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• Ideología
• Sobre la violencia estructural del capital
• ¡Repetir Lenin!
• Críticas de la izquierda a Žižek: El problema en la violencia
política o el peligro de la suspensión política de la ética
¿Qué es ideología?: Una vuelta por Hollywood
Hoy en día “no se trata simplemente de ver las cosas (es decir, la realidad social)
como ‘son en realidad’, o de quitarse los anteojos distorsionadores de la ideología;
el punto principal es ver cómo la realidad no puede reproducirse sin esta llamada
mistificación ideológica. La máscara no encubre simplemente el estado real de
cosas; la distorsión ideológica está inscrita en su esencia misma”. (El sublime
objeto de la ideología, p.56).
Žižek invierte la fórmula de Marx del Capital “ellos no lo saben, pero lo hacen” por
la fórmula <<’ellos saben que, en su actividad, siguen una ilusión, pero aun así, lo
hacen’>>(Sublime, p.61).
“Cuando los individuos usan el dinero, saben muy bien que no tiene nada de
mágico, que el dinero es, en su materialidad, simplemente una expresión de las
relaciones sociales (…). Así pues, en el nivel cotidiano, el individuo sabe
muy bien que hay relaciones entre la gente tras las relaciones entre las
cosas. El problema es que en su propia actividad social, en lo que hacen, las
personas actúan como si el dinero, en su realidad material, fuera la encarnación
inmediata de la riqueza en tanto tal. Lo que "no saben", lo que reconocen
falsamente es el hecho de que en su realidad social, en su actividad
social ––en el acto de intercambio de mercancías–– están orientados
por una ilusión fetichista.”(Sublime, p.59).
“¿Qué es entonces la Matrix? Simplemente el ‘gran Otro’ lacaniano, el orden simbólico virtual, la red que estructura
la realidad [de sentido lingüístico] para nosotros. Esta dimensión del ‘gran Otro’ es la de la alienación constitutiva
del sujeto en el orden simbólico: el gran Otro maneja los hilos, el sujeto no habla, sino que ‘es hablado’ por la
estructura simbólica. En resumen, este ‘gran Otro’ es el nombre para la sustancia social, para todo lo que
explica por qué el sujeto nunca domina plenamente los efectos de sus actos, es decir, por qué el resultado
final de su actividad es siempre algo diferente respecto a lo que se proponía o preveía”.(Matrix o los dos
aspectos de la perversión, p.154).
Definición del gran Otro o orden simbólico:
–––> El orden simbólico comprende la ideología. Para Žižek nuestra realidad ya es ideológica
porque es la que se nos presenta desde nacimiento, impregnado en nuestro inconsciente.
La violencia simbólica está asociada al lenguaje (el gran Otro, es decir, el orden
simbólico), aquella parte humana que estructura nuestra realidad de sentido,
y su violencia radica en “la construcción e imposición de cierto campo
simbólico”(Sobre la violencia, p.63)
Esta violencia simbólica también es llamada, en términos lacanianos, el significante-amo: “Lacan
condensó este aspecto del lenguaje en su noción del significante-amo que <<sutura>> o
<<acolcha>> y mantiene unido un campo simbólico.”(Sobre la violencia, p.64).
Para Lacan, en palabras de Žižek, “la comunicación humana, en su parte más básica y constitutiva,
no implica un espacio de intersubjetividad igualitaria. No está <<equilibrada>>. No coloca a los
participantes en una simetría de posiciones recíproca donde deben seguir las mismas reglas y
justificar sus afirmaciones con razones. Al contrario, lo que indica Lacan con su noción del discurso
del amo como primera (inaugural, constitutiva) forma de discurso es que cualquier espacio de discurso
<<realmente existente>> está basado en última instancia en una imposición violenta por parte del significante-
amo, que es sensu stricto <<irracional>>: no puede basarse ulteriormente en <<razones>>.”(Sobre la violencia,
p.64).
