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Tema 1:

HISTORIA Y MÉTODO DEL ESTUDIO BÍBLICO


- La primavera de 1883 en una asamblea en California
fue el inicio de lo que hoy conocemos como estudios
bíblicos.

- Stephen Haskell decidió distribuir textos bíblicos entre


ellos en la asamblea, y comenzó a formular preguntas
cuyas respuestas podrían encontrarse en los propios
textos.
“El plan de celebrar estudios bíblicos es una idea de origen celestial.
Muchos son los hombres y mujeres que pueden dedicarse a este ramo del trabajo
misionero. Pueden desarrollarse así obreros que serán poderosos para Dios.
Por este medio la Palabra de Dios ha sido dada a millares; y los obreros se han
puesto en contacto personal con personas de todas las naciones y lenguas.
La Biblia penetra en las familias, y sus verdades sagradas penetran en la conciencia.
Se ruega a los hombres que lean, examinen y juzguen por sí mismos, y deben
llevar la responsabilidad de recibir o rechazar la ilustración divina.
Dios no permitirá que esta preciosa obra hecha para él quede sin recompensa.
Coronará de éxito todo humilde esfuerzo hecho en su nombre”

(Obreros evangélicos, cap. 6, p. 200).


El 30 de octubre de 1883 comenzó, en Battle
Creek, un instituto para enseñar a los
adventistas a dar estudios bíblicos. Se reunió
una clase de 300 personas bajo la dirección
de S. N. Haskell. La asistencia fue
aumentando hasta pasar los mil.
¿Cómo dar un estudio bíblico?
Consideraciones introductorias

a) Preparar personas para el bautismo mediante una serie de estudios bíblicos


enfocadas en las creencias fundamentales de la fe adventista.

b) La manera de dar los estudios bíblicos determinará el perfil espiritual y el grado


de compromiso para con las creencias adventistas.

c) Serie de estudios bíblicos deberá iniciar con temas que lleven a la persona a la
conversión (cerca de 25% de los estudios); proseguir con las doctrinas básicas de la fe
cristiana-adventista (cerca de 50% de los estudios); y concluir con temas relacionados
con el estilo de vida cristiano (cerca de 25% de los estudios).

d) Para tener éxito en nuestra misión evangelizadora, es indispensable que sepamos


introducir, desarrollar y concluir un estudio bíblico.
Cómo introducir un estudio bíblico

a) Tener motivación.

b) Usar creatividad.

c) Ser sensitivo al estado emocional


del interesado.
Cómo desarrollar un estudio bíblico

a) Por medio del sistema de pregunta y respuesta.

b) El estudio siempre debe ser presentado en una


secuencia lógica y creciente.

c) Es importante que el instructor responda las preguntas


del interesado, siempre
y cuando éstas no divaguen del tema que está siendo
estudiado.
Cómo concluir un estudio bíblico

a) El estudio debe ser concluido con un breve


resumen que ayude en la comprensión
y retención del tema abordado.

b) Es conveniente indagar siempre sobre


posibles dudas que aún existan con respecto
al asunto estudiado.

c) Cada estudio debe culminar con un llamado


que estimule al interesado a aceptar
y practicar lo que comprendió.
Cómo enfrentar dificultades

a) Si el televisor está encendido en el propio local de estudio, es conveniente indagar,


de manera cordial y respetuosa, con respecto a la posibilidad de dirigirse a otro
ambiente de la casa o aún de transferirse el estudio para otra ocasión.

b) Se debe demostrar mucha prudencia ante los visitantes (e inclusive líderes religiosos
de otra denominación) que no asistieron a los estudios anteriores y que ciertamente
no estén preparados para aceptar algunos temas más controvertidos.

c) Si el debate es inevitable, siempre es mejor indagar más que responder, para que
los problemas queden a cargo del oponente.
Cómo enfrentar dificultades

d) Cuando no se tiene una respuesta sobresaliente para determinada pregunta,


es mejor pedir para responder en el próximo estudio que presentar una respuesta
sin el debido fundamento bíblico.

e) Si la persona demuestra falta de interés por el estudio, a punto de querer


abandonar, una buena salida tal vez sea preguntarle al interesado qué temas le
interesaría estudiar más, y entonces adecuar los estudios a esta propuesta.
Consideraciones finales

a) El acto de dar estudios bíblicos beneficia tanto a quien recibe los estudios como
al que los da.

b) La presentación de buenas series de estudios bíblicos ayuda a afirmar la identidad


espiritual y doctrinal de las nuevas generaciones, deteniendo significativamente los
índices de apostasía.

c) Aquellos que se dedican a dar series de estudios bíblicos tienen el privilegio


de preparar personas para una vida más plena en este mundo y para gozar las alegrías
de la salvación eterna en las mansiones celestiales.

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