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Resumen mundial II

El Estado Absolutista Perry Anderson

La larga crisis de la economía y la sociedad europeas durante los siglos XIV Y XV puso de
manifiesto las dificultades y los límites del modo de producción feudal. En el transcurso del
siglo XVI apareció en Occidente el Estado absolutista. Las monarquías centralizadas de
Francia, Inglaterra y España representaron una ruptura decisiva con la soberanía piramidal y
fragmentada de las formaciones sociales medievales, con sus sistemas de feudos y
estamentos. La monarquía absoluta de los siglos XVII y XVIII, mantenía a nivel de balanza
entre la nobleza y estado llano. En el transcurso del siglo XVI apareció en Occidente el estado
absolutista, cuya estructura administrativa era calificada por Marx como "instrumento específico
burgués": la condición fundamental de antigua monarquía era el equilibrio entre la nobleza
terrateniente y la burguesía, mientras que el poder estatal centralizado con sus órganos
omnipotentes, el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la magistratura —
órganos creados con arreglo a un plan de división sistemática y jerárquica del trabajo—
procede de los tiempos de la monarquía absoluta y sirvió a la naciente sociedad burguesa
como arma poderosa en sus hechos contra el feudalismo.

Engels pudo referirse a la época del absolutismo como la era en que la nobleza feudal fue
obligada a comprender que el periodo de su dominación social y política había llegado a su fin.
Marx, por su parte, afirmo repentinamente que las estructuras administrativas del nuevo Estado
absoluto era un instrumento específicamente burgués. Bajo la monarquía absoluta, escribió: la
burocracia no era más que el medio para preparar la dominación de clase de la burguesía. Las
monarquías absolutas introdujeron unos ejércitos y una burocracia permanente, un sistema
nacional de impuestos, un derecho codificado y los comienzos de un mercado unificado; todas
estas características, esencialmente capitalistas, dice el autor, coinciden con la desaparición de
la servidumbre que era la institución nuclear del primitivo modo de producción feudal. Y añade
que, sin embargo, las relaciones feudales no desaparecieron en el campo mientras el trabajo
no se transformó en "fuerza de trabajo". Estado absoluto fue —lo mismo que los estados
monárquicos del Renacimiento— instrumento modernizado para el mantenimiento del dominio
nobiliario sobre las masas rurales. La reaparición plena de la idea de una propiedad privada
absoluta de la tierra fue un producto de la primera época moderna. La recepción del derecho
romano en la Europa renacentista fue un siglo de la expansión de las relaciones capitalistas en
las ciudades y en el campo, y económicamente respondía a los intereses vitales de la
burguesía comercial y manufacturera; políticamente correspondía a las exigencias
constitucionales de los estados feudales reorganizados de la época.

Innovaciones institucionales: A. El estado absolutista echó los cimientos del ejército


profesional. B. La burocracia civil y el sistema de impuestos. El sistema nació en el siglo XVI y
se convirtió en un soporte financiero fundamental de los estados absolutistas. La burocracia
absolutista reflejó el ascenso del capital mercantil. C. El comercio: la teoría mercantilista.

El Estado Absolutista realizó funciones sociales en la acumulación agraria necesaria para el


triunfo final del modo de producción capitalista, puesto que favorecía indirectamente los
intereses de la clase mercantil. La clase noble nunca tuvo un desplazamiento político, sino que
era la misma nobleza feudal, en época de transición al capitalismo y atada ahora al Estado:
ejército, burocracia, diplomacia y dinastía formaban un inflexible complejo feudal que regía toda
la maquinaria del Estado y guiaba sus destinos, hasta que la nobleza desapareció y llegaron
las "residencias" burguesas y la aparición del estado capitalista.

CLASE Y ESTADO: PROBLEMAS DE PERIODIZACIÓN

La periodización real del absolutismo en Occidente debe buscarse precisamente la cambiante


relación entre la nobleza. Época del Renacimiento (primera fase): consolidación del
absolutismo, gran auge secular de grandes señores provocado por el rápido crecimiento
demográfico y cultura universitaria en las aristocracias occidentales, pero subsistía la pirámide
medieval en torno al soberano, hasta que los teóricos del absolutismo empezaron a propagar

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las concepciones del derecho divino que elevaba la soberanía regia por encima de la lealtad
limitada y recíproca de la Edad Media.

La idea moderna del poder político como capacidad soberana de crear nuevas leyes e imponer
su obediencia indiscutiblemente: "Su signo principal es el de imponer leyes sobre los súbditos.

El siglo XVII presenció la implantación plena del estado absolutista:

Siglo de depresión agrícola y demográfica

Los ejércitos multiplican su tamaño —el costo de estas enormes máquinas militares creó
profundas crisis de ingresos en los estados absolutistas: se incrementaron los impuestos sobre
las masas, y se hizo venta de cargos y honores públicos, que hace que crezca el número de
burgueses "arribistas" entre los funcionarios del Estado.

La era de la Ilustración reflejan un exceso de adornos, refinamiento de las técnicas, influencias


burguesas, pérdida del dinamismo y la creatividad. Todavía se predicaba y practicaba el
mercantilismo, aunque las nuevas doctrinas insisten más en el comercio libre y la inversión en
la agricultura. Se extendió por toda Europa una nueva cultura, cosmopolita y elitista de corte y
salón, tipificada por la nueva preeminencia del francés como idioma internacional del discurso
diplomático y político (penetrado por las ideas burguesas representadas en la Ilustración).

ESPAÑA

España como la primera gran potencia moderna es el punto de partida para el estudio de este
período. El alcance y el impacto del absolutismo español entre las otras monarquías
occidentales de esta época fue, en sentido estricto, desmesurado. Su presión internacional
actuó como específica sobre determinación de los modelos naciones del resto del continente, a
causa del poder y la riqueza desproporcionadas que tenía a su disposición.

Su poderío a la combinación de dos recursos, el primero de ellos fueron los beneficios que
obtuvo España por los matrimonios políticos dinásticos, las conexiones familiares de los
Habsburgo produjeron que el Estado español alcanzara un volumen de territorios e influencias
que ninguna otra monarquía rival pudo igualar, supremo fruto de los mecanismos feudales de
expansión política. Por otra parte, la conquista colonial del Nuevo Mundo le suministro una
superabundancia de metales preciosos que puso en sus manos un tesoro que esta fuera del
alcance de sus contrarios.

El absolutismo español derivo su fuerza, pues, de la herencia de engrandecimiento feudal y del


ingreso del botín de la extracción de capital desde sus colonias. Ningún otro país de los
grandes estados absolutistas rechazo a los burgueses tanto como este. El mismo flujo que
llegaba desde sus colonias, llevo a que España no se preocupara de promover el desarrollo de
manufacturas ni fomentar la expansión de empresas mercantiles.

El absolutismo español nació de la unión de Castilla y Aragón, efectuada por el matrimonio de


Isabel I y Fernando II en 1469. Comenzó con un aparentemente firme sistema económico,
castilla supo superar la crisis económica del sistema feudal, a través del aprovechamiento de
las tierras con una economía lucrativa en base a la producción de lana, y también gracias al
hecho de que era un importante socio comercial flamenco. Aragón, por su parte, había sido
desde hace mucho tiempo una importante potencia comercial y territorial en el mediterráneo,
donde controlaba Sicilia y Cerdeña. Con la caída del último reducto musulmán en España,
quedo conformada con la caída de Granada y la reconquista de esos territorios, Nápoles fue
anexionada y navarra absorbida, y por sobre todo fueron descubiertas y subyugadas las
Américas. Esta repentina avalancha de éxito convirtió España en primera potencia de Europa
durante todo el siglo XVI. En absolutismo español, fue de hecho notablemente modesto y
limitado es su desarrollo interior, sus articulaciones fueron quizás las más débiles de todo
absolutismo.

En castilla el clero y la nobleza no debía pagas impuesto, solo las ciudades debían hacerlo, por
lo que las cargas recaían en las masas. El carácter económico y político del reino de Aragón

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ofrecía un fuerte contraste con el de castilla. Estaba abrigado por el sistema señorial más
represivo de la península ibérica, donde la aristocracia local tenía todos los poderes.

Las libertades adquiridas por la nobleza aragonesa, no favorecían el desarrollo de un estado


absolutista. Se conquistó para el estado el control de los beneficios eclesiásticos, poniendo el
aparato local de la iglesia fuera del alcance del papado.

El mayor logro de Carlos V fue la ampliación de sus territorios. Lo que provoco que el intento
de estado absoluto español tuviese que dividir su poder en virreinato para poder controlar los
nuevos territorios. Al mismo tiempo, el reino de Carlos V inauguro también la fatídica secuencia
de guerras europeas que habría de ser el precio del poderío español en el continente. Las
sociedad urbana más avanzada de Europa se cubierto desde entonces en una plataforma
militar del absolutismo español.

La gran cantidad de metales también provoco una inflación de los precios lo que provoco un
aumento en el coste de la vida en Castilla. La enorme demanda de vinos y olivos, genero una
reducción de la producción de cereales lo que disminuyo la cantidad de alimentos a los que
podían optar la población. Esto haría que España fuera uno de los primeros países en
necesitar de la importación del grano para poder costear las demandas de su población. Había
un desempleo muy grande en los pueblos y unas pesadas renta feudales sobre la tierra. El
influjo de los metales preciosos procedentes desde el nuevo mundo provoco también
parasitismo, lo que paralizo progresivamente la manufactura de Castilla. La inflación acelerada
elevo los costos de la producción e la industrial textil, hasta tal punto que las prendas
castellanas no pudieron competir en el mercado exterior, prontamente España se vio invadida
por productos extranjeros, por lo que los ingresos finalmente llegaban a otros reinos. En el
gobierno español se logró aumentar el número de territorios en base de dos mecanismos, la
guerra y la diplomacia.

Con la guerra se derroto definitivamente a los turco y gracias a la diplomacia se controló a los
portugueses por lo que España llego a manejar el comercio en el mediterráneo. Para mantener
esos territorios y financieras esas campañas, España aumento los impuestos a sus territorios,
lo que sumado a las persecuciones religiosas, llevaron a la rebelión e Holanda. Con el reino de
Felipe II España vivió un periodo de decadencia en el que perdió importantes territorios y a la
destrucción de la armada invencible, con este hacho España perdió su hegemonía en Europa,
en manos Holanda, Francia e Inglaterra. Desde 1600 a 1700 España, no solo perdió su
hegemonía en Europa, también redujo su población, perdió gran cantidad de territorio, y la
dinastía de los Habsburgo perdió su poder, siendo dominados por una dinastía francesa, la
monarquía borbónica, esta consiguió lo que antes no había podio, instaurar un verdadero poder
centralizado, con lo que en el siglo XVIII se creó un verdadero estado unitario.

El ejército fue refundido y profesionalizado, también se mejoró el control de las colonias. A


pesar de eso, ya era muy tarde para que España lograra alcanzar el desarrollo Francés e
inglés, debido a la escasa tecnología española. Con el colapso de las minas Americanas en el
siglo XVII se agravo la crisis. A mediado de siglos, el prestigio de la dinastía gobernante había
caído en la completa decadencia, y en el siglo XVIII, específicamente en 1908, su poder se
debilito, especialmente por la invasión de las tropas de Napoleón, periodo en el cual, la
monarquía ya no controlaba más de la mitad de las ciudades. En resumen, durante el
Renacimiento y la Edad Moderna, el reino Español, más que ser una monarquía absoluta,
siguió conservando una estructura marcadamente feudal, nunca fue posible concentrar el
poder en la monarquía, quitándoselo a la antigua aristocracia.

España es la primera potencia de la Europa moderna, ofreciendo el punto de partida,


siendo también el determinante auxiliar del conjunto. Su presión internación actúa como
determinante de los otros Estados europeos, gracias a la excesiva riqueza que poseía España.
Su poderío deriva de dos tipos de recursos, por una parte el engrandecimiento feudal en su
interior, y por otra de la extracción del capital en el exterior. España tiene un carácter
nobiliario y enemigo de desarrollo burgués, como ningún otro Estado europeo.

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El absolutismo español nace de la unión de los reinos de Castilla y Aragón, efectuada por
el matrimonio de Isabel I y Fernando II, en el año 1469. El dinamismo político y militar de este
Estado dual, se ve en las conquistas que éste tendrá, y la hace aparecer como la primera
potencia europea, a lo largo de todo el s. XVI. Se presenta tan imponente al exterior, pero
internamente es modesto y limitado, siendo sus articulaciones internas una de las más débiles y
heteróclitas.
Castilla era tierra de una aristocracia con enormes posesiones y con poderosas órdenes
militares, con gran cantidad de ciudades, pero sin capital fija. Contaba con un perfil
demográfico y económico favorable, con una población de entre 5 a 7 millones y un comercio
ultramarino con la Europa del norte, mientras que políticamente su constitución era inestable.
Aragón (constituido por los principados de Aragón, Cataluña y Valencia) tenía varios
contrastes, respecto de Catilla. El alto Aragón tenía el sistema señorial más represivo de la
península Ibérica. Cataluña había sido el centro del imperio mercantil del Mediterráneo, y su
patriciado era la clase comercial más rica de la región. Valencia se situaba socialmente entre
las dos, explotando el trabajo de los moros, y expandiendo una comunidad mercantil en el s. XV
a medida que decaía Barcelona. Las tres provincia de Aragón sumaba alrededor de un millón
de habitantes, y políticamente, Aragón poseía quizás la estructura de Estado más compleja de
la Europa medieval.
El matrimonio concentró el establecimiento del poder real en Castilla, que poseía las
mejores condiciones. La máquina estatal se modernizó y racionalizó por medio de una serie de
políticas, tales como la anexión de las tierras al reino, prohibición de las guerras privadas, el
control estatal de los beneficios eclesiásticos, domesticación de las cortes mediante la omisión
efectiva de la nobleza y el clero desde 1480, etc. El personal del Estado estaba compuesto por
un cuerpo de burócratas-juristas o letrados provenientes de la pequeña aristocracia. Mientras
tanto en Aragón nunca se intento un programa político de dicho alcance. Lejos de crear un
reino unificado, los reyes ni siquiera establecieron una moneda única.
La subida de Carlos V al trono lo único que hace es complicar aquel panorama. El Estado
español fue el único de Europa que se encargaba de apaciguar las rebeliones aristocráticas en
lugar de las burguesas, que en el momento del triunfo sobre las comunas castellanas, el curso
de la monarquía española se separa de sus equivalentes europeos.
El mayor logro de Carlos V fue la ampliación de la órbita internacional de los Habsburgo,
añadiendo los países bajos, el Franco Condado y Milán, conquistando a su vez México y Perú.
Esta expansión refuerza la tendencia de delegar aun más el poder en manos de virreyes o
consejos. Como resultado de esto se bloquea la posibilidad de una unificación del conjunto
imperial internacional, así como de la patria ibérica. América queda bajo Castilla y el sur de
Italia queda bajo Aragón.
Carlos V da inicio también a la serie de guerras europeas que eran el precio del poderío
español. El gasto militar de los Habsburgo, así como el número de tropas, aumenta
regularmente a lo largo de todo el reinado de Carlos V.
Desde 1560 los efectos del imperio americano sobre el absolutismo español, es lo que va a
determinando su futuro. El suministro de gran cantidad de plata, fue una ayuda decisiva para
España, proporcionándole una renta extraordinaria, pudiendo prescindir así de la unificación
fiscal y administrativa, que eran condición previa del absolutismo. Las provincias coloniales
actúan como sustitutos de las provincias, las cuales a su vez actúan como patrimonios
autárquicos.
El impacto de los metales preciosos americanos tuvo una importancia relevante en el
proceso del absolutismo español. El control monopolista del mercado beneficia en primer lugar
a los productores castellanos, quienes pueden vender a precios inflacionarios. Aquí hubo dos
movimientos que fueron fatales para la economía castellana: primero, el aumento de la
demanda de las colonias, deriva en la producción de vino y oliva en tierras destinadas al
cultivo de cereales, convirtiendo a España en una de las primeras potencias importadores de
trigo; y segundo, el influjo de los metales preciosos genera un parasitismo que mina y paraliza
progresivamente las manufacturas de Castilla.

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El imperio americano era la perdición de la economía española, mientras que el imperio
europeo era la perdición del Estado de los Habsburgo. En este período es la primera vez que
un ejército profesional se mantiene a distancia de la patria imperial.
El legado de Felipe II al comienzo del s XVII es más sombrío. Castilla fija su capital en
Madrid, facilitando el Gobierno central. La unificación administrativa no se llevo de manera
coherente en todos los sectores, dejando escapar la oportunidad de una solución centralista.
Con la subida al trono de Felipe III le sigue la paz con Inglaterra en 1604, una nueva
bancarrota en 1607 y una tregua con Holanda en el 1609. Pero lo más grave es la
transformación que va teniendo la relación comercial entre España y América, coincidiendo
con el crecimiento de una aristocracia criolla en las colonias, cuya riqueza era proveniente de
la agricultura, donde las minas habían entrado en crisis desde la segunda década del s. XVII, lo
que se debe al colapso demográfico de la fuerza de trabajo indígena, y el agotamiento del filón
de plata.
El tiempo de Lerma, el declinar español ya era visible. En este tiempo, los dos enemigos
marítimos de España (Inglaterra y Holanda), habían adquirido gran poderío, mientras que la
Reforma avanzaba a lo largo de la Europa central. El conflicto de la guerra de los Treinta
años, invierte el panorama español del siglo anterior, mientras Carlos V y Felipe II alcanzan
victorias en el sur de Europa y derrotas en el norte, ahora Lerma obtenía triunfos en el norte y
derrotas en el sur. La nueva naturaleza y poder del absolutismo francés, hizo declinar el
poderío español, ya que antes, España se había aprovechado de las debilidades internas de
Francia, ahora era Francia quien se aprovechaba de las debilidades internas de España, para
invadirla.
En la década de 1640 España pasaba por un cataclismo, sucumbiendo en la guerra de los
treinta años, pasando una bancarrota, la división de los patrimonios dinásticos, lo que
significaba que España había expandido demasiado pronto y con demasiada rapidez su
poderío, sin antes haber terminado los cimientos de su metrópoli.
La guerra de sucesión española, renueva el absolutismo, liberándolo de sus cargas
exteriores. Y es en el siglo XVII, donde España emerger gradualmente un Estado unificado,
opuesto a la monarquía de los Habsburgo. Pero con esto no se revitalizo la sociedad española.
En los últimos años del siglo la corte borbónica estaba en completa decadencia, donde se vería
el epilogo de la dinastía en 1808.

FRANCIA

La monarquía de los Capeto extiende lentamente sus derechos de soberanía en la Edad


Media, en un movimiento gradual de unificación. La construcción del Estado absolutista fue
progresiva, dirigida hacia una monarquía centralizada, interrumpida repetidas veces por caídas
en la desintegración y por la anarquía provincial, pero volviendo con mayor intensidad en la
concentración del poder, hasta formar una estructura sólida y estable. Las tres ruptura del
orden político que vivió Francia fueron, la guerra de los cien años (s. XV), las guerras de
religión (s. XVI), y la fronda (s. XVII). La lenta centralización de los reyes Capetos, llega a su fin
con la extinción de su linaje a finales del s. XIV, lo que da el punto de partida a la guerra de los
cien años. A finales del s. XV, la monarquía aparecía reforzada, contando con un ejército
regular embrionario a cargo de la aristocracia, y con un control fiscal directo no sujeto a ningún
control representativo.

La extinción de la mayoría de las grandes casas feudales y la reintegración de las tierras a la


monarquía, dan un predominio a la dinastía Valois. La nueva monarquía inaugurada por Luis XI
no era un Estado centralizado, estaba dividida en 12 gobernadurías. También se había
desarrollado un conjunto de parlaments locales, que tenían autoridad judicial en sus territorios.
La principal razón de estas limitaciones, radicaba en los problemas organizativos de un país
con una economía sin mercado unificado ni un sistema de transporte, y a que todavía no se
alcanzaba el abandono de las relaciones primarias de tipo feudal en la aldea, o sea, no se
encontraban los fundamentos sociales para la centralización política vertical. En la primera
mitad del s. XVI, Francisco I y Enrique II gobiernan un próspero reino. Los Estados Generales

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dejan de reunirse y las relaciones exteriores van volviéndose una actividad exclusiva del rey.
Aquí sufren una derrota en su primera aventura extranjera, lo que ayudo a asegurar los
fundamentos sólidos del absolutismo francés, al obligarlo a encasillarse en su propio territorio.
Con la muerte de Enrique II, finaliza la dinastía Valois, y le siguen 40 años de intensas luchas
internas.