Más adelante, Žižek afirma: “cuando percibimos algo como un acto de violencia, lo
medios por un principio básico acerca de lo que es una situación <<normal>> no
violenta, y la más alta forma de violencia es la imposición de este principio con
referencia al cual algunos acontecimientos se muestran como <<violentos>>. Por ello el
lenguaje mismo, el auténtico medio de no violencia, de reconocimiento mutuo, implica la
violencia incondicional.”(Sobre la violencia, p.67).
Žižek postula que hay que discernir la violencia subjetiva de dos tipos objetivos de
violencia, y finaliza con un cuarto tipo de violencia.
Hay 4 violencias:
–––> Violencia subjetiva
–––>Violencia estructural (o sistémica)
–––> Violencia simbólica * (Véase diapositiva 25, 26 y 27).
–––> Violencia divina
¿Qué es esta violencia subjetiva?
“El rasgo clave de la constelación ideológica que caracteriza nuestra época de triunfo mundial de la
democracia liberal: la universalización de la noción de víctima. La prueba definitiva de que estamos ante
ideología en su forma más pura es proporcionada por el hecho de que esta noción de víctima es vivida
como extraideológica par excellence: la imagen habitual de la víctima es la de un niño o mujer inocente-
ignorante que paga el precio de las guerras por el poder político-ideológico.”(Žižek, Las metástasis del goce,
p.316).
“Hoy en día, la histeria queda sobre todo en el terreno de la vulnerabilidad, de una amenaza a nuestra
identidad física y/o corporal -basta con recordar la predominancia absoluta de la lógica de la victimización,
desde el acoso sexual a los peligros de la comida y el tabaco, de modo que el sujeto mismo es reducido
cada vez más a ‘aquello que puede ser lastimado’”(Žižek, El acoso de las fantasías, p.147).
Ejemplos del liberalismo políticamente correcto: #Metoo
Críticas al #Metoo movement: Žižek cuestiona que el movimiento feminista de hoy (y no los anteriores) no tenga
realmente una perspectiva auténtica de clases.
“We should be very careful and also critical about #METOO, [...] When #metoo exploded [like a mass movement of
black women and working class women] it was reappropriated by the upper middle classes.”
“#Metoo doesn’t touch the real social problems: poverty, daily exploitation and so on and so on. And that’s for me,
generally the problem with political correctness”.
"The secret target, although they don’t admit it, of #Metoo or especially of political correctness, is the working class.
Because they behave in this popular, vulgar way [...]"
“Because even if they mostly have the right to complain against male domination, exploitation, their complaint, it’s so
clear, is not aimed at really helping people. Their complaint is about selling, using your victimhood as a resource of
your own power. They want power."
“Por desgracia, se confunden aquí dos planos político-sociales totalmente distintos: por
un lado, el licenciado universitario cosmopolita de clase alta o media-alta, armado
oportunamente del visado que le permite cruzar fronteras para atender sus asuntos
(financieros, académicos…) y ‘disfrutar de la diferencia’ [cultural de las minorías]; del otro,
el trabajador pobre (in)migrante, expulsado de su país por la pobreza o la violencia (étnica,
religiosa) y para el cual la elogiada ‘naturaleza híbrida’ supone una experiencia sin duda
traumática, la de no llegar a radicarse en un lugar y poder legalizar su status, la de que
actos tan sencillos como cruzar una frontera o reunirse con su familia se conviertan en
experiencias angustiosas que exigen enormes sacrificios”(Žižek, En defensa de la
intolerancia, p.62).
–––> También Žižek cuestiona la posición hipócrita de académicos liberales de izquierda que solo se
dedican a criticar al sistema, pero no hacen nada más que disfrutar de la posición privilegiada (que el
mismo sistema les entrega).
