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"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,

paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe,


mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley."

Gálatas 5:22 y 23
Hoy, nuestro fruto espiritual es la BONDAD y junto
con ella viene la amabilidad, a las cuales
representaremos con la naranja.
De los cítricos, la naranja es una de las
más consumidas en el mundo ya sea en
jugo o de forma natural. Famosa por ser
una fuente de vitamina C, la naranja
tiene variedades que generalmente son
jugosas, sabrosas, nutritivas,
especialmente las orgánicas.
Además de la vitamina mencionada, la
fruta contiene vitaminas A, B6, B12 y D,
así como los minerales calcio, hierro,
magnesio y potasio, todos ampliamente
beneficiosos para la salud.
Independientemente de la variedad, la
naranja es uno de los alimentos más
saludables y nutritivos. Por tener un
alto contenido de azúcar debe
consumirse con moderación, aunque
con regularidad.
¿Has pelado naranjas para compartirlas
mientras conversan al sol entre amigos
o familiares? Este pequeño gesto de
bondad y amabilidad trae calidez,
cercanía y crea vínculos.
Según el diccionario amabilidad significa:

Característica o atributo de ser


amable; ternura o delicadeza:
“fue amable con él”;

Palabra o comportamiento que


revela educación, cortesía o
delicadeza; educación, gracia o
cordialidad.
Y según ese mismo diccionario, la bondad es:

Generosidad, humanidad o Característica o atributo de la


benevolencia; tendencia persona que es buena y honesta;
natural o inclinación a decencia, nobleza, honor;
practicar el bien; cualidad de aquellos que poseen
buena naturaleza o esencia;
Y según ese mismo diccionario, la bondad es:

Cortesía, delicadeza o
educación; acto o postura
de quien es amable y
gentil.
Aún en medio de un mundo marcado
por la maldad, el abandono, el odio,
las guerras y los conflictos, siempre
encontraremos personas dispuestas
a ayudar y hacer el bien.
La Biblia no solo cuenta de actos de
bondad y amabilidad, sino de una vida
ligada a la fuente de la cual emana todo
el bien y bondad. Podemos alcanzar ese
ideal porque Dios nos modela a través de
su Espíritu Santo.
Para que estos frutos se vean reflejados
en nuestra vida, el apóstol Pablo enseña
la esencia de la bondad a los miembros
de la iglesia de Éfeso:
"Abandonen toda amargura, ira y enojo,
gritos y calumnias, y toda forma de
malicia. Más bien, sean bondadosos y
compasivos unos con otros, y perdónense
mutuamente, así como Dios los perdonó a
ustedes en Cristo.” (Efesios 4:31 y 32, NVI).
Jesús practicó la bondad todos los días
de una manera muy audaz y radical para
su tiempo. Su amabilidad
frecuentemente se extendía a los
marginados.
La bondad es tener el carácter
de Cristo, por lo que no solo
debemos practicar actos de
bondad, sino convertirla en un
estilo de vida.
¿Cómo podemos producir este maravilloso
fruto de bondad para conseguir relaciones
interpersonales armoniosas y felices?
1
Mantén la comunión con
la fuente de la verdadera
bondad y amabilidad

2
Busca hacer por los
demás lo que te gustaría
que hagan contigo
Actúa con humildad.
3
4
Interésate
verdaderamente por los
otros.
Busca lo mejor en el
otro. 5
Sé amable y educado con
los más difíciles. 6
" Todos los que se hacían súbditos del reino de
Cristo, decía él, debían dar evidencia de fe y
arrepentimiento. En su vida, debía notarse la
bondad, la honradez y la fidelidad. Así también
los seguidores de Cristo darán evidencia del
poder transformador del Espíritu Santo" (El
Deseado de todas las naciones, pág. 82).

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