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Crecimiento vegetativo
e iniciación floral.
Introducción
Las semillas son estructuras reproductoras que
garantizan la supervivencia del embrión desde que
éste se separa de la planta progenitora hasta que
se inicia el crecimiento de la nueva plántula. Las
semillas son resistentes a la desecación, poseen
reservas nutritivas y, además, pueden presentar
dormición, estado en el que no es posible la
germinación bajo condiciones ambientales que
normalmente permitirían este proceso.
La dormición es una estrategia muy efectiva que asegura
la supervivencia de las especies regulando la germinación
en el espacio y en el tiempo. Las semillas sólo germinarán
cuando las condiciones ambientales permitan el óptimo
crecimiento de las plántulas y, por extensión, la realización
del ciclo vital. El control del inicio de la germinación es
esencial para la supervivencia de las especies.
Las giberelinas (GAs) se consideran los promotores
más potentes de la germinación y estimulan la
germinación de las semillas de gran número de
especies, son un grupo de diterpenoides que se
definen más por su estructura que por su actividad
biológica, contrario a lo que ocurre con las Auxinas y
Citocininas.
Las Giberelinas activas, fungen como reguladores
esenciales del desarrollo de las plantas y abarcan todos los
semblantes de lo que se refiere a la vida de las plantas
como: Germinación de semillas, crecimiento del tallo,
partenocarpia, expansión foliar, elongación de la raíz,
floración y liberación de enzimas hidrólicas. Solo las
Giberelinas biológicamente activas son las que cumplen
estas funciones, las no bioactivas prevalecen en el tejido
vegetal como predecesores de las formas bioactivas o
como metabolitos desactivados.
Generalmente, se localizan grandes niveles de giberelinas
en las partes reproductivas en comparación con las
vegetativas y en partes jóvenes en comparación con las
maduras. Estas son sintetizadas en los primordios
apicales de las hojas, en puntas de las raíces, en los
frutos, tejidos jóvenes y semillas en desarrollo. Se
sintetizan por la vía de los terpenoides.
Algunos de los efectos que induce esta hormona es la
inducción del crecimiento del tallo, regulación de la transición
entre la fase juvenil y el adulto, inducción de la floración y la
determinación sexual de la flor, así como la inducción de la
germinación además de promover la elongación intermodal