“Cuando la izquierda actual bombardea al sistema capitalista con demandas que evidentemente ese
sistema no puede cumplir (¡Pleno empleo! ¡Volver al Estado Benefactor! ¡Todos los derechos a los
inmigrantes!) están jugando básicamente un juego de provocaciones histéricas, de apelar al Amo con una
demanda que éste no podrá cumplir y que pondrá en evidencia su impotencia. No obstante, el problema
de esta estrategia no estriba únicamente en el hecho de que el sistema no puede satisfacer esas
demandas, sino también en que aquellos que las exigen no quieren REALMENTE que se cumplan.”(Žižek, El títere y
el enano, p.63).
“Por ejemplo, cuando los académicos ‘radicales’ exigen derechos plenos para los inmigrantes y la apertura
de las fronteras a todos ellos, ¿son conscientes de que la instrumentación directa de esa demanda
inundaría, por razones obvias, a los países occidentales desarrollados de millones de recién llegados, lo
cual provocaría una violenta pelea racista en la clase trabajadora que luego terminaría poniendo en peligro la
privilegiada posición de los mismos académicos? Por supuesto que son conscientes de todo esto, pero
cuentan con que sus demandas nunca sean satisfechas. En ese sentido, pueden conservar hipócritamente
su limpia conciencia radical, mientras continúan disfrutando de su posición privilegiada”(Žižek, El títere y el
enano, p.63).
Los liberales políticamente correctos son identificados por el autor como aquellos que se preocupan
obsesivamente de la violencia subjetiva. (Žižek deja fuera de la discusión a los conservadores).
“La oposición a toda forma de violencia –desde la directa y física (asesinato en masa, terror) a la
violencia ideológica (racismo, odio, discriminación sexual) –parece ser la principal preocupación de la
actitud liberal tolerante que predomina hoy.”(Sobre la violencia p.18).
“El bloqueo que vivimos hoy se debe a que son dos los caminos posibles para el compromiso social y político:
o se juega el juego del sistema, emprendiendo la <<larga marcha a través de las instituciones>>, o se
interviene en los nuevos movimientos sociales, desde el feminismo al antirracismo, pasando por la
ecología. De esta suerte, una vez más, el límite de estos movimientos es que no son POLÍTICOS en el
sentido de un singular universal: son <<movimientos de un solo tema>> que carecen de la dimensión de la
universalidad, es decir, que no se relaciona con la TOTALIDAD social.”(Repetir Lenin, p.111).
¿Qué más es esta violencia subjetiva?
Otro ejemplo de esta obsesión liberal humanitaria
se ubica en la hipocresía de los llamados
<<comunistas liberales>> como George Soros o Bill
Gates.
“Cuando hay una crisis humanitaria en África –¡y los comunistas liberales realmente aman
las crisis humanitarias porque sacan lo mejor de sí mismos!–, no hay motivo para recurrir
a la añeja retórica antiimperialista. Más bien, simplemente todos deberíamos
concentrarnos en lo que verdaderamente resuelve el problema: implicar a las personas, a
los gobiernos y a las empresas en un esfuerzo común.”(Sobre la violencia, p.26).
“Las dos caras de Bill Gates corresponden a las dos caras de Soros. El cruel hombre de
negocios destruye o fagocita sus competidores, persigue un monopolio virtual, emplea
todos los trucos del mundo de los negocios para conseguir sus objetivos. Mientras tanto,
el filántropo más grande de la historia de la humanidad pregunta: <<¿Para qué sirve tener
ordenadores si la gente no tiene suficiente para comer y muere de disentería?>>. En la
ética liberal-comunista, la despiadada persecución del beneficio se ve contrarrestada por
la caridad. Tal es la máscara humanitaria que oculta el rostro de la explotación
económica.”(Sobre la violencia, p.28).
“A este respecto, resulta decisivo el reproche que Lenin hacía a los
liberales: ellos sólo EXPLOTAN el malestar de las clases trabajadoras para
fortalecer su posición con respecto a los conservadores, en vez de identificarse
con aquéllas hasta el final. Suelen evocar el racismo, la ecología, los
agravios de los trabajadores, etc., para ganar puntos sobre los
conservadores SIN PONER EN PELIGRO EL SISTEMA.”(Repetir Lenin,
p.114).
