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Capítulo 55
Si pedimos con fe, Dios nos manifiesta la veracidad del
Libro de Mormón por el poder del Espíritu Santo
Moroni 10:3–5
1. Según estos versículos, ¿qué función juega la persona en la búsqueda del
testimonio?
2. ¿Qué significa tener “un corazón sincero”? ¿Qué significa tener “verdadera
intención”?
3. ¿Cuál es la función del Santo Espíritu para ayudarnos a recibir un testimonio?
4. ¿Cómo puede el Espíritu testificarnos?
5. ¿Cómo puede seguir aplicándose a nosotros la promesa de Moroni, incluso
cuando ya tenemos un testimonio del Libro de Mormón?
El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, compartió el proceso que él
atravesó para recibir una confirmación espiritual del Libro de Mormón:
“Cuando leí el Libro de Mormón la primera vez del principio al fin, leí la promesa de que si yo ‘pregun[taba] a
Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si [eran verdaderas las cosas que había leído]; y si pedí[a] con un
corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él [me] manifesta[ría] la verdad de ellas por el
poder del Espíritu Santo’ (Moroni 10:4). Intenté seguir esas instrucciones como las había entendido.
“Si quizás yo esperaba que se produjese de inmediato una manifestación espléndida como una experiencia
sobrecogedora, ésta no sucedió. No obstante, experimenté un buen sentimiento y comencé a creer…
“Aprendí que cualquier persona en cualquier lugar podía leer el Libro de Mormón
y recibir inspiración…“La experiencia me ha enseñado que el testimonio no sobreviene
de repente, sino que va creciendo…
“No se desilusionen si han leído y releído,y todavía no han recibido un testimonio poderoso.
Quizás les ocurra como a los discípulos de los que se habla en el Libro de Mormón
que se hallaban llenos del poder de Dios en gran gloria ‘y no lo supieron’ (3 Nefi 9:20).
El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) extendió el siguiente reto y promesa a quienes lean el Libro de Mormón:
“Reto a los miembros de la Iglesia en todo el mundo y a nuestros amigos de todas partes a leerlo o releerlo…
“Sin reservas les prometo que, si cada uno de ustedes sigue ese sencillo programa, sin tener en cuenta cuántas veces hayan
leído antes el Libro de Mormón, recibirán personalmente y en su hogar una porción mayor del Espíritu del Señor, se
fortalecerá su resolución de obedecer los mandamientos de Dios y tendrán un testimonio más fuerte de la realidad viviente
del Hijo de Dios” (véase “Un testimonio vibrante y verdadero”,
“Con verdadera intención” Moroni 10:4
El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, hizo el siguiente comentario sobre la promesa de
Moroni en la que se menciona tener “verdadera intención”: “Moroni no prometió una manifestación del
Espíritu Santo a quienes busquen saber la verdad del Libro de Mormón por motivos hipotéticos o académicos,
por más que pidan ‘con un corazón sincero’. La promesa de Moroni se extiende a quienes sientan en su corazón
el compromiso de proceder conforme a la manifestación que se reciba. No hay ninguna promesa para las
oraciones que tengan otros motivos, ya que no se hacen ‘con verdadera intención’”
Dones del Espíritu Moroni 10:8-18
El élder Bruce R. McConkie describió los propósitos de los dones espirituales y las razones por las que se los
obtiene:
“[El propósito de los dones espirituales] es iluminar, alentar y edificar a los fieles para que hereden paz en esta
vida y para que sean guiados hacia la vida eterna en el mundo venidero. Su presencia es una prueba de la
divinidad de la obra del Señor; donde no están, tampoco está la Iglesia ni el Reino de Dios. La promesa es que
nunca dejarán de existir en tanto la tierra continúe en su estado presente, excepto por la incredulidad (
Moro. 10:19), pero cuando llegue el día perfecto y los santos alcancen la exaltación, no habrá necesidad de
ellos. Como lo expresó Pablo: ‘…cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte se acabará’ (1
Cor. 13).
“Se espera que las personas fieles busquen de todo corazón los dones del Espíritu. Deben ‘procu[rar], pues, los
mejores dones’ (1 Cor. 12:31; D. y C. 46:8), y ‘los dones espirituales’ (1 Cor. 14:1), así como ‘pedir a Dios, el cual
da liberalmente’ (D. y C. 46:7; Mat. 7:7–8). A algunos les será dado un don; a otros, otro, y ‘a algunos les se[rá]
concedido tener todos estos dones, para que haya una cabeza, a fin de que todo miembro se beneficie de ello’
• El élder Marvin J. Ashton (1915–1994), del Quórum de los Doce Apóstoles, sugirió que
existen dones del Espíritu adicionales que “no siempre son evidentes o sobresalientes,
pero sí muy importantes.
• Tal vez entre ellos se encuentren algunos de los dones que ustedes tienen, que aunque
no sean muy evidentes sí son reales y valiosos.
• “Repasemos algunos de estos dones menos obvios: