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REGIMEN DE ACCIDENTES DEL TRABAJO

Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
TEORIAS QUE EXPLICAN LA
REPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR

Toda relación laboral genera para el empleador


respecto del trabajador aparte de las obligaciones
específicas que nacen del contrato que le da origen,
una “obligación de seguridad” cuyo contenido es la
necesaria adopción de todas aquellas medidas
tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se
produzca algún accidente que pueda afectar la vida,
la integridad física o la salud del trabajador, dicha
obligación de seguridad se encuentra contenida en
el artículo 184 del Código del Trabajo.
A) Teoría subjetiva, de la culpa del empleador:

Al tiempo de vigencia de esta teoría, no existía, aún


un seguro de accidentes del trabajo que protegiera
al trabajador ante el riesgo del trabajo, así las
cosas, en el evento de que sufriera un accidente
quedaba entregado a la caridad o benevolencia de
su empleador, o la caridad pública, toda vez que
esta teoría, ya obsoleta, establecía que para poder
demandar al empleador por un accidente del
trabajo era necesario que se probará que éste se
había debido a su culpa.
De acuerdo con esta doctrina para que nazca la
obligación de indemnizar los daños sufridos por
una persona es necesario que el acto que origina o
ha ocasionado el daño debe ser moralmente
imputable al empleador, es decir , debido a su
culpa, debiendo probarse dicha culpa conforme a
las normas del derecho Civil, lo cual era muy
difícil de obtener toda vez que el Onus Probandi
corría por cuenta del trabajador, amen que, en
último caso, el empleador podía excusar su
responsabilidad alegando causa fortuita.
B) Teoría del riesgo contractual, o de la imprevisión

Esta teoría toma como base al contrato que une


a las partes, y señala que en virtud este, al
entregar el trabajador sus servicios al
empleador bajo su directiva, y mediante una
remuneración, el trabajador pasaba a formar
parte de la actividad productora del empleador,
y en consecuencia, el empleador debía
comprometerse a garantizar su salud desde la
iniciación del contrato y hasta su termino.
C) Teoría del riesgo profesional o teoría objetiva

Abandonada también la anterior teoría, nace la


teoría del riesgo profesional, basada en que la
responsabilidad del empleador no nace de su culpa
ni del contrato, sino que se deriva de la existencia
de la empresa misma, es decir, la sola ocurrencia de
un accidente conlleva responsabilidad del
empleador, excepto en los casos en que el accidente
se debe a fuerza mayor extraña y sin relación
alguna con el trabajo, o el accidente es producido
intencionalmente por la víctima.
D) Teoría de la responsabilidad social

Conforme a esta teoría, a la cual adscribe nuestra


legislación a partir de la dictación de la ley Nº 16.744,
en opinión del profesor Hector Humeres, la
interrupción del trabajo que sufre un accidentado, sea
esta temporal o permanente, le acarrea la
discontinuidad de sus ingresos, lo cual produce un
efecto en cadena, partiendo por él, su grupo familiar, la
empresa y la colectividad misma, como consecuencia
de ello, se dice, que este riesgo pasa a ser de carácter
social, y al ser social, es lógico que el sistema lo cubra
a través de un seguro obligatorio de carácter colectivo.
FINIQUITO Y ENFERMEDAD
PROFESIONAL

http://www.glosalaboral.cl/wp-content/
uploads/2012/09/NUEVA-SALA-
LABORAL-CS-6764-2015-Finiquito-y-
enfermedad-profesional.pdf
Carga prueba

http://diarioconstitucional.cl/noticias/
asuntos-de-interes-publico/2014/11/27/cs-
acoge-recurso-de-unificacion-de-
jurisprudencia-y-determina-carga-de-la-
prueba-de-empleador-en-materia-de-
accidentes-de-trabajo/
Jurisprudencia Judicial
“Que por lo expuesto, el empleador no tomó todas las medidas o
ellas no fueron suficientes, para evitar que en la faena se
produzcan accidentes y tomando en consideración que la
principal obligación del empleador es proteger y otorgar total
seguridad al trabajador, ya que conforme con el artículo 184 del
Código del Trabajo debe proteger eficazmente la vida y salud de
los trabajadores, es decir, con máxima responsabilidad y
acuciosidad porque los valores que debe preservar no son de
índole patrimonial sino la propia vida, integridad física y
psíquica y salud del trabajador, no cabe duda que responde de la
culpa levísima, de donde sólo es posible concluir que la
demandada incumplió esta obligación y es por tanto, responsable
de los daños sufridos por el actor en el accidente sufrido”
C. Suprema, 12.07.01, Rol N° 3680-00, R.C. Forma.
RÉGIMEN LEGAL DE ACCIDENTES DEL
TRABAJO Y ENFERMEDADES
PROFESIONALES

