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Brecha entre las metas del

milenio y la realidad de
Guatemala
Las Metas del Milenio fueron
aprobadas en la Asamblea General de
Naciones Unidas en el año 2000; cuya
finalidad es promover el desarrollo de
las naciones que durante décadas ha
sido debatida en numerosos foros
como en la ejecución de las grandes
políticas internacionales.
Las metas establecen una serie de compromisos nacionales
relacionados con la pobreza, educación, igualdad de género y la
sostenibilidad medioambiental, pero también incluyen planes
para establecer un marco de políticas internacionales sobre
comercio y financiación que favorezca el desarrollo de las
naciones; todo ello, forma parte de una agenda mundial para la
construcción de la equidad y el desarrollo de la buena vida entre
las personas independientemente de su sexo del mundo. Están
basados en un conjunto de valores y derechos inherentes a la
condición humana. Su perspectiva nutre las estrategias, los
planes y las políticas públicas, orientándolas al desarrollo de una
mejor nación.
Las Metas del Milenio se deben de interpretarse como
un análisis de un proceso de largo plazo, como lo es el
desarrollo y no como un análisis de coyuntura; por ello,
es difícil evaluar las posibilidades reales de que los
países subdesarrollados puedan alcanzar las metas del
milenio antes del año 2015. Para Guatemala, siendo un
país vulnerable a desastres naturales y a crisis
económicas, es igualmente difícil si se alcanzarán todos
los objetivos propuestos, algo que no se puede
proyectar automáticamente si tenemos en cuenta las
tendencias de acuerdo al pasado.
Guatemala avanza en forma lenta y
desigual para cumplir los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) en 2015.
A mitad de camino, la mortalidad
materna y el analfabetismo se
muestran como los males más
persistentes.
Otro de los objetivos difíciles para
Guatemala es conseguir que todos los niños
y niñas culminen la enseñanza primaria y
elevar la alfabetización de jóvenes entre 15 y
24 años. Otra vez las poblaciones rural,
indígena y femenina son las más rezagadas:
seis de cada diez mujeres aborígenes
mayores de quince años no saben leer ni
escribir.
Según el II Informe de Avances en el
Cumplimiento de las Metas del Milenio en
Guatemala, publicado un año atrás, aunque
la evolución de los indicadores muestra
progresos, sobre todo en cuanto a la
matrícula, la deserción escolar es alta, y se
"deben hacer importantes esfuerzos para
que todos los niños y niñas culminen la
primaria".
El segundo de los ocho ODM es lograr la
educación básica universal: velar porque los niños
y niñas puedan terminar la primaria completa y
aumentar la alfabetización, estimada en 2002 en
82 por ciento entre jóvenes de 15 a 24 años.
"La pobreza es resistente si no se la ataca de
frente con las fuerzas del gobierno, la sociedad
civil y cada uno de nosotros", afirmó en su
intervención Beat Rohr, representante residente
del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) en Guatemala.

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