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Principios de Bioética en

el rol del TENS.


Integrantes: Miriam Fuentes.
Las vacunas

• En la comunidad científica existe


consenso acerca de que la vacunación es
una de las mejores y más importantes
estrategias en la salud pública. La muerte
de cientos de millones de personas,
especialmente niños, ha sido evitada
gracias a ellas
Explicación del grafico
Presentación del caso.

• https://youtu.be/iwf2lYFZcMU
Negativa de padres a
vacunar a su hijo.

Recurso de protección
interpuesto por la
directora del Hospital
Base de Osorno.

C. De Apelaciones acoge
el recurso y obliga la
inoculación del menor.

Menor enferma de
cocueluche

Corte Suprema modifica


el fallo anterior, pero de
igual manera obliga la
inoculación.
Los principios bioéticos en el caso

• Principio de Justicia:
En este caso establece el mayor bien para el mayor numero de personas.
Las leyes, instituciones y servicios públicos se encuentran organizados en forma tal
que redunden en el beneficio de las personas.
Es por esto que la corte de apelaciones falla a favor del recurso de protección impuesto
por la directora del hospital base de Valdivia. Ya que la comunidad científica existe un
consenso acerca de que la vacunación es una de las mejores y más importantes
estrategias de la salud publica.
Además que este principio esta relacionado con la concepción de la salud como un
derecho humano.
las razones sanitarias que justifican la potestad del Estado en materias de salud.
Fundamentos constitucionales

• El primer argumento constitucional que debió informar la decisión de la Corte es el derecho


a la vida y a la integridad física del menor, consagrado en el Art. 19 nº 1 de la Constitución
Política de Chile. Si bien no cabe duda de que la falta de vacunación es en sí misma una
amenaza potencial a este derecho, el que el menor ya contrajo coqueluche demuestra que
este atropello a sus derechos constitucionales ya se concretó. En cualquier caso, siendo el
coqueluche solo una de las enfermedades que se busca prevenir por medio de la vacunación,
y que aquellas pueden causar estragos en la calidad de su vida, e incluso la muerte, el Estado
está obligado a intervenir con el objeto de protegerlo de lo que claramente es una peligrosa
acción de parte de sus padres.
Los principios bioéticos en el caso

• Principio de No maleficencia:
• En este caso las vacunas son intervenciones preventivas; es decir, se realizan con el buen
ánimo de evitar males futuros. Las vacunas tienen una historia centenaria que demuestra
su bondad y eficacia, pero han planteado problemas éticos desde su comienzo.
• En esta la evidencia científica resulta contundente los beneficios de la vacunan entregan
prevención en un 99% de los casos v/s el 1% que puede tener una reacción alérgica etc.
Fundamentos científicos que faltaron en el fallo

• La Corte Suprema debería haber hecho referencia expresa al “certificado de inocuidad” que es
buscado por la madre del menor, y que parece ser parte normal del discurso de las comunidades
chilenas contra las vacunas. Esto debido a que buscar un tratamiento médico inocuo es una
causa perdida; a mayor abundamiento, es posible decir que no existe en nuestro planeta nada
que sea absolutamente inocuo para la totalidad de la población. Lo anterior, sin embargo, no es
importante para la medicina, toda vez que la ciencia médica no basa sus avances en la ausencia
absoluta de riesgos, sino que más bien en la ponderación de los posibles riesgos vis a vis los
posibles beneficios de un determinado tratamiento.
Principio de autonomía

• El conflicto ético que subyace en la cuestión del CI


reside en la tensión entre el principio de autonomía
del paciente y el principio de beneficencia del
médico. Globalmente, el principio de beneficencia
consiste en hacer todo lo mejor para el paciente.
Por su parte, el principio de autonomía reconoce el
derecho del paciente a rechazar o aceptar el
tratamiento y a tomar decisiones basadas en una
información adecuada.
Principio Beneficencia

• Normas legales para realizar estos estudios, con especial insistencia en proteger la dignidad, los derechos, la seguridad y el
bienestar de las personas.
• En este caso prima el bien superior del menor.
• En Salud Pública, las prácticas preventivas, diagnósticas y terapéuticas se justifican, siempre que se produzca el menor daño
posible y con márgenes de seguridad para la población. Para acciones preventivas como vacunar, al actuar sobre personas
sanas, el daño potencial que sabemos que ocurrirá, debe ser reducido al menor número posible de eventos adversos, ya que
no es ético inducir actividades preventivas que no tengan un claro beneficio. Ello, respetando el ejercicio de valores como la
libertad de elegir de manera responsable, su propia forma de actuar dentro de la sociedad, considerando que no existan
daños a terceros. Las vacunas pueden ser usadas tanto en adultos como en niños; sin embargo, se administran
principalmente en niños, ya que aquellas desarrolladas a mediados del siglo pasado, lo fueron contra las enfermedades
comunes de la infancia; y por la externalidad positiva de dar un efecto mayor en el tiempo.
Resumen

• La Corte Suprema ordenó la vacunación de un menor cuyos padres se negaron a su


inoculación. Aunque la Corte alcanzó el resultado correcto, lo hizo de manera errónea, no
fundamentando adecuadamente la procedencia de la vacunación obligatoria. La Corte
debería haberse referido al balancing-test de la autonomía individual y la salud pública,
protegiendo a esta última, rechazando además los erróneos fundamentos argüidos por el
movimiento antivacunas.
¿Hay que respetar los
derechos individuales
incluso cuando estos
ponen en riesgo la salud
y seguridad colectiva?
¿Qué opinan?
Opinión del grupo

• En su decisión, la Corte Suprema alcanza el resultado correcto (que el menor sea vacunado) pero llega a ese resultado de manera errónea. Por
una parte, los fundamentos otorgados por la Corte para rechazar el recurso de protección no son convincentes; adicionalmente, la Corte no
razona el fallo de una manera completa, pese a la importancia que este caso tiene para las políticas de salud pública.
• Estamos de acuerdo con el actuar del profesional, ya que la directora esta poniendo en practica los principios bioéticos, pero además
utilizando los mecanismos que la legislación establece. Los centros de salud no están facultados para juzgar ni dictaminar. Lo correcto es
acudir a los organismos competentes.
• Se trata este de un caso complejo en lo que respecta a las libertades civiles y a la ciencia médica. La Corte Suprema está, a fin de cuentas,
negándole a los padres del menor la habilidad de decidir acerca de la salud de su hijo, obligándolos a someter a este último a un tratamiento
preventivo que ellos derechamente rechazan. Así, la Corte Suprema debería haber utilizado esta oportunidad para ofrecer un más acabado
análisis de la situación, presentando un extenso razonamiento. Primero, la Corte Suprema debiese haber enunciado de manera clara las
razones que justifican la política de vacunación en Chile, refiriéndose a sus fundamentos científicos. Asimismo, debería haber explicado por
qué está justificada la aparente supremacía del Estado por sobre los deseos del individuo en razones de salud pública.

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