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w • PREFACIO Kenneth Frampton 7

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• URBANIDAD Hans lbelings 10

-e • DE COSAS URBANAS Manuel de Sola-Morales 17

z • PARA CREAR LUGAR (COSAS INVENTADAS) 31

Saint-Nazaire, Ville Port <1996·2002> La periferia histórica 32

Trieste, Porto Vecchio <1999"2001 > La est rategia de la frontalidad 42


Oporto , Passeio Atlántico <1999-2002> Topografía marítima como estructura

cívica 46
Génova, Cantieri Navali <1998-1999> Sotto Corso 58

Groningen, Winschoterkade <1994·1996> La medida no es la escala 62

la Haya, Scheveningen <2002 "2004 > Secciones desplegadas 66

LA MIRADA ESTRATÉGICA 72

• LA FORMA CONDENSADA (COSAS SUPERPUESTAS) 81

Al coy, la Sang <1988-2002 > El casco antiguo como categoría de proyecto 82

lovaina, Stationsplein (,996-2002> El orden trastocado 90

Barcelona, Sant Andreu <2005-l La vivienda pública como proyect o urbano 98

Arnhem, Rijnboog <2oo1-2.oo5l Coherencia por diferencia 104

LA MIRADA COMPULSIVA 108


• LA ACUMULACIÓN HETEROGÉNEA (COSAS EN CONFLICTO) 115

Berlín, Alexanderplatz <1990) La ciudad abstracta 116

Róterdam, Alexanderpolder <19go) La distancia interesante 120

Amberes, Eijlande <199°-1993> Nuevo distrito portuario 124

Amberes, Operaplein C:2oo4-l Nudo urbano 128

Terrassa, Torressana <200 <1-l Contra los límites urbanos 132

Barcelona, Poble Nou <2001 > Continuidad, promiscuidad, incoherencia 136

Tesalónica, Frente marítimo <1998-1999) Frente marítimo, frente urbano 140

LA MIRADA ANSIOSA 142

• TEXTOS SELECCIONADOS 145

2005 Para una urbanidad material 146

2000 Contra la metrópoli universal 154

1995 Territorios sin modelo 166

1994 Ciudades cortadas 174

1992 Espacios públicos/espacios colectivos 184

1992 La periferia como proyecto 192

1987 Otra tradición moderna 200


1 Trieste, 1990. LA PIEL DE LAS C I UDADES
2 Lovaina, 1995·
Mi trabajo se sitúa sobre la piel de las ciudades. Su epidermis es lo que estudio, lo
3 Saint-Nazaire, 1990.
4 Oporto, 1980. que d isfruto y lo que me permite abordar sus estructuras más profundas. Y esa
5 Barcelona, 2000 .
arquitectura de tejidos epidérmicos es, al mismo tiempo, la materia prima con que
6 Santo Domingo, 1960.
7 Amberes, 2000. se constituyen mis proyectos urbanos.
8 Arnhem, 2000 .
La piel de las ciudades está hecha de construcciones. texturas, contrastes. De
9 Scheveningen, 1950.
10 Berlín, 1989. calles y espacios libres, de jardines y muros. de perfiles y vacíos. Brick and mortar

eran, para el sabio geógrafo Max Sorre, la definición de ciudad . También movi-

mientos y encrucijadas. vehículos y fachadas, sótanos y conductos' subterráneos.

Tiendas, oficinas, solares. apartamentos, museos, teatros y todo tipo de locales

vacíos. Bordillos y aceras, almacenes y depósitos, fábricas y mercados, monumen-

tos y ruinas, estaciones, estadios, estudios, etc. Es precisamente el contacto entre

nuestros cuerpos y esa materia física lo que hace la experiencia urbana. Flesh and

Stone titula Richard Sennett uno de sus más hermosos textos sobre la ciudad . Por

ello son tan importantes las rampas y las escaleras, los portales y las esquinas, porque

en ellos sentimos, con nuestro peso, las medidas y la forma de la ciudad.