Idea principal de Sobre la violencia
El cuestionamiento de Žižek se inclina en que este sentido de urgencia por la violencia subjetiva pasa por alto una forma de
violencia mucho más estructural:
"¿No hay algo sospechoso, sin duda sintomático, en este enfoque único centrado en la violencia subjetiva (la violencia de los
agentes sociales, de los individuos malvados, de los aparatos disciplinarios de represión o de las multitudes fanáticas)? ¿No es
un intento a la desesperada de distraer nuestra atención del auténtico problema, tapando otras formas de violencia y, por tanto, participando
activamente en ellas?." (Sobre la violencia, p.18).
La sugerencia de Žižek y la idea principal del texto consiste en que, ante la obsesión por la violencia subjetiva (aquella parte visible
expresada en el racismo, la discriminación sexual, etc.), hay que cambiar de tema. “Del mismo modo, respecto a la violencia la tarea es
precisamente cambiar de tema, desplazarnos desde el SOS humanitario desesperado para acabar con la violencia hasta el
análisis de otro SOS, el de la compleja interacción entre los tres modos de violencia: subjetiva, objetiva y simbólica. La lección
es, pues, que debemos resistirnos a la fascinación de la violencia subjetiva, de la violencia ejercida por los agentes sociales,
por los individuos malvados, por los aparatos represivos y las multitudes fanáticas: la violencia subjetiva es, simplemente, la
más visible de las tres.”(p.19).
¿Qué es la violencia estructural o sistémica?
¿Cómo se expresa la violencia sistémica? Para Žižek la violencia sistémica es una de las violencias, de
las “más sutiles formas de coerción que imponen relaciones de dominación y explotación, incluyendo
la amenaza de la violencia”(p.18). Por ejemplo, el caso de un joven que no ha hecho nada malo, que
solo disfrutaba de la cómoda vida de la alta burguesía, y que un día recibe hostilidad por parte de uno
de sus compañeros de clase trabajadora.
"Una vez, en la escuela el hijo de Lossky fue brutalmente intimidado por un compañero de clase
trabajadora, que le gritó: <<Tus días y los de tu familia han acabado>>. En su benevolente inocencia,
los Lossky percibieron tales signos de la inminente catástrofe que parecían surgidos de la nada como
señales de la presencia de un nuevo espíritu incomprensiblemente maligno. Lo que no comprendían era que
bajo el ropaje de esta violencia subjetiva irracional estaban recibiendo en forma invertida el mismo mensaje
que ellos habían enviado. Es en esta violencia que parece surgir <<de la nada>> en la que acaso encaje
lo que Walter Benjamin llamó en Hacia una crítica de la violencia <<violencia pura, divina>>. "(Sobre la
violencia, p.18).
Violencia estructural ≠ Violencia divina
¿Qué es la violencia estructural o sistémica?
Žižek concluye que “los comunistas liberales son en la actualidad el enemigo de cualquier
lucha progresista”(p.40).
“Precisamente porque quieren resolver todas las disfunciones secundarias del sistema global,
los comunistas liberales son la encarnación de lo que está mal en el sistema como tal. Es
necesario tener esto presente en todas las alianzas tácticas y compromisos que se hace
preciso adoptar con los comunistas liberales cuando se lucha contra el racismo, el sexismo y el
oscurantismo religioso.”(Sobre…, p.41).
El caso del estallido social de Nueva Orleans en 2005, a raíz del paso del huracán Katrina, es un ejemplo de la
violencia estructural debido a que ocurrieron saqueos y destrozos en la ciudad. Žižek se pregunta:
“¿Y si, en el esfuerzo por controlar estallidos como el de Nueva Orleans, las fuerzas de la ley y el orden se
enfrentaron con la auténtica naturaleza del capitalismo en su forma más pura, la lógica de la competición
individualista, de la autoafirmación más despiadada, una <<naturaleza>> mucho más amenazadora y
violenta que todos los huracanes y terremotos juntos? [...] No importa la brutalidad del vórtice del huracán:
no puede interrumpir la espiral de la dinámica capitalista.”(Sobre la violencia, p.95).
