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GUIAS DE

DESLIZAMIENTOS
Introducción
En muchos casos nos vamos a encontrar con la necesidad de unir dos piezas entre si con la condición de que una pueda deslizarse o desplazarse
respecto a la otra. El movimiento relativo que se va a establecer entre las dos piezas va a poder ser de translación, rotación o una combinación de
ambos. En conclusión, las guías permitirán el movimiento de una pieza móvil sobre otra fija, soportando cargas en determinadas direcciones,
asegurando un movimiento determinado y evitando, en la medida de lo posible, la perdida de energía por rozamiento. Asimismo son fundamentales
en la dicotomía rigidez-amortiguación de una máquina y determinarán, en parte, las aplicaciones de la misma.
Disminución de apoyos
Para obtener el mayor rendimiento en las guías se deben disminuir los puntos de contacto entre la pieza móvil y la deslizante, de forma que el
rozamiento entre ambas no produzca una gran pérdida de energía. Si todas las superficies de dos piezas prismáticas rozasen entre si seria complicado
realizar un buen ajuste y por lo tanto el funcionamiento de la guía no seria el correcto. Debido a estas razones se limitarán las superficies de contacto
entre ambas piezas, tal y como se indica en la figura 1.

Eliminación de aristas vivas


Cuando los ensambles de las guías presentan ángulos en aristas vivas se debe
tener la precaución de evitarlos, ya que las posibles suciedades o incluso las
rebabas generadas en su mecanización, pueden introducirse en estos ángulos
impidiendo un correcto ajuste entre las superficies de contacto. Debido a este
motivo, es conveniente que todas las aristas exteriores se encuentren
achaflanadas o se practique en las interiores un rebaje, con el fin de evitar los
problemas mencionados anteriormente (figs. 2, 3 y 4).

Casi todas las guías de las máquinas cumplirán una serie de requisitos para su correcto funcionamiento. Entre ellos podemos destacar: - Gran
resistencia al desgaste, debido al rozamiento continúo. - Bajo coeficiente de rozamiento, lo que se logra mediante una adecuada elección del material
y un buen acabado superficial. - Suficiente resistencia a las solicitaciones que va a soportar.
Tipos de guías
Según sea el movimiento que deben describir, podemos diferenciar entre las guías que generan un movimiento rectilíneo o lineal (fig.5) y las que por
el contrario materializan un deslizamiento curvilíneo (fig. 6). Las guías más utilizadas son las lineales.