El protestantismo atraía a burgueses y artesanos, pero la apropiación del diezmo por los
calvinistas, lo hacía impopular frente a los campesinos. Enrique de Navarra, sucesor de la
corona se pasa al protestantismo, virando la ideología de las revueltas hacía un
republicanismo. Pero estas revueltas en el campo y la ciudad, reunifican a la clase dominante,
cerrando paso a los levantamientos desde abajo, finalizando con la reafirmación del Estado
real. Desde aquí el absolutismo francés llega a su madurez, Enrique IV establece por vez
primera el gobierno central en París, siendo este el fundador de la dinastía borbónica.

Crea el sistema de intendants, que se convierten en delegados permanentes del gobierno


central enviados a las provincias. Eran nombrados por la monarquía, revocables, y sus cargos
no se podían comprar. Así fue adquiriendo una estructura compleja la monarquía francesa, y
esto permite la unificación lenta pero ininterrumpida de la clase noble, que se adapta al nuevo
molde centralizado. Por otra parte se integraba a la burguesía al Estado feudal, por medio de la
compra de cargos,

La fronda es la utilización de parte de la aristocracia, de la masa campesina, para lograr sus


fines contra el Estado absolutista. Luis XIV asume el mando en 1661 de todo el aparato del
Estado, reuniendo el poder real y el ejecutivo en un solo soberano., llegando el potencial del
absolutismo francés a su plenitud.

Francia alcanza su apogeo institucional a finales del s. XVII, perfeccionada la estructura del
Estado bajo el reinado de Luis XIV, sirviendo estas realizaciones al objetivo principal del
absolutismo borbónico, la expansión militar. En adelante, la guerra domina casi todos los
aspectos del reinado. Con la paz de 1680 se acentúa la arrogancia borbónica, y posteriormente
se organiza la guerra de la Liga de Augsburgo (1689-97), la que alinea casi todas las fuerzas
europeas contra Francia. Con la derrota en la guerra llega la tranquilidad. Se le permite a la
dinastía borbónica conservar la monarquía de España, separándose políticamente de Francia.
El período de mayor esplendor interior francés, no coincidió con el mayor predominio exterior.

El absolutismo francés no logra tener un período de hegemonía, comparable al de España. Dos


potencias en desarrollo detienen al Estado feudal francés, Inglaterra y Holanda.

La guerra de Independencia de los EEUU, le brinda a Francia la venganza política contra


Londres, pero los costos de la intervención borbónica, provocan la crisis definitiva del
absolutismo francés. Se produce una reacción aristocrática contra el absolutismo, que termina
siendo una revolución burguesa que termina derribándolo. El colapso histórico del Estado
absolutista francés estuvo ligado a la inflexibilidad de la formación feudal.

La evolución francesa es muy distinta de la hispánica. La monarquía de los Capeto


extiende lentamente sus derechos de soberanía en la Edad Media, en un movimiento gradual de
unificación. El único reino que había dentro de Francia, era el de Navarra. Pero aún así el
control político real nunca fue territorialmente uniforme, disminuyendo a medida que se
alejaba del centro, también dificultándola su densidad demográfica, contando alrededor de 20
millones de habitantes, el doble del de España. La construcción del Estado absolutista fue
progresiva, dirigida hacia una monarquía centralizada, interrumpida repetidas veces por
caídas en la desintegración y por la anarquía provincial, pero volviendo con mayor intensidad
en la concentración del poder, hasta formar una estructura sólida y estable. Las tres ruptura
del orden político que vivió Francia fueron, la guerra de los cien años (s. XV), las guerras de
religión (s. XVI), y la fronda (s. XVII).
La lenta centralización de los reyes Capetos, llega a su fin con la extinción de su linaje a
finales del s. XIV, lo que da el punto de partida a la guerra de los cien años. Se produce el
ataque anglo-borgoñón, que rompe la unidad del reino. El legado de los sufrimientos de la

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guerra, es su eliminación de los límites fiscales y militares de la monarquía, respecto del
sistema político medieval. A finales del s. XV, la monarquía aparecía reforzada, contando con
un ejército regular embrionario a cargo de la aristocracia, y con un control fiscal directo no
sujeto a ningún control representativo.
Carlos VII promueve las asambleas de los Estados regionales y las dota de instituciones
financieras propias, en vez de promover la centralización. La nobleza retiene el poder
autónomo local por fuerza propia. Por esto la guerra de los cien años dota a Francia de
ejércitos e impuestos, pero no de una nueva administración civil en el ámbito nacional. La
extinción de la mayoría de las grandes casas feudales y la reintegración de las tierras a la
monarquía, dan un predominio a la dinastía Valois.
La nueva monarquía inaugurada por Luis XI no era un Estado centralizado, estaba
dividida en 12 gobernadurías. También se había desarrollado un conjunto de parlaments
locales, que tenían autoridad judicial en sus territorios. La principal razón de estas
limitaciones, radicaba en los problemas organizativos de un país con una economía sin
mercado unificado ni un sistema de transporte, y a que todavía no se alcanzaba el abandono de
las relaciones primarias de tipo feudal en la aldea, o sea, no se encontraban los fundamentos
sociales para la centralización política vertical.
En la primera mitad del s. XVI, Francisco I y Enrique II gobiernan un próspero reino. Los
Estados Generales dejan de reunirse y las relaciones exteriores van volviéndose una actividad
exclusiva del rey. Aquí sufren una derrota en su primera aventura extranjera, lo que ayudo a
asegurar los fundamentos sólidos del absolutismo francés, al obligarlo a encasillarse en su
propio territorio. Con la muerte de Enrique II, finaliza la dinastía Valois, y le siguen 40 años de
intensas luchas internas.
Las guerras que prosiguen el tratado de Cateau-Cambrésis, son iniciadas por los conflictos
religiosos que siguen a la Reforma. Estas luchas intestinas son guiadas por los tres grandes
linajes, Guisa, Montmorency y Borbón. La familia Guisa era dueña del nordeste, la familia
Montmorency-Cahâtillon se ubicaba en el centro, y los borbones en el sudoeste del país. El
protestantismo atraía a burgueses y artesanos, pero la apropiación del diezmo por los
calvinistas, lo hacía impopular frente a los campesinos. La nueva religión se retira al sur, junto
a los disidentes de la aristocracia.
Estas luchas desencadenan conflictos sociales más profundos. Enrique de Navarra, sucesor
de la corona se pasa al protestantismo, virando la ideología de las revueltas hacía un
republicanismo. Pero estas revueltas en el campo y la ciudad, reunifican a la clase dominante,
cerrando paso a los levantamientos desde abajo, finalizando con la reafirmación del Estado
real.
Desde aquí el absolutismo francés llega a su madurez, pero le faltaría una regresión para
establecerse completamente. Sus arquitectos administrativos en el s. XVIII son Colbert, Sully y
Richelieu. Enrique IV establece por vez primera el gobierno central en París, siendo este el
fundador de la dinastía borbónica, el que restaura el prestigio de la monarquía. Tiene lugar
una multiplicación de cargos, que dificultan el control central de parte de la dinastía, lo que
dispersaba el control burocrático.
A partir de esto Richelieu, comienza la construcción de una maquinaria administrativa
racionalizada, que permita el control y la intervención directa de parte de la realeza, en toda
Francia. Crea el sistema de intendants, que se convierten en delegados permanentes del
gobierno central enviados a las provincias. Eran nombrados por la monarquía, revocables, y
sus cargos no se podían comprar. Los intendants se iban haciendo más autoritarios, las
magistraturas de los parlaments se hacia los portavoces de la resistencia contra el poder real.
Así fue adquiriendo una estructura compleja la monarquía francesa, y esto permite la
unificación lenta pero ininterrumpida de la clase noble, que se adapta al nuevo molde
centralizado. Por otra parte se integraba a la burguesía al Estado feudal, por medio de la
compra de cargos, que les representaba una inversión rentable, desviando la inversión de
capital de la manufactura o las mercancías, a la colusión con el Estado absolutista. La
consecuencia de esto, fue una burguesía que tendía a asimilarse con la aristocracia, mientras
que el Estado proporcionaba manufacturas reales y sociedades públicas mercantiles, llevando
con esto a vía muerta la evolución política de la burguesía francesa. Esta reorganización

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golpea con gran fuerza a los pobres, en quien recae el peso de los impuestos, provocando esto
una gran cantidad de rebeliones de las masas urbanas y rurales.
La fronda es la utilización de parte de la aristocracia, de la masa campesina, para lograr
sus fines contra el Estado absolutista. Esta reprodujo muchos elementos de las guerras de
religión. La fronda fue menos desastrosa para el Estado monárquico que las guerras de
religión, debido a que las clases propietarias estaban más unidas. Ante el peligro de los
levantamientos desde abajo, la aristocracia sienta su cabeza bajo el absolutismo consumado de
Luis XIV.
Luis XIV asume el mando en 1661 de todo el aparato del Estado, reuniendo el poder real y
el ejecutivo en un solo soberano., llegando el potencial del absolutismo francés a su plenitud.
La maquinaria central del poder real fue racionalizada, concentrada y ampliada sin una
resistencia aristocrática. En 1667 se crea un cuerpo de policía en París, para reprimir las
revueltas, que se extiende en 1698-99 por toda Francia.
Francia alcanza su apogeo institucional a finales del s. XVII, perfeccionada la estructura
del Estado bajo el reinado de Luis XIV, sirviendo estas realizaciones al objetivo principal del
absolutismo borbónico, la expansión militar. En adelante, la guerra domina casi todos los
aspectos del reinado. Con la paz de 1680 se acentúa la arrogancia borbónica, y posteriormente
se organiza la guerra de la Liga de Augsburgo (1689-97), la que alinea casi todas las fuerzas
europeas contra Francia.
Con la derrota en la guerra llega la tranquilidad. Se le permite a la dinastía borbónica
conservar la monarquía de España, separándose políticamente de Francia. El período de
mayor esplendor interior francés, no coincidió con el mayor predominio exterior. La estructura
de Richelieu y Mazarino, aún defectuosa, fue la que tuvo mayores éxitos exteriores, pero más
complicaciones internas. El absolutismo francés no logra tener un período de hegemonía,
comparable al de España. Dos potencias en desarrollo detienen al Estado feudal francés,
Inglaterra y Holanda. Intrínsecamente el Estado francés fue mucho más poderoso y unificado
que el español, pero las fuerzas que se alineaban contra él, eran proporcionalmente fuertes.
El siglo XVIII muestra una vuelta a la escena de la nobleza, presenciando el predominio
cada vez mayor de una aristocracia cada vez más unificada. El absolutismo francés nunca
consiguió tener la plena confianza de la aristocracia, la que siempre desconfiaba de éste.
También presenta un rápido crecimiento de las filas y las fortunas de la burguesía local. Las
manufacturas y el comercio registran notables avances, aún teniendo a la agricultura como
rama dominante de la producción. La expansión comercial promuévela urbanización.
La monarquía se muestra incapaz de defender los intereses burgueses, aunque sean estos
similares. La guerra de Independencia de los EEUU, le brinda a Francia la venganza política
contra Londres, pero los costos de la intervención borbónica, provocan la crisis definitiva del
absolutismo francés. Se produce una reacción aristocrática contra el absolutismo, que termina
siendo una revolución burguesa que termina derribándolo. El colapso histórico del Estado
absolutista francés estuvo ligado a la inflexibilidad de la formación feudal.
1. Guerra de los Cien Años en el s. XV : 1337 ± 1453. Francia contra Inglaterra por las
pretensiones de Eduardo III de ocupar el trono francés. Contribuyó a la emancipación fiscal y
militar de los límites del anterior sistema político medieval. La Guerra sólo pudo ser ganada
gracias al abandono del sistema señorial y a la creación de un ejército regular pagado. Para
ponerlo en pie la aristocracia concedió el primer impuesto
importante: la talla. La nobleza, el clero y algunas ciudades quedaron exentas. No le legó una
nueva administración civil de ámbito nacional. Fue el primer paso de concentración del poder
real, por medio de la organización del ejército y del sistema impositivo o talla.
2.Guerras de Religión en el s. XVI : enfrentamiento de los nobles protestantes (hugonotes) y la
Santa Liga por el control de la monarquía políticamente vacante. Fueron dirigidas desde un
principio por los tres grandes linajes rivales: Guisa, Montmorency y Borbón. Cuando el sur se
perdió ante los ejércitos protestantes, recayó sobre las ciudades católicas del norte una presión
redoblada de impuestos. La miseria urbana que resultó provocó una radicalización de la Santa
Liga y estallaron revoluciones municipales. En París, el país fue tomado por un comité
dictatorial de funcionarios y clérigos, apoyados por hambrientas masas de la plebe. Al
convertirse Enrique de Navarra en sucesor legal de la monarquía, la ideología de estas

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revueltas giró hacia el republicanismo. La nobleza comenzó a cerrar filas tan pronto como
existió un peligro real de levantamiento desde abajo Enrique IV aceptó tácticamente el
catolicismo. Las guerras de religión terminaron con la reafirmación del Estado real. Aun
muestra una monarquía débil, propenso a luchas fraccionadas por el trono vacante.
3. La Fronda en el s. XVII: levantamientos del Parlamento contra los intendentes de la
monarquía francesa durante el reinado de Luis XIV. Durante un breve período sectores de la
alta nobleza, de la magistratura de los titulares de cargos y de la burguesía municipal
utilizaron las masas descontentas para sus propios fines contra el Estado Absolutista. Tuvo
como causa la prolongación de la guerra contra España por parte de Mazarino. El hambre y
las malas cosechas se combinaron con una rebelión de los officiers producida por el hastío de
la guerra. Le costó a Mazarino sus conquistas en el Mediterráneo. Las ciudades establecieron
dictaduras municipales rebeldes. Fue menos peligrosa que las guerras de religión, porque las
clases propietarias estaban ahora más unidas (officiers eintendants a pesar de las
contradicciones procedían de la nobleza de toga). Fue el último levantamiento en el que
confluyeron rebeliones procedentes de abajo y arriba. Implementación del Estado Absoluto,
con un sistema de intendencias que minimizó el poder local. Este proceso concluye en el siglo
XVIII con (1) el auge macroeconómico de Francia (aunque aún hay miseria en las clases
populares de Francia, o desde la perspectiva microeconómica); (2) con la consolidación de la
propiedad privada de los nobles; y(3) con la aristocratización de la burocracia.
4Causa del crecimiento de la carga fiscal: la intervención diplomática y militar de Richelieu en
la Guerra de los 30años. Francia selló el destino de Alemania y destrozó el predominio
español. El éxito francés coincidió con la consolidación del complejo burocrático y la
emergencia del conflicto facilitó la imposición de los intendants en las zonas invadidas o
amenazadas. Los costos de la guerra recayeron en los pobres por la presión fiscal fomentando
rebeliones urbanas y rurales (constantes en la década de 1630) que se entremezclaron con los
estallidos contra los recaudadores de impuestos patrocinados por la pequeña nobleza local.

INGLATERRA

Eduardo I. ya que el poder legislativo del que estaba revestido el rey, debía ser compartido con
las asambleas. Pero otro lado, una de las características del feudalismo inglés es la unión de la
monarquía y nobleza en materia judicial. Los mares ingleses se llenan de barcos mercantes.
Nuevamente Francia e Inglaterra se ven envueltos en luchas por la supremacía marítima.
Durante la Guerra de los 100 años la monarquía tuyo apoyo de la aristocracia y de la nobleza,
pero es durante el desarrollo de la guerra de las rosas, donde este apoyo se disminuye. La
lucha entre las casas de Lancaster y Tudor, termina con esta última como nueva dinastía
gobernante.

Pero con la llegada de Eduardo IV, estos dejaran de reunirse. Durante este periodo se
vislumbra un aumento en los ingresos de la corona, gracias a los impuestos que se empiezan a
cobrar. Enrique VIII, herede un gobierno rico y sólido. Es este rey el que en 1527-28, da inicio a
la reforma religiosa en Gran Bretaña, por la negativa de Papa a abolir su matrimonio con
Catalina de Aragón. Este hecho marca un precedente, pero no pone en peligro el gobierno del
rey, al contrario, dará pie una sólida transformación. Enrique VIII, uso el parlamento para
oficializar medidas que iba en pro de la corona.

En materia religiosa, posterior a la separación de la corona con la iglesia católica, se da una


especie de estado poco organizado, y será Isabel I quien organizara la Iglesia Anglicana.
Enrique VIII será quien desarrollará un financiamiento y crecimiento de la armada. Al reinado
de Isabel, Inglaterra contaba con la mayor flota naval de Europa.

Hay que señalar que la dinastía de los Estuardo se vio marcada por una serie de sucesiones y
de gobierno no oficiales, esto quiere decir, muchas veces fueron los consejos de regencia los
que dirigían al país y no un rey. En bajo estos reinados donde los Justice of the peace dejan
de existir. La distribución de las riquezas se hace de forma poco equitativa. La nobleza no teme
ningún levantamiento en su contra y no hace ningún esfuerzo por crear un organismo estatal.

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Los señores, nobles tienen el poder. Se caracteriza este periodo por la constante concesión de
privilegios y títulos. La dinastía de los Estuardo es quizás quien más se acerca a un ideal de
absolutismo. Pero a diferencia del absolutismo continental (de Europa), que se había
cimentado en un ejército, el absolutismo inglés, a falta de un consolidado ejército no logro el
esplendor y poder del que se vivía en Europa. Fue esta causa lo que hizo que no se
consolidara, y cuando estuvo a punto de lograrlo, vino la revolución industrial que arraso con él.
Nace una ciudad capitalista, una gentry que es una clase comercial.

En la Edad Media, la monarquía feudal inglesa era más poderosa que la francesa. Las dinastías
angevina y normanda crearon un Estado monárquico de una autoridad y eficacia sin comparación en
toda la Europa occidental. Esa fuerza fue la que le permitió sus ambiciosas aventuras territoriales en el
continente a costa de Francia (la guerra de los Cien Años) durante la cual varios reyes ingleses y sus
aristocracias pretendieron conquistar y dominar zonas de Francia atravesando una poderosa barrera
marítima representó una empresa militar única en la Edad débil y de más corta duración.Media, y fue el
signo agresivo de la superioridad organizativa del estado insular. A pesar de ello la monarquía medieval
más fuerte de occidente produjo finalmente el absolutismo más

La transición de la época medieval a los primeros tiempos de la moderna correspondió a la historia


inglesa a un cambio profundo y radical en la mayor parte de los rasgos más característicos de la
anterior evolución feudal.

La primera centralización administrativa del feudalismo normando había generado una clase noble muy
reducida y unificada regionalmente. Las ciudades fueron desde el principio parte de la herencia real y
gozaron de privilegios comerciales sin la autonomía política de las ciudades continentales. Los señores
eclesiásticos no dispusieron nunca de enclaves señoriales. La monarquía evitó así los diversos peligros
para el gobierno unitario a los que se enfrentaban los soberanos feudales de Francia, Italia y Alemania.
Resultado: centralización concurrente del poder real y de la representación nobiliaria dentro del sistema
político medieval. El poder monárquico sólo podía sostenerse fuera de los límites de su soberanía,
gracias a asambleas de vasallos, capaces de votar un apoyo económico y político. Las asambleas no
pueden contraponerse de forma directa a la autoridad monárquica. Pronto surgen los "parliaments"
instituciones colectivas de la clase dominante-feudal, con un carácter unitario excepcional. Siglo XVIII
eran instituciones únicas y entremezcladas, sólo había una asamblea para todo el país, y dentro de la
asamblea no existía la división tripartita de nobles, clérigos y burgueses.

Desde Eduardo III los caballeros y las ciudades estaban representados en el Parlamento inglés
juntamente con los barones y los obispos.

Podemos mencionar varias características de la centralización del poder por ejemplo los parlamentos
unitarios que se reunían en Londres: no alcanzaron el nivel de control fiscal ni derechos de convocatoria
regular, pero aseguraron una limitación negativa tradicional del poder legislativo real, que había de
tener importancia en la época del absolutismo fusión entre la monarquía y la nobleza en el plano judicial
y además local; en el continente estaba significativamente dividido entre jurisdicciones reales y
señoriales, separadas. En Inglaterra, sheriffs que presidían los tribunales de los condados; eran cargos
no hereditarios.

