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PRESUNCIÓN DE FALLECIMIENTO
FIN DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS FISICAS
DE LA PRESUNCION DE FALLECIMIENTO: Nuestro Código Civil ha
establecido con rigor científico la presunción de fallecimiento de las
personas sobre quienes pesa la incertidumbre de su existencia, por
haber desaparecido o estado ausentes de su domicilio.
DIFERENCIA ENTRE DECLARACION DE MUERTE Y PRESUNCIÓN DE MUERTE

No debe confundirse la declaración de presunción de fallecimiento con la declaración judicial


de muerte.
La declaración de presunción de fallecimiento se da en los casos en que solo se presume que
una persona ha fallecido, primordialmente debido a su ausencia o desaparición por periodo de
tiempo prolongado.
La declaración judicial de muerte, tendrá lugar solamente cuando la persona estuvo envuelta
en una catástrofe de tal magnitud que ya no cabría concebir que estuviera viva, por lo que,
aún si no se encuentra el cadáver, se reputa como si efectivamente hubiera fallecido.
En el caso de la presunción de fallecimiento se deja abierta la posibilidad de que la persona
reaparezca, por lo que sus bienes no son entregados sino en posesión a las personas llamadas
a recibirlos. En el caso de la declaración judicial de muerte, se equipara a la persona sobre la
que recae con aquella cuya defunción se halla inscripta en el Registro Civil; sus bienes son
entregados en propiedad a los herederos o legatarios
AUSENTE Y DESAPARECIDO

El art. 64 del C.C. al referirse a la presunción de fallecimiento, habla del ausente


y del desparecido. No hay una disposición expresa en el Código que distinga a uno
y otro. Sin embargo se puede tener en cuenta la siguiente diferencia:
La persona cuyo paradero se desconoce, y cuya situación de si está viva o si está
muerta también se ignora, es un ausente. Si transcurren los plazos legales
establecidos puede ser declarado su fallecimiento presunto.
La persona desaparecida, por su parte, es aquella cuya ausencia se produjo como
consecuencia de circunstancias tales que pudieran haber puesto en peligro su vida.
Por lo tanto, el peligro será el elemento esencial para diferenciar al ausente del
desaparecido, tanto es así que el art. 63 al hablar de la declaración judicial de
muerte como medida excepcional, solo habla de desaparición y no de ausencia.
PRESUNCIÓN DE FALLECIMIENTO
PRESUNCION DE FALLECIMIENTO:
Casos ordinarios: se dan con la falta de noticias o incertidumbre sobre la existencia de la
persona durante un periodo de tiempo más o menos largo, determinado en los arts. 64
y 65.
Casos extraordinarios: son consecuencia de operaciones bélicas o accidentes. En estas
circunstancias, el plazo se reduce considerablemente, conforme al art. 67.
Casos Ordinarios: El código ha establecido, para la presunción de fallecimiento, el plazo
de cuatro años consecutivos contados desde la última información que se tuvo del
ausente o desaparecido de su domicilio o última residencia de la República, y del que
existe incertidumbre por falta de noticias de si está vivo o muerto (art. 64).
CONT.
Casos extraordinarios: El art. 67 prevé plazos más cortos cuando se trata de situaciones
extraordinarias, que son las siguientes:
Cuando alguno desapareciese a consecuencia de operaciones bélicas, sin que se hayan tenido más
noticias de él y hayan transcurrido dos años desde la ratificación del tratado de paz, o en defecto de
éste, tres años desde que cesaron las hostilidades.
Cuando alguno cayese prisionero, o fuese internado o trasladado a país extranjero, y hubiesen
transcurrido dos años desde la ratificación del tratado de paz, o en defecto de éste, tres años desde
que cesaron las hostilidades, sin que se haya tenido noticias de él.
Cuando alguien ha desaparecido en accidente, y no se tienen noticias de él transcurridos dos años.
Si el día del accidente no es conocido, después de dos años contados desde el fin del mes. Si
tampoco se conoce el mes, desde el fin de año en que ocurrió el accidente. El día presuntivo del
fallecimiento será el último día de los plazos establecidos en este artículo.
Teniendo en cuenta la disposición del art. 63 que prevé la declaración judicial de muerte, debe
concluirse, para evitar equívocos, que el inciso se refiere a situaciones en las que no cabe suponer
ab initio, razonablemente, la supervivencia de la persona.ersona, sino que como consecuencia del desastre la misma desaparece por dos años.
SOLICITUD.
QUIENES PUEDEN PEDIR LA DECLARACION DE PRESUNCION DE
FALLECIMIENTO.
El Código Civil en su art. 68 dice quiénes son esas personas:
El cónyuge;
Sus herederos y los legatarios;
Sus acreedores;
Toda persona que acredite un interés legítimo en los bienes del desaparecido; y
Ministerio Público.
PROCEDIMIENTO PARA LA DECLARACIÓN
.
Necesidad de su regulación en el Código de Procedimientos: Al no haber un procedimiento
específico, ante esta laguna, los jueces deberán recurrir al procedimiento establecido en los arts.
140 y 141 del C.P.C., dirigido a regular la notificación por edictos cuando se tratase de personas
inciertas o cuyo domicilio se ignorase, en concordancia con las disposiciones del proceso de
conocimiento sumario.
El juicio de presunción de fallecimiento:
Requisitos para la procedencia de la acción: Los llamados requisitos para la procedencia de la acción,
que son básicamente dos: que se justifique la competencia del juez ante el cual se promueve la
acción, y la legitimación activa del que la promueve, es decir, que se compruebe fehacientemente
ser una de las personas que, según el art. 68 se hallan facultadas a pedir la declaración judicial de
presunción de fallecimiento (se comprueba a través de las partidas de estado civil, testamentos,
instrumentos públicos o privados en donde consten los derechos subordinados a la muerte del
denunciado). El juez competente será el del último domicilio o residencia del desaparecido o
ausente.
CONT.
Requisitos para la admisibilidad de la demanda: De comprobarse la procedencia de la
acción, deben reunirse otros presupuestos que hacen al fondo y a la forma, a fin de
que pueda declararse la presunción de fallecimiento de la persona.
Intervención del Defensor de Pobres y Ausentes :Deberá necesariamente tener
intervención el Defensor de Ausentes (Defensor de Pobres, Ausentes e Incapaces),
una vez cumplidos los requisitos exigidos por los arts. 140 y 141 del C.P.C., o sea el
informe del Registro de Poderes para certificar si la persona tiene o no apoderado con
mandato inscripto, y la publicación de edictos, la que se hace bajo apercibimiento de
designar al citado defensor como representante. El defensor es parte necesaria en el
juicio, por lo que su no intervención en el mismo es causal de nulidad.
 