Según se establezca el rozamiento entre la parte móvil de la gula o corredera y la parte fija podemos dividir las guías en: guías de deslizamiento,
guías de rodadura y guías hidrostáticas.
a) Guías de deslizamiento. Son aquellas en las que todas las superficies en contacto rozan mutuamente entre si. Son muy habituales en bancadas de
maquinaria, siendo capaces de soportar grandes cargas.
Las más usuales son las guías de fricción hidrodinámicas. Hasta hace aproximadamente una década eran las únicas guías comúnmente utilizadas.
Constan de dos superficies planas o inclinadas y estas zonas están rectificadas, incluso en alguna de ellas se le realiza un procedimiento de
rasqueteado, sobre todo cuando se requiere una precisión elevada en el movimiento de la guía. También están tratadas térmicamente, por lo que se
aumenta su dureza. Incorporan una película intermedia de aceite para mejorar el deslizamiento y proporcionar una buena absorción de las
vibraciones, logrando un coeficiente de amortiguación proporcional a la superficie de contacto. Esta propiedad las hace excelentes para aplicaciones
de grandes esfuerzos y donde el acabado superficial es crítico.
No todo son ventajas, sino que también presentan ciertos inconvenientes. El cizallamiento del aceite produce resistencia al movimiento, por lo que se
requieren grandes potencias para obtener los desplazamientos, sobre todo cuando deben ser rápidos. Se produce también el efecto llamado "stick-
slip" ("pegar-deslizar"), el cual se genera debido a la diferencia entre el valor del coeficiente de rozamiento estático y dinámico. Cuando la parte
móvil de la guía se para, el espesor de aceite disminuye y aumenta la fricción del conjunto. Este efecto se pone de manifiesto, sobre todo, cuando se
realizan constantes cambios de sentido ya que se presenta diferente resistencia al movimiento cuando la guía empieza a moverse que después de
haber comenzado.
La forma y dimensión de la guía dependerá de la magnitud de las cargas a soportar y de la dirección de aplicación de estas fuerzas. También se tendrá
en cuenta la precisión del movimiento que se requiere, el espacio del que se dispone, la posibilidad de lubricación necesaria y las protecciones que se
han de adaptar a la guía para su conservación.
Los perfiles de guías más comunes y que vamos a poder encontrar con mayor facilidad son los que se citan a continuación:
Guía redonda. Es capaz de absorber solicitaciones en todas las direcciones de su radio (fig. 7). Normalmente van montadas en parejas (fig. 8), para
impedir el vuelco de la corredera.
- Guía plana. Su mecanización resulta sencilla y comparándola con la redonda es capaz de soportar mayores esfuerzos. Generalmente está sometida
a cargas verticales, pero cuando sobre ella incide una carga horizontal (fig. 9) se deberá limitar este movimiento mediante unos apoyos laterales que
eviten el deslizamiento en este sentido. De esta forma, podemos hablar de guías rectangulares (fig. 10), las cuales son apropiadas para cargas
normales, o guías en forma de "T" (fig. 11), que son capaces de soportar esfuerzos que podrían producir el vuelco del taco móvil.

- Guías prismáticas. Absorben con facilidad los esfuerzos oblicuos. Para lograrlo las superficies de deslizamiento suelen tener una inclinación de
15° a 30°. Cuando estas caras presentan un ángulo de 45° se obtienen menores desgastes y mayor duración en las superficies de las guías, ya que los
esfuerzos se reparten uniformemente (figs. 12 y 13). También son autoajustables. Presentan el inconveniente que la ranura que se debe de ejecutar en
los carros o correderas debilita considerablemente estas piezas, por lo que en muchas ocasiones se han de sobredimensionar.
Si realizamos una conducción mediante dos guias prismáticas, utilizando las cuatro caras activas de apoyo, se genera un ajuste hiperdeterminado,
imposibilitando un buen acoplamiento en todas las caras de forma simultánea. Debido a esto, normalmente se emplea una guía prismática con otra
plana (figs. 14 y 15). Esta combinación evita el inconveniente anterior y asegura una absorción de todas las solicitaciones a las que puedan estar
sometidas.
Dentro de este apartado también podemos incluir las guías en doble "V" (fig. 16). Poseen características similares a las guías en cola de milano, que
veremos a continuación. No obstante, estas guías son capaces de desplazar mayores cargas, incluso con movimientos rápidos.
Un ejemplo de este sistema, lo vemos en la figura 17 que se indica a continuación:

Fig. 17 Sistema de deslizamiento lineal.


Resulta adecuado para aplicaciones industriales tales como
máquinas herramienta, máquinas de empaquetado, máquinas
de etiquetado, guardas industriales, mecanismos de
transferencia de cargas, etc.

Por último, observamos la guía en "V" (fig. 18). Normalmente se emplea para soportar
grandes cargas verticales, aunque también es capaz de absorber ciertas fuerzas laterales
- Guía en cola de milano (fig. 19). Son muy habituales y se pueden encontrar en un sinfín de
mecanismos, a pesar de que su mecanización es costosa. Este tipo de guías es empleado en carros de
tamaño pequeño o mediano, ya que ocupan un espacio reducido.
En las superficies de contacto de las guías aparecen fuerzas de rozamiento que se oponen al movimiento.
Debe intentarse que estas sean lo menores posibles, por lo que siempre se aplicará una lubricación adecuada
y todas las superficies deberán encontrarse en perfecto estado. Toda la energía que se pierda en el rozamiento
implicará pérdida de trabajo, en consecuencia disminuirá el rendimiento de la maquina o instalación