Enrique IV

El reinado de Enrique IV preparó gradualmente la aparición de una nueva monarquía en Inglaterra.


Durante el último régimen lancasteriano las facciones aristocráticas habían desarrollado y manipulado
de forma prominente los Parlamentos para sus propios fines, mientras que los soberanos de la casa de
York se habían esforzado en medio de la Monarquía reinante por concentrar y reforzar una vez más el
poder de las instituciones centrales de la monarquía. Cuando aumentó la seguridad interior y se
consolidó el poder de los Tudor, Enrique VII desechó esa institución. El gobierno monárquico
centralizado se ejercía a través de una pequeña camarilla de consejeros personales y de hombres de
confianza del monarca.

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Enrique VIII, La dinastía Tudor había iniciado en el siglo XVI, un camino para la construcción de un
absolutismo inglés. Enrique VIII heredó un poderoso ejecutivo y una hacienda próspera. Por la crisis
matrimonial que le lleva a un enfrentamiento con el Papado, tiene que movilizar a la clase terrateniente.
Enrique VIII hizo uso del Parlamento como medio necesario para sus fines reales. En el marco heredado
por el sistema político feudal inglés, que había conferido poderes singulares al Parlamento, se estaba
formando un absolutismo nacional que en la práctica era equivalente a los continentales. El poder
personal de Enrique VIII durante toda su vida fue exactamente igual al de su coetáneo Francisco I en
Francia, pero con la limitación fundamental de que carecía de un sólido aparato militar: la construcción
de un ejército fuerte era una condición indispensable para la supervivencia de las monarquías
renacentistas del continente.

Mucho antes que en cualquier país del continente tuvo lugar en Inglaterra una progresiva disociación
entre la nobleza y la función militar básica que le había caracterizado en el orden social medieval, y esto
permitió una conversión gradual de la aristocracia hacia las actividades comerciales. El camino
económico que condujo a la metamorfosis de la renta feudal en los siglos XII y XV a la aparición de un
sector capitalista rural en expansión empieza en el s. XVIII. La nobleza se estratifica, y el estado se
divide en pequeña burocracia, una fiscalidad limitada y carece de ejército permanente.

Isabel I, Con Isabel I la Cámara de los Comunes aumentó de tamaño porque la nobleza rural aumentó en
proporción, con isabel I a la cabeza se vence a la armada invencible (Guerra contra España), pero no se
capitalizo en tierras ni riquezas solo un prestigio y lo que costo gran cantidad de riquezas Anexionó
Irlanda (tierra que no se había conquistado y en donde aún perduraron los clanes) a Inglaterra aunque
trataron de defenderse y atacaron varias veces.

Dinastía Estuardo, La extinción del linaje Tudor en 1603 y la llegada de la dinastía Estuardo, crearon
una situación política nueva para la monarquía. Escocia se unió por vínculo personal con Jacobo I.
Durante el último período medieval la monarquía escocesa no pudo consolidar la disciplina real en sus
dominios, pero tampoco mejoró hasta Jacobo VI.

La dinastía Estuardo persiguió Los ideales de la realeza absolutista que reinaba en Europa Occidental.
Jacobo I, acostumbrado a un país en el que los magnates territoriales hacían sus propias leyes y en el
que el parlamento contaba poco, se encontró un reino en el que el militarismo de los grandes había sido
destruido y no fue capaz de ver que el Parlamento representaba el núcleo central del poder nobiliario. El
carácter más desarrollado de la sociedad inglesa le hizo creer que era más fácil de gobernar. Tuvo un
régimen de gobierno directivo y falto de comprensión hacia el Parlamento, y no hizo esfuerzo alguno por
suavizar el creciente sentimiento de oposición de la gente inglesa. Tenía una corte ostentosa combinando
con una política exterior inmovilista basada en el acercamiento a España, que eran cosas impopulares
para la clase terrateniente.

Existía una paz social relativa en el campo, por lo que no era necesaria una máquina centralizada a
disposición del Estado; al bajar el sistema impositivo impidió el surgimiento de una burocracia para el
funcionamiento del sistema fiscal (al asumir la aristocracia las funciones administrativas locales desde
la Edad Media, la monarquía siempre estuvo privada de un aparato profesional regional: la tendencia
estuarda hacia el absolutismo tropiezo con muchos obstáculos). La última intentona de Carlos I por
crear una base fiscal fue extender el único impuesto tradicional para la defensa que existía en Inglaterra:
pago por los puertos de una contribución para el mantenimiento de la armada; en pocos años fue
saboteada, por la negativa de los jueces de paz locales para recaudarlo. El absolutismo continental se
había construído sobre sus ejércitos. Paradójicamente, el absolutismo inglés sólo podía existir con
débiles ingresos suyos mientras no tuviera necesidad de crear un ejército.

En Escocia, levantamiento religioso por la imposición de una liturgia anglicanizada, Escocia, que poseía
todavía vínculos guerreros de un tardío sistema político medieval, se organizó e hizo frente a Carlos I,
que tuvo que pactar el castigo por su falta de fuerzas armadas. El Parlamento, convocado por el rey in
extremis, sólo suprimió los avances de la monarquía Estuardo, proclamando un marco constitucional; un
año después, salta la rebelión católica en Irlanda. La necesidad de crear un ejército inglés para
dominarla lleva al Parlamento y al rey a una verdadera guerra civil.

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ITALIA

El estado absolutista surgió en la era del Renacimiento, pero en Italia las instituciones
medievales universalista, el Papado y el Imperio, actuaron como un freno en el desarrollo de
una monarquía territorial ortodoxa.

Fue la ausencia de un poder un poder centralizador en Italia lo que permitió las maniobras
políticas del papado. El determinante fracaso en producir un absolutismo nacional se basa en
el desarrollo prematuro del capital mercantil en las ciudades del norte de Italia, que impidió la
aparición de un poderoso estado feudal reorganizado en el plano nacional.

Con Federico II, los nobles, prelados y ciudades fueron sometidos a la monarquía, por medio
de las leyes de Capua (1120) y de un complejo sistema burocrático, como jueces reales que
actuaban de comisarios en las provincias; eran cargos rotativos para impedir que fuesen
influenciados por los señores locales. Económicamente, los peajes interiores fueron suprimidos
y se instaló un sistema de aduanas exterior, control estatal del comercio exterior de grano,
produjo ganancias reales, monopolio de artículos de consumo, incremento regular de los
puestos sobre la tierra: ingresos fiscales.

Federico elaboró un anteproyecto para la futura administración de Italia como un sólo Estado
real, dividido en provincias gobernadas por vicarios generales y capitanes generales
nombrados por el emperador; la idea la continuó Mamfredo su hijo. Pero en las continuas
guerras entre guelfos y gibelinos, el linaje de los Hoheustaufen acabó derrotado y destruido.

El Papado fue el vencedor en esta lucha contra el anticristo. En la Iglesia universal dice que el
Papado construyó una autoridad centralista, pero que como estado italiano permaneció
extremadamente débil, deficitario e ineficaz (el autor demuestra repetidamente entender sólo el
aspecto humano de la Iglesia).

Razón básica del fracaso de los Hoheustaufen en su intento por unificar la península fue la
superioridad económica y social del Norte de Italia con el doble de población que el sur, y
productor de comercio y manufacturas.

El Renacimiento se descubrió con una consecuencia nueva e intensa de ruptura y de pérdida


(de lo antiguo, para recuperarlo). Su marco histórico en los sistemas de ciudad-estado
proporcionó de forma natural la base objetiva de una ilusión evocadora de encarnaciones
correspondientes entre el florecimiento de centros urbanos en la antigüedad clásica y en la
Italia renacentista: ambos eran producto de ciudades-república autónomas, ambos estaban
dominados por nobles, ambos constituían centros de intercambio mercantil, ambos exigían el
servicio militar en la caballería o infantería a sus ciudadanos, o el uso de sorteos para elegir
magistrados. Pero en realidad, la naturaleza socio-económica de las ciudades-estado en la
Antigüedad y del Renacimiento son profundamente diferentes: las ciudades medievales eran
enclaves urbanos dentro de un modo de producción feudal, estructuralmente posible por la
fragmentación de la soberanía; las antiguas eran una continuación del campo, y las italianas
estaban separadas del campo, comenzaron como centros mercantiles, dominados por la
pequeña nobleza y poblados de semi campesinos que combinaban frecuentemente las
ocupaciones rurales y urbanas, el cultivo y la artesanía. Los mercaderes, banqueros y juristas
se convirtieron en una élite patricia de las ciudades-república, mientras que la masa de la
ciudadanía la constituyeron los artesanos en contraste con las ciudades antiguas en que la
clase dominante era una aristocracia terrateniente y la población eran agricultores o plebeyos.

Evolución política de las ciudades italianas: desplazamiento episcopal, para dar paso a una
aristocracia terrateniente; y éstas dejarán paso a gobiernos oligárquicos, con un sistema
exterior de podestá; los gremios plebeyos crearon sus propias contra instituciones cívicas; el
estrato más alto de los gremios (maestros), se fusionará con la nobleza urbana para formar un
único bloque municipal de privilegio y poder. Las tiranías para ampliar las bases del sistema
político, preludio de unas libertades más amplias y un ágora más libre; en cambio en el
Renacimiento, las tiranías cerraron el desfile de formas cívicas antes de convertirse en un
autoritarismo autocrático.

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El norte y el centro de Italia eran zonas más avanzadas y más prósperas que occidente, esto
dio a Italia una posición peculiar en el futuro desarrollo económico del continente. Quedó
asolada con la depresión del siglo XIV. También decae la producción de textiles de lana, que
cambió hacia la producción de seda. El poder de recuperación del sector urbano y la
modernidad "relativa" del sector agrario permitió recuperar el ímpetu económico en 1400. La
organización gremial implicaba ciertos límites internos al desarrollo de la industria capitalista en
Italia, pues las corporaciones de artesanos bloquearon la completa separación entre los
productores directos y los medios de producción.

Culturalmente el Renacimiento alcanzó su apogeo en la civilización urbana italiana.


Económicamente el progresivo estancamiento de la técnica y de la empresa queda encubierto
por la expansión en Europa occidental. En el plano Político, el potencial de estos estados era
muy limitado. En el Norte y en el centro las tiranías urbanas se enzarzaron en intrigas y
guerras; la incesante rivalidad alcanzó su equilibrio precario con el tratado de Lodi 1451.

La soberanía de las signorie fue ilegítima en un sentido profundo; habían extinguido la vitalidad
cívica pero no podían contar con la lealtad y la disciplina de un campo señorial; los signorie
fueron incapaces de generar la forma de Estado característica de la primera época Moderna, el
absolutismo monárquico unitario.

En Italia y en Alemania, la densidad de ciudades produjo una especie de micro absolutismo


que cristalizó las divisiones del país; no estaban en condiciones de resistir a las vecinas
monarquías feudales, y cuando la península italiana se vio forzada a adoptar las normas
europeas, Francia y Espana extendieron sobre ella su control: Italia, incapaz de producir un
absolutismo nacional, se vio condenada a sufrir uno extranjero: el dominio español coordinó a
la península, en tanto el avance económico del Norte de Italia, paradójicamente, la condenó a
un ciclo largo de atraso político.

Será la monarquía piamontesa la que conseguirá la unificación nacional, porque sólo allí
apareció un absolutismo riguroso y autónomo: era un estado económicamente rudimentario,
pero con un núcleo territorial capaz de un posterior avance político. Su posición geográfica fue
decisiva. Significo su autonomía y su posible aumento de fronteras, aliándose a las potencias
del continente en lucha con otras. Piamonte, único estado independiente con su sistema de
estados, organizado en un sistema tricurial convencional, dominado por la nobleza; las rentas
de los duques eran pequeñas y su autoridad limitada, El clero era su aliado. Los Estados se
negaron a conceder subsidios para un ejército permanente.

La Administración francesa reorganizó y modernizó el sistema político local; el beneficiario fue


el Duque Manuel Eliberto, que convocó por última vez los estados y obtuvo un amplio subsidio
para un ejército permanente, y después lo disolvió para siempre. Se conservaron las
instituciones de los treinta años de dominio francés (Valois): consejo de estado ejecutivo,
parlamentos judiciales, código legal único, moneda única, reorganización de fuerzas,
legislación suntuaria. Se aumentaron inmensamente los ingresos, se creó una corte nobiliaria
nueva y leal. La dinastía piamontesa tendió a apropiarse de los mecanismos y formas políticas
del absolutismo francés, resistiéndose a su absorción territorial. En el siglo XVI hay recaídas
prolongadas en anarquías, guerras civiles y luchas nobiliarias.

El avance hacia el absolutismo fue reanudado por Victor Manuel II en el siglo XVIII: instaló una
administración rígida (modelo Colbert), sistema de consejos e interdants, eliminó el carácter
feudal de amplias áreas de tierras nobiliarias por el sistema del nuevo registro catastral
(aumentó así sus ingresos fiscales), construyó una gran estructura militar y diplomática, eliminó
las inmunidades clericales y sometió a la Iglesia, hizo un enérgico mercantilismo proteccionista
(desarrollo de carreteras y canales también).

Carlos Manuel III se alió con Francia contra Austria para conseguir la zona lombarda, y
posteriormente con Austria contra Francia.

SUECIA

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Siglo XVI, absolutismo, pasando casi sin transición de un primer tipo medieval al primer tipo
moderno de estado feudal. La aparición del nuevo estado fue precipitado desde el exterior. El
rey danés Cristian II marchó sobre Suecia a la perspectiva de una fuerte monarquía extranjera
imponiéndose sobre Suecia; unió a la aristocracia local y a algunos sectores del campesinado
independientes tras un noble usurpador, Gustavo Vasa, que estableció su propio gobierno y
expropió a la Iglesia, bajo la Reforma en 1544: Suecia era un país luterano. Por la explotación
de las minas de plata, del fomento de la exportación de hierro y de la supervisión minuciosa de
las rentas o ingresos de su reino, existió un gran excedente sin un incremento similar de los
impuestos. Amplió el aparato administrativo real, burocracia central, a la nobleza se le confirió
cada vez más el nuevo forlaning, especie de beneficio semi-ministerial del alcance más
limitado, que se reducía a la asignación de rentas reales específicas para nombramientos de
administración. la aristocracia mantuvo la solidaridad. Carlos IX toma el poder, represión y
neutralización del rad. La nobleza es mantenida a distancia de la administración central, y se le
aumentan sus obligaciones militares. El rey distribuyó a los nobles tierras confiscadas a los
magnates. A su muerte la nobleza restablecía el poder del rad sobre los impuestos y asuntos
de Estado, daba primacía nobiliaria en los nombramientos para la burocracia, aseguraba la
posesión del cargo y de salarios fijos a los funcionarios del Estado. Gustavo Adolfo creo el
pacto constitucional, reconciliación e integración de la monarquía y la nobleza: el gran canciller
Oxenstierna reorganizó todo el sistema ejecutivo en cinco colegios centrales, dirigidos por
burócratas de la nobleza. El país se dividió en veinticuatro unidades provinciales. Sistema
racionalizador y un nuevo vigor absolutista sueco en el interior, es la base para una expansión
militar en el exterior: objetivo, el Báltico Norte. Adquirió el golfo de Finlandia, se formarán los
enclaves estratégicos de acceso a la Prusia oriental, se impusieron peajes sobre el comercio
de grano en el Báltico sur. Hizo saltar las posiciones alemanas en el imperio Habsburgo,
atravesando Alemania. Centralización del poder real en los siglos XVI y XVII la amenaza de un
riguroso dominio danés fue lo que movilizó a la nobleza sueca tras Gustavo I, y el capital de
Lübeck fue quien financió su esfuerzo bélico contra Cristian II.

El modelo social básico de absolutismo aristocrático, estaba edificado sobre los fundamentos
sociales de un campesinado no servil y de unas ciudades ascendentes: lo más típico en el Este
fue un absolutismo aristocrático erigido sobre los fundamentos de un campesinado servil y de
unas ciudades subyugadas. El absolutismo sueco, por el contrario, se construyó sobre una
base única, porque combinó un campesinado libre con unas ciudades insignificantes; la
nobleza menos prepotente en el campo también estaba mucho menos limitada objetivamente
por la presencia de una burguesía urbana.

La masa fundamental de la aristocracia de esta época fue siempre estructuralmente


inadecuada para un salto frontal contra el campesinado. No existía ninguna amenaza burguesa
contra su monopolio del poder político. El orden social sueco fue insólitamente estable mientras
no se ejercieran presiones exteriores. Durante la Edad Media nunca se desarrolló un
separatismo feudal, nunca se produjeron divisiones regionales fuertes entre la escasa nobleza
sueca. Una nobleza pequeña y compacta se podía adaptar con relativa facilidad a una
monarquía centralizada. El Riksdag era políticamente único, al incluir a un específico
estamento campesino dentro de un sistema de cuatro curias, lo que carecía de paralelo en
cualquier otro país de Europa. Los delegados campesinos, formarán un organismo
curiosamente pasivo, desprovisto de iniciativa legislativa y respondiendo a todas las peticiones
reales. En 1644 con Cristina se reafirma políticamente el poder real; la nobleza sueca adquirió
una fuerza numérica apreciable, la monarquía enajenó una enorme cantidad de tierras e
impuestos reales a su élite de funcionarios y seguidores. Carlos X, Relanzó el expansionismo
sueco con un ataque a Polonia en 1655. La Prusia Oriental fue declarada feudo sueco y
Lituania anexionada a Suecia. Un ataque directo danés a Suecia fue lo que deshizo la
conquista de Polonia. Regencia del canciller De la Gardie: gobierno en manos de la alta
nobleza, continuó vendiendo las propiedades de la monarquía, política exterior poco ambiciosa.
Códigos de Gardsratt por primera vez se les daba a los terratenientes la jurisdicción-privada
sobre su propio campesinado.

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Carlos XI, Utilizó el Riskdag para abolir los privilegios tradicionales del rad, para recuperar con
el apoyo de la pequeña nobleza las tierras y rentas de la monarquía, enajenados en el periodo
anterior; los ingresos estatales aumentaron todavía más por medio de mayores impuestos
sobre los campesinos. Reformó el ejército por medio del asentamiento de soldados. Puso a los
campesinos en tierras especialmente distribuidas por elindelriggverkt o sistema de parcelación,
que aliviaba al tesoro de los pagos en dinero a las tropas del interior. La plata fue ampliada.
El Riksdag aprobó el derecho divino del rey a la soberanía absoluta sobre su reino, en cuanto
delegado ungido por su Hacedor.

Carlos XII, Superó en poder autocrático a su padre; su base demográfica y económica era
excesivamente pequeña para sostener su extensión territorial contra la enemistad de sus
vecinos y rivales. En 1699 Dinamarca, Sajonia, Polonia y Rusia se aliaron contra Suecia. Tras
un avance militar circular alrededor del Báltico, el gran mar del Norte, acabó con una
bancarrota para Suecia.

A la muerte del rey, la nobleza en medio de disputas por la sucesión, construyó un sistema
constitucional que dejaba a los Estados la supremacía política, y reducía temporalmente a la
nada la monarquía. 1720-1772, régimen de corrompido parlamentarismo aristocrático. El nuevo
orden no perteneció ya a los magnates, la masa de la pequeña y mediana nobleza dominaba la
burocracia oficial y el ejército. La división en tres rangos dentro de la nobleza fue abolido;
privilegios que prohibieron el acceso de los plebeyos a las tierras y a los matrimonios
nobiliarios. El Riksdag se convirtió en el núcleo formal del sistema político constitucional.

Cuando la nobleza opuso resistencia, Gustavo III fuerza al Riskdag la promulgación de una ley
que restauraba el absolutismo total. El rey promete a los estamentos más bajos el acceso a la
burocracia oficial, a la judicatura, el derecho a comprar tierras nobiliarias y otras demandas; el
autor ve en ello la contradicción del monarca absoluto que hace concesiones sociales, tan en
desacuerdo con la aristocracia, que es asesinado por uno de ellos.

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SEGUNDA PARTE

El absolutismo en el Este:

Durante la Edad Media no se había producido ningún sistema feudal político plenamente
articulado como en Occidente, sino que generalmente, combinaban una aristocracia guerrera
dominante con una población heteróclita de campesinos libres y siervos por deudas o esclavos
capturados, mientras la estructura del Estado estaba muy cerca del sistema tradicional de
séquitos de acompañantes de los jefes militares; en la clase dominante se fue produciendo una
creciente adaptación a las normas jerárquicas de Occidente. La propiedad feudal y alodial
estaban obligados a la presentación de servicios militares, pero menos la segunda, por lo que
los nobles procuraban convertirlas en alodiales, al contrario que la monarquía. No había
apenas señoríos intermedios ni sub vasallajes, y los soberanos conservaban el derecho de
imponer contribuciones.

