Está en la página 1de 20

LA CARGA MENTAL

POR ENRIQUE PRADES


El concepto de carga se define
como el conjunto de exigencias
psíquicas y físicas a las que se ve
sometido el trabajador en una
jornada laboral.
Según otra definición la carga es el nivel de actividad
mental, sensoriomotriz y energética que son necesarios para
desarrollar el trabajo.

Así el trabajo tiene dos componentes:


·Vertiente física: hace referencia al esfuerzo muscular.

• Vertiente cognitiva: se refiere al esfuerzo mental.


En la práctica cualquier trabajo tiene
ambas vertientes, por lo que se habla de
carga física cuando predomina el esfuerzo
muscular y de carga mental cuando el
trabajo supone un tratamiento de la
información.
El desarrollo tecnológico de los últimos años ha hecho que
disminuya la carga física, mientras que la carga mental ha
ido en aumento. Cada vez es mayor el trabajo con menos
contacto directo con los materiales, quedándose el
trabajador a cargo de las máquinas. La persona que trabaja
es la responsable de que estas máquinas funcionen
correctamente y supone tener que estar atentos a una serie
de señales, conocer su significado y responder accionando
los mandos como corresponda para realizar la operación.
Es decir, hay que interpretar correctamente las señales que se
perciben por los sentidos y que pueden ser muy variadas
dependiendo del trabajo. (Por ejemplo un mecánico puede oír
que falla en un motor que funciona mal, detectar un olor
anormal si el coche pierde aceite.) Esto es lo que se denomina
detección de la información. A continuación el cerebro interpreta
la información y decide una respuesta (la acción más adecuada).
Cuando este proceso se realiza constantemente y con cierta
continuidad aparece la carga mental, por tanto la carga mental
está determinada tanto por la cantidad como por el tipo de
información que se maneje en un puesto de trabajo.
FACTORES QUE DETERMINAN LA CARGA
MENTAL

Hay diversos factores que determinan la carga mental:

1. Tipo de trabajo o tarea que se realiza, dado que


de ella depende la cantidad de información y la
complejidad de esa información.
2. Tiempo que repercute en la carga mental desde dos puntos de
vista:
2.1. La cantidad de tiempo que se dispone para elaborar la
respuesta. Si tenemos que trabajar de prisa el esfuerzo que hay que
realizar para dar esa respuesta es mayor que si se dispone de un
tiempo mayor.
2.2. La cantidad de tiempo durante el cual debe de tomarse esa
decisión o permanecer atento. Esto se relaciona con la posibilidad
de hacer pausas o con la posibilidad de alternar con otro puesto de
trabajo que exija una menor atención para que así se pueda
recuperar de la fatiga mental.
3. También hay que tener en cuenta al individuo
que realiza el trabajo, ya que cada persona puede
ser diferente a otra dependiendo de muchos
factores como pueden ser la edad, personalidad,
nivel de adiestramiento, etc. Para evitar la carga
mental excesiva el trabajo debe requerir del
individuo un esfuerzo acorde a su capacidad de
respuesta según sus posibilidades.
FATIGA MENTAL

Cuando el trabajo exige el mantenimiento constante de un determinado


grado de atención aparece la fatiga. Esta fatiga la podemos considerar
normal cuando el descanso permite que nos recuperemos de ella y los
síntomas se dan durante el trabajo o inmediatamente después. Sueño,
cansancio, torpeza de movimientos son síntomas de fatiga y se traducen en
errores. El descanso adecuado, por ejemplo alternar con otras tareas que
requieran menos carga mental, permite a la persona recuperarse y poder
continuar con la actividad normal. Pero puede ocurrir que la carga de
trabajo sea continua hasta el punto que la persona no pueda recuperar su
ritmo habitual. Entonces aparece la fatiga crónica que ocurre cuando se
repiten unas actividades de nivel y atención elevados de forma que los
descansos son insuficientes para recuperarse.
Los síntomas de la fatiga crónica ya no sólo se sienten durante o
después del trabajo sino que pueden ser permanentes. Algunos
ejemplos son los siguientes:

• Irritabilidad.
• Preocupaciones injustificadas.
• Falta de energía.
• Insomnio.
• Algunos problemas somáticos, como trastornos
depresivos, mareos, taquicardia, pérdida de apetito.
Las consecuencias de estos síntomas
son:

• Absentismo laboral.
• Se afecta la vida familiar.
VALORACIÓN DE LA CARGA MENTAL

Cuando una situación de trabajo lleva consigo una carga mental


excesiva tendremos que evaluar y valorar qué condiciones de
trabajo producen ésta situación y qué repercusiones tiene sobre la
persona. Para realizar una valoración lo más exacta posible hay
que realizar diferentes valoraciones. Así tendremos que recurrir a
muchos indicadores que se complementen entre sí. Si aludimos a
que la carga mental se da cuando las exigencias de la tarea
sobrepasan las capacidades del trabajador tendremos en cuenta:
A) Factores de carga mental relativos al puesto.

Hay diversos métodos objetivos para la valoración global de las condiciones


de trabajo que incluyen un apartado dedicado a la carga mental. Los métodos
para la valoración de la carga mental se centran en si el trabajo exige un nivel
de atención elevado y si esa atención debe mantenerse a lo largo de la
jornada. Además, estos métodos de valoración tienen en cuenta otros factores
que también pueden influir aunque no directamente. Por ejemplo, el ritmo de
trabajo que puede imponer cadencias demasiado rápidas o dificultar la
distribución correcta de las pausas (trabajo en cadena o de cara al público).
B) Repercusiones en el individuo.

Como ninguna medida es válida por sí sola para


valorar la carga mental, el mejor método seria
relacionar las repercusiones sobre el individuo con
las condiciones de trabajo de manera que pudiese
establecerse una relación causa efecto que permita
conocer qué factores hay que modificar para mejorar
la situación del trabajador.
PREVENCIÓN DE LA FATIGA MENTAL

La prevención de la fatiga mental debe estar dirigida hacia dos objetivos:

1. Por una parte facilitar el proceso de información, por ejemplo que la


información nos llegue más clara. Para ello se pregunta si puede
simplificarse la cantidad y la complejidad del trabajo.

2. La organización del trabajo para facilitar la recuperación. Para organizar


el trabajo de manera que reduzca la fatiga. Se debe de tener en cuenta el
ritmo de trabajo y el tiempo.
En lo que respecta al ritmo de trabajo en los trabajos de
elevada carga mental debe corresponder al ritmo normal de
una persona entrenada. No es adecuado someterse a ritmos
que impongan las máquinas o a uno mismo tipo de
producción.
En cuanto al tiempo de trabajo son importantes las pausas.
Cuando una tarea lleva consigo un esfuerzo mental
considerable y con cierta continuidad es necesario
introducir pausas cortas y frecuentes.
Para los trabajos con pantallas de visualización de
datos es recomendable pausas de 10 a 15 minutos
cada 1.5 o 2 horas. Esas pausas deben realizarse en
salas destinadas para ese fin y además no se deben
considerar como pausas los periodos de tiempo en
espera de que el ordenador realice sus procesos.
Cuando la fatiga está determinada por tareas
monótonas con poco contenido entonces debe
permitir una mayor participación del trabajador en
aspectos de su trabajo y que pueda elegir el método
de trabajo. Como último recurso cuando el trabajo
no se puede mejorar con otras técnicas habrá que
recurrir a la rotación de puestos de trabajo.
FIN

También podría gustarte