b) Guías de rodadura. Si entre las superficies de contacto que se establecen en el guiado, se introdujese un elemento rodante, la zona de rozamiento
disminuiría considerablemente. De este principio se derivan las guías de rodaduras, en las cuales mediante la aplicación intermedia de bolas o
rodillos se consigue un guiado adecuado. Así se logra una recirculación de estos elementos y se obtienen menores coeficientes de rozamiento en el
deslizamiento y movimientos más precisos y suaves figs. 20 y 21

Fig. 21 En esta imagen podemos ver una guía deslizante con patines para cargas
elevadas. Este acoplamiento deslizante está basado en un sistema de rodamientos
con retorno que proporciona un recorrido ilimitado. Además presenta otras ventajas
como:
- Alta capacidad de transporte de carga.
- Pueden intercambiarse entre carriles.
- Resisten cargas basculantes
- Suelen ir provistas de juntas de sellado para impedir la penetración de
partículas así como facilitar una correcta lubricación de la guía.
- Suelen exigir poco mantenimiento.
Las guías poseerán una dureza tal que, cuando estén sometidas a los esfuerzos propios del trabajo, los elementos rodantes no dejen marcas impresas.
Suelen emplearse cuando se requieren movimientos exactos, por lo que se acoplan a máquinas de precisión. Aunque existen muchos tipos, las guías de
rodadura suelen constituirse, tal y como vimos en las figuras anteriores, por bolas o ruedas. Independientemente del sistema, estos elementos que
generan la rodadura normalmente lo hacen sobre guías circulares o en forma de "V"
En definitiva, las guías de rodadura se basan en el mismo principio de funcionamiento que los rodamientos. El elemento posee unas guías rectificadas
con unas superficies de rodadura, por donde circulan las bolas o cilindros, que dan vueltas a un circuito de un bloque precargado y que se fija al
elemento móvil de la máquina. Para cada guía se suele montar un mínimo de dos bloques, pero cuanto mayor sea la parte móvil más bloques será
necesario montar. La duración de estas guías es mayor que las de deslizamiento, pero debido a su reciente incorporación en el mercado no se puede fijar
con exactitud la vida útil de las mismas.
Poseen la ventaja de no necesitar ajuste y de exigir un mantenimiento muy inferior al de las guías hidrodinámicas.
c) Guías hidrostáticas. Este sistema se basa en la utilización de aceite a presión para mantener una separación constante entre las partes de la guía que
se deslizan. Debido a esta característica se obtiene un bajísimo coeficiente de rozamiento y la eliminación total del efecto stick-slip, por lo que el
movimiento que se consigue es suave y exento de vibraciones. Evidentemente, con este sistema se eliminan totalmente las posibles holguras que
pudiesen existir en otros y las guías no se desgastan, ya que no existe ningún tipo de contacto entre las superficies metálicas que se desplazan. Es un
procedimiento caro de aplicar y empleado en casos en los que la precisión de movimiento es esencial y el mecanismo debe ser sumamente exacto.
Reglaje del juego de guías
Debido al uso de las guías y al rozamiento que se establece entre sus piezas, se producen desajustes y pérdidas de precisión en el guiado. A causa de esto
las guías deslizantes disponen de mecanismos para realizar la compensación de los juegos que hayan podido adquirir. Una vez realizada esta operación
de regulación, la guía volverá a tener las condiciones primitivas de funcionamiento. Este ajuste se realiza mediante planos inclinados que acercan o
separan las superficies, pero las guías hidrodinámicas tienen una vida limitada de 10-12 años. Después de este tiempo se tendrían que volver a
rasquetear las superficies.
Normalmente el reglaje se realiza mediante el ajuste de una regleta o listón que se encuentra alojada entre el carro y la bancada (figs. 22 y 23). Para
poder acceder a esta regleta, los carros van provistos de una serie de tornillos (fig. 24) que al operar sobre ellos se produce el desplazamiento del listón
y, por consiguiente, el ajuste de los juegos producidos. Las caras activas de la regleta tienen la misma forma, acabado y características que la guía (fig.
25).
Fig. 24 Mediante el tornillo de ajuste, que podemos ver en este dibujo, conseguimos desplazar la
regleta hasta la posición adecuada. Una vez logrado este posicionamiento, fijamos el tomillo de
bloqueo.

