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LA LLUVIA TARDÍA

Preparación para la crisis final


Hechos 2:1-4 LA LLUVIA TARDÍA

[1]Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar.

[2]De repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos
estaban.

[3]Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron, y sobre cada uno de ellos se asentó una.

[4]Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía
que hablaran.

Hechos 1:8
[8]pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de
mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la
tierra.

Preparación para la crisis final


Romanos 8:16, 26 LA LLUVIA TARDÍA

[16]Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios.

[26]De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es
debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con
palabras.

Juan 16:8, 13
[8]Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo quién es pecador, quién es inocente,
y quién recibe el juicio de Dios.

[13]Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que van a suceder.

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Joel 2:23, 28-31 LA LLUVIA TARDÍA

[23]¡Alégrense ustedes, habitantes de Sión, alégrense en el Señor su Dios! Él les ha dado las lluvias en el
momento oportuno, las lluvias de invierno y de primavera, tal como antes lo hacía.

[28]»Después de estas cosas derramaré mi espíritu sobre toda la humanidad: los hijos e hijas de ustedes
profetizarán, los viejos tendrán sueños y los jóvenes visiones.

[29]También sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu en aquellos días;

[30]mostraré en el cielo grandes maravillas, y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra.

[31]El sol se volverá oscuridad, y la luna como sangre, antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.»
Oseas 6:3
[3]¡Esforcémonos por conocer al Señor! El Señor vendrá a nosotros, tan cierto como que sale el sol,
tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera.

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LA LLUVIA TARDÍA

Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía que cae en los países


orientales al tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos
predijeron el derramamiento de la gracia espiritual en una medida
extraordinaria sobre la iglesia de Dios. El derramamiento del Espíritu en
los días de los apóstoles fué el comienzo de la lluvia temprana, y
gloriosos fueron los resultados. Hasta el fin del tiempo, la presencia del
Espíritu ha de morar con la iglesia fiel. HAP 44.3
En ese tiempo, descenderá la “lluvia tardía” o refrigerio de la presencia
del Señor para dar poder a la voz fuerte del tercer ángel, y preparar a
los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuando las siete
postreras plagas serán derramadas. PE 85.3

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LA LLUVIA TARDÍA

Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés.


Como la “lluvia temprana” fué dada en tiempo de la efusión del Espíritu
Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer crecer la
preciosa semilla, así la “lluvia tardía” será dada al final de dicho
ministerio para hacer madurar la cosecha”. Cs 669

Preparación para la crisis final


(1)SENTIR LA NECESIDAD
DEL ESPÍRITU Y ORAR
LA LLUVIA TARDÍA

POR ÉL

Si todos lo quisieran, todos serían


llenados del Espíritu. Dondequiera la
necesidad del Espíritu Santo sea un
asunto en el cual se piense poco, se ve
sequía espiritual, obscuridad espiritual,
decadencia y muerte espirituales.
Cuandoquiera los asuntos menores
ocupen la atención, el poder divino que
se necesita para el crecimiento y la
prosperidad de la iglesia, y que traería
todas las demás bendiciones en su
estela, falta, aunque se ofrece en infinita
plenitud. HAp 41.1 Preparación para la crisis final
LA LLUVIA TARDÍA

¿Por qué no tener hambre y sed del don del Espíritu, puesto que es el medio por el
cual hemos de recibir poder? ¿Por qué no hablamos de él, oramos por él, y
predicamos acerca de él? El Señor está más dispuesto a darnos el Espíritu Santo
que los padres a dar buenas dádivas a sus hijos. Todo obrero debiera solicitar a Dios
el bautismo del Espíritu. Debieran reunirse grupos para pedir ayuda especial,
sabiduría celestial, a fin de saber cómo hacer planes y ejecutarlos sabiamente.
Debieran los hombres pedir especialmente a Dios que otorgue a sus misioneros el
Espíritu Santo. 3JT 212.2

Al orar, creed, confiad en Dios. Es el tiempo de la lluvia tardía, cuando el Señor


concederá su Espíritu en abundancia. Sed fervientes en la oración, y velad en el
Espíritu. * TM 512.1

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LA LLUVIA TARDÍA

Oremos con corazón contrito y con el mayor fervor para que ahora, en el tiempo de
la lluvia tardía, los aguaceros de la gracia caigan sobre nosotros. Cada vez que
asistamos a una reunión, deben ascender nuestras plegarias para que en ese
mismo momento Dios imparta calor y humedad a nuestras almas. Al buscar a Dios
para que nos conceda el Espíritu Santo, él producirá en nosotros mansedumbre,
humildad de mente, y una consciente dependencia de Dios con respecto a la lluvia
tardía que trae perfección. Si oramos con fe por esa bendición, la recibiremos tal
como Dios lo ha prometido. TM 509.1

El Espíritu Santo será derramado sobre todos los que están pidiendo el pan de
vida para darlo a sus vecinos.—Testimonies for the Church 6:90. SC 312.3