A) Personas protegidas por el seguro


El art. 2 de la ley 16.744 menciona a las
personas protegidas por el Seguro contra
Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales, específicamente enumeradas
en la forma que sigue:
a.-Todos los trabajadores por cuenta ajena,
cualesquiera que sean las labores que
ejecuten, sean ellas manuales o
intelectuales, o cualquiera que sea la
naturaleza de la empresa, institución,
servicio o persona para quien trabajen,
incluso los servidores domésticos y los
aprendices.
Por trabajadores por cuenta ajena se entiende a
todos los trabajadores cuyas relaciones laborales
con las entidades empleadoras, de cualquier
naturaleza que sea, se rijan por las disposiciones
del Código del Trabajo y leyes complementarias.

Por su parte, el Código del Trabajo, define en su


art. 3 letra b), lo que se entiende por trabajador,
expresando que es toda persona natural que
presta servicios personales, intelectuales o
materiales, bajo dependencia o subordinación, y
en virtud de un contrato de trabajo.
De esta forma, para entender que una
persona tiene el carácter de trabajador por
cuenta ajena, debe reunir los requisitos que
las disposiciones antes citadas establecen, a
saber:
- Que exista una prestación de servicios
personales.
- Que esta prestación de servicios se haga
en virtud de un contrato de trabajo.
b.- Los funcionarios públicos de la
Administración Civil del Estado,
Municipalidades y de instituciones
administrativas descentralizadas del Estado.

c.-Los estudiantes que deben ejecutar


trabajos que signifiquen una fuente de
ingreso para el respectivo plantel.
d- Artículo 3° Estarán protegidos también,
todos los estudiantes por los accidentes que
sufran a causa o con ocasión de sus estudios
o en la realización de su práctica profesional.
Para estos efectos se entenderá por
estudiantes a los alumnos de cualquiera de los
niveles o cursos de los establecimientos
educacionales reconocidos oficialmente de
acuerdo a lo establecido en la ley Nº 18.962,
Orgánica Constitucional de Enseñanza.
e) A partir de Marzo de 2019, se incorporan
los trabajadores a honorarios de forma
obligatoria, debiendo cotizar  siempre que el
monto bruto anual de sus ingresos sea igual o
mayor a cinco ingresos mínimos mensuales,
en el año calendario ($1.505.000 al año).

¿Quiénes están excluidos de la obligación


de cotizar?
Las mujeres de 50 años o más y los hombres
con 55 años o más, al 1 de enero de 2018.
 ¿Cuál es la base imponible sobre la cual se calcula las
cotizaciones?
La renta imponible que se considera corresponde al 80% del
conjunto de las rentas anuales brutas gravadas en el año
anterior a la declaración de impuesto a la renta respectiva.

 ¿Cómo se pagaran las cotizaciones de los trabajadores


independientes?
El pago de las cotizaciones será anual y se realizará en la
Declaración Anual de Impuesto a la Renta de abril de cada
año, con cargo a la devolución de impuestos del año anterior.
Esta obligación se inicia en la Declaración Anual de
Impuestos del 2019 por las rentas del 2018 dando cobertura
para las prestaciones desde julio de 2019 hasta junio de
2020.
¿Cómo funcionara la cobertura anual de
las distintas prestaciones de los
regímenes de prestación social?
El trabajador independiente pagará sus
cotizaciones previsionales en el proceso de
Operación Renta, lo que le otorgará derecho
a la cobertura anual de los distintos
regímenes de Seguridad Social, desde el 1
de julio del año de la Operación Renta,
hasta el 30 de junio del año siguiente.
La afiliación

