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Honor en la Guerra

UN EJEMPLO EXTREMO DE HONOR Y HUMANIDAD


DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Pocas semanas después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, el


capitán del ejército británico Robert Campbell se encontraba al mando
del Primer Regimiento East Surrey en una posición cercana al Canal de
Mons-Condé, en el noroeste de Francia, cuando sus tropas fueron
atacadas por el ejército alemán. Durante el combate, el joven capitán de
29 años fue gravemente herido y capturado, siendo trasladado a un
hospital militar, donde fue tratado de sus heridas antes de ser enviado al
campo de prisioneros de guerra de Magdeburg, en Alemania. Después de
dos años internamiento, Campbell recibió una carta con una terrible
noticia: su madre, Louise, padecía cáncer y le quedaba poco tiempo de
vida. En un intento desesperado de poder ver a su madre moribunda una
última vez, escribió una carta al mismísimo Káiser Guillermo II
explicándole la situación y rogándole que, por motivos humanitarios, le
permitiera visitar a su madre y despedirse de ella. Y aunque lo normal es
que aquella carta no hubiese llegado a su destino o que no hubiese
obtenido respuesta, el Káiser contestó… y contestó afirmativamente. Le
permitiría regresar a su casa en Gravesend, en el condado de Kent, para
visitar a su madre con una condición…
“Campbell debería dar su palabra de caballero y de oficial del Ejército
Británico de que, finalizada la visita, volvería al campo de
prisioneros”.

Robert Campbell dio su palabra de honor al Káiser. Con la mediación de


la Embajada de los Estados Unidos -recordemos que permanecería
neutral hasta el 6 de abril de 1917-, el 7 de noviembre de 1916 llegaba a
Inglaterra para estar con su madre y despedirse de ella. Terminado el
tiempo acordado, una semana, regresó al campo de prisioneros de
Magdeburg, cumpliendo con su palabra de caballero. Su madre Louise
falleció en febrero de 1917… justo cuando Robert y otros prisioneros
estaban terminando el túnel por el que, poco más tarde, lograron escapar,
aunque fueron capturados cerca de la frontera de los Países Bajos y
enviados de vuelta al campo. Allí permaneció hasta que terminó la
guerra en 1918.
¿Por qué en la Segunda Guerra Mundial se
autorizaron los bombardeos sobre la
población civil?

Durante una incursión sobre el estuario del


Támesis, el 24 de agosto de 1940, algunos
bombarderos alemanes se desviaron sobre
Londres y lanzaron sus bombas al este y noreste
de la ciudad, en Bethnal Green, Hackney,
Islington, Tottenham y Finchley. Pese a las
disculpas ofrecidas por los alemanes, indicando
que se trató de un error, los británicos lanzaron
una incursión de represalia la noche siguiente,
alcanzando Berlín, tras lo cual el Alto Mando
británico comunicó ufanamente que habían
bombardeado la capital del Tercer Reich. Tras
esto, Hitler montó en cólera y el 5 de septiembre
ordenó a la Luftwaffe llevar a cabo ataques
contra las principales ciudades británicas,
incluyendo Londres, tanto de día como de noche.
Esta nueva estrategia permitió a la RAF
recuperarse, al cesar los ataques a sus bases y
centrarse en objetivos civiles, en lo que se
reconoce como uno de los mayores errores de la
campaña militar nazi.

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