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¿ES PRESUPUESTO VÁLIDO, EL INGRESO DE

LOS EFECTIVOS POLICIALES, AL INTERIOR


DE UN DOMICILIO SIN CONSENTIMIENTO
DEL QUE LO HABITA, CON EL PRETEXTO DE
LA FLAGRANCIA DELICTIVA, EN CASOS DE
TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS?

Mg. AMÉRICO DARÍO GUTIÉRREZ


PINEDA.
Artículo 2.9 de la Constitución Política del Estado Peruano
Toda persona tiene derecho a la inviolabilidad del domicilio. Nadie
puede ingresar en él ni efectuar investigaciones o registros sin
autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo
flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Las excepciones
por motivos de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley.

El Tribunal Constitucional, en cuanto al derecho a la inviolabilidad de


domicilio, ha precisado que, es el espacio físico y limitado de carácter
privado e íntimo, que la propia persona elige para domiciliar,
quedando facultada para poder excluir a otros de dicho ámbito
impidiendo o prohibiendo la entrada en él. (Fundamento 10 del
expediente Nro. 03691-2009-PHC/TC-Cajamarca, de fecha 18 de marzo
del año 2010-Caso Luz Emérita Sánchez Chávez y otro).
Entonces, a través del derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio
no se protege cualquier espacio físico, sino aquel que sea compatible
con la esfera de privacidad de la persona. Por tal razón, de ninguna
manera se puede considerar como domicilio, por ejemplo, los lugares que
por su naturaleza, actividad o función se encuentran expuestos al público.

Ahora, la intromisión en el espacio físico e íntimo (domicilio) con el


consentimiento del titular de este derecho resulta legítima, siempre que el
pedido de ingreso manifieste de manera indubitable el motivo preciso
de su cometido y que a su vez sea plenamente comprendido por el
sujeto pasivo, para decidir por la intrusión en el ámbito de su intimidad.
Sin dicho presupuesto tal autorización resulta inválida. (Fundamento 13
del expediente Nro. 03691-2009-PHC/TC-Cajamarca, de fecha 18 de marzo
del año 2010-Caso Luz Emérita Sánchez Chávez y otro).
 
En todo caso, ha de exigirse para el acto del consentimiento la presencia del
Fiscal o de su abogado defensor. (Recurso de Nulidad Nro. 2874-2013-
Santa, de fecha 13 de marzo del año 2014-caso José Roberto Cáceres
Quezada).
 
Por tanto, el pedido de autorización para el ingreso del domicilio realizado
por una o varias personas; la policía o los funcionarios públicos, debe
expresar con claridad el motivo de tal intromisión, resultando que de su
concesión no pueden derivarse otros supuestos ajenos a lo que fue
autorizado (expresa o implícita). (Fundamento 14 del expediente Nro.
03691-2009-PHC/TC-Cajamarca, de fecha 18 de marzo del año 2010-Caso
Luz Emérita Sánchez Chávez y otro).
 
Ahora, el dispositivo de la Norma Fundamental que tutela el derecho a la
inviolabilidad de domicilio, señala los supuestos de excepción a la
autorización de ingreso o registro del domicilio, precisando que cabe su
intervención en caso de "(...) flagrante delito o muy grave peligro de su
perpetración. Las excepciones por motivos de sanidad o de grave
riesgo son reguladas por la ley", estas dos últimas referidas a un estado
de necesidad o fuerza mayor.
 