Conforme lo establece el art. 4 de la ley 16.744,


la afiliación de un trabajador al Seguro contra
Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales será inmediata y automática, con
la sola afiliación hecha a una Caja de Previsión.
A partir del 1º de mayo de 1981, se comprendió
también a los trabajadores que se afilien a
alguna Administradora de Fondos de Pensiones
del nuevo sistema previsional.
Por otra parte y, respecto de los trabajadores
de contratistas o subcontratistas, el inc. final
del art. 4 de la ley 16.744 establece que el
dueño de la obra, empresa o faena, es
subsidiariamente responsable de las
obligaciones que, en materia de afiliación y
cotización, afecten a sus contratistas, respecto
de sus trabajadores. Igual responsabilidad
afectará al contratista respecto de las
obligaciones del subcontratista.
Contingencias cubiertas

La ley sobre Accidentes del Trabajo y


Enfermedades Profesionales distingue para
los efectos de las contingencias cubiertas
los accidentes del trabajo y las
enfermedades profesionales.
Accidentes del trabajo

 Conforme lo dispone el art. 5 de la ley


16.744, se entiende por accidente del trabajo
toda lesión que una persona sufra a causa o
con ocasión del trabajo, y que le produzca
incapacidad o muerte.
 Son también accidentes del trabajo los
ocurridos en le trayecto directo, de ida o de
regreso, entre la habitación y el lugar de
trabajo.
Con la expresión “a causa” se entiende que la causa
inmediata y directa del accidente es el trabajo, es
decir; durante la jornada laboral y en el lugar del
trabajo, y “con ocasión”, cuando el accidente ocurre a
raíz de un hecho conexo con el trabajo más o menos
útil a su ejecución, es decir; sufrido antes de la
jornada, durante la suspensión de ésta o después, sea
que ocurra dentro o fuera del lugar de trabajo, siendo
la única exigencia que entre la lesión y el trabajo
exista una indudable relación de causalidad. La
doctrina agrega un tercer requisito para que la lesión
sea accidente del trabajo; que se produzca por una
causa exterior anormal y, en general, repentina y
violenta.
Aquellos accidentes debidos a fuerza mayor
extraña, que no tenga relación alguna con el
trabajo, y los producidos intencionalmente por la
víctima, no serán calificados como accidentes de
trabajo, conforme a lo dispuesto por el inciso final
del artículo 5º de la Ley 16.744 Sobre Seguro
Social Contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales. Sin embargo,
respecto a los siniestros debidos a fuerza mayor, los
trabajadores accidentados no quedan excluidos
totalmente de la protección del Seguro, ya que
tendrán derecho a las prestaciones médicas
señaladas en el artículo 29 de la Ley N° 16.744.
Se distingue entre causas de origen humano
y causas de origen ambiental. Las causas de
origen humano se las define como cualquier
acción o falta de acción de la persona que
trabaja, lo que puede llevar a la ocurrencia
de un accidente laboral. En términos
generales se trata de una acción insegura
que provocó la ocurrencia de un accidente.
Elementos accidente del trabajo

1- Existencia de una lesión.

2- Que exista nexo causal entre el trabajo y


la lesión.

3- Que se haya producido incapacidad o


muerte.
Elementos accidente trayecto.

1- Racionalidad en el camino a seguir.

2- Camino normal o habitual.

3- Trayecto sin interrupciones.


Para la dirección del trabajo accidente de trayecto cabe
indicar que la contingencia que cubre la ley antes
referida es la correspondiente al infortunio que acontece
en el lugar físico que hay entre la entrada a la casa
habitación y la entrada al lugar de trabajo, siempre y
cuando el recorrido sea racional y no interrumpido. Así,
por ejemplo, no quedaría comprendido en el concepto de
accidente de trayecto el evento que acontece en el
antejardín de la casa habitación del trabajador pues
corresponde a parte de la propiedad que habita el
accidentado. Por el contrario, sería accidente de trayecto
si el evento ocurriera en los pasillos y escaleras de un
edificio, lugares que no son parte de su habitación sino
que corresponden a bienes comunes del edificio,
pertenecientes a la comunidad de copropietarios.
En cuanto al accidente de trayecto, el art. 7
del Decreto 101 dispone que la
circunstancia de haber ocurrido un
accidente de trayecto deberá ser acreditada
ante el respectivo organismo administrador
mediante el respectivo parte de Carabineros
u otros medios igualmente fehacientes.
Enfermedades profesionales