En la crisis europea se introdujo el sistema señorial y trabajo servil, que dio a los señores poder
concentrado sobre los campesinos, en Rusia y Prusia los siervos podían incluso venderse, con
independencia de las tierras que trabajaban. Era una posesión aristocrática de la tierra, que
propiciaba el poder despótico local. El sistema de servicios que en Occidente había sido
expulsado por el absolutismo, es reclamado en el Este por el mismo absolutismo: el ejemplo
más claro fue Rusia, con los zares. Siempre fue imperfecto su feudalismo, pero le llevó al
absolutismo. Tampoco había tenido monarquías renacentistas como Europa, a excepción de
Polonia.

En Hungría, la nobleza magiar resistió al absolutismo con todas sus fuerzas, cuatro veces en
rebelión armada, hasta que fue sometida y gravados sus siervos con una contribución central.
En Bohemia, Austria aplastó la rebelión de los Snem eliminando esa nobleza, en 1620. En
Rusia y Prusia no hubo grandes rebeliones aristocráticas contra la llegada del Estado
centralizado, sino que aceptaron con pocos reparos la nueva situación en cambio, hubo
grandes luchas sociales por parte de las clases rurales y urbanas, que hicieron que
desapareciera hasta el Zemski Sobor y la Duma para que no pereciera la monarquía, en el
siglo XVII. En el XVIII vuelve a haber tal consonancia entre nobleza y monarquía, que Catalina
II dice que "ser aristócrata es su oficio"; adoptan el francés como lengua culta; y entienden que
la nobleza sirve al absolutismo, pero que el absolutismo sirve a los intereses políticos de la
nobleza; el Estado se paraba en la puerta de sus propiedades y ellos obtenían el poder
fundamental de la posesión de esas tierras (títulos) antes que de su presencia temporal en el
Estado.

En Austria, la monarquía hizo un intento de reforzar el Estado con la emancipación del


campesinado y aislamiento de la nobleza (con José II), pero fracasó, y ya siempre el
absolutismo austríaco sería débil. Federico en Prusia mantuvo la servidumbre. Y Catalina en
Rusia la aumentó.

En el XIX terminó la servidumbre, con el ataque militar proveniente de Occidente y


representante del capitalismo: la victoria de Napoleón en Jena emancipó legalmente al
campesinado prusiano en 1811, y la derrota de Alejandro II en Crimea condujo a la
emancipación de los siervos rusos en 1861. En el Este terminó la servidumbre, pero no el
absolutismo.

Nobleza y monarquía

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Durante la Edad Media en el Este las principales formaciones sociales no produjeron ningún
sistema político feudal articulado como el romano en Occidente, sino que se encontraban en
estadios de transición entre federaciones tribales y jerarquías sociales estratificadas. El modelo
más característico combinaba a una aristocracia guerrera con campesinos libres, siervos por
deudas y esclavos capturados y por otro lado, la clase dominante se adaptó rápidamente a las
normas jerárquicas occidentales, tales como barones, el uso de blasones o de títulos. Dos
rasgos dominantes de la clase alta del Este son la posesión condicional, es decir, el sistema
propiamente feudal que nunca estuvo realmente arraigado.

En Europa oriental el señorío territorial, personal y económico se fundía en una sola autoridad
señorial, que ejercía derechos acumulados sobre sus súbditos siervos. Era tanto la
acumulación de poderes que incluso en Rusia y Prusia los siervos podían venderse por
separado de las tierras que trabajaban, lo que constituía esclavitud. “Si algo hizo este sistema
fue aumentar el poder despótico local dentro de la clase señorial”.

durante el siglo XVI prevaleció una relativa despreocupación aristocrática, seguida en el XVII
por conflictos y tumultos de gran amplitud, que dejaron paso en el XVIII a una nueva y confiada
concordia, sin embargo, en la Europa oriental del mismo siglo de la occidental no hubo ningún
equivalente a las monarquías renacentistas de Occidente.

Polonia, cuyo sistema estatal era una república nobiliaria, por lo tanto, “El proceso de
construcción del Estado absolutista comenzó en el Este mucho más tarde”. Los Estados
absolutistas duraderos sólo pudieron erigirse en el Este durante el siglo siguiente, después de
la plena integración militar y diplomática del continente en un solo sistema internacional, y de la
consiguiente presión occidental que le acompañó.

Los tres sistemas de Estados más fuertes del Este eran los de Polonia, Hungría y Bohemia,
que reivindicaban para sí el derecho constitucional de elegir a sus respectivos monarcas. El
caso polaco fue el único en Europa en donde la posición de la aristocracia era tan
inquebrantable que ni siquiera hubo un conflicto serio entre la monarquía y la nobleza, porque
ningún rey electivo acumuló nunca el poder suficiente para enfrentarse a la szlachta; en
Hungría los tradicionales Estados chocaron frontalmente con la dinastía Habsburgo cuando
ésta procedió a la centralización administrativa desde finales del siglo XVI.

Las zonas que dieron origen a los estados absolutistas más desarrollados de Europa oriental
fueron Prusia y Rusia, pero aquí no hubo grandes rebeliones aristocráticas contra la llegada de
un Estado centralizado. “En ambos países el sistema medieval de Estados desapareció hacia
finales del siglo XVII sin clamores ni lamentos”. En definitiva, aunque desencadenaron grandes
luchas sociales en el curso de la transición hacia el absolutismo, en una escala mucho mayor
que la conocida en Europa occidental, sus protagonistas fueron las clases explotadas rurales y
urbanas y no los privilegiados ni los proletarios, que en conjunto revelaron una prudencia
considerable en sus relaciones con el zarismo.

“La propiedad privada y la seguridad de la clase terrateniente fueron siempre el talismán


doméstico de los regímenes reales, sin que influyera en esto para nada el carácter autocrático
de sus pretensiones”. La composición de la nobleza podía ser transformada a la fuerza en las
situaciones de crisis agudas, como lo había sido en el Occidente medieval, el absolutismo
oriental, se detenía en las puertas de las propiedades señoriales y la nobleza obtenía su
riqueza y su poder de la posesión estable de la tierra y no de su presencia temporal en el
Estado.

“el siglo XVIII fue en toda Europa una época de reconciliación entre monarquía y nobleza”. El
absolutismo tardío del Este se encontraba ahora en un apogeo político. “El despotismo
ilustrado del siglo XVIII fue esencialmente un fenómeno de la Europa central y oriental
simbolizado por las tres monarquías que se repartieron Polonia: Federico II, Catalina II y José
II”.

La tolerancia oficial y el anticlericalismo se potenciaron el Austria o Prusia, al contrario de los


que ocurría en España o Francia, se inició o se extendió la educación pública, alcanzándose

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notables progresos en las dos monarquías germánicas, económicamente, se llevaron a la
practica con vigor el proteccionismo y el mercantilismo absolutistas. “El estado absolutista del
Este, habría de sobrevivir a la servidumbre”.

PRUSIA

Prusia presenta un caso típico en Europa de desarrollo desigual y combinado que produjo
finalmente el mayor Estado capitalista industrializado del continente, a partir de uno de los más
pequeños y atrasados territorios del báltico.

Brandeburgo y su compilación sobre Prusia, en los asuntos de Polonia y a través de esto las
relaciones políticas internacionales que fueron también decisivas en la formación de la potencia
dinástica Austriaca, el destinado a posicionarse como la gran potencia en que tomaron fuerza
las diferencias económicas, lingüísticas desde la reforma también las religiosas entre el norte y
el sur. Es evidente que las complejas causa de ascenso de Brandeburgo contiene también la
respuesta a la historia moderna de Alemania, porque la unificación de Alemania alcanzada
durante la revolución industrial se alcanzó en ultimo termino bajo la dirección política de los
Junker agrarios de Prusia el ascenso de los Hohenzoller concentra las claves de la naturaleza
y función del absolutismo en el desarrollo político de Europa.

A principios del siglo XVI Brandeburgo era una ciudad desprovista de ciudades libres, pero en
esta remota zona fronteriza, la derrota de las ciudades asegura la supremacía de la nobleza
más que la de la dinastía. La aristocracia local amplio constantemente sus dominios, cercando
las propiedades comunes de las aldeas, y privo a los pequeños campesinos de sus tierras a
medida que los cultivos se hacían más lucrativos, al mismo tiempo la clase terrateniente tomo
el control de la alta justicia, y compro las tierras del elector y monopolizo los cargos
administrativos. Un firme sistema de estados dominado por la nobleza, opuso su veto al
desarrollo de un ejército permanente y toda la justicia exterior convirtiéndose al electorado en
un ejemplo claro de Alemania centralizada en época de Reforma. Así en el último periodo de la
edad media Brandeburgo se conformó, con una modesta prosperidad señorial y un poder
principesco muy débil. Mientras tanto Prusia oriental se había convertido en un feudo
hereditario de otra rama de la familia Hohenzoller v como último líquido la orden teutónica al
declararse a favor de la reforma en 1525, la disolución de esta orden clerical militar dominante
cuya derrota databa del siglo XV tras la derrota frente a Polonia condujo a la fusión de
caballeros terratenientes seculares de ahí la creación por primera vez de la clase señorial
unificada de la Prusia oriental.

Los estados prusianos conservaron quizás privilegios más amplios que cualquier otra
institución de su tipo en Alemania, e incluyendo el de hacer nombramientos administrativos los
poderes judiciales y el derecho permanente a recurrir a la monarquía polaca contra los
duques.

.El estado Hohenzoller emergió de la guerra de los 30 años con poco crédito político y militar
en el exterior, aunque ampliado territorialmente por la paz. Brandeburgo se pasó hábilmente de
bando, a cambio de una formal renuncia polaca a su señorío sobre Prusia oriental, en el tratado
de Labiau de 1657 estableció por primera vez la soberanía incondicional de los Hohenzoller
sobre el ducado. Mientras el sistema de Estados se está hundiendo imparablemente, el aparato
militar burocrático del absolutismo centralista se eleva rápida he innecesariamente.

Este legado modesto habría de ser notablemente ampliado por el nuevo monarca Federico
Guillermo primero I “el rey sargento” consagro su carrera a fortalecer el ejército Prusiano y
doblo su tamaño. Fundo una serie de instituciones como la escuela de cadetes para llevar a
cabo su cometido. Se creó un cuerpo de policía secreta o fiscales especiales para vigilar a la
burocracia central. El mercantilismo real promovió la industria textil y otros productos de
exportación, al mismo tiempo los gastos de la corte se redujeron a un mínimo frugal.

La aristocracia no consiguió la completa inmunidad fiscal sus posesiones estaban sujetas a


impuestos y fue incapaz de asegurar la prohibición legal de la venta de tierras nobiliarias a los
plebeyos sin embargo estaba bien representada en el sistema de estados que se hiso cada vez

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más estable e influyente durante el siglo XVI. Sajonia a diferencia de Brandemburgo el
impuesto sobre el comercio se extendió de las ciudades a los campos, en perjuicio de la
nobleza.

El absolutismo Sajón, a pesar de sus comienzos prometedores y de las inclinaciones


autocráticas de los sucesivos dirigentes de la casa de Wettin, nunca alcanzo una verdadera
firmeza o consistencia, el carácter de la formación social era demasiado misto y fluido. En el
ámbito fragmentado del Reich posmedieval, solo aquellas regiones que poseyeran una clase
terrateniente económicamente fuerte y estable estarían en condiciones de conseguir la
dirección diplomática o militar de Alemania, porque solo ellas podrían generar un absolutismo
capaz de igualarse a las grandes monarquías europeas.

Alemania quedaba excluida de ante mano, debido a la densidad de su población urbana,


Baviera por su parte desarrollo un absolutismo temprano bajo el signo de contrarreforma, pero
su nobleza era demasiado débil, su clero demasiado rico, su campesinado demasiado libre,
para establecer un principado dinámico, Sajonia tenía una aristocracia más amplia pero sus
ciudades eran también fuertes y el campesinado no era servil, hacia 1740 ambos estados
había pasado su apogeo.

En Prusia por su parte los Junkers mantuvieron una servidumbre de hierro en sus propiedades
y en una tutela vigilante sobre las ciudades, el poder señorial alcanzo su más pura expresión
en las tierras de los Hohenzoller que eran las más remotas avanzadillas de los asentamientos
germanos del este. La fuerza exterior decisiva que afecto a los respectivos destinos de Prusia y
Austria, dentro de Alemania no fue Polonia sino Suecia, el poderío sueco destruyo la
posibilidad de unificación del imperio de los Habsburgos en la guerra de los 30 años y la
proximidad sueca actuó como una presión centrípeta para la construcción del estado de los
Hohenzoller, compulsión que nunca experimento en la misma medida Baviera y Sajonia.

La capacidad de Prusia de resistir la expansión sueca y ponerse fuera del combate a todos
sus rivales dentro de Alemania debe relacionarse con su vez de carácter específico de su
propia clase de los junkers y la consolidación sobre una base transparentemente clasista de un
absolutismo dinámico por el gran elector del rey Sargento.

La leibeigenschaft era el sometimiento personal hereditario de los campesinos, que no tenían


ningún derecho civil ni de propiedad, y podían venderse por separado de la tierra. La
erbuntertanigkeit era la condición de dependencia territorial hereditaria, con unos mínimos
derechos legales, pero con adscripción a la tierra y con servicios obligatorios al señor, tanto en
casa como en las tierras, en la partica había poca diferencia entre ambas formas, así el estado
no ejercía ninguna jurisdicción directa sobre la masa rural, que era gobernada por los junkersen
sus gutsbezirke, bajo la supervisión de landrast, y cuyos impuestos dos quintos de los ingresos
de los campesinos eran recaudados directamente por sus señores.

Por otra parte las ciudades y las propiedades de la monarquía, estaban dirigidas por una
burocracia profesional, que era el arma directa del absolutismo, un rígido sistema de control de
peajes y tráfico regulaba los movimientos de personas y bienes de un sector a otro de esta
administración dual. La alta burocracia civil se reclutaba también de forma cada vez más
extensa de los junkers, el rey sargento tuvo cuidado que hubiera un equilibrio entre nobles y
burgueses en las cámaras provinciales, pero su hijo promovió deliberadamente la aristocracia a
costa de los funcionarios de clase media.

En 1740 murieron Federico I y Carlos IV, el heredero Prusiano Federico II CAYO


INMEDIATAMENTE SOBRE Silesia, Esta rica provincia de los Habsburgos fue ocupada
rápidamente por el ejército de los hohenzoller. Francia aprovecho la oportunidad para
asegurarse el apoyo prusiano en la elección de un candidato bávaro para la dignidad imperial.
Las victorias de Federico II en la guerra de sucesión austriaca, preparadas desde hacía tiempo
preparadas por las obras de sus predecesores, fueron la encrucijada estratégica de la carrera
europea del absolutismo prusiano convirtiéndolo por primera vez en una potencia triunfante
dentro de Alemania.

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En 1806, el ataque de Napoleón coloco al estado absolutista prusiano ante una prueba
decisiva, sus ejércitos fueron aplastados en Jena y tuvo que firmar un tratado de paz en Tilsit
que lo reducía a la condición de satélite. Todos sus territorios al oeste de Aba fueron
confiscados, los franceses plantaron sus cuarteles dentro de las fortalezas prusianas e
impusieron fuertes indemnizaciones, Esta fue la crisis que produjo la era de la reformas, en ella
y en su momento de mayor peligro y debilidad, el estado prusiano fue capaz de utilizar una
notable reserva de talento político, militar y cultural para salvar su existencia y renovar sus
estructuras.

Se suprimió el ya ineficaz Generaldirektorium y estableció un sistema ministerial convencional


con departamentos funcionales según el modelo de la monarquía francesa, enviando desde la
capital a funcionarios especiales para la supervisión de asuntos de las provincias, el resultado
práctico fue una mayor centralización del conjunto de aparato estatal, contrarrestado solo
nominalmente por la concesión de ciudades de una autonomía limitada. Estas reformas le
permitieron a Prusia participar de modo adecuado en la coalición final que derroto a la Francia
Napoleónica.

La constitución Prusiana, que fue el producto abortado a la crisis de 1848, estableció por
primera vez un landtag nacional, con una cámara basada en un sistema electoral de tres clases
que garantizaba abiertamente el dominio de la gran propiedad y otra cámara que se reclutaba
en su inmensa mayoría entre la nobleza hereditaria. En 1865 a Prusia correspondían las nueve
décimas partes de la producción de carbón y de hierro, dos tercios de máquinas de vapor, la
mitad de la producción textil y dos terceras partes de la fuerza de trabajo industrial de
Alemania. La mecanización de la industria alemana ya había superado a la de Francia.

El estado Alemán así creado no era en modo alguno un ejemplo puro de su tipo (en aquella
época no había ninguno en el mundo) estaba fuertemente marcado por la naturaleza feudal del
estado prusiano que le había precedido.

POLONIA

El ascenso de Prusia a mitad del XVII condujo a la decadencia a Polonia ya que la szlachta no
produjo un Estado absolutista centralizado y se hundió (no se sabe muy bien por qué): la crisis
de la peste le afectó poco; la monarquía Piast alcanzó su apogeo con Casimiro III en 1333, se
extinguió con su muerte. Prusia occidental y la oriental se convierte en feudo polaco (debiendo
homenaje y servicio en la guerra a la monarquía polaca), consigue el puesto de Danzig: la
dinastía gobernó 200 años, concedió privilegios sucesivos a la nobleza, que organiza la Sejm o
asamblea nacional bicameral pero sólo aristocrática, excluyendo las ciudades, que impidió a la
monarquía legislar y recaudar impuestos sin su consentimiento. Se decretó también la
servidumbre del campesinado y su inmovilización para prosperidad de la nobleza y su comercio
de cereales. Polonia se convirtió en el granero de Europa, pero las técnicas de cultivo seguían
siendo primitivas y de producción baja.

La nobleza era feudal, de clanes enteros con dominios sobre el campo, aunque las posesiones
eran muy desiguales. En 1569 se funden en un sólo sistema político con Lituania (una moneda
y un parlamento, aunque no misma religión ni lengua).

no se notaba la falta de un Estado fuerte centralizado, y la nobleza pone trabas al poder de la


monarquía. Cuando en 1572 termina la dinastía Jagellón con la muerte de Segismundo
Augusto, el trono sale a subasta internacional: se reúnen 40.000 nobles y eligieron a Enrique
de Anjou, que firma lo que sería su carta constitucional y limitaciones de la nobleza al poder
real. el individualismo de la nobleza no estuvo interesado en un Estado central fuerte para
expandirse, y se contentaban con las soluciones tradicionales. A comienzos del XVII empieza a
notarse la precariedad de los métodos, el agotamiento rural y el descenso en las cosechas;
además, la nobleza se rebela contra los planes de reforma de la monarquía y vuelve a replegar
poderes en ellos y sus territorios; precariedad del ejército: pierde territorios, hay rebeliones
cosacas contra la nobleza.

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Polonia sigue en guerra con Rusia otros siete años. Estos 20 años de guerra le merman en un
tercio la población y los ejércitos suecos dejan desolado el país, con lo que las cosechas se
pierden y ya no se recobraron: gran parte de la nobleza se arruinó, se marchitaron ciudades.