Artículo 68 del CPP (Atribuciones de la Policía
1.- La Policía Nacional en función de investigación, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo anterior y en las normas sobre investigación, bajo
la conducción del Fiscal, podrá realizar lo siguiente:
j) Allanar locales de uso público o abiertos al público.
Artículo 214 del CPP (Solicitud y ámbito del allanamiento)
1.- Fuera de los casos de flagrante delito o de peligro inminente de su
perpetración, y siempre que existan motivos razonables para considerar
que se oculta el imputado o alguna persona evadida, o que se
encuentran bienes delictivos o cosas relevantes para la investigación, el
Fiscal solicitará el allanamiento y registro domiciliario de una casa
habitación, casa de negocio, en sus dependencias cerradas, o en recinto
habitado temporalmente, y de cualquier otro lugar cerrado, siempre
que sea previsible que le será negado el ingreso en acto de función a un
determinado recinto.
2.- La solicitud consignará la ubicación concreta del lugar o lugares que
habrán de ser registrados, la finalidad específica del allanamiento, las
diligencias a practicar, y el tiempo aproximado que durará.
Artículo 259.- Detención Policial
La Policía Nacional del Perú detiene, sin mandato judicial, a quien
sorprenda en flagrante delito. Existe flagrancia cuando:
1.- El agente es descubierto en la realización del hecho punible.
2.- El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto.
3.- El agente ha huido y ha sido identificado durante o inmediatamente
después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o por
otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual,
dispositivos o equipos con cuya tecnología se haya registrado su imagen, y
es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas de producido el hecho
punible.
4.- El agente es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas después
de la perpetración del delito con efectos o instrumentos procedentes de
aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales en sí
mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o participación en
el hecho delictuoso.
En esa línea de ideas, el Tribunal Constitucional, en referencia a la
detención policial bajo el supuesto de la flagrancia delictiva, ha establecido
en reiterada jurisprudencia que la flagrancia en la comisión de un delito
presenta la concurrencia de dos requisitos insustituibles: a) la inmediatez
temporal.- Que el delito se esté cometiendo o que se ha cometido instantes
antes de su intervención; y b) la inmediatez personal o corporal.- Que el
presunto delincuente se encuentre en el lugar de los hechos en el momento
de la comisión del delito y esté relacionado con el objeto o los instrumentos
del delito, ofreciendo una prueba evidente de su participación en el hecho
delictivo. (Fundamento 16 del expediente Nro. 03691-2009-PHC/TC-
Cajamarca, de fecha 18 de marzo del año 2010-Caso Luz Emérita Sánchez
Chávez y otro).
Es decir, se necesita de (i) percepción directa y efectiva del hecho por
el efectivo policial – visto directamente o percibido de otro modo por
material fotográfico o fílmico, y de (ii) necesidad urgente de la
intervención policial (Sentencia del Tribunal Supremo Español 472/1997,
de catorce de abril). Es imperativo, entonces, que para la legalidad
constitucional de la diligencia de allanamiento y registro se advierta la
presencia del delincuente en el mismo teatro de los hechos cometiendo un
delito o huyendo inmediatamente tras su comisión, si esto es así formará
parte del teatro de los hechos el domicilio allanado y registrado.

 
De modo que, la flagrancia es un instituto procesal con relevancia
constitucional que debe entenderse como una evidencia del hecho
delictuoso respecto de su autor. Así, la flagrancia se configurará cuando
exista un conocimiento fundado, directo e inmediato del hecho punible
que se viene realizando o que se acaba de realizar instantes antes,
situación en la que, por su particular configuración, es necesaria la
urgente intervención de la Policía para que actúe conforme a sus
atribuciones. (Fundamento 17 del expediente Nro. 03691-2009-PHC/TC-
Cajamarca, de fecha 18 de marzo del año 2010-Caso Luz Emérita Sánchez
Chávez y otro).
 