En lo que dice relación con las


enfermedades profesionales, el art. 7 de la
ley 16.744 establece que es enfermedad
profesional la causada de una manera
directa por el ejercicio de la profesión o el
trabajo que realice una persona y que le
produzca incapacidad o muerte.
El art. 16 del Decreto 109 que aprobó el
Reglamento para la calificación y evaluación de
los accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales, dictado de acuerdo al mandato
hecho por el art. 7 de la ley 16.744, dispone, por
su parte, que para que una enfermedad se
considere profesional es indispensable que haya
tenido su origen en los trabajos que entrañan el
riesgo respectivo, aún cuando éstos no se estén
desempeñando a la época del diagnóstico.
A su vez, el art. 19 del mismo Decreto señala
cuáles enfermedades se entiende que son
enfermedades profesionales, conforme una lista de
dolencias, la cual, de conformidad a lo establecido
por el art. 7 inc. 2 de la ley y art. 20 del decreto
109, debe ser revisada por la Superintendencia de
Seguridad Social, cada tres años, previo informe
de los Servicios de Salud. A igual revisión deben
someterse los agentes específicos que entrañan
riesgo profesional, conforme lo prescribe.
https://www.achs.cl/portal/trabajadores/Doc
uments/ds-109.pdf
Sin embargo, aun cuando la ley 16.744 y el
Decreto 109 establecen el listado de los agentes
específicos que entrañan riesgo profesional y las
enfermedades que deben entenderse como
profesionales, el art. 7 inc. 3 de la ley dispone
que los afiliados pueden acreditar ante el
respectivo organismo administrador el carácter
profesional de alguna enfermedad que no
estuviese enumerada en la lista a que se refieren
las disposiciones antes citadas y que, hubiesen
contraído como consecuencia directa de la
profesión o trabajo realizado.
Conforme lo dispone el art. 22 del decreto 109,
para ejercer el derecho ya mencionado, los
afiliados deben solicitar al Servicio de Salud que se
les practiquen los exámenes correspondientes. La
resolución la dictará la Comisión de Medicina
Preventiva e Invalidez de los Servicios de Salud, la
que debe ser consultada por el organismo
administrador a la Superintendencia de Seguridad
Social, la cual debe decidir dentro del plazo de tres
meses con informe del Servicio de Salud. (Art. 7
inc. final ley 16.744).
RIT O-37-2.014, RUC 1440000407-3 del
Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago
Cotización y financiamiento del seguro

Conforme lo dispone el art. 15 de la ley


16.744, el Seguro de Accidentes del Trabajo
y Enfermedades Profesionales se financia
con los siguientes recursos:
a.) Con una cotización básica general del
0.95% de las remuneraciones imponibles,
de cargo del empleador.
b.- Con una cotización adicional
diferencia establecida en función de la
actividad y riesgo de la empresa o entidad
empleadora, la que no puede exceder de un
3.4% de las remuneraciones imponibles,
que también es de cargo del empleador.

c.- Con el producto de las multas que


cada organismo administrador aplique de
conformidad a la ley.
http://www.dt.gob.cl/legislacion/1611/
articles-81771_recurso_1.pdf
Conforme lo dispone el art. 19 de la ley 16.744, el
régimen financiero del Seguro de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales es de
reparto, lo cual significa que la cotización que se
hace al sistema se destina a un fondo general, sin
que ninguno de los afiliados a él tenga derecho
sobre alguna cuota del citado fondo,
entendiéndose, además que cada afiliado por el
que se cotice lo hace en beneficio de aquellos que
se encuentran en estado de imposibilidad o
incapacidad.
¿Quién califica si el accidente es de origen común o del trabajo?

En primer término, debe señalarse que existen dos tipos de accidentes,


por una parte el accidente común, que es tratado conforme a las
condiciones del plan de salud que el trabajador haya convenido con su
ISAPRE o de acuerdo a la modalidad de atención que utilice en caso de
estar afiliado a Fonasa y, por otra parte, el accidente laboral, que es
tratado conforme a la ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales, caso en el cual el tratamiento debe realizarse en la mutual
de empleadores a la que esté afiliado el empleador o en los hospitales,
postas o policlínicos en caso que el empleador no esté afiliado a alguna
mutual. Ahora bien, la calificación del accidente, esto es, si es de origen
común o del trabajo le corresponde a las entidades competentes, vale
decir, a las COMPIN, ISAPRES, Unidades de Licencias Médicas y
Mutualidades de Empleadores y, en última instancia a la Superintendencia
de Seguridad Social. De esta forma, si el trabajador accidentado es tratado
por un médico particular, la tipificación en la licencia médica que éste
haga del accidente será una mera proposición, correspondiendo un
pronunciamiento formal de una de las instituciones antes señaladas.
PRESTACIONES