CURADOR
Designación en un caso de un curador de bienes: Mientras se tramita el juicio si necesario
fuere, puede solicitarse la designación de un curador de bienes, el cual tendrá funciones de
mero administrador y deberá entregar los bienes en su oportunidad a las personas que designe
el juez (art. 272 y sgtes. Del C.C.). El curador deberá ser distinto del defensor de pobres, pues
éste solo se limita a intervenir en el juicio.
Pruebas: El art. 69 dice: “El que pidiere la declaración deberá justificar las circunstancias
mencionadas en este capítulo y acreditar su derecho”. Las pruebas que deberán rendirse en el
juicio, a más de las que permitan prosperar la acción (legitimación activa y último domicilio o
residencia) son en primer lugar el tiempo de la ausencia. Debe igualmente probarse la fecha
de la última noticia que se haya tenido del ausente; también serán indispensables las
probanzas que demuestren de una manera fehaciente los esfuerzos que se han hecho para
intentar ubica a la persona. Todos los medios de pruebas son admitidos. Para los casos
extraordinarios la demostración fehaciente del accidente o hecho de guerra, y una prueba
pericial que demuestre la gravedad del accidente, en el caso del art.67 inc. c). al que se
sumará la falta de noticias del desaparecido, podrán ser gravitantes
RESOLUCIÓN JUDICIAL
Sentencia: Si no apareciera el presunto ausente luego de publicados los edictos
y producidas las pruebas correspondientes, el juez dictará sentencia
declarando presuntamente fallecida a la persona y fijando el día presuntivo
de su fallecimiento. Esto es fundamental, porque será el día en que los
herederos, habilitados en ese entonces, adquirirán su derecho. La sentencia
que recayera en este juicio no hace cosa juzgada, ya que en cualquier
momento puede producirse la reaparición del ausente o desaparecido, con
lo cual aquella debe quedar sin efecto.
FIJACIÓN DEL DIA PRESUNTIVO
FIJACION DEL DIA PRESUNTIVO DE FALLECIMIENTO:
Este hecho reviste importancia, pues a partir de el comenzarán a surtir efecto, con respecto a los
herederos y legatarios del presunto fallecido, todos los derechos que les puedan
corresponder.
Nuestro código no detalla con rigurosidad las pautas que deben tenerse en cuenta para la
fijación del día presuntivo de fallecimiento en los casos ordinarios. Solo incidentalmente se
refiere al mismo en el art. 70, cuando dice: “Ejecutoriada la sentencia que fije el día
presuntivo de fallecimiento…”, lo que no nos da ninguna pauta de cómo ello debe hacerse.
En los casos extraordinarios citados en el art. 67 en los incs. a, b y c, se fijará como día
presuntivo de fallecimiento el último día de los plazos establecidos en este artículo.
La omisión para los casos ordinarios de la fijación del día presuntivo de fallecimiento nos
obliga a establecer como tal el último del que se haya tenido noticias ciertas del presunto
fallecido.
EFECTOS DE LA DECLARACION.