Por tanto, resulta legítimo el ingreso de los efectivos de la Policía
Nacional, en el domicilio de una persona sin su previa autorización, en
los casos de flagrancia estricta y de cuasi flagrancia, siempre que se
tenga conocimiento fundado, directo e inmediato, que deje constancia
evidente de la realización de un hecho punible, el gravísimo peligro de
su perpetración o en caso de la persecución continuada del infractor
que se refugia en él.
En este contexto el Tribunal Constitucional, concluye que la intervención
urgente sancionada para los casos de flagrancia se justifica
constitucionalmente respecto de los delitos de consumación instantánea,
pues en los delitos permanentes no se configuraría, en principio, la
situación de urgencia que impida recabar la autorización judicial
correspondiente. Por consiguiente, en los delitos de tenencia de armas,
drogas, contrabando y otros, cuya posesión continuada se indica como
almacenada al interior de un domicilio, se requerirá la previa
autorización judicial; pues, aun cuando puedan presentarse de manera
concurrente los requisitos de la flagrancia delictiva, en los delitos
permanentes se presenta el decaimiento del supuesto de la extrema
urgencia. (Fundamento 19 del expediente Nro. 03691-2009-PHC/TC-
Cajamarca, de fecha 18 de marzo del año 2010-Caso Luz Emérita Sánchez
Chávez y otro).
En consecuencia, una información confidencial, una denuncia verbal o llamada
telefónica de una tercera persona que denuncia la posesión de objetos o
elementos ilícitos (droga, armas, vehículos sustraídos, cosas del contrabando,
etc) en el interior de un domicilio no puede comportar el conocimiento fundado,
directo e inmediato de la realización del hecho punible (que se viene realizando o
que se acaba de realizar instantes antes) que habilite a la autoridad pública a
prescindir del mandato judicial correspondiente pretextando la configuración de la
situación delictiva de la flagrancia; toda vez que, aquella presuntamente se habría
configurado recién en el interior del domicilio, lo cual resulta contrario a lo
establecido líneas arriba; es decir, en pureza, el primer acto de ingreso y registro del
predio fue inconstitucional y, por ende, el segundo acto, de ocupación de los bienes
delictivos, por ser prueba derivada o indirecta, también será ilícita, y, por tanto,
ambos actos deben ser inutilizados o excluidos para formar la convicción judicial (en
aplicación de la doctrina norteamericana de los frutos del árbol envenenado-si la raíz
del árbol está envenenada, los frutos que produce también); salvo los casos de
hallazgo inevitable (en la excepción del descubrimiento inevitable hay actuaciones
lícitas en curso encaminadas a probar el delito), o casual (no hay actuaciones lícitas
en curso). (Quinto considerando de la Casación Nro. 553-2018-Lambayeque, de
fecha 11 de setiembre del año 2019-caso Marco Antonio Olono Polo).
Por lo que, la persona que habita en el domicilio o la persona que conoce el
hecho debe poner en conocimiento del representante del Ministerio Público, a
fin de que proceda conforme a sus atribuciones, es decir investigue a los
efectivos policiales por el presunto delito de allanamiento ilegal de
domicilio, previsto y sancionado en el artículo 160 del Código Penal que
señala: El funcionario o servidor público que allana un domicilio, sin las
formalidades prescritas por la ley o fuera de los casos que ella determina, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres
años e inhabilitación de uno a dos años conforme al artículo 36, incisos 1, 2 y
3.
 
Por otro lado, deben ser excluidos por el Juez todas las fuentes o medios de
pruebas que han sido obtenidos con vulneración del contenido esencial de los
derechos fundamentales de la persona, por ser prueba ilícita, de modo que, de
ninguna manera podrá ser utilizada directa o indirectamente en el proceso.
Prueba ilícita.- Es aquella obtenida o practicada con la vulneración de un
derecho fundamental o aquella cuyo medio probatorio ha sido practicado
infringiendo un derecho fundamental.
Por tanto, la validez o invalidez de una fuente de prueba depende
exclusivamente de que su obtención se haya llevado a cabo con estricto
respeto de los derechos fundamentales”. Si bien existe la necesidad de
perseguir el delito, ello debe realizarse respetando los derechos
fundamentales, la persecución del delito y la investigación de la verdad
poseen límites necesarios derivados de la necesidad de respeto a la
dignidad de la persona humana y la vigencia de un Estado Constitucional
de Derecho; de otro modo se correría el riesgo de socavar valores
colectivos, institucionales e individuales. Tan importante como averiguar la
verdad es respetar los derechos fundamentales de los ciudadanos y las
garantías mínimas de la dignidad de la persona humana, por ser el fin
supremo de la sociedad y del Estado. Como ha señalado el Tribunal
Constitucional alemán: “La averiguación de la verdad no puede
lograrse cualquier precio”.
Generalmente, los derechos constitucionales que se suelen afectar en la
obtención de fuentes de prueba son: el derecho a la integridad física, la
libertad personal, el derecho de intimidad, a la propia imagen, la
inviolabilidad del domicilio, el secreto de las comunicaciones, etc.

