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El tratamiento de aguas residuales consiste

en una serie de procesos físicos, químicos y


biológicos que tienen como fin eliminar los
contaminantes en el agua efluente del uso
humano.

El objetivo del tratamiento es producir


agua limpia (o efluente tratado) o
TRATAMIENTO DE EFLUENTES DEL VINO
reutilizable en el ambiente y un residuo
BLANCO
sólido convenientes para su disposición o
reusó.

En el caso del proceso del vino estas se producen


básicamente en los procesos de limpieza de los
equipos y maquinaria que están en contacto con
la materia prima o con los productos de los
diferentes procesos (depósitos, prensas, tolvas de
recepción, despalilladoras, bombas, etc.).
ETAPAS DEL PROCESO
PRE-TRATAMIENTO
Es la primera operación a que se someten los residuos líquidos. Consiste por un lado en
retener los sólidos que arrastra el agua y que podrían, por su tamaño y características,
entorpecer el normal funcionamiento de las plantas de tratamiento, y por el otro ajustar el pH
para permitir su tratamiento posterior o el vertido al alcantarillado cuando sea posible.
Es recomendable concentrar todas las aguas residuales en un solo depósito final previo al
ajuste de pH, aprovechándose de esta forma la neutralización entre sí de las diversas
corrientes.
TRATAMIENTO PRIMARIO
Consisten en la separación de un porcentaje significativo de los sólidos suspendidos,
contenidos en las aguas residuales, de forma natural o por precipitación, mediante
procesos físicos y/o químicos.
Siempre que no se exijan rendimientos elevados, la primera alternativa de
depuración a contemplar, es la del tratamiento físico-químico que
fundamentalmente consiste en una dosificación de floculante y coagulante, añadidos
en un tanque de mezcla rápida y otro de floculación, anteriores a la decantación, con
el objeto de eliminar con los lodos la mayor cantidad de materia orgánica posible.
Con estas instalaciones pueden obtenerse rendimientos del orden del 30-40 % de
eliminación de DQO
TRATAMIENTO SECUNDARIO

En esta etapa se eliminan la materia orgánica y los nutrientes disueltos en el agua residual. El
proceso más adecuado dependerá del caudal a tratar y de la calidad del efluente tratado, la cual
dependerá de su destino. Se dispondrá de una línea de agua y una línea de lodos. La línea de
agua estará compuesta básicamente por el reactor biológico y las etapas previas a éste, mientras
que en la línea de lodos será conveniente una etapa de espesamiento y, posteriormente, una
etapa de deshidratación.
Cabe señalar que para que el proceso biológico se desarrolle adecuadamente, será necesaria la
adición al reactor de fuentes de nitrógeno (urea) y de fósforo (fosfato amónico), puesto que estas
aguas residuales poseen una proporción de carbono, nitrógeno y fósforo descompensada para el
crecimiento de los microorganismos.
TRATAMIENTO TERCIARIO
Si el efluente del tratamiento secundario se desea reutilizar para regar el
viñedo, previamente deberá ser sometido a una etapa de desinfección. La
desinfección más compatible con los posteriores usos de esta agua son la
oxidación mediante ozono y la radiación ultraviolada. En cambio, si se desea
utilizar el agua de nuevo en el proceso, será necesario un tratamiento más
completo para mejorar su calidad. El efluente del tratamiento secundario
deberá ser filtrado (mediante un lecho granular de arena o similar) como
proceso de pre-tratamiento previo antes de un proceso de filtración por
membranas, generalmente, una ultrafiltración y después una ósmosis inversa.
La calidad del permeado de la ósmosis inversa es excelente y permite
cualquier uso dentro del proceso de elaboración del vino.

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