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PARKINSON

La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo
controladas por los nervios. Los síntomas aparecen
lentamente. El primero puede ser un temblor apenas
perceptible en una sola mano. Los temblores son
habituales, aunque el trastorno también puede
causar rigidez o una disminución del movimiento.

En las etapas iniciales de la enfermedad de


Parkinson, el rostro puede tener una expresión leve
o nula. Es posible que los brazos no se balanceen
cuando caminas. El habla puede volverse suave o incomprensible. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson
se agravan a medida que la afección evoluciona.

A pesar de que la enfermedad de Parkinson no tiene cura, los medicamentos podrían mejorar notablemente
los síntomas. En ocasiones, el proveedor de atención médica puede sugerir una cirugía para regular
determinadas zonas del cerebro y mejorar los síntomas

Causas

En la enfermedad de Parkinson, algunas células nerviosas del cerebro llamadas neuronas se degradan o
mueren progresivamente. Muchos de los síntomas del Parkinson obedecen a una pérdida de las neuronas que
producen dopamina. El descenso de los niveles causa una actividad cerebral irregular, lo que provoca
problemas de movilidad y otros síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, pero hay varios factores que parecen influir, como los
siguientes:

• Genes. Los investigadores han identificado cambios genéticos específicos que pueden causar la
enfermedad de Parkinson. Sin embargo, son poco comunes salvo en algunos casos en los que muchos
miembros de la familia tienen enfermedad de Parkinson.
No obstante, ciertas variaciones genéticas parecen aumentar el riesgo de tener enfermedad de
Parkinson, pero con un riesgo relativamente menor de la enfermedad para cada uno de estos
marcadores genéticos.
• Desencadenantes ambientales. La exposición a ciertas toxinas o factores ambientales puede
aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson en el futuro, pero el riesgo es pequeño.

Los investigadores también han observado que se producen muchos cambios en el cerebro de las personas
con la enfermedad de Parkinson, aunque no está claro por qué ocurren. Entre ellos, se incluyen los siguientes:

• La presencia de cuerpos de Lewy. Las masas de sustancias específicas dentro de las neuronas
cerebrales son marcadores microscópicos de la enfermedad de Parkinson. Estas masas se llaman
cuerpos de Lewy y los investigadores creen que estos cuerpos de Lewy contienen un indicio importante
sobre la causa de la enfermedad de Parkinson.
• Alfa-sinucleína que se encuentra dentro de los cuerpos de Lewy. Si bien hay muchas sustancias en los
cuerpos de Lewy, los científicos creen que una sustancia importante es la proteína natural y
generalizada llamada alfa-sinucleína, que también se conoce como a-sinucleína. Se encuentra en todos
los cuerpos de Lewy en forma de una masa que las células no pueden descomponer. Actualmente,
esta sustancia es un objetivo importante entre los investigadores de la enfermedad de Parkinson. Los
investigadores han encontrado restos de la proteína alfa-sinucleína en el líquido cefalorraquídeo de
personas que posteriormente han desarrollado la enfermedad de Parkinson.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson incluyen los siguientes:

• Edad. Es poco frecuente que los adultos jóvenes tengan la enfermedad de Parkinson. Por lo general,
comienza en la segunda mitad de la vida o en edad avanzada, y el riesgo aumenta a medida que
envejecemos. Las personas suelen contraer la enfermedad aproximadamente a partir de los 60 años.
Si una persona joven tiene enfermedad de Parkinson, la consejería genética podría ser útil para tomar
decisiones de planificación familiar.
• Herencia. Tener un familiar cercano con la enfermedad de Parkinson aumenta las posibilidades de
padecer este trastorno. Sin embargo, el riesgo sigue siendo bajo, a menos que tengas muchos
familiares con dicha enfermedad.
• Sexo. Los hombres tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad de Parkinson que las
mujeres.
• Exposición a toxinas. La exposición continua a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el
riesgo de tener la enfermedad de Parkinson.

Síntomas

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson varían según la persona. Los primeros síntomas pueden ser leves
y pasar desapercibidos. Por lo general, los síntomas se manifiestan en un lado del cuerpo y continúan
empeorando en ese lado, incluso cuando comienzan a afectar las extremidades de ambos lados.