La prueba irregular.- Es aquella obtenida, propuesta o practicada con


infracción de la normativa procesal que regula el procedimiento
probatorio, pero sin afectación nuclear de los derechos fundamentales; es
decir se viola el procedimiento para incorporar un medio de prueba. Es
subsanable en su oportunidad.
Ejemplo: El Fiscal ofrece como prueba el acta de incautación que realizó
en delito flagrante, pero que no había requerido la resolución
confirmatoria ni ha sido confirmada por el Juez, y de esto se da cuenta el
abogado, y solicita que no puede ser valorado o admitido, por ser una
prueba irregular, en vista de que no se habría cumplido con lo estipulado
en el numeral 2 del artículo 218 del Código Procesal Penal, sobre la
exhibición e incautación de bienes.
El numeral 2 del artículo 218 del Código Procesal Penal, sobre la
exhibición e incautación de bienes señala: La policía no necesitará
autorización del fiscal ni orden judicial cuando se trata de una intervención
en flagrante delito o peligro inminente de su perpetración, de cuya
ejecución dará cuenta inmediata al Fiscal. Cuando existe peligro por la
demora, la exhibición o la incautación debe disponerla el Fiscal. En todos
estos casos, el Fiscal una vez que tomó conocimiento de la medida o
dispuso su ejecución, requerirá al Juez de la Investigación Preparatoria la
correspondiente resolución confirmatoria.

Artículo VIII.- Legitimidad de la prueba


1.- Todo medio de prueba será valorado sólo si ha sido obtenido e
incorporado al proceso por un procedimiento constitucionalmente
legítimo.
2.- Carecen de efecto legal las pruebas obtenidas, directa o
indirectamente, con violación del contenido esencial de los derechos
fundamentales de la persona.
Artículo 155.- Actividad probatoria
1.- La actividad probatoria en el proceso penal está regulada por la
Constitución, Ios Tratados aprobados y ratificados por el Perú y por este
Código.
2.- Las pruebas se admiten a solicitud del Ministerio Público o de los
demás sujetos procesales. El Juez decidirá su admisión mediante auto
especialmente motivado, y sólo podrá excluir las que no sean
pertinentes y prohibidas por la Ley. (En la audiencia preliminar de
control de acusación).
En el fundamento 17 del Acuerdo Plenario 4-2010/CJ-116, de fecha 16
de noviembre del año 2010, se señala: “Asimismo, a través de la audiencia
de tutela se podrá solicitar la exclusión del material probatorio obtenido
ilícitamente -en los casos en que ésta sea la base de sucesivas medidas o
diligencias- siempre que no exista una vía propia para alcanzar este
propósito y que tenga que ver con la afectación o vulneración de alguno de
los derechos fundamentales del imputado reconocido en el artículo 71º
NCPP”.
Artículo 157.- Medios de prueba
1.- Los hechos objeto de prueba pueden ser acreditados por cualquier
medio de prueba permitido por la Ley. Excepcionalmente, pueden
utilizarse otros distintos, siempre que no vulneren los derechos y
garantías de la persona, así como las facultades de los sujetos procesales
reconocidas por la Ley. La forma de su incorporación se adecuará al
medio de prueba más análogo, de los previstos, en lo posible.

Artículo 159.- Utilización de la prueba


El Juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o
medios de prueba obtenidos con vulneración del contenido esencial
de los derechos fundamentales de la persona.

Artículo 202.- legalidad procesal


Cuando resulte indispensable restringir un derecho fundamental para
lograr los fines de esclarecimiento del proceso, debe procederse
conforme a lo dispuesto por la Ley y ejecutarse con las debidas
garantías para el afectado.
Excepciones a la prueba ilícita
 
1.- La confesión voluntaria del imputado.- Se admite que la confesión
voluntaria del acusado es idónea para fundamentar una sentencia de
condena aunque verse sobre datos o informaciones obtenidas mediante la
violación de un derecho fundamental, es decir, se permite, con la
confesión voluntaria del imputado, romper la conexión entre la prueba
ilícita y la derivada.

