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Laborem exercens

Glenda Pineda
Cristian Gonzales

Cesar Bolaños
Laborem exercens (en español, Sobre el trabajo humano, traducción literal, Al
ejercer el trabajo) es una encíclica escrita por el papa Juan Pablo II en 1981 cuyo
tema es el trabajo.

Forma parte del compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que remonta sus
orígenes a la encíclica de 1891 Rerum novarum, de León XIII.

Según Primo Corbelli, Juan Pablo II «fue quien estudió y actualizó la cuestión
[de la postura de la Iglesia en relación al trabajo] en profundidad» con este
documento
HISTORIA
Para los papas se había vuelto costumbre publicar nuevos
textos sobre asuntos sociales cada diez años desde Rerum
novarum, para actualizar la doctrina social en relación a los
tiempos modernos. Laborem exercens fue escrita en su 90.º
aniversario y hace referencia a dicha encíclica y a otras
posteriores.
El papa no pudo publicar el documento el 15 de
mayo, el día del aniversario, a causa del intento de
asesinato que había tenido lugar dos días antes.4​Por
eso lo hizo unos meses después, en septiembre de
1981. Algunas de las tendencias mencionadas en el
texto por Juan Pablo II son:
El creciente uso de la Problemáticas ambientales. El La gente de los países en vías de
tecnología, en especial la papa destacó que algunos desarrollo que pide mayor
tecnología de la información. recursos, en particular el participación en la economía
Juan Pablo II predijo que petróleo, comenzaban a global. Juan Pablo se mostró
implicaría cambios comparables escasear. Además, la necesidad favorable a esta tendencia, pero
a la Revolución industrial del de preservar el medioambiente mencionó su temor ante el
siglo anterior. se estaba volviendo notoria. hecho de que la amplia
distribución del empleo podría
llevar al paro a trabajadores
capacitados.
Si bien no se menciona en la encíclica, probablemente Juan Pablo II pensaba en la
fundación de Solidaridad, una central sindical de raíces fuertemente católicas en su
Polonia natal en 1980.

Juan Pablo conocía a Lech Walesa, el fundador de Solidaridad, y se reunió con él más
de una vez durante una visita a su país en 1979.

Juan Pablo II ha defendido la existencia de los sindicatos y los consideró un


«exponente de la lucha por la justicia social y un factor constitutivo del orden social y
de solidaridad que no se puede prescindir».
Si bien no se menciona en la encíclica, probablemente Juan Pablo II pensaba en la fundación de
Solidaridad, una central sindical de raíces fuertemente católicas en su Polonia natal en 1980.

Juan Pablo conocía a Lech Walesa, el fundador de Solidaridad, y se reunió con él más de una vez
durante una visita a su país en 1979.

Juan Pablo II ha defendido la existencia de los sindicatos y los consideró un «exponente de la lucha por
la justicia social y un factor constitutivo del orden social y de solidaridad que no se puede prescindir».

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