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Ceremonial de estilos, costumbres y usos

En otros sentidos, la noción de etiqueta se utiliza para hacer referencia al ceremonial de usos,
costumbres y estilos que se deben respetar en ciertos ámbitos. La etiqueta menciona un cierto
modo de comportamiento social según normas convencionales.
Utilizar traje y corbata en las ocasiones solemnes, ser hospitalario con un invitado, masticar con la
boca cerrada, no decir groserías en una reunión social, respetar los horarios con puntualidad y
agradecer los regalos que se reciben forman parte de la etiqueta.

Las etiquetas sociales

Por otra parte, en un sentido figurado, prejuzgar a una persona y asumir que pertenece a un 
grupo de gente en el cual todos actúan de la misma forma también se conoce como etiquetar a
alguien. Esta costumbre no necesariamente tiene un tinte negativo, independientemente de la
falta de precisión que conlleva generalizar, pasar por alto la individualidad de cada ser vivo, sin
importar de qué especie se trate; de hecho, es muy común que las personas se etiqueten a ellas
mismas, muchas veces para sentir la seguridad de formar parte de un conjunto.
Las etiquetas que se imponen a las personas son parte de la cultura de cada país, de cada región, y pueden
dejar una huella altamente dañina en la mente. En lugares donde la formación académica y el trabajo son
muy importantes y considerados indispensables para alcanzar la dignidad, como ocurre en Japón, alguien
que no transite ese camino preestablecido por sus antepasados recibe una serie de calificativos
despectivos, como el de «vago» o «haragán», que lo acompañarán el resto de su vida, a menos que logre
compensar esa supuesta decepción con grandes logros.

También en el país del sol naciente, famoso por el gran nivel de disciplina y la necesidad de alcanzar la
perfección, una persona que no sea capaz de leer o escribir correctamente es tildado de «lento» o «tonto»;
cabe mencionar que entre los dos alfabetos propios del japonés y el conjunto de caracteres traídos del chino,
el número total supera ampliamente los dos mil doscientos, aunque hay quienes conocen más de cinco y seis
mil. Dicho esto, resulta un tanto injusto que la dificultad ante una tarea claramente demandante sea motivo
de desprecio.

A nivel internacional, existen etiquetas que engloban el comportamiento de profesionales de ciertos campos;
esto ocurre, por ejemplo, con los cantantes de ópera, de quienes se dice que suelen tener cuerpos
voluminosos, además de ser buenos cocineros y cuidar sus voces de manera excesiva. Muchos creen
también que las y los modelos no gozan de una gran inteligencia, que los hombres homosexuales son
afeminados y que los gatos no se apegan a las personas con las cuales conviven. Quizás la única etiqueta
acertada sería aquélla que definiera las etiquetas como erróneas y carentes de fundamento.

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