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HISTORIA DE LA IGLESIA CATOLICA UNIVERSAL

UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA

FUNDACION, PATRIARCADOS, LA IGLESIA


ANGLICANA, VALIDEZ SACRAMENTAL
EL PRESENTE MATERIAL ES PARA DAR A CONOCER LA
HISTORIA REAL DE LA IGLESIA CATÓLICA UNIVERSAL, DE LA
QUE SOMOS PARTE POR LEGÍTIMA Y VÁLIDA SUCESIÓN
APOSTÓLICA.

NO PRETENDE DIVIDIR, SINO ENSEÑAR Y CUMPLIR LA


PETICIÓN DE JESÚS: “QUE TODOS SEAN UNO” (JUAN 17:21)
Al PRINCIPIO Jesús Instituyó a los Doce Apóstoles, iniciando La Iglesia de
Dios Padre, la Iglesia de Cristo, UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.

•La Iglesia entonces fue un cuerpo dirigido por los doce apóstoles, ya que después
de morir Jesús, tomaron las riendas de las distintas congregaciones, donde
aceptaban a Jesús como Señor y salvador, y celebraban ya sus propios rituales
separados de los judíos, la religión que hasta ese momento habían profesado.

•Los judíos y los romanos persiguieron a los cristianos antiguos de las primeras
comunidades, los apóstoles se dispersaron por el mundo conocido en ese
entonces y se crearon la iglesias bajo la dirección de los Apóstoles o de Obispos
que las lideraban. Hasta ese momento la iglesia católica es la comunidad de
iglesias locales cuyo origen se remonta a las fundaciones que realizaron los
apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo después de pentecostés y que mantiene la
unidad en la fe y la doctrina gracias a la tradición viva que es ella misma.
Tradicionalmente se reconoce que el primer obispo de Jerusalén fue Santiago, el
fundador; el primer obispo de Antioquia (Siria) fue Pedro, el fundador; el primer
obispo de Alejandría (Egipto) fue Marcos, el fundador; el primer obispo de
Constantinopla (Hoy Estambul) fue Andrés.
SE EXTIENDE LA IGLESIA
• Un dato interesante es que la iglesia de Armenia fue fundada por Tecla, y la de
Georgia por Nina, mujeres que fundaron iglesias católicas. El primer obispo de
Roma fue Lino, no Pedro el apóstol. Pedro no pudo asumir ese cargo por sus
obligaciones como apóstol. Cada una era independiente y autónoma en cuanto a
que no estaban confederadas ni unidas a ningún tipo de asociación excepto por su
fe. Se establecieron los patriarcados, entre los que destacan los de los obispos de
Antioquia, Jerusalén, Constantinopla, Alejandría y Roma. Todos tenían la misma
autoridad y potestad. No existía el papado, sino que cada obispo era patriarca y
jefe de sus iglesias y comunidades adscritas en los distintos territorios que
abarcaban sus diócesis, además existían múltiples iglesias nacionales que
participaban en los concilios.

• De manera que la iglesia primitiva era una comunidad de fieles donde en los
primeros siglos cada obispo era “el papa” de su congregación. Todas funcionaban
de manera autónoma con sus propias formas de organización, en comunicación y
dialogo con las demás, siguiendo la propuesta de San Ignacio de Antioquia acerca
de la autonomía de las Diócesis.
LA PRIMERA DIVISION
• En el siglo III los obispos de roma decidieron que por estar ellos en la
sede del mayor imperio de la época, debían tener mayor autoridad
que la de los demás obispos de las congregaciones cristianas, y
reclamaron su supremacía sobre las demás iglesias. 300 Años después
de Cristo, es que el Obispo de Roma asume el liderazgo. De manera
que desde el siglo III fue Constantino quien establece la Iglesia
católica, apostólica y romana tal como la conocemos hoy. El termino
Papa, no surge hasta que en el siglo XI el Obispo de roma Urbano II
acuña ese término para designarse, convirtiéndose en el primer PAPA.

• Esta supremacía no fue aceptada por todos los patriarcas, ya que


todas las comunidades, fraternidades cristianas, eran iguales,
igualmente sus obispos, como sucesores de los apóstoles tenían los
mismos derechos entre sí. Por eso los obispos o jefes de comunidades,
son “colegas” o “coepíscopos”.
• Así que, después Constantino firma el edicto de Milán, y en el 314
unifica la religión y en el concilio de Nicea se compone el credo básico
de la iglesia católica. Al organizarse la iglesia en patriarcados y diócesis
durante el concilio de Nicea, se les otorgó el mismo rango a las sedes
patriarcales de Roma, Alejandría, Constantinopla, Antioquia y Jerusalén,
cuyos titulares recibieron el nombre de Arzobispos.