Algunos de los síntomas de la enfermedad de Parkinson son:

• Temblores. Las sacudidas rítmicas, llamadas temblores, generalmente


comienzan en una extremidad, a menudo la mano o los dedos. Es posible que
frotes el pulgar y el índice de un lado a otro, lo que se conoce como “temblor de
rodamiento de la píldora”. Puede que te tiemble la mano mientras estás en reposo
y que el temblor disminuya cuando lleves a cabo alguna tarea.
• Lentitud en los movimientos, también llamado bradicinesia. Con el tiempo, la
enfermedad de Parkinson puede ralentizar tus movimientos, y hacer que las
tareas simples te resulten complicadas y te lleven más tiempo. También es posible
que des pasos más cortos cuando camines o que te resulte más difícil levantarte
de una silla. Además, puede que arrastres los pies al intentar caminar.
• Rigidez muscular. La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del
cuerpo. Los músculos rígidos pueden causarte dolor y limitar tu amplitud de
movimiento.
• Deterioro de la postura y el equilibrio. Es posible que adoptes una postura
encorvada. Además, podrías caerte o tener problemas de equilibrio como consecuencia de la
enfermedad de Parkinson.
• Pérdida de los movimientos automáticos. Es posible que se reduzca tu capacidad para realizar
movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o mover los brazos al caminar.
• Cambios en el habla. Es posible que hables a un volumen muy bajo o muy rápido, insultes o dudes
antes de hablar. Además, tu discurso puede volverse más monótono en lugar de seguir los patrones
del habla habituales.
• Cambios en la escritura. Puede que te resulte difícil escribir y tu letra puede parecer pequeña.

Diagnóstico

Actualmente, no hay una prueba específica para diagnosticar la enfermedad de Parkinson. El diagnóstico lo
realiza un médico especializado en enfermedades del sistema nervioso, llamado neurólogo. El diagnóstico del
Parkinson se basa en los antecedentes médicos, una revisión de los síntomas y un examen neurológico y físico.

• Es posible que un miembro del equipo de atención médica sugiera un tipo específico de tomografía
computarizada por emisión de fotón único llamada “estudio del transportador de dopamina”. Aunque
esto puede ayudar a respaldar la sospecha de que tienes la enfermedad de Parkinson, los síntomas y
los resultados del examen neurológico son los que finalmente determinarán el diagnóstico correcto.
La mayoría de las personas no necesitan someterse a un estudio del trasportador de dopamina.
• Es posible que el equipo de atención médica solicite pruebas de laboratorio, como análisis de sangre,
para descartar otras afecciones que podrían ser la causa de los síntomas.
• También se pueden usar pruebas por imágenes, como la resonancia magnética, la ecografía cerebral y
la tomografía por emisión de positrones, para descartar otros trastornos. Sin embargo, estas pruebas
no son particularmente útiles para diagnosticar la enfermedad de Parkinson.

A veces, diagnosticar esta enfermedad lleva algo de tiempo. Es posible que los profesionales de la salud
recomienden citas de seguimiento con neurólogos especializados en trastornos del movimiento para evaluar
la afección y los síntomas con el tiempo a fin de diagnosticar la enfermedad de Parkinson.

Tratamiento

La enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero los medicamentos


pueden ayudar a controlar los síntomas, generalmente de forma
notable. En algunos casos más avanzados, se puede aconsejar la
cirugía.

El equipo de atención médica también puede recomendar algunos


cambios en el estilo de vida, especialmente, ejercicios aeróbicos
continuos. En algunos casos, la fisioterapia que se centra en el
equilibrio y el estiramiento desempeña un papel importante. Un
experto en el habla y el lenguaje puede ayudar a mejorar los
problemas del habla.

