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• Al ser una enfermedad que se manifiesta de formas diferentes en cada persona, la enfermedad de Parkinson es difícil de
diagnosticar en sus etapas iniciales, ya que se confunde con los síntomas propios de otras patologías. También puede ser
producida por fármacos, e incluso puede ser confundida con el envejecimiento normal.
• Según los últimos estudios recogidos por la Sociedad Española de Neurología, el diagnóstico en España tarda entre uno y cinco
años. Un 20% de los diagnósticos llegan después de los cinco años y en un 25% los diagnósticos son erróneos: los pacientes están
en realidad afectados por otro tipo de enfermedad neuropatológica.
• El diagnóstico de la Enfermedad de Parkinson es fundamentalmente clínico basándose en la historia clínica y la exploración
general y neurológica del paciente, en el caso del paciente mayor se debe de realizar una valoración geriátrica integral. En algunos
pacientes se solicitan estudios de laboratorio, pruebas de imagen como un escáner cerebral, la tomografía por emisión de
positrones (SPECT) o una resonancia magnética y estudios neurofisiológicos
TRATAMIENTOS
Todavía no existe un tratamiento definitivo que cure el Parkinson. El objetivo del tratamiento es reducir al máximo los síntomas de la
enfermedad y aumentar el tiempo en el que el paciente desempeñe una actividad normal, mejorando su calidad de vida.
• Tratamientos farmacológicos
Hasta el momento sólo se dispone de tratamientos sintomáticos, la mayoría de los cuáles tienen como objetivo ayudar a mejorar la
acción de la dopamina o potenciar su formación en el cerebro.
• Tratamientos quirúrgicos
La cirugía pretende actuar sobre la parte dañada del cerebro. Sólo está indicada en un 5% de los pacientes y es efectiva si están bien
seleccionados.
• Rehabilitación física
Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en el mantenimiento del tono
muscular y de las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad física diaria. También hay ejercicios determinados que
pueden ayudar a mantener la movilidad de los miembros y fortalecer los músculos que generalmente se ven más afectados.
PREVENCIÓN
Debido a que se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, las maneras probadas para
prevenirla también son un misterio.
En algunas investigaciones se ha demostrado que el ejercicio aeróbico regular podría reducir el
riesgo de tener la enfermedad de Parkinson.
En algunas otras investigaciones se ha demostrado que las personas que consumen cafeína, que
se encuentra en el café, el té y las bebidas cola, contraen la enfermedad de Parkinson con menos
frecuencia que las que no lo hacen. El té verde también está relacionado con un riesgo menor de
tener la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, aún se desconoce si la cafeína en realidad
previene la enfermedad de Parkinson, o si está relacionada en algún aspecto. En la actualidad, no
existe evidencia suficiente para indicar que el consumo de bebidas con cafeína tenga un efecto
protector contra la enfermedad de Parkinson.
Alzheimer
Los científicos creen que, en la mayoría de los casos, la enfermedad de Alzheimer es consecuencia de una
combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo.
Menos del 1 % de las veces, la enfermedad de Alzheimer ocurre por cambios genéticos específicos que prácticamente
garantizan que una persona padecerá la enfermedad. Estos casos raros suelen dar lugar a la aparición de la
enfermedad en la mediana edad.
El daño comienza más a menudo en la región del cerebro que controla la memoria, pero el proceso comienza años
antes de los primeros síntomas. La pérdida de neuronas se extiende en un patrón algo predecible a otras regiones del
cerebro. En la etapa avanzada de la enfermedad, el tejido cerebral está considerablemente reducido.
SÍNTOMAS
PREVENCIÓN
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad que no se puede prevenir. Sin embargo, se
puede modificar un número de factores de riesgo en nuestro estilo de vida para la
enfermedad de Alzheimer. Las pruebas sugieren que los cambios en la alimentación, el
ejercicio y los hábitos (pasos para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular) podrían,
también, reducir el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y otros trastornos que
causan demencia.
Las opciones para un estilo de vida saludable para el corazón que pueden reducir el riesgo
de enfermedad de Alzheimer incluyen las siguientes:
Hacer ejercicio en forma regular