• San Ignacio de Antioquía es uno de los primeros en referirse a todas


estas comunidades como IGLESIA CATOLICA: “Donde esté el Obispo,
esté la muchedumbre así como donde esta Jesucristo está la Iglesia
Católica” (Carta a los Esmirionitas 8:2.) O sea que cuando les
preguntaban los cristianos de estas comunidades, decían que
pertenecían a la iglesia Católica. Es decir, la iglesia de Cristo, la de los
apóstoles, la del concilio de Nicea, la de los obispos o patriarcas. Años
después se le dio al obispo de Constantinopla la misma jerarquía del
obispo de Roma, llamándole “Patriarca Ecuménico”, y entonces surge la
división de la iglesia católica Occidental y Oriental. Los patriarcas que no
se unieron a Roma o a Constantinopla conservaron su raíz de fe,
tradición y sucesión apostólica válidas y legitimas desde los apóstoles.
UN EJEMPLO
• La iglesia de los Católicos Antiguos, o Viejos Católicos, o Vetero Católicos
es producto de una federación de varias Iglesias Nacionales
Independientes unificadas en la fe y culto católico, no dependiente de la
sede de Roma. El arzobispo de Utrecht tiene una primacía de honor no
distinta a la concedida en la Comunión Anglicana al Arzobispo de
Canterbury, por ser también una Iglesia Histórica.

• En 1145, el beato papa Eugene III concedió al capítulo de la catedral de


Utrecht el derecho de elegir a los sucesores de la sede en tiempos de
vacantes. El IV Concilio de Letrán confirmó este privilegio en 1215. El
carácter autónomo de la Iglesia de los Países Bajos se reafirmó además en
una segunda reafirmación en 1520 por el papa León X, en la bula
“Debitum Pastoralis”, significando que el Arzobispo de Utrecht podía
consagrar Obispos sin el permiso o aprobación del papa, del mismo modo
como hacen los Ortodoxos, Anglicanos, y las Iglesias Orientales.
• De manera que la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Vetero Católica, la Iglesia
Anglicana y todas aquellas que son válidamente sucesoras de los
Patriarcados Históricos, son parte de la Iglesia de Jesús: Una, Santa,
Católica y Apostólica. Se han mantenido apegadas a unas creencias dadas
en la Palabra de Dios, en la Santa Trinidad, la Sucesión Apostólica, y los
Sacramentos. Una sola fe, un solo Bautismo, un solo Salvador: Jesucristo.
Fieles a lo establecido en los Concilios Ecuménicos Históricos y a la
Tradición de la Iglesia Católica Universal, estén o no en Comunión Plena
con Roma. Sus Ordenaciones y Consagraciones son legítimas y válidas,
igualmente sus sacramentos. Esto lo reconoce la Santa Sede:

• La “Dominus Iesus”, Declaración de la Congregación para la Doctrina de la


Fe, presidida por el entonces Prefecto, Cardenal Joseph Ratzinger, hoy
Papa Benedicto XVI, enseña: “...Las Iglesias que no están en perfecta
comunión con la Iglesia Católica pero se mantienen unidas a ellas por
medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la
Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias
particulares. Por eso, también en éstas Iglesias está presente y operante
la Iglesia de Cristo...” (Nº 17).
La iglesia anglicana
¿Cuándo Llegó la fe cristiana a Gran Bretaña? Nadie parece estar seguro. Los
historiadores ingleses tienen diferentes teorías y leyendas. Hay una tradición o
leyenda que sostiene que San Pablo fue el primero que predicó el Evangelio a
los habitantes de esas Islas. La cuestión es que desde los primero siglos del
Cristianismo se encuentran Obispos Británicos. Así, desde los primeros
tiempos, se mantiene una Sucesión Ininterrumpida de Obispos hasta nuestros
días, conservando incólume a través de los siglos la “Sucesión Apostólica”, es
decir, además de la imposición de manos con que se consagra a los obispos, la
plena y verdadera fe de los Apóstoles de Jesucristo, transmitida de generación
en generación, guardando “el Depósito de la Fe”, según ha sido recibido de
obispo en obispo, por medio de la Tradición Escrita y Oral. Esto es una doctrina
intransable de la Catolicidad y mantenida por el Anglicanismo. Nuestros
obispos, son tales, porque son Verdaderos Sucesores de los Apóstoles a través
de una línea ininterrumpida, que entronca con la Iglesia Católica Indivisa y que
además ha enriquecido su linaje apostólico, en los últimos siglos, con el
proveniente de Obispos Ortodoxos y Viejos Católicos.
• En el año 1165 en una correspondencia Papal a la Iglesia de Inglaterra, ésta
aparece denominada como “Ecclesia Anglicana”, es decir “Iglesia de Anglia o de
los Anglos o Ingleses”. Esta es la primera vez que se usa el término en forma
oficial, desmintiendo una vez más que a la “Ecclesia Anglicana” la haya fundado
o inventado Enrique VIII, que vivió 400 años después de esto. Enrique no fundó
ninguna nueva Iglesia y ni siquiera reformó la antigua, solamente separó la
Iglesia de Inglaterra de la jurisdicción Papal. El resultado fue y es una Iglesia, que
es parte legítima de la verdadera Iglesia de Cristo, Santa, Católica y Apostólica,
pero que no tiene ninguna relación de dependencia del Papado, pero si, la
relación que corresponde a dos Iglesias hermanas, sobre todo a partir del siglo
XX con el Concilio Vaticano II, todos los movimientos ecuménicos – iniciados por
un sacerdote anglicano , el Padre Wattson en Inglaterra, a fines del siglo XIX – y
la creación de Comisiones Anglicano-Católicas para estudiar la doctrina, hoy mas
cerca que nunca.

