Las reformas políticas no pretendían acabar con el régimen socialista, sino
modernizarlo y adaptarlo a las nuevas condiciones políticas y sociales.
Cambios en el bloque oriental
En 1989, las democracias enfrentaron
movimientos sociales que pusieron fin al comunismo y
supusieron el inicio de la transición hacia democracias.
-Polonia: Desde comienzos de los años ochenta, existía
una creciente oposición a los dictados del gobierno.
Esta oposición estaba formada por intelectuales,
miembros de la Iglesia Católica y trabajadores, y tuvo
un eje en el sindicato independiente y autogestionado
Solidaridad, creado en 1980 y cuyo líder máximo fue
Lech Walesa. Las movilizaciones sociales y el diálogo
entre el gobierno y los líderes del movimiento
ciudadano permitieron que en 1989 se realizaran
elecciones. Solidaridad obtuvo un éxito aplastante. En
1990, Walesa fue electo presidente.
-Hungría: El ejemplo polaco aumentó la presión sobre el gobierno y fueron los
propios líderes comunistas quienes implementaron las medidas reformistas que
terminaron con la transformación del gobierno. En 1989, el Partido Comunista se
autodisolvió. En 1990, se realizaron las primeras elecciones libres en Hungría.
-Checoslovaquia: Las transformaciones en el resto del bloque oriental
permitieron que en 1989 la elección de Havel, reformista, como nuevo
presidente. La forma pacífica y negociada de este proceso le valió el nombre de
“revolución terciopelo”. En 1993, las tensiones nacionalistas en Checoslovaquia
fueron responsables de un nuevo cambio en el país, que se dividió de manera
pacífica en dos estados: la República Checa y la República Eslovaca.
-Bulgaria: En Bulgaria, los sucesos de 1989 motivaron una oleada de
manifestaciones que decidieron al gobierno a negociar con la oposición. El
Partido Comunista se disolvió y conformó un nuevo partido, el Partido
Socialista, que ganó las primeras elecciones libres. En 1991 se promulgó una
nueva Constitución y en las elecciones del año siguiente fue electo
presidente Jeliou Gelev, líder democrático.

