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Infanto - Juvenil
Individuos en desarrollo Requieren del cuidado de otros. Por lo tanto, a lo largo de su evolución
reciben influencias de múltiples factores con los cuales interactúan, pudiendo resultar en parámetros
normales, con problemas de salud mental o trastornos bien definidos.
La psicopatología del niño y el adolescente se define como la alteración en una o más de las siguientes
áreas:
conducta, estado emocional, relaciones interpersonales y actividad cognoscitiva. La duración y
magnitud deben ser suficientes para causar deterioro funcional, es decir, interferir con el
rendimiento académico, los vínculos, el empleo del tiempo libre y el desarrollo del sentido de sí
mismo y la identidad.
Consideraciones en Psicopatología
Infanto - Juvenil
Frente a un niño concreto, la evaluación de lo normal y lo patológico se plantea de forma diferente; hay que
reconocer el síntoma, considerar su importancia y su función dinámica e intentar situarlo en el seno de la
estructura. Finalmente, valorar dicha estructura dentro del marco de la evolución genética y dentro del
ambiente. Es decir debemos evaluar:
La conducta sintomática
La estructura
Los procesos de maduración y desarrollo
El contexto ambiental
(De Agujiaguerra & Marcelli, 1992)
Datos sobre la infancia en Chile
El 47, 7 % de los hogares del país tienen niñas, niños y/o adolescentes.
CASEN 2015
14 a 17 años 0 A 3 años
23% 22%
4 a 5 años
11%
10 a 13 años
21%
Uno de los intereses de la epidemiología psiquiátrica infanto-juvenil es averiguar cuáles son los niños de la
comunidad que necesitan ayuda por problemas o trastornos emocionales o comportamentales.
Las investigaciones en epidemiología en salud mental tienen por objetivo:
Determinar la frecuencia y la duración de los trastornos psiquiátricos infantiles de la
población general.
Determinar la asociación de variables demográficas (sexo, edad) con las manifestaciones
psicopatológicas infantiles.
Cuantificar las necesidades de atención psiquiátrica en un determinado territorio, ya sea en los servicios
especializados o en los consultorios de atención primaria.
Diseñar programas de prevención y de atención de las patologías psiquiátricas
más frecuentes.
Conocer los cambios históricos en la frecuencia de los trastornos psiquiátricos infantiles en
una determinada región.
Epidemiología
A nivel internacional, existen encuestas de población general que demuestran que la prevalencia de los problemas de
salud mental persistentes y socialmente incapacitantes en los niños de 3 a 15 años, de los países desarrollados, oscila
entre un 10% y un 20%. Los escasos datos obtenidos en los países en vías de desarrollo hacen pensar en una tasa
aproximadamente igual.
Cerca del 50% de los adultos con patología psiquiátrica comenzó su desarrollo en la adolescencia.
En Latinoamérica existen prevalencias que varían entre le 15 y el 23%, con impacto similar al encontrado
mundialmente.
En Chile existen pocos estudios en este ámbito, pero existen prevalencias entre el 24 y el 38,7%
en distintas muestras poblacionales.
Existe evidencia de que la evolución natural de la mayoría de los trastornos de salud mental de
niños y adolescentes no es a la remisión espontánea.
Prevalencia e incidencia de los
diferentes trastornos mentales
(recopilados del DMS IV)
Epidemiología
La conceptualización de que existen trastornos propios de la salud mental que afectan al niño desde que
nace es un hecho relativamente reciente en el ámbito de la medicina y aún poco incorporado en la
cultura.
Tradicionalmente las familias han reconocido más o menos tempranamente los trastornos de salud
mental congénitos que se acompañan de malformaciones físicas y trastornos severos del desarrollo.
Pero la capacidad y sensibilidad de la familia para calificar como problema a las alteraciones
emocionales, psicosomáticas y conductuales en los niños pequeños es aún escasa.
Epidemiología
El grupo diagnóstico más prevalente fueron los trastornos disruptivos con 21,8%; seguido por los
trastornos ansiosos, 18,5%; y los afectivos con 6,1%. Los trastornos asociados al consumo de
sustancias alcanzaron a 4,8%; la esquizofrenia y los trastornos alimentarios fueron
comparativamente escasos.
Sistemas Clasificatorios
DSM-5 sigue evaluando las mismas áreas de funcionamiento que DSM-IV y CIE-10 pero
en formato NO axial. Es decir, no tiene ejes.
A pesar del amplio uso del sistema multiaxial del DSM-IV, éste no era necesario para el diagnóstico de
ningún trastorno mental. Se incluía también un sistema de evaluación no axial que simplemente enumeraba
los trastornos y afecciones apropiados de los ejes I, II y III sin designaciones axiales (DSM-5, 2014).
El DSM-5 ha evolucionado hacia la documentación no axial de los diagnósticos (antes eje I, II y III) con
notaciones separadas para los importantes factores contextuales y psicosociales (antes eje IV) y la
discapacidad (antes eje V). El que los diagnósticos estén separados de los factores contextuales y
psicosociales es también coherente con las guías de la CIE de la OMS ya consolidadas, que consideran el
estado funcional del individuo aparte de sus diagnósticos o de su situación sintomatológica (DSM-5, 2014)
CIE-10
La CIE fue publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se utiliza a nivel
internacional para fines estadísticos relacionados con morbilidad y mortalidad, los
sistemas de reintegro y soportes de decisión automática en medicina.
Publicado en 1994 este sistema de clasificación diagnóstica fue diseñado con el objetivo de
cubrir la necesidad de contar con una aproximación sistemática y basada en el desarrollo
para clasificar la salud mental y las dificultades del desarrollo durante los primeros 4 años
de vida.
Complementa los sistema clasificatorios existentes.