A la persona declarada presuntamente fallecida, se la presume muerta a partir del día presuntivo de
fallecimiento y viva hasta ese momento.
Sin embargo, no queda equiparada al muerto cuyo fallecimiento se ha comprobado, pues entre otras
cosas sus bienes no pasan sino en posesión de los herederos.
Los bienes pasan a los herederos y a las personas llamadas a recibirlos por un procedimiento
gradual, distinguiéndose una primera etapa en la que ellas no pueden disponer de los mismos,
siendo por tanto meros administradores; recién transcurrido cierto lapso, tienen estas personas
plenos poderes de goce y disposición sobre los bienes del ausente o desaparecido dejando siempre
a salvo el derecho del mismo de reclamar sus bienes en el estado en que se encuentren si
reapareciera.
Estas dos etapas, siguiendo la denominación de nuestro propio código, son:
La de la posesión provisoria; y
La de la posesión definitiva.
POSESIÓN PROVISORIA

La posesión provisoria consiste en la entrega que se hace de los bienes de la persona declarada
presuntamente fallecida, a sus herederos legatarios que lo hubieran solicitado. Los bienes
entregados en posesión provisional están sujetos siempre a la condición resolutoria de que el
ausente o desparecido reaparezca.
 
Con relación a la posesión provisoria, el art. 70 dice: “Ejecutoriada la sentencia que fije el día
presuntivo del fallecimiento, el juez pondrá en posesión provisional de los bienes del
desaparecido a los herederos y legatarios que la hayan solicitado, previo inventario y fianza. No
podrán éstos enajenarlos, hipotecarlos o grabarlos en prenda sin autorización judicial”.
Una vez que se haya fijado el día presuntivo del fallecimiento y a fin de proceder a la entrega de
los bienes en posesión provisoria, es requisito previo indispensable la apertura del juicio
sucesorio ab intestato o testamentario en su caso. En este juicio deberá dictarse la sentencia
declaratoria de herederos y a ellos se entregarán los bienes del presunto fallecido.
ACTOS PERMITIDOS
ACTOS QUE PUEDEN REALIZARSE DURANTE LA POSESION PROVISORIA.
Durante el lapso de la posesión provisoria, los que entrarán en posesión de
los bienes del presunto fallecido serán meros administradores de los
mismos, y estarán facultados a realizar solamente actos de conservación de
la cosa. No podrán, dice el art. 70 en su parte final, enajenarlos,
hipotecarlos o darlos en prenda sin autorización judicial.
EFECTOS DE LA POSESION PROVISORIA:
Al poseedor de los bienes del presunto fallecido es considerado un mero
administrador, no puede disponer de los bienes afectados sino en los casos
en que la ley así lo permita.
FIN DE LA POSESIÓN PROVISORIA

La posesión provisional termina por tres motivos:


Por retorno del ausente o desaparecido: En este caso los bienes pasan nuevamente a su
titular.
Por recibirse noticias ciertas de él: Las noticias ciertas podrían ser que aún vive la
persona, o que falleció en fecha distinta al día fijado como presuntivo del
fallecimiento; en tal caso terminará la posesión provisoria para dar lugar a la apertura
de la sucesión del difunto, ya sobre la base de la comprobación de la muerte; en este
último supuesto, si resultan ser distintos los herederos instituidos en la fecha
presuntiva y real de fallecimiento, éstos tendrán el derecho de recuperar los bienes
objeto de la posesión.
Por posesión definitiva
LA POSESIÓN DEFINITIVA

El art. 72 del C.C. establece: “Transcurridos diez años desde la desaparición o desde
la última noticia que se haya tenido del desaparecido, o setenta años desde el día de
su nacimiento, el juez podrá dar la posesión definitiva de sus bienes a los herederos y
legatarios. Si el desaparecido se presentare posteriormente, recobrará los bienes en el
estado en que se encuentren, así como los adquiridos con el valor de los que faltaren,
y las rentas o intereses no consumidos”.
DIFERENCIA ENTRE POSESIÓN DEFINITIVA Y POSESORIA

La posesión provisoria se establece en favor del presunto fallecido y de los herederos a la vez;
la definitiva ya es preponderantemente en favor de los herederos.
La posesión provisoria es una simple administración de bienes, y, por tanto, excluye la
propiedad de los mismos y de sus frutos y rentas; la definitiva, por el contrario, por más
que la ley la caracterice como posesión, es más bien atributiva del dominio de la herencia
dejada por el ausente o desaparecido.
La posesión provisoria, siendo un simple mandato, por más que provenga de la ley, está sujeta a
la rendición de cuentas, obligando, por tanto, a los puestos en posesión a la devolución de
los bienes en cuestión en la hipótesis remota de que reaparezca el ausente o desaparecido,
con todos sus frutos e intereses, debiendo decir, no obstante, sus honorarios; todo esto no
existe en la posesión definitiva, ya que si el presunto fallecido reaparece, sólo recibirá sus
bienes en el estado en que se encuentran, sin rendición de cuentas de ninguna clase.

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