Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
inicial
sobre el lenguaje y la escritura
Una advertencia
Leer y escribir correctamente nos aportan beneficios espirituales, psicológicos y prácticos. A saber:
1) Denota nuestro orden mental. Quien observa atentamente la forma en que escribimos (o hablamos),
inmediatamente distingue si las ideas expresadas en el texto (o el discurso), tienen un orden, una
secuencia lógica, producto de la actividad de la inteligencia, o si únicamente es efecto de las
ocurrencias derivadas del desconocimiento y la incultura.
2) Otorga carácter profesional a nuestros textos. Nuestra escritura habla por nosotros cuando no estamos
presentes; tal vez nuestro lector no sepa que a diario nos aseamos muy bien y observamos las reglas de
urbanidad aceptablemente; tal vez nunca nos haya visto en la vida, pero podemos asegurar que podrá
conocer nuestro profesionalismo y compromiso con un documento redactado de forma adecuada.
Démosle, pues, a nuestra personalidad, el profesionalismo en una actividad absolutamente
indispensable: la escritura.
Muestra el trato que le damos a los demás. Cuando nos envían un
documento, o no vayamos más lejos, un mensaje de WhatsApp,
escrito sin faltas ortográficas, entonces podemos darnos cuenta de que
Cuatro nuestro interlocutor nos da un valor inestimable, pues se quiere hacer
entender, pero no solo eso, de igual forma nos hace saber que nos
beneficios que respeta. No cabe en él la vana excusa de “pero me entendiste”, que
podemos traducir como “no me importa lo que pienses, solo quiero
aportan la que hagas lo que quiero”.
lectura y la
escritura a Brinda seguridad. Si nos toca redactar (o, insistimos, hablar) y nos
nuestras vidas sabemos ignorantes, inmediatamente la ansiedad aparece, la
inseguridad nos paraliza y denotamos nuestra perplejidad. Tener las
herramientas necesarias nos brinda seguridad para expresarnos a
través de cualquier medio de comunicación (oral o escrito). En
México improvisamos muchas cosas, pero jamás se podrá improvisar
un buen orador y, mucho menos, un escritor.
Conocer para ser
Los griegos, esos viejos sabios, definían al ser humano como ζοον λόγον έχον zoon lógon éjon,
que, en su acepción más primitiva no significa ‘animal racional’, sino ‘animal provisto de
palabra’. La Palabra es lo que nos da el rango de humanos, lo que nos vuelve depositarios del
cuidado del mundo conocido y nos ayuda en el descubrimiento del mundo por conocer.
La belleza del español