Estallidos sociales ≠ Acto revolucionario
Para Žižek la violencia divina benjaminiana no tiene que ver con “la violencia terrorista ejercida
por los fundamentalistas religiosos de hoy, que pretenden actuar en nombre de Dios y como
instrumentos de la voluntad divina”(p.176).
¿Qué es entonces la violencia divina? “El candidato más obvio a la <<violencia divina>> es la
explosión violenta de resentimiento que encuentra expresión en un espectro que va desde
linchamientos hasta el terror revolucionario organizado.”(p.177).
1) “<<no deberíamos arriesgarnos a la revolución demasiado pronto; hay que esperar al momento
adecuado, cuando la situación esté <<madura>> con respecto a las leyes del desarrollo
histórico.>>”(Repetir Lenin, p.11).
2) “<<La mayoría de la población no está de nuestro lado, así que la revolución no sería realmente
democrática.>>”(Repetir Lenin, p.11).
En su lectura de Lenin, Žižek cuestiona la postura política de que “el agente revolucionario, antes de
arriesgarse a tomar el poder estatal, debiera obtener el permiso de alguna figura del gran Otro
(organizar un referéndum que establecería que la mayoría apoya la revolución).”(Repetir Lenin,
p.11).
¿Cuál es la propuesta política de Žižek?
“Con Lenin, al igual que con Lacan, la revolución [sólo se autoriza por sí misma]: se debería
asumir el ACTO revolucionario sin la cobertura del gran Otro: el miedo a tomar el poder
<<prematuramente>>, la búsqueda de garantías, es el miedo al abismo del acto.”(Repetir
Lenin, p.11).
Entonces, la respuesta de Lenin es la siguiente: “aquellos que esperan a que lleguen las
condiciones objetivas de la revolución, esperarán siempre.”(Repetir Lenin, p.12).
Por lo que, para Žižek la revolución no tiene un debito tiempo, ¡hay que hacerla de golpe!
“A este respecto, hoy más que nunca
debemos volver a Lenin: sí, la economía
es el dominio decisivo, la batalla se
decidirá allí, hemos de romper el
hechizo del capitalismo global; SIN
EMBARGO, la intervención debe ser
cabalmente POLÍTICA, no
económica”(Repetir Lenin, p.84).
–––> Que la intervención tenga que ser política y no
económica significa lo siguiente:
En esto reside la principal lección leninista para nuestros días: sólo de este modo, problematizando la
democracia, dejando claro que a priori la democracia liberal, en su idea misma [...] no puede sobrevivir
sin la propiedad privada capitalista, podemos hacernos realmente anticapitalistas.(Repetir Lenin, p.85).
––> Hay una relación intrínseca entre capitalismo y democracia liberal representativa debido a al
derecho de propiedad privada.
––> Si se interviene políticamente en la democracia liberal, luego será posible acabar con el capitalismo.
Para Žižek, un primer ejercicio ético-político es aplicar “estos golpes hacía sí mismo”
porque es una forma de “llegar al verdadero [gran] Otro y restablecer la conexión con él,
es decir, suspender la abstracción y frialdad fundamentales de la subjetividad
capitalista.”(p.68).
Žižek afirma: “sólo pegándose (haciéndose daño) primero, se hace uno libre: el verdadero
objetivo de estos golpes que me inflijo es sacar a puñetazos aquello en mí que me une al
amo”. En la película “Norton ya no tendrá que golpearse a sí mismo, ahora será capaz de
golpear al verdadero enemigo (el sistema).”(Repetir Lenin, p.69).
