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Este documento resume la obra del pintor barroco español Diego Velázquez, incluyendo análisis de algunas de sus pinturas más famosas como Las Meninas, La rendición de Breda y retratos de la familia real española. También menciona brevemente a otros pintores barrocos como Caravaggio y Juan de Valdés Leal, así como los decretos del Concilio de Trento sobre el uso de imágenes religiosas.
Este documento resume la obra del pintor barroco español Diego Velázquez, incluyendo análisis de algunas de sus pinturas más famosas como Las Meninas, La rendición de Breda y retratos de la familia real española. También menciona brevemente a otros pintores barrocos como Caravaggio y Juan de Valdés Leal, así como los decretos del Concilio de Trento sobre el uso de imágenes religiosas.
Este documento resume la obra del pintor barroco español Diego Velázquez, incluyendo análisis de algunas de sus pinturas más famosas como Las Meninas, La rendición de Breda y retratos de la familia real española. También menciona brevemente a otros pintores barrocos como Caravaggio y Juan de Valdés Leal, así como los decretos del Concilio de Trento sobre el uso de imágenes religiosas.
Aguador de Sevilla En el Aguador de Sevilla (1619, Museo Wellington, Londres), perteneciente al género de las naturalezas muertas, Velázquez da igual importancia al tratamiento de los objetos que al de las figuras. María de Austria, hija de Felipe III Este retrato de María de Austria (1606-1646), hija del rey español Felipe III y de Margarita de Austria, es una de las obras que el artista español Diego de Silva Velázquez llevó a cabo durante su primera visita a Italia, fue pintado en Nápoles en 1630 y se conserva en el madrileño Museo del Prado. María de Austria, hermana del también monarca hispano Felipe IV, contrajo matrimonio durante el reinado de éste, en 1631, con su primo, el entonces rey de Hungría y Bohemia y futuro emperador, Fernando III de Habsburgo. Don Gaspar de Guzmán Este retrato ecuestre de Don Gaspar de Guzmán, conde- duque de Olivares (c. 1634, 313 × 239 cm, Museo del Prado, Madrid) es obra de Diego de Silva Velázquez. Este insigne personaje, que dirigió la política de la Monarquía Hispánica durante veinte años del reinado de Felipe IV, aparece aquí representado vestido con media armadura y sosteniendo la bengala de general en la mano derecha. Al fondo se distingue, sobre un amplio paisaje, un batalla. Las Meninas Las Meninas (1656) es un cuadro complejo. Está considerado como la obra maestra de Velázquez. La figura del centro es la infanta Margarita Teresa, hija del rey Felipe IV, flanqueada por dos meninas o damas de honor. A la izquierda del cuadro está el propio Velázquez frente a un enorme lienzo, en el que quizá esté pintando al rey y a la reina, que aparecen reflejados en el espejo del fondo y que ocupaban, por lo tanto, el lugar donde ahora se encuentra el espectador del cuadro. La figura que baja la escalera en el extremo opuesto de la habitación sirve para acentuar el plano horizontal. La rendición de Breda Conocido también como Las lanzas, este lienzo es una de las más afamadas y bellas muestras de la historia de la pintura. Lo pintó, hacia 1634, el sevillano Diego de Silva Velázquez para adornar el principal salón del palacio regio del Buen Retiro. En la actualidad, se conserva en el madrileño Museo del Prado. El cuadro representa la entrega de las llaves de la ciudad de Breda (Países Bajos) que efectuó Justino de Nassau a Ambrosio de Spínola, el 5 de junio de 1625. El hecho se enmarca en la denominada guerra de los Países Bajos que la Monarquía Hispánica mantuvo contra el intento, finalmente logrado, de independencia de esos territorios. CONCILIO DE TRENTO
“Manda el santo Concilio a todos los Obispos, y demás
personas que tienen el cargo y obligación de enseñar, que instruyan con exactitud a los fieles ante todas cosas, sobre la intercesión e invocación de los santos, honor de las reliquias, y uso legítimo de las imágenes, según la costumbre de la Iglesia Católica y Apostólica, recibida desde los tiempos primitivos de la religión cristiana, y según el consentimiento de los santos Padres, y los decretos de los sagrados concilios; enseñándoles que los santos que reinan juntamente con Cristo, ruegan a Dios por los hombres; que es bueno y útil invocarlos humildemente, y recurrir a sus oraciones” CARAVAGGIO JUAN DE VALDÉS LEAL