Los beneficios que la ley otorga a la víctima


de un accidente del trabajo o de una
enfermedad profesional son de dos tipos:
Prestaciones medicas

Conforme lo establece el art. 29 de la ley 16.744,


la víctima de un accidente del trabajo o
enfermedad profesional tiene derecho a diversas
prestaciones, las que se otorgan en forma gratuita
hasta su curación o mientras subsistan los síntomas
de las secuelas causadas por la enfermedad o el
accidente. Estos beneficios se clasifican conforme
la necesidad de tratamiento o curación, y se
clasifican en la siguiente lista de beneficios:
1- Atención médica, quirúrgica y dental en
establecimientos externos o a domicilio.
2.-Hospitalización si fuere necesario a juicio del
médico tratante.
3.-Medicamentos y productos farmacéuticos.
4.-Prótesis y aparatos ortopédicos y su
reparación.
5.-Rehabilitación física y reeducación
profesional.
6.-Gastos de traslado y cualquier otro que sea
necesario para el otorgamiento de las citadas
prestaciones médicas.
El art. 49 del Reglamento para la aplicación
de la ley 16.744 (D.S. 101 de 29 de abril de
1968) establece que los gastos de traslado y
otros necesarios son procedentes sólo en
caso que la víctima se halle impedida de
valerse por si misma o deba efectuarlos por
prescripción médica, certificada o
autorizada una y otra circunstancia por el
médico tratante.
En todo caso, a todas las prestaciones médicas
mencionadas precedentemente, tienen derecho las
víctimas de accidentes debidos a fuerza mayor que no
tengan relación alguna con el trabajo o aquellos
producidos intencionalmente por ellas. En consecuencia,
ante una situación como la descrita, la víctima no tiene
derecho a las prestaciones económicas que establece la
ley. De esta forma, para que una persona se halle privada
del derecho de percibir prestaciones económicas deben
concurrir alguna de las siguientes circunstancias:
- Que el accidente se deba a fuerza mayor que no tiene
relación alguna con el trabajo.
- Que el accidente lo haya producido intencionalmente
la víctima.
“De la definición que del caso fortuito o fuerza mayor
entrega el artículo 45 del Código Civil, se desprenden
los siguientes elementos constitutivos:1) causa extraña
al deudor o sea, que el hecho no debe serle imputable;
2) el hecho debe ser imprevisto, imposible de
conjeturar lo que ha de suceder en un cálculo de
probabilidades, es decir, cuando no hay ninguna razón
para creer en su realización, y 3) hecho imposible de
resistir, lo que quiere decir que el hecho que ocurre es
insuperable en su constitución y efectos, de manera
que ni el deudor ni persona alguna que se coloque en
tal situación podría impedir lo sucedido”. Causa nº
1913/2004. Resolución nº 20993, de Corte Suprema de
Chile - Sala Primera (Civil), de 24 de Agosto de 2006)
Prestaciones económicas o pecuniarias

Las prestaciones económicas se traducen en


beneficios de orden patrimonial a que tiene
derecho la víctima del accidente del trabajo
o enfermedad profesional (o sus
beneficiarios) y, su monto y forma va a
depender del tipo de efecto que produzca en
ella el accidente o la enfermedad.
El art. 27 de la ley 16.744 establece las
siguientes categorías en que se clasifican los
accidentes del trabajo y las enfermedades
profesionales, según el efecto que produzcan:
- Aquellos que producen incapacidad
temporal .
- Aquellos que producen invalidez parcial.
- Aquellos que producen invalidez total.
- Aquellos que producen gran invalidez.
- Aquellos que producen la muerte.
Prestaciones económicas por accidentes del trabajo o
enfermedades profesionales que producen incapacidad
temporal