Rusia le impuso el tratado de Varsovia en 1717, referente al ejército; la nobleza sólo protestaba
si se incrementaba el poder real (y por tanto la capacidad defensiva del país), y por evitar eso
llegaron hasta aceptar el protectorado ruso. Otra vez se disputó la sucesión en 1733, y fue
elegido Augusto III: no hizo tentativa de reforma, y el país se iba convirtiendo en un remanso
provinciano; la nobleza que se había mostrado tolerante hasta entonces, se hizo fanática de la
religión. En el XVIII se recuperó algo económicamente, aumentó la población y la exportación
de cereales por Danzig, y también la nobleza se repuso en sus bienes. En 1764 intervino Rusia
poniendo como rey a uno ligado a su camarilla; en 1767 lo hizo con tropas, provocando la
reacción de la nobleza pero a modo de Intolerancia religiosas 4 años de guerra, y victoria del
ejército zarista: primer reparto de Polonia en 1772 (entre Rusia,

Prusia y Austria), y pierde la 3ª parte de su territorio y de su población, con lo que la nobleza


decide remodelar en algo la estructura del Estado: la Sejm suprime la unanimidad
parlamentaria y el derecho a la confederación, establece monarquía hereditaria, crea un
ejército potente, introduce un impuesto sobre la tierra y un derecho a voto algo más amplio. En
1792 Rusia responde invadiendo Polonia, tras una fachada de magnates lituanos, e hicieron el
2º reparto, en el que Polonia perdió más de la mitad de su territorio, y se quedó con una
población de 4 millones. En 1794 estalló una revolución nacional y liberal, bajo el mando de un
ciudadano de la república francesa y veterano de la revolución americana; la nobleza se unió a
la causa de emancipación de los siervos; la revolución derrotó un ataque prusiano sobre
Varsovia, y Rusia envió un ejército para liquidar la rebelión, lo que acaba con la independencia
polaca. En 1795 desaparece el país a consecuencia del 3º reparto.

El autor dice que se ignora por qué la nobleza polaca no alcanzó el absolutismo , pero que
está claro que la nobleza de la Edad Media, disuelta en cadena de soberanías mediatizadas
que entonces tenía, carecía de elemento unificador y debía buscar uno: el absolutismo cumplió
esta función, imponiéndole un orden formal rígido desde fuera. De este modo, los conflictos
entre soberanos y aristócratas pertenecían a la naturaleza misma de la relación: el absolutismo
sólo podía gobernar "para" la nobleza si se mantenía por "encima" de ella: en cambio, en
Polonia la szlachta poseyó en su seno un sistema representativo que sería su ruina, arrasada
por los absolutismos vecinos: Montesquieu escribía: "sin monarquía, no hay nobleza; sin
nobleza, no hay monarquía".

AUSTRIA

Austria tiene la característica de que su organización parte de una dinastía, la de los


Habsburgo, que reino desde el siglo XIII a XX. La familia imperial reino terrenos agrícolas,
donde los campesinos estaba atados a las labores agrícolas. La dinastía se siguió expandiendo
por el norte de Europa Oriental, anexando nuevos territorios por medio de batallas, pero
también por los matrimonios. Se caracteriza esta dinastía por establecer vínculos nupciales a lo
largo de Europa con varias casas reales.

Pero aunque Hungría pasaba a ser territorio de los Habsburgo, los condados húngaros se
oponían a este gobierno. La constante amenaza de levantamiento en Hungría obligo al
emperador a tomar medidas políticas, como el establecimiento de una sola moneda para el
territorio, una cancillería (Hofkanzei), una tesorería (Hofkammer) y un consejo de guerra. Pero
los esfuerzos del emperador de mantener la estabilidad del Reich (imperio) no se logran del
todo, ya que es en este periodo donde se da la reforma religiosa en Europa, bajo el reinado de
Carlos V. Muchos de los reinos internos del imperio apoyaran las ideas protestantes y dejaran
de lado el catolicismo, religión de los Habsburgo. Esto hace que se inicie una serie de guerras
internas producto de la reforma religiosa.

Fernando II, nuevo emperador iniciara una serie de reformas en el territorio Habsburgues, entre
los que destacaba la supresión de la Cancillería por un consejo privado imperial. Ya entrado el

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siglo XVIII y XIX, se inicia una reforma militar liderada por soldados extranjeros, la mayoría
italianos. Hay que señalar que imperio de los Habsburgo se caracteriza por uniones nupciales
como forma de anexar territorios, siendo el ejército quien avala dichas uniones. Pero el
centralismo que se vivía en el imperio, hacia que no existiera una nobleza unificada, como la
que lograría los Romanov, por ejemplo, y por lo tanto no se lograra un absolutismo como tal. El
imperio se seguía cimentando en una sociedad agrícola, la sociedad seguía siendo señorial
con connotaciones feudales. La nobleza antigua daba paso a una clase terrateniente, que se
sumaba a la maquinaria de gobierno del imperio. La luchas en el continente entre la casa de
Habsburgo y la de los Hohenzollerm, determinara que la primera comience a perder territorio
frente a este poderosa dinastía. Será el emperador José II, quien impulsara una serie de
reformar internas que buscaran mantener la estabilidad del Reich, destacando legislaciones en
materia de educación, pero toda esta reforma terminara junto con su reinado, ya que su
sucesor, Leopoldo II, se verá obligado por la nobleza a restituir cierto privilegios perdidos por
las reformas del emperador José. Se suma a esto el desarrollo de la Revolución Francesa y el
avance napoleónico por el continente, lo que lleva a que se reestructure la organización de
Reich. Nuevos territorios son sumados en este momento al dominio de los Habsburgo, pero
también muchos son perdidos.

Ya a fines del siglo XIX, se puede vislumbrar una reorganización de los territorios Europeos.
Prusia, pasa a ser parte de imperio Alemán, mientras que el imperio de los Habsburgo
mantendrá su poder sobre la zona oriental de Hungría, anexando en 1909 la zona mas
retrasada en materia económica, Bosnia-Herzegovina, que será territorio de conflicto para el
imperio y uno de las causantes de ingreso y comienzo de la Primera Guerra Mundial.

RUSIA

Este estado absolutista es el único en llegar intacto al siglo XX. Las guerras, conflictos civiles,
las plagas, la despoblación y abandonos de los cultivos caracterizaron al siglo XIV y a la
primera mitad del XV. A partir de 1450 comienza una nueva era de recuperación y expansión
económica. En los 100 años siguientes el gobierno se expandió seis veces y la agricultura y
comercio interior prosperaron.

Los molinos se hacen de uso general en las aldeas. Era una economía autárquica. Las
manufacturas y el comercio urbano se vieron favorecidos por la unificación territorial de
Moscovia y la normalización de la moneda. Fue en esta fase de crecimiento Iván III echó los
primeros cimientos del absolutismo ruso con la inauguración del sistema de pomestie. Hasta
ahora, la clase terrateniente rusa había estado compuesta esencialmente por príncipes y
nobles boyardos autónomos y separatistas, muchos de origen tártaro u oriental que poseían
grandes tierras y un gran número de esclavos. Estos gradualmente se orientaron a la corte
moscovita constituyéndose el séquito del monarca. La conquista de Novgorod por Iván III, en
1478, permitió al naciente Estado Ducal la expropiación de grandes extensiones de tierra y el
asentamiento de una nueva nobleza que constituiría la nueva clase militar al servicio de
Moscovia. La concesión de Pomestie estaba condicionada a la participación en las campañas
militares de los ejércitos del soberano.

en 1497 el sudebnik decretado por Iván III, que limitaba la movilidad de los campesinos por
Moscovia a solo dos semanas al año, antes y después de la fiesta de San Jorge, en
Noviembre. Este fue el primer paso fundamental hacia la servidumbre legal del campesinado
ruso.

Durante el mandato de Iván IV, se llevaron tres realizaciones fundamentales para el futuro del
absolutismo ruso, las cuales fueron:

- El empleo masivo de artillería pesada y de minas contra las fortificaciones (decisivas en la


toma de Kazán) y la formación de la primera infantería permanente de fusileros streltsi, ambas
de la mayor importancia para los proyectos de expansión exterior.

Iván IV le concede a los pomeshchiki el derecho de determinar el nivel de rentas que podían
extraerse del campesinado en sus tierras y el de recaudarlas por sí mismas, con lo que les

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convirtió por vez primera en dueños de la fuerza de trabajo de sus propiedades. Se moderniza
el sistema impositivo y administrativo por medio de la abolición del sistema kormlenie de
aprovisionamiento (salarios en especie) de los funcionarios provinciales y la creación de una
tesorería central para los ingresos fiscales. La red local administrativa guba, dirigida
esencialmente por la nobleza de servicio, integro todavía más a esta clase en el creciente
aparato gubernamental de la monarquía rusa. Todas estas medidas estaban dirigidas en
reforzar de forma muy considerable el poder político del Estado central zarista. Todas los
avances si, se vieron socavados posteriormente por la guerra de Livonia, que arruino al Estado
y a la economía.

El caos que estas provocaron fue causa directa del total colapso centrífugo de la sociedad
moscovita en los últimos años del reinado de Iván. Otra causa fue su derrota, al no poder
igualar al ejército polaco y sueco. Livonia fue una catástrofe. Todo esto desencadena un éxodo
desastroso del campesinado de la Rusia central.

Las calamidades que vinieron provoco que Iván IV prohibiera todos los movimientos
campesinos en 1581, cerrando por primera vez el periodo de San Jorge. Se da un desastre
agrario de proporciones. Además de esto se produce un recrudecimiento de la esclavitud ya
que muchos campesinos fueron vendidos para capear el hambre. Durante la década siguiente
ocurre una leve recuperación, pero aun así los pomershchik sufrían una escasa mano de obra
y una aguda inflación de precios. Boris Godunov, el magnate que había tomado el poder tras la
muerte de Iván IV.

la eliminación del último heredero de la dinastía Rurik por Godunov presipitó su caída. El
Estado ruso se desintegró en el caos del llamado “periodo de trastornos” (1605-13), secuela
política tardía del colapso económico de la década 1580.

una rebelión campesina, dirigida por cosacos, de un tipo que se repetiría por los dos últimos
siglos. Esta amenaza unió rápidamente a los ejercicios, mutuamente hostiles, de la nobleza
media y los magnates contra los insurgentes, que fueron derrotados finalmente en Tula. Todo
esto fue una advertencia para la clase terrateniente sobre las posibles tormentas que se
avecinaban. En 1613, la aristocracia elige al joven boyardo Miguel Romanov. La llegada de los
Romanov afincaría en Rusia un nuevo absolutismo, cuyas raíces no serían arrancadas en
trescientos años. Se comienza una política de recuperación del campesinado fugitivo. El
Patriarca Filarete, padre de Miguel y verdadero dirigente del país desde 1619, proporciono
nuevos beneficios a la clase pomeshchik transfiriéndole las tierras negras de los campesinos
del norte. El nuevo régimen estuvo orientado a los magnates, los boyardos metropolitanos y de
los burócratas banales de la capital más que por la nobleza provinciana.

Tras el desastre de Lavonia quedó comprobado la necesidad de la renovación y modernización


del ejército ruso. Los grandes magnates podían atraer a los siervos de propiedades menores
hacia sus propios latifundios, donde las condiciones agrarias eran normalmente más seguras y
prósperas y las exacciones fiscales menos onerosas. La tensión entre los boyardos y los
propietarios medios sobre las leyes contra los fugitivos fue uno de los temas centrales de la
época, y la turbulencia de la nobleza media en la capital fue utilizada repetidamente para
extraer concesiones del zar y la alta nobleza. Aun así, todos estos conflictos no podían anular
la fundamental unidad social del conjunto de la clase terrateniente contra las explotadas masas
rurales y urbanas. Las grandes insurrecciones populares de los siglos XVII y XVIII actuaron
invariablemente para cimentar, por encima de ellas, la solidaridad de la aristocracia feudal. Una
coyuntura así fue la que produjo la codificación de la servidumbre rusa, en 1648, a partir del
aumento de precios e impuestos que producen rebeliones que hace que la nobleza.

El crecimiento de las ciudades y el comercio se bloquea por el cese de emigración rural,


generando una escases de mano de obra. La nobleza y la monarquía a partir de este pacto
logran el intercambio de lealtad política de parte de la segunda, con la servidumbre patrimonial
exigida por la primera. Esta unión demostró ser muy sólida.

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A medida que se diluía el sistema de Estados, el ejército creció ininterrumpidamente, llegando
a contar en el año 1681 con 200.000 hombres, y colocándose así en el mismo nivel que los
más grandes aparatos militares de la época. El recrudecimiento de las leyes contra la huida de
campesinos, como la triplicación de los impuestos, la perdida creciente de tierras, el continuo
empeoramiento de la condición de vida campesina provocó la insurrección rural de cosacos,
siervos, pobres.

Esto causa una nueva unión entre boyardos y nobleza, la cual, de la mano de las nuevas
fuerzas militares, unió de nuevo a la monarquía y a la nobleza.

La Máquina estatal erigida sobre estos nuevos fundamentos sociales fue la obra monumental
de Pedro I. Disuelve a la antigua y poco fiable milicia de los streltsi de Moscu. Crea los selectos
regimientos de guardia Preobrazhenski y Semenovski, que a partir de entonces fueron el
cuerpo de elite del aparato represivo zarista. Desde occidente se traen nuevos títulos nobiliares
(conde, barón) para implantar una escala más moderna y compleja dentro de la aristocracia. El
poder independiente de los magnates fue suprimido sin contemplaciones destruyéndose la
Duma Boyarda y en su lugar es creado un Senado. Se produce un mayor control de parte de
las tierras y siervos de parte del Estado. El patriarcado es abolido y la iglesia es sometida al
Estado. En San Petersburgo se construye una capital nueva y modernizada. En los Urales si
instala una moderna industria de hierro. El presupuesto es cuadruplicado, a partir de un nuevo
impuesto a los siervos el cual se quintuplico. Fortalecimiento de las noblezas medias. Con este
excedente de capital se construye un ejército profesional y una armada moderna.

Con la llegada de Catalina II al poder se da la reconciliación, posicionándose como la soberana


más consiente de Rusia y la más generosa par su clase. Esta, a partir de su aspiración a una
fama de Ilustración, promulga un nuevo sistema educativo, secularizo las tierras de la iglesia y
promovió el desarrollo del mercantilismo en Rusia. Se estabiliza la moneda, aumenta la
industria del hierro y el comercio exterior.

Las rentas provenientes de los siervos se multiplican por cinco. Se produce una explotación
privada de parte de los nobles a los campesinos de una forma más intensa. Se produce una
revolución que hace temblar a todas las regiones del Volga y el Ural. Un asalto final y
desesperado contra el orden dominante. Su derrota marcó el cierre de la frontera oriental. A
partir de entonces las fronteras rusas se hunden el silencio. Con la carta a la nobleza en 1785,
culminaba el largo viaje del campesinado a la servidumbre. Catalina garantizaba a la
aristocracia todos sus privilegios, la liberaba de sus obligaciones y le aseguraba el control
jurisdiccional sin reservas de la fuerza de trabajo rural.

El poder de Napoleón se mostró incapaz de aplastar la estructura del Estado zarista. El ataque
francés, inicialmente victorioso sobre el campo de batalla, fue arruinado, aparente, por el clima
y la logística: pero en realidad, lo fue por la impenetrable resistencia de un medio feudal
excesivamente primitivo para ser vulnerable por la espada de la emancipación y la expansión
burguesa occidental. Las estructuras del Estado zarista que surgieron del acuerdo de Viena no
tuvieron equivalente en ninguna parte de Europa. Se proclamó al Estado como una Autocracia:
el zar gobernaba, en su propio nombre, para el conjunto de la nobleza. Se cimentó una
jerarquía feudal desde la misma base del sistema estatal.

El Estado era el propietario feudal más importante del país. La iglesia era una subdivisión del
Estado, sometida a un departamento burocrático (El Santo Sínodo) cuya cabeza era un
funcionario civil (El Procurador Mayor) designado por el zar. Los sacerdotes eran tratados
como funcionarios, que debían prestar servicios al Estado. El sistema educativo estaba
controlado por el Estado.

La primera sacudida llegaría con la humillante derrota infligida por los estados capitalistas
Inglaterra y Francia en la guerra de Crimea de 1854-56. Esta derrota condujo a la abolición de
la servidumbre por Alejandro II. La emancipación decretada por Alejandro II en 1861 consistía
en que a los siervos se les concedió la tierra de las propiedades nobiliarias que habían
cultivado previamente a cambio del pago de compensaciones en dinero a sus señores.

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El exceso de población en el campo se convirtió en un problema endémico en el último periodo
zarista. Las masas populares seguían hundidas en el fango secular de la miseria y el atraso.
Después de la década de 1880 las adquisiciones de los campesinos ricos superaron a la de los
inversores urbanos. Para 1905, la finca del comerciante medio era mayor que la del noble
medio. Sin embargo, en la agricultura rusa, que técnicamente estaba enormemente atrasada,
la producción y las cosechas mantuvieron niveles muy bajos. La nobleza no llevó a cabo la
transición a una agricultura capitalista moderna o racional. La industrialización se extendía
rápidamente en las ciudades. A principios del siglo XX, Rusia tenía grandes industrias de
carbón, hierro, aceite y textiles y una extensa red de ferrocarriles.

la inversión capital estaba financiada esencialmente por el Estado, que a su vez dependía de
créditos extranjeros. Para conseguir estos créditos era necesario un presupuesto solvente, por
lo que el Estado zarista, para conseguir estos créditos, se debió mantener con el campesinado
una carga fiscal muy fuerte. En vísperas de la primera guerra mundial, Rusia era el cuarto
productor de acero del mundo. Mientras la formación social rusa estaba dominada por el modo
de producción capitalista, el Estado ruso era todavía un absolutismo feudal. En la época de
Nicolás II, la nobleza feudal seguía siendo, como antes, la clase dominante de la Rusia
imperial: el zarismo era el aparato político de su dominación, del que nunca se separó. La
burguesía era demasiado débil para plantear un serio problema de autonomía.

Hasta sus últimas horas, el zarismo fue un absolutismo feudal. Incluso en su fase final continuo
la expansión territorial al exterior. En algunos aspectos decisivos, el Estado era mucho más
poderoso de lo que había sido cualquier absolutismo europeo, debido a su supervivencia hasta
la época de industrialización europea y, por consiguiente, a la capacidad para importar y
apropiarse la tecnología más avanzada del mundo. Porque el Estado había aflojado su control
sobre la agricultura, por medio de la venta de sus tierras, con el solo objeto de reforzar su
posición en la industria. Los contratos públicos predominaban en la industria rusa: dos terceras
partes de las obras de ingeniería eran asumidas por el Estado. El Estado Absolutista en Rusia
era, pues, el dispositivo más importante para una rápida industrialización desde de arriba. En la
época del capitalismo de laissez-faire de 1900, su impresionante papel económico no tenía
comparación en el Occidente desarrollado. Se trataba de un Estado que había integrado al
conjunto de la jerarquía feudal en la burocracia, que incorporaba a la iglesia y a la educación y
supervisaba la industria mientras engendraba un ejército y un sistema policiaco gigantesco.

La crisis del feudalismo en el este produjo un absolutismo que institucionalizó la servidumbre.


Este sobrevivió a sus equivalentes occidentales tanto tiempo debido a que nació de una
diferente matriz. Al final, el absolutismo ruso saco su gran fuerza del mismo advenimiento del
capitalismo industrial, implantándolo burocráticamente desde arriba, del mismo modo que sus
predecesores occidentales habían promovido antes el capitalismo mercantil. El desarrollo
internacional del imperialismo capitalista, que irradio del imperio ruso desde occidente, fue lo
que hizo posible esta combinación de la tecnología más avanzada del mundo industrial con la
monarquía más arcaica de Europa. Finalmente este imperialismo que había armado el
absolutismo, lo acabo ahogando y destruyendo: la prueba de la primera guerra mundial fue
demasiado para él.

La primera guerra mundial acabó con la vieja historia del absolutismo europeo. El estado ruso
fue derrocado por una revolución proletaria. El Estado imperial austriaco fue barrido por del
mapa por una revolución nacional burguesa. Las dos grandes y últimos estados feudales de
Europa oriental cayeron frente a revoluciones populares de carácter contradictorio.

LA CASA DEL ISLAM

La historia política del ESTADO TURCO es el argumento para describir los estudios sobre el
absolutismo en Los Balcanes y las estepas. En el siglo XI llegan a las estepas balcánicas
grupos de turcos de distinta procedencia. El grupo de los seldyúcidas, que mesclaron el viejo
islam urbano con sus tradiciones persas, estaba en conflicto con el grupo nómada turcomano
no pacificado de orientación gazis (musulmana). Así, la cosa era pelea y eso. Pero en el siglo
XI, hacia 130, en medio de unos tranquilos pastores errantes, el SULTANATO OSMANLI

25
construye un poder de dominación total, conquistando Turquía y todo el mundo islámico. La
dinámica particular del ESTADO OTOMANO radica en que pactó, tanto el principio de guerra
santa de los gazis, como los postulados del viejo islam urbano. Desde 1300 a 1350 se
fortaleció la práctica de la guerra, pues hasta los primeros años del XVI, se habían conquistado
plazas importantes llegando a decirse que el mar Negro era lago otomano. Se pregunta
Anderson: ¿cuál era la naturaleza de este coloso asiático? Siete características:

- La tierra era del estado y el soberano podía hacer uso de ella, ausencia total de propiedad
privada.