–––> Los “golpes a sí mismos” no son literales, sino que buscan
expresar el dolor de despojarse de la ideología (o mecanismo
de poder), de hacer caer la ideología en uno mismo.
La revolución o acto político auténtico también consiste en suspender todo marco moral:
“Por ‘izquierda’, se entiende esa disponibilidad a suspender la vigencia del abstracto marco
moral o, parafraseando a Kierkegaard, a acometer una especie de suspensión política de la
ética. [...] La persona de izquierda no sólo viola el principio liberal de la neutralidad
imparcial, sino que sostiene que semejante neutralidad no existe, que la imparcialidad del
liberal está siempre sesgada de entrada. [...] la izquierda legitima su suspensión de la ética,
precisamente, aduciendo la verdadera universalidad que aún está por llegar.”(En defensa de
la intolerancia, p.65).
En otros lugares, Žižek afirma: “Un acto político auténtico puede ser, en cuanto a su forma, tanto democrático como no-
democrático. Hay algunas elecciones o votaciones en que ‘sucede lo imposible’ [...] Por otra parte, un acto auténtico de
voluntad popular también puede ocurrir con la forma de una revolución violenta, o de una dictadura militar progresista,
etcétera.”(Irak. La tetera prestada, p.125).
Ahora bien, ¿qué entiende Žižek por una <<dictadura militar progresista>>? Su comentario no parece muy prometedor: “Es
mejor el peor terror estalinista que la democracia capitalista más liberal. Por supuesto que desde el momento en que se
compara el contenido positivo de ambas, la democracia capitalista del Estado del bienestar es incomparablemente mejor: lo
que redime al ‘totalitarismo’ estalinista es el aspecto formal, el espacio que abre.”(Irak. La tetera prestada, p.121).
–––> ¿Del Estado de bienestar liberal, Žižek rescata solamente la parte económica (distribución de ingresos, derechos laborales,
etc.) y no las libertades políticas individuales (libertad de expresión, de asociación, derecho a la propiedad privada, etc.?
–––> ¿De la Unión Soviética, Žižek rechaza su fallida y pobre planificación económica, pero acepta la destrucción coercitiva y
arbitraria de las clases sociales, es decir, la dictadura política del proletariado?
–––> ¿Žižek quiere un Estado de bienestar autoritario? No está nada claro…
Críticas de la izquierda a Žižek: El problema en la violencia política
Ernesto Laclau:
Fundador del posmarxismo junto a Chantal
Mouffe.
Ex-Padre académico de Žižek
“El problema, sin embargo, es éste: ¿qué es una lucha anticapitalista? Žižek
rápidamente descarta las luchas multiculturales, antisexistas, antirracistas,
etcétera, por no ser directamente anticapitalistas. Pero no está en una posición
mejor si nos orientamos a los objetivos tradicionales de la izquierda, más ligados a
la economía: ni las demandas por mejores salarios, por una democracia industrial,
por el control del proceso de trabajo, por una redistribución progresiva del
ingreso, son anticapitalistas tampoco. [...] No hay sola línea en el trabajo de Žižek
donde ofrezca un ejemplo de lo que él considera una lucha anticapitalista. Uno se pregunta
si está pensando en una invasión de seres de otro planeta o si, como una vez sugirió, en
algún tipo de catástrofe ecológica que no transformaría al mundo, sino que lo haría caer a
pedazos.”(Žižek: Esperando a los marcianos, en La razón populista, p.295).
Stavrakakis considera que “dichos actos ‘incondicionales’ [como el que propone Žižek] son
absolutamente posibles, y que no tengo razones para dudar de que puedan tener un ‘éxito’
momentáneo. Lo que cuestiono es su capacidad de efectuar una refundación radical de lo social en una
dirección progresista.”(La izquierda lacaniana, p.159).
Entonces, ¿la revolución asegura una dirección progresista? ¿Deberíamos arriesgarnos a ella sin
tener certeza de los resultados?