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La Declaracion Judicial de Muerte
La Declaracion Judicial de Muerte
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PRESUNCIÓN DE FALLECIMIENTO
FIN DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS FISICAS
DE LA PRESUNCION DE FALLECIMIENTO: Nuestro Código Civil ha
establecido con rigor científico la presunción de fallecimiento de las
personas sobre quienes pesa la incertidumbre de su existencia, por
haber desaparecido o estado ausentes de su domicilio.
DIFERENCIA ENTRE DECLARACION DE MUERTE Y PRESUNCIÓN DE MUERTE
A la persona declarada presuntamente fallecida, se la presume muerta a partir del día presuntivo de
fallecimiento y viva hasta ese momento.
Sin embargo, no queda equiparada al muerto cuyo fallecimiento se ha comprobado, pues entre otras
cosas sus bienes no pasan sino en posesión de los herederos.
Los bienes pasan a los herederos y a las personas llamadas a recibirlos por un procedimiento
gradual, distinguiéndose una primera etapa en la que ellas no pueden disponer de los mismos,
siendo por tanto meros administradores; recién transcurrido cierto lapso, tienen estas personas
plenos poderes de goce y disposición sobre los bienes del ausente o desaparecido dejando siempre
a salvo el derecho del mismo de reclamar sus bienes en el estado en que se encuentren si
reapareciera.
Estas dos etapas, siguiendo la denominación de nuestro propio código, son:
La de la posesión provisoria; y
La de la posesión definitiva.
POSESIÓN PROVISORIA
La posesión provisoria consiste en la entrega que se hace de los bienes de la persona declarada
presuntamente fallecida, a sus herederos legatarios que lo hubieran solicitado. Los bienes
entregados en posesión provisional están sujetos siempre a la condición resolutoria de que el
ausente o desparecido reaparezca.
Con relación a la posesión provisoria, el art. 70 dice: “Ejecutoriada la sentencia que fije el día
presuntivo del fallecimiento, el juez pondrá en posesión provisional de los bienes del
desaparecido a los herederos y legatarios que la hayan solicitado, previo inventario y fianza. No
podrán éstos enajenarlos, hipotecarlos o grabarlos en prenda sin autorización judicial”.
Una vez que se haya fijado el día presuntivo del fallecimiento y a fin de proceder a la entrega de
los bienes en posesión provisoria, es requisito previo indispensable la apertura del juicio
sucesorio ab intestato o testamentario en su caso. En este juicio deberá dictarse la sentencia
declaratoria de herederos y a ellos se entregarán los bienes del presunto fallecido.
ACTOS PERMITIDOS
ACTOS QUE PUEDEN REALIZARSE DURANTE LA POSESION PROVISORIA.
Durante el lapso de la posesión provisoria, los que entrarán en posesión de
los bienes del presunto fallecido serán meros administradores de los
mismos, y estarán facultados a realizar solamente actos de conservación de
la cosa. No podrán, dice el art. 70 en su parte final, enajenarlos,
hipotecarlos o darlos en prenda sin autorización judicial.
EFECTOS DE LA POSESION PROVISORIA:
Al poseedor de los bienes del presunto fallecido es considerado un mero
administrador, no puede disponer de los bienes afectados sino en los casos
en que la ley así lo permita.
FIN DE LA POSESIÓN PROVISORIA
El art. 72 del C.C. establece: “Transcurridos diez años desde la desaparición o desde
la última noticia que se haya tenido del desaparecido, o setenta años desde el día de
su nacimiento, el juez podrá dar la posesión definitiva de sus bienes a los herederos y
legatarios. Si el desaparecido se presentare posteriormente, recobrará los bienes en el
estado en que se encuentren, así como los adquiridos con el valor de los que faltaren,
y las rentas o intereses no consumidos”.
DIFERENCIA ENTRE POSESIÓN DEFINITIVA Y POSESORIA
La posesión provisoria se establece en favor del presunto fallecido y de los herederos a la vez;
la definitiva ya es preponderantemente en favor de los herederos.
La posesión provisoria es una simple administración de bienes, y, por tanto, excluye la
propiedad de los mismos y de sus frutos y rentas; la definitiva, por el contrario, por más
que la ley la caracterice como posesión, es más bien atributiva del dominio de la herencia
dejada por el ausente o desaparecido.
La posesión provisoria, siendo un simple mandato, por más que provenga de la ley, está sujeta a
la rendición de cuentas, obligando, por tanto, a los puestos en posesión a la devolución de
los bienes en cuestión en la hipótesis remota de que reaparezca el ausente o desaparecido,
con todos sus frutos e intereses, debiendo decir, no obstante, sus honorarios; todo esto no
existe en la posesión definitiva, ya que si el presunto fallecido reaparece, sólo recibirá sus
bienes en el estado en que se encuentran, sin rendición de cuentas de ninguna clase.