Según lo establece el art. 2 del D.S. 109 del


Ministerio del Trabajo y Previsión Social de
10 de mayo de 1968, se considera
incapacidad temporal toda incapacidad
provocada por un accidente del trabajo o
enfermedad profesional, de naturaleza o
efectos transitorios, que permita la
recuperación del trabajador y su reintegro a
sus labores habituales.
De esta forma, para encontrarse una persona frente a un
estado de incapacidad temporal, deben concurrir
copulativamente los siguientes requisitos:
1.-Que exista incapacidad para prestar los servicios
pactados en el contrato individual de trabajo.
2.-Que tal incapacidad provenga de un accidente del trabajo
o de una enfermedad profesional.
3.-Que tal incapacidad sea de naturaleza o de efectos
transitorios.
4.-Que tal incapacidad permita la recuperación del
trabajador.
5.-Que tal incapacidad permita el reintegro del trabajador a
sus labores habituales.
6.-Que exista el diagnóstico médico correspondiente.
Concurriendo estos requisitos nace en favor
del trabajador el derecho de percibir un
subsidio cuyo objeto es reemplazar las
rentas de actividad del accidentado o
enfermo profesional.
Las incapacidades temporales no requieren
de ser graduadas como acontece con las
invalideces y, mientras subsistan, el
trabajador tiene derecho al subsidio y a las
prestaciones médicas precedentemente
descritas. (art. 2 inc. 2 D.S. 109).
En todo caso, el período máximo
establecido para gozar del subsidio es de 52
semanas, período que puede ser prorrogado
por otras 52 semanas cuando sea necesario
para un mejor tratamiento de la víctima o
para atender a su rehabilitación. Ésta
prórroga del tiempo cubierto por el subsidio
debe ser autorizada por las Comisiones de
Medicina Preventiva e Invalidez de los
Servicios de Salud respectivos, a petición
del médico tratante.
Autorizada una prórroga, ésta extiende el
período cubierto por el subsidio.
Transcurridas 52 semanas, para el caso de
no aprobarse la prórroga o 104, semanas en
caso de haber sido efectivamente
autorizada, sin que el accidentado o
enfermo hubiere logrado la curación o
rehabilitación, se presume que presenta un
estado de invalidez.
Finalmente, el accidentado o enfermo
profesional, de conformidad con lo
establecido por el art. 33 de la ley 16.744,
está obligado a seguir y observar los
tratamientos que se le prescriban. En caso
de negarse a hacerlo o si dificultase o
impidiere deliberadamente su curación, se
puede suspender el pago del subsidio, a
petición del médico tratante y con el visto
bueno del Jefe Técnico correspondiente.
Prestaciones económicas por
accidentes del trabajo o
enfermedades profesionales que
producen invalidez
Que producen invalidez parcial

Conforme lo dispone el art. 34 de la ley 16.744, se


considera inválido parcial a quien haya sufrido una
disminución de su capacidad de ganancia,
presumiblemente permanente, igual o superior a un
15% e inferior a un 70%.
Por otra parte, el art. 3 del D.S. 109 establece que
se considera invalidez el estado derivado de un
accidente del trabajo o enfermedad profesional que
produzca una incapacidad presumiblemente de
naturaleza irreversible, aún cuando deje el
trabajador una incapacidad residual de trabajo que
le permita continuar en actividad.
Las prestaciones económicas que corresponden a
un estado de invalidez parcial varían en forma y
monto de acuerdo al grado porcentual que entre
un 15% o grado inferior al 70% de disminución
de capacidad de ganancia, sufra la víctima de un
accidente del trabajo o enfermo profesional. En
efecto, si la disminución de la capacidad de
ganancia es igual o superior a un 15% e inferior
a un 40%, la víctima del accidente del trabajo o
enfermedad profesional, tiene derecho a una
indemnización global cuyo monto no puede
exceder de quince (15) veces el sueldo base.
De esta forma, este tramo de incapacidad parcial
(entre un 15% y menos de un 40%) no da derecho
a una pensión sino, el pago de una indemnización
que se paga de una vez o en mensualidades iguales
o vencidas, a opción del interesado. Esta misma
indemnización corresponde al asegurado que a
consecuencia de un accidente del trabajo sufra una
mutilación importante o una deformación notoria,
siempre que no le incapacite para el trabajo, y, su
monto es fijado por el Organismo Administrador
de conformidad al grado porcentual que el art. 25
del D.S. 109 establece.
Por otra parte, si la pérdida de capacidad de ganancia
es igual o superior a un 40% e inferior a un 70%, el
accidentado o enfermo tiene derecho a una pensión
mensual cuyo monto es equivalente al 35% del sueldo
base.
De esta forma, este segundo tramo de invalidez parcial
no origina el pago de una indemnización sino que, da
derecho al pago de una pensión mensual. Esta pensión
es susceptible de ser aumentada en un 5% por cada uno
de los hijos que causen asignación familiar, y que, en
exceso sobre dos, tenga el inválido parcial. En todo
caso, aplicado este aumento, no puede significar la
obtención de una pensión que exceda el 50% del
sueldo base. (art. 41 ley 16.744).
Que producen invalidez total