Cuando se hace el reglaje se debe lograr un movimiento suave y sin holguras. Según sea el tipo de guía se seguirán los siguientes procedimientos.
-Guías planas: para conseguir un correcto deslizamiento se añadirán o quitarán láminas metálicas entre las dos piezas desmontables que
materializan la guía (fig. 26).
-Otras guías: en los demás casos, el ajuste se lleva a cabo mediante el desplazamiento de las regletas, que se obtiene con el ajuste de
los tornillos (fig. 27).

Podemos encontrar regletas que poseen una sección constante, es decir, tienen
las mismas medidas en toda su longitud. Cuando esto sucede, la guía se ajusta
mediante una serie de tornillos dispuestos a lo largo de la bancada de la
máquina (fig. 28).
Otro tipo de lengüeta que podemos encontrar es aquella que tiene forma de cuña. Se ajusta mediante un tornillo colocado en su cabeza. Al apretarlo se
introduce la lengüeta y por su inclinación se reduce la holgura entre la parte móvil y la fija de la guía (fig. 29). Se puede intuir el funcionamiento de
este sistema en la figura 30

Fig. 29 Guía de ajuste inclinada Como se puede observar en esta figura, el Fig. 30 Podemos ver la forma de cuña que posee la regla y
tomillo de ajuste va provisto de un saliente que se introduce en la regla. Además, como al hacer girar el tornillo se desplaza en uno u otro
este tornillo va roscado en el carro. Al girarlo desplaza la cuña, por lo que se sentido aumentando o disminuyendo la holgura.
gradúa el juego entre el carro y el soporte. Una vez ajustado, el conjunto se fija
apretando la tuerca de seguridad.

Montaje de guías
Debemos conocer ciertas particularidades del montaje:
- Según se observa en la figura 31, la superficie "A" estará rectificada, lo que implica un buen
acabado superficial. Se tomarán las medidas necesarias para evitar dañar esta superficie en las
operaciones de montaje
- La zona "B" tendrá que apoyar uniformemente en toda su superficie a lo largo de toda la regleta,
- Las guías tendrán la misma forma y dimensión en toda su longitud, por lo que se deberán
verificar sus formas, intentando apreciar deformaciones o irregularidades.
- Las mechas de la figura 32 se introducen transversalmente. Posteriormente, se sujetan con unos
tornillos dispuestos a tal efecto.
Los listones para ajustar las guías en cola de milano, bien sean de sección constante o chavetas inclinadas, se introducen longitudinalmente una vez
montados todos los demás elementos del conjunto (fig. 33). Esta operación se debe realizar por deslizamiento suave del listón entre el carro y su
soporte.