1. Medicamentos

Los medicamentos pueden ayudarte a controlar los problemas para caminar, relacionados con el movimiento
y los temblores. Estos medicamentos aumentan o reemplazan la dopamina. Las personas con enfermedad de
Parkinson tienen niveles bajos de dopamina en el cerebro. Sin embargo, la dopamina no se puede administrar
directamente porque no puede entrar en el cerebro. Entre los medicamentos que puede recetarte el equipo
de atención médica se incluyen:
• Carbidopa y levodopa (Rytary, Sinemet, Duopa, otros). La levodopa, el medicamento más eficaz
contra la enfermedad de Parkinson, es una sustancia química natural que entra en el cerebro y se
convierte en dopamina.
La levodopa se combina con la carbidopa (Lodosyn), que evita la conversión prematura de la levodopa
en dopamina fuera del cerebro. Esto previene o disminuye los efectos secundarios, como las náuseas.
• Carbidopa y levodopa inhaladas. Inbrija es la marca de un medicamento que administra carbidopa y
levodopa mediante inhalación. Puede resultar útil para controlar los síntomas que surgen cuando los
medicamentos que se toman por vía oral dejan de hacer efecto repentinamente durante el día.
• Infusión de carbidopa y levodopa. Duopa es la marca de un medicamento que combina carbidopa y
levodopa. Sin embargo, se administra a través de una sonda de alimentación que suministra el
medicamento en forma de gel directamente al intestino delgado.
• Agonistas de la dopamina. A diferencia de la levodopa, los agonistas de la dopamina no se transforman
en dopamina. En cambio, imitan los efectos de la dopamina en el cerebro.
Los agonistas de la dopamina no son tan eficaces como la levodopa para tratar los síntomas. Sin
embargo, duran más tiempo y pueden usarse con la levodopa para atenuar los efectos, a menudo
irregulares, de la levodopa.
• Inhibidores de la monoaminooxidasa tipo B (MAO B). Estos medicamentos son la selegilina (Zelapar),
la rasagilina (Azilect) y la safinamida (Xadago). Ayudan a evitar la disolución de la dopamina en el
cerebro, ya que inhiben la enzima monoaminooxidasa tipo B. Esta enzima disuelve la dopamina
cerebral. La selegilina que se administra con levodopa puede ayudar a prevenir la disolución.
• Anticolinérgicos. Estos medicamos se usaron durante muchos años para ayudar a controlar el temblor
asociado a la enfermedad de Parkinson. Hay varios medicamentos anticolinérgicos disponibles, como
la benzatropina (Cogentin) o el trihexifenidilo.
• Amantadina. Los profesionales de la salud pueden recetar amantadina (Gocovri) sola para brindar
alivio a corto plazo de los síntomas de la enfermedad de Parkinson leve y en etapa temprana. También
puede administrarse junto con el tratamiento de carbidopa y levodopa durante las etapas finales de la
enfermedad de Parkinson para controlar los movimientos involuntarios (discinesia) inducidos por la
combinación de carbidopa y levodopa.
• Nuplazid (Pimavanserin). Este medicamento se usa para tratar las alucinaciones y las ideas delirantes
que pueden aparecer con la enfermedad de Parkinson. Los expertos no están seguros de cómo actúa.

2. Procedimientos quirúrgicos

• Estimulación cerebral profunda. Cuando se realiza la estimulación cerebral profunda, los cirujanos
implantan electrodos en una parte específica del cerebro. Los electrodos están conectados a un
generador implantado en el tórax cerca de la clavícula. El generador envía pulsos eléctricos al cerebro
y puede reducir los síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Tratamientos avanzados

La ecografía focalizada guiada por resonancia magnética es un tratamiento mínimamente invasivo que ha
ayudado a algunas personas con enfermedad de Parkinson a controlar los temblores. Una sonda ecográfica se
guía con la resonancia magnética hacia la zona del cerebro en la que comienzan los temblores. Las ondas de la
ecografía están a una temperatura muy elevada y queman las zonas que contribuyen a los temblores.
ALZHEIMER
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno del cerebro que empeora con el tiempo. Se caracteriza por
cambios en el cerebro que derivan en depósitos de ciertas proteínas. La enfermedad de Alzheimer hace que
el cerebro se encoja y que las neuronas cerebrales, a la larga, mueran. La enfermedad de Alzheimer es la causa
más común de demencia, un deterioro gradual en la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las
habilidades sociales. Estos cambios afectan la capacidad de funcionamiento de una persona.

Los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos


o conversaciones recientes. Con el tiempo, avanza hasta convertirse
en un problema grave de la memoria y la pérdida de la capacidad para
hacer las tareas cotidianas.

Los medicamentos pueden mejorar los síntomas o retardar su


progresión. Los programas y servicios pueden ayudar a brindar apoyo
a las personas con enfermedad de Alzheimer y a sus cuidadores.

No hay ningún tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer. En


las etapas avanzadas, la pérdida grave de la función cerebral puede provocar deshidratación, desnutrición o
infección. Estas complicaciones pueden provocar la muerte.

Causas

Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden en su totalidad. Pero a un nivel básico,
las proteínas del cerebro no funcionan de la forma habitual. Esto interrumpe el trabajo de las células
cerebrales, llamadas neuronas, y desencadena una serie de eventos. Las neuronas se dañan y pierden las
conexiones entre sí. Eventualmente, mueren.