- El estado estaba dividido en la institución musulmana y o la institución de gobierno:

o LA INSTITUCIÓN DE GOBIERNO: se inventa la devshirme, es decir, tomar niños cristianos y


llevarlos a la burocracia estatal, obrando de esta forma se cumplía con la gazi guerrera y con la
idea urbana del viejo islam sobre la administración. Solo puede darse tal verdad, en sistemas
déspotas, como el osmanli, en el que se cambiaba, por parte del estado, la propiedad de la
tierra por la del hombre. Junto a los esclavos, existían los sipahis, soldados a caballo de un
estrato nativo militar islámico que se alojaban en los timars (o ziament).

o LA INSTITUCIÓN MUSULMANA: comprendía el aparato religioso, legal y educativo; se tiene


a una especie de hombre dignatario de las Sagradas leyes de la Saria, dentro de la orgánica
figuran:

los jueces (kadis)

los maestros (medresas)

teólogos (ulemas)

Se dividió a la población en dominadores y dominados, entre osmanlilar y rayah. Se les


obligaba a tributar a los campesinos, a los cristianos, pero esto no duro mucho, hacia los siglos
XV y XVI, el campesinado de los Balcanes se encontró pronto liberado, pues la nobleza étnica
local queda eliminada. Pero los nuevos grupos de poder usaron un regresivo derecho de
dominación, de mayor explotación económica (p. 382), de estancamiento histórico en la
península de los Balcanes. Se tenía a un estado fuerte, dominada por el sultanato, todo lo veía
el sultan, y sus colaboradores. En materia ideológica la división de los mundos; el de los
creyentes (la casa del islam) y el de los que no (la casa de guerra).

- Decadencia del despotismo turco: en el XVII se produce una regresión en todos los ámbitos,
por la influencia de occidente, la inclusión persa. El estado se retira a Rumelia, y deja Anatolia.
Los estratos de jenízaros y la devshirme son las primeras instituciones que sufren el incipiente
colapso.

- Decadencia del ejército y corrupción en Estambul; tanto es así, que existía un club llamado
JAULA DE LOS PRINCIPES en el cual se iniciaba en las estupideces, a los nuevos soberanos,
el recién llegado (p. 393).

- Invasiones reiteradas a terreno turco: luego de LA RESTAURACIÓN de los visir Köprülü, que
se produjo en el contexto de una decadencia del régimen safávida en Persia, y por un lapso de
20 años (de 1656 a 1676) reino la paz, pero desde entonces por alto precio, pierde muchos
terrenos y pasa a ser (LA CASA DEL ISLAM) un sitio de protección de los Balcanes o un sitio
que cada vez mas cede terreno.

- Nuevas administraciones y malestar del campesinado; se disuelven los jenízaros, presión


occidental por los terrenos, miseria del reino osmanli.

- Aplicación del derecho occidental hacia 1929.

26
CONCLUSIONES

La diferencia entre Europa y el Estado otomano (turco), que ocupó el S-E durante cinco siglos,
no fue simplemente religiosa, sino social y política sobre todo (nunca se integraron en la cultura
europea y fue como una intrusión islámica en el seno de la cristiandad). De Maquiavelo a
Bacon, recoge el autor la opinión de que era una tiranía pues el sultán era dueño absoluto de
personas y propiedades y carecía de nobleza hereditaria que moderara la soberanía del poder
real. Critica, con el médico francés Bernier, el que no exista la propiedad privada, que hace
descender el interés y, por tanto, la producción. Afirma con Marx, que "todos los modos de
producción de las sociedades clasistas anteriores al capitalismo extraen plustrabajo de los
productores inmediatos por medio de la coerción extraeconómica", y que "el capitalismo es el
primer modo de producción de la historia en el que los medios, por los que se extrae el
excedente del productor directo, son puramente económicos en su forma"; pero en realidad,
todas esas "superestructuras" de parentesco, religión, Derecho y Estado entran
necesariamente en la estructura constitutiva de la producción precapitalista y todas ellas
intervienen directamente en la extracción del excedente hasta el punto de determinar el tipo de
coerción extraeconómica que especifica a cada modo.

Así, entiende la teoría marxista que el feudalismo, entendido como combinación de grandes
propiedades de tierra con pequeña producción campesina, en la que una clase explotadora
extrae el excedente del productor por medio de coerción extraeconómica (prestaciones de
trabajo, entregas en especie, rentas en dinero), y en la que están muy limitados el intercambio
de mercancías y de la fuerza del trabajo, es un fenómeno de alcanze universal; en cambio
Marx lo aplica sólo al modelo europeo, porque entiende que implica servidumbre jurídica y
protección militar del campesinado por una clase social de nobles que goza de autoridad y
propiedad individuales, y tienen el monopolio de la ley y los derechos privados dentro de un
sistema político de soberanía fragmentada, que ligaba a ambas partes en una reciprocidad
contractual y de subordinación peculiar, pues este contrato sinalgmático comportaba tanto el
dominio jerárquico del superior sobre el inferior, como la libertad de la parte dañada en caso de
infracción del contrato, manteniendo así una tensión dinámica de honor y lealtad entre vasallo y
señor: se originó así, una ideología que hacía compatible el orgullo del rango con la humildad
del homenaje y las obligaciones legales con el deber personal de lealtad. También la Iglesia
entra de alguna manera —dice el autor— en esta organización. El feudalismo nació en tierras
carolingias y se extendió por Europa occidental y oriental de modo lento y desigual; después,
pueblos pastores nómadas rodearon Europa y desde el Atlántico salió Europa a dominar el
mundo. Sólo en Japón se observa un feudalismo del mismo corte que el europeo, con la misma
extracción del plustrabajo y la misma cadena de soberanía y dependencia entre señor-vasallo-
subvasallo; aunque, lógicamente, también poseía sus propios rasgos locales (era más
autoritario, carecía de tribunales de vasallaje y de sistema de Estados, mientras la propiedad
privada y escalonada de la tierra estaba más difundida y generalizada). Se concluye que el
feudalismo europeo fue la puerta del capitalismo: — la dinámica económica de su modo de
producción permitió la acumulación del capital a escala continental; y — el orden social de la
Edad Media preparó el auge de la clase burguesa que la llevaría a cabo. Luego, la revolución
industrial llevaría a plenitud el modo de producción capitalista: "regalo y maldición que Europa
hizo al mundo". Japón hizo rápidamente suyo ese capitalismo, al impacto del imperialismo
occidental durante el 1ª Guerra Mundial, sin haber pasado por un absolutismo; ya que el
shogunato Tokugawa, que gobernó las islas los 250 años anteriores, había mantenido la paz
en un orden riguroso de convivencia con todos los señores feudales. De distinto modo ocurrió
en Europa, como hemos visto, en la que el feudalismo, según el autor, fue producto de los
anteriores modos de producción (esclavista en la Antigüedad y primitivo-comunal en las
poblaciones tribales de la periferia), "en una lenta síntesis romano-germánica en la Edad
Oscura..." Esta es la opinión del autor, que ve en ello, además, la confirmación de la idea de
Marx de que "la génesis de un modo de producción siempre debe distinguirse de su
estructura": porque se puede llegar a la misma estructura por muy diversos caminos: en Japón,
el estado Taího de los siglos VII y VIII de influencias china, no tenía esclavitud ni propiedad
privada de la tierra ni libertad municipal: era un sistema imperial de tradición china (que tuvo
sólo la amencaza de los mongoles en el siglo XIII y fue prontamente rechazada) que fue

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decayendo lentísimamente en su poder central hacia los nobles guerreros locales en una
pirámide organizada e inmóvil de soberanía feudal que tocó gobernar al shogunato Tokugawa.

Insite el autor, en que es una "demostración de que un modo de producción, una vez formado,
reproduce su propia unidad rigurosa en cuanto sistema integrado, "limpio" de los diversos
presupuestos que inicialemente le dieron el ser"; y añade, que el modo feudal "tiene su propio
orden y su propia necesidad que se imponen... —aún con medios diversos— cuando el
proceso de transición ha llegado a su fin". Pero el autor añade aún otra idea, en la que disiente
de Marx, ya que le parece que el capitalismo pudo surgir en Europa gracias a la pervivencia de
los modos de producción anteriores que impulsan a éste, y no por mera suplantación del
mismo como decía Marx (desapareciendo los anteriores como antiguos y caducos, decía); y así
explica el autor que, debido a su legado clásico, Europa pudo, de una forma diacrónica,
recuperar el tiempo en la encrucijada del Renacimiento, a la vez que extenderse en el espacio
de modo sincrónico; excitada con el redescubrimiento del Mundo Antiguo y el descubrimiento
del Nuevo Mundo (dice el autor), dio como resultado "un poder universal omnipresente". Esto
no ocurrió en Japón que tuvo que "importar" el capitalismo en su contacto con occidente.
Occidente pasó así del feudalismo de propiedad condicional de la tierra a la propiedad absoluta
de la misma, lo cual acumulaba capital y acabaría derivando en la agricultura capitalista,
amparado por el antiguo derecho romano que establecía todos los marcos legales al respecto,
y fue puesto al día por un cuerpo de juristas profesionales. También acompañó la recuperación
de la herencia cultural del mundo clásico, con sus componentes críticos y racionales, que
provocaron una revolución intelectual: añade el autor como elemento de progreso "la cultura
analítica y secular" (aunque le parece que estuvo entorpecida por "regresiones y bloqueos
teológicos"); mientras achaca "el estancamiento intelectual del Japón" a su "perezoso
tradicionalismo". Añade también que esa gran diversidad de dominios que se dio en Europa
permitió la autonomía de la Iglesia; lo mismo que el absolutismo protegió el dominio de la
nobleza hereditaria (en Europa occidental) haciendo así posible la acumulación de capital bajo
sus auspicios. Después apareció también el absolutismo en la Europa oriental, más atrapada y
sin la síntesis romano-germánica del feudalismo: en ella el poder social de la nobleza no estuvo
condicionado por ninguna burguesía urbana ascendente (como pasó en Europa occidental)
sino que estaba construida sobre la servidumbre y el papel opresor y explotador del Estado era
claro y manifiesto; no tenía apoyatura en el crecimiento de producción ni en el intercambio
mercantil, por lo que el capitalismo le quedaba lejos; era el producto de un proceso inacabado
de feudalismo y de la presión militar del oeste. Se constituyó, sin embargo, así en toda Europa
un sistema internacional de estados que, a partir de Westfalia, y debido a sus diferentes
legados históricos, siguieron trayectorias divergentes en oriente y en occidente hasta sus
respectivos finales: —en Occidente: las monarquías española, inglesa y francesa fueron
derrotadas o derrocadas por revoluciones burguesas iniciadas desde arriba; —en el Este: el
imperio ruso fue destruido por una revolución proletaria. Las consecuencias de la división del
Continente siguen vigentes.

Norbert-Elias-La-Sociedad-Cortesana

III. ESTRUCTURAS HABITACIONALES COMO ÍNDICE DE ESTRUCTURAS SOCIALES

Lo que llamamos “corte” del anden régime primariamente no es más que la casa y la economía
doméstica —extraordinariamente amplificadas— de los reyes franceses y sus allegados.
Designado la corte como “órgano representativo” en, el campo social del anden régime. El
dominio del rey sobre el país no era más que una segregación y anexión al dominio del
príncipe sobre su casa y corte.

Las amplias posesiones reales, del reino, tenía que pasar por el filtro de la corte, antes de que
pudiera llegar al rey; todo debía censurarlo la corte. En primer lugar, distintivo del tipo de
vivienda de los cortesanos que todos, o al menos una parte importante de ellos, dispusieran
simultáneamente de un alojamiento en la casa del rey, en el palacio de Versalles.

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El palacio de Versalles, auténtica casa de la corte francesa, como residencia del noble
cortesano y del rey mismo, y entenderlo. Constituye el fenómeno principal de una sociedad
jerárquicamente dividida en todas sus expresiones. Son, sin duda, casas urbanas, aunque, sin
embargo, todavía se siente en su construcción la relación con la residencia del terrateniente.

No cabe duda que los cortesanos son habitantes urbanos, y la vida en la ciudad les ha dado,
hasta cierto punto, su impronta. Pero su vinculación con la ciudad es menos firme que la de los
burgueses con una profesión. Su sociedad es siempre la misma, pero el lugar cambia; a veces
viven en París, a veces parten con el rey a Versalles. Esta peculiar situación —una firme
vinculación con su sociedad, que constituye para ellos su auténtica patria, mientras que el lugar
donde estén es relativamente intercambiable. Sus propietarios están imbricados en el sistema
de la ciudad, exclusivamente como consumidores.

La estructura de la sociedad cortesana, basada en una capa amplia de sirvientes. La


antecámara, es precisamente un símbolo de la sociedad cortesana del anden régime. Aquí los
lacayos, con librea o sin ella, y los sirvientes aguardan en continua disposición de servicio las
órdenes del amo. Domestique, que ya no hay esclavos en Francia, y que tampoco debe
considerarse a los sirvientes como esclavos, sino como “hombres libres”.

Algo completamente típico de la estructura de esa sociedad: tiene un espacio tan amplio, que
el hombre y la mujer pueden frecuentar diversos círculos. La decencia, la convención y los
deberes de representación exigen ciertos contactos entre los cónyuges. El deber frente a la
sociedad —y de éste forma parte también la visita a la suegra enferma—, en un sentido más
amplio, el mantener la apariencia y la honra de la “casa.

La relación entre hombre y mujer, legitimada públicamente, encuentra en la sociedad


profesional-burguesa, su expresión en la formación y en el concepto de “familia”. En la
sociedad de los grandes señores del anden régime, se expresa en el concepto de “casa”. No
sólo se habla de la “Casa de Francia”.

El matrimonio cortesano-aristocrático no está, en efecto, de ninguna manera, orientado a lo


que, en la sociedad burguesa, se acostumbra llamar “vida de familia”, sino que lo que importa,
de hecho, al contraer matrimonio en este círculo, es una “presentación” que corresponde al
rango del hombre y aumenta, a ser posible, su prestigio y sus relaciones, y una “continuación”
de su casa; lo que importa es incrementar el rango y el prestigio. Lo que controla la sociedad
es, en primer lugar, la relación de ambos seres humanos, como representantes de su casa.

La división en dos partes de los salones de sociedad tiene un sentido social determinado. El
appartement de société está destinado para el círculo más íntimo de trato del señor y, sobre
todo, naturalmente, de la señora. La dama como representante de la “casa” recibe las visitas
oficiales, en ocasiones especiales.

Las visitas profesionales de las capas burguesas —y en éstas se incluyen naturalmente


aquellas “visitas privadas” que sirven indirectamente a fines profesionales— derivan su carácter
de su relación con la adquisición de oportunidades monetarias. El trato social en la corte y en la
sociedad cortesana tiene un doble aspecto peculiar: por una parte, tiene la función de nuestra
vida privada: dar recreo, placer, entretenimiento; por otra, posee la función de nuestra vida
profesional: ser instrumento directo para hacer carrera y autoafirmarse, medio de promoción y
regresión, cumplimiento, sentido como deber, de las exigencias y coacciones sociales.

“Estas son las mansiones que han acabado con la mayoría de las grandes familias”. El hecho
de que algunos hombres se arruinen a través de su casa y por causa de ella. Pero a esta
diferenciación de nombres según el status corresponde, desde luego, una diferente
conformación de las viviendas según el status. Los hombres de las capas profesionales son
unos marginados. El economizar y ahorrar no tenía ninguna importancia decisiva en la
conformación de las casas de las capas superiores cortesana.

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La dimensión y ornamentación de la casa no se hace depender de la riqueza del propietario,
sino únicamente del rango social testamentario y, en consecuencia, del deber de
representación que tiene el que la habita.

El número de personas que el hombre cortesano puede o debe recibir en su casa es grande; y
escaso el de aquellos con quienes el hombre profesional-burgués puede y debe tratar
socialmente. Los años sesenta y setenta del siglo XVIII. En esta época, va haciéndose cada
vez más visible el ascenso social y económico de los grupos profesionales-burgueses, mientras
que grandes porciones de la aristocracia van siendo cada vez más pobres. Pero jurídicamente,
así como para la consciencia de los diversos grupos y en el trato social, las fronteras sociales
eran todavía bastante insalvables.

Es una sociedad estamentaria jerárquicamente ordenada y absolutista, que, sin embargo, se


distingue de la sociedad estamentaria medieval que le precede, por cuanto los representantes
de la monarquía han conquistado, sin lugar a dudas, la hegemonía sobre los estamentos. La
distribución del poder que, en la sociedad estamentaria medieval, era todavía relativamente
lábil, ha dado paso a una distribución del poder más estable. Ahora no cabe ninguna duda de
que el poder del rey es con mucho superior al de los restantes aristócratas, del clero y de los
altos funcionarios.

Las tres formaciones de punta: la nobleza de espada, el alto clero y el cuerpo de los altos
funcionarios de la administración y la judicatura, cuya ordenación interna es jerárquica.
Después de éstos, asimismo en orden jerárquico, se sitúan las capas medias y bajas de cada
una de las tres formaciones. Un poco fuera de fila, marchan los financieros, burgueses que se
han hecho muy ricos. Entre sus más prominentes representantes, figuran los arrendatarios de
tributos y otros que financian la empresa estatal.

Del tercer “estado” surgen grupos de vanguardia en contra de la noblesse d’épée: los
detentares de los altos cargos de la judicatura y de la administración, los arrendatarios
financieros y los intelectuales burgueses que escriben libros. Con estos tres grupos quedan
asimismo caracterizados los tres caminos principales de promoción de la burguesía en la
sociedad estamentaria.

Aparte las familias principales a quienes Luis XIV elevó a la nobleza, siguen siendo, sin
embargo, desde el punto de vista jurídico, representantes de una capa burguesa. reunión de
ambos sexos que tenía como fin distinguirse de la mala sociedad, esto es, de las reuniones
vulgares y de la sociedad provinciana, por el cumplimiento de formas agradables, por la finura,
la amabilidad, la afabilidad de las maneras, por el arte de la consideración y de los finos
modales... La ‘buena sociedad’ fijaba con toda precisión la apariencia y el comportamiento, la
conducta y la etiqueta.”

Max Weber—, no es, en absoluto, superfluo en una sociedad así estructurada. (Consumo para
provocar admiración). En una sociedad donde toda forma que pertenezca a un hombre tiene un
valor social de representación, los gastos de prestigio y representación de las capas altas son
una necesidad a la que no pueden éstas escapar. Son un instrumento indispensable de la
autoafirmación social.

Un duque debe construir su casa de tal suerte que ésta proclame: yo soy un duque y no un
simple conde. En esta sociedad estamentaria absolutista, empero, apenas corresponde alguna
de las funciones de dominio a los diversos rangos de la nobleza. Son, por lo general, títulos
que el rey otorga. Aunque puedan estar vinculados a una cierta propiedad rural, ésta constituye
más bien una fuente de ingresos, que se puede explotar, y no una zona de poder, pues
únicamente el rey reina en el país.

Para conservar su existencia social, el comerciante debe adecuar sus gastos a sus ingresos. El
grandseigneur del anden régime \ debe, para mantener su existencia social, orientar sus gastos
de \ acuerdo con las exigencias de su rango. Se va formando la economía francesa como una
malla de hombres que llevan racionalmente sus negocios.

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la nobleza, por cuanto ésta, en su conducta y modo de vida, debe competir cada vez más
durante el siglo XVIII, con las capas burguesas ascendentes, sobre todo, con los financieros, a
quienes, no gratuitamente, se cuenta ya más entre las capas estamentarias que entre las
profesionales.

Al mismo tiempo, los precios suben mientras las percepciones de rentas de los nobles
permanecen estacionarias, aumenta la necesidad que éstos tienen de dinero.

V. ETIQUETA Y CEREMONIAL: CONDUCTA Y MENTALIDAD DE HOMBRES COMO


FUNCIONES ' DE LAS ESTRUCTURAS DE PODER DE SU SOCIEDAD

Luis XIV la vida social se concentraba predominantemente en la corte misma. Después de su


muerte, se inicia u» proceso paulatino en el que va abriéndose el cerrado círculo. La corte sólo
compartía su importancia como representante de la sociabilidad, como formador de la cultura
social, desde entonces y cada vez más, con los círculos aristocráticos. La sociabilidad y la
cultura social iban descentralizándose lentamente, y se extendían de los hótels de la nobleza
cortesana hasta los hótels de los financieros. Y en este grado de desarrollo, el monde producía
aquel famoso florecimiento de la cultura de salón. Bajo el débil reinado de Luis XVI y con el
crecimiento de la riqueza burguesa, la corte siguió perdiendo importancia como centro social.