-Rumania: La dureza de la dictadura comunista de Nicolás Ceaucescu y su


resistencia a los cambios se tradujo a una violenta transición política, que
culminaron con el asalto a la sede del Partido Comunista rumano.
Ceaucescu y su mujer fueron ejecutados.
-Yugoslavia: La crisis del bloque oriental disminuyó
el poder del partido comunista provocando el
surgimiento de movimientos nacionalistas de
diversas culturas que proclamaban la autonomía.
Existían regiones que deseaban independizarse de
las demás y otras, como Serbia, que buscaban
mantener la unidad del ex Estado yugoslavo pero
controlada por ellas. En tanto, Croacia, Eslovenia y
Bosnia-Herzegovina declararon su independencia
entre 1991-1992, a pesar de que Serbia no aceptó
esta medida, iniciándose así un conflicto armado.
Los más duros enfrentamientos se dieron en
territorio bosnio. Las prácticas llevadas a cabo
durante esta guerra fueron terribles, y han sido
catalogadas como de genocidio. Sólo la
intervención de la OTAN entre 1994 y 1995 pudo
ponerle un alto a los enfrentamientos.
La disolución de la URSS
El programa de las reformas impulsado por Gorbachov tuvo
consecuencias que quizás ni él mismo había imaginado: el desmantelamiento
del bloque comunista tras revoluciones de 1989 y la disolución de la Unión
Soviética. En 1990, las repúblicas de Lituania, Letonia y Estonia fueron las
primera en independizarse. En agosto de 1991, se produjo un golpe de Estado
que pretendía acabar con el programa reformista. El golpe fracasó, gracias a
la oposición masiva de la población, liderada por Boris Yeltsin. Gorbachov
reasumió sus funciones, renunciando a la Secretaría General del Partido
Comunista, partido que suspendió sus funciones a fines de agosto. La
disolución de la Unión Soviética se hizo realidad en diciembre de 1991,
cuando se creó la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que agrupaba
a 12 de las ex repúblicas soviéticas, todas las cuales habían declarado su
independencia. A fines de diciembre de 1991, Gorbachov dejaba el cargo de
Presidente de una Unión Soviética que ya no existía.
Las nuevas repúblicas
En las antiguas repúblicas caucásicas y de Asia Central, los movimientos
nacionalistas han sido muy intensos. Un ejemplo de ello fueron las hostilidades
entre Armenia, Azerbaiyán y Georgia tras la disolución de la URSS o los
nacionalismos que han aflorado en Kazajstán, Uzbekistán, Tukmenia, Tayikistán y
Kirguizistán, que han adoptado un fuerte contenido islámico.
La principal república surgida de la ex URSS fue la Federación Rusa. Este país,
que inició su camino independiente bajo el gobierno de Yeltsin, constituyó un
gobierno presidencialista, con un sello autoritario. En 1994, el ejército ruso se
enfrentó con los nacionalistas chechenos partidarios de la independencia, en un
cruel conflicto que se extendió hasta 1996. Este conflicto marcó el gobierno de
Yeltsin y, en gran medida, provocó su caída. En 1999, llegó a la presidencia Vladimir
Putin, quien reforzó las tendencias autoritarias de su antecesor.
En términos económicos, las nuevas repúblicas surgidas de la ex
URSS debieron enfrentar una compleja situación. El tránsito de la
economía planificada hacia una economía de mercado tuvo un alto costo
social, generando un empobrecimiento la población. Las profundas
diferencias económicas y sociales han generado un desencanto.
El reordenamiento de Europa: El fin del bloque comunista liderado por la
URSS se tradujo en una recomposición política y territorial de Europa. Los
principales cambios fueron:
-La reunificación alemana
en 1990.
-La separación de la URSS en
15 Estados independientes.
-La división pacífica de
Checoslovaquia en dos
países:
República Checa y
Eslovaquia.
-La desintegración de
Yugoslavia.
Unión Europea
Para los países europeos, lo debates sobre la Guerra Fría y el desarrollo
implicaron la necesidad de fortalecer una identidad propia, capaz de competir con
la importancia internacional de Estados Unidos. Surgió la idea de formar “Estados
Unidos de Europa”, proyecto que comenzó a concretarse durante la segunda mitad
del siglo XX. Uno de los principales antecedentes de la Unión Europea fue la firma
del Tratado de Roma en 1957, mediante el cual se creó la Comunidad Económica
Europea (CEE), la que buscaba una vía distinta a la URSS y EEUU, alcanzando la
unión aduanera entre los países miembros y así facilitar la libre circulación de
mercancías, capitales y personas.
En 1992 se firmó en la ciudad de Maastricht el Tratado de la Unión Europea,
que creó esta instancia multinacional con el objetivo de profundizar los acuerdos
del Tratado de Roma: formación de un espacio económico interior, promoción del
crecimiento económico y social que asegure un nivel de desarrollo similar
(respetuoso con el medio ambiente), la unión monetaria (euro), reafirmación de
una identidad europea, cooperación en el ámbito de la justicia y seguridad interior,
y la creación de una ciudadanía europea.
Tratados de Libre Comercio
Un Tratado de Libre Comercio (TLC) es un acuerdo entre dos o más países, que
busca favorecer el intercambio comercial mediante el establecimiento de políticas y
normativas que garanticen la circulación de bienes, servicios y capitales. Básicamente,
consiste en la eliminación o rebaja sustancial de los aranceles para los bienes que
ambas partes quieren vender y comprar, a lo que se agregan algunos acuerdos en
materia de servicios. Estos acuerdos se rigen por las reglas de la Organización Mundial
de Comercio (OMC) o por mutuo acuerdo entre las naciones participantes.
Al considerar el comercio por zonas geográficas, podemos observar que existen
importantes diferencias en cuanto a las exportaciones dentro de las regiones y entre
ellas. Por ejemplo, Europa exporta a otros continentes solo el 26% de sus bienes
producidos, mientras que el comercio intrarregional retiene el 76%. Un caso totalmente
opuesto es África, que exporta hacia el mundo el 90% de sus productos, especialmente
agrícolas como aceites, tabaco, azúcar, cacao y fibras textiles, mientras que solo un 10%
de ellos es comercializado al interior del continente. Los principales países
exportadores del mundo son Alemania, China y Estados Unidos, quienes en conjunto
concentran un cuarto del total de exportaciones mundiales.

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