• Con frecuencia, las Iglesias Católicas Apostólicas no romanas, sean Nacionales,


Tridentinas, Ortodoxas Occidentales, o Sedevacantistas son blanco de críticas por
algunas jerarquías romanistas, tras considerarlas irregulares. Argumentan que
tanto sus obispos como sus sacramentos no son reconocidos como católicos,
pero los siguientes documentos históricos irrebatibles no dicen lo mismo:
El primer Concilio Niceno (a 325) se expresó claramente a este respecto
hablando de los novacianos: “Sobre los que se llaman Catharos (esto es,
limpios) si vinieren a la Iglesia Católica, agradó al Santo y al Gran Concilio que,
recibiendo la imposición de manos en penitencia, permanezcan como están en
el clero. Conviene que, sobre todo, profesen por escrito que reciben y siguen
todos los dogmas de la Iglesia Católica y Apostólica”. Los Santos Padres
pensaron que la imposición de manos o la Ordenación produce sus efectos
aunque proceda de un ministro indigno. Es un sacramento y una acción de
Cristo, que no queda desvirtuada por la iniquidad del instrumento. Este
principio general de Teología Sacramental Patrística tiene ahora su
manifestación concreta en el Sacramento del Orden. San Jerónimo dice
igualmente: “Si el que bautiza en su fe herética no puede dañar al bautizado,
tampoco el que en su propia fe herética hace la ordenación del sacerdote le
mancho”. El sacramento como acción de cristo, es válido y auténtico de
cualquier ministro ordenado y que sea parte de la iglesia UNA, SANTA,
CATOLICA Y APOSTOLICA. La validez de las órdenes conferidas por herejes o
cismáticos, de su validez siempre la ha reconocido la Iglesia. “Los sacerdotes
dan su bendición no por propia virtud -escribe Hestiquio de Jerusalén- sino
que, porque llevan la imagen de Cristo, pueden por Aquél que está en ellos dar
la plenitud de la bendición”.
No se puede pues, absolutamente pensar en las cristiandades separadas como en
comunidades absolutamente extrañas, separadas de la Iglesia, donde se conserva el
carácter sacramental, se conserva también un vínculo con la Iglesia única. Por San Agustín
sabemos de la Consagración para Obispo de un simple lector. Estaban preparadas todas las
cosas para consagrar a uno de los sacerdotes y había un Obispo de fuera de Hipona para
intervenir en la ceremonia; pero ésta no podía realizarse como se había pensado, porque
el candidato se había retirado. Entonces San Agustín, Doctor y Padre de la Iglesia: para que
no fuera inútil la vanidad del otro Obispo, sustituyó al presbítero por un lector. Se cuentan
treinta y cuatro diáconos romanos que antes de acabar el siglo IX, en aquella Iglesia fueron
consagrados Obispos de Roma o Papas, directamente sin pasar por el Presbiterado u
Ordenación Sacerdotal. Respecto del Papa Juan XIII (965-972), cuya carrera eclesial se
conoce por la lista de órdenes que había recibido, se ha podido constatar que el diácono
pasó directamente al Episcopado. Todo lo cual es indicio cierto de que la potestad
Episcopal viene de un sacramento y de un carácter impreso en el alma; no de un mero
mandato, o de misión externa o jurisdicción comunicada por la Iglesia en la persona del
Papa. Biblioteca de Autores Cristianos: Ministros de Cristo, Sacerdocio y Sacramento del
Orden, Enciclopedia del Sacerdocio, dirigida por el R. Prof. José Cacciatore, C.SS.R.

NOSOTROS Somos parte de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. No así Católica
Romana, y como la Ortodoxa, Vetero o Antigua, e incluso la Luterana, se ha mantenido
apegada a unas creencias dadas en la Palabra de Dios, en la Santa Trinidad, la Sucesión
Apostólica, y los Sacramentos. Hacemos parte de la tradición Apostólica en tanto seguimos
las enseñanzas de los Apóstoles continuadores de las obras de Jesús y nos mantenemos
fieles a la FE enseñada por estos a las primeras comunidades cristianas y los primeros
concilios ecuménicos. Reconocemos, validamos y administramos los 7 Sacramentos
Tradicionales Católicos. Y para nosotros la virgen María es nuestra Madre, Compañera,
Protectora y modelo de Apóstol.
¡MUCHAS GRACIAS Y
QUE DIOS TE
BENDIGA!

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