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REFORMAS BORBÓNICAS

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Así se inaugura la dinastía
Habsburgo, Carlos II, el bornónica en España por
hechizado, que fallece sin propuesta de Carlos II, Del siglo XVII al XVIII.
desdendencia. deja a Felipe V, nieto de
Luis XIV, su eterno rival.

Carlos II, gobernante


Se encuentra una
achacoso e indolente, por
economía muy venida a
lo que, se habían
menos económica y
aprovechado
socialmente.
escrupulosos burócratas.
Ejemplos: las tareas que podían ser desempeñadas por
uno a dos empleados, estaban entregadas a un número
superior, lo que representaba un gasto superfluo.

En la política internacional de Europa, España no


participaba.
Se daba una paradoja, que uno de los imperios más ricos del mundo era, el
mismo tiempo, uno de los más pobres.

Al interior de la península reinaba un sistema casi medieval, en que unos pocos


nobles y congregaciones religiosas poseían grandes extensiones de tierras, con
unos súbditos casi de la gleba.

Desde la expulsión de moriscos (intolerancia religiosa), la mayor parte de los


ricos campos andaluces habían quedado desiertos.
En las ciudades proliferana una chusma ociosa, alimentaba por unas
almas caritativas (no planeada), fomentaban la desocupación y el vicio.

La ciencia que en otras partes de Europa se comenzó aplicar, era


practimente desconocida en esta España.

Seguian con planes de estudios basados en la enseñanza escolástica.


Los nuevos aires de Descartes y Newton que eran racionalistas.

Francia era cabeza del racionalismo europeo, cortes centradas en la razón, veían con horror esta España
decaída.

Los españoles de élite se comienzan a dar cuenta de los carencías que padecía la nación.

Fernando VI. Hará indiscutible los asiertos del benedictino, fray Benito Jerónimo de Feyjoo, de las órdenes
religiosas que se preocupaban por despojar a la iglesia de tradiciones infundadas y del escolasticismo.
Ante un siglo XVIII en España, con un nuevo aire racional.

Guiado por la luz de la razón.

Comienzan las ideas de las soberanía popular.

Leyes de la producción, circulación, estudios económicos.

El fundamento basado en Dios da paso a un derecho natural anclado en al razón.


Los monarcas borbónicos toman estas ideas en boga para levantar a España.

Cambia la tesis por el Poder de Dios venido al monarca. El rey se sentirá apoyado por Dios para emprender todas las
empresas.

El estado debe ser organizado racionalmente.

El absolutismo de los Habsburgo cambia.

Se evita la repetición en los cargos.

El monarca gestor del bienestar popular, desarrollo económico, bienestar, el adelanto educacional y moral.
REFORMAS BORBÓNICAS
Por ella eran mal vistos los Consejos, eran lentos y burócraticos, quienes preferian gobernar mediante secretarios o ministros
de estado.

Gobiernos iguales, un derecho más único.

Había diferencias en Catañula, Aragón y Valencia, así como las Indias.

Se otorgaron cargos a grupos mesocráticos (gobierno de los grupos intermedios), muchas veces hidalgos de sus provincias
(nobleza de rango inferior) de escasa situación social, de universidades manteístas.(clase social inferior, vestían mantas).

Un mayor intervensionismo del aparato estatal en la iglesia.


Educación a todos lo niveles.

El conservadurismo sería sustituido de los programas.

Preminencia del derecho nacional sobre el romano.

Nueva ciencia y no la curia romana.

Se dan las reformas borbónicas.


A partir de los años cuarenta del XVIII, comienzan a darse
algunas de estas reformas en la Nueva España.

La legislación así lo sugiere; por ejemplo, en cuanto a la


Iglesia, la Corona redujo el poder del Arzobispado de
México y limitó las funciones de los obispos.

Prohibió la intervención del clero en la redacción de


testamentos civiles.

Ordenó la expulsión de los jesuitas (1767), dispuso que la


doctrina se enseñase en español (1772).

