REAVIVAMIENTO ESPIRITUAL

Texto: Joel 2:12-17

El pueblo de Judá atravesaba una serie de crisis. El país había sido atacado por cuatro
plagas sucesivas de langostas (Joel 1:4). Eso generó hambre y crisis económica.
Después vino la sequía.

¿Qué hacer para resolver nuestros problemas? ¿Cómo superar las aflicciones que nos
afectan? ¿Cuál es la solución de Dios para sobrevivir a tantos problemas sin
desesperarse? Dios suscitó al profeta Joel para dar esa respuesta.
 I. LA MANERA DEL
REAVIVAMIENTO
Joel presenta un reavivamiento espiritual como el método de
Dios para superar cualquier tipo de situación difícil. 

1) Conversión a Dios. La conversión es un giro, un cambio

de dirección. 
 I. LA MANERA DEL
REAVIVAMIENTO
2) Intensidad. La conversión a Dios debe ser “de todo corazón”.

3) Tristeza. Un reavivamiento verdadero está acompañado de

profunda tristeza por el pecado.

4) Sinceridad. Dios espera de nosotros más que dramaturgia.

 II. EL RESULTADO DEL
REAVIVAMIENTO
El resultado de la renovación espiritual es experimentar las
bendiciones de Dios. La primera es el perdón, seguido de paz
en el corazón y de bendiciones espirituales y materiales.
III. LOS PARTICIPANTES
DEL REAVIVAMIENTO
Toda la comunidad debe buscar y alcanzar la renovación
en la gracia de Dios.
Joel llama al reavivamiento “a los ancianos” y “a los
niños” y “a los que maman”. De los más viejos a los más
jóvenes, todos deben buscar a Dios.
 IV. LA FINALIDAD DEL
REAVIVAMIENTO
La gloria de Dios es el gran objetivo del reavivamiento de la
iglesia. Cuando buscamos a Dios, recibimos naturalmente
bendiciones, pero la bendición divina no debe ser la motivación de
nuestra búsqueda por avivamiento.
CONCLUSIÓN
¿Está usted reavivado? ¿Ha buscado el reavivamiento? ¿Ya experimentó el bautismo
del Espíritu Santo? ¿Busca diariamente ser revestido del poder del Espíritu?
¿Experimenta una profunda tristeza por el pecado y una intensa alegría en la
presencia del Señor? Ore, ayune, llore, lamente, clame, pero no se quede sin la mayor
bendición que Dios tiene para darle: su presencia.