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LA LLUVIA TARDÍA

Las convocaciones de la iglesia, tales como las asambleas generales, las reuniones de
la iglesia local, y todas las oportunidades en que se trabaja personalmente por las
almas, son las ocasiones señaladas por Dios para dar la lluvia temprana y la tardía.
TM 508.1

Oremos con corazón contrito y con el mayor fervor para que ahora, en el tiempo de
la lluvia tardía, los aguaceros de la gracia caigan sobre nosotros. Cada vez que
asistamos a una reunión, deben ascender nuestras plegarias para que en ese mismo
momento Dios imparta calor y humedad a nuestras almas. Al buscar a Dios para que
nos conceda el Espíritu Santo, él producirá en nosotros mansedumbre, humildad de
mente, y una consciente dependencia de Dios con respecto a la lluvia tardía que trae
perfección. Si oramos con fe por esa bendición, la recibiremos tal como Dios lo ha
prometido. TM 509.1
Preparación para la crisis final
LA LLUVIA TARDÍA

Orad sin cesar, y velad mientras obráis en armonía con vuestras oraciones. Al
orar, creed, confiad en Dios. Es el tiempo de la lluvia tardía, cuando el Señor
concederá su Espíritu en abundancia. Sed fervientes en la oración, y velad en el
Espíritu.* TM 512.1

Preparación para la crisis final


Muchos, en gran medida, han
dejado de recibir la lluvia (2)EXPERIMENTAR PRIMERO
temprana. No han obtenido LA LLUVIA TEMPRANA LA LLUVIA TARDÍA
todos los beneficios que Dios ha
provisto para ellos por medio de
ella. Esperan que la deficiencia
sea suplida por la lluvia tardía.
Cuando se conceda la gracia en
forma abundante y rica, se
proponen abrir sus corazones
para recibirla. TM 507.1

Están cometiendo una terrible


equivocación. La obra que Dios
ha comenzado en el corazón
humano al darle su luz y
conocimiento, debe progresar
continuamente.
Preparación para la crisis final
El corazón debe estar exento de contaminación, y limpio, para que en él
more el Espíritu. Por medio de la confesión y el abandono del pecado, LA LLUVIA TARDÍA
por medio de la oración ferviente y la consagración a Dios.
Pero no debe descuidarse la gracia representada por la lluvia temprana.
Sólo los que estén viviendo a la altura de la luz que tienen, recibirán
más luz. A menos que estemos avanzando diariamente en la
ejemplificación de las virtudes cristianas activas, no reconoceremos las
manifestaciones del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar
derramándose en los corazones de los que están en torno de nosotros,
pero no lo percibiremos ni lo recibiremos. TM 507.3
La religión de Cristo significa más que el perdón del pecado; significa la
extirpación de nuestros pecados y el henchimiento del vacío con las
gracias del Espíritu Santo. PVGM 345.6

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Hay algunos que, en lugar de aprovechar sabiamente las
oportunidades presentes, están esperando ociosamente que alguna LA LLUVIA TARDÍA
ocasión especial de refrigerio espiritual aumente grandemente su
capacidad de iluminar a otros. Descuidan sus deberes y privilegios
actuales y permiten que su luz se empañe a la espera de un tiempo
futuro en el cual, sin ningún esfuerzo de su parte, sean hechos los
recipientes de bendiciones especiales que los transformen y capaciten
para servir. HAp 44.2
Podemos estar seguros de que cuando el Espíritu Santo sea
derramado, los que no recibieron y apreciaron la lluvia temprana no
verán ni entenderán el valor de la lluvia tardía. Cuando estamos
realmente consagrados a Dios, su amor permanecerá en nuestros
corazones por la fe, y con gozo cumpliremos con nuestro deber de
acuerdo con la voluntad de Dios. TM 399.1
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(3)ESTAR DISPUESTO A SER USADO LA LLUVIA TARDÍA

Y GUIADO POR EL ESPIRITU

Cristo prometió el don del Espíritu Santo a su iglesia, y la


promesa nos pertenece a nosotros tanto como a los primeros
discípulos. Pero como toda otra promesa, nos es dada bajo
condiciones. Hay muchos que creen y profesan aferrarse a la
promesa del Señor; hablan acerca de Cristo y acerca del Espíritu
Santo, y sin embargo no reciben beneficio alguno. No entregan
su alma para que sea guiada y regida por los agentes divinos. No
podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de
emplearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su pueblo
“así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”7 Pero
muchos no quieren someterse a eso. Quieren manejarse a sí
mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial.
Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios,
que velan para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu.
DTG 626.1
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(4)ELIMINAR LAS
DISENSIONES LA LLUVIA TARDÍA
Antes del día de Pentecostés, se reunieron y apartaron
todas sus divergencias. Estaban unánimes. Creían la
promesa de Cristo de que la bendición sería dada, y
oraban con fe. No pedían una bendición solamente para
sí mismos; los abrumaba la preocupación por la
salvación de las almas. El Evangelio debía proclamarse
hasta los últimos confines de la tierra, y ellos pedían
que se les dotase del poder que Cristo había prometido.
Entonces fué derramado el Espíritu Santo, y millares se
convirtieron en un día. DTG 767.1
Pongan a un lado los cristianos sus disensiones y
entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con
fe la bendición, y la recibirán. El derramamiento del
Espíritu en los días apostólicos fué la “lluvia
temprana,”17 y glorioso fué el resultado. Pero la lluvia
“tardía” será más abundante. DTG 767.2
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(5) DESPOJARSE
DEL YO LA LLUVIA TARDÍA