Esta excepción ha sido establecida por el Tribunal Supremo


norteamericano, en el caso Oregón vs Elstast, 470 US (1985) donde, si
bien no se admitió la validez de la primera confesión del detenido
practicada sin haber sido informado de su derecho a mantener silencio
conforme a lo exigido en las reglas Miranda, se admitió la validez de una
nueva confesión realizada en presencia de su abogado con posterioridad
tras la información de sus derechos por la policía.
2.- Buena fe en la actuación policial.- Es cuando la policía hubiere actuado
de buena fe en el desarrollo de sus investigaciones y con total respeto a los
derechos fundamentales. Esta excepción nace en el derecho norteamericano;
la aprecia el TS, en el caso León vs. United States, en el que la policía llevó
a cabo un registro domiciliario actuando de conformidad con un
mandamiento judicial que consideraba ajustado a derecho. Sin embargo, con
posterioridad, un órgano judicial superior estimó que dicho mandamiento
había vulnerado los derechos fundamentales, al haberse dictado sin concurrir
causa probable. A pesar de eso, el Tribunal Supremo admitió la validez de
las pruebas obtenidas en el registro al entender que los agentes de la
autoridad habían actuado de buena fe (good faith exception), creyendo que
su conducta se hallaba amparada por un mandamiento judicial legal.

Otro ejemplo: El efectivo policial escucha gritos de dolor en el interior de un


domicilio, y al ingresar pensando salvar a la persona, encuentra a varios
sujetos consumiendo droga con menores de edad.
3.- Excepción del descubrimiento inevitable.- Conforme a esta
excepción, no se excluiría una prueba derivada de otra ilícita o
inconstitucional cuando al resultado probatorio de la primera se hubiera
llegado inevitablemente por el curso normal de la investigación. Esta
excepción ha sido plasmado por el Tribunal Supremo norteamericano en el
caso Nix vs. Williams, en el que durante un interrogatorio ilegal el acusado
se declaró culpable de un homicidio y condujo a la policía al lugar donde
había enterrado el cadáver. El Tribunal excluyó la confesión ilegal del
acusado, pero no el cuerpo de la víctima que se encontró como resultado
del interrogatorio ilegal, ya que éste habría sido encontrado
inevitablemente pocas horas después del interrogatorio ilícito, porque la
policía estaba buscando el cadáver en la misma zona en la que finalmente
se halló.
4.- La ponderación de intereses
Esta doctrina ha sido desarrollada fuertemente por el derecho continental europeo, y sostiene que la
aplicación de la exclusión de la prueba prohibida está supeditada a la relación de importancia y
gravedad que tengan el acto ilegal (violación constitucional) y las consecuencias negativas de su
eventual ineficacia (exclusión). El balancing test-prueba de equilibrio, es la adaptación estadounidense
de tal excepción. Efectivamente, esta doctrina consiste en “hacer valer una prueba ilícita en base a
criterios de proporcionalidad, dados en la relación existente entre la gravedad de la infracción a las
reglas probatorias, la entidad del hecho objeto del proceso y el daño que derivaría de su extirpación”.
Este principio no hace lícita la prueba prohibida, sino que, no obstante su ilicitud, se le valora por que
otros intereses de jerarquía constitucional más importantes así lo exigen.
Ejemplo 1: Roxin: “cuando una persona privada haya registrado en forma secreta en videocasete una
conversación con el imputado sobre un incendio planeado, puede ser valorado como medio de prueba”.
Ejemplo 2: Igualmente se admitió en el famoso caso “Gallo”, la validez
de una confesión hecha sobre un crimen cometido, y que había sido
grabado por periodistas. Aquí se aplica la teoría del riesgo, pues “el riesgo
de ser oído o de la delación por parte del interlocutor al que Gallo confió
información.

5.- El caso probable


En el caso United States vs. Souza, un tribunal de apelaciones permitió la
presentación de pruebas obtenidas sin orden judicial porque el Fiscal
había dado los pasos necesarios para obtener la orden, aunque la policía
no la tenía en mano cuando efectuó el registro. En United States vs.
Brown, un tribunal de apelaciones rechazó tal criterio. Sostuvo que
aceptar dicho planteamiento eliminaría el requisito de una orden judicial
previa a un allanamiento en todos los casos en los que la policía tuviera
suficientes pruebas para solicitar una orden judicial, pero que, sin
embargo, no lo hizo. La mayoría de los tribunales lo han rechazado.
6.- Conexión de antijuridicidad de las pruebas
Es la relación entre la prueba ilícita y las restantes pruebas de cargo.
 