1. En la corte de Luís XIV se forma y constituye la Soc. Cortesana como proceso que venía
preparándose desde hacía mucho: hombres cuya existencia social (y con frecuencia también
sus ingresos) dependen de su prestigio y de su consideración en la corte y en la sociedad
cortesana. Luego, durante Luís XV y Luís XVI se da un desplazamiento del punto de gravedad
de la buena sociedad del palacio del Rey al palacio de los príncipes, y luego a los hôtels de la
alta nobleza, y paulatinamente la corte va perdiendo importancia como centro social al tiempo
que se da el crecimiento de la riqueza burguesa.

2. El palacio de Versalles es la suprema expresión del palacio del Rey: Constituye la casa del
Rey así como el lugar de alojamiento de los cortesanos (En 1774 se alojaban en el Palacio
alrededor de 10 000 personas, incluida la servidumbre).

3. Habitación central primer piso destinada al cuarto-dormitorio del Rey: eje sobre el que gira la
sociedad cortesana.

4. Descripción de la ceremonia de lever (levantarse) del Rey. Meticulosa exactitud de la


organización en la que cada acto recibe el carácter de prestigio que está vinculado con él en
cuanto símbolo de la respectiva distribución del poder. El Rey utilizaba sus instalaciones más
privadas para definir diferencias de rango, para repartir distinciones, demostraciones de gracia
o de desaprobación. La etiqueta tenía, en la estructura de esta sociedad y de esta forma de
gobierno, una función simbólica de gran importancia.

5. Cada acto en el curso de la ceremonia poseía un valor de prestigio perfectamente


escalonado que servía de indicador de la posición del individuo dentro del equilibrio de poder
entre los cortesanos, extremadamente lábil, que el Rey dirigía. El valor de uso de estas
acciones era bastante insignificante, lo que otorgaba a estos actos su significación era la valía
que dentro de la sociedad cortesana comunicaba a quienes en ellos participaban. Se
mezclaban en un complejo funcional indivisible al menos tres niveles de funciones en este
ceremonial cortesano: funciones de utilidad, de prestigio y de poder o estatales. Una vez se
hubo construido una jerarquía de privilegios dentro de la etiqueta, ésta fue mantenida ya sólo
por la competencia de los que se encontraban imbricados en este aparato: renunciar a la
etiqueta habría significado tanto para el rey como para el último de los camareros abandonar
sus privilegios y una pérdida de las oportunidades de poder.

6. "La etiqueta y el ceremonial se convirtieron cada vez más en un fantástico perpetuum


mobile, que, en virtud de ser totalmente independiente de cualquier valor útil inmediato, siguió
existiendo y estando en movimiento, pues lo impulsaba hacia adelante un motor infatigable: la
competencia por las oportunidades de status y de poder que tenían los allí involucrados en su
relación recíproca, así como frente a los excluidos, y su necesidad de un prestigio netamente

31
escalonado" p. 118 La existencia social de los hombres implicados en la etiqueta dependía de
ésta: su rompimiento significaba al mismo tiempo la pérdida de su carácter aristocrático. El
mínimo cambio en la posición de personas en la etiqueta implicaba una modificación en la
jerarquía social de la corte y de la sociedad cortesana.

7. Luís XIV no inventó el aparato ceremonial, pero, en virtud de particulares oportunidades de


su función social, lo utilizó, consolidó y perfeccionó. Durante su mandato el aparato de la
etiqueta todavía no estaba petrificado, y en las manos del rey constituía un elemento de poder
sumamente flexible. La ponderación, el cálculo preciso de la posición en la que uno se
encuentra frente a otro y la reserva de los afectos, es típica de la conducta del rey y de los
cortesanos en general.

8. "La posición efectiva de un hombre en el entramado de la sociedad cortesana estuvo


siempre determinada por ambos momentos: por el rango oficial y por la factual posición de
poder, pero este último momento era, en última instancia, más importante para la conducta de
los cortesanos a este respecto. La posición que, en cada paso, ocupaba un hombre en la
jerarquía cortesana, era, por tanto, sumamente lábil. El prestigio actual que alguno había
adquirido lo obligaba inmediatamente al deseo de elevar su rango oficial. Cada una de estas
promociones importaba necesariamente la postergación de otros; en tal aspiración se
encarnizaba, pues, aquel tipo de lucha que, aparte de las hazañas de guerra en servicio del
rey, era la única posible para la nobleza cortesana, la lucha por la posición dentro de la
jerarquía cortesana" p. 123.

9. Como la jerarquía efectiva dentro de la sociedad cortesana oscilaba constantemente era


indispensable una continua matización perfectamente ponderada de la conducta respecto de
cada uno de los cortesanos. Y puesto que la estimación social de que gozaba el individuo era
idéntica a su existencia social, adquirían una excepcional importancia los matices de trato en
los que se expresaba la opinión sobre tal prestigio: el valor social de un hombre se manifiesta
en los matices de trato social que tienen los hombres entre sí.

Racionalidad: Se configura en relación con coacciones perfectamente determinadas para el


autocontrol de los afectos. "Una configuración social dentro de la cual tiene lugar, en un grado
relativamente alto, la transformación de coacciones externas en auto coacciones es una
constante condición para la producción de formas de comportamiento a cuyos rasgos
diferenciales uno intenta referirse con el concepto de "racionalidad".

La racionalidad cortesana y la racionalidad burguesa tienen en común conceder mayor


importancia a las consideraciones orientadas a la realidad de más largo plazo, que a los
afectos momentáneos. En una investigación más precisa podría demostrarse que, desde el
punto de vista evolutivo, la primera forma parte de los grados y condiciones previas de la
última. En el tipo profesional-burgués de dirección de la conducta, el cálculo de la ganancia y
pérdida de oportunidades de poder financiero desempeña en su tipo de racionalidad un papel
primario, mientras que en el tipo cortesano-aristocrático, lo juega el cálculo de la ganancia y la
pérdida en las oportunidades de poder del prestigio y del status.

Antítesis conceptual entre dos polos, como racionalidad e irracionalidad, no deja sitio para la
clara definición conceptual de las múltiples constelaciones de desarrollo existentes entre los
absolutos ficticios de "racional" e "irracional". p. 126.

10. Explicación sobre distintas racionalidades en sociedad burguesa y sociedad cortesana.

11. Profesión y dinero son fundamentos de la existencia que no están atados a determinado
lugar. La opinión social cumple un papel determinante pues, a desmedro del título nobiliario,
sólo se pertenece a la "buena sociedad" si los otros así lo piensan. "Una expresión significativa
de esta importancia y de esta función de la opinión social en toda "buena sociedad" es el
concepto de honor", el cual constituía la expresión de la pertenencia a una sociedad
aristocrática. p. 129. Al perder el honor se pierde parte constituyente de la propia identidad.

32
Explicación de funcionamiento de honor y pertenencia en la Society en Inglaterra, y en las
cortes alemanas.

12. "La sociedad cortesana del ancien régime no dejaba a sus miembros ninguna posibilidad de
evasión, porque, para estos, no había nada que la igualase en prestigio ni como otorgadora del
mismo (...) Sólo dentro de esta sociedad cortesana podían los hombres que a ella pertenecían
mantener lo que, a sus propios ojos, daba sentido y orientación a su vida: su existencia social
como cortesanos, su distanciamiento de todos los demás, su prestigio y, en consecuencia, el
centro de su propia imagen, esto es, su identidad personal."

Competiciones por escalonadas oportunidades de prestigio o de poder: cotización entre los


demás, expresión de su peso en el multipolar equilibrio de tensiones de su configuración y de
su probabilidad más o menos grande de influir en los demás o de tener que someterse al influjo
de éstos. Todo lo que en ésta sociedad jugaba un papel entre los hombres se convertía en
oportunidades de prestigio.

13. En la corte no importa la realidad sino lo que ésta representa respecto de determinadas
personas. En la etiqueta se manifiesta completamente el distanciamiento como fin en sí mismo:
relación distanciada que al mismo tiempo los alejaba y los asociaba con otros y que acreditaba
en el actuar la jerarquía presente para todos. La etiqueta es un auto representación de la
sociedad cortesana donde los demás confirman a cada individuo y al rey, en primer lugar, su
prestigio y su relativa posición de poder. El prestigio no es nada si no se acredita a través de la
conducta.

Coacción primaria por la cual la nobleza cortesana se mantuvo vinculada a la etiqueta y a la


corte: se derivaba de la necesidad que sentían estos hombres de afirmarse como aristócratas
cortesanos tanto en su distinción de la despreciada nobleza rural, como de la nobleza oficial y
del pueblo, y de mantener e incrementar el prestigio alcanzado. p. 138

14. "El ethos estamentario del cortesano no es ningún ethos económico disfrazado, sino algo
constitutivamente distinto de éste. La existencia en el distanciamiento y en el esplendor del
prestigio, esto es, la existencia cortesana, es para el cortesano un fin en sí mismo". p. 139.
También a partir de las relaciones se debe entender la etiqueta. "No necesita fundamentarse
en ninguna utilidad. En ella, la sociedad cortesana se presenta a sí misma para sí misma, cada
individuo se destaca de todos los demás; todos los individuos juntos se destacan frente a los
que no pertenecen a tal sociedad, y de este modo, cada individuo y todos los individuos en
conjunto acreditan su existencia como un valor por sí misma." p. 140.

15. Aspectos que la sociedad cortesana recalcaba en sus hombres a diferencia de la sociedad
burguesa-industrial.

a) El arte de observar a los hombres: Capacidad de darse cuenta de la condición, motivos,


facultades y limitaciones de otros. Escudriñan cuidadosamente gestos, expresión y
declaraciones de los otros hombres. Autoobservación y observación de los demás se
corresponden mutuamente, se desarrolla una forma específica de la autoobservación: se
necesita una observación de sí mismo para adquirir una disciplina en el teatro social. Libros =
descripción de los hombres. Se perfeccionó en alto grado en las memorias, cartas y aforismos
cortesanos.

b) El arte de la manipulación de los hombres: Estrategia calculada en el trato con los hombres.
Observación de los hombres constituía la base de su manipulación, así como ésta era el
fundamento de aquella. Manipulación de los hombres no es nunca sólo un medio para un fin,
sino que posee siempre algo de una finalidad en sí misma: establecimiento de cierto tipo de
relación entre interlocutores. Toda relación es en esta sociedad, necesariamente, una relación
duradera, por tanto precaución o reserva es una de las dominantes más importantes de la
manipulación cortesana de los hombres: una sola expresión impensada puede tener efectos
permanentes.

33
c) La racionalidad cortesana (Control de los afectos por causa de ciertos fines de importancia
vital): "Lo que es "razonable" o "racional", depende en cada caso de la estructura de la
sociedad (...) la adaptación a una determinada sociedad y la imposición o conservación dentro
de ella exigen una previsión o un cálculo específicos y, por consiguiente, una postergación de
los afectos individuales efímeros (...) La competencia de la vida cortesana obliga así a un
control de los afectos en favor de una conducta exactamente matizada y calculada en el trato
con los hombres" pp. 150, 151.

16. Relación Soc. Cortesana con el clasicismo (expresiones artísticas)

17. La corte y la buena sociedad que giraba a su alrededor en el ansíen régimen fueron en
ocasiones las últimas formaciones sociales relativamente cerradas cuyos hombres no
trabajaban, y eran por el tipo de sus ingresos rentistas. Con el ascenso burgués a partir del S
XIX, la conducta de los hombres y su relación mutua se formaron a partir de la profesión, aquí
se situó el centro de las coacciones sociales y de las interdependencias que los hombres
ejercían sobre los individuos. Para los hombres de la Soc. Cortesana no existía aquella división
entre las esferas pública y privada de la vida, pues ésta no pudo darse en toda su amplitud
antes de la aparición de una urbana sociedad de masas.

VI. LA VINCULACION DEL REY POR LA ETIQUETA Y LAS OPORTUNIDADES DE


PRESTIGIO y

VII. DEVENIR Y CAMBIO DE LA SOCIEDAD CORTESANA FRANCESA, COMO FUNCIONES


DE LOS GLOBALES DESPLAZAMIENTOS SOCIALES DE PODER

Toda forma de poder es expresión de una lucha social que consolida la distribución de poder
correspondiente a su punto de partida. El momento de su consolidación y el estado de
desarrollo social en la formación del régimen son determinantes de su forma específica y de su
ulterior destino.

Así resulta que, por ejemplo, el absolutismo prusiano que se solidificó mucho después y realizó
la definitiva subordinación de la nobleza feudal en su sistema de dominio bastante más tarde
que el francés, pudo, en tales consolidación y subordinación, crear un sistema institucional para
el cual, al tiempo de la aparición del régimen absolutista francés, no sólo en Francia misma,
sino en todo Occidente, faltaban aún las premisas. A ambos sistemas absolutistas de poder
precedieron luchas entre los reyes y la nobleza feudal.

En ambos, ésta perdió su relativa independencia política; sin embargo, lo que los reyes
franceses del siglo XVII pudieron y quisieron comprender con el poder que acababan de
adquirir y debían asegurar, era algo distinto de lo que los reyes prusianos del XVIII podrían o
desearían hacer con tal poder. Aquí es patente un fenómeno observable con mucha frecuencia
en la historia: es manifiesto que, en cierto aspecto, un país de desarrollo tardío asume y
perfecciona formas más maduras para hacerse dueño de los problemas institucionales, que las
utilizadas por sus predecesores.

Mucho de lo que Federico II pudo desarrollar en su país, por ejemplo, el tipo de burocracia y
administración que introdujo, tiene sólo en Francia su parangón en la Revolución francesa, que
posteriormente Napoleón mantuvo. Tales instituciones por su parte, eran capaces de resolver
en Francia problemas que Prusia y después Alemania apenas han resuelto mucho más tarde.

Napoleón I o Federico II de Prusia, como ejecutores de una revolución social o una


transformación del Estado y, en consecuencia, como soberanos en tiempos de ruptura de la
tradición.

Luis XIV, estuvieron involucrados en una lucha todavía no decidida, no con la nobleza en
cuanto tal, pues facciones de la misma habían combatido siempre a su lado, pero sí, al menos,
con la alta aristocracia. Nunca estuvieron fuera de la nobleza, como, más tarde, la burguesía.
De ésta puede decirse con cierta razón que se liberó paulatinamente del ideal de la cultura
aristocrática.

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Para resolver un asunto de honor entre caballeros. Así lo decía él. Después de haber llegado al
poder, encarnó en sí, en cierto modo, la transición del tipo caballeresco tardío de los reyes al
tipo diferente de cortesano- aristócrata, que, en Luis XIV, tuvo más tarde su más acabada
representación. Enrique IV fuese, en cierto modo, el último rey-caballero, en tanto que Luis XIV
fue ya un rey cortesano-aristócrata.

El equilibrio de fuerzas vigentes entre el rey y la sociedad nobiliaria a la que pertenecía se


había desplazado por completo. Entre él y el resto de la nobleza se estableció entonces una
distancia forzosa.

hasta el final del régimen: en primer lugar, la tendencia a establecer y asegurar frente a todas
las reivindicaciones de poder de la alta y pequeña noblezas, el ilimitado poder personal del rey
a través de instituciones de todo tipo; en segundo lugar, existe la tendencia a mantener a la
aristocracia como un estamento dependiente al servicio del rey, aunque claramente distinguida
de las demás capas, con su mentalidad específica y, en cierto modo, como la única sociedad
apropiada y necesaria para el rey.

Desde hacía mucho tiempo, se libraba en Francia una lucha entre la nobleza y la monarquía.
Sus causas hasta el siglo XVII pueden permanecer abiertas en este contexto. Pero, en todo
caso y finalmente, esta lucha se decidió, el siglo XVII, a favor de la monarquía, en virtud de
circunstancias que estaban ampliamente fuera dé la habilidad y voluntad personales de los
reyes franceses concretos y de su ámbito de poder.

Los cambios del siglo XVI, pero, desde luego, puede afirmarse: la afluencia de metales nobles
actuó como catalizador. La lluvia de oro y plata hizo germinar muchas semillas que en el
desarrollo de las sociedades occidentales estaban ya presentes y que, sin esta lluvia, hubieran
crecido con mayor lentitud y quizá en parte se hubiesen malogrado.

El primer efecto del aumento del dinero circulante fue una extraordinaria devaluación del
mismo. El poder adquisitivo del dinero se hundió, según una estimación contemporánea en
proporción de 4 a 1 y, en consecuencia, subieron los precios. Se incrementó el capital móvil.
Aunque los bienes raíces siguieron siendo la base sólida de toda fortuna.

Una profunda sacudida, si es que no la destrucción de la base económica de gran parte de la


nobleza francesa, la cual recibía de sus bienes raíces rentas fijas. Puesto que los precios
subían incesantemente, ya no le bastaba en mayor o menor grado, lo que percibía de ingresos
según los contratos. La mayor parte de la nobleza estaba, al finalizar las guerras de religión,
llena de deudas.

Si uno quiere contar directamente al rey entre la nobleza, puede decir que aquél, en virtud de
su función, fue el único noble de ese país cuya base económica, posición de poder y distancia
social no se vieron limitadas por estos procesos, sino, por el contrario, mejoradas. Los tributos
habían adquirido una importancia cada vez mayor.

Las entradas del rey pueden fluir más abundantemente a través de muchos canales, por
concepto de tributos o venta de cargos. A través de las donaciones monetarias al servicio de su
poder, tales capas se crearon un aparato de dominio. Mientras el rey ascendía, se hundía el
resto de la nobleza, es decir, cambiaba el punto de equilibrio mencionado anteriormente. Y la
distancia que mantuvo luego Luis XIV.

En casos de emergencia solamente, y aun entonces sin mucha utilidad militar ni mucha suerte,
se llamaba a las armas por bando a la nobleza. El viejo señor feudal quedaba en realidad
excluido. La nobleza capaz de llevar armas se alistaba más bien en la caballería pesada.

El rey cortesano que regalaba dinero o rentas monetarias, directa y constantemente lisonjeado,
era una persona con sus estados de ánimo, sentimientos y acciones peculiares, que tenía
poder sobre un círculo de individuos más amplio que el de cualquier otro rey en una economía
natural. Su dinero congregaba a los hombres a su alrededor.

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La obligación feudal estaba basado originalmente en una dependencia equilibrada y recíproca
de las partes; dondequiera que esta dependencia era escasa, por ejemplo, en el caso de los
grandes vasallos, el ethos, la obligación se rompía fácilmente. Los vasallos necesitaban al
señor feudal principesco como capitán coordinador, como propietario o distribuidor de la tierra
conquistada, y éste a los vasallos y seguidores como combatientes y subjefes, como soldados
en sus batallas y querellas, para defender o ampliar sus propiedades. El rey necesitaba
además al resto de la aristocracia, porque en principio sólo de entre ésta podía nombrar sus
consejeros, aun cuando fuesen eclesiásticos.

Los señores centrales de uno u otro rango se destacaron cada vez más del grueso de la
nobleza; ellos pudieron incrementar su propio poder a costa de otros nobles al menos en parte,
por cuanto llamaron a los miembros de aquel otro estamento que poco a poco se hacía útil
para tales fines —la burguesía— a ejercer las funciones que hasta entonces habían estado
reservadas para la nobleza y los altos prelados.

Toda institución es el producto de una distribución muy determinada de los pesos del poder en
el equilibrio de tensiones de grupos humanos interdependientes. La pregunta planteada
anteriormente, acerca del tipo y grado de dependencia de la nobleza respecto del rey y de éste
frente a aquélla, que se encarna en la corte, no es más que otra versión del problema de la
producción y reproducción sociales de la corte.

Configuración de hombres de determinadas capas que se reproducía incesantemente de esta


manera, porque ofrecía a los hombres así relacionados oportunidades para satisfacer diversas
necesidades o dependencias, creadas socialmente en ellos de modo ininterrumpido.

