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La Trascendencia De

La Arquitectura
Oriental En El
Proceso Constructivo
Introducción
Arquitectura Oriental
Tradicionalmente, la arquitectura oriental es reconocida por la forma de conectar los
espacios y su uso óptimo; las proporciones modulares de sus interiores; el uso de
tatamis y madera; la incorporación de pocos elementos o sus jardines diseñados para
la contemplación. La arquitectura oriental comenzó con catacumbas en el antiguo
Egipto, que progresivamente fueron convirtiéndose en pirámides. La arquitectura
religiosa comenzó como ofrenda a los dioses y como lugares exquisitos para el
descanso de los restos mortales de los faraones, funcionarios y dirigentes. Se cree que
la arquitectura oriental (aquella erigida desde los Montes Urales hasta Japón) es
mucho más antigua que la arquitectura occidental.

Características de la arquitectura oriental


Con el paso del tiempo, su arquitectura ha ido derivando a espacios cada vez más
limpios, con materiales más novedosos, como el hormigón, el vidrio o el acero, y sus
arquitectos son reconocidos en todo el mundo. Algunos como Kazuyo Sejima, Tadao
Andó, Shigeru Bano Sou Fujimoto se han consolidado como los representantes de su
arquitectura contemporánea. Nombres todos ellos de los que nos consideramos muy
fans en Dimensio-on.
La atención en el detalle y su estrecha relación con la naturaleza, son las claves de su
éxito. Porque si hay algo que caracteriza a sus edificios, es la conexión con la
naturaleza y su aislamiento del exterior. Aunque siempre hay excepciones urbanas,
como transparent house de Sou Fujimoto, en Tokio.
El uso de grandes vigas de madera o acero, la búsqueda de luz natural desde el techo,
sus impresionantes texturas o el virtuoso uso de la ventilación, son algunas de las
técnicas que más han impactado a la arquitectura moderna.
La arquitectura oriental conserva patrones que se repiten constantemente. Las
construcciones suelen ser de gran verticalidad, carácter austero o minimalista y busca la
integración vegetal, estando siempre presente en interior, patios o jardines.
Se caracteriza también por ser ligera, esbelta y muy alejada de la ostentosidad. Con una
construcción sin pretensiones, pero de resultados delicados a la vez que firmes en su
estilo.
Sus obras son un ejemplo de estandarización mediante formas eficientes y económicas,
fruto

Sencillez y estética 
El “menos es más”  y la atención por el detalle son sus mayores prioridades a la hora de
diseñar espacios. Tienen un don especial para dar forma a viviendas con muy pocos
elementos. Es la clave para conseguir casas funcionales en las que el espacio se
aprovecha al máximo.
La madera es el principal material que utilizan en la arquitectura. Este uso es debido al
clima húmedo del país, que generan la necesidad de elevar los suelos y de crear
espacios abiertos que favorezcan la ventilación. Además, la madera ha servido a los
japoneses durante siglos protegerlos del moho, los tifones y los terremotos.
En cuanto a las formas lo que más prima cuando se piensa en un edificio de sus
características tradicionales lo que prima visualmente es la rectangularidad y la
importancia de los techos. Por eso parecen tan impotentes los edificios y nos parecen tan
diferentes a los nuestros.
La base de la arquitectura japonesa tiene grandes influencias de la china; sin embargo,
entre ambas podemos encontrar grandes diferencias y aspectos que podemos separar
entre ambas.
Entre las construcciones tradicionales japonesas pueden dividirse en tres categorías:
santuarios, templos y casas; podemos tener en cuenta también en cuenta los castillos,
teatros y escuelas.
El diseño de la arquitectura oriental
La estructura general es casi siempre la misma: los postes y los dinteles soportan un
techo grande y suavemente curvado, mientras que las paredes son delgadas como
papel, a menudo móviles y nunca soportan cargas. Los arcos y los techos de barril están
completamente ausentes. Las curvas de Gable y alero son más suaves que en China y
el entasis columnar (convexidad en el centro) es limitado.
El techo es el componente más visualmente impresionante, que a menudo constituye la
mitad del tamaño de todo el edificio. Los aleros ligeramente curvados se extienden más
allá de las paredes, cubriendo galerías, y su peso debe por lo tanto ser soportado por
complejos sistemas de soporte llamados tokyō, en el caso de templos y santuarios. Se
adoptan soluciones más simples en las estructuras domésticas. Los aleros de gran
tamaño le dan al interior una característica penumbra, que contribuye a la atmósfera del
edificio. El interior del edificio normalmente consiste en una habitación individual en el
centro llamada moya, desde la cual parten otros espacios menos importantes.
Las divisiones del espacio interior son fluidas, y el tamaño de la sala se puede modificar
mediante el uso de pantallas o paredes de papel móviles. El gran espacio individual
ofrecido por la sala principal se puede dividir según la necesidad. Por ejemplo, algunas
paredes se pueden quitar y diferentes salas se unieron temporalmente para dejar
espacio a algunos invitados más. La separación entre el interior y el exterior es en sí
misma, en cierta medida, no absoluta, ya que paredes enteras pueden ser removidas,
abriendo una residencia o templo a los visitantes. Los miradores parecen ser parte del
edificio para un extraño, pero parte del mundo externo para aquellos en el edificio. Por lo
tanto, las estructuras se convierten, en cierta medida, en parte de su entorno. Se tiene
cuidado de mezclar el edificio con el entorno natural circundante.
Los materiales pesados ​como la piedra, el mortero y la arcilla fueron abandonados como
elementos de construcción, con paredes de madera simples, pisos y particiones cada vez
más frecuentes. Especies nativas como el cedro (sugi) eran populares como un acabado
interior debido a su grano prominente, mientras que el pino (matsu) y el alerce (también
conocido como matsu) eran comunes para usos estructurales. Las tejas de ladrillo y un
tipo de ciprés llamado hinoki se usaron para techos. Fue en algún momento durante este
período que se adoptó el techo oculto, una solución única japonesa para los problemas
de drenaje del techo.
El tamaño cada vez mayor de los edificios en la capital condujo a una arquitectura que
depende de columnas espaciadas regularmente de acuerdo con el ken, una medida
tradicional de tamaño y proporción. El Palacio Imperial Shishinden demostró un estilo que
fue un precursor del edificio de estilo aristocrático conocido como shinden-zukuri. El estilo
se caracterizaba por edificios simétricos colocados como brazos que definían un jardín
interior. Este jardín luego utilizó un paisaje prestado para mezclarse aparentemente con
el paisaje más amplio.

La belleza de la arquitectura moderna 


Además de seguir el estilo de la alta tecnología , las obras están marcadas por la
creatividad en los cortes, los colores neutros y la integración entre ambientes internos y
externos.
Sin duda, los avances tecnológicos del país son los responsables de estas
características, ya que permiten explorar la creatividad. No es casualidad que la mayoría
de los arquitectos ganadores del Premio Pritzker sean japoneses. Hay algunos nombres
que destacan cuando hablamos de arquitectura moderna en Japón, como Tadao
Ando , Toyo Ito , Ryūe Nishizawa, Kengo Kuma y Sou Fujimoto. 
Conclusiones

Bibliografía

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