M e interesa la urbanidad de lo material, la urbanidad hecha de tacto y de

visión, de sensaciones y de sugerencias. Es otra cosa que la idea de "estructura

urbana" sobre la que se ha organizado tanta planificación, o que la noción de "siste-

ma urbano", que atiende sobre todo a la interdependencia de actividades y posicio-

nes, o que el término "áreas funcionales", usado para la clasificación y asignación de

espacios . Enfoques todos ellos que han monopolizado gran parte de los estudios

urbanos del último medio siglo . Intentando descubrir, bajo las apariencias, estruc-

turas internas supuestamente más importantes, han propuesto jerarquías de con-

ceptos para interpretar lo urbano desde un pensamiento estructuralista o formalista

o economicista, o todos a la vez.

Parece que hoy, cambiando las palabras y llamando flujo, conexión o red a lo

que antes se llamó comunicación, canal o malla, se repite a menudo, como nove-

dad, poco más que la vieja reducción semántica que impuso el estructuralismo sis-

tém ico a la ciudad física en la década de 1960.

La superficie de la ciudad, la piel urbana, se considera así "superficial" . Es decir,

ligera, inconsistente, insignificante, incapaz de albergar contenidos de interés serio.

Reducida a ser portadora sólo de valores "sobreestructurales", "estéticos" o

"ambientales", la piel de la ciudad es para los neoestructuralistas de hoy una conse-

cuencia más que un sujeto, un fenómeno más que una materia.


......

mismas, incluso para las relaciones causa-efecto de naturaleza más abstracta. Inter-

venir en la piel de la ciudad tiene, así, cierta analogía con la acción de la acupuntura.

No por el uso de las agujas o incisiones de pequeño tamaño, sino por entender la

naturaleza sistémica de la epidermis.

Para los expertos de la acupuntura, la piel no es la cobertura del interior, sino la

estructura principal del organismo, su naturaleza más expresa. Actuar con puncio-

1 nes, presiones e inyecciones es distribuir energía a través de la piel. La epidermis de

los tejidos urbanos nos permite transformar metabolismos interiores del organismo

que, en abstracto, otros expresan en términos socioeconómicos, simbólico-cultura-

les, infraestructurales o histórico-políticos.

La analogía de la acupuntura -agujas y puntos- puede trivializarse si se

redu~e a acciones menores de costura local de tejidos urbanos o reformas de míni-

mo coste . A la inversa, algunas veces esta analogía se extrapola a la escala de lo

político y lo social utilizando este mismo término -acupuntura urbana- y refirién-

dolo a tácticas políticas que, siendo puntuales, transforman el funcionamiento glo-

bal de la ciudad (sobre el transporte, sobre la vivienda, sobre los residuos) . Pienso

que ésta es una analogía mucho más genérica. Ando buscando en algunos de mis

trabajos una acupuntura urbana como propuesta proyectual concreta, y como acti-

tud metodológica de un urbanismo físico, hasta fisiocrático quizá.

Hay que observar la piel de las ciudades al detalle en sus arrugas y en su apa-

rente inconexión , con la atención del detective que escudriña los menores indicios.

Los maestros de la novela negra nos enseñan el arte de la descripción reveladora,

l siempre intrigante aunque inconexa. Es precisamente de la aparente casualidad de

los datos de donde se extraen los hilos del interés narrativo . Con la fuerza enume-

l rativa con que . por ejemplo, el comisario Wallander de las novelas de Henning

Mankell nos hace ver objetos y situaciones, mezclando con la sorpresa del asesina-

to su colada para la lavandería, el averiado motor de arranque del coche, o el repe-

tido bocadillo en la cafetería de paso. Quisiéramos fijarnos en cualquier fragmento

de ciudad o de proyecto, sin saber si aquel incidente topográfico o tal secuencia de

muros van a ser decisivos para la resolución de nuestros enigmas: porque la sorpre-

sa y la intuición son tan importantes en el proyecto urbano como la coherencia y la

búsqueda en profundidad . No es sólo el conjunto de relaciones que encadena

la complejidad de los pasos, sino la atención simultánea a las cosas, su aprecio sin-

gular una por una, porque ya en sí mismas son hermosas piezas totales de realidad.

Sentir en la ciudad /'amare del/e cose que quisieron expresar Felice Casorati y los

pintores de la Nueva Objetividad .

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