Francisco I representa, como ha sido dicho, un tipo de transición en el proceso del rey-
caballero al rey-cortesano, tal vez más cercano al primer tipo que al segundo. “racionalización”,
reforma ilustrada: rompió la tradición e inició una transformación de la nobleza según convenía
a sus objetivos de poder.

Es conocido el intento de explicar la formación de las grandes ciudades del capitalismo


primitivo a partir de este conglomerado de un grupo poderoso de consumidores en la corte de
los príncipes o reyes.

La circulación del dinero debía haber alcanzado ciertas formas seguras, para que una parte de
los terratenientes pudiera abandonar el campo y residir, como grupo de consumidores,
duraderamente lejos del campo, en la ciudad. La formación de la capa cortesana de
consumidores es, en otras palabras, un proceso parcial de un movimiento más amplio. Es
cierto que París era la ciudad capital del rey, pero había otras ciudades que competían con ella
en importancia. Apenas empezaba la centralización absolutista, la formación de una única
sociedad aristocrática y con ésta la integración y acuña- miento de un tipo humano
perfectamente determinado, único ejemplar y decisivo.

Cuanto mayor es la relevancia que pierden las funciones tradicionales del señor feudal, de los
vasallos y caballeros, que hasta entonces fundaban y mantenían la distancia de la nobleza
respecto de las otras, capas, tanto mayor es el valor que gana la pertenencia a la corte. Poco a
poco, los reyes redujeron los derechos al poder de la nobleza y las reivindicaciones de
cogestión por parte de los estados generales.

las guerras francesas de religión es relativamente difícil de penetrar sin un estudio sociológico
muy profundo (aún por realizar), en primer término porque en ellas, aparte la auténtica división
religiosa de los grupos, se mezclaban de las maneras más diversas luchas partidistas de las
grandes familias por la Corona, luchas de la nobleza, empobrecida y sacudida por los efectos
de la economía monetaria, para alcanzar un nuevo asidero y, simultáneamente, en fracciones
de la aristocracia, así como sobre todo en las capas urbanas, fuertes tendencias a conservar o
restaurar los privilegios y las libertades estamentarios. Pero, sea de esto lo que fuere, al afirmar
que al final de las guerras de religión, con la victoria de Enrique IV se decidió el triunfo de la
monarquía absoluta sobre todas las capas sociales.

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Enrique IV fue en un principio un gran vasallo del rey de Francia, una especie de príncipe rural
siendo rey, sin poseer al principio el poder efectivo de rey y sobre todo el poder económico de
éste, fue él precisamente quien luchó de modo característico al frente de un ejército de
caballeros nobles del viejo estilo. Especialmente frente a la aristocracia, ganó esta victoria
precisamente con la ayuda de la nobleza, a la cabeza de un ejército de nobles, apoyado, por
supuesto, por las potencias extranjeras que le enviaron dinero y tropas. Con el resultado de las
guerras de religión, el combate entre la monarquía y la nobleza quedó decidido en lo
fundamental y se abrió la brecha para la monarquía absoluta.

Una nobleza real católica peleaba, codo con codo, con los protestantes de todas las capas al
lado de Enrique IV.

Francisco I se había asegurado, mediante concordato, el poder disponer de una gran parte de
los beneficios eclesiásticos en Francia. Con ello, después de que al menos en parte se habían
agotado los dominios reales de propiedad rural, consiguió hacerse de un fondo del cual echar
mano continuamente para recompensar a los nobles meritorios. De esta manera, una buena
parte de la nobleza francesa se convirtió en beneficiario de los bienes de la Iglesia, como al
otro lado del canal y en virtud de medidas análogas promulgadas por Enrique VIII, una fracción
de la aristocracia inglesa adquirió bienes expropiados a la Iglesia.

Creó una situación que contenía el germen de duraderos conflictos de intereses entre la
nobleza y la Iglesia. Lo que principalmente determinó al rey Francisco a firmar un concordato
con el Papa para eliminar todos los nombramientos de obispos, abades y priores, y atribuirse el
derecho de nominación. El deseo del rey de procurarse una nueva fuente de recompensas para
la aristocracia. El rey consideraba que en todo caso sería mejor recompensar con los pingües
beneficios eclesiásticos a los hombres que lo habían servido bien, más que abandonarlos a los
perezosos monjes, quienes, según decía, era gente que sólo valía para beber, comer.
Aduladores taimados que empezaron a criticar a los nobles que poseían bienes eclesiásticos.

En las luchas de las centurias XVI y XVII son, por una parte, “corporaciones burguesas” que ya
se han hecho numerosas, ricas y, en consecuencia, poderosas y conscientes de sí mismas
para oponer la más viva resistencia a las pretensiones de dominio y poder de la nobleza,
aunque, con todo, todavía no son capaces ni bastante fuertes para reivindicar el poder. Ya han
escapado de manos de la nobleza, las funciones de administración y jurisprudencia.

A las corporaciones burguesas les era necesario el rey como guardián y protector frente a las
amenazas, arrogancias y privilegios demasiado unilaterales de la aristocracia media
caballeresca. Una configuración con tal equilibrio de tensiones, en la cual las dos agrupaciones
estamentarias mantenían más o menos el equilibrio y, en la cual, en todo caso, ninguno de los
grupos principales podía alcanzar una duradera y decisiva preponderancia sobre la otra,
otorgaba en especial al rey legítimo, en apariencia igualmente distante de todos los grupos
concretos, la oportunidad de presentarse como pacificador que llevaba la paz anhelada por
todos a los fatigados combatientes. Tal función fue la que, en efecto, ejerció Enrique IV.

Él reinaba por cuanto, en tal ámbito, los grandes -grupos sociales de la burguesía y la nobleza,
en pronunciada rivalidad respecto de sus oportunidades de poder, se mantenían en equilibrio.
El príncipe gobierna y lo hace de un modo absolutista por-1| que cada una de las capas en
lucha lo necesita para combatir a la j otra y porque él puede enfrentar a una contra otra. La
masa del pueblo burgués desempeña hasta la Revolución casi siempre un papel más o menos
pasivo, es decir, el de instrumento de las intenciones de alguno de los grupos elitistas. Los
derechos logrados, ante todo el de las corporaciones gremiales urbanas.

Estos “Grandes su prestigio estaba estrechamente ligado con el del rey. Y al mismo tiempo
precisamente estos “Grandes” eran de modo "particular peligrosos para el rey, pues sólo de
este círculo, exclusivamente de él, podían surgirle competidores. Circuló dentro del cual cada
uno ve casi siempre en el otro a un rival, cada quien actúa en función de sus intereses
personales. Este campo social recobra incesantemente su equilibrio en torno al rey legítimo.

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el poder monárquico demasiado fuerte que Mazarin ha hecho particularmente odioso, se
sobrecoge de angustia, a la vista del creciente poder del príncipe, por ver en peligro la posición
hasta entonces garantizada por la monarquía legítima y los cambios del orden establecido.

Con esto queda comprobada desde cierta perspectiva, en el sentido expuesto más arriba, la
estructura de estas luchas y de la configuración cuyas oscilaciones la ponen de manifiesto:
grupos y corporaciones se alían entre sí, pero cada uno de ellos teme que los demás adquieran
demasiado poder, y se siente amenazado con esta adquisición. Esta división de Francia en
capas y grupos, ninguno de los cuales podía obtener a partir de su base social, una clara
preponderancia en oportunidades de poder sobre todos los demás, los supeditaba en mayor o
menor grado al rey como fundador de la paz' social, como el único garante de la tranquilidad y
de la relativa seguridad ante las amenazas de los rivales. Si esta tensión entre grupos sociales
de aproximadamente la misma fuerza daba al monarca en Francia su más poderosa
oportunidad, los crecientes ingresos que afluían de todo el país y el disponer sobre un ejército
que él pagaba con la ayuda de estas entradas monetarias y que le aseguraba asimismo directa
o indirectamente la afluencia regular de ingresos del grueso de la sociedad, le permitían
aprovechar este equilibrio de tensiones y le garantizaban un seguro y amplio campo de acción
para su poder.

“Luis XIV —dice Ranke— tuvo, como Enrique IV, la fortuna de volver como libertador de un
poder ilegítimo que oprimía a todos y no satisfacía a ninguno o a muy pocos.” La sucesión
hereditaria del rey padre al rey hijo, como es sabido, fue rechazada frecuentemente como un
absurdo, porque en ella regía como principio de selección de los gobernantes no la habilidad
sino exclusivamente el origen.

Cuanto más insegura es la legitimidad, cuanto más lejana la relación familiar del nuevo
soberano con su predecesor, tanto mayor es la necesidad del gobernante de asegurarse el
poder mediante alianzas con grupos parciales concretos, y tanto más importante, por
consiguiente, la amenaza de los demás y del equilibrio de tensiones existente en este campo.

El rey no debía favorecer demasiado a ningún grupo ni otorgarle un poder demasiado grande
respecto de los demás. En efecto, precisamente porque su poder se fundamentaba en el
inestable equilibrio entre los grupos que se mantenían recíprocamente en jaque, todo
incremento de poder de uno de ellos hubiese puesto en peligro su propio poderío, así como la
posición de los grupos restantes y, por consiguiente, la configuración completa de estos
grupos.

EL ANTIGUO REGIMEN por Pierre Goubert

CAPITULO I

DESCUBRIMIENTO Y DEFINICION DEL ANTIGUO REGIMEN

Existen dos maneras complementarias de explicar el antiguo régimen:

1_La primera es el análisis de la estructura política y jurídica y se da como comienzo en el fin


del término que es suprimido

2_La segunda es una denominación de carácter histórico en forma de una etiqueta vaciando el
significado para designar lo que ocurre en Francia entre el primer Valois y el último Borbón

1 los constituyentes definen el antiguo régimen

El término tiene un nacimiento póstumo cuando el sistema estaba extinto. Murió entre 1789 y
1793 aunque perduro en las costumbres de las provincias conservadoras

Junio de 1789: emergencia de la nación

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En los estados generales los diputados del tercer estado declaran que representan los noventa
y seis centésimos de la nación y la denominación de asamblea nacional es la más conveniente,
declarando ilegales los impuestos no consentidos pero estos tienen que ser percibidos por
razones de estado. Tres días después llama a fijar una constitución manteniendo los principios
de la monarquía

Primera observación: en el pensamiento de los instauradores del nuevo régimen la monarquía


no es cuestionada

Segunda observación: la nación se afirma bajo la egida del rey, separada de él aunque
respetuosa de sus prerrogativas. La idea de nación es extraña a la naturaleza del antiguo
régimen o mejor dicho confundida con funciones.

Tercera observación: en lo que concierne a la constitución:

a_ Francia no tenía texto constitucional escrito lo que imperaba la necesidad de un texto


legislativo establecido por mandatarios de la nación

b_Montesquieu decía que una verdadera constitución debe establecerse bajo estos principios:
soberanía de la nación, derechos naturales, igualdad de nacimiento de los ciudadanos,
separación de poderes.

Agosto _Septiembre de 1787 destrucción del régimen feudal

Después de las rebeliones municipales y campesinas la asamblea nacional mediante los


decretos del 4 al 11 de agosto destruye el régimen feudal como fundamento del antiguo
régimen. Esto involucra:

1_disolver la servidumbre personal

2_todos los derechos feudales o señoriales y los que involucraban una prioridad (palomar,
pajarera, coto de caza)

3_disolver los tribunales de aldeas mantenidos por el señor y sus agentes

4_dejar sin efecto el diezmo por ver a la institución eclesiástica como parte importante del
antiguo régimen

5_quitar el carácter hereditario de los cargos y su posible comercialización

6_negar privilegios pecuniarios sobre tributaciones

7_condenar las desigualdades de nacimiento y de aptitud para los empleos

Constitución de 1791

Incorporación para la condena tres elementos del régimen antiguo:

1_jurantes y corporaciones de profesionales de artes y oficios que son integradas por cuerpos
privilegiados

2_ataque grave contra el catolicismo, pronunciando la interdicción de los votos religiosos como
contrarios al derecho natural

3_Integrar a la nobleza entre los caracteres fundamentales del régimen que desmantelaban

Los constituyentes definían al antiguo régimen por sus caracteres sociales, jurídicos y
psicológicos más que religiosos y políticos (no condenaban la monarquía ni la fe)

El régimen antiguo nacimiento póstumo 1790

Los decretos de los constituyentes decían con frecuencia antiguo régimen lo que lo volvió una
frase hecha pero lo esencial del término es lo implícito como forma de sociedad que esta
caduca y tiene que ser atacada

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Los campesinos definen el régimen

Las quejas campesinas de marzo de 1789

Principalmente una colección mal ordenada de recriminaciones de carácter moderado


mostrando amor al rey que son escritas por un burgués. Sin embargo la hostilidad hacia el
sistema financiero de la monarquía es de importancia, protestando por los derechos feudales
sumando al repudio del diezmo en su carácter irregular desviado de su primitiva finalidad.
También se expone el desprecio que tienen los nobles a las clases bajas.

Las rebeliones campesinas 1788 _1793

Primera oleada: una rebelión local se impulsó a lo largo del reino lo que provoco es la reunión
de estados generales y esperanzas de una nueva época y el odio a quien creen condenado.
Está apunto en primacía contra los diezmos, derechos feudales y a quienes los percibían
nobles. Está claro que antiguo régimen para los campesinos son los señores y el feudalismo

Segunda oleada: Estando reunidos los estados generales, llegando la cosecha los campesinos
decidieron espontáneamente no pagar al diezmero, ni al señor, ni al recaudador de impuestos
del rey. Minorías coléricas atacaron archivos y castillos

Tercera oleada: al ordenarle a los campesinos que siguieran pagando provocó la última oleada
menos violenta pero definitiva que salvo excepciones no pagaron nada en forma de resistencia
pasiva. Culminado en 1793 con la abolición total

Los historiadores definen al antiguo régimen

El antiguo régimen solo resulta claro por oposición a lo que lo siguió, es claro que su muerte
legal lo define mostrando una acta de nacimiento de carácter desigual ya que sus componentes
(herencia sistemática de cargos, censos, diezmo) poseen diferentes edades.

Rupturas sucesivas del régimen (1750 _1850)

1_La aceleración de los transportes: economía y el país unificados de manera definitiva

2_La industrialización: comienza a fines de siglo XVIII, triunfando a mediados del siglo XIX
quito a los productores de sus tierras teniendo como signo el vapor y la siderurgia

3_el establecimiento de una red bancaria con un establecimiento provisorio

4_la unificación lingüística del país: los reyes desde Francisco I mediante acta impusieron la
lengua Turena que luego la escuela de Guizot perfecciono

5_La instauración y aceptación del servicio militar: La revolución acerco al ejército


despareciendo la deserción y aceptación tardía del servicio

6_La unificación jurídica: esbozada por Luis XIV fue coronada con el código de Napoleón
remplazando códigos provinciales

7_simplificación y unificación administrativa: producto de los constituyentes para luego pasar a


manos del Consulado y del Imperio

8_Revolución demográfica: disminución lenta de la mortalidad, disminución rápida de la


fecundidad

9_El retroceso de la piedad: indiferencia religiosa apareció desde el siglo XVIII con
manifestaciones en la segunda mitad del siglo XIX

Revolución la tesis de Tocqueville

La revolución fue emprendida para acrecentar el poder y los derechos de la autoridad pública y
tuvo como consecuencia de esto abolir las instituciones políticas que habían reinado sin
competencia instaurando un nuevo orden social y político uniforme y sencillo que tenía como

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base la igualdad de condiciones derribando instituciones aristocráticas perpetuando en cambio
mediante una renovación masiva de contenidos culturales

Capitulo II – El medio demográfico

1. El reino más poblado y de mayor densidad de Europa.

Nunca hubo antes de 1789 relevamiento de población en el reino. Todas las cifras imaginadas
y publicadas para periodos anteriores, se basan en simple hipótesis. Estas estimaciones son
de dos conjuntos: a) Las más antiguas y numerosas resultan de la tributación de listas de
impuestos, de las tallas, de diversas capitaciones, de la gabela de sal, etc. Estas listas dan
nombres y números de jefes de familias sometidos a tributación. Son incompletas, puesto que,
en su conjunto, los más ricos y los más pobres no figuran.

b) Las estimaciones de fines del siglo XVIII reposan sobre bases más sólidas. Se basan en una
estadística del estado civil, y en sondeos escasos. Gracias a Terray pudo ser recapitulada la
totalidad de los bautismos, matrimonios y sepelios celebrados en Francia, sobre todo a partir
de 1770.

Una certidumbre: la potencia demográfica de Francia durante el Antiguo Régimen.

Se calcula que cuarenta hombres por kilómetro cuadrado es lo que Francia pudo albergar. Este
régimen demográfico podría ser el de las poblaciones blancas y católicas de la zona templada:

- Matrimonio tardío: una media de 25 años para las mujeres. - Celibato escaso. - Fecundidad
cercana a la naturaleza: 40 nacimientos por cada mil habitantes, un parto cada dos años,
fecundidad ilegitima muy débil. - Mortalidad más irregular, alta en edad temprana: un niño de
cada dos no llega a adultos.

2. El mecanismo regular de las catástrofes demográficas

Descripción

Durante varios meses, tal vez un año, el número de entierros se duplicaba o triplicaba. Una o
dos décimas de la población iba a la tumba. Una observación muestra que la multiplicación de
las sepulturas aparece por lo general acompañada por una casi total cesación de los
matrimonios y por una fuerte disminución de las concepciones. Además, una movilidad
destacaba a las regiones afectadas, ya que los pobres, los desocupados y los niños se
lanzaban a los caminos en busca de socorro, casi siempre de pan.

El problema de las causas

Las crisis han sido atribuidas a tres causas distintas: la guerra, la peste, el hambre.

1. El problema del efecto de las guerras: nunca se ha confeccionado balances reales de las
provincias afectadas, las arrasadas o atravesadas por los ejércitos. Se conocen mejor los de la
guerra de treinta años donde los horrores solo se limitaron a las provincias

1. Septentrionales y orientales del reino. Después de la Fronda, los ejércitos se civilizan mas, y
la guerra se desarrolla fuera de las fronteras. Los conflictos armados provocan cada vez menos
las crisis demográficas. Solo producen éxodos momentáneos.

2. Proceso endémico: hasta 1690, la peste bubónica en pocas semanas un grupo de


parroquias podía perder hasta la mitad de la población. Después de este año, la peste
retrocede y desaparece de casi todas partes, controlada por un esfuerzo administrativo eficaz.
Sin embargo, la gente le teme y la ve en todas partes, bautizando de “peste” a cualquier
epidemia grave, como la viruela, tifus, tifoideas, difterias, cólera. Pero esas epidemias son
breves y afectan a ciertas edades, sobre todo a niños y jóvenes. Esto no disminuye la
fecundidad.

3. La verdadera crisis demográfica resulta de una serie de accidentes meteorológicos, trayendo


sucesivas cosechas mediocres, su mala conservación, agotamiento de provisiones, aumento

41
del precio del trigo y del pan (alimento fundamental). Esta suba de precios (carestía: también
es falta de algo) trae como consecuencia hambre en la comunidad.

La significación múltiple de las crisis demográficas.

Entre la vulnerabilidad de las provincias a las mortandades hasta comienzos del siglo XVIII
tenemos:

a) La insuficiencia de medios de transportes. Cuando un grupo de provincias sufre la carestía,


los socorros en trigo son pedidos tarde, llegan con demora y se encuentran averiados y a
precios demasiados altos.

b) Los mercados demasiados reducidos, mal aprovisionados, sujeto a especulación, son


fenómenos provocados por rasgos de psicología colectiva: el pánico a la carestía, nutrido por
recuerdos comunes de viejas hambrunas. Los pánicos representan uno de los rasgos del
antiguo régimen.

c) El hecho que una carestía cerealera pudiera desencadenar una mala alimentación y
mortandad, muestra hasta qué punto los granos constituían el alimento exclusivo de la mayoría
de los franceses.

d) La gente humilde (ni propietaria ni campesina), no tenía recursos lo bastante regulares ni


ahorros como para aguantar. La inadaptación de los recursos a las carestías, demuestran a la
vez la mediocridad de los mecanismos económicos y la extrema desigualdad de las
condiciones sociales.

e) Las crisis de carestía cerealeras engendra la mala venta de otros productos, como las telas,
cuyos precios bajan y cuya producción disminuye, provocando desocupación. Esto significa
que los sectores económicos no agrícolas dependen del sector agrícola, sobre todo del
cerealero.

CAPITULO III LOS FUNDAMENTÖS DE LA ECONOMIA

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