Estableció leyes desamortizadoras para enajenar bienes


raíces de hospitales y otras obras benéficas (cédula real,
1798).
El proyecto borbónico se impulsó en la metrópoli y sus dominios bajo el reinado de Carlos
III; deseoso de conocer lo que tenía en la Nueva España, envió al conde José de Gálvez
hacia 1765. A pocos años de su llegada, éste reorganizó la educación, el ejército y el
sistema aduanal; creó el estanco del tabaco y nuevos impuestos, y estableció lo más
importante de las reformas borbónicas: el sistema de intendencias, cuya ordenanza fue
promulgada en 1786.
Esta real ordenanza, de carácter general y de observancia obligatoria, reunió una serie
de disposiciones, destinadas a regular u ordenar homogénea y sistemáticamente las
instituciones novohispanas. Su aplicación fue decisiva para la organización integral, y
vino a ser una especie de constitución en la época.
Gracias al sistema de intendencias, se implantó precisamente una
nueva organización territorial y administrativa.
Las intendencias abarcaron los factores político, económico y militar de
sus jurisdicciones, y quedaron bajo la autoridad de los intendentes
nombrados por el monarca, con funciones de justicia, hacienda, guerra
y policía de provincia, quienes sustituyeron a los gobernadores
provinciales.
La división territorial tomó como base las provincias existentes para
formar doce intendencias, cuyos nombres fueron los de las ciudades
capitales: México (sede de la Intendencia General o Superintendencia),
Puebla, Veracruz, Mérida, Oaxaca, Valladolid, Guanajuato, Zacatecas,
Durango y Arizpe.
La capital de la Nueva España adquirió otra fisonomía al surgir edificios
palaciegos (palacios reales), tránsito de carruajes, billares y cafés, así
como una serie de obras públicas: instalación de alumbrado público,
saneamiento de calles, reparación y ampliación del acueducto de
Chapultepec, establecimiento de hospitales.
Durante los siglos XVII y XVIII, la sociedad se hizo más compleja por la
mezcla racial. El proceso del mestizaje fue creciente e incluyó no sólo al
elemento blanco unido al indígena, sino también a las múltiples castas
cuyo origen se fue alejando cada vez más del tronco común.
El derecho colonial había estipulado las obligaciones y facultades de los
novohispanos. En la práctica, sucedieron numerosos actos de corrupción y
violaciones a las leyes, que contribuyeron a marcar cada vez más las diferencias
materiales y culturales entre la población. Los colores de la gente, la desigualdad
económica, la injusticia cometida por las autoridades y el mismo rigor de la
legislación abonaron un terreno propicio para un futuro cambio, cambio que buscó
acabar con la sujeción política y la dependencia económica mantenidas por
España.

.
En las postrimerías de la Colonia, un grupo de criollos buscó y
promovió nuevas formas de gobierno. A pesar de las
prohibiciones de leer libros que podrían suscitar una rebelión,
este grupo tuvo acceso a una literatura que le puso al tanto de la
independencia de las colonias inglesas de Norteamérica, así
como de la Revolución Francesa, y le ilustró con las ideas de la
época.
Como en el resto de la América española, los criollos tomaron la
iniciativa de cambio hallando vocero y guía en los consejos
municipales, en los ayuntamientos, que resurgieron en 1808.
En este mismo año, los criollos del Ayuntamiento de México
solicitaron al virrey dictase disposiciones para que Nueva
España se gobernara de manera autónoma y con una
legislación local, mientras la metrópoli estuviese ocupada por
los franceses.
En la búsqueda de autonomía se sustentó el proceso que
conllevó a la independencia.

Dio curso al anhelo de la soberanía nacional, para que de ella


emanara una legislación propia. A aquella etapa sucederían
otras durante las cuales la soberanía sería una constante en la
mente, en los programas, así como en la ley de los mexicanos.
La ilustración y su influencia en las reformas borbónicas

https://www.youtube.com/watch?v=HkLoZ2_fRsM

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