Conforme lo establece el art. 39 de la ley


16.744, se considera inválido total a quien
haya sufrido una disminución de su
capacidad de ganancia, presumiblemente
permanente, igual o superior al 70%.
El inválido total tiene derecho a percibir
una pensión mensual equivalente al 70% de
su sueldo base.
Al igual de lo que sucede con la invalidez
parcial, el monto de la pensión de un
inválido total se aumenta en un cinco (5%)
por cada uno de los hijos que le causen
asignación familiar en exceso sobre dos.
Sin embargo, la pensión así aumentada no
puede en caso alguno ser superior al 100%
del sueldo base. (art. 41 ley 16.744).
Que producen gran invalidez
 Según lo establece el art. 40 de la ley 16.744, se
considera gran inválido a quien requiere del
auxilio de otras personas para realizar los actos
elementales de su vida.
 La víctima de una gran invalidez tiene derecho
a una pensión suplementaria, mientras
permanezca en tal estado, equivalente a un 30%
de su sueldo base. De esta forma el gran inválido
percibe por concepto de pensión por invalidez
aquella que le corresponde como inválido total y,
además percibe el suplemento ya citado.
También el gran inválido, de conformidad
con lo expresado por el art. 41 de la ley,
tiene derecho a que su pensión se
incremente en un 5% por cada uno de los
hijos que le causen asignación familiar, en
exceso sobre dos. Sin embargo, en este
último caso, el monto total de la pensión no
puede exceder el 140% del sueldo base.
PREVENCION DE RIESGOS
PROFESIONALES

El art. 65 de la ley 16.744 prescribe, en lo


referente a la prevención de riesgos
profesionales, que corresponde a los
Servicios de Salud la competencia general en
materia de supervigilancia y fiscalización de
la prevención, higiene y seguridad de todos
los sitios de trabajo, cualesquiera que sean
las actividades que en ello se realicen.
El Código del Trabajo, por su parte, contiene una
serie de normas sobre prevención y seguridad en
las faenas. En efecto, el art. 184 prescribe que el
empleador está obligado a tomar todas las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y
salud de sus trabajadores. La misma disposición
agrega en su inciso segundo que, también, el
empleador debe disponer de los elementos
necesarios para prestar, en caso de accidentes de
sus trabajadores, oportuna y adecuada atención
médica, farmacéutica y hospitalaria.
El art. 1º de este Decreto prescribe que en toda
empresa, faena, sucursal o agencia en que trabajen
más de 25 personas, se organizarán Comités
Paritarios de Higiene y Seguridad, compuestos por
representantes patronales y representantes de los
trabajadores, cuyas decisiones, adoptadas en el
ejercicio de las atribuciones que les encomienda la
ley 16.744, serán obligatorias para la empresa y
los trabajadores, ampliando el concepto que para
estos Comités establecía el art. 66 de la ley 16.744,
disposición esta última que sólo establecía la
obligación de constituirlos y sus funciones
principales.
Funciones de los comités paritarios
higiene y seguridad

1- Asesorar e Instruir a los trabajadores para


la correcta utilización de los instrumentos
de protección.

2.- Vigilar el cumplimiento tanto por parte


de las empresa como de los trabajadores, de
las medidas de prevención, higiene y
seguridad.
3.- Investigar las causas de los accidentes
del trabajo y enfermedades profesionales
que se produzcan en la empresa.
4.- Decidir si el accidente o la enfermedad
profesional se debió a negligencia
inexcusable del trabajador.
5.- Indicar la adopción de todas las
medidas de higiene y seguridad que sirvan
para la prevención de los riesgos
profesionales, y
6.- Cumplir las demás funciones o
misiones que les encomiende el organismo
administrador respectivo.
7.- Promover la realización de cursos de
adiestramiento destinados a la capacitación
profesional de los trabajadores en
organismos públicos o privados autorizados
para cumplir esta finalidad o en la misma
empresa, industria o faena bajo el control y
dirección de esos organismos.

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