Pero a fin de que cumplamos el propósito de Dios,


debe hacerse una obra preparatoria. El Señor nos
ordena que despojemos nuestro corazón del
egoísmo, que es la raíz del enajenamiento. El
anhela derramar sobre nosotros su Espíritu Santo
en abundante medida, y nos ordena que
limpiemos el camino por el renunciamiento.
Cuando entreguemos el yo a Dios, nuestros ojos
serán abiertos para ver las piedras de tropiezo que
nuestra falta de cristianismo ha colocado en el
camino ajeno. Dios nos ordena que las eliminemos
todas. Dice: “Confesaos vuestras faltas unos a
otros, y rogad los unos por los otros, para que
seáis sanos.” Santiago 5:16. 2JT 382.2
Preparación para la crisis final
Cuando uno ha quedado completamente despojado del yo, cuando todo
falso dios es excluido del alma, el vacío es llenado por el influjo del LA LLUVIA TARDÍA
Espíritu de Cristo. El tal tiene la fe que purifica el alma de la
contaminación. OE 304.1
Ninguna ceremonia exterior puede reemplazar a la fe sencilla y a la
entera renuncia al yo. Pero ningún hombre puede despojarse del yo por
sí mismo. Sólo podemos consentir que Cristo haga esta obra. Entonces
el lenguaje del alma será: Señor, toma mi corazón; porque yo no puedo
dártelo. Es tuyo, mantenlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por ti.
Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame,
fórmame, elévame a una atmósfera pura y santa, donde la rica corriente
de tu amor pueda fluir por mi alma. PVGM 123.3
No sólo al comienzo de la vida cristiana ha de hacerse esta renuncia al yo.
Ha de renovársela a cada paso que se dé hacia el cielo. PVGM 123

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Hoy día el mal que provocó la caída de Pedro y que apartó al fariseo de la
comunión con Dios, está ocasionando la ruina de millares. No hay nada LA LLUVIA TARDÍA
que ofenda tanto a Dios, o que sea tan peligroso para el alma humana,
como el orgullo y la suficiencia propia. De todos los pecados es el más
desesperado, el más incurable. PVGM 119.2
No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que
el Espíritu Santo obre sobre su corazón, y vive una vida enteramente
consagrada a Dios.—The Southern Watchman, 1 de agosto de 1905. SC
315.1
El ministro de Dios debe poseer humildad en un grado eminente.
Aquellos que tienen la experiencia más profunda de las cosas de Dios son
los que más se alejan del orgullo y ensalzamiento propio. Por tener un
alto concepto de la gloria de Dios, comprenden que el lugar más humilde
en su servicio es demasiado honorable para ellos. OE 150.1

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Oí que los revestidos de la armadura proclamaban poderosamente
la verdad, con fructuosos resultados. Muchas personas habían
estado ligadas; algunas esposas por sus consortes, y algunos hijos por
RESULTADOS DE LA sus padres. Las personas sinceras, que hasta entonces habían sido
impedidas de oir la verdad, se adhirieron ardientemente a ella.
LLUVIA TARDÍA Desvanecióse todo temor a los parientes y sólo la verdad les parecía
sublime. Habían tenido hambre y sed de la verdad, y ésta les era más
preciosa que la vida. Pregunté por la causa de tan profundo cambio y
un ángel me respondió: “Es la lluvia tardía; el refrigerio de la
presencia del Señor; el potente pregón del tercer ángel.” PE 271.2
LA LLUVIA TARDÍA

Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés. Como la “lluvia
temprana” fué dada en tiempo de la efusión del Espíritu Santo al principio del
ministerio evangélico, para hacer crecer la preciosa semilla, así la “lluvia tardía”
será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha.
La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder
divino que la que señaló el principio de ella. Las profecías que se cumplieron en
tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico,
deben volverse a cumplir en tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio.
Esos son los “tiempos de refrigerio” en que pensaba el apóstol Pedro cuando dijo:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues
que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, y enviará a
Jesucristo.” Hechos 3:19, 20. CS54 669.3

Preparación para la crisis final


LA LLUVIA TARDÍA

Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa


consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje
celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán
milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. CS 669

El derramamiento del Espíritu en los días apostólicos fué la “lluvia temprana,” y


glorioso fué el resultado. Pero la lluvia “tardía” será más abundante. DTG 767.2

Estas escenas han de repetirse, y con mayor poder. El descenso del Espíritu Santo en
el día de Pentecostés fue la primera lluvia, pero la última lluvia será más abundante.
El Espíritu espera que lo pidamos y recibamos. PVGM 92.1

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LA LLUVIA TARDÍA

LLAMADO

Preparación para la
crisis final

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