- Si nos fijamos, todos los tornillos de ajuste van provistos de una tuerca, que tal y como estudiamos en el tema "Elementos de Unión" nos sirve como
elemento de seguridad para asegurar el posicionamiento del tornillo una vez ajustado.
- La secuencia de montaje que se debe seguir en las guías en cola de milano es la siguiente (fig. 33);
1. Verificar las superficies de todos los componentes, comprobando su perfecto estado o subsanando las deficiencias encontradas
2. Introducir el carro.
3. Colocar la lengüeta deslizándola longitudinalmente, fijándose en su posición, en las ranuras de engrase y en los orificios donde irán
ajustados los tornillos.
4. Introducir los tornillos de ajuste apretándolos convenientemente e ir probando como se desliza el carro sobre el soporte hasta que el
ajuste sea el adecuado.
5. Apretar la tuerca sobre el carro, de forma que ejerza presión sobre el tornillo de ajuste y, por lo tanto, imposibilite el movimiento de éste.
Construcción y materiales empleados en las guías
Hablaremos fundamentalmente de las guías de deslizamiento. Se construyen habitualmente con el mismo material que la bancada de la máquina donde
irán dispuestas. También se suelen dar tratamientos superficiales a las zonas de rozamiento para aumentar su dureza, incluso irán rectificadas o
rasqueteadas para proporcionar un gran acabado superficial y por consiguiente menor coeficiente de rozamiento y mayor precisión de movimiento. En
algunas ocasiones se colocan guías postizas de acero aleado, tratado y rectificado, que suelen ir atornilladas a la bancada de la máquina.
Lubricación de guías ranuras de lubricación y forma de protegerlas
Como hemos estudiado en este tema, las guías de deslizamiento hidrodinámicas deben ser frecuentemente lubricadas. Nos remitiremos al manual de la
máquina para saber con precisión el aceite que deberemos utilizar. No obstante, existen aceites específicos que contienen aditivos para mejorar su
adherencia así como sus características antidesgaste y "stick-slip" (funcionamiento a saltos). Además, evitan la corrosión en los lugares donde es aplicado.
Habitualmente son aceites minerales y en la elección se suele diferenciar entre guías horizontales y verticales, siendo conveniente en cada caso un
tipo de aceite con unas características concretas. Un ejemplo se expone a continuación, donde para guías horizontales es conveniente elegir, según se
indica en la tabla, un aceite con una viscosidad menor, por ejemplo el de 32 6 68, y para guías verticales emplear el 220.

El engrase continuo de este tipo de guías se obtiene habitualmente mediante unas bombas que, bien sean manuales (fig. 34) o automáticas, efectúan el
engrase a todas las guías y carros.
El aceite se distribuye por unas ranuras de engrase que pueden adquirir distintas formas y dimensiones (figs. 35 y 36). Su misión es que el aceite se reparta
uniformemente por toda la superficie de la guía. La ausencia de esta capa de lubricante produciría el aumento del rozamiento, la pérdida de mayor cantidad
de energía transformándose en calor y, por lo tanto, podría ocasionar el "gripado de las piezas.

Fig. 34 Bomba de accionamiento Fig.35 Vemos dos formas de ranuras de Fig. 36 Este tipo de ranuras de engrase
manual para el engrase de guías engrase en zig-zag recibe el nombre de "Patas de araña"
Utilizada habitualmente en guías
prismáticas
En las siguientes imágenes observamos distintas formas de introducir el aceite en las ranuras de engrase (figs. 37 y 38)

Fig. 37 En este caso observamos el orificio por Fig.38 Podemos ver la forma de distribución
donde se introduce el aceite para hacerlo llegar a interior del aceite para hacerlo legar a los puntos de
la ranuras de engrase. engrase

Las guías suelen ir protegidas en sus extremos, con el fin de evitar la penetración de impurezas a las superficies de deslizamiento (fig. 39). Estas
protecciones pueden ser metálicas o de goma. Ambas tendrán la posibilidad de adaptarse a la zona de la guía que deban proteger.
Bloqueo de las guías
En algunas ocasiones, es necesario bloquear los carros una vez ajustados en posiciones determinadas. Con esta fijación, además de un
posicionamiento concreto, se reducen las posibles vibraciones que se transmiten al carro, por lo que la máquina trabajará de forma más precisa. Estos
mecanismos suelen ser sencillos, ya que consiguen el bloqueo mediante una presión constante en las guías móviles. Esta fuerza se puede obtener
mediante un medio mecánico (fig. 40) o hidráulico.
FIN
REALIZADO POR: JOSE DANIEL DIAZ CARDENAS

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