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David Ricardo 2

El método de exposición
El método de exposición de Ricardo

Las transformaciones económicas que presenció Ricardo se reflejan, tanto en el contenido y en las problemáticas que
aborda en su obra como en el método de exposición y de “demostración” al que apelan sus teorías.
Estos cambios en la estructura económica, que van dando una forma cada vez más definida y madura al sistema
capitalista y que le proporcionan a Ricardo algunas claras ventajas analíticas sobre su antecesor, le imponen al mismo
tiempo restricciones en el enfoque, cuando se lo compara con el campo de estudio de Adam Smith.
En el período del siglo XVIII a principios del XIX, la economía política dejó en el camino algunos de los más cruciales
debates que formaban parte de la contribución fundacional de La riqueza.
1. El hecho de que el capitalismo se consolidara definitivamente, imponiéndose sobre las ruinas del régimen feudal, le restó interés
teórico al problema de la “viabilidad” del sistema como tal. Smith se había preguntado si el nuevo régimen era “sostenible”; en la
época de Ricardo, en cambio, el capital, por así decir, demostró por los hechos y sin necesidad de buscar apoyo en la economía
política, su capacidad de supervivencia. Es por eso que la discusión que implícitamente sostiene Smith con el pensamiento de raíz
medieval acerca de la naturaleza y el alcance de las leyes económicas se ausenta por completo en la obra de Ricardo.
2. Tampoco hay lugar para analizar los fundamentos últimos de la conducta humana
3. Ni tampoco el carácter históricamente específico de la sociedad moderna;
Sin embargo, ese mismo grado más avanzado de desarrollo capitalista le proporciona a Ricardo el material
adecuado para lograr un mayor rigor terminológico, elevando el grado de abstracción y de universalidad
de su exposición.
4. Adopta, un estilo netamente “analítico” que habría de caracterizar a la disciplina de allí en adelante. .
El método de exposición de Ricardo

Avances en otro plano decisivo: algunas de las contradicciones y antagonismos


propios del régimen de producción capitalista que a fines del siglo XVIII sólo se
insinuaban, se ponen ahora de manifiesto y se corporizan obligándola a
preguntarse acerca de los límites con los que tropieza el proceso de acumulación
de capital y a estudiar frontalmente los conflictos característicos de su
desarrollo.
Encontraremos entonces que la exposición de Los principios aborda de forma
directa uno de los problemas fundamentales que quedó pendiente de resolución
en La riqueza: el análisis de la mercancía y sus determinaciones de valor. De esta
manera, sin necesidad de efectuar rodeo alguno –como el que realizó Smith en su
descripción de la división del trabajo– el capítulo primero de Los principios se
zambulle de cuerpo entero en la cuestión del valor.
El método de exposición de Ricardo

Así, a diferencia de Smith, Ricardo no se toma el trabajo de analizar las


características particulares de la sociedad moderna. Simplemente da por sentado
que ciertos fenómenos y formas económicas propios del régimen capitalista –
como la mercancía, el dinero y el capital– nada tienen de llamativo; estaban ya
presentes en el “estado primitivo y rudo de la sociedad”, una etapa que Ricardo
toma prestada de Smith para desarrollar su argumentación.
También la época que le tocó vivir tuvo una influencia de otra naturaleza en la
perspectiva adoptada Ricardo para analiza los procesos económicos. Smith, solía
celebrar todo avance en contra de los privilegios asociados al régimen feudal y
solía también mostrarse contrariado cada vez que se refería a la pesada carga
que el capitalismo naciente le imponía a las “clases inferiores del pueblo”, en
particular a los trabajadores asalariados. Ricardo, en cambio, asume una actitud
completamente distinta ante los “padecimientos” y “sacrificios” que deben
atravesar las distintas clases sociales.
El método de exposición de Ricardo

Cada vez que se ve obligado a tomar posición o a valorar algún aspecto “inhumano” del
capitalismo, pese a no ocultar su pertenencia de clase, en lugar de abogar por uno u otro
grupo, parece siempre dispuesto a encarnar la defensa del desarrollo capitalista por sí
mismo, situándose “por encima” de los intereses particulares –y contrapuestos– de las
diversas clases, adoptando un punto de vista “objetivo”.
Desde esta perspectiva, a lo largo del libro puede encontrarse a un Ricardo que cuestiona
por igual a las distintas clases sociales cuando, según él estima, con el propósito de obtener
algún provecho propio consiguen entorpecer o levantar barreras que dificultan el
crecimiento económico. Ricardo es, pues, un verdadero adalid del desarrollo capitalista,
entendido éste como el crecimiento de la riqueza que se deriva de la expansión de las
fuerzas productivas del trabajo.
Este curioso punto de vista lo lleva a veces a adoptar posturas cínicas y hasta descarnadas.
Ricardo no se muestra indulgente ante el sufrimiento de los trabajadores, pero tampoco se
deja seducir por los reclamos de los capitalistas. Su “objetividad” consiste en ponerse del
lado del avance del capitalismo, por encima de la defensa de los intereses de las clases
sociales.
El método de exposición de Ricardo

Por último, en lo que respecta a su abordaje del análisis de la mercancía en la


teoría del valor, la exposición que encontramos en Los principios será, con
mucho, más rigurosa y a la vez más sofisticada que la que logró proporcionar
Smith, y ciertamente más concisa. Pero además, puede verse cómo se aparta
definidamente de su predecesor en lo tocante al procedimiento elegido para
“probar” las teorías que propone.
En este sentido, conviene exponer por adelantado algunas cuestiones vinculadas
a lo que hoy suele denominarse la “metodología”, pues en torno de ellas se
organiza y despliega toda la exposición de Ricardo. ¿En qué se diferencia el
“método” de Ricardo del utilizado por Smith?
El método de exposición de Ricardo

Recapitulemos: al comienzo del libro de Smith se afirma, a contrapelo de las teorías


entonces más difundidas, que la riqueza de una nación no proviene de ninguna otra fuente
que no sea el trabajo que se despliega en ella (durante un determinado lapso). Como la
riqueza está compuesta por “las cosas necesarias y convenientes para la vida”, es decir,
por todos los bienes que se han producido, puede decirse que Smith establece una relación
directa y necesaria entre la masa de trabajo (social) que se ha realizado, por un lado, y la
masa total de productos obtenidos, por el otro. Desde el punto de vista meramente
cuantitativo, podría decirse, por tanto, que esa suma total de trabajo fue la
que “creó” esa cantidad total de productos. Así, determinada cantidad de trabajo se
convirtió en determinada cantidad de mercancías. Se establece así una equivalencia
inmediata entre el trabajo total y la totalidad de las mercancías, ponderadas por sus
precios. Todo conduce, pues, a realizar una “división” que asigne las porciones del trabajo
total a cada clase de mercancías, determinando así sus respectivos valores. De ahí se sigue,
casi con fuerza de necesidad, que debe también existir una relación cuantitativa entre la
porción de riqueza encarnada en cada mercancía individual (su valor) y la porción del
trabajo que se empleó para producirla. Puede decirse que en la afirmación inicial de La
riqueza se encuentra en germen la determinación del valor por el tiempo de trabajo que
Smith expone en el capítulo quinto.

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