Para poder apreciar si existe o no la referida conexión de antijuridicidad,
es necesario atender a la posible independencia de la prueba derivada
respecto de la ilícita, es decir, si la prueba derivada nunca pudo existir sin
la previa existencia de la prueba ilícita por depender completamente de
ésta como única y exclusiva fuente de generación, nos encontraremos ante
la denominada conexión de antijuridicidad y por tanto dicha prueba
derivada quedará afectada por la ilicitud. Por el contrario, si dicha prueba
derivada goza de cierta independencia respecto de la prueba ilícita, por no
haber sido esta su única fuente de generación, sería posible su valoración
como prueba al no haber quedado contaminada por la ilicitud (Fuente
independiente).
Ejemplos:

a.- Recurso de Nulidad Nro. 2900-2016-Lima, de fecha doce de


septiembre del año dos mil diecisiete-caso Yeirzon Alminco Ramírez.
(…) Según la declaración de Vidalina Medina Taboada; nos daría la
apariencia de que el ingreso a dicho domicilio a fin de realizar el
allanamiento se habría realizado con la autorización de esta; sin embargo,
revisado su declaración preliminar, se advierte que se habría ingresado a
dicha vivienda utilizando temor e intimidación sobre la testigo al
manifestarle un presunto secuestro de una menor de edad; asimismo,
amenazaron con derribar la puerta, por lo que la testigo a fin de evitar ello
fue en búsqueda de las llaves y procedió abrir la puerta; ello ha quedado
corroborado con su declaración en juicio oral; por todo ello, resulta
pertinente señalar que la prueba fundamental que dio origen al presente
caso es ilegal, pues no cumple con los presupuestos de licitud para que este
produzca certeza y convicción en el juzgador respecto a los hechos
sometidos a decisión, en tal sentido corresponde absolver al acusado.
b.- Recurso de Nulidad Nro. 2874-2013-Santa, de fecha trece de marzo
del año dos mil catorce-caso José Roberto Cáceres Quezada. (…) Según
el efectivo policial Eder Nolasco Romero, el imputado fue intervenido a
cinco metros de su casa, sin droga, no hay modo de establecer desde las
ventanas que en el interior del predio existía droga, tampoco la información
confidencial que tenían mencionaba su nombre, solo contaban con
información confidencial de que en un predio presumiblemente se
comercializaba droga, en la operación no participó la Fiscalía, se le quitó la
llave al procesado y se ingresó a la casa, donde se habría encontrado droga.
El imputado Cáceres Quezada en su declaración plenarial ha señalado que
nunca entregó las llaves de su casa, sino que se la quitaron para ingresar,
aunque en sede policial mencionó que al solicitársela entregó las llaves. Una
vecina del encausado, Victoria Soledad Cruz Dionicio mencionó que fue la
policía quien abrió la puerta de la vivienda del imputado. Frente a las
versiones contradictorias del imputado ha de acudirse a las demás pruebas
actuadas, y estas, en especial la del policía y de la vecina, son contundentes:
refuerzan lo que se expresó en el acto oral.
Por tanto, no es posible sostener que medió flagrancia delictiva en el acto de
la detención, y en consecuencia la obtención de pruebas es ilícita, de
valoración prohibida, que determinaría, por extensión, la exclusión de toda
fuente de prueba obtenida como consecuencia de ese acto antijurídico.
Tanto la prueba originaria como las derivadas son inutilizables para el
proceso penal en tanto la obtención de la primera es inconstitucional.
c.- Recurso de Casación Nro. 553-2018-Lambayeque, de fecha once de
setiembre del año dos mil diecinueve-caso Marco Antonio Olono Polo.
(…) La policía observó en la reja de acceso del inmueble allanado, al
imputado Olano Polo haciendo un presunto pase de drogas, quien al
percatarse de la intervención policial se dio a la fuga, subiéndose a los
techos del inmueble y de otros contiguos, en el piso se encontraron
cigarrillos usados que contenían cocaína – signo inequívoco, por tanto, es
patente que se dio una situación de flagrancia delictiva estricta, y el
ingreso al domicilio en este marco inmediato no fue ilícito. Se produjo en
un contexto de flagrancia delictiva y las actividades de averiguación
inmediatamente realizadas, sin solución de continuidad, dieron cuenta de
que ese domicilio era dedicado a la preparación de paquetes de droga para
su comercialización y en consecuencia no se incurrió en un supuesto de
prueba ilícita.
 
GRACIAS.

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