La etiología de la enfermedad de Alzheimer no está


completamente comprendida, pero se cree que es el
resultado de una combinación de factores genéticos,
ambientales y de estilo de vida. Se ha identificado una
variante del gen APOE como un factor de riesgo
importante. Además, se cree que la acumulación
anormal de placas de proteína beta-amiloide y ovillos
neurofibrilares en el cerebro juegan un papel crucial en
el desarrollo de la enfermedad.

Factores de riesgo

• Edad: La edad avanzada es el factor de riesgo más importante para la enfermedad de Alzheimer. La
enfermedad de Alzheimer no es parte del proceso normal de envejecimiento. Pero, al envejecer,
aumentan las probabilidades de desarrollarla.
• Antecedentes familiares y genética: El riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer es un poco
más alto si un familiar de primer grado (un padre, una madre o un hermano) tiene la enfermedad. Aún
no se sabe cómo los genes entre las familias influyen en el riesgo, y es probable que los factores
genéticos sean complejos.
• Síndrome de Down: Muchas personas con síndrome de Down desarrollan la enfermedad de
Alzheimer. Esto probablemente esté relacionado con tener tres copias del cromosoma 21. El
cromosoma 21 es el gen implicado en la producción de la proteína que lleva a la creación de beta
amiloide.
• Sexo: En general, hay más casos de mujeres con la enfermedad porque suelen vivir más que los
hombres.
• Deterioro cognitivo leve: Alguien con deterioro cognitivo leve muestra un empeoramiento en la
memoria u otras habilidades de pensamiento que es mayor a lo normal para la edad de esa persona,
pero dicha pérdida no le impide desenvolverse en entornos sociales o laborales.
• Traumatismo craneal: Varios estudios de gran magnitud hallaron que hubo un aumento en el riesgo
de demencia o enfermedad de Alzheimer en personas
de 50 años o más que tuvieron una lesión cerebral
traumática. El riesgo es aún mayor en personas con
lesiones cerebrales traumáticas múltiples y de mayor
gravedad.
• Contaminación del aire: Según los estudios hechos en
animales, las partículas de la contaminación del aire
pueden acelerar la degeneración del sistema nervioso.
Y, según los estudios en humanos, la exposición a la
contaminación del aire, especialmente por los gases de
escape del tráfico y la quema de madera, se relaciona con un mayor riesgo para demencia.
• Consumo excesivo de alcohol: Se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de
alcohol ocasiona cambios en el cerebro. En varios estudios y revisiones grandes se determinó que los
trastornos por el consumo de alcohol estaban relacionados con más riesgo para demencia, en
particular, con la demencia de aparición temprana.
• Patrones de sueño deficientes: Según las investigaciones, los patrones de sueño irregulares, como la
dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, se asocian con más riesgo para la enfermedad
de Alzheimer.
• Estilo de vida y salud del corazón: La investigación ha demostrado que los mismos factores de riesgo
asociados con las enfermedades cardíacas pueden aumentar el riesgo de tener demencia.
- Falta de ejercicio
- Obesidad
- Fumar o estar expuesto al humo de segunda mano
- Presión arterial alta
- Colesterol alto
- Diabetes tipo 2 mal controlada

Síntomas

Los cambios que la enfermedad de Alzheimer produce en el cerebro generan problemas cada vez mayores con
lo siguiente:

• Memoria: Todas las personas tienen lagunas mentales por momentos, pero la pérdida de la memoria
asociada con la enfermedad de Alzheimer persiste y empeora. Con el tiempo, la pérdida de la memoria
afecta la capacidad de la persona para desenvolverse en el trabajo y en casa.
• El pensamiento y el razonamiento: La enfermedad de Alzheimer dificulta concentrarse y pensar, en
especial sobre conceptos abstractos, como los números. Hacer más de una tarea a la vez resulta
especialmente difícil. Gestionar la economía, poner al día las cuentas y pagar las facturas a tiempo
puede ser complicado.
• Hacer valoraciones y tomar decisiones: La enfermedad de Alzheimer provoca un deterioro en la
capacidad de tomar decisiones y juicios razonables en situaciones cotidianas. Por ejemplo, la persona
puede tomar malas decisiones en ámbitos sociales o usar ropa que no es adecuada para las
condiciones climáticas. Puede que a algunos les resulte más difícil responder a los problemas
cotidianos. Por ejemplo, es posible que la persona no sepa manipular alimentos que se están
cocinando en una hornalla ni tomar decisiones al conducir un vehículo.
• Cambios en la personalidad y en la conducta: Los cambios que la enfermedad de Alzheimer produce
en el cerebro pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento. Los problemas pueden incluir
lo siguiente:
- Depresión.
- Pérdida de interés por actividades.
- Aislamiento social.
- Cambios del estado de ánimo.
- Desconfianza de otras personas.
- Ira o agresividad.
- Cambios en los hábitos de sueño.
- Desorientación.
- Desinhibición.
- Delirios, como creer que le han robado algo.

• Habilidades preservadas: A pesar de los cambios importantes en la memoria y las habilidades, las
personas que tienen la enfermedad de Alzheimer son capaces de conservar ciertas habilidades, incluso
cuando los síntomas empeoran. Entre las habilidades que se conservan pueden estar leer o escuchar
libros, contar historias, compartir recuerdos, cantar, escuchar música, bailar, dibujar o hacer
manualidades.

Diagnóstico

Una parte importante del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer incluye poder explicar los síntomas,
como la perspectiva de un familiar o amigo cercano sobre estos y su repercusión en la vida diaria. Las pruebas
de memoria y de las habilidades de pensamiento también ayudan a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer.

Pruebas

Posiblemente, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se hará con pruebas como las siguientes:

• Exploración física y neurológica: El proveedor de atención médica te hará un examen físico. Un


examen neurológico puede incluir una prueba de lo siguiente:
- Reflejos
- Tono muscular y fuerza
- Capacidad para levantarte de una silla y caminar por la habitación
- Sentido de la vista y la audición
- Coordinación
- Equilibrio
• Análisis de laboratorio: Los análisis de sangre pueden ayudar a descartar otras causas posibles para la
pérdida de la memoria y la confusión, como son un trastorno de la tiroides o niveles demasiado bajos
de vitaminas.
• Análisis neuropsicológicos y del estado mental: El proveedor de atención médica puede darte una
breve prueba del estado mental para evaluar tu memoria y tus habilidades de pensamiento. Las formas
más extensas de este tipo de prueba pueden ofrecer más detalles sobre la función mental que pueden
compararse con otras personas de una edad y un nivel de educación similares.
• Diagnóstico por imágenes del cerebro: Habitualmente se utilizan imágenes del cerebro para precisar
cambios visibles relacionados con enfermedades que no sean la enfermedad de Alzheimer, que
pueden provocar síntomas similares, como accidentes cerebrovasculares, traumatismos o tumores.
Las imágenes de las estructuras cerebrales incluyen las siguientes:
- Imágenes por resonancia magnética. La resonancia magnética emplea ondas de radio y un
campo magnético poderoso para producir imágenes detalladas del cerebro
- Tomografía computarizada. Una tomografía computarizada, una tecnología de rayos X
especializada, produce imágenes trasversales del cerebro.
- Las exploraciones por tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa
muestran áreas del cerebro donde los nutrientes están mal metabolizados.
- Las imágenes de tomografía por emisión de positrones del amiloide pueden medir la carga
de depósitos de amiloide en el cerebro.
- Las imágenes de tau por tomografía por emisión de positrones, que miden los ovillos
neurofibrilares en el cerebro, se utilizan generalmente en el ámbito de la investigación.

Tratamiento
Medicamentos

Los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer pueden ayudar con los síntomas que afectan la memoria
y otros cambios cognitivos. Actualmente, se utilizan dos tipos de medicamentos para tratar los síntomas:

• Inhibidores de la colinesterasa. Estos medicamentos funcionan


aumentando los niveles de comunicación entre las células. Estos
medicamentos preservan un neurotransmisor que se agota en el
cerebro por la enfermedad de Alzheimer.
• Memantina (Namenda). Este medicamento funciona en otra red
de comunicación de neuronas cerebrales y retrasa la progresión
de los síntomas en la enfermedad de Alzheimer de moderada a
grave
• Creación de un entorno de seguridad y contención: Una parte
importante de cualquier plan de tratamiento es la adaptación a
las necesidades de una persona con enfermedad de Alzheimer.
Establece y fortalece los hábitos de rutina y reduce las